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El amor nace entre las sombras. por Shimizu Megumi

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Notas del capitulo:

Hola, minna! *-* Decidí hacer mi primer fanfic de la pareja que mas amo, y de la cual daría cualquier cosa para que Kishi-sama les haga yaoi xD Espero que disfruten al leerlo ^.^

- ¡Tsk! ¡Me han dado! – Gritó Itachi sosteniendo con fuerza su brazo herido. Escupió saliva al suelo y miró a su compañero con una clara expresión de enojo. – Kiba, ¡apunta a tu izquierda, maldición!

- ¡Demonios, no me imaginé que algo como esto sucedería! ¡¿Dónde está Sasuke en un momento como éste?! – Kiba le hablaba a los gritos, mientras disparaba al azar.

Mientras tanto, Sasuke corría tanto como sus piernas le permitían; presentaba una herida de bala en la espalda, y la hemorragia no mostraba signos de detenerse.

La carrera finalizó al encontrarse con el fin de un callejón, donde rápidamente llegó Naruto, ubicándose detrás de él y apuntando su revólver en dirección a su cabeza.

- ¡No puedes escapar, Sasuke! – Dijo el rubio jadeando con fuerza, lo cual era totalmente lógico luego de correrlo por casi diez cuadras. – ¡Entrégate aho– Sus palabras se vieron interrumpidas por el azabache ubicado delante suyo.

- ¡Jajaja… jajajaja! – Sasuke comenzó a reír de manera arrogante, de esa típica manera que siempre reía. La situación era tan divertida para él, que podría seguir riéndose por horas.

Naruto permaneció completamente atónito. Estaba a punto de arrestarlo, ¿Qué era lo que le veía de gracioso a eso?

- ¡¿D-De qué te ríes, bastardo?!

Sasuke posó su seductora mirada en él, y aún sin quitar esa soberbia sonrisa de su rostro, le respondió:

- Este es tu fin, Naruto.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Ellos se autodenominan como “Mafia”.

Escuchar sólo esa palabra causaba temor en personas de cualquier edad y género, y aseguraban que era mejor no involucrarse con ellos.

Detrás de ese temible grupo, se encontraba como jefe supremo Uchiha Sasuke, quien era odiado por muchos y amado por… bueno, jamás se esforzó en obtener el amor de alguien; su temperamento frío y arrogante mantenía a cualquier persona alejada de sí mismo.

Aunque, de más está decir que debido a su hermosa tez blanca, sus penetrantes ojos negros y su cuerpo que desparramaba sensualidad traía consigo a miles de jóvenes que darían cualquier cosa por pasar, por lo menos, sólo una noche con él.

Muchas por su cuerpo, otras por su interminable dinero… en fin, Sasuke pasaba cada noche con una preciosa chica distinta, pensando que jamás se cansaría de esa vida.

Su lugar de “trabajo” era un enorme edificio oculto entre las sombras; nadie se percataba de que estaba allí ya que se encontraba en un perfecto estado de aislamiento. En ese lugar, se organizaban los famosos robos, asesinatos o estafas característicos del lugar.

Así transcurría un día normal en ese desolado edificio de locos.

- Jefe, Chouji-san informó que el banco que robaremos en tres días estará rodeado de ciento veinte policías aproximadamente.

- Era de esperarse. – Contestó Sasuke con la mirada fija en sus papeles. Tenía muchas cosas que realizar y éste no era precisamente el momento para fijarse en nimiedades. Además, sólo bastaba con darles unos pocos billetes y adiós a los ciento veinte policías. – Si no precisas algo más, lárgate.

- Como desee. – Respondió el hombre haciendo una reverencia y saliendo de la habitación.

Una cabeza se asomó tímidamente a la habitación.

- Jefe, ¿Tiene un momento?

- ¿Qué quieres, Suigetsu? – Su malhumor aumentó repentinamente. Quería terminar el maldito papeleo de una vez.

- Verá usted, necesito dinero para poder sobornar al Jefe de Policía por el asunto del robo…

- ¿Ha? ¿Y qué pasó con el dinero que te entregué ayer?

- Jajajajaja, ¡No se preocupe por detalles menores, Jefe! – Dijo riendo nerviosamente.

Flashback.

Suigetsu se encontraba caminando tranquilamente por la noche, contando el dinero que su Jefe le había entregado para sobornar al “Pez Gordo”, como él decía.

Sin embargo, al pasar por una tienda, algo llamó su atención.

- ¡Waaaaaaah! ¡Ese es el último número de la revista donde Saki-chan hace topless! ¡No he podido conseguirlo en ningún lugar! – Dijo emocionado, pegando su rostro a la vidriera y abriendo sus ojos como platos. Revisó su bolsillo en busca de dinero, y se llevó una sorpresa: No tenía ni para un caramelo. – Rayos, ¿Y ahora qué demonios se supone que hago? – Estaba desesperado. Saki-chan era su ídola desde hace casi cinco años. De repente, observó el dinero que yacía sobre su mano, y se felicitó por ser tan genial. – Lo siento, Jefe. – Sonrió satisfecho, ingresando a la tienda.

End Flashback.

- De todas formas, en este momento me encuentro muy ocupado por lo que no pediré explicaciones, pero… – Quitó la vista de sus papeles y lo miró fijamente. – Si malgastas una vez más mi dinero, ten por seguro que arrancaré tus órganos uno por uno y arrojaré tu cuerpo al descampado. – Su mirada se tornó aún más fría. – Y sabes que lo haré.

- ¡S-Si! ¡Lo siento! – Suigetsu estaba asustado, realmente las palabras de su Jefe casi habían hecho que mojara sus pantalones.

- Luego te entregaré el dinero y tendremos una charla sobre ello. Retírate ahora mismo.

- ¡Como desee! – Respondió y se retiró casi corriendo.

Sasuke soltó un suspiro y continuó, otra vez, con su trabajo.

Por la tarde, todos los miembros de la Mafia realizaban los preparativos para el asalto al banco que harían dentro de tres días; la situación saldría bien mientras sobornaran a los policías que lo custodiarían, y al jefe de los mismos.

Al terminar con su papeleo, Sasuke tomó el teléfono de su oficina e hizo una llamada a “recepción”.

En realidad, los miembros del edificio decían recepción sólo para darse aires, sin embargo las llamadas habituales eran a la Estación de Policía y al delivery de pizza cuando “trabajaban” hasta la madrugada.

Rápidamente lo atendió una joven, diciendo amargamente:

- ¿Quién eres y qué quieres?

- Karin, comunícame con la Estación de Policía.

- ¡S-Sasuke! – Su tono de voz amargado cambió inmediatamente a uno dulce. – A-Ah, claro, ya te comunico. – La chica sonaba muy nerviosa, y Sasuke ya se imaginaba el motivo; es lógico, siempre causaba ese tipo de reacción en las mujeres.

- S-Sasuke, yo me preguntaba si tu q-quisieras repetir lo de-

-Después hablaremos de eso. Avísame en cuanto me comuniques. – Colgó y suspiro con cansancio.

Desde que se acostó con ella se le había pegado como goma de mascar; siempre le pasaba lo mismo con cada joven con la que tenía un encuentro íntimo. Dios, solamente lo hacía para pasar un buen rato y las muy ingenuas se enamoraban. Sin dudas tenía una vida muy agotadora.

El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos. Atendió y se encontró con esa la joven que nuevamente, sonaba nerviosa.

- Sasuke, la llamada ya e-está lista…

- Pásamela, rápido.

- S-Sí – Dijo la pelirroja y le pasó la llamada.

- Guardia de Sección Número Cinco de la Policía Nacional. ¿Qué se le ofrece?

- Vaya, no hay necesidad de ser tan formal.

- Esa voz… ¡Oh, Sasuke! ¡Cuánto tiempo sin hablar! ¿Cómo anda todo por allí?

- De maravilla, como siempre. ¿Sabes lo que estamos planeando, verdad?

- Claro que sí, hombre. Itachi ya me lo ha contado con lujo de detalles. Sin embargo, déjame aclararte que tendrás que brindarnos una gran cantidad de dinero, y en especial al Jefe. Es uno de los mejores bancos del país del cual estamos hablando.

- Lo sé, Deidara. Puedes quedarte tranquilo.

- Por cierto, Sasuke, tengo que decirte una noticia grande: El Jefe se retirará hoy por la noche. Según parece tuvo problemas con su familia y se mudará a otro lugar o algo así, no nos brindó demasiados detalles. Entonces, nosotros le dijimos que si el se marcha, no le pertenece el dinero que tú nos vas a entregar. Pero mira que es hijo de perra, que ni bien dijimos eso empezó a los gritos que a él también le pertenece el dinero que roben, ya que se quiere ir “dignamente”  y no sé qué otra mierda que dijo como excusa.

- Ja, era de esperarse de ese bastardo. Y bien, ¿Quién lo reemplazará?

- Sé muy poco sobre él, ya que el Jefe nos contó solo unos pocos detalles, pero según su información se llama Uzumaki Naruto y tiene tu misma edad. Ah, y también traerá consigo a su propio escuadrón de policía. ¿No es raro?

- No lo creo. Probablemente sea un codicioso que se deje llevar por mi dinero. Como sea, mañana por la tarde iré allí e intentaré comprarlo con unos cuantos billetes. Sin embargo, si queda cautivado con mi apariencia ya no es mi problema.

- ¡Jajajajajajaja, sigues siendo tan presumido como siempre, Sasuke! De todas formas, te espero aquí mañana. 

- Por supuesto. Nos veremos mañana. – Colgó y fijó su mirada hacia la ventana, admirando el desolado paisaje que se podía apreciar desde la misma.

- Uzumaki Naruto, ¿eh?

Hizo una elegante y seductora sonrisa de medio lado y acomodó su cabello hacia atrás. Desconocía el motivo, pero una sensación en su pecho le aseguraba que el día de mañana, sin dudas, sería muy interesante.

Notas finales:

Espero que les haya gustado! ñ_ñ


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