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En la oscuridad del Bosque por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Aquí otro capítulo >< me demoré un poco en hacerlo por que no tuve tiempo :C Espero que sea de su agrado n_n 

Si les gusto, si no, o si encontraron algun error hagánmelo saber dejando un lindo review !
Un abrazo
Muchas gracias por leer. 

Desmond cargaba al inconsciente Soul en sus brazos, mientras tanto yo caminaba a su lado notablemente nervioso manteniendo la mano sobre el bolsillo en el que llevaba la bolsa con hierbas. Me detuve abrupto.

- Desmond…Sasha ¡Que agradable sorpresa!- Ethan se cruzaba en nuestro camino y nos miraba con irónica mueca -¿Qué es ese bulto que llevas ahí?- Iba a acercarse para tocar a Soul pero yo me interpuse entre él y Desmond.

- Aléjate de él – Murmuré entre dientes mientras lo fulminaba con la mirada.

- ¿Sasha?- Preguntó sorprendido - ¿Dónde están esos ojos sumisos con los que solías mirarme?- Tomó mi mentón y acercó mi rostro al suyo, sentí su respiración cálida sobre mis labios y cómo sus ojos anaranjados mostraban un deseo insaciable por devorarme. Antes esto quizás me habría hecho temblar de terror, pero no era la ocasión.

- Vete a la mierda, Ethan-
Dije casi sin mover un músculo, sus ojos anaranjados se abrieron sorprendidos y frunció el ceño obviamente molesto.

- ¡¿Es qué se te ha borrado la marca que te he dejado?!- Exclamó mostrándome sus feroces colmillos filosos como navajas – ¡Voy a enseñarte a obedecer!- Entonces tomó mi cuello y deslizó la cinta blanca tirándola al suelo. Me sujetó ambas muñecas, impidiendo que me moviese y dirigió sus labios hacia mi yugular, iba a morderme.

- ¿Qué? ¿Qué es esto?- Exclamó mientras se apartaba de mí y sujetaba su cabeza con ambas manos, cayendo arrodillado al suelo - ¡Desmond! ¡Maldito bastardo!- El cazador mantenía fijos los ojos en Ethan, parecía que mientras más intensamente le miraba más fuerte era el azote que llegaba a la cabeza del pelinegro.  El impuro dirigió una fugaz mirada a mi cuello - ¡¿Le has marcado?!- Gritó furioso aún sin poder levantarse del suelo.
Vi como Desmond sin apartar sus ojos de Ethan dejó a Soul tendido sobre unas hojas secas cuidadosamente y se acercó a paso lento hasta el pelinegro, arrodillándose para quedar a su altura.

- Escúchame, maldito- Dijo seca y toscamente sin mover músculo de su rostro –Si vuelves a atacar a Sasha de esa forma…- Una mirada fulminante y mortal se cruzó entre los dos –Te arrancaré el corazón con mis propias manos-  Ethan mostró los dientes y rugió como un felino en forma de protesta pero el rugido de Desmond fue más fuerte y más agresivo, mientras veía sus blancos dientes mostrarse como los de un lince.

- Acabaré contigo, Desmond- Dijo rencoroso el pelinegro. El cazador lo tomó por el cabello y lo jaló hacia atrás y acercando su boca a la de él dijo:

- Veremos eso…- Y le soltó de un golpe, dejándole caer al suelo. Se levantó y con cuidado tomó nuevamente a Soul entre sus brazos y reanudó el paso. Me quedé pasmado por un momento mirando a Ethan en el suelo, la actitud tan repentina de Desmond me había sorprendido, había actuado como un león territorial, jamás había tenido una conducta así conmigo o con Soul ¿Acaso esto era un lado de él que no conocía?

- Vamos, Sasha- Ya había avanzado algunos metros. Sin despegar mi mirada del ahora humillado vampiro me apresuré a alcanzarle.

El proceso fue rápido. Desmond con la agilidad de un médico se apresuró  a curar las heridas de Soul, con sumo cuidado y suavidad deslizaba los paños húmedos por su piel ardiente y la cubría y frotaba con las frescas hierbas amarillas. Yo tan solo le miraba, concentrado en lo que hacía, como si la vida se le fuese en ello. No lograba entender por qué el cazador se esmeraba tanto en salvar a Soul, nunca se llevaron bien, incluso parecía que compartían un profundo odio mutuo.
 
- ¿Cómo te sientes, Soul?- Preguntó luego de terminar de vendar la última herida de su cuerpo.

- Mejor ahora, Gracias- Sonrió tan falsamente que me dieron ganas de golpearle en la cara, Desmond no se dio cuenta.

El cazador se levantó de la silla ubicada junto a la cama de Soul –Está bien- Dijo mientras se alistaba para irse. –Debo ir a hablar con Vlad- Clavó sus ojos miel en los míos y sonrió levemente –Te lo encargo, Sasha- Yo asentí con la cabeza mientras observaba como su alta figura se escapaba tras el umbral de la puerta.

- Hablando enserio, Soul…- Comencé mientras me sentaba a los pies de su cama - ¿Cómo te sientes?- El suspiró.

- Ya lo he dicho, de maravilla- Dijo apartando la mirada de mí. Me acerqué a él y aproximé mi rostro al suyo, demasiado cerca.

- ¡Estás ardiendo!- Exclamé mientras tocaba su frente. La fiebre no había descendido, parecía haber crecido descomunalmente. Me puse de pie y comencé a llenar una cubeta con agua.

- No necesito agua…- Dijo con la voz entre cortada, noté como su respiración comenzó a agitarse aceleradamente y cuando giré para mirarlo vi como las gotas de sudor comenzaban a descender rápidamente de su frente. Le miré extrañado.

- ¿Qué es lo que necesitas, entonces?- El lanzó una fulminante mirada hacia mí.

- Tengo hambre…- Dijo con tono molesto mientras intentaba calmar el temblor de su voz.

- ¡Iré por algo de fruta!- Exclamé apresurándome.

- ¡No!- Gritó demasiado molesto y cansado –No necesito fruta…- Jadeó –Necesito carne-

- ¿Ca…Carne?- Pregunté confuso -¿Por qué carne?-

- ¡Eso no importa!- Llevó las manos a su cabello y lo jaló desesperadamente –Solo trae algo…- Soul comenzaba a asustarme, su respiración agitada, el sudor que empapaba todo su cuerpo, parecía estar muriendo por dentro. Sin preguntar más corrí hasta la cocina y comencé a buscar algún trozo de carne entre las cubetas de sal, vi como Soul pasó por mi lado tambaleándose y desapareció tras la puerta trasera. No encontré nada y me dirigí a la puerta, afuera hacía frío y podía enfermarse aún más.

- Soul, no deberías sali….-  Me quedé pasmado bajo el umbral de la puerta y casi caigo de la impresión. Me llevé la mano a la boca, intentando no vomitar. Soul estaba, él estaba…

¡Se estaba devorando una maldita gallina!

- S…Soul…- Tartamudeé torpemente aún sin destapar mi boca. Estaba arrodillado en el suelo y mantenía al animal entre sus manos, no sé cómo pero lo había descuerado y quitado las plumas con la perfección que aplicaría una máquina. Su cabello negro cayendo desordenadamente por sus hombros y sus caderas le daban un aspecto salvaje, la sangre manchaba sus manos y cubría su boca y parte de su cuello, sus ojos…sus ojos parecían malignos. No se detuvo al verme llegar, se la estaba devorando, cruda, fresca, hasta el último hueso.

No pude avanzar hasta él, no pude moverme, estaba aterrado ¿Qué demonios le estaba pasando? ¿Acaso estaba delirando por la fiebre? Me estremecía en un seco escalofrío cada vez que le escuchaba triturar los huesos y los músculos de la pobre ave con sus dientes. La engullía salvajemente, como lo haría un animal que no ha comido en semanas, se la tragó hasta la última gota de sangre, lamiéndose los dedos.

- Que… ¡Qué demonios!- Exclamé despertando de mi letargo y armándome de valor para reprocharle –Soul ¡¿Qué has hecho!?- Su mirada parecía vacía y fría. Pasó lentamente la lengua por sus labios y se puso de pie, avanzando hacia mí, quiso pasar por mi lado pero le detuve tomándolo por el brazo.

- ¡Oye!- Grité molesto porque parecía no tomarme atención - ¿Dónde crees que vas? ¡Explícame qué demonios fue eso!- Entonces me tomó por el brazo y me tiró al suelo, cayendo el sobre mí. Vi sus ojos furiosos sobre los míos y sus manos sobre mi cuello, ellas estaban…asfixiándome.

- ¿S…Soul?- Estaba asustado, su fuerza era considerablemente más que la mía, iba a matarme. Para mi suerte se detuvo y dirigió ahora sus manos hacia mis muñecas, apresándome por completo. Nuevamente su respiración se agitó, sus manos estaban ardiendo, casi que quemaban las mías, acercó su rostro al mío, movió los labios para decir algo en silencio.

- Voy a devorarte…- Leí

- Tienes ese olor que vuelve loco a cualquiera…- Musitó ahora rosando sus labios con mi cuello, se me erizó la piel y mis mejillas se sonrojaron de sobremanera. Intenté zafarme pero no podía, me era imposible, en el fondo no quería apartarme del dominio de Soul.

- Sasha…- Susurró en mi oído, provocándome un escalofrío que me hizo temblar de pies a cabeza. Dirigió una mirada lasciva hacia mí y pareció no soportarlo más, me besó. Un beso apasionado y brusco, tan fuerte que incluso dolió un poco, su lengua entraba una y otra vez dentro de mi boca, estremeciéndome cada vez que lo hacía. No era un beso tierno, era completamente lujurioso y salvaje. Nuestras respiraciones no tardaron en volverse jadeantes, necesitaba respirar, me estaba ahogando en la humedad de sus labios con sabor a sangre fresca.

Pero no podía detenerlo, no podía detenerme ¿A quién quería engañar? Lo deseaba tanto como él a mí, no podía evitarlo, Soul ejercía sobre mí un magnetismo que estaba fuera de mi comprensión y esa atracción me estaba volviendo loco. Sentí como apartó su boca de la mía y la dirigió hasta mi cuello, lamiéndolo con suavidad y dejando un rastro de sangre en él, comenzó a descender a medida que apartaba rudamente los botones de mi camisa. Su respiración se agitaba cada vez más y su corazón latía al unísono junto con el mío, pude sentirlo. Puso su pierna derecha entre las mías y temblé impulsivamente, su mano y su lengua descendían suaves por mi pecho, causándome un sinnúmero de escalofríos que me invadían todo el cuerpo sin poder detenerlos. Bajó hasta mi ombligo y pareció querer bajar un poco más…

- Soul… ¡Soul!- Grité desesperadamente en un vergonzoso gemido que me fue imposible contener, tomé su cabeza y la aparté de mis caderas – ¿Qué…Qué estás haciendo?- Llevé su mirada frente a la mía, entonces un nuevo escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Su mirada, sus ojos eran fríos e insensibles, secos, como los de un animal comiéndose a su presa, vacíos…perdidos.

Definitivamente este no era el Soul al que yo tanto quería. Me quedó mirando extrañado, sus pupilas extremadamente dilatadas me indicaban que no estaba bien, sus mejillas seguían ardiendo, aunque su jadeante respiración y el sudor parecían haber mejorado luego de devorarse a esa gallina.

- Vamos a dentro…- Susurré jadeante con mi boca demasiado cerca de la suya sin aún apartar mis manos de sus mejillas. Sin decir más me levanté y lo tomé del brazo, él se dejó arrastrar lánguidamente y me permitió acostarlo nuevamente sobre la cama. No decía nada, su rostro inmutable causaba un poco de miedo. Lo cobijé con las frazadas y me senté a su lado, observando cómo sus hermosos ojos verdes se perdían en el vacío. No sabía que le había pasado hoy…y por primera vez no quería saberlo.


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