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Nuevos vecinos, sentimos confusos, decisiónes dolorosas por hideky

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Notas del fanfic:

Kuroko-chan

¡Espero que te guste!

Notas del capitulo:

Los personajes le pertenecen a su autora

 
 
 
En un hermoso jardín extenso, rodeado de exquisitos rosales nieveos, con un suave y regozante herbazal, imbuido por los acogedores rayos del astro dorado, rociado con aquel fresco rocío producto de la lluvia; un hermoso y refinado joven arrullaba en su regazo a un precioso niño de ocho años.
 
El apuesto joven de sedosos cabellos color rojo cobrizo con mechones platas que caían con gracia por su rostro  y hombros, piel blanca, seductoras facciones masculinas, cuerpo con marcados músculos sin exagerar, hombros y espalda anchas, ojos de hermosos matices felinos que veían con  infinito amor y devoción al pequeño en sus brazos.
 
 
El pequeño de largos cabellos plata que llegaban has su fina cintura, piel lechosa, rostro fino como el de una hermosa muñeca, pestañas gruesas y largas, suaves mejillas como los delicados pétalos de una rosa, carnosos labios color cereza, delineadas curvas y de deslumbrantes joyas amatistas contemplaba  fascinado esas atrayentes orbes carmesí con matices azul eléctrico y amatista.
 
Zero — llamó de manera suave y dulce a su amado, acariciando con el dorso de su mano los suaves pómulos del menor.
 
¿dime? — respondió este sintiendo las cálidas manos del pelo cobrizo.
 
¿me amas? Zero — preguntó  con voz sedosa.
 
Te amo mucho Kurohe oni-sama — respondió este con una dulce sonrisa mientras acariciaba la mejilla de su hermano.
 
Ya veo… — perdiéndose en algún punto de aquel mágico lugar.
 
Sabía que estaba mal se sentía perverso por desear ha aquel delicado ser en su regazo, lo deseaba y eso era incorrecto, el no debería tener esos perversos sentimientos sin embargo…
 
¿Kurohe oni-sama? — aquella melódica voz le incitaba al pecado, pecado que hoy iba ha cometer.
 
Dime pequeño — 
 
¿Me amas? — preguntó temeroso.
 
Perverso, eso era, por imaginar a su hermoso hermano sonrojado, gimiendo de placer bajo su yugo.
 
Te amo… aunque sea perverso por sentir esto por mi dulce hermano menor, debes repudiarme por desear corromper tu pureza, soy perverso,depravado,degenerado — respondió mirando con tristeza esos brillantes ojos que lo enloquecían.
 
"Ahora que finalmente lo sabes odiame"
 
Zero sonrió con un suave coloreo en sus mejillas mientras de manera tímida se sentaba a horcajadas en las piernas de su hermano.
 
Kurohe oni-sama, yo también soy horrible por amar a mi hermano, detesto a esos lindos chicas y chicos, me doy asco por imaginar que cosas malas le pasen ha esos que te coquetean — confesó con lágrimas en los ojos — pero sabes — continuó limpiándose las lágrimas con una sonrisa — cada vez que veo tus ojos rojos me recuerda ese amor apasionado que sólo siento por ti y no puedo sentir por nadie más, entonces pienso "aunque sea le enseñaré ha amar de esa forma apasionada a mi hermano para cuando encuentre a esa persona" y el saber que esa persona soy yo hace que, hace que… — ya sin poder continuar por aquel nudo en la garganta.
 
Kurohe sonrió por las palabras de su hermano, lo amaba ya no podía más, le necesitaba; con suavidad cogió del mentón a su hermano para elevarle el rostro e ir acercándose hasta por fin después de tanto sufrimiento probar el dulce sabor de los labios de Zero, de manera lenta y sutil.
 
El menor se aferró a la camisa negra de su hermano mientras este pasaba sus grandes manos por su cintura.
 
Cereza y menta se mezclaron en aquel beso, lleno de amor prohibido para los demás excepto para los que en ese momento se profesaban, el más apasionado amor.
 
Al finalizar el contacto ambos sonrieron juntando sus frentes, Kurohe sonrió seductor robándole  un beso rápido a su amado, sólo un rose, casto y suave.
 
Tramposo — reprendió el menor sonrojándose  de manera adorable.
 
Kurohe sonrió de forma encantadora mientras se tiraba sobre el pecho de su pequeño hermano, cayendo ambos en el suave césped.
 
¡Kurohe Oni-sama! — 
 
Kurohe abrazo la cintura del pequeño para hundir su rostro en el pecho de Zero aspirando aquel suave olor ha rosas.
 
Zero sonrió de forma dulce mientras se abrazaba a la ancha espalda de su hermano para acunarlo entre sus brazos.
 
"Te amo Zero, mi Zero"
 
"Yo también te amo Kurohe"
 
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Austria, Viena
 
Abrió lentamente sus ojos, unas frías gotas salinas empañaban su rostro.
 
"Te amo Zero, mi Zero" — retumbaba en esas dulces palabras en su mente.
 
Limpio aquellas gotas salinas y sonrió al topar su mirada con una foto donde un joven pelo rojo cobrizo, de atrayentes ojos rojizos con matices azul eléctrico y amatista, sonreía mientras le abrazaba a él, que estaba sentado entre sus piernas con el ceño fruncido y un leve carmín en sus mejillas.
 
Buenos días Kurohe — saludó incorporándose  sin esperar recibir respuesta.
 
Miró por última vez aquella foto mientras trataba de calmar esa fuerte opresión en su pecho, se levantó de la cama para encaminarse al cuarto de baño, ya dentro, comenzó con el ritual de aseo diario, después de esto salió en bata y una toalla en hombros.
 
Observó sin interés alguno el gran guarda ropa que se mostraba frente a él.
 
tomo un bello kimono con un hermoso y fino estampado de flores y ramas de ciruelo en un fondo de plata de febrero; con paciencia comenzó a arreglarse.
 
Al terminar ya había pasado una hora por lo que arreglo su habitación y se dirigió al altar de la familia, nuevamente ahí, vio la foto de aquel joven que amaba tanto, su hermano mayor.
 
 
Hola nuevamente, Kurohe ¿sabes? padre comenzará con su plan — comentó con una triste sonrisa para sentarse al estilo seiza frente al altar — yo eliminaré a esa persona y se que si estuvieras aquí no me permitirías, pero… debido a que las cosas se han complicado he aceptado en silencio lo que Oto-sama tiene preparado —  confesó con la mirada vacía.
 
Después de la conversación, se dedicó ha rezar hasta que el sonido de unos pasos acercándose le advirtió de la llegada de sus hermanos menores.
 
Buen día onii-sama — saludaron ha el mayor, la persona que estaba a la derecha de Zero, tenía la misma apariencia sólo que tenía expresión cálida,  inocente, llevaba un kimono violeta pálido con detalles blancos dándole un aire tierno y por último a su costado había una joven de largos cabellos plata, piel blanca, ojos rosado amatista, figura delicada, vestía un kimono color rosa pálido, dándolo aire cálido y cariñoso.
 
Los jóvenes se sentaron de la misma forma que  su hermano mayor.
 
Buen día Kurohe onii-sama —  saludaron mirando la foto.
 
Quisiera haber conocido ha onii-sama — dijo con nostalgia la pequeña.
 
Yo también, si el estuviera aquí… "Zero onii-sama sonreiría de verdad" —
 
Después de esto los tres jóvenes se dedicaron a rezar en silencio.
 
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¡No puedes hacer eso! ¡yo no he sido informada de esto Rido!— refutó una hermosa mujer pelo plata de ojos rosa amatista, piel blanca y elegante figura — todo está mejor aquí y volver a Japón para el sería algo horrible — trató de convencer  al hombre frente a ella.
 
Esta bien para ti, Shizuka, y si no quieres ir con nosotros puedes quedarte — sentenció  un hombre de pelo marrón oscuro cobrizo, piel blanca, ojos de diferentes colores uno color azul eléctrico y otro color rojo.— después de todo no notarían tu ausencia.
 
Ambos estaban sentados uno frente al otro en una gran habitación solamente separados por el escritorio, la mujer estaba desesperada por convencer a su esposo pero este se mantenía firme ante la decisión de volver ha Japón.
 
 
Si no tienes nada más que discutir puedes retirarte tengo entendido que esta tarde te presentaras en la Catedral de San Sebastián — comento calmado mirando ha los ojos de su esposa.
 
Yo iré, sólo deja que haga esta presentación y arregle unos asuntos, no permitiré que destruyas todo lo que he construido hasta ahora — dijo con rabia pintada en su mirada para salir de la habitación.
 
Entonces irás después de ellos, su vuelo es hoy — añadió Rido, Shizuka le miró con desprecio para retirarse de la habitación.
 
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Después de rezar y desayunar los hermanos se encontraban paseando por un hermoso jardín en silencio.
 
Por cierto onii-sama — recordó Ichiru — Oto-sama quiere que vayamos a su despacho dentro de…¡un minuto! — elevó la voz ante lo último.
 
Ichiru, controla tu timbre de voz — recordó inexpresivo Zero.
 
María sólo observó a su hermano mayor; desde pequeños habían pasado más tiempo con su hermano, el siempre los cuidaba y protegía ya que su madre les dejó para seguir con su carrera de artista de música clásica y su padre se encargaba de las grandes empresas de su familia, desde entonces ellos eran cuidados por su hermano que siempre les sonreía cuando  ellos estaban solos pero, ahora su hermano estaba cada vez más distante, su padre les había hecho tomar clases particulares aparte de la escuela y llevaba a su hermano a los eventos que se daban para el bien de las empresas.
 
Vayamos por el pasillo, es el camino más corto — sugirió María.
 
Los hermanos asintieron para dirigirse al lugar por lo que llegaron al despacho a tiempo, Zero golpeó suavemente la puerta pidiendo permiso.
 
 
"Adelante" — cedió paso su padre.
 
 
Buen día Oto-sama — saludo de manera educada María quien fue la primera en ingresar, Ichiru imitó el gesto y finalmente ingreso Zero que hizo una reverencia saludando ha su progenitor.
 
 
Rido sólo asintió para indicarles con un movimiento de mano que tomaran asiento frente ha él.
 
 
Dentro de cinco horas viajarán ha Japón, su madre y yo hemos decidido volver — informó el pelo marrón cobrizo.
 
Los más jóvenes se tensaron levemente al ver como la mirada de su hermano mayor se ensombrecía. — Como órdenes Oto-sama— respondieron los tres al mismo tiempo.
 
María, Ichiru pueden retirarse — ordenó ha sus hijos de manera severa.
 
 
Los jóvenes asintieron — con tú permiso Oto-sama — se despidieron haciendo una leve reverencia.
 
Una vez fuera del despacho de su padre, María e Ichiru relajaron sus facciones mientras caminaban por un largo corredor que los llevaría al jardín.
 
Odio a padre — confesó afligida María — ¿cómo puede hacernos volver ha Japón? ese lugar que tanto dolor a traído a la familia.— reclamó con ojos acuosos apretando con fuerza la mano de su gemelo.
 
 
Zero onii-sama debe estar peor que nosotros María… después de todo, Kurohe Onii-sama le cuido de padre cuando Shizuka-sama  se fue — recordó mientras se acercaba a su hermana para reconfortarla con un abrazo.
 
 
Padre puede estar planeando algo, es demasiado extraño que quiera regresar a Japón cuando aquí estamos muy bien — dijo correspondiendo el abrazo de su hermano.
 
 
Lo sé, pero Onii-sama y yo te protegeremos, entre nosotros nos protegeremos. — calmó a su gemela, ambos se miraron con cariño sin darse cuenta que alguien se acercaba.
 
María, Ichiru — oyeron sus nombres por lo que voltearon topándose con Shizuka.
 
 
Shizuka-sama buen día — saludaron los jóvenes haciendo una reverencia de manera cortés y fría.
 
La pelo blanca sonrió al escuchar como la llamaban, había tamado una buena decisión al haber sobrepuesto la fama que permanecer al lado de sus esos niños. 
 
 
Están más grandes y hermosos de lo que recordaba — comentó la mujer tratando de sonreír.
 
 
Gracias y usted Shizuka-sama  sigue con sus deslumbrantes espectáculos. — alagó  María sin soltar aún la mano de su hermano, le afectaba estar frente a la mujer.
 
Su hermano al ver esto decidió apartar del lugar a su hermana antes que esta perdiera su control.
 
Shizuka-sama disculpe que  no le acompañemos  por más tiempo pero debemos asistir ha nuestras lecciones,  Oto-sama se molestara si llegamos tarde— dijo Ichiru con voz fría— con su permiso.—se despidió  haciendo una leve reverencia  dejando ha una disgustada Shizuka.
 
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Zero, Shizuka y yo tenemos asuntos pendientes aquí aún— habló Rido después de que los pelo platas menores habían abandonado su despacho.— después de que terminemos los pendientes que tenemos aquí, iremos con ustedes; mientras tanto espero que mantengas en orden las cosas — ordenó de forma severa— tengan cuidado de sus acciones en mi ausencia, el hecho que no este no significa que tus hermanos puedan hacer lo que quieran yo estaré vigilándolos .
 
 
No se preocupe Oto-sama no le fallare — respondió Zero.
 
 
Su vuelo saldrá dentro de cinco horas, la casa en Japón esta lista para su llegada excepto por los empleados, las mucamas estan preparando sus cosas asi que no tendrán problemas al llegar — 
 
 
Como digas Oto-sama, respecto a los empleados no son necesarios María, Ichiru y yo nos encargaremos de cuidar la casa hasta la llegada de Shizuka-sama, si eso es todo ¿puedo retirarme? — pidió el menor.
 
 
Si, puedes retirarte —
 
 
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JAPÓN, SHIRAKAWA-GO
 
5:40 p.m
 
Se encontraba una joven de ojos marrones, cabellos color chocolate hasta la cintura, piel blanca, figura delgada sentada en la terraza tomando té mientras observaba como varios carros pasaban a la mansión vecina que podía ver desde allí.
 
Ne Reita ¿Cómo crees que serán los nuevos vecinos? — preguntó la pelo chocolate, viendo su taza con gran interés.
 
No lo sé, pero deben ser japoneses tradicionales...esa mansión es del estilo tradicional — respondió un chico de cabellos de chocolate tenía la misma apariencia de la chica la diferencia era que este tenía rasgos masculinos y tenía el cabello corto.
 
¿Tú que opinas nii-sama? — pregunto la chica a otro joven que se encontraba recostado en un gran mueble de terciopelo dentro de la habitación, su presencia desbordaba seducción, su piel morena, sedosos cabellos castaños hasta los hombros, profundos ojos chocolate, cuerpo bien marcado.
 
No me interesa — respondió con voz aterciopelada cubriendo su rostro con una mano dando a entender que no participaría de la plática.
 
El menor sólo bufó y la chica lanzó un suspiro cansada de la actitud de su hermano mayor.
 
Al menos podrías acompañarnos — pidió la chica con ojitos sin dar oportunidad a declinar la invitación.
 
Esta bien — respondió con un suspiro rendido, cuando su pequeña hermana ponía esa cara era una señal de que no se rendiría hasta que aceptase acompañarlos.
 
Oni-sama ¡eres el mejor!—
 
 
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Austria, Viena 
 
Onii-sama ¿puedo preguntarte algo? — dijo la chica acariciando una linda rosa roja.
 
 
Dime — alentó este viendo con desprecio la flor que su hermana tenía entre dedos.
 
 
¿Por qué odias tanto el rojo? — pregunto esta atrayendo la atención de Ichiru que estaba regando los rosales.
 
 
Ciertamente, su hermano despreciaba el color rojo, cada vez que lo veía su mirada mostraba odio y dolor.
 
 
No odio el color — respondió este — odio el sentimiento que me recuerda; la pasión, desear algo… como líder del clan no puedo sentir, sólo puedo dar amor para ustedes más debo odiar amar de otra manera, cosa que para mi es algo bueno — respondió este destrozando una rosa roja lastimándose la palma de la mano, apreciando de nuevo el rojo, aquel color que tiempo atras amaba con locura.
 
Ichiru y María lo miraban con tristeza disfrazada, su hermano era lo más preciado para ellos y ver esa mirada en el era algo realmente raro, nunca habían escuchado hablar de esa manera a su hermano.
 
Tan fría y llena de odio.
 
 
Oni-sama— llamó nuevamente María. dejando caer la rosa.
 
si — alentó este viendo la acción de su hermana.
 
Yo también odio el rojo — respondió la joven mirando la rosa en el suelo.
 
¿…? — Zero cuestionó  con la mirada a su hermana sin entender las palabras de la joven.
 
El rojo hace que oni-sama recuerde ese sentimiento y se ponga triste, yo no quiero que oni-sama este triste por eso odio el rojo, para nosotros amar sólo nos ha causado daño, nuestra belleza es esa — explicó la chica de manera dulce.
 
María tiene razón Oni-sama, nosotros sólo tenemos un destino trazado por padre, no podemos amar ni tenemos voz en  decisiones sobre nuestro futuro, no somos amados, la  belleza simbólica de nuestro clan es el desamor  —
 
Zero observó a sus hermanos y estos le sonrieron cálidamente, Zero amaba a sus hermanos,  eran su familia, su única razón del porque acataba todo lo que su padre le ordenaba.
 
 
Lo que Zero también sabía que sus hermanos no comprendían su odio y que en un futuro no muy lejano se encontrarían con aquella persona a la que amarían de manera apasionada y, cuando eso ocurriera 
 
El estaría dispuesto a todo por proteger la felicidad de sus hermanos
 
Todo, sin importar que.
 
Gracias— dijo con una linda sonrisa — bueno, es hora de  alistarse,  el vuelo sera en unas horas.
 
 
 
 
Notas finales:

 

Nota:

Kurohe me pertenece!!! Es un personaje original

 

Nos vemos

 


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