Pañuelos esparcidos por todo el suelo, una que otra revista abierta la cama y el revoltijo de sábanas encima de él.
Apoyado sobre muchas almohadas se encontraba Baekhyun. Tosía y se sonaba la nariz como endemoniado. "Estúpida primavera", resopló entre dientes. Una mala combinación de caerse en un charco de agua y tener que caminar a casa empapado mientras que pasaba por un parque que hace unos días había florecido, ese no fue su día.
La televisión ya se estaba tornando aburrida así que decidió apagarla e irse a dormir. Dio varias vueltas en su cama pero no podía dormirse. El dolor en sus fosas nasales y en su garganta incrementaban cada vez más.
Se tranquilizó por un momento y quedó de lado mirando hacia el gran ventanal de su habitación. Quería tratar de distraeré del dolor mirando las nubes pasar, el cielo estaba despejado así que las podía apreciar más claramente como formaban diferentes figuras. Después de todo no era tan mala idea vivir en el ultimo piso del departamento. Una nube con forma de barco, según él, lo tenía bastante entretenido hasta que escuchó la perilla girara. Inmediatamente se hizo el dormido, no quería llevarse un regaño por parte de los otros miembros sino descansaba bien.
Al momento que cerró los ojos escucho unos ligeros pasos acompañado de un suave tarareo. En ese momento no sabría si estaría delirando por la fiebre o de la nada su piel se había tornado sensible a todo tacto ajeno. Se sentía bien como aquella mano acariciaba su frente, jugaba con las melenas de su flequillo, hasta que terminaba por posarse en su mejilla.
—Kyungsoo —susurró, sintiendo un ardor en su garganta
—Shh, no hables —dijo Kyungsoo posando delicadamente un dedo sobre los labios del otro — Si hablas te dañarás más la voz, Baekhyunnie.
Su nombre resonó y aturdió todos los sentidos de Baekhyun. La voz de Kyungsoo definitivamente era hermosa, y más aún cuando pronunciaba su nombre.
Dejó de sentir el calor de Kyungsoo cerca de su rostro hasta que sintió un peso recostarse a su lado opuesto de la cama, mientras que unos brazos lo acurrucaban en el pecho ajeno.
Las caricias de Kyungsoo sobre su cabello lo hacían volar hasta otro universo. Aquellas manos blanquecinas le hacían sentir tan ligero y delicado.
—Hyung, llevas dos días enfermo y aún no te baja la fiebre. — suspiró — Además, e tradado de todo para que te sientas mejor.
—Kyunggie, creo que faltó una cosa por intentar.
Kyungsoo río suavemente, sabía de lo que se trataba.
Todo paso en un segundo pero para ambos fue algo eterno. Baekhyun pudo sentir una presión en sus labios. Eran los labios de Kyungsoo contra los suyos. Kyungsoo lo estaba besando. Su Kyungsoo.
Una paz total lo invadió. Definitivamente sabía que aquel beso sería mejor que cualquier píldora o remedio casero.
Volvió a acomodarse en el pecho de su querido dongsaeng, y escuchó como su corazón latía fuertemente. Era adorable.
De apoco Baekhyun se volvió a quedar dormido acurrucado por Kyungsoo. Durmió plácidamente sus brazos y con el aroma de Kyungsoo que lo envolvía en sus sueños.
Aquella noche soñó con Kyungsoo, y como repetían nuevamente aquel beso. Quién diría que la "medicina milagrosa" de Kyungsoo que calmó todo dolor de la gripe primaveral serían sus suaves besos.