Harry se encontraba harto, la cabeza estaba a punto de estallarle mientras escuchaba los gritos y exclamaciones de los demás Gryffindor a su alrededor, ya no podría tolerarlo ni un segundo más, no estaba dispuesto a seguir viviendo de esa manera y ahora que tenía la oportunidad perfecta de librarse de aquel martirio no la dejaría escapar tan fácilmente, así que con total decisión se levantó de su lugar en el gran comedor y camino directamente hacia el director del colegio.
-Profesor Dumbledore- casi grito conteniendo su rabia- solicito una audiencia privada con usted y los jefes de casa
-Por supuesto querido- contesto el hombre con parsimonia y al menor se le contrajo el estómago con asco ante aquella palabra- lo discutiré con los profesores y…
-Ahora mismo!- dijo Harry con violencia atrayendo automáticamente la atención de todos los presentes
-No veo problema alguno con ello- contesto Flitwick rápidamente mirando casi con ternura y entendimiento, a lo que los otros jefes, Snape incluido asintieron poniéndose de pie inmediatamente.
Los cinco profesores seguidos del niño que vivió caminaban rápidamente por los pasillos hacia la gárgola que custodiaba la morada de los antiguos directores de Hogwarts mientras el menor se planteaba mentalmente la forma en que haría su petición
-Píldoras acidas- murmuro el director y de inmediato la gárgola se hizo a un lado, el niño ojiverde no dejo de respirar entrecortadamente hasta llegar al interior del despacho donde todos aguardaron silenciosamente esperando a que hablara
-Y bien? Que es lo que necesitas Potter?- cuestiono la profesora McGonagall
-Solicito una reselección- dijo Harry con la frente en alto y sin titubear
-Eso es imposible hijo- contesto Dumbledore
-Por supuesto que no lo es- interrumpió- He leído el reglamento del colegio y existe una cláusula que dice que todo alumno tiene derecho a solicitar ser reseleccionado si no se siente protegido por su casa.
-El chico tiene razón profesor- dijo Flitwick mientras hojeaba un volumen del reglamento que había hecho aparecer- justo aquí- dijo señalando la cláusula y entregando el libro al director
-Y en verdad es ese tu caso?- pregunto la profesora Sprout incrédula
-Coincido contigo Pomona, no he conocido a alguien más Gryffindor que tu Potter…- dijo Snape arrastrando las palabras y destilando todo su odio hacia el chico
-Por supuesto que es mi caso- exclamo Harry sin poder contener sus sentimientos- Yo ya no pertenezco más a la casa de Gryffindor!!!
-Pero Harry esta es una decisión muy…- comenzó el director sin embargo el joven en cólera se acercó a él fieramente y con un sonoro golpe en el escritorio continuo
-Usted mejor que nadie conoce mis motivos… así que o me reselecciona en este mismo instante o contare absolutamente todo lo que se sobre usted.
-No te atreverías- siseo el mayor bajo para que los demás no le escucharan
-No me rete……. - El rostro del director perdió todo rastro de color y miro al chico con los ojos inundados en pánico mientras los jefes de casa miraban asombrados y sin entender.
-Sera como quieras Potter- murmuro Dumbledore y sin perder tiempo fue en busca del sombrero seleccionador