Orgullo.
En la vida hay tantas injusticias, mientras algunos no les falta nada a otros les falta todo, la vida es injusta.
En Inglaterra, se puede distinguir sin problema los barrios pobres de los ricos. Era diciembre, la época de invierno en Inglaterra, en unas de las mansiones más lujosas de todo Europa, se encontraba el duque Sebastián michaelis edad 26 años.
Era un verdadero demonio como humano, hacía y deshacía a su antojo, si quería algo no paraba hasta conseguirlo sin importarle realmente nada, tenía bastante orgullo y soberbia. Pero realmente era una persona amable y de corazón noble aunque trataba de no mostrarlo.
Al otro lado de Londres en una casucha que apenas se mantenía en pie, decorada con láminas de aluminio y cartón, se encontraba la familia Wilde*. Una familia de 13 integrantes, pobres y casi muertos de hambre. En la familia había un integrante muy especial, el más pequeño con 12 años de edad, ciel Wilde su cabello era azulino como la noche sin luna, sus ojos como zafiros, piel blanca y suave como porcelana, a pesar de estar sucio se veía como el más hermoso noble en un lugar equivocado. El problema era que el hermoso azulino se comportaba como noble, tenía su orgullo y ego elevado que más de una vez lo había metido en problemas.
Sus padres estaban hartos del azulino y esa noche, la noche de su cumpleaños, lo vendieron. Entraron a la casa para llevarse al azulino
-¡NO! ¡Padre madre ayuda!- los padres bajaron la mirada y no hicieron caso a las suplicas del azulino, su hermanos también eran solo mudos espectadores, su orgullo esa noche de invierno se rompió en mil pedazos al notar que su familia lo había dejado solo…
Lo vendieron como esclavo a un pervertido, ese pervertido hizo con él, lo que quiso. Pero su calvario solo duro una semana ya que aquel hombre había muerto y el bueno volvió a ser vendido en una subasta donde fue comprado por el vizconde Druitt. Pero este hombre solo lo cuidaba y le daba las mejores atenciones, ya que a la semana siguiente tendría una subasta con los nobles más poderosos de toda Inglaterra.
Era un día como cualquier otro en la mansión michaelis. Se encontraba revisando papeles de su compañía mundialmente famosa de dulces y juguetes… escucho unos toques en la puerta
-adelante- se quitó las gafas de lectura que tenia
-señor michaelis le ha llegado la correspondencia- anuncio el mayordomo tanaka con una reverencia extendiendo varios sobres que Sebastián tomo
-retírate- ordeno mientras tomaba un abrecartas y abrió el primer sobre, una invitación para la apertura de un museo, abrió la segundo sobre y era la invitación para una obra de teatro de la compañía trancy. Cuando vio el tercer sobre, este era en su totalidad negro y su nombre en letras grandes y rojas, lo abrió sabía que era una invitación para una subasta clandestina del vizconde Druitt. Siempre asistía pero nunca compraba nada, pues siempre los ‘productos’ que subastaban eran unas porquerías para su gusto…
Al final Sebastián asistió a la subasta, se encontraba en una sala obscura y todos usaban vendas que no dejaban ver lo ojos pero podías ver a la perfección el exterior. Se encontraba en primera fila, de repente la habitación fue iluminada tenuemente con velas y apareció el vizconde.
-¡bienvenidos a mi subasta! Para esta noche tenemos…- unas bellas mujeres destaparon una jaula que estaba cubierta por una tela negra, dejando a la vista al azulino que parecía inconsciente. Sebastián quedo asombrado por la belleza de aquel azulino, era su capricho y lo obtendría- es un hermoso niño de cabello cobalto y ojos zafiro, pueden usarlo o simplemente dejarlo en la jaula… ¡empecemos con 1000!
-2000- se escuchó una voz de mujer
-3000- ofreció otro
-10,000- todos incluyendo a Sebastián buscaron a la persona que había ofrecido tal cantidad, era un pelinegro con apariencia sospechosa, Sebastián miro al frente y con voz tranquila dijo
-20,000- ahora todos hicieron una exclamación de sorpresa
-creo que ya no se puede mejorar esa oferta… vendido en 1. 2…- lo interrumpió aquel pelinegro
-50,000- Sebastián hizo una mueca, ese azulino seria suyo, ya que era su capricho y el siempre conseguía lo que quería
-100,000- la otra persona ya no replico más, todos hicieron una ovación
-¡vendido!- Todos aplaudieron excepto el hombre que se retiró no sin antes darle una fría mirada a Sebastián, este se relamió los labios, ahora tendría a ese azulino todo para el…
El pequeño niño despertó aturdido y se confundió al ver una bella habitación, se sentó en la cama notando que esta era increíblemente cómoda. Su mirada se fijó a la puerta donde estaba parado un pelinegro
-al fin, despiertas- le dijo acercándose como un felino
-¿Quién es usted?- pregunto receloso el azulino
-soy tu dueño- le dijo con una sonrisa victorioso
-¿mi dueño? Ja yo no tengo dueño- le reto aquella actitud sorprendió a michaelis, para ser niño no actuaba como tal
-si lo tienes, porque yo te compre…- ciel ahora hizo una mueca rara.
-yo no te pedí que lo hicieras- michaelis rio por lo bajo ese niño empezaba a sacarlo de sus casillas, lo volvió a acostar de nuevo en la cama poniéndose sobre de él inmovilizándolo
-es verdad, pero si te compre es porque me gustaste, como un mueble o un juguete, no me saliste nada barato…
-idiota- mascullo el pequeño, ante la mirada asesina de michaelis, esto mataba la poca paciencia que tenía, le dio una cachetada al azulino tan fuerte que le rompió el labio, pero el azulino seguía mirándolo sin emoción alguna
-este juguete es demasiado orgulloso ¿Qué hare para rebajarle el orgullo?- Sebastián empezó a acariciar todo el cuerpo del azulino, que solo tenía una camisa algo rota y unos pantaloncillos cortos dejando ver sus blanquecinas piernas.
-deberías usara tu juguete ¿no crees?- sugirió el azulino con una sonrisa burlona, Sebastián regreso a la realidad, él no se consideraba pedófilo y mucho menos homosexual… acomodo sus ideas
-trabajaras- se quitó encima del azulino, ante la mirada confundida de este- como sirviente.
-¿me compraste como sirviente?- pregunto el azulino sorprendido
-sí. Te llevare a las habitaciones de los sirvientes- el azulino se levantó de la cama para seguir a Sebastián, lo llevo a un pasillo donde habían varias habitaciones, toco a la puerta del mayordomo, este abrió
-señor Sebastián ¿Qué desea?- pregunto el anciano mayordomo
-este niño será un nuevo sirviente, mañana muéstrale lo que tiene que hacer, dale ropa…- el mayordomo lo miro y solo asintió
-si mi amo- dijo. Sebastián empezó a caminar y abrió la recamara de al lado.
-esta será tu habitación- lo tomo por el brazo y lo aventó ahí- desde ahora yo seré tu amo, más te vale que empieces a rebajar tu orgullo mocoso
-si mi amo- dijo el azulino con sarcasmo y una sonrisa socarrona
- ¿acaso quieres que rebaje tu orgullo a golpes?- ya empezaba a sentirse retado por un pequeño niño
-puede intentarlo amo… pero yo no dejare mi orgullo- esto enojo tanto a Sebastián que empezó a patearlo, cuando se cansó simplemente dio media vuelta y se fue cerrando la puerta , dejando al azulino en el suelo- porque es lo único que me queda…- murmuro cuando se quedó solo, llorando en silencio.
Michaelis solo escucho desde afuera y sintió empatía por el azulino. Sacudió su cabeza… ya mañana vería como se comportaba el azulino…