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Got My Heartbeat Runnin' Away por minhyeyah

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Notas del fanfic:

Esta traducción esta dedicada a ImaraSexing <3

Notas del capitulo:

y otra traducción orz cuando ni siquiera he terminado mi traducción principal, pero este es uno de mis fics hunhan favoritos y decidí traducirlo, ya había dejado el link en el fic de knocked up pero decidí publicarlo aquí igual solo porque si ha ha ah... orz

 

espero que les guste y disfruten leyendo homies!

Sehun es una persona olvidadiza. Pone las llaves de su casa y las de su carro en jaboneras y cuelga sus chaquetas detrás de las puertas. Algunas veces paga en el cajero y se aleja sin sus bolsas de azúcar y canela, lo cual por lo menos es ligeramente mejor que olvidarse de pagar completamente y salir de la tienda y ser masacrado por seguridad (ha pasado más de una vez, desafortunadamente).

“¿Olvidaste que era tu cumpleaños?” Baekhyun pregunta incrédulamente. “¿Quién olvida su propio cumpleaños? Facebook no deja que nadie olvide el cumpleaños de alguien, ¿Y tú te olvidaste del tuyo?”

“Cállate” Sehun murmura por la comisura de su boca. Para ser justos, había estado en línea hasta las cinco esta mañana, tratando de terminar su trabajo final para el semestre de primavera, pero había perdido el conocimiento antes de haber tenido la oportunidad de ver las cuatro millones de felicitaciones poco entusiastas publicadas en su muro por personas con las que casi nunca hablaba.

“Es solo, como olvidas tu vigésimo cumpleaños,” Baekhyun dice de nuevo, exasperado. Sehun lo mira ferozmente desde el otro lado del pequeño espacio de trabajo detrás del mostrador mientras escarcha cinco docenas de pastelillos de chocolate con glaseado de crema de mantequilla rosa. Baekhyun solo sonríe y dice, “Solo estoy jugando contigo. Aunque hice algo pequeño para ti. Te lo daré después durante el descanso.”

 

________

 

Sehun es una persona olvidadiza, tal vez, porque sus padres no lo recuerdan demasiado tampoco.

Ellos no son descuidados, per se. Es simple: ellos aman su trabajo más de lo que lo aman a él y a su hermano mayor, porque los hijos tienen necesidades que no siempre pueden ser satisfechas. Los oficios son diferentes—hazlo bien y hay ganancia exitosa.

Es por eso que Sehun ha encontrado su área de comodidad en la pastelería Baek’s. Le gusta estar rodeado de azúcar y especias, de órdenes sobre órdenes de pasteles y confitería, como lo hacen muchos, pero a él simplemente le gusta ser necesitado.  Las personas vienen aquí para pedir pasteles de boda con encaje Victoriano cada vez más imposibles y difíciles. Pasteles de Quinceañera y tortas cotillón con siete niveles. Tartas colosales de helado de galleta de chocolate para esa primera fiesta del niño de cuatro años. Ordenes de Petit Fours que necesitaban ser enviadas en neveras refrigeradas que pesaban más que él y Baekhyun combinados. La presión esta siempre sobre sus hombros pero a él le gusta que haya presión en absoluto.

Baekhyun necesita la ayuda, de todas maneras, y Sehun tiene estilo para la decoración. La pastelería que manejan es pequeña, casi más grande que el tamaño de una boutique pero con una reputación a nivel local y en línea. Sehun no es un apasionado de pasteles como lo es Baekhyun—casado con ellos, prácticamente—pero hay algo sobre este olor dulce de su uniforme de doble pecho con los botones de latón y delantal harinoso que le recuerda extrañamente a casa.

 

_______

 


Sehun está sentado en la cocina trasera al lado de los refrigeradores de almacenamiento, comiendo la pequeña tarta que Baekhyun le hizo—Red Velvet y Gelatina con crema batida—cuando escucha el chillido agudo de Baekhyun desde el garaje de carga y descarga. Su tenedor golpea el soporte de la tarta con un estruendo, porque él prefiere no molestarse con otro plato, y Sehun viaja sobre sus propios pies corriendo atravéz de la despensa y el cuarto de refrigeración para llegar al garaje.

“¿Qué paso—?”

Baekhyun está absolutamente bien, por lo que Sehun está inicialmente aliviado pero luego inmediatamente irritado porque ¿Era el chillido realmente necesario? Una vez Baekhyun había visto una araña tal vez del tamaño de la uña de Sehun y se abalanzó contra Sehun tan violentamente que ambos fueron enviados al suelo. Creyó que Baekhyun había visto un matón o algo así. Sehun eventualmente golpeó a la hija de puta con una espátula.

“¡Entré! ¡Entré! ¡Entré!”

Sehun avanza confundido. La parte superior del papel es un membrete con el texto verde rodeado por un largo grano de trigo, y Sehun siente sus propios ojos agrandarse.

“¿Entraste al Instituto Culinario de América?”

“¡Aplique para su programa de pastelería! Yo quería— oh mi Dios, Sehun, no lo puedo creer—“

Sehun le quita el papel a Baekhyun mientras él avanza a la histeria hecha y derecha que implica actualmente bailar en círculos alrededor de Sehun en el pavimento húmedo, y sus ojos vuelan atravéz de las palabras. La mayoría de la carta está en Ingles pero Sehun si entiende cosas como La Ciudad de New York y pastelería. Cuando levanta la mirada, el rostro de Baekhyun está brillando lo suficiente para desvanecer las nubes de lluvia.

“¿Cuándo empiezas?” Sehun pregunta aturdido.

“¡El cinco de Mayo!” Baekhyun dice. “Es un programa de veintiún meses con tres meses de externado y dos meses de experiencia de trabajo, pero probablemente puedo saltarme esa parte, considerando todas las cosas.” Agarra las manos de Sehun con las suyas y las aprieta fuerte. “Puedo llegar a ser mucho mejor, Sehun, ¡Te lo puedes imaginar!”

“Sí,” Sehun dice débilmente. “Claro que puedo.”

 

_______

 

Eso trae todo tipo de problemas para Sehun y su no ser capaz de manejar la pastelería 24/7 ni siquiera comienza a cubrirlo. No sabe como manejar un negocio, es una mierda en matemáticas y finanzas, y la idea de mantenerse al margen con las órdenes por sí solo lo marea. No se perdió todas las noches cuando iría de vuelta a su departamento para hacer tarea y Baekhyun se sentaría solo en la cocina trasera contando números y murmurando a su calculadora, plumas detrás de ambas orejas.

Cuando trae este problema hacia la atención de Baekhyun, espera un ceño fruncido y una deflación del ahora pequeño pecho inflado de Baekhyun. Él no espera, sin embargo, una sonrisa brillante y un golpecito en el hombro. Sehun realmente va a tener que ir allí adentro y sacar los tornillos para sonreír.

“Ya tengo eso planeado,” Baekhyun dice. “Tuve un amigo una vez en Le Cordon Bleu con el que hable y quiere trabajar aquí. En estos momentos está establecido en Konfiterias Kris’s.”

“¿Nuestra sucursal hermana en China?”

“La conoces. Le llame ayer y pregunte si aún estaba interesado en manejar toda una pastelería mientras yo iba a la escuela en los Estados Unidos ¡y estuvo de acuerdo! Dijo que necesitaba algo que hacer, está cansado de estar en una cocina con media docena de otras personas. Él tiene grandes ideas.”

“¿Konfiterias Kris’s tiene a ocho personas trabajando a la vez?”

“Son una sucursal más grande, necesitan más gente,” Baekhyun dice, sacando el tazón de debajo de los batidores. Raspa los lados y cuando se da cuenta de que Sehun aún no se ha movido, sosteniendo una bolsa de glaseado rosa, una mirada de preocupación adorna sus facciones por primera vez.

“Estarás bien ¿cierto? Luhan es realmente experimentado y agradable. ¡Va a estar bien!”

Este no es un logro pequeño, Sehun lo sabe. Entrar al Instituto Culinario de América no es una tarea fácil y que Baekhyun consiguió llevarlo a cabo—inundado de pedidos, no menos—es impresionante. Le había dicho a Sehun con muchas rebanadas de pastel, hasta altas horas de la noche, acerca de cómo su sueño era asistir a su programa de pastelería y convertirse en un chef de repostería certificado.

Así que sonríe y le da un codazo a Baekhyun y dice, “No te preocupes por mí. Voy a estar bien.”

Eso espera.

 

________

 

Baekhyun debe irse inmediatamente en la noche del primero de Mayo para que pueda ser situado y orientado antes del comienzo del programa. Luhan esta designado a llegar de China el veintinueve de Abril, lo cual Sehun, siendo Sehun, olvida completamente. Esta detrás del mostrador arreglando los pasteles frescos de taro entre los de capuchino-mocha cuando hay una ráfaga de briza de primavera, el sonido del tráfico rugiendo brevemente.

La puerta no está a vista directa del mostrador—hay un área de bienvenida que está decorada con pasteles falsos y sillas de mimbre con cojines florales, así que Sehun se endereza y limpia sus manos en la toalla en su cintura. Baekhyun está en la parte de atrás, puliendo el último pastel de cumpleaños que estará haciendo por un tiempo. Sehun odia saludar a los invitados pero algunas veces, es necesario.

“Hola ¿Te puedo ayudar hoy?”

“Oh, tú debes de ser el compañero de trabajo de Baekhyun, Sehun ¿cierto?” Él tiene una voz suave y un toque de un acento extranjero. “Soy Luhan.”

“Yo. Oh. Sí, el compañero de trabajo,” Sehun dice articuladamente, atrapado con la guardia baja. Luhan es pequeño—bueno, está aproximadamente del mismo tamaño que el de Baekhyun, para ser justos, pero él ha visto fotos de Baekhyun y Kris de su tiempo juntos como compañeros de clase en Le Cordon Bleu y Kris es enorme. De alguna manera Sehun asumía que todos en la cocina de Kris eran del tamaño de un camión. Además, Luhan está en ropa de calle y una mochila, y luce como un estudiante de primer año en busca de comprar algo para su novia.

Luhan sonríe con media sonrisa. “¿Está Baekhyun adentro, o…?”

“Oh, está horneando,” Sehun dice, brincando, como si de repente se diera cuenta de que Baekhyun era Algo Que Existía.

“Correcto, déjame ir por él.”

Baekhyun le da a Luhan un gran, pegajoso abrazo que deja migajas de chocolate y glaseado en su camisa y Sehun supone que es la marca de un verdadero pastelero que Luhan casi apenas no retrocede. Hablan en coreano emocionado y rápido y Sehun está actualmente impresionado por cuán bien Luhan lo puede hablar a pesar del acento. Se escabulle de nuevo hacia la esquina como una babosa y continua sacudiendo el espolvoreado de lunas y estrellas sobre un lote de panqueques para ser enviados a una escuela para una fiesta de jubilación.

“Sehun, ven aquí, estás siendo grosero,” Baekhyun reprende, y Sehun se pone de mal humor antes de poner el espolvoreado abajo y arrastrar los pies hacia allá.

“Él técnicamente va a ser tu jefe por los próximos dos años o algo así, deberías llegar a conocerlo,” Baekhyun dice. “No sería un buen presagio si ustedes tuvieran conflictos.”

Sehun le da una mirada a Luhan de sálvame y Luhan solo guiña.

 

________

 

“¿Vas a extrañarlo?”

En los últimos tres días, Luhan ha estado en todas partes en la pastelería Baek`s, conociendo como funcionan las cosas, familiarizándose con el equipo y las herramientas. Baekhyun ha estado dentro y fuera, nunca en su uniforme, tratando de juntar todos sus cabos sueltos antes de irse. Sehun ha sido atrapado entre todo eso, silenciosamente rociando flores de azúcar para un pastel de cumpleaños de tres niveles que ha sido ordenado para la próxima semana.

Encoge sus hombros ante la pregunta. Luhan esta furiosamente enrollando más pasta de goma y azúcar, sus dedos sumergidos en glicerina, y alza la mirada justamente cuando los hombros de Sehun están decayendo. “Baekhyun es uno de mis mejores amigos,” dice. “Él dice que si todo sale de acuerdo al plan, estará de regreso dentro de dos años, en agosto. Pero creo que…voy a extrañar más su buen humor.”

“Cualquiera lo haría,” Luhan está de acuerdo. “Pero yo no soy una nube negra de pesimismo tampoco, así que vamos a hacer esto funcionar.”

Luhan hace un débil choque de puños ante esto y Sehun ríe a pesar de sí mismo. “No hagas eso otra vez.”

“Parece que algo te está preocupando.” Luhan dice después de una pausa. “¿Estas preocupado acerca de lo que le pasará al negocio?”

“Eso también,” Sehun dice. Deja de prensar los pétalos de lirio de tigre y deja caer sus manos en su manchado, delantado regazo. “Pero es que, ¿Cómo no pudo decirme hasta ahora? ¿Por qué no dijo nada acerca de su aplicación?”

Luhan está callado. “Bueno, ese es asunto suyo, pero él me dijo que no te quería preocupar antes de tiempo, no hacerlo un gran problema.” Dice. “Así es Baek. Siempre preocupándose acerca de tus intereses incluso si tú no quieres que lo haga. Hace demasiado para su propio bien, si me preguntas.”

Sehun suspira, soplando sus  mechones hacia arriba de su frente. “No estaba listo para todo esto, maldita sea.” Maldice entre dientes.

“No creo que ninguno de nosotros lo estaba,” Luhan dice, dejando caer un poco de gel colorante de alimentos color rosa en la azúcar. “Creo que solo puedes hacer planes y esperar que lo que venga se adapte a ellos.”

 

________

 


Manejar la pastelería Baek´s sin Baekhyun es raro. Ahora que termino su segundo año de universidad, y ya que Luhan todavía es un poco frio con la cocina, el día de Sehun empieza a las 9 am con aplastar masa que se ha dejado afuera durante la noche, o poner rejillas de galletas—azúcar, chispas de chocolate, de avena con pasas—en los hornos correctos. Una gran cantidad de responsabilidades que antes eran de Baekhyun, tales como saludar a los invitados, tomar órdenes, y hornear a gran escala, han sido divididas entre ellos hasta que Luhan se ponga al ritmo con las cosas.

La ausencia de Baekhyun no cambia la carga de clientes, en todo caso. Sehun se encuentra sentado con una mujer joven que tiene una solicitud de un pastel de baby shower ni un día en la nueva función de Luhan como jefe y ella empuja listones e invitaciones a través de la mesa hacia él.

“Quería que combinara con el papel de tarjetas en la que lo imprimimos, y si eso es demasiado difícil, estos son los colores de las decoraciones,” dice, pasando sus dedos atravéz del satén. “Es una niña, pero no quiero que sea todo rosa, ¿sabes? Tal vez le guste el azul. Así que quería ambos colores representados.”

Sehun se pregunta como puede Baekhyun ser tan bueno en esto, asintiendo, sonriendo, preguntando cual sabor de pastel les gustaría a sus clientes. Luhan lo salva trayendo un plato de todos los sabores que hornean. Sehun se da cuenta de que en lugar de las siete habituales muestras, hay nueve. Levanta la vista hacia Luhan casi imperceptiblemente, y esa pequeña, sabionda sonrisa revolotea a través de sus labios como si supiera que Sehun lo está mirando, aunque apenas delata el hecho de que él ha visto. Es profesionalismo en una ciencia y Sehun está casi intimidado.

La mujer termina escogiendo el de avellana y uno del que Sehun nunca ha escuchando hablar antes, mantequilla de nuez. Cuando ella se va, Luhan saca la silla que la mujer acababa de dejar y llena los detalles del dibujo rápido que dibujó para mostrarle lo que imaginaba.

Sehun entrecierra los ojos.

“Solo horneamos siete sabores de pastel. ¿Qué era el otro?”

“Menta de chocolate,” Luhan dice distraídamente, sacudiendo los fragmentos de goma de borrar de la mesa. “Y el otro que escuchaste, por supuesto, mantequilla de nuez. Son dos de las opciones populares en Konfiterias Kris’s, no sabía que era exclusivo de China.” Levanta la mirada. Los ojos de Sehun son aberturas oscuras. “¿Qué? A ella le gustaron lo suficiente para escoger uno ¿cierto?”

“Bueno. Supongo. No lo sé, solo parece… supongo.”

“Si estás preocupado por el nombre de Baekhyun, yo no lo estaría,” Luhan dice. “Una vez que regrese será capaz de hornear círculos a mi alrededor.”

Sehun quiere contra argumentar pero Luhan luce tan contento con su pequeño dibujo de pastel que no se atreve, y simplemente suspira antes de decir “Necesitaras enseñarme la receta de ello pronto.”

 

________

 

Tienen dos órdenes más ese día, y ambas veces Luhan saca los nuevos sabores. Sehun es tan curioso que cuando el tercer cliente se va—una vieja pareja celebrando su aniversario de oro—agarra a hurtadillas un bocado de ambos. La mantequilla de nuez se derrite en su boca y la menta de chocolate es como el helado en forma de pastel y atrapa a Luhan sonriéndole satisfecho desde detrás del mostrador como si el gato atrapó al canario.

“¿Bueno, huh?” dice.

“Mucho,” Sehun admite a regañadientes. “Es suave. Con sabor a nuez, el de mantequilla de nuez. Es un cambio agradable porque a Baekhyun le gusta hacer sus pastas dulces.”

“El sabor de China,” Luhan dice, asintiendo. “No el sabor, por supuesto, pero en China usamos menos azúcar así que el sabor no es verdaderamente dulce, pero aun así distinto y fuerte.”

“Puedo ver porque ordenaron ambos a pesar de que no combinan. Completamente,” Sehun se queja, metiendo el resto del pastel de menta de chocolate en su boca. “Este podría ser mi nuevo favorito.”

“Hare uno grande para ti en algún momento,” Luhan dice. “¿Cuándo es tu cumpleaños?”

“Acaba de pasar.”

“Oh. Eso es una pena. Bueno, los pasteles no necesitan una ocasión,” Luhan dice. “Tal vez te sorprenda.”

Tal vez lo hará, Sehun piensa mientras se lame sus dedos dejándolos limpios, Luhan apresurándose a la cocina para checar la masa del pastel helado. Tal vez lo hará.

 

________

 

A su paso, el pastel para el baby shower toma más de lo normal porque Luhan trata de enseñarle a Sehun la receta de la masa de mantequilla de nuez. Tienen una pequeña emergencia en la forma de Sehun cortando sus dedos mientras cortaba las nueces y tienen que tirar una taza entera de nueces pulverizadas por temor a la contaminación de riesgo biológico.

“Como es que puedes simplemente…olvidar mover tus dedos.” Luhan dice, sacudiendo su cabeza mientras bate un poco de azúcar extra y mantequilla juntas con un mezclador de mano.

“Soy una persona olvidadiza.” Sehun dice débilmente.

“Diría yo.” Luhan dice. “No lo hagas de nuevo, no podemos darnos el lujo de tirar toda una porción de nueces otra vez.”

Sehun rueda sus ojos para sí mismo y se estira atravéz del mostrador por un molde para hornear. Apenas nota el contacto, pero Luhan se estremece como si hubiera sido picado cuando el brazo de Sehun se presiona contra él. Él no reconoce la acción, y después de un momento de mirar sin respuesta, Sehun se da la vuelta hacia su propio espacio de trabajo. Mantequilla pegajosa y trozos de nuez fruncen el ceño ante él.

Va a ser un largo verano.

 

________

 

A tal vez no. la rutina con Luhan toma forma rápidamente y encuentran maneras de encontrarse en el medio. Mientras Baekhyun era indulgencia fácil con solo la amenaza de verdadera ira de vez en cuando (por ejemplo, cuando Sehun olvida cambiar el aceite de la freidora—otra cosa que ha pasado por desgracia más de una vez) Luhan es un sargento, exigiendo la concisión y perfección, sin espacio para los errores. Sehun se pregunta de donde vino—no es como que Luhan y Baekhyun tuvieron diferentes estudios.


Es una noche y un mes desde la ausencia de Baekhyun cuando Sehun finalmente entiende un poco más de Luhan aparte de que tan bien puede ornear. Es también después de regañar a Sehun por dejar que el glaseado se endurezca porque lo dejo reposar por demasiado tiempo.

“No puedo entender como puedes trabajar aquí si eres tan jodidamente olvidadizo,” Luhan explota, y Sehun solo muerde su lengua y cubre una capa fresca de glaseado azul celeste encima de un pastel hexagonal. “Probablemente te olvidarías de hornear un maldito pastel entero y enviarlo si no hubiera alguien alrededor para checar.”

Un silencio más grueso que la mantequilla se acomoda entre ellos y Sehun trabaja en silencio, haciendo figuritas de criaturas marinas de moldeado de chocolate. Se esfuma en sí mismo, algo que solía hacer cuando era niño cuando regresaba a casa de la escuela a un apartamento vacio. Cuando Luhan habla de nuevo su voz es ronca por el desuso.

“Solía ser una mejor persona.”

Sehun apenas registra las palabras. Solo después de que siente la falta de movimiento en la mesa de trabajo de Luhan levanta la mirada.

“¿Qué?”

“Yo solía ser una mejor persona,” Luhan repite con más fuerza. Todavía viendo la masa entre sus manos.

“Oh” Sehun dice secamente. “Aunque yo no creo que eres una mala persona.”

Luhan se burla. “¿Qué sabes de mi aparte de las cosas que puedo hornear?” el mal humor muere en sus labios y Sehun tiene el impulso extraño de darle un abrazo.

“Luhan…”

“No importa,” Luhan dice rápidamente. “Olvida que dije algo.”

Sus palabras revolotean en la cabeza de Sehun. Cuando llegó por primera vez, Luhan parecía ligero, más ligero que la crema que Sehun pasó demasiado de su tiempo difundiendo sobre los pasteles de chocolate, vainilla y fresa. Cuanto más tiempo trabajaban juntos, sin embargo, más amargo se volvía, un sabor amargo, como las galletas que se habían preparado sin polvo para hornear.

“Deberíamos terminar por esta noche.” Luhan dice, aventando la masa en el mostrador con un golpe. Se desata el mandil y camina hacia la bodega donde usualmente cuelgan sus uniformes. Algo golpea el suelo con un tintineo pero Luhan ya ha desaparecido, y Sehun se inclina sobre el mostrador para ver lo que es.

Levanta el sobre de cuero y lo abre—una cartera dañada con incluso ranuras para tarjetas más dañadas. En la ventana de plástico transparente hay una foto de quien Sehun reconoce que es Kris, en su bata y delantal de pastelero, brazos cruzados fuertemente con una cuchara de madera asomando cerca de la curva de su brazo. Baekhyun está cerca del lente de la cámara, sus ojos grandes como siempre. Su cabello aún estaba de color marrón oscuro.

Y luego esta Luhan, riéndose en la izquierda, sus manos cubiertas en glaseado. Luce como si estuviera hablando con alguien fuera de cámara, y de pura curiosidad, Sehun saca la foto del bolsillo un poco para ver si el cuero está bloqueando el rostro de alguien.

No lo hay. En cambio, hay una rasgadura suave e irregular en la foto y todo lo que queda es una mano misteriosa que no tiene dueño.

“¿Qué estás haciendo con eso?”

Sehun salta de su piel y Luhan avanza hacia adelante, deslizando su cartera limpiamente fuera del alcance de Sehun.

“No husmees las pertenencias de los demás.”

Luhan se da la vuelta para agarrar su impermeable y Sehun se atreve a hacer una pregunta.

“¿Quién fue arrancado de esa foto?”

Los movimientos de Luhan se hacen lentos, y no se da la vuelta hasta que su abrigo descanse seguramente en sus hombros. “Es una larga historia,” dice, sin mirar a Sehun.

“Sabes que voy a decir que tengo tiempo.”

“Desearía que no lo hiciera.”

“Me encanta la hora del cuento.”

“Eres imposible,” Luhan dice, sonriendo con tristeza. Un duro chillido raspa a lo largo de las baldosas del suelo mientras acerca una silla plegable para sí mismo y patea otra en la dirección de Sehun. Cuando se acomoda el nylon de su abrigo cruje y cuando Sehun se sienta, una nube de harina se levanta de la silla.

“Conoces las historias,” Luhan dice. “Alguien trabaja demasiado tiempo y la otra persona se cansa de siempre estar solo.”

Sehun asiente. Él sabe muy bien.

“Minseok y yo estábamos en Le Cordon Bleu con Baekhyun y Kris juntos, lo cual era la única cosa que era diferente, en verdad,” Luhan continua. “Nosotros cuatro. Los jefes de cocina nos llamaron el Escuadrón de Mocosos. Ellos no podían enojarse, nosotros hacíamos los mejores pasteles, las mejores esculturas de azúcar,  siempre pasábamos las prácticas con gran éxito y luego algo… bueno, casi todos nosotros.”

“Dicen que no persigas tu futuro por alguna razón, pero con alguien. Por lo menos eso es lo que yo me dije. En cuanto a Minseok, él en realidad nunca quiso convertirse en un chef de pastelería como Kris, Baekhyun y yo; ese no era su sueño. Él no lo estaba haciendo por él, o conmigo. Él lo estaba haciendo por mí, y mientras eso es asombroso de su parte, que hizo algo que no quería por mí, eso es desinteresado, pero solo en teoría. No siempre termina en felicidad. No sé si entiendas—“


“—No lo hago—“

“—Pero no construyes tu vida alrededor de alguien. Tan pronto como él retrocede toda la cosa se derrumba, y.” Luhan suspira, encogiéndose de hombros. “Nos enfadamos, llevando tres años en nuestros estudios allí. Empecé como un descarado por la cocina Francesa antes de que me cambiara a pastelería. Justo después de que lo hice, él por fin me confrontó acerca de cómo me preocupaba mas por polvos inanimados y huevos de gallina de lo que me preocupaba por él.” Luhan se ríe sin ganas. “No era como que estaba equivocado, pero hizo un corte profundo de todos modos.”

Toma un respiro aquí. Sehun se remueve en el asiento y el metal cruje ruidosamente debajo de él.

“¿Qué paso después de eso?”

“Se fue, obviamente,” Luhan dice. “Fue a perseguir su propio sueño, soccer. Bien por él, para ser honesto. Él es feliz ahora, así que…”

La voz de Luhan se desvanece y se recarga en su silla, alejando la mirada de Sehun resueltamente como si los relojes de los hornos fueran repentinamente más fascinantes. Sehun puede ver la humedad a lo largo de los bordes de los ojos de Luhan y se decide en contra de inclinarse y tomar la mano de Luhan.

“Sabes, está bien amar algo demasiado,” Sehun dice lentamente. “Nadie te puede parar. Está bien.”

“¡No está bien si interfiere como me relaciono con las personas!” Luhan exclama con frustración. “La única razón por la que Kris no me hecho en las calles en China es porque hemos sido amigos por años y me puede tolerar. Yo solo, no he hecho algún amigo verdadero en años, ya no creo que sepa como—“

Sehun le da un golpecito con un pie azucarado y harinoso.

“Bueno, ¿Por qué no empiezas aquí mismo?”

 

________

 

Luhan es ciertamente algo malo en toda esta idea de hacer amigos porque la única cosa que cambia es él agitando espátulas de masa de galleta en la cara de Sehun e insistiendo que pruebe algo. Baekhyun era siempre estricto acerca de no comer huevos crudos y Luhan rueda sus ojos cuando Sehun rechaza su oferta por, quizá, enésima vez.

“Si yo pude comer huevo crudo en China y estar bien, tú no morirás de intoxicación por salmonella aquí.” Luhan dice.

“Cállate y haz tu guirnalda,” Sehun dice, sin veneno real en sus palabras. Tiene un pastel de aniversario de plata de cinco niveles para terminar en los siguientes días y no han terminado de hacer las trescientas  flores plateadas de azúcar que van a envolver alrededor del pastel en capas. Sehun tiene que asegurarse, en todo esto, de que los estantes delanteros con los pasteles pequeños y galletas aún están llenos de pastas frescas. Es agotador, y desde que Luhan había presentado no dos, sino cinco nuevos sabores, las órdenes habían subido por las nubes.

“Deja los rollos de pastel de té verde y dame una manos con las flores.”

“Pero—“

“Pueden esperar. Aún nos quedan bastantes rollos de taro y chocolate, de todos modos, ¿cierto? Soy malo decorando, yo siempre hacia el montaje en Konfiterias Kris’s.”

Sehun se ríe un poco y baja el tazón de crema de yogurt que está batiendo, cubriéndolo con papel y metiéndolo en la nevera. Luhan tiende su miserable rosa y Sehun la arranca de sus dedos, y se da cuenta de nuevo como Luhan aleja su mano como si hubiera sido quemado.

Solo para jugar con él, Sehun da un paso hacia Luhan, quien retrocede. Él hace abrazar a Luhan, y Luhan actualmente retrocede hacia la mesa de trabajo tratando de evitarlo, y Sehun se aleja.

“Tienes miedo de tocarme,” dice, alzando una ceja.

“No tengo miedo de tocarte,” Luhan murmura.

“Porque retroceder como si yo fuera un animal indomesticado con rabia no es tener miedo. Sí, está bien.”

“¡No estoy asustado de tocar a las personas!” dice. “Solo estoy asustado de—bueno, ser cercano. Ser cercano y joderlo de nuevo.”

Hay algo en la voz de Luhan que hace que Sehun deje de jugar, y por el resto de la noche el aire entre ellos es demasiado salado con tensión.

 

________

 

En algún lugar entre los panqueques, cuernitos, y éclairs; entre el glaseado, harina, y azúcar glaseada; entre el pastel de ron y tarta de lima y crema de chocolate con avellanas, Sehun entiende porque el amor es aterrador.

 

________

 

 

“¿Hola?”

“… ¿Quién está llamando?”

Sehun hace un punto de insertar un silencio ofendido aquí. “Bien hecho, Luhan, trabajas dos meses enteros conmigo y todavía no conoces el sonido de mi voz. Ya es casi Julio.”

“Lo siento, Dios, princesa. Suenas diferente en el teléfono.”

“No me digas princesa. Escucha, tengo un favor que pedir.”

“¿De mí?” Luhan suena sorprendido. “¿Qué tipo de favor tendrías que pedirme a mí? Puedes hornear lo que sea que quieras.”

“Sí. Aunque, esto no es sobre hornear.”

“Oh. Bueno. No soy terriblemente bueno en algo mas.”

“¿Puedes pintar con los dedos?”

“Yo— ¿Qué?”

“Pintar con los dedos. O aventar pintura a una pared.”

“Es esto una broma en estos momentos, Sehun.”

“Dios, desearía que lo fuera.”

“Sí, puedo pintar con los dedos,” Luhan dice secamente. “Pero juro por Dios, si me estas engañando para hacer algo te cortaré las rodillas.”

“Excelente,” Sehun dice alegremente. “¿Puedes venir esta noche?”

“Esta noche es la única noche que tenemos libre.”

“Exactamente.”

Luhan suspira largamente y Sehun sabe que ha ganado.

 

________

 

“Te voy a cortar las rodillas.”

“¡No siquiera es la gran cosa! Relájate, Luhan.”

“No te voy a cortar las rodillas porque me engañaste para hacer algo que era completamente no relacionado a tu pregunta,” Luhan dice, “pero porque eres un idiota.”

“Hey, no seas injusto. Yo puedo hacer lo que quiera.”

“¡Ya eres rubio!”

Sehun se ríe. “¿Quién dijo que iba a pintar mi cabello de rubio?”

Luhan está parado en el baño de Sehun, mirando las siete, tal vez ocho botellas medio vacías de tinte de pelo. Sus ojos parpadean para encontrarse con los de Sehun en el espejo y pregunta, sobre los hombros de Sehun, “¿Quién te ayudo con el rubio, entonces?”

“Mi mejor amigo. Jongin. Aunque él esta en… Japón, o algo así. También él siempre lo mete en mis ojos.”

“No lo sé, Sehun.” Luhan dice.

“Vamos, ¿porfavor?” Sehun dice, agarrando el hombro de Luhan y sacudiéndolo como un niño. Luhan lo mira de reojo antes de dejar salir un gran suspiro.

“¿En serio tengo que hacerlo así?”

“El tinte para cabello no se quita, viejo,” Sehun dice seriamente.

Así es parándose en el baño desnudo solo con sus bóxers, Luhan sosteniendo un plato de cristal con ocho cucharadas de tinte grisáceo para cabello, mezclado hasta formar una pasta espesa. Sehun se sienta en un taburete para bebés, uno dañado de sus días más joven, ya que es demasiado alto para Luhan.

“Estás seguro de esto,” Luhan dice con aprensión, guantes de hule chirriando contra la manija plástica del cepillo. “Como, ¿No tienes un plan en absoluto acerca de donde quiere que vaya un determinado color?”

“Hacer las cosas sin un plan es divertido,” Sehun dice. Cierra los ojos. “Sorpréndeme. Raya lo que sea que quieras en cualquier lugar, solamente no mezcles colores y será genial.”

Un silencio incomodo es puntuado con el crujido de papel de aluminio entre ellos. Luhan parece volverse absorto en su trabajo, tarareando por lo bajo como solía hacer cuando estaba horneando. Sus manos eran suaves en la cabeza de Sehun, y piel de gallina caía por la espalda de Sehun cada vez que Luhan jalaba un mechón de cabello. A lo lejos, pisos y pisos abajo, el tráfico silba por la carretera.

“Eres demasiado bueno en esto.” Sehun comenta cuando Luhan termina de pintar todo su pelo hasta el flequillo, enrollándolo cuidadosamente en un pequeño sobre de papel. Lo pasa hacia atrás sobre su cabeza y agarra una toalla, secándose gotas de tinte que se escaparon a sus hombros. “No metiste algo en mi ojo ni nada.”

“No soy bueno con la estática, pero soy un pastelero,” Luhan dice, sonriendo. “Dios, vas a lucir demente.”

“¿El buen tipo de demente o el mal tipo de demente?”

“El tipo bobo de demente.”

Sehun le lanza la toalla y es allí donde se da cuenta que está parado Básicamente Desnudo en la tina con Luhan, quien también está Básicamente Desnudo, y de repente siente el rubor haciendo erupción en sus mejillas, tan furioso que le da color a todo el camino hasta su pecho.

“Uh, voy a,” dice elocuentemente. Luhan alza sus cejas.

“No vas a hacer algo luciendo así, ¿cierto?” pregunta. “Quiero decir, yo ni siquiera iría a recoger el correo si fuera tú.”

“Necesito orinar. Salte,” Sehun demanda, y empuja a Luhan por sus hombros desnudos. Luhan prácticamente abre su cráneo tratando de salir antes de que Sehun lo vuelva a empujar y agarra su pila de ropa del suelo y empieza a ponérsela. Sehun cierra la puerta y la asegura, se mira a sí mismo y su brillante cabeza con papel en el espejo.

“Estúpido,” murmura, “estúpido, estúpido, estúpido.”

 

________

 

No es hasta después, cuando está parado debajo del caliente chorro de agua y enjuagando el tinte de su cabello, que repentinamente se da cuenta que Luhan no se acobardó en lo más mínimo al meterse a la bañera para pintar el cabello de Sehun.

 

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“Wow, verdaderamente…” Luhan muerde su labio inferior, luciendo en conflicto. “luce muy bien en ti.”

Sehun alza la mano y se esponja su flequillo mientras ata el delantal a su cintura, sacudiendo los terrones más gruesos de harina de la pesada felpa. “¿Sí?” todo acerca de su cabello es escandaloso y desagradable; azul eléctrico, verde ácido, rosa fuerte. De alguna manera, no se ve tan mal. Sehun se imagina que es porque no ha visto su color verdadero de pelo en mucho tiempo para que importe de que color es ahora.

“Sí.” Luhan admite. Sehun bufa. “En verdad lo haces lucir bien. Me gusta. Hice un buen trabajo ¿verdad?”

“Lo hiciste bien,” Sehun dice secamente.”

“Como sea, reina descarada. Tenemos un pastel para cargar.”

“Oh mierda, eso es hoy, ¿cierto?” Sehun dice, golpeando su frente. “Yo—“

“—olvidaste completamente, lo sé. Por eso hice flores extra. Tenemos suficientes, creo. Solo agarra las espigas de madera y empieza a poner los niveles en el camión.”

Sehun se apresura a la bodega y de regreso, luego hacia el garaje. Luhan trabaja rápido sin siquiera parecer apurado, raramente. Se mueve serenamente pero termina antes de que Sehun pueda agarrar el nivel de la corona del pastel de aniversario de plata.

“Más despacio, no estamos retrasados,” Luhan dice cuando Sehun corre jadeando.

“Olvidar cosas siempre me hace sentir retrasado,” explica sin aliento.

Luhan lo golpea ligeramente en el brazo. “¡Deja de olvidar cosas entonces! Un día posiblemente dejes algo importante atrás.”

Sehun mira fijamente mientras Luhan trepa al asiento de conductor del camión y pasa una mano por su cabello. Hace calor—el sol de Julio cae a plomo como tambores mayas—pero no se mueve hasta que Luhan se asoma por la ventana y grita, “¿Vienes, chico vomito de arcoíris?”

Grita con indignación y se mete al camión. Preferiría no ser olvidado, tampoco.

 

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Al menos llegan al final de la fiesta de aniversario, por lo que no tienen que esperar en el camión por mucho tiempo. Sehun empuja un carrito cargado de niveles y Luhan carga la bandeja con decoraciones delicadas y lo arman en silencio en la cocina del hotel. Es ahora en donde trabajan mejor—elaborando una obra de arte, ni un solo detalle pasado por alto.

Hoy es el turno de Sehun de llevar la pieza terminada. Exclamaciones llueven sobre ellos y Luhan las tiene que recoger como flores esparcidas. Es enorme, elevándose por encima de Sehun y  mira hacia la corona donde descansa una enorme magnolia de azúcar que pintó hace dos días. La pareja que hizo la fiesta les dieron a él y a Luhan abrazos, insistiendo que coman un pedazo.

“¿Piensas que van a durar?”

Sehun parpadea antes de darse cuenta de que Luhan está hablando con él.

“¿Qué—como, su matrimonio?”

“Sí.”

“Duraron tanto tiempo. Los aniversarios de plata son muy impresionantes en este día y edad, que con las personas divorciándose a diestra y siniestra.”

“Bueno, me alegra que estén felices. Me alegra que nosotros podamos hacerlos felices.”

Están parados en la ventana de la cocina observando a la gente rebanando su pastel y robando bocados de platos de otras personas—tiene que haber al menos tres o más sabores diferentes. Sehun mira hacia otro lado, sin embargo, para observar el perfil de Luhan.

“Le tienes tanto miedo al amor.” Dice, antes de perder los nervios, “pero te esfuerzas demasiado en hacerlo perfecto para los demás. No lo entiendo.”

Luhan encoge sus hombros con poco entusiasmo, claramente indispuesto a abordar este tema de nuevo. “Solo porque no soy un fan de ello no significa que no pueda ser perfecto para alguien más.”

Latido de corazón.

No hay masa en las manos de Sehun para agarrar en este momento, como lo hace a menudo cuando Luhan pasa junto a él, no hay huevos para romper por nerviosismo, no hay leche para medir para mantener sus ojos ocupados. Son solo él y Luhan y demasiadas noches vagando alrededor del uno al otro, granos de azúcar convirtiéndose en malta sin sabor entre sí.

En algún lugar entre los batidores eléctricos, queso en crema, y polvo de gelatina, Sehun se dejó enamorar.

“Luhan.”

Luhan se da la vuelta para mirarlo, sus ojos buscando. Están negros y un poco asustados, un poco cansados, y demasiado de otra cosa—y Sehun no sabe que más hacer sino inclinarse y besarlo.

Es cálido. Insoportable, incluso en el almacén de la cocina del vestíbulo del hotel con aire acondicionado, pero en el momento en el que la boca de Sehun se encuentra con la de Luhan, Luhan jadea como si hubiera estado esperando años por esto. Sehun no ha besado a alguien en mucho, mucho tiempo; se maravilla ante la presión suave de labios contra los suyos. Las manos de Luhan encuentran su cuello, su cara, tira de Sehun hacia él hasta que están demasiado cerca que ninguno sabe donde termina uno y empieza el otro.

Luhan finalmente se aparta primero, sus frentes descansando una contra la otra. Respira violentamente antes de que su mano en el cuello de Sehun tire de él de nuevo, besando su labio inferior como si fuera cristal frágil una última vez antes de apartarse y parecer darse cuenta de lo que está haciendo.

“Yo…” Luhan dice, luciendo atrapando entre dos coches que se acercan. “Yo no…”

“No corras,” Sehun dice, ¿pero que espera él? De hecho, prefiere que Luhan si corra, para salvarlo de cualquier sufrimiento que sabía que vendría en el segundo en el que sus labios se encontraron.

 

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Luhan no regresa a la Pastelería Baek’s ese día, o el día siguiente. El mostrador alado del de Sehun se mantiene imposiblemente silencioso y él se ahoga en órdenes de pasteles y en su propia ira.

 

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El teléfono suena a las doce y media de la mañana y mecánicamente, Sehun contesta.

“¿Dónde carajos estás? ¡Es casi la una AM!”

Sehun aparta el teléfono de su oreja y mira fijamente hacia el identificador de llamadas. Es una foto de Baekhyun con su boca llena de papas fritas.

“Oh. Eres tú.”

“Que quieres decir con ‘oh eres tú’— ¿está todo bien, Sehun? No suenas verdaderamente bien.”

“Elocuencia. Tú tienes demasiada de ella.”

“Tu descaro parece demasiado intacto, así que voy a asumir que estás bien,” Baekhyun dice. “¿Dónde estas? No respondías el teléfono en tu apartamento así que me preocupe.”

“Estoy en la pastelería.”

“Sehun. Son las doce y media de la madrugada.”

“¿Y?”

“¡Ve a casa! No puse a Luhan a cargo para que puedas trabajar hasta la muerte.”

“Lo sé, lo sé. Solo tenía un montón de cosas en mente. Él es genial, hyung.”

“¿Lo es? Oh Dios, estoy aliviado. Me ha estado enviando correos electrónicos recientemente, pero es un poco críptico, todo lo que deduje era que siempre estaban inundados de órdenes hasta la barbilla. Así que el negocio está bien, ¿cierto?”

Sehun observa la creciente lista de órdenes de pasteles que necesita comenzar. Él mismo. Su garabato le saca la lengua y Sehun la obliga a meterse a su voz. Es tan difícil ser feliz cuando lo único que quiere es estar triste. “¡El negocio está genial!”

“Sehun,” Baekhyun dice seriamente, “¿Estás seguro de que todo está bien?”

“Todo está bien hyung,” Sehun miente expertamente. “¿Qué hay de ti?”

 

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Ha pasado una semana, y la lista de órdenes que Sehun ha clavado a la pared—todo desde pasteles para eventos y galletas de mantequilla para los estantes—casi alcanza el suelo. Se levanta a las 6am todos los días y se apresura a Baek’s, olvidando el desayuno, olvidando cepillarse el cabello, olvidando los zapatos y dándose cuenta sólo cuando está a medio camino en el ascensor.

Las calles están tranquilas. La ciudad toma un tiempo para despertar y estirar sus extremidades en un sábado por la mañana, y Sehun parece ser la única cosa moviéndose. Baek’s huele a caramelo húmedo y masa de pastel, y Sehun se toma su tiempo poniéndose su delantal en medio de la cocina.

Hurga atravéz de los doscientos mini macarrones en el refrigerador y se da cuenta de que ha estado horneándolos en angustia durante días. Docenas de pequeñas galletas de pastel colocadas en cajas encintadas, listas para ser enviadas para unos dulces dieciséis. Sehun se da la vuelta para mirar su lista de órdenes y su estomago da volteretas como lo hace cuando está viajando a los puntos de entrega. En la parte superior de las órdenes tachadas rápidamente hay una que dice en su escritura confusa, pastel cotillón de cuatro niveles, castillos estilo princesa. Debe de ser enviado esta tarde.

Sehun se olvidó de el por completo, y aún no está iniciado.

Observa y observa del otro lado de la cocina, el reloj haciendo tictac, la lista burlándose. Los pasteles de cuatro capas pueden tomar hasta tres días para que él y Luhan lo terminen—hornear, montar, decorar, incluso trabajando a toda velocidad. Este demanda al menos cien diferentes flores de azúcar.

Lentamente, Sehun se hunde hacia abajo, abajo, abajo, hasta que está acurrucado en una pequeña bola y esconde su rostro entre sus rodillas, entrelazando sus dedos detrás de su cuello y tratando de calmar su respiración. De repente, el fracaso es real; y para variar, no es su nombre el que va a manchar—será el de Baekhyun, y el de Luhan. Él no puede darse el lujo de eso.
Sehun siente más que escucha la puerta de la cabina de refrigeración ser abierta, aire dulce, helado alborotando atravéz de su cabello. Por un momento no se da cuenta de las implicaciones de esto. Luego levanta la mirada.

Luhan está parado enfrente de él, luciendo tan agotado como Sehun se siente. Mantienen su mirada el uno al otro, un poco incomodo por el ángulo en el que Sehun tiene que inclinar su cabeza, pero luego Luhan está tirando de él para ponerlo de pie de la muñeca tirando de él para que lo siga. Sehun pone poca resistencia y pregunta, con voz ronca “¿A dónde vamos?”

Esto es atendido sin respuesta, como era de esperar, y casi de la manera de ser secuestrado, Luhan lo empuja hacia el asiento de pasajeros y se sube al camión, encendiéndolo.

“Tengo un pastel que empezar y terminar hoy,” Sehun dice suavemente. Luhan lo ignora. Sehun cruza sus brazos sobre su delantal y mira resueltamente por la ventana. Después de un rato, los edificios empiezan a desdibujarse en los árboles y los arboles en espesura de bosque. Mira por la ventanilla y se da cuenta de que están lejos de la ciudad. La cuestión de donde se encuentran cuelga en la punta de su lengua pero mantiene su boca cerrada.

Justo cuando está a punto de caer dormido, Luhan apaga el motor y el camión retumba en silencio. El golpe de la puerta saca a Sehun de su sueño y tantea para desabrochar su cinturón de seguridad, y está a punto de saltar cuando ve a Luhan recostándose lentamente en el parachoques delantero del vehículo, sus manos metidas en sus bolsillos, la tempestuosa brisa arrastrando insistentemente sus mechones de cabello. Están estacionados alado de una carretera de grava y tierra, un tramo de lugares marcados con asfalto para que los carros se estacionen. Unas viejas barandillas de madera bordea la bajada brusca del acantilado, pequeñas flores oscuras creciendo mansamente alrededor de las rocas.

Es un parque pintoresco, algo así como un refugio de vida silvestre. Cientos de metros más abajo hay lagos y lagunas dispersas, tan planas que parecen fragmentos de vidrio en un pedazo de terciopelo verde. Sehun tiene la sensación de que Luhan ha estado aquí, y se desliza fuera de su asiento.

El viento corre entre su ropa de inmediato, nubes de harina y azúcar desapareciendo en el aire. Luhan ha dejado una vacante, un espacio acogedor al lado de él en el parachoques, y Sehun se apoya en el a su lado. La ciudad está muy, muy lejos. Diminuta, pero no olvidada.

“Solía venir aquí con Minseok,” Luhan dice. Sehun lucha con la tentación de burlarse. Que precioso de parte de Luhan para traerlo a un lugar como este.

“Está bien,” dice, porque eso es socialmente más aceptable.

“Probablemente no me estás tomando enserio en estos momentos, lo cual entiendo completamente,” Luhan continua. “Yo tampoco me tomaría enserio. Soy una persona sin espinas. Sin espinas y sin talento con un ego para compensar por ambos.” Patea una piedra. “Yo no estoy pescando, no estoy haciendo lo que sea que las personas hagan para buscar elogios. Pero eso fue—Sé que fui estúpido. Muy estúpido. Es solo muy difícil de creer y aceptar que le gustaría a alguien de nuevo. No es que no creía que fuera a suceder otra vez, pero simplemente, no a alguien tan antipático como yo.”

“Está bien, primero que nada, genial,” Sehun dice, levantando sus manos y empujando el borde de la camioneta. Encara a Luhan cuya expresión es fría, cerrada. “¿Has terminado de citar literalmente a cada adolescente en la existencia de Tumblr? Bien. Sí, en segundo lugar, tengo una orden de pastel que terminar como en una hora. Así que a menos que tengas una idea de cómo lograr eso, no estoy aquí para escuchar hasta que eso ocurra. ¿Me pregunto de quien es la culpa? Huh, no lo sé, pero creo recordar que él desapareció de la faz de la tierra por siete días. En tercer lugar,” Sehun explota, y ahora está falto de aliento, “¿Quién carajo eres tú para decidir si me gustas o no? Solo porque tú no puedas ver nada bueno en ti, lo cual espero que puedas, o seas capaz de hacerlo, no significa que yo no pueda.”

Luhan parpadea ante él.

“¿Entonces que es lo que te gusta de mi?”

El ánimo se va de Sehun como el helio de un globo pinchado. Él en realidad no está muy seguro de lo que le gusta del pastelero inseguro que exige la perfección y quiere que las cosas salgan sin imperfección para todos menos para él. Hay una razón, pero—

“Es algo torpe.”

“Ya estamos aquí y te vas a acobardar porque tu razón es torpe.”

“Tú nunca… te has olvidado de mi,” Sehun dice forzadamente. “Incluso cuando yo olvido mierda por mí mismo y jodo mi vida. Lo cual es demasiadas veces, déjame decirte. Jongin te puede decir todo sobre ello. Y bueno, mis padres no están demasiado entusiasmados conmigo tampoco. Mi hermano usualmente está ausente de donde debería estar, pero sin intención de abandonar. Siempre que haces masa de galleta siempre pones algo enfrente de mí porque sabes que la amo a pesar de que Baekhyun me dice que no coma cosas con huevos crudos. ¿Entiendes?”

“Oh,” Luhan dice cortamente. “Yo. Yo soy bueno con la masa de galleta.”

“Y tú apestas jodidamente con los sentimientos. Solo para que lo sepas.”

Algo destella en los ojos de Luhan y Sehun no está seguro si se trata de irritación o enojo o alivio de liberación, o si es una mezcla de los tres—no tiene una oportunidad de realmente averiguar antes de que Luhan este presionado contra él, besándolo con fuerza.

Decir que es mucho mejor que su primer beso es una mentira, porque sus narices aun chocan y sus dientes aún se golpean. Pero Luhan da todo lo que tiene, succionando la lengua de Sehun hacia su boca después de que Sehun muerda su labio inferior suavemente. Incluso cuando Sehun se mueve para apartarse, sintiéndose mareado, las manos de Luhan encuentran su mandíbula atrayéndolo de nuevo.

Se besan por perezosos minutos o tal vez varias horas soleadas. El tiempo está extrañamente quieto aquí en las colinas cuando Sehun finalmente se aparta, uniendo de nuevo los pedazos de compostura, sus manos están tumbadas en la cálida cubierta del camión con Luhan atrapado entre el parachoques y su propio cuerpo.

“Tenemos un pastel de cuatro niveles que terminar para hoy en la noche,” Sehun susurra contra la boca de Luhan, sus ojos aun cerrados. Es literalmente La Cosa Menos Romántica para decir pero es el asunto en cuestión que más los está presionando.

“¿Sabes que solíamos jugar a Iron Chef en Konfiterias Kris’s?” Luhan dice, mordiendo el labio inferior de Sehun. “Obsérvame.”

 

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Sehun comete el error de apostar la cena en quien sea que pudiera hacer cincuenta flores de azúcar primero. Luhan trabaja muy rápido es casi como si sus manos se difuminaran, y todavía terminan luciendo como si hubieran sido cuidadosamente apretadas, enrolladas y encrespadas.

“Kris nos educa bien.” Luhan ofrece como explicación cuando termina y Sehun llora sobre su cuadragésima segunda flor. “Estoy bastante seguro que él usaría un látigo si eso no fuera ilegal.”

Tienen veinte minutos en el reloj para terminar este pastel y apenas está montado. Hay poca necesidad de decoración, gracias a Dios—las centenas, o algo así, de diferentes tipos de flores se van a encargar de eso. Luhan empieza a presionar pasadores en el nivel más bajo y cuando Sehun le entrega el tercero y último, deja que su dedo permanezca en las manos de Luhan por un momento demasiado largo y sonríe cuando Luhan no se aparta inmediatamente.

Termina de decorar con dos minutos de sobra, y retroceden. En una hora se las arreglaron para armar todo un pastel cotillón, completo con hibiscos de azúcar, narcisos, peonias, orquídeas. Cada nivel esta forrado con cintas y perlas falsas y Sehun tiene que admitir que trabajando juntos, pueden crear milagros.

“Andando,” Luhan dice. “empecemos con esto.”

 

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Empiezan con las docenas de órdenes en las que Sehun se ha estado ahogando, hornear la masa del paste, cortar, enrollar capas de glaseado. Trabajan en un cómodo silencio, aunque Sehun no deja que Luhan olvide por un momento como estuvo desaparecido en combate por una semana y dejó a Sehun sofocarse bajo cinco órdenes de galletas de doble chispa de chocolate, entre otras cosas.

“Es media noche,” Sehun dice, metiendo su espátula en el batido y apoyándose en ella. “¿Quieres cerrar e ir por algo para comer?”

“¿Ahorita?” Luhan pregunta incrédulamente. “es demasiado tarde.”

“Lo sé,” Sehun dice con la mayor naturalidad. “¿Quieres ir por algo para comer?”

 

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Honestamente, los únicos lugares que están abiertos son Jack in the Box, un par de Burger Joints, y restaurantes chinos sospechosos con hoyos en las paredes y hombres empapados en las esquinas oscuras y humo de cigarros tan espeso que la neblina luce como algo sacado de Silent Hill.

“Esto es realmente grasoso, pero,” Luhan dice, limpiándose salsa de tomate de la comisura de su labio, “no puedo encontrar en mí mismo arrepentirme.”

“La comida rápida debe ser comida sin despreocupación, de otra manera no lo estás haciendo bien,” Sehun dice.

Ellos no hablan de nuevo hasta que sus bandejas están vacías y Sehun está empujando el hielo alrededor de su vaso tratando de succionar las últimas gotas de Pepsi. Luhan da vueltas en su silla crujiente hasta que sus rodillas están tocando el muslo de Sehun y dice, murmura, “Gracias por. Quiero decir. Gracias.”

Sehun lo mira por el rabillo de sus ojos.

“Por supuesto,” dice, sonriendo ligeramente alrededor de su popote mordisqueado.

 

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En algún lugar entre las citas de comida rápida en las madrugadas, rosetas glaseadas, y un lote de galletas quemadas de media luna, Sehun aprende lo que es ser amado.

 

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Algunas veces cuando es tarde y los hornos—hay seis—están llenos, es difícil mantener las manos alejadas el uno del otro. Sehun aprende que Luhan es un besador feroz y tiene una fascinación con su boca, siempre robando besos como secretos cuando Sehun menos los espera.

Luhan no huye del toque de Sehun ahora, lo cual es una mejora. Aunque aún está trabajando en no golpear a Sehun en el rostro con una espátula cuando Sehun lo sorprende con abrazos por detrás.

Algunas veces Sehun se sentaría en el mostrador de Luhan, barbilla apoyada en sus manos, y dejaría que Luhan le enseñe nuevas mezclas que aprendió en Kris’s. Crema de cereza, la especialidad personal de Luhan, jarabe rojo veteado y crema batida. Pastel de queso de frambuesa, el cual terminan vendiendo en los estantes, pedazos ubicados en tazas de papel delicado y cubierto con virutas de chocolate blanco y una frambuesa fresca. Mantequilla de maní y chocolate con la consistencia perfecta: no demasiado pegajosa, lo suficiente dulce para inducir estremecimiento, pero no tan dulce para dar dolores de cabeza.

Luhan enseña como un narrador comparte cuentos—sin esfuerzo, sin ningún rastro de aburrimiento. Sehun se distrae fácilmente por los salientes de las muñecas de Luhan cuando rompe los huevos en el tazón, y muchas veces es amonestado por observar la cara de Luhan a diferencia de lo que está siendo hecho. Luhan entra en pánico cuando hay tormentas de verano porque la panadería está impregnada con humedad, incluso con el deshumidificador, y esos días Sehun le enseña la receta secreta de Baekhyun para el caramelo de macaron perfecto—con permiso, por supuesto.

En algún lugar entre el merengue de huevo, el relleno de baya tropical, y galletas danesas; entre los pasteles linzer, pasteles de almendra suizos, y platos lamidos hasta dejarlos limpios; entre frituras de banana seca, helado, y café en polvo—

—en algún lugar entre todo eso, amor.

 

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A principios de septiembre, justo cuando Sehun está reuniendo sus cosas y recobrando control de sí mismo para empezar su tercer año de universidad, entra a Baek’s para encontrar a Luhan sentado en el mostrador de espalda a la puerta, paño de cocina en sus manos. A pesar de que es tarde y Baek’s ya está cerrado, es extraño ver a Luhan dejar de trabajar hasta que el reloj marque la medianoche.

“Hey,” Sehun dice. “¿Pasa algo?”

Luhan se endereza y sonríe, sacudiendo su cabeza. Sehun puede decir que algo lo asustó, o está en su mente, porque dice, “¿Quieres venir a mi casa?”

Sehun ha estado en casa de Luhan muchas veces, los besos guiando a ser atrapado debajo de Luhan en una cama de sábanas revueltas. Esta vez, sin embargo, el rostro de Luhan está cansado, sus ojos lejanos mientras Sehun espera a que cuelgue su uniforme y delantal. Conducen en silencio, y Sehun no presiona en busca de respuestas. Él sabe que Luhan no las dará hasta que quiera hacerlo, de todos modos.

Luhan no dispone en hablar, sin embargo, no cuando empuja a Sehun demasiado fuerte contra el interior de su puerta tan pronto como se cierra de golpe, su boca caliente y áspera sobre la suya. Sus manos desgarran el rompe vientos de Sehun y lo encierra allí entre el cuerpo de Luhan y la madera, la superficie dura y contra su espalda.

Sehun no habla cuando Luhan lo lleva a su cuarto, sus manos trabajando rápido en la chaqueta de Sehun, y él tampoco intenta cuestionarlo. Es un poco loco cuan fuerte Luhan es, tirando a Sehun en su cama y escalando sobre él, enjaulándolo con brazos y piernas.

Él solo parece darse cuenta lo duro que está siendo cuando Sehun agarra temblorosamente sus muñecas en ambos lados de su cabeza.

 “Joder, lo siento,” maldice, y se mueve para apartarse, deslizándose, pero Sehun aprieta su agarre y sacude su cabeza.

 “No, está bien. Está bien.”

“Yo acabo—de tirarte—“

“Pensé que fue algo sexy.”

La irritación colorea la lujuria en los ojos de Luhan mientras los rueda y Sehun se tiene que reír sin aliento ante su propia confesión.

La ropa se desprende rápido. Sehun tiene la sensación de que Luhan ha tenido una buena práctica en las cremalleras de los pantalones de mezclilla, porque siempre desnuda a Sehun antes de que Sehun pueda corresponder. No es que sea gran cosa, pero estos pocos segundos—donde Luhan le sonríe cuando Sehun está completamente desnudo, y él no lo está—siempre hace que un sonrojo feroz se extienda hasta sus clavículas.

La sensación más embriagadora es cuando Luhan se arrodilla entre sus piernas abiertas, el sonido de la tapa de lubricante cerrándose es la única sensación que lo pulveriza. Pone sus manos detrás de sí mismo para luchar contra el impulso de tocarse y gime cuando siente a Luhan presionar contra él, caliente y resbaladizo.

“Está bien, ¿cierto?”

Sehun asiente, dejando Salir un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

Luhan enrosca sus dedos alrededor de la unión entre los mulos de Sehun y sus caderas, el calor presionando contra la piel pálida. Atrae a Sehun hacia él, lentamente, observando el color de la cara de Sehun con dolor cuando el cuerpo de Sehun se desliza atravéz de las sábanas. Sus manos rasguñan las cobijas y Sehun hace sus dedos un puño en el suave algodón, la tela estirándose debajo de él. Gime de nuevo, apenas audible, solo pequeñas bocanadas de aire.

Sehun no sabe lo que Luhan está tratando de demostrar.  No es que él esté opuesto a ello, pero él nunca ha sido el pasivo. Es un poco alarmante, pero espera que Luhan pueda encontrar en él lo que sea que parezca estar buscando desesperadamente.

“Relájate.” Luhan murmura, acariciando la piel de la cadera de Sehun cuando está tan profundamente dentro como puede. Sehun se remueve y una ardiente punzada brota por su cuerpo y grita, pero Luhan simplemente se inclina hacia abajo y agarra su rostro entre sus manos y lo besa con fuerza. Es un poco extraño y demasiado raro ser tratado tan cuidadosamente. Sehun siente sus dedos relajarse y encuentra agarre en los hombros de Luhan. Son más musculosos de lo que parecen bajo el recatado uniforme de pastelero.

Cuando Luhan finalmente se mueve, penetrando lento y fuerte, Sehun siente el dolor moderarse. Empuja sus caderas hacia abajo mientras Luhan penetra hacia arriba, y es desordenado e inconexo y en un momento Sehun pierde la boca de Luhan cuando lo atrae hacia él para besarlo y en su lugar termina presionando sus labios en el contorno.

Pero está bien.

Sehun se viene primero y Luhan lo sigue después,  y tiene que aflojar sus piernas de las caderas de Luhan lentamente. Sus miembros se sienten atrapados en sus posiciones; no se había venido con tanta fuerza antes, y Luhan le entrega pañuelos para que se limpie. Sehun es notorio en desgastarse después de un orgasmo y escucha un suspiro encariñado y exasperado y varios masajes insistentes en su panza antes de que el sueño arrebate su conciencia.

Sehun se despierta más tarde, de repente, justamente antes de la salida del sol. Sus nervios aun están zumbando, desgastado por el sexo, especialmente después de haber sujetado a Luhan contra la cabecera y lo tomara por detrás. Sus labios están magullados debido a Luhan volteando su cabeza y enganchando sus bocas, con brillo desesperado en sus ojos.

Luhan mira el techo con ojos claros. Sehun se pregunta si fue a dormir, rodando para encararlo y frotar su boca adolorida.

“Minseok me llamo. Dijo que se iba a casar.”

Sehun siente sus cejas adormiladas juntarse. “Oh,” dice. “Uh. Eso es. Eso es genial.”

“Sí. Me preguntó si yo había encontrado a alguien.”

Sehun espera expectante, apoyando su barbilla en sus brazos.

“¿Qué dijiste?”

“Dije sí, sí lo hice. Y él dice ‘¿Te puede tomar por lo que eres? ¿Aceptarte enteramente? Porque yo no pude.’ Dijo que él no iba a tirar el hecho de que habíamos sido amigos una vez y me dijo que me asegurara de que sea feliz.”

Sehun tiene un terrible momento de duda.

“¿Yo te hago feliz?” susurra, muy silenciosamente que es casi para sí mismo.

“Creo que este es el momento en el que se supone que yo, como pastelero, trace una analogía repulsiva entre ti, amor y tal vez azúcar, pero no creo que lo aprecies,” Luhan dice, sonrisa tirando de sus labios. “Sí. Sí,sí,sí.”

Ese día, por primera vez en años, la pastelería Baek’s no abre hasta las 9AM.

 

________

 

“Me vas a abandonar,” Luhan se queja, “me vas a abandonar, y conociéndote, y que tan bueno estás, alguien te va a seducir. Y tú eres algo denso, no es tan difícil.”

“Estoy 9000% insultado. Y también preocupado porque eso como, podría pasar.”

“Voy a tirar este lote de masa—“

Sehun finge eludir exageradamente y Luhan entrecierra los ojos ante él mientras continúa poniéndole el glaseado al pastel de quinceañera en el que ha estado trabajando toda la tarde. Empuja a Luhan con el codo. “Vamos, ¿en serio? No lo haría. Olvido las fechas el ochenta por ciento de las veces, incluso si quisiera poner el cuerno ellos me botarían después de dos semanas.”

Es finales de agosto, y Sehun ya se ha graduado de la universidad, debido a asistir a un programa de postgrado en Le Cordon Bleu en China, el mismo lugar donde Luhan y Kris y los otros en Konfiterias obtuvieron sus grados. Es un buen comienzo y tal vez un día Sehun será capaz de obtener certificación en el Instituto Culinario de América, pero eso está a un largo camino de distancia.

 “Tu cabello necesita algo de vida,” Luhan dice, agitando el cabello marrón apagado de Sehun y dejando atrás una mancha de canela. “¿Qué tal si esta noche lo decoloramos y echamos un poco de color? Podemos ponerle verde, rojo, amarillo. Tal vez algo de azul. Lucirías como el rostro publicitario de Google Chrome.”

 “Dios, en realidad eres el engendro de Satanás.” Sehun dice, riéndose. Hay una mancha de crema batida en el labio inferior de Luhan—tiene una afinación por comer cualquier sobra cuando Sehun ensucia glaseado de pasteles. Agarra el brazo de Luhan y se inclina, limpiándolo con un beso, su lengua recorriendo atravéz de la boca de Luhan para deslizarla. Las manos de Luhan se desplazan hacia su cuello para tirar de él, y—

 “Espera, ¿Qué carajo?”

Sehun y Luhan se apartan saltando para ver a Baekhyun parado enfrente de la puerta de la bodega que conduce desde el garaje. Su rostro está en shock, su mandíbula floja, y mira de Sehun a Luhan de regreso a Sehun.

Y luego Sehun recuerda repentinamente:

Es finales de Agosto.

Él dice que si todo sale de acuerdo al plan, estará de regreso dentro de dos años, en agosto.

“Oh Sehun,” Baekhyun dice con voz peligrosa. “Tienes un montón que explicar.”

Notas finales:

Espero que les haya gustado y gracias por leer esta traducción ;^; <3

 

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