SI TÚ TE ATREVES
CAPÍTULO 1: Nos conocimos por casualidad
Cho Kyuhyun era un chico que estudiaba para ser músico, aprendía en el Conservatorio Musical de Seúl, Corea, pero como no tenía el dinero suficiente para pagar cada semestre allí en vista de que era un chico independiente de sus padres, trabajaba medio tiempo en una floristería llamada “Together”.
Ese día, Kyuhyun tendría clases en la tarde, por lo que trabajaría medio tiempo en la mañana; tenía que entregar un pedido especial, un hermoso arreglo de rosas rojas que se entrelazaban en una elegante canasta; pero debido a que tenía muchos trabajos pendientes de realizar para el Conservatorio, estaba retrasado, si no se apresuraba, su jefa de seguro lo regañaría.
Tomó su bicicleta y emprendió camino tan rápido como pudo.
Iba como alma que lleva el diablo, cuando un cachorrito apareció de la nada en su camino, y en su intento por esquivarlo, terminó girando en una curva por la que venía una elegante camioneta Bléiser de color gris.
La camioneta frenó en seco, justo antes de arroyar a Kyuhyun, quien casi que por inercia se tiró al suelo con todo y bicicleta. Segundos después, un joven alto se bajó de la camioneta y contempló a Kyuhyun en el suelo.
–¿Estás bien? –preguntó el conductor del vehículo. – ¿Estás herido?
Kyuhyun no respondió, tan sólo se removió en el suelo y el otro chico lo tomó de los brazos con delicadeza para ayudarlo a ponerse de pie.
–¿Necesitas que te lleve al hospital?
–No –contestó el rubio –estoy bien. –Sacudió sus ropas –Yo…
Alzó la vista para mirar a quien estuvo a punto de arroyarlo, y entonces lo vio:
El otro chico era un joven de vestimenta elegante y fino porte, lucía un refinado traje, cabello castaño bien peinado y su piel estaba ligeramente bronceada. ¡Vaya que era guapo! Lo suficiente como para hipnotizar a Kyuhyun, quien no salió de sus pensamientos sino hasta cuando el otro chico volvió a hablar:
–Debes tener más cuidado –reprendió con una pequeña sonrisa – ¿Realmente estás bien? –Lo examinó con la mirada de pies a cabeza una vez más. –Me preocupa que te hayas podido haber lastimado.
–Estoy bien –contestó Cho –pero… –Miró a su alrededor – ¿Dónde está el cachorrito?
–¿El cachorrito? –El otro chico repitió la acción de Kyuhyun y finalmente se encogió de hombros –no he visto ningún cachorro. ¿Perdiste a tu perrito? ¿Quieres que te ayude a buscarlo?
–No –sacudió la cabeza con una tierna expresión –es que me desvié de mi ruta para no arrollar a un cachorrito que pasaba, y ahora… –Volvió a mirar a su alrededor –no está.
–¡Ah! –Exclamó el castaño –así que por salvar a un cachorrito de ser arrollado, por poco resultas siendo tú el arrollado –se cruzó de brazos y miró al otro con una expresión burlona –vaya lógica la tuya.
–¡HEY! –Hizo un adorable puchero –no te burles de mí, ahjussi.
–¿Ahjussi? –Repitió el otro chico – ¿Qué te hace pensar que soy mayor que tú? –Frunció el ceño, fingiendo desdén – ¿Tan viejo me veo?
–No es eso… –Sacudió las manos al tiempo que sus mejillas se teñían de rojo –es sólo que… –Se pasó una mano por el cuello, totalmente apenado –yo…
El otro chico no pudo evitar formar una gran sonrisa en su rostro, y finalmente extendió su mano derecha.
–Mi nombre es Shim Changmin –Kyuhyun correspondió el gesto, estrechando su mano –es un gusto conocerte.
–El gusto es mío –balbuceó Kyuhyun –Soy Cho Kyuhyun.
–¿Kyuhyun? –Repitió –lindo nombre.
–Este… Gracias, supongo… –Pasó su otra mano por su cuello una vez más –lamento ser tan descuidado, debí prestar más atención al camino.
–No te disculpes –sonrió encantadoramente –si no hubiese sido por ese cachorro, no te hubiese conocido, Kyuhyun.
Ignorando aquella afirmación que lo hizo sonrojar aún más, Kyuhyun miró en el suelo su bicicleta, y la canasta de hermosas rosas que había puesto en el cesto de la misma.
–¡Assh, demonios! –Exclamó levantando la bicicleta – ¿por qué siempre tengo accidentes? Esto es endemoniadamente costoso –hizo un gesto de inconformidad y sacudió sus cabellos sin despegar la mirada de las rosas estropeadas –la jefa me matará…
–Lo lamento –soltó el otro chico – ¿Cuánto es? –Sacó una billetera del bolsillo de su blanca camisa oculta tras su elegante saco –pagaré por ello.
–No es necesario –declaró Kyuhyun posicionando mejor su bicicleta –la culpa fue mía. No quiero causar más molestias.
–No es ninguna molestia. –Insistió –vamos, dime cuánto es.
–Bien… –Suspiró resignado, de todas formas necesitaba el dinero o tendría que pagarlo él, y con tantos trabajos del Conservatorio, lo que menos tenía en esos momentos era dinero –son 25.000 wons.
Changmin no tardó en sacar varios billetes y se los entregó al rubio con la mayor de las tranquilidades.
–Muchas gracias –Kyuhyun recibió el dinero con ambas manos en señal de respeto e hizo una reverencia –realmente gracias, señor.
–¿Realmente me tratarás como a un ahjussi? –Se quejó el castaño de repente.
–¿Eh?
–Tengo 26 años –declaró mirando al otro expectante – ¿Cuántos años tienes tú?
–Tengo 24 años –contestó Kyuhyun.
–Ah… –Changmin se sonrojó tan levemente que el menor ni lo notó –bueno, sólo eres menor que yo por un par de años, no es demasiado tiempo.
Kyuhyun terminó de recoger las rosas del suelo que ya no servían para el costoso arreglo floral, pero que de todas formas estorbarían en el camino.
–Tienes razón, no eres ningún ahjussi –Kyuhyun sonrió, el otro chico no era ningún señor, era un joven más o menos de su edad –en todo caso, muchas gracias y adiós.
Hizo una nueva reverencia y se giró, posando las manos sobre el manubrio de la bicicleta, y estaba dispuesto a subirse en ella y continuar con su camino, hasta que la melodiosa pero masculina voz del moreno lo detuvo:
–¿Te volveré a ver, Kyuhyun-ah?
Y prácticamente que en cámara lenta, Cho Kyuhyun giró la cabeza para mirar al mayor, quien le observaba con una expresión expectante. Sus miradas se encontraron y el viento sopló con fuerza, sacudiendo los cabellos de ambos y arrastrando los pétalos de rosas rojas que habían quedado en el suelo, hasta casi rodearlos.
Pasando a un ritmo rápido
Me pregunto
Cuanto de una estación se ha ido ya
Caminando a través del escenario
Con el cual ya me he familiarizado
Sin ser capaz de escapar
De esos recuerdos distantes solo
Es como si hubiera perdido
Completamente mi rumbo
Así fue la vez que te conocí.
–Pues… –Contestó con cierta timidez –trabajo en la floristería “Together", queda cerca de la calle de la Torre Namsam. Visítanos cuando quieras, hay una linda y acogedora cafetería enfrente de nuestro local.
–Así lo haré entonces –respondió el mayor de los dos –cuídate, Kyuhyun.
–Gracias –hizo una pequeña reverencia –tú también.
Cho Kyuhyun se subió en la bicicleta y emprendió camino nuevamente, dejando a Changmin solo. El castaño miró al suelo y contempló un pequeño ramo de tres rosas rojas en el suelo. Se hincó para recogerlas y sonrió casi que inconscientemente.
Nos conocimos por casualidad
a lo largo de este camino
Aun ahora no puedo olvidar,
desde aquel día.
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Kim Jaejoong empezaba un nuevo día bastante común como maestro del Conservatorio de Seúl. Bebía una taza de café, sentado en una de las sillas de la cafetería de aquella universidad de música, cuando su compañero de trabajo y uno de sus mejores amigos apareció junto a él.
–A que no adivinas la última –pronunció el rubio mientras se sentaba junto al castaño.
–¿Qué sucede, Hyunjoong? –Sonrió, su amigo siempre fue enérgico y comunicativo – ¿Cuál es el chisme del día?
–Hay un nuevo maestro en el Conservatorio, llegó hoy y parece ser bastante interesante.
–No me digas… y ¿cómo te enteraste de eso?
–Es el tema de conversación el día de hoy. Deberíamos pasar a saludarlo más tarde.
–Tengo trabajo –contestó con tranquilidad – ¿tú no? –sonrió con sarcasmo.
–Es más importante socializar con los nuevos compañeros laborales –declaró el menor con el dedo índice en alto mientras fingía seriedad –un compañero nuevo es un amigo en potencia.
Jaejoong sacudió la cabeza con una pequeña sonrisita y le dio un nuevo sorbo a su café, su amigo Hyunjoong jamás cambiaría.
Mucho del dolor
y la ansiedad que sentía
Todo había cambiado
a través de la calidez
de tus recuerdos
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Shim Changmin ingresó al imponente edificio en el que trabajaba. Era el presidente de una compañía hotelera cuyos hoteles eran líderes alrededor del mundo.
–Buenos días, Niiummy –saludó a la chica sentada detrás de un escritorio que quedaba en la oficina junto a la suya – ¿cómo estás?
La muchacha de rojizos cabellos enarcó una ceja y se puso de pie, viendo cómo Changmin pasaba de largo hasta llegar a su propia oficina.
–¿Qué ha sucedido hoy? –Increpó la menor, ingresando a la oficina de Shim –estás de buen humor en la mañana.
–¿Acaso no puedo estarlo? –Sonrió dejando su maletín a un lado –hoy es un buen día, Niiummy Sarang.
La aludida lo examinó minuciosamente con la mirada, viéndole de pies a cabeza, y súbitamente cuestionó sin miramiento alguno:
–¿Acaso tuviste sexo mañanero con Junsu oppa?
La cara de Shim se puso notablemente roja, pero se limitó a suspirar con tranquilidad y a tomar asiento en su gran sillón de jefe detrás de su escritorio.
–Señorita Niiummy Sarang –pronunció mirando fijamente a su mejor amiga y compañera laboral –eres la vicepresidenta de “DongBang Resort”, yo de ti me pongo a trabajar lo que me corresponde.
–¡Oppa! –Exclamó la chica –no puedes ir por ahí hablándome de tus experiencias con Junsu oppa –hizo un mohín –yo aún no me he casado y tú eres todo un viejo verde.
–¡Hey! –Shim frunció el ceño en señal de protesta –yo jamás he mencionado nada acerca del sexo, no puedes sacar tus propias conclusiones, mocosa insolente. ¡Ponte a trabajar de una buena vez o te despediré!
–No puedes despedirme –le enseñó la lengua en un gesto infantil –soy tu favorita –sonrió, segura de lo que decía –vamos, cariño. –Caminó hasta él, quien permanecía sentado, y llegando por detrás, lo abrazó por el cuello –Tú mismo lo has dicho, hoy en un buen día, no te enojes.
–Tienes razón –suspiró para luego mirar por la ventana –hoy parece ser un buen día.
–Entonces –se acercó a su oído y preguntó – ¿Sí tuviste sexo con Junsu oppa? Vamos, cuéntame los detalles…
Changmin sintió un tic en la ceja, y su mano empezó a temblar.
–Niiummy Sarang –su tono de voz se tornó tan tenebroso que la muchacha instantáneamente lo soltó, apartándose de él lo suficiente como para huir en cualquier momento –hoy es un buen día… ¡un buen día para matarte!
La pelirroja desapareció de aquella dinámica oficina sin pronunciar palabra, lo último que quería era ver a Shim Changmin enojado, el apuesto castaño podía ser todo un ogro si se lo proponía.
Orgulloso de tu amor
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–¿Listo para la operación de hoy? –Le dijo Park Yoochun a Kim Junsu.
–Desde luego –el más bajo sonrió –sé que saldrá bien. –Agitó el puño de la mano derecha – ¡Fighting!
Yoochun terminó de ponerse los guantes de látex y Junsu se reacomodó el tapabocas, intercambiaron miradas y sus ojos se tornaron asimétricos cuando se sonrieron mutuamente; sin más, ingresaron al quirófano de la clínica que ambos tenían en sociedad, una nueva vida estaba en sus manos y como los médicos cirujanos que eran, era su deber salvarla.
Encontrar dos cascaras es como un milagro
Conocerte una vez más,
si estás aquí a mi lado
Inclusive lo más profundo de mi alma
se sentirá cómodo con este gentil sentimiento
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Las clases de Kyuhyun habían comenzado y él intentaba llevar una jornada normal pero por alguna razón, no podía, no dejaba de pensar en ese chico que había conocido esa mañana.
¿Por qué no podía dejar de pensar en él? Sin importar lo que hiciera o lo mucho que conversara con sus amigos: Sungmin, Yesung y Henry, no dejaba de pensar en ese muchacho que se presentó como Shim Changmin, eso era todo lo que sabía de él, pero ciertamente quería saber mucho más. ¿Acaso era lo que llamaban amor a primera vista? No lo sabía, sólo sabía que por más que lo intentara, no podía dejar de pensar en Shim Changmin.
Aun si la violenta lluvia cae
Y los fuertes vientos soplan
Iré a proteger este amor
Entretanto, Niiummy Sarang, la compañera laboral de Shim Changmin y vice presidenta de “DongBang Resort”, observaba con curiosidad al chico de la oficina junto a la suya. Changmin no dejaba de sonreír como tonto y estuvo distraído todo el día, hacía mucho que no lo veía así, y por alguna razón, su actitud le parecía sospechosa.
¿En qué pensaba? Era lo que no dejaba de preguntarse la muy curiosa muchachita de rojizos cabellos; pero olvidó el tema cuando lo escuchó hablando por teléfono y finalizar con un “Está bien, cariño, nos vemos en casa. Te amo”, y supo que las cosas con Junsu iban bien, lo que Niiummy no sabía y ni siquiera se imaginaba, es que en los pensamientos de su mejor amigo estaba también un joven diferente a su esposo, y ese sólo sería el comienzo del caos que vendría luego.
Si estamos juntos definitivamente podemos superar todo
¿Hubiera pensado así al principio?
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Las clases habían terminado y Jaejoong bebía de nuevo una humeante taza de café en la cafetería del Conservatorio.
Después de esa taza de café pensaba irse directamente a su casa, cocinar una deliciosa cena y esperar a que llegara su esposo del trabajo para poder hablar con él respecto a las cosas que les habían ocurrido durante el día, ciertamente Park Yoochun no solamente era su esposo, sino también su mejor amigo, siempre lo fue.
Bebía con tranquilidad su taza de café y comió un par de galletas, pero la figura de un hombre desconocido hizo que se detuviera levemente sobresaltado.
–No fue mi intención asustarte –el joven desconocido se acercó lentamente –Buenas tardes, mi nombre es Jung Yunho y soy el nuevo maestro –extendió su mano –mucho gusto.
–Así que eras tú… –Jaejoong recordó las palabras de su colega Hyunjoong y del alboroto que decía que habían armado por la llegada del nuevo maestro –El gusto es mío –contestó Jaejoong con una sonrisa y estrechó la mano que el otro le extendió –mi nombre es Kim Jaejoong.
–¿Puedo acompañarte?
–¡Desde luego! –Hizo una ademán con la mano –toma asiento, por favor.
–Muchas gracias –se sentó en la silla que quedaba justo enfrente de la de Jaejoong –De verdad no quise asustarte.
–No te preocupes.
–La verdad es que estuve observándote durante algunos minutos –confesó con un leve sonrojo ante sus atrevidas palabras –todos los maestros han sido muy amables conmigo, pero a ti no te había visto.
–Lo lamento –se disculpó, ahora él era el sonrojado –no tuve tiempo de acercarme para saludar.
–¡Oh! No te preocupes por eso, no era necesario.
–Escuché que hiciste revuelo entre el cuerpo docente. Tal parece que eres muy interesante…
–¿Eso te dijeron? –Rió –nada de eso… sólo soy un maestro normal.
–Si tú lo dices…
–Tú eres quien parece interesante.
–¿Yo? ¿Por qué lo dices?
–No lo sé… creo que tienes cierto carisma misterioso.
–¿Carisma misterioso? –Empezó a reír tímida pero sonoramente, tapándose la boca con una mano – ¿de dónde has sacado eso?
–¿Qué te puedo decir? –Se encogió de hombros –Es la impresión que me has dado.
–Vaya –sonrió –gracias, supongo.
Ambos rieron.
–¿Puedo ofrecerte una taza de café? –Indagó Jaejoong.
–Dicen que el café sabe mejor cuando se bebe con una buena compañía –Yunho le guiñó el ojo y Jaejoong se limitó a sonreír, después de un par de minutos regresó con una segunda taza de café tan humeante como la suya y la puso frente a Yunho –gracias.
–No es nada.
La conversación avanzaba y se volvía cada vez más interesante y amena para ambos. Jaejoong no sabía si era intencional o no, pero Yunho parecía seducirlo con cada una de las palabras, y su penetrante mirada lo tenía atrapado, En sus ojos se hacía tarde, e irremediablemente, se estaba olvidando del reloj.
Por eso no soltare esta mano
siempre la mirare cuidadosamente
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Junsu y Yoochun habían terminado con la última operación de su itinerario, ahora se disponían a cambiarse de ropa para regresar a sus respectivos hogares junto a sus esposos.
–Hiciste un buen trabajo hoy –comentó Yoochun con una sonrisa.
–Muchas gracias –contestó el más bajo –pero no lo habría logrado sin ti.
Se sonrieron mutuamente y continuaron con su camino.
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Seguían hablando, cuando repentinamente Yunho miró la mano de Jaejoong la cual sostenía una nueva galleta, y notó que en el dedo anular de su mano derecha posaba una argolla matrimonial.
–Veo que eres casado –Comentó con una pequeña y encantadora sonrisa – ¿Puedo saber quién tiene la fortuna?
–Oh –Jaejoong sonrió levemente sonrojado y miró unos cuantos segundos el dedo en el que reposaba su argolla matrimonial para luego devolverle al mirada al mayor –su nombre es Park Yoochun, es médico cirujano.
–Qué interesante… ¿Hace Cuánto están casados?
–Cinco años –contestó con un deje orgullo –somos muy felices…
–Me alegra saber eso. Un hombre como tú no merece sufrir.
Ligeramente inquieto por el comentario del castaño, Jaejoong se limitó a sonreír, bebiendo una nueva taza de café humeante con una galleta.
Nos conocimos por casualidad a lo largo de este camino
Aun ahora no puedo olvidar, desde aquel día.
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Changmin iba manejando de camino a casa, cuando divisó una gran cafetería llamada “Winter’s Night” y justo frente a esta había una floristería, mientras pasaba por allí, miró hacia el lugar y observó a ese chico llamado Kyuhyun vestido con un delantal y haciendo un nuevo arreglo floral para una pareja joven que se sonreía con ternura.
Sin estar muy seguro de lo que hacía, aparcó su auto en el lugar permitido y bajó de éste para ingresar a dicha cafetería.
–Gracias –escuchó decir a la pareja sonriente.
–Visítenos pronto, por favor –contestó Kyuhyun con una sonrisa.
La pareja salió de allí y Kyuhyun permaneció en quietud, observando a un Changmin que se acercaba a él lentamente.
–Así que es aquí donde trabajas –quien rompió el silencio fue Changmin, caminando con elegancia, las manos entrelazadas tras de sí, y observando el bonito lugar con curiosidad –es un bello lugar –comentó aún sin mirar al rubio –muy bonito en verdad…
Finalmente le devolvió la mirada a un Kyuhyun que contenía la respiración y cuyas manos sudaban copiosamente ¿Qué le sucedía? No tenía idea ¿Cómo se llamaba esa clase de emoción? No lo sabía, mucho menos, porque él jamás experimentó algo así por alguien.
–¿Tienes Astromélias?
Saliendo al fin de su trance, Kyuhyun fue capaz de asentir con la cabeza.
–Así es. –Habló al fin.
–Dame un ramo de esas, por favor.
–En seguida…
Kyuhyun salió de detrás de las vitrinas y la zona en la que se vendía, para atravesar un pequeño pasillo con unas puertas de cristal, al cabo de un par de minutos regresó con un ramo de las flores que Changmin le pidió, y delante de éste comenzó a organizarlas en una pequeña mesa, envolviéndolas en papel de colores y amarrándolas con una fina cinta que al igual que el papel, combinaba perfectamente con el color de las flores.
–Aquí tienes.
Kyuhyun extendió el ramo recién hecho al moreno y este lo recibió con una sonrisa.
–Es perfecto –sonrió –muchas gracias.
–¿Son tus flores favoritas? –se atrevió a preguntar Kyuhyun con notable curiosidad.
–En realidad no –sonrió –estas son las favoritas de…
No terminó de hablar, porque fue entonces cuando su celular sonó.
–¡Cariño! –Dijo Junsu desde el otro lado de la línea en cuanto Changmin contestó: –te estoy esperando para que preparemos la cena juntos.
–¿Ya estás en casa? –Changmin sonrió, y Kyuhyun no le quitó los ojos de encima –bien, cariño –el rubio notó que en la mano derecha de Changmin reposaba una argolla dorada con finos bordes de cristales –estaré allí pronto. Te amo.
Changmin colgó y Kyuhyun se petrificó una vez más frente al castaño, ¿acaso Changmin estaba casado? ¿Era esa una argolla matrimonial? Quería negárselo a sí mismo a pesar de que acabara de escucharlo hablar amorosamente con alguien más. Pero sus sospechas se confirmaron cuando Changmin dijo:
–Como te decía –sonrió –éstas no son mis favoritas, sino las de mi esposo.
–Estás… –balbuceó – ¿estás casado?
–Así es. –Apretó los labios y formó una nueva sonrisa –ahora me tengo que ir, fue un placer volver a hablar contigo, Kyuhyun.
–Es placer fue mío –logró articular, fingiendo tranquilidad –visítanos pronto, por favor.
–Oh, sin duda lo haré. Muchas gracias.
Y así, Shim Changmin abandonó la floristería “Together”, y en cuanto atravesó la puerta de salida haciendo sonar la pequeña campana que colgaba en lo alto de esta, Cho Kyuhyun sintió cómo algo dentro de él se rompía. No estaba seguro de lo que sentía, pero por alguna razón, le dolió descubrir que el mayor estaba casado y que no tenía oportunidad alguna de estar con él y llegar a ser para él algo más que un conocido o un amigo.
Las cosas que perduran, las cosas en las que creo
Mientras vayan cambiando hacia la felicidad,
caminaremos juntos.
Orgulloso de tu amor
TVXQ –Proud