Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Escribiendo en un Café por Ari_123_love

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Fanfic creado para celebrar el aniversario del 2min! ^^

Notas del capitulo:

:D Fanfic creado para celebrar al 2min.
Espero que les guste, lo escribí con todas las fuerzas que me quedaban -y contra todos los deberes que debí entregar a tiempo-.

Es una tarde normal, estoy sentado aquí, en ésta cafetería, como le he estado haciendo los últimos meses de mi vida. ¿Quién lo diría? Un escritor como yo, ajeno a todo esto, terminara enamorado de alguien que no conozco.

Llevo varios meses escribiendo mis historias en esta cafetería, varios meses terminándolas en final feliz. Todo por su culpa. Sé que no es obsesión, es mi deber saber la diferencia entre obsesión y amor. Y aun así, me siento raro, al observarle con tanto ímpetu. También sé que no es su culpa, lo más seguro es que, ni siquiera sepa que existo. Todos los días atendiendo a tanta gente que sólo va por un poco de café; es casi imposible que me reconozca.

Siempre tan alegre, una sonrisa se dibuja en su rostro, alegrando mi día. Una vez más él sale de la cocina, con un café en la bandeja, tararea esa canción que ha osado posarse en sus labios, mientras que se contonea de un lado a otro, atendiendo a los clientes. La primera vez que lo vi lo supe, fue amor a primera vista, me enamoré de él, de su sencilla manera de ser.

 En su uniforme porta un gafete con su nombre, -Taemin- dice en letras doradas. ¡Oh! Mi adorado Taemin has estado en mis pensamientos por un largo tiempo. Si tan sólo supieras que eres el protagonista de mis historias. Incontables veces he imaginado tus largas piernas, tus caderas, tus labios. Quisiera besar esos labios color carmín, poder dibujar tu silueta con mis manos, tener esa sonrisa para mí solamente. Por eso vuelvo día a día, para poder verte y volver a sonreír, como tú lo haces. 

Una vez más quiero oír tu dulce voz, por esa razón me quedo, escribiendo mi mundo perfecto, hasta que la tarde termina de caer. Te acercas –como siempre lo haces- y me pides amablemente que me retire, ya que tienes que cerrar el lugar. Me entristece demasiado tener que irme, no quiero ni pensar en que, después de tu trabajo, haya alguien esperándote, que pueda amarte lo que yo te amo.

He estado amándote, dedicando mis libros a ese misterioso chico que me cautivo, imaginando cómo sería el día en que pueda confesarte mis sentimientos.

Siguiendo mi rutina, volví. Hoy, en este día de lluvia, hay poca gente, lo cual me alegra. Tiene más interés en su entorno, como si cada objeto tomara un nuevo sentido para él. Pero, ¡ah! De nuevo, ese otro mesero, que siempre está junto a él, siempre le hace reír y le abraza, provocándome unos terribles celos. Me enfado, así que me concentro en seguir escribiendo. Desisto, mis historias hablan sobre Taemin y lo muy perfecto que es ante mis ojos. Una vez más, me pierdo fantaseando en cómo sería si tan sólo tuviera el valor para hablarle. Lo deseo, demasiado, me provoca ver cada uno de sus movimientos.

Tras unos largos minutos en mis escritos, siento una presencia. Alzo la mirada y lo veo a él. Dispone un café en mi mesa y me sonríe, con sus ojos, sus hermosos ojos. Me le quedo mirando unos segundos, yo no he pedido el café, así que mi interrogativa es obvia.
Cortesía de la casa” Sus labios articulan cada sílaba tiernamente, después se retira, repiqueteando sus dedos sobre aquella bandeja –que le acompaña a todos lados- como si fuera un teclado. Sonrío al darme cuenta que tan sólo por un momento pensó en mí. Sin dudar me siento más tranquilo ahora, puedo continuar con mi trabajo.

Pasan las horas y todo se vacía; de nuevo aquel mesero, que no soporto, le habla a mi Tae. Se despide de él y le pide que se cuide. Quisiera ser yo el que pueda decirle esas cosas. Una vez más finjo no oír nada y me concentro en mi más reciente obra, de la cual su protagonista es perfecto. Siento sus pasos cerca, pero hay algo diferente, son más lentos, incluso, algo dudosos. Suspiro, fingiendo estar cansado, aunque mi suspiro sea por él.

-Disculpe, hyung, pero me temo...- No termina su frase, para cuando ya está a mi lado.

-Me tengo que retirar, va a cerrar.- Le interrumpo, recogiendo mis cosas, poniéndome de pie. Usualmente él se hubiera movido y hecho media reverencia, pero esta vez no. Ésta vez no se mueve. Se queda ahí, quieto. Estoy de pie, frente a él, tan cerca, y aun así, sintiéndolo tan lejano a mí. Su respiración está algo agitada, puedo notar como hace un gran esfuerzo para no moverse.

Las luces bajas que están a nuestro alrededor no ayudan mucho, muero por comerme a besos al chico, lo necesito.

Doy un paso más hacia él y puedo notar su nerviosismo, quiere huir, como yo, pero ninguno de los dos hace algo para irse. No resisto más y me acerco tímidamente, rozando nuestros labios; él da un pequeño brinco, pero aun así, no se mueve para retirarse.

Nos separamos y puedo ver un leve sonrojo en sus mejillas, provocándome aún más de lo normal. Vuelvo a rozar sus labios, ahora iniciando un beso más profundo, tomándolo por la cadera, para asegurarme de que no se escapará. Sus quietos labios empiezan a moverse, dándome permiso de algo más. Pasa sus brazos alrededor de mi cuello y deja que guie en éste beso tan apasionado. Quiero más, sé que estoy erróneo por querer más, pero tan sólo no es suficiente con un beso.

Paso mis manos a su cintura, las deslizo hasta su cadera y lo pego más a mí. Se siente bien tenerlo tan cerca. No me doy cuenta en lo lento que nos movemos, pero terminamos detrás de la barra principal. Me mira y tiene un brillo especial en sus ojos. Lo asio por las caderas y lo subo a la tabla, sin quitarle la vista de encima. Me sonríe, me está sonriendo, a pesar de lo que estamos haciendo, aun así, me sonríe.  Vuelvo a besarlo, no puedo controlarme, necesito besarlo más de lo que llegué a imaginar. Ahora mis labios buscan más que su boca, necesito probar el sabor de su piel, sentirlo bajo mis labios.

Con desespero empiezo a desabotonar los tres botones de su negro chaleco, siguiendo con su blanca camisa. Su boca suelta pequeños gemidos cerca de mi oreja, motivándome a seguir con mi cruzada. Beso y muerdo su cuello, varias veces, motivado por seguir con el impulso de mis fantasías. Él empieza a desabrochar mi camisa, y hasta ahora es que me doy cuenta que no hemos cruzado palabra alguna. Se pega más a mí, ahora es él quien busca mi contacto. No puedo evitar sentirme excitado con eso.

Enredo sus piernas en mi cadera y lo cargo, esa es la cercanía que yo busco. Nos recostamos en el suelo, yo sobre él, observando cuidadosamente. Su sonrisa; me impacta que siga sonriendo –ahora con un leve rubor en sus mejillas. Unimos nuestros labios una vez más, mientras yo juego a acariciar su vientre, limitando sus gemidos. Pienso en detenerme, pero se vuelve a abrazar a mí, prohibiéndome separarme, rogando por más.

Desabrocho su pantalón, bajándolo a medias, acariciando sus muslos, como tantas veces lo imaginé. Termino dejándolo sólo en boxers, deleitándome con lo que veo: su delgada silueta, sólo para mí. Sus manos buscan deshacerse de mi pantalón, no puedo evitar reírme con eso. Aun en esta situación, sus movimientos están llenos de gracia, delicado, perfecto como siempre.

Sin darnos cuenta, estamos desnudos, sonriéndonos como idiotas. Mi mano hace un camino de su vientre a su cadera, acariciando cada centímetro de su tersa piel; abre las piernas de una manera tan sensual, provocándome, invitándome a seguir con esta terrible fantasía que me encanta. Llevo un intruso dedo hasta su parte más desprotegida, sacándole un grito, que ahogó en mi cuello. Me siento tan culpable, puedo ver un poco de sufrimiento en su bello rostro. Tras unos segundos, vuelvo a repetir mi acción, más lento, cuidando de mi ángel. Después de terminar con la lenta preparación, me decido a incursionar más en él.

Corrompo dentro de él, de manera más suave posible; sus ojos están tan comprimidos, que dejan unas lágrimas escapar de ellos. Beso las lágrimas, buscando su perdón, rogando por que no me pida que me detenga. Abre los ojos y busca mi boca, dándome tiernos besos, que logran despertar en mí demasiadas emociones, muchas que no conocía. Mueve sus caderas tras unos segundos, iniciando con la bellas danza del amor. Los movimientos se vuelven rápidos, ansiosos por un final, rogando por permanecer así para siempre. Se aferra a mí, rasguñándome la espalda, de la misma manera en que yo le he dejado marcas en sus muslos y caderas. Jadea constantemente, excitando cada parte de mi raciocinio.

Puedo sentir cuando no resiste más y se corre, dejando escapar un gemido demasiado candente. No resisto, ese cuerpo divino es mío, yo lo poseo y termino liberando mi semilla en él. Quedamos jadeantes, con las miradas turbas. Me agacho y beso sus hinchados labios, ahora mis manos buscan su ropa, para volver a colocársela, mientras su rubor aumenta porque vuelvo a acariciarlo.

Después de que termino de vestirme, me siento, con la espalda recargada en un pilar; Taemin me mira, gatea, colocándose entre mis piernas, sentándose en mi pelvis, hundiendo su rostro en mi pecho. Se ve tan tierno; sé que puede oír los latidos de mi corazón, así que verlo sonreír me hace felíz.

-Soy Choi Minho.- Hablo con temor, quiero que sepa quién es el que le acaba de hacer el amor.

-Lo sé.- Susurra. –Me lo dijiste una vez.- Me mira suspicazmente. Recuerdo muy bien eso, fue el día que le conocí. –Eres un gran escritor. Tus historias son cautivadoras.- Sigue hablando contra mi pecho. Me alegra tanto que haya pensado en mí, está consciente de que existo. –Vienes todos los días, escribes tus historias aquí. Eres tan constante, tan estable. Me hace increíblemente feliz verle todos los días sentado en el mismo lugar...- Busca mi mirada tiernamente, apenado por sus propias palabras. Beso su frente, arrastro mi boca a su mejilla, sólo para terminar en sus labios. -...Incluso, secretamente empecé a pensar que venía sólo para verme.- Su sonrojo me emociona, tiene un modo único de cautivarme. Es claro que corresponde mis sentimientos.

-Yo...Yo estoy enamorado de ti.- Hablo, sosteniendo su mirada, puedo ver como sus bellos ojos se llenan de una luz mágica, se acerca a mí, busca mi boca y no volvemos a unir, en un beso totalmente diferente a los demás.

FIN.

Notas finales:

Quiero darle gracias a mi maestre de PEMA, que, aunque se enfermó, gracias a esto, tuve varias clases libres para poder escribirlo :') Gracias.

Espero que lo disfruten y pasen bonito día. ^-^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).