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Para Superarte por kurokaze

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Notas del fanfic:

 

Por petición y gusto de muchos hemos abierto un grupo de FACEBOOK para que entre fans puedan hablar del fic, donde pueden hacerle preguntas directamente a los personajes del fic así como a la autora y claro el motivo principal molestar a la planta. Esperamos su visita :D

 

CLUB MOLESTEMOS A LA PLANTA

 

COMO NOTA PARA LOS QUE SOLICITEN ENTRAR AL GRUPO.

Estamos mandando un mensaje privado con un mini test sobre el fic A TODOS los que soliciten entrada al grupo. Por favor verifiquen que su privacidad en FB permita enviarles mensajes via inbox por que no se ha podido enviarles a muchos, o que si tienen habilitada esta opción, revisen si el mensaje no se guardó en OTROS, por que luego no avisa cuando se van ahí. 

Aquel que no responda su test no se le dejará entrar al grupo.

Todo esto es solo para asegurar una sana convivencia entre los fans.

 

Notas del capitulo:

Hola soy Kurokaze

Este es el primer capitulo de mi fic, sinceramente eh visto algunos fics que tratan sobre los hijos de Kiseki y demás pero nunca los terminan y la verdad es una historia que tiene mucho para dar. Bueno aquí no solo quiero narrar sobre las típicas historias románticas sino que además pondré partidos, Interhigh y winter Cup sobre todo. Quizá sea un poco diferente a lo acostumbrado pero espero les guste y quieran a mis niños tanto como sus padres.

Capitulo 1: "Leyenda"

 

Ya han pasado varios años desde entonces pero en el mundo del deporte, para ser más específicos, en el del basketball hay una leyenda que sigue en pie, aquella que ha se ganó su reputación como la de "Los más fuertes"... "La generación de los milagros". Un grupo de secundaria que al pasar a preparatoria y dividirse llevo a seis escuelas a la cima, sumándose al grupo original hubo un séptimo hombre que fue reconocido por los otros miembros gracias a sus extraordinarias habilidades. A pesar del paso de los años y los esfuerzos de las nuevas generaciones que aunque brillantes y aun contagiadas de la grandeza de sus predecesores aun no ha habido nadie que pueda superar la leyenda creada por estos 7 hombres y los equipos que llevaron consigo a la Victoria.

Con el paso de los años, lo miembros de la generación y sus equipos siguieron con sus vidas y el mundo del Basketball sufrió cambios graduales que le permitieron evolucionar. Actualmente las reglas se han modificado un poco, hace ya poco más de un año gracias al esfuerzo de gente que creía que debía de empaparse el deporte de nuevos talentos se permitió la formación de equipos mixtos, gracias a lo cual mujeres fuertes y talentosas se unieron a las fuerzas de los equipos masculinos de preparatoria, dándoles la oportunidad de participar en sus más grandes torneos como los son la Interhigh y la Winter Cup, sin embargo estos son los menos y aún les queda un largo camino para demostrar que tan fuertes pueden ser.

En cuanto a los siete miembros de la "Generación de los milagros" cada uno tomo su propio camino. El famoso Kise Ryouta decidió continuar con su carrera como modelo, actualmente no solo es el modelo más solicitado sino que ha expandido su carrera protagonizando algunos doramas y una o dos películas. Su esposo, antiguo as de Touou, Aomine Daiki es oficial de policía y jefe de la prefectura de Tokyo, aunque mantiene como hooby alejar a puntapié a los paparazzi que se atreven a seguirlo. A pesar del trabajo de su esposo ambos viven en una residencia "sencilla" en Tokyo, una majestuosa casa de tres pisos ubicada en pleno centro con un inmenso jardín amurallado, lo cual hace que el salir sea una carrera diaria para escapar de los reporteros. No solo es su trabajo o su matrimonio lo que causa todo aquello, la razón por la cual el ex jugador de Kaijo suele estar en boca de todos se debe principalmente a sus dos hijos, ambos modelos como su padre desde nacimiento y ahora en su adolescencia generadores de mil y un chismes y escándalos mediáticos.

La casa era realmente amplia y moderna, el living estaba repleto de fotos sobre los diferentes muebles de caoba que hacían juego con el piso y los blancos sillones, el comedor estaba conectado al living y junto a la cocina, sentado en la mesa desayunando se encontraba Aomine mirando las noticias en el amplio plasma del living mientras disfrutaba de su café y algunas tostadas con mucha mermelada para compensar el sabor a quemado. Sin importar cuánto lo intentara su esposo no aprendía a cocinar más, pero luego de ser amigo desde hace tanto tiempo de alguien como Satsuki podía soportar algo como el simple sabor ha quemado.

– ¡Waa, lo lamento Daikicchi! Volví a quemar todo, ni siquiera puedo hacer bien un poco de pan. – Se quejo Kise decepcionado de sí mismo.

Aomine miro a su esposo algo triste y avergonzado, siempre solía hacer eso cuando algo que quería no le salía tal y como lo había planeado pero eso le parecía en realidad muy lindo, así que tomó de todos modos el pan y lo comió. – No es para tanto, en realidad no esta tan mal, si lo raspas o le pones mermelada sabe normal.

El rubio le miró con los ojos brillantes. – ¡¿En serio?! Gracias Daikicchi, prometo que me esforzare. – Dijo con una gran sonrisa mientras abrazaba al moreno, pero ni bien lo había soltado el teléfono comenzó a sonar. – ¿Si? Ah Noru-san ¿Sucede algo?... ¡¿Qué?! Si, no se preocupe… yo lo resolveré… si, si gracias por avisar y perdone las molestias. – Colgó dejando salir un gran suspiro. – Dios mío ¿Qué se supone que deba hacer con ese chico?

Aomine vio a su esposo hacer gestos desde el otro lado de la mesa antes de recordar. – ¿Ese no era tu representante? ¿Qué ocurrió ahora? No, si tienes esa cara creo que es mejor preguntar "¿Qué mierda hizo ese mocoso ahora?" ¿Cierto? – Preguntó con cierto fastidio.

Kise frunció el seño por el comentario del otro. – Esto no es gracioso Daikicchi, al parecer Tsubasacchi volvió a saltearse ayer el trabajo, la sesión de fotos está retrasada ahora.

– Tch… ese mocoso… ¡Tsubasa baja ya mismo maldito! – Tronó los labios con fastidio antes de gritar furioso desde las escaleras. – Te llevare a dar una vuelta antes de la escuela, y será tu ultimo paseo si no bajas ya. – Amenazó justo cuando una chica de largos cabellos azules bajaba, la chica tendría unos 15 años, sus ojos eran dorados y llevaba puesto un uniforme escolar gris y violeta. – Oh, Tsubaki ¿El desgraciado de tu hermano ya despertó? – Preguntó el moreno cambiando totalmente el tono.

– Si, y en cuanto escucho como amenazabas se volvió a escapar por la ventana de su cuarto, – Comentó Tsubaki. – por cierto había unos fotógrafos afuera así que si no quieres mas historias en el diario de tu hijo fugitivo será mejor que salgas a dar una buena explicación. – Le recomendó la chica con total naturalidad mientras veía como su padre se ponía el abrigo y salía afuera con una aura asesina directo hacia los fotógrafos. – Honestamente esos dos son unos salvajes, – Se quejó. – Me compadezco de ti Papi, mira que tener que soportar a dos así, pero bueno, ¡Buen provecho! – Dijo sentándose a desayunar ajena a lo que su padre y hermano hacían fuera de la casa mientras el rubio se deshacía en nervios por la situación.

 

 

 

Por otra parte Midorima Shintarou se dedico a la medicina y actualmente es uno de los médicos más solicitados sobre todo en el área de urgencias médicas, lleva ya catorce años de casado con Takao Kazunari quien además de ser su esposo es enfermero en el mismo hospital que él, viven en una casa en el área más tranquila de Tokyo junto a sus tres hijos. El peliverde se preparaba para salir ya que otra vez habían cambiado su turno a la mañana, su casa tenía más bien una fachada reservada y sencilla, el living estaba colmado de estantes donde Midorima solía colocar cada uno de sus antiguos Lucky Item por lo que si Takao no se ponía a ordenar normalmente uno tropezaba con todo tipo de cosas desparramadas en todas partes. Mientras Midorima terminaba de vestirse Takao cocinaba el desayuno y atendía a dos pequeños de aproximadamente seis años, un niño y una niña.

– ¡Shin-chan, si ya estás listo dame una mano aquí! – Pidió Takao al peliverde. – Ayuda a Leica a preparar su mochila o a Luka a terminar de vestirse. – Pidió mientras terminaba de cocinar el desayuno.

– De acuerdo, déjame ver ¿Ansiosos por su primer día de escuela? – Pregunto Midorima con dulzura a sus dos pequeños hijos.

– Papá no logro que mis cuadernos entren ¿Podrías ayudarme a acomodármelo? Ah y también deberías atar los tenis de Luka, se tropezara en cualquier momento si sigue corriendo. – Dijo la pequeña Leica con un rostro serio señalando a su hermano que saltaba de un lugar a otro en la sala.

– ¡Luka, te he dicho varias veces que es peligroso correr en la casa! Ven aquí y te atare los tenis antes de que te hagas daño. – Grito el peliverde al pequeño que saltaba por el jardín.

– ¡No, no quiero! Es más divertido así. – Respondió Luka mientras seguía jugando, pero no había terminado de replicar cuando tropezó con sus cordones derribando un oso de madera, un viejo lucky ítem de su padre, afortunadamente su hermano mayor le atrapó. – ¡Wa que cerca! Gracias Kazuo-oniichan.

A diferencia de sus hermanos menores que tenían el cabello verde oscuro y los ojos claros, Kazuo, de quince años, lo tenía claro y unos ojos azul oscuro como los de su madre. Devolvió el lucky ítem a su sitio y alzo en brazos al menor.

– Luka debes tener más cuidado, si Shin-chan dice algo es por tu bien. – Le reprendió con cariño mientras lo llevaba hasta la mesa y le ataba los tenis con cuidado.

– Gracias por eso Kazuo, moriría si tuviera que ocuparme de todo solo. – Agradeció Takao a su hijo. – ¿Iras a buscar a Seiji-kun como siempre? ¿O quieres que te llevemos? – Peguntó mientras acomodaba los libros de Leica en su mochila.

– No gracias, la casa de Akashi no está muy lejos, además ustedes tienen que dejar a los gemelos en la escuela antes de ir al hospital, me las arreglare solo. – Dijo antes de salir.

 

 

 

El ex jugador de Yosen, Murasakibara Atsushi poco después de concluír la preparatoria se había mudado a Estados Unidos, donde vivió varios años junto a su esposo Himuro Tatsuya y a su hijo Murasakibara Nai, pero luego habían vuelto a Japón hacia tan solo diez años. Donde instalo cerca del centro una pastelería donde cocinaba los dulces que tanto amaba. Su esposo Himuro Tatsuya trabaja como decorador de interiores por lo cual la mudanza no le afecto demasiado. Su casa quedaba justo en el distrito comercial detrás de la pastelería que el pelivioleta maneja, era bastante amplia y estaba decorada con un estilo americano sin mencionar de que poseía los marcos de las puertas más altos para que así tanto su esposo como su hijo no tuvieran que andar agachándose para pasar de una habitación a otra.

­– ¡Atsushi, Nai, el desayuno ya está servido bajen! – Pidió Himuro desde la cocina terminando de poner todo en la mesa – Atsushi tienes una hora para abrir el negocio y aun no has ni desayunado y Nai, hoy es tu primer día de preparatoria ¿No querrás llegar tarde verdad? – Dijo casi en regaño a ambos.

Un chico esbelto y de gran estatura bajaba las escaleras mientras peinaba su larga cabella violeta en una coleta baja, estaba terminando de acomodarse su uniforme cuando escucho los reclamos de su madre. Se sentó en la mesa mientras intentaba terminar de arreglarse, se había quedado dormido y aun estaba batallando para acomodar su camisa dentro de la falda, afortunadamente ya tenía su morral preparado por lo que solo debía desayunar e irse. Su padre dejo una cesta grande llena de cupcakes y otras masas dulces para el desayuno, saludó a su esposo con un beso y se sentó a disfrutar del desayuno con su familia.

 – Hoy tienes escuela ¿No Na-chin? Puedes llevarte algunos cupcakes para el receso si quieres. – Le ofreció Murasakibara con una sonrisa acariciando con cariño la cabeza de su hijo.

 – ¡Atsushi! Ya hablamos de esto, Nai ya tiene su almuerzo preparado así que no necesita dulces, necesita alimentarse bien así que deja de consentirlo. – Le regaño su esposo con cierto tono severo.

 – ¿Eh? No es justo, siempre como todo lo que me cocinas Mom, además no está de más comer algún postre - Protesto el menor casi en berrinche, su japonés era bastante bueno pero solía mezclar palabras en ingles por costumbre. – Además aquí no es como en América que puedo llevar dinero y comprar lo que me plazca la comida aquí es muy diferente – Volvió a protestar buscando suavizar a su estricta madre.

 – Ya deja de protestar… – Le regaño mas seguro no tardaría en ceder, su hijo era lo más valioso que tenia y por ello llegaba a consentirlo demasiado o sobreprotegerlo. - Está bien, pero llevas uno solo. – Dijo tras rendirse al ver como su hijo le suplicaba como si fuera un cachorro. – Me adelantare a abrir el negocio, Atsushi acompaña a Nai al menos hasta la parada del bus. – Ordeno antes de irse.

El menor se giro con una expresión suplicante. – No lo harás ¿Verdad? Ya no soy un niño pequeño como para que me lleves hasta la escuela, se donde es y si bien mi sentido de la orientación es pésimo es mejor que el tuyo.– Se apresuro a agregar para convencer al mayor.

 – No, Japón es mucho más tranquilo que América, no te pasara nada malo de aquí a la parada del bus. Ahora ten, guárdalos y vamos antes de que Muro-chin se entere. – Dijo ofreciéndole más dulces para que guardara en su bolso. – Por cierto este año también llevas una falda, Tsubaki-chin ha vuelto a encargarse de tu ropa ¿Verdad? – Comento entre risas intentando contenerse para no ofender al menor.

Nai simplemente exhaló con pesadez encogiéndose de hombros. – Que remedio, sabes que da miedo cuando no haces lo que dice o no consigue lo que quiere. Desde que en primaria vio como me molestaban por mi apariencia decidió que esta era la mejor forma de evitarlo, hasta hoy sigue comprándome ropa y vistiéndome ella ¿Creíste que eso cambiaria solo por entrar en preparatoria? – Comentó algo desanimado. – Bueno no importa, ya estoy acostumbrado, ahora vamos, no quiero llegar tarde.

 

 

 

Akashi Seijuuro, ex Capitán de la Generación de los Milagros y también de la prestigiosa academia Rakuzan, en cuanto a él se dedico a atender las industrias y empresas de su familia al terminar su formación académica. Sin embargo debido a ciertos conflictos con su padre tuvo que mudarse, actualmente reside en Tokyo también, en una enorme y elegante casa con un amplio patio recubierto por muros que ocupa alrededor de una manzana semejante al de los antiguos palacios imperiales. Es uno de los empresarios más exitosos del país con empresas en cada uno de los diferentes lucros. Su esposo, Mibuchi Reo, es uno de los diseñadores de moda más reconocidos teniendo su propia marca y desfiles importantes todos los años, además también ayuda a Seijuuro en las áreas de indumentaria de la empresa. A pesar de tanto trabajo ambos hacen todo lo que pueden para traer el trabajo a casa o pasar más tiempo allí con sus dos hijos, Akashi Seiji, un chico maduro, amable y sociable de dieciséis años, su cabellera era negra con varios mechones aleatorios de color rojo y heterocromia como su padre, su ojo derecho era dorado y el izquierdo morado; y Akashi Asamu un chico reservado, callado y orgulloso de trece años, cabellera roja y ojos al igual que su hermano con heterocromia, ojo derecho rojo y izquierdo dorado.

 – Bien con esto deberá bastar. – Declaro para sí Reo terminando de cocinar. – ¡Chicos ya termine sus almuerzos y el desayuno, bajen o llegaran tarde! – Les pidió a sus hijos mientras terminaba de preparar todo – Su padre tuvo que adelantarse a la empresa pero les envía saludos y espera que tengan un buen inicio de clases.

 – Me alegra oír eso. Lamento la espera madre, pero tanto Asamu como yo ya estamos listos así que no tienes nada de qué preocuparte estamos perfectamente a horario. – Lo tranquilizo Seiji mientras tomaba asiento.

 – Ah Seiji-chan ¿No quieres que te acompañe a la escuela? Tengo algo de tiempo. – Se ofreció con cariño mientras le servía el desayuno.

 – No hace falta, Kazuo debe llegar por mí en unos minutos, además tienes trabajo pero puedes acercar a Asamu, la academia Ginsei está algo lejos.

 – No lo necesito. – Se apresuro a objetar el menor con suma seriedad al bajar las escaleras y tomar asiento. – El abuelo dijo que el mismo se encargara de venir a buscarme y de traerme cada día así que estoy bien.

 – ¿Seguro? – Pregunto Reo decepcionado. – Bueno si mi suegro tiene la "amabilidad" de prestarse para eso será en vano discutirle, prefiero ni verlo de ser posible, ese hombre siempre tiene preparados insultos horribles para cada vez que me ve. - Se quejo enojado pero intentando no darle demasiada importancia.

Seiji frunció el ceño disgustado por aquello, su abuelo era un verdadero dolor de cabeza y no le gustaba que su madre le dejara decir lo que le plazca. – No deberías permitírselo, en lugar de simplemente irte cuando él viene enfréntalo.

Asamu clavo la mirada molesto en su hermano mayor. – Como se nota que no sabes nada. – Comentó por lo bajo. – ¿Qué gana con eso? Mamá no quiere que le insulten ni le hagan pasar un mal momento frente a nosotros y si recurre a papá, él y el abuelo volverán a pelear y todo solo causaría más problemas. Se nota que no pones atención. – Le regaño con soberbia.

 – Solo comentaba que de seguir así nada cambiara, no era para que te enojaras conmigo Asamu, además todo molesta al abuelo así que da igual en ese sentido, solo hay que tomárselo con calma y hacer lo que uno cree correcto.

 – ¿Así como tú? Es muy fácil evadir tus responsabilidades y hacer lo que se te plazca sin pensar en las consecuencias ¿No? Espero que esa escuela de cuarta en la que quieres estar con tus amigos valga la pena pasar por tantos líos. – Espetó el pelirrojo con furia.

 – Asamu si tienes un problema con que vaya a Shotsuko y no a Ginsei dilo sin rodeos. – Respondió con seriedad tomando su taza de café.

 – Para empezar esa escuela es nueva, no la conoce nadie, Ginsei es un instituto de alto nivel al que debería asistir el heredero de una empresa importante como las de la familia Akashi, pero como siempre, tú haces lo que quieres y ahora el abuelo esta mas enojado que nunca. – Le remarco volviendo a su desayuno con cierta rabia.

 – ¡Tiempo fuera! Dejen de pelearse por favor. Asamu te quiero mucho y aprecio, en serio, todo lo que haces… sobre todo por mí. Pero no puedes obligar a tu hermano a hacer algo que no quiere, ni deberías obligarte a ti mismo ¿Si? – Pidió con una dulce sonrisa a su hijo menor mientras le acariciaba la cabeza.

Seiji termino su desayuno devolviéndole la sonrisa a su madre.– Perdón por todo esto mamá, me siento avergonzado por perder la templanza… Kazuo ya debe estar por llegar, nos veremos en la tarde. – Dijo antes de retirarse, no sin antes saludar a su madre y tomar sus cosas.

 

 

 

Finalmente en cuanto a los jugadores estrella de Seirin, Kuroko Tetsuya se dedico como siempre quiso a la enseñanza, trabaja como maestro en un jardín de infantes mientras que su esposo Kagami Taiga está en la emocionante profesión de bombero en el departamento de Tokyo. Ambos se mudaron del departamento del mayor para vivir en una humilde casa en la parte más tranquila de Tokyo. El cambio se debió más que nada a que el acogedor pero pequeño departamento no tenia espacio suficiente para ellos dos y sus dos hijos. Su nueva casa seguía manteniendo el estilo simple del departamento, pocos muebles no muy ostentosos y decorado sencillo.

Kuroko se encontraba preparando la mesa para el desayuno en lo que su esposo terminaba de cocinarlo, no es que él no supiera hacerlo pero era innegable el hecho de que en la cocina el pelirrojo era mucho mejor. – Ya están tardando, es su primer día de preparatoria, estarán en un nuevo colegio… quizá debería acompañarlos hasta allá o algo. – Se dijo a si mismo preocupado.

Kagami escuchando las palabras de su esposo dejo la sartén en su lugar y sirvió el desayuno. - Ya deja de preocuparte, no son unos niños para que andes detrás de ellos todo el día. - Suspiro cansado y al ver que eso no tranquilizaba del todo a su pareja lo beso con dulzura. – Estas haciendo el mismo escándalo que hiciste cuando Kyouya se fue a estudiar a América hace unos meses.

-No es mi culpa, por más que ya sea un estudiante universitario o que se hospede con Alex-san sigue siendo mi hijo… y ahora que hablamos de él hace ya una semana que no nos ha mandado ninguna carta ¿Habrá pasado algo?

Kagami lo miro con dulzura y lo estrecho contra su pecho intentando calmarlo. – Kyouya es un chico de 20 años en un país extranjero sin sus padres, es normal que se olvide de escribir y que se la pase recorriendo o haciendo amigos y yendo a divertirse. Ya escribirá, y cuando lo haga seguramente tendrás un montón de cosas que reprocharle.- Le consoló besándole la frente. -Ya verás que está bien, ahora en cuanto a sus hermanos... ¡Leon! ¡¿Estas despierto?! - Le gritó su padre desde la base de las escaleras hacia los jóvenes que aun tardaban en bajar a desayunar.

Kuroko logro tranquilizarse y se quedo mirando al mayor con cierto reproche - Taiga es muy temprano como para que grites.

Mientras tanto un chico vestido con un uniforme gris y violeta bajó a toda velocidad las escalera con su bolso preparado para sus primer día de clases, el chico tenía el mismo color particular de cabello que su padre solo que más largo y unos ojos celeste profundo que contrastaban un poco con su cabello pero su mirada era ingenua y activa por lo que la gente olvidaba pronto ese detalle, parecía algo nervioso y ansioso a la vez. Al bajar dejo las cosas en el sillón y saludó a sus dos padres antes de correr ansioso a ver que había para desayunar sin prestar atención a los gritos como si estos fueran algo común de todos los días.

 – Perdón, estaba terminando de alistarme. – Se disculpó Leon algo nervioso hasta que olió el desayuno caliente y humeante que su padre acababa de colocar sobre la mesa - Wow, esta vez te luciste viejo. - Elogió a su padre e intento robar un poco pero Kagami le golpeo la mano con la espátula, el menor se sobo la mano pero de todas maneras logro robarse algunas cosas antes de que su padre comenzara a regañarlo de nuevo.

Kuroko no pudo evitar reírse ante las peleas infantiles que tenían su esposo y su hijo, pero de inmediato detuvo a ambos indicándoles que se comportarán - ¿Por qué no vas a despertar a tu hermana? Seguro debe seguir durmiendo. – Le pidió amablemente a su hijo.

 – Tienes razón, ahora bajo. – Dijo el menor levantándose de la mesa y subiendo hasta el cuarto de su hermana menor. Entro como si nada sin siquiera golpear la puerta y tuvo que buscar a tientas el interruptor de la luz ya que con las persianas bajas era imposible ver algo allí dentro, el lugar no era tan desastroso como su cuarto pero debía andar con cuidado de no pisar nada. La peliceleste se encontraba durmiendo tranquilamente apenas cubierta por las sabanas, a pesar de ser tan prolija al dormir su hermano aun se preguntaba como hacía para despertar con el cabello tan desastroso pero según su padre eso venia de familia. Se sentó en el borde de la cama y con cuidado la sacudió para despertarla. – Aoi levántate, si no llegaremos tarde a nuestro primer día en la nueva escuela.

Aoi algo molesta tomo sus sabanas y se cubrió la cabeza con ellas. – Quiero dormir un poco mas... – Gruñó intentando estar lo más a oscuras posible. – Si estas emocionado ve tu solo... total esto ya lo deberías haber hecho el año pasado pero por bruto repetiste el tercer grado de secundaria. – Le reclamo con la esperanza de que así dejara de molestarla.

Leon se sonrojo ante los reclamos de la menor, teniendo ya diecisiete años le resultaba muy vergonzoso empezar en el mismo año que su hermana de quince pero dejo eso de lado y en lugar de dejarla en paz volvió a sacudirla con más fuerza. – No lo digas... eso ya lo sé Aoi… – Al no recibir respuesta trato de cambiar rápidamente de estrategia. – Es una pena que no quieras despertar porque papá cocino tu desayuno favorito. – Le dijo con una sonrisa en el rostro seguro de que resultaría, y tal como lo pensó a gran velocidad la joven se levantó y echó a su hermano fuera de la habitación para poder cambiarse. – Eso siempre funciona, es tan predecible. – Se dijo divertido una vez fuera del cuarto y al volverse a abrir la puerta vio a su hermana menor con el uniforme puesto y la mochila al hombro. El pelirrojo no pudo evitar reírse ya que a pesar de la seria expresión de su hermana los cabellos de esta seguían alborotados y enredados.

Aoi cerró la puerta de su habitación y se refregó sus hermosos ojos de color rojo intenso. – Ya estoy lista vamos a desayunar. – Dijo entre bostezos sin prestarle atención a su apariencia o a su cabellera la cual era un desastre mayor a la de su madre debido a lo largo de su cabello.

 – Bien bajemos y mientras desayunamos te peinare, no creo que te dejen pasar con la cabellera así de alborotada. – Dijo su hermano entre risas mientras le sacudía el cabello y tomaba su mochila para bajarla por ella, realmente le gustaba mimar a su pequeña hermanita.

La menor sonrió a penas como agradecimiento hacia el mayor, solía ser tranquila y callada, además en cuanto a expresiones ella era incluso más inexpresiva que su padre. – Gracias onii-chan.

Luego del desayuno los dos chicos se dispusieron a caminar hacia la escuela, no les quedaba muy lejos y les gustaba hablar de camino allá mirando tiendas, además habían quedado en encontrarse con otras personas de camino. Llegando a la entrada de un parque se detuvieron a esperar, se suponía que se encontrarían con Tsubasa y Tsubaki allí pero aparentemente se les había vuelto a hacer tarde, mientras esperaban el pelirrojo oyó unos sonidos raros provenir del arbusto y al acercarse alguien le salto encima, el chico de tez morena y abundante cabellera lisa y rubia había caído justo sobre él, sus ojos azules se clavaron en los celestes de Leon y se mantuvieron allí unos instantes hasta que la peliceste obligo al rubio a bajarse de su hermano a los golpes con su mochila.

 – Oye eso duele, ten cuidado conejo. – Protesto Tsubasa con cierta malicia, sabía que la menor odiaba ser llamada así debido a su apariencia física y al rubio le fascinaba hacerla enojar.

 – ¡Aoi basta! – Grito Leon deteniendo a su hermana que estaba a punto de volver a lanzarle su mochila en el rostro al mayor. – Tsubasa te estábamos esperando ¿Por qué saltaste de los arbusto y porque tienes el cabello lleno de hojas y ramas? – Pregunto algo preocupado mientras quitaba las hojas del cabello del rubio.

 – Bueno… dejémoslo en que simplemente decidí tomar un atajo. – Contestó algo ruborizado al tener tan cerca al pelirrojo.

 – Ah, no sabía que ahora se le llamaba "atajo" a escapar de casa por la ventana mientras alertas a la prensa. – Se apresuro a regañarle su hermana que apenas había llegado corriendo tras el. – Cielos papá está realmente molesto contigo, si que eres inmaduro.

 – Cállate molestia, yo hago lo que quiero. – Protesto dándose la espalda tratando de ignorarla.

Tsubaki chistó por lo bajo pero decidió dejar de amargarse intentando que su hermano recapacitara ya que evidentemente era imposible, en su lugar corrió a abrazar a la pequeña peliceleste con suma alegría. – ¡Buenos días Aoicchi! – Grito abrazando a la chica asfixiándola un poco sin querer contra su abundante pecho.

 – Tsubaki-chan no respiro... – Le rogaba la menor en vano intentando zafarse de su agarre.

 – Etto...Tsubaki... ¿Podrías no matar a mi hermana? – Pidió amablemente el pelirrojo preocupado por el hecho de ver que su hermanita casi ni respiraba ya.

Tsubasa por su parte arto de ser ignorado se colgo del hombro del pelirrojo sorprendiéndolo. – Sabes que no te escucha, está en su mundo. – Le sonrío cariñosamente, lo cual era bastante raro en él a excepción de cuando le hablaba al pelirrojo. – ¿Como pasaste las vacaciones Leon? – Pregunto cambiando de tema y tratando de apoderarse de toda la atención del chico.

Ante aquella pregunta el menor lo quedo mirando sorprendido y extrañado. – ¿Por qué preguntas eso si apenas nos vimos la semana pasada?

 Algo disgustado el rubio se separo de él tomándolo por los hombros algo molesto ya que aunque fuera una semana era importante para él. – ¡Por eso mismo! Estuve toda una semana sin saber de ti por el estúpido trabajo – Protestó.

Leon intento evitar reírse por el comportamiento infantil de su amigo. – Cierto Tsubasa y Tsubaki trabajan junto a su padre Ryouta-san como modelos aunque a Tsubasa no le agrada mucho. – Se recordó así mismo con una sonrisa. - Pero ahora que recuerdo me pregunto si eso le será un estorbo por que el año pasado...

 

 

Flash back

– ¡¿Como que vas a repetir el año?! ¿Es broma no? Dime que es broma. – Grito histérico Tsubasa demandando explicaciones a lo que el pelirrojo simplemente negó algo sonrojado. – ¿Cómo puede haber alguien tan bruto? – Protestó molesto tratando de no mandar a la mierda a su compañero mientras caminaba de un sitio al otro para calmarse y pensar.

– Perdona pero es difícil para mi... sé que es humillante, estaré en el mismo grado que Aoi... – Dijo sonrojado tratando de excusarse, no le gustaba ser regañado por el rubio y sentía vergüenza de su fatal rendimiento académico.

Tsubasa estaba realmente molesto, caminaba aireado de un lugar a otro intentando tranquilizarse para poder buscar una solución al problema. – Demonios... escúchame bien, esto no se quedara así... no pienso permitirlo. – Le amenazo.

Al día siguiente Leon no podía dar crédito a lo que escuchaba, inmediatamente había entrado en shock al escuchar al rubio decirle la noticia con una sonrisa. – ¡¿Eh?! ¿Cómo que tú también repetirás el año? Si tú tienes buenas calificaciones. – Pregunto sin entender la causa de la noticia y el porqué el rubio se lo comunicaba como si fuera lo mejor que podría pasarle.

Tsubasa le sonrío como si estuviera orgulloso de lo que había hecho y volvió a reiterárselo. – Si, es que en los finales saque puros ceros... supongo que estaba distraído... – Dijo entre risas mientras se acaricia la nuca. – Mi padre ya descargo su ira conmigo cuando se las mostré, ese maldito vejestorio casi me mata a golpes pero valió la pena... – Con una amplia sonrisa tomo la mano de su amigo con fuerza y confianza. – Vamos, mírale el lado bueno, estaremos juntos de nuevo el próximo año.

Fin del flash back

 

 

Leon dio un largo suspiro lleno de nostalgia al recordar aquello e inmediatamente trato de ponerse serio. – Escucha Tsubasa será mejor que estudies, no será bueno que aplaces otro año, ahora las cosas serán más difíciles.

El rubio lo observo sin interés y totalmente despreocupado. – Eso deberías pensarlo tú, yo no lo haré si tú no lo haces. – Respondió alegremente volviendo a encaminarse hacia el instituto junto a las dos chicas.

La preparatoria Shotsuko era un edificio nuevo en la zona habiéndose inaugurado hace apenas unos meses, como cualquier edificio moderno su estructura era fresca y diferente de las demás escuelas. Consistía de cuatro edificios de tres pisos de altura y formas desiguales dándole desde arriba el aspecto de un laberinto, en el centro poseía un gran patio con fuente y por afuera corredores que llevaban tanto a los gimnasios, tres en total, y a la piscina. Los muros rodeaban toda la instalación salvo por la entrada donde había unos portones negros bastante altos, allí se encontraban un chico esbelto de cabellera rosada hasta los hombros y profundos ojos grises que miraba divertido a una irritada chica de cabello castaño largo atado en dos coletas bajas y ojos verdes que balanceaba con fastidio una espada de kendo.

 – Vamos Adako relájate, ya estarán por llegar, es apenas el primer día, todo saldrá bien. – Dijo con serenidad Ritsu intentando tranquilizar a la chica.

 – Ya van a ser las ocho ¿Dónde rayos están? ¿Es que debo ir a sus casas y pasarlos a buscar como cuando eran niños? Me sorprende, sobre todo de Seiji-kun. – Protestó molesta.

Seiji apenas si llegaba caminando junto al peliverde cuando oyó los reclamos de la castaña y se acerco a esta con una gran sonrisa. – Permíteme recordarte que mi casa está algo apartada de aquí y que además apenas son las 7:51 así que no estoy tarde, es más me sobran nueve minutos.

 – Si vas a estar tan alterada por algo tan insignificante empezare a dudar de que en verdad puedas cumplir con tu rol de entrenadora. – Dijo Kazuo sereno haciendo oídos sordos a los gritos de la chica.

 – Si serás… eres molesto cuando te pones así de soberbio. – Dijo irritada por el comportamiento del peliverde debatiéndose entre ignorarlo o enseñarle respeto con su espada de bambú.

 – No le prestes atención Adako, ya sabes como es. Yo confió plenamente en ti, después de todo por parte de tu madre la familia Aida ah demostrado tener un talento nato en esto. – Elogio el pelinegro a la chica tranquilizándola y molestando un poco al peliverde.

 – Por supuesto, mi madre era una gran entrenadora y puedes apostar a que yo no me quedare atrás. En cuanto a las dudas de Kazuo-kun les informare que ya tengo todo arreglado, simplemente necesito esperar a que vengan los demás, ya tengo aquí los formularios y todo. – Señalo orgullosa de su trabajo enseñándoles los documentos.

 – Perfecto, con esto oficialmente podremos fundar el club de baloncesto de esta secundaria, todo marcha como lo esperado. – Comento con una sonrisa de satisfacción.

 – Eres divertido Sei-kun, cuando dices cosas así pareces los villanos de los mangas. – Bromeo Ritsu divertido al ver la expresión del pelinegro. – Bueno al menos sé que no me aburriré de ser su manager, cuando Tsubasa me lo pidió dude pero será divertido.

 – Cierto, este es tu primer año con nosotros, me alegra que Tsubasa-kun allá hecho por primera vez algo bien y te haya pedido ayudarnos.

 – Tch, maldita Hyuuga te escuche. – Protestó el rubio mientras se acercaba a ellos seguido de su hermana y los hermanos Kagami.

 – Admite que Adakocchi tiene razón con lo que dice… – Comento entre risas Tsubaki burlándose de su hermano y corriendo a slaudar a los demás. – ¡Seijicchi buenos días! – Grito con alegría arrojándose sobre el pelinegro.

 – Buenos días Tsubaki. Tsubasa, Leon, Aoi, buenos días también. – Saludo cordialmente a cada uno y se detuvo a acariciarle la cabeza a la peliceleste, sabía que eso le molestaba pero no podía evitarlo.

 – Si, buenos días Seiji… buenos días Planta, hoy estas más verde de lo normal ¿Podría ser envidia de que mi hermana abraza como quiere a Seiji? – Susurro en burla al peliverde.

 – Veo que buscas pelea desde temprano, aunque no me sorprende, eres un verdadero desastre como ser humano. – Contestó Kazuo con calma pero con cierto tono gélido.

 – Ustedes dos basta, Tsubasa compórtate de una vez. – Regaño Ritsu al rubio impidiéndole acercarse al peliverde.

Por su parte Nai corría a toda prisa intentando llegar a tiempo y empezando a bajar el ritmo al ver que sus amigos aun estaban en la entrada. – Ara… ¿Zuo-chin y Basa-chin están peleando de nuevo? – Pregunto el recién llegado tras escuchar unos gritos.

Al verlo llegar Leon se giro dedicándole una sonrisa. – Ah primo llegaste, no, no pasa nada son simplemente Kazuo y Tsubasa comportándose como siempre. – Comento tranquilamente mientras saludaba al más alto.

La discusión en la entrada duro un poco más y tras ingresar la ceremonia de ingreso dio lugar, al finalizar esta cada uno se encamino a su salón asignado. Tsubasa festejo felizmente al ver que le había tocado en el mismo salón que el pelirrojo pero inmediatamente comenzó a discutir ya que Kazuo estaba también en el mismo salón; su hermana Tsubaki no podía estar más contenta tampoco, le había tocado el mismo salón que sus mejores amigos de la infancia Aoi y Ritsu; y para finalizar la clase A estaba compuesta entre otros por Seiji, Nai y Adako, esta última se encontraba estudiando cuidadosamente tres hojas de horarios en lo que el profesor a cargo empezaba el repaso.

– Mmmm... A ver... Leon, Tsubasa y Kazuo están en la clase C. Aoi, Tsubaki y Ritsu en la clase B. Y por ultimo Nai, Seiji y yo en la A... Tengo que buscar la forma de coordinar los horarios de todos. Este es el año, ahora que los equipos de basket pueden ser mixtos tenemos todo para lograr nuestro objetivo, solo debemos organizarnos y comenzar lo antes posible. – Se dijo así misma decidida. Tras las primeras horas del día la castaña logro reunir a todos en la azotea para conversar seriamente. – Escuchen, ya terminé los preparativos, es oficial... ¡Acabamos de formar nosotros nueve el equipo de basket de la preparatoria Shotsuko! Como lo habíamos planeado yo seré su entrenadora, Ritsu será el manager y el puesto de capitán obviamente será de Seiji-kun, los demás quedaran como titulares y según el partido los iré rotando. – Explicó para cerciorarse de que todos hubieran entendido y se tomaran con seriedad el asunto.

 – Entonces al fin comenzara todo... que emoción, hace mucho que esperaba esto. – Comento Leon con una gran sonrisa y cierto brillo en los ojos.

 – No te lo tomes a la ligera, será duro empezar ahora. Hay muchos equipos diferentes que llevan años practicando, nosotros no hemos hecho nada mas allá de haber jugado en los patios o plazas, será difícil dado a nuestra inexperiencia. – Recalco su hermana con suma seriedad.

 – Tch no seas molesta conejo, tenemos el talento nato, será fácil. – Protestó Tsubasa relajado y sumamente confiado.

 – Eso es justo lo que lo hará difícil idiota, debemos entrenar para mejorar, para individualizarnos, de lo contario sin importar cuánto talento poseamos será inútil. – Reafirmo el peliverde batallando con la mirada con el rubio.

 – Mmm Zuo-chin tiene razón... de nada sirve ganar si no logramos destacar por nosotros en lugar de por nuestros padres. – Dijo el pelivioleta pensativo mientras devoraba una bolsa de frituras.

 – Y justamente evitar que nos comparen y ganarles en sus propios estilos será lo difícil. – Suspiro Tsubaki agobiada. – Demonios ya puedo sentir la presión sobre los hombros.

 – Lo lograremos, venimos planeando esto desde hace años, es nuestra meta. Ganarles a nuestros padres... superar su leyenda, ese es nuestro objetivo. – Afirmo Seiji con confianza dándole ánimos a los demás.

 – Ok, primera etapa: entrar a una secundaria nueva y desconocida para fundar nosotros el club de basket... ¡LISTO!

 – Ahora el siguiente paso... el Interhigh está cerca, debemos prepararnos, como dijeron Ao-chan y Kazu-kun no será fácil, allá afuera hay escuelas fuertes con veteranos admirables esperándonos, no podemos confiarnos. – Les recordó Ritsu.

 – ¡SI! Hoy comienza todo... nuestros padres no saben nada de esto... es una promesa... ¡Nosotros los superaremos! – Grito Leon emocionado por lo que estaba por venir.

 

 

CONTINUARA...

 

Notas finales:

Aclaraciones: aquí les dejare las parejas y el nombre de sus hijos como pequeña descripción

 

º º º Kagami Taiga x Kuroko Tetsuya

- Leon  [cabello negro y rojo como Kagami solo que mas largo hasta los hombros, ojos celestes]

- Aoi [cabello largo hasta la cintura lago ondulado color celeste, ojos rojos]

 

º º º Aomine Daiki x Kise Ryouta

- Tsubasa [Piel morena, ojos azules, cabello rubio hasta los hombros]

- Tsubaki [Cabello largo liso azul, ojos dorados y piel clara]

 

º º º Midorima Shintaro x Takao Kazunari

- Kazuo [Cabello verde  y ojos color gris verdoso]

 

º º º Murasakibara Atsushi x HImuro Tatsuya

- Nai [ cabello largo  un poco mas de la cintura color violeta atado en una coleta baja hacia adelante]

 

º º º Akashi Seijuro x Mibuchi Reo

- Seiji  [Cabello negro rojizo con el flequillo tapándole el ojo izquierdo, ojo derecho dorado]

 

º º º Hyuuga Junpei x Aida Riko

- Adako [ cabello castaño largo en dos coletas, ojos grises]

 

º º º Imayoshi Shoichi x Momoi Satsuki

- Ritsu [ cabello no tan corto rosado y ojos grises]

 

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