Mudarse no es fácil… dejas a tus amigos, tu antiguo vecindario, tu escuela donde viviste “grandes e inolvidables” momentos… si, si, si, ese no es mi caso ya que en primera no tengo amigos, en segunda jamás me lleve bien con mis vecinos y en tercera en la escuela me la pasaba solo, ya sea en el salón o en la sombra de un árbol, sí, soy un raro, en primera por mis grandes ojeras, que salieron por las desveladas en la espera de que salga el nuevo capítulo de algún anime o simplemente estando en juegos de rol online con los que se me pasaban las horas y a veces los días soy un friki por todos los lados que me veas y ahora este friki se muda.
El último día de “vida” en Nueva york me la pase guardando mis videojuegos, revistas, comics y uno que otro manga para darle paso a San Francisco, mi futuro hogar.
Me llamo Kalil, hasta mi nombre es raro, tengo 17 años, mido 1.65 y peso 52 kg, soy delgado pero no tan esquelético, gracias metabolismo ya que si no fuera por el ya pesaría mas de 100 kg ya que casi todos los días no hago nada y nada es nada, solo jugar videojuegos, comer frituras, junto con bastantes golosinas, soy un antisocial de primera pero no me molesta, me siento a gusto conmigo mismo y con la soledad, soy físicamente de piel bastante blanca, mi cabello es de color café claro ondulado y mis ojos son de color gris que casi nadie sabe ya que siempre tengo la vista en el piso o en las paredes, menos en la cara de la persona que tengo al frente, también bastante tímido y callado,
-Kalil, ¿estás listo?- entro mi madre a mi cuarto, ella es bastante parecida a mí solo que con los ojos negros y la piel un poco más con color y su cabello café claro pero lacio, solo asentí y me levante del suelo, ese día iba vestido con pantalón de mezclilla oscuros algo ajustados y con una playera roja con el logo de la banda Nirvana, unos convers rojos con negro y una sudadera azul, ese es mi estilo, cómodo y casual
-te esperamos en el automóvil- salió mi mama de la habitación y cargue con la última caja de mis “tesoros”, salí, baje por las escaleras y antes de cerrar la puerta principal vi por última vez la casa que me vio crecer, ahora toda vacía, lista para ser ocupada por alguien más, subí al auto y partimos hacia san francisco un día con 18 horas de viaje, ¿Qué porque no nos vamos en avión?, fácil, mama y yo les tenemos pavor , así que papa no se opuso a conducir ese tiempo, tal vez se turnaría con mama, arranco el auto y emprendimos el largo viaje, me puse el cinturón de seguridad, mis audífonos y comencé a jugar en mi PSP, me quede dormido, y me despertaron cuando pararon a llenar el tanque de gasolina, aproveche y baje al baño, pero al entrar me topé con 2 jóvenes que se comían a besos, uno estaba sobre los lavabos y el otro entre las piernas de este tocando todo, no se daban cuenta que estaba ahí, pase rápido hice del baño y me lave las manos tan rápido como pude, me había topado con dos homosexuales comiéndose en vida, yo jamás había tenido esos “encuentros” jamás había besado a nadie y solo 3 veces me había tocado, se sentía bastante bien cuando uno se toca, pero tan tímido soy, que me daba pena a mí mismo hacérmelo, jamás había tenido novio, sí, me consideraba homosexual, no me gustaban las mujeres, todo empezó cuando conocí el género yaio del anime o manga y me imaginaba a veces que me tocaba un chico… olvide esos pensamientos y subí otra vez al auto, así continuo mi viaje
-mira Kalil, el puente Golden Gate- deje el PSP y fije mi vista al frente donde nos daba la bienvenida ese famoso puente, saque mi carama y tome varias fotos, papa y mama me sonreían, tal vez conozca más gente en este lugar, tan si quiera una persona, no pedía más mis padres siempre me han apoyado en todo, saben mis preferencias sexuales pero creían que solo necesitaba conocer aún más gente y expandir mis horizontes , si espero sea eso, ellos eran gente importante, mi padre era dueño de la cadena de restaurantes de 5 estrellas por todo el mundo los restaurantes The Times y mi mama una gran diseñadora de modas… pero conmigo nunca lo logro, siempre diciendo, la moda es importante, es lo del futuro, aja, me daba igual para que vestirme bien si casi no salgo.
Mire por la ventana del auto, estábamos a mitad del puente era hermoso, fantástico, enorme, monumental… creo que me va a gustar vivir aquí. Después de pasar el puente empecé a ver sus famosas calles que van a arriba para abajo, ya era el atardecer se veía un sol anaranjado entre dos grandes edificios, era maravilloso, seguimos pasando más y más calles que tenía arboles cada lado de las calles, era una linda ciudad
-Mira Kalil, esa es tu próxima escuela- señalaba mi madre de su lado, me moví al otro lado del asiento y vi un imperio, mi padre disminuyo la velocidad
-Vendrás dentro de 3 días- voltee a ver a mi padre quien casi no había hablado mucho en el viaje, él era alto, de tez casi como la mía, ojos gris más oscuros que los míos y un cabello totalmente negro ondulado, volví mi vista al edificio que teníamos en frente, era magnifico de un color anaranjado, pero no chillón, era un anaranjado elegante, está rodeado por muchos árboles y la entrada era una gran reja negra con unos leones de piedra a cada lado, era fantástica la escuela, ahora si tenía ganas ya de llegar a ella, y en tres días podría verla con más detalles, continuamos con el viaje y llegamos a una privada que tenía un portón eléctrico muy grande, de color plateado, nos estacionamos junto a una caseta, donde había una señora con su traje de guardia de color azul con varias medallas, usaba una boina roja que tenia de lado, muy elegante,
-Muy buenos días sean bienvenidos, ¿son la familia Kelsen?- bastante elegante diría yo
-así es – respondió mi padre la señora asintió y jalo una palanca y el portón se fue abriendo lentamente para darnos la bienvenida un gran lugar, igual que toda la ciudad estaba lleno de arboles
-estaré aquí por cualquier cosa, mi nombre es Samantha, disfruten su estadía en Wardley- fijo su vista en mí y me sonrió, le devolví la sonrisa tímidamente, pude ver que tenía los ojos negros y su cabello igual negro amarrado en una coleta alta, me agrado, avanzamos una cuantas cuadras más las casas eran grandes, sencillas, y hermosas, las calles eran con bastantes curvas pero las calles eran anchas que en sus bordes seguían teniendo grandes árboles, las casas eran de color blanco, azul cielo… colores muy tranquilizantes, era una linda privada bastante acogedora, avanzamos más y mas
-¿ya casi llegamos? – no es que me aburría, solo quería saber cómo era nuestra futura casa, me asome en la parte donde estaban mis padres y los mire cada uno
-vivimos a la mitad, no te preocupes, ya casi llegamos- me sonrió mi madre, volví a mi asiento y cuando por fin nos detuvimos, a mi lado derecho estaba mi casa, era color blanca con algunas partes de color azul marino, era enorme, no tanto como la que había enfrente pero era grande, la puerta principal era de color blanco, había 2 grandes ventanales donde salían una cortinas blancas que se movían por el ligero viento que había, había puerta de garaje color plateado, había en frente un gran jardín y un camino con adoquines hexagonales rojos, fabulosa,
-¿vas a bajar Kal? – mis padres ya estaban abajo y me miraban divertidos, mi padre abrazándola y ella con sus dos puños a la cadera, guarde el PSP en mi mochila con cuadros rojos y negros, como un tablero de ajedrez, guarde también los audífonos, suspire me colgué la mochila a un hombro y me baje del automóvil el aire ajito mis cabellos un momento, se respiraba aire puro, entramos a la casa y me sorprendí aún más, era elegante, cómoda y hogareña, ya estaba mueblada, todo lo de mi anterior casa estaba ahí era espaciosa la casa, y color azul cielo las paredes del recibidor, corrí a ver todo, la cocina era en total de blanco, abrí el refrigerado, estaba vacío
-mañana iremos por la comida cariño y tú me vas a acompañar ¿te parece?- me abrazo por los hombros y asentí
-ven te llevo a tu nueva habitación- tomo mi mano y corrimos cual niños escaleras arriba, éramos igual de infantiles, mi papa ya estaba sentado en un sofá de la sala leyendo una revista, la nueva sala era espaciosa, con sillones negros de piel, supongo, había mesa de centro de cristal, una alfombra azul oscuro y el televisor de plasma pegado a la pared, había una gran ventana del lado izquierdo que igual tenia las cortinas blancas
-aun no rompan nada- nos miró divertido, mama y yo reímos, llegamos al segundo piso y nos recibió un gran pasillo que tenía unos cuantos cuadros de todos nosotros, mesas de adorno y había 2 puertas de cada lado, eran dos baños, la habitación de mis padres, al final del pasillo estaba mi habitación, entramos y era un lugar ni tan grande ni tan pequeño, color azul las paredes, había un escritorio con mi computadora, varios estantes, un librero mediano, una gran ventana que inmediatamente salí y había un pequeño balcón donde tenía una gran vista, la casa de mis tres nuevos vecinos los dos de al lado, y los en frente, la casa de enfrente era enorme, no podía verla tan bien ya que había bastantes árboles y pinos alrededor, estaba oculta la casa y rodeada por una gran reja blanca con negra y puntas en pico color dorado, era mucho más elegante esa casa,
-¿te gusta la vista?-mi madre se puso a mi lado
-bastante- no quitaba mi sonrisa
-me alegro, ya sabía que te iba a gustar…ahora empecemos a llenar tu habitación ¿te parece?- asentí, cerramos la mitad del ventanal y comenzamos a ordenar mis cosas, ropa, videojuegos, mangas, comics, consolas, todo perfectamente ordenado, ya que eran mi vida, cuando nos dimos cuenta ya había caído la noche, esa noche cenamos en el comedor, que igual era acogedor, fresco y hogareño, cenamos pizza ya que aún no había “comida decente” pero por mi estaba bien, junto con un licuado de plátano con chocolate, mis preferidos,
-esperamos conozcas a alguien cariño- empezó a platicar mi mama
-también lo espero- tenía que lograrlo, eso si
-escuche que en la casa de enfrente vive el señor Labarazii, junto con su esposa y su hijo-menciono mi padre antes de darle una mordida a su pizza
-¿Quién es el señor Labarazii?-me sonaba pero de donde…
-es el dueño de la cadena de hoteles más famosa del mundo, los hoteles Labarazii, junto con otros negocios, es un reconocido empresario- con que de ahí me sonaba su apellido, en un viaje de mama a su estudio en Londres nos quedamos en ese hotel, yo fui porque quería conocer Londres, aunque no supiera hablar francés, pero mi mama si, así que no había problema, de verdad eran magnifico ese hotel, lujoso, bastante lujoso, y el servicio era de primera, igual que la comida, que ahí era bufet, era esplendido
-vaya que fabuloso, será bueno hacer amistad con ellos-mi madre y sus amistades, siempre hacia a donde fuera, era tan amigable que en ese aspecto no se parecía a mí, si, era amigable pero muy tímido como para demostrarlo
-su esposa es una gran mujer la he conocido en una reunión, es la mano derecha de su esposo, ambos son muy buenos en los negocios y bastante amigables- mi padre sabia de todos los movimientos de ese mundo- un día conocí a su hijo, era callado, pero a la vez amable… a su forma- levanto un poco las cejas ¿a qué se refería?- te lleva por 2 años Kal pero no me sé su nombre- tomo un sorbo del licuado, “a su forma”, de seguro un sangrón de esos, con los que no me quiero topar… la cena transcurrió con varias bromas hasta que cada quien se fue a su habitación
-descansa hijo-me dio un beso de las buenas noches mi mama antes de irse y cerrar la puerta, me senté frente a la computadora y comencé otro juego más, cuando por fin logre una misión que no podía me di cuenta en la hora, otra vez tarde, las 2:30 a.m., algún día caeré enfermo, pero valió la pena, me quite la sudadera que traía, la deje en la silla, me quite los zapatos, el pantalón y me puse uno de pijama, y mi gorro para dormir que me regalo mi abuela, ya eran 8 años de muerta, pero así la recordaba , antes de acostarme salí al pequeño balcón, hacia frio, y la casa de en frente tenía solo dos luces prendidas, una de la planta baja y la otra al lado izquierdo, para luego apagarse y se prendió ahora del lado derecho, la ventana de esa habitación estaba ahora abierta ¿Quién aparte de mi estaría despierto a esa hora?, paso una sombra por la ventana, era alta y delgada, era un hombre, tal vez el hijo de la familia Labarazii, salió al balcón esa figura, no se lograba ver bien, por los movimientos pude notar que tenía un cigarro en manos, antes de que se diera cuenta que un “acosador” lo veía me metí a mi cuarto, deje entre abierta la ventana apagué la luz y me acosté en mi cama, me hundí en el cansancio.