Capítulo I: añoranzas
En lo profundo de un bosque de Inglaterra se encuentra el ladrón mas afamado del siglo XVIII, Sebastián michaelis. Un ladrón que le roba a los nobles para darles a los más pobres. Su apariencia era, encantadora, un cabello azabache con algunos mechones rebeldes, unos ojos tan profundos que parecía dos brillantes rubíes, su piel era tan blanca y suave, más de una señorita al verlo se le tiraba encima, no por nada era el mejor ladrón de dinero y corazones.
Pero el solo tenía ojos para una persona, el sobrino de su peor enemigo, Ciel phantomhive, sobrino del rey que perdió a sus padres cuando él era un bebe. Ciel phantomhive era un guapo jovencito de 17 años, era el joven más codiciado entre todas las damas de la más alta calaña. Tenía un pelo de color negro tan brillante y sedoso que parecía ser azul, sus ojos grandes y de un bello color zafiro. El azulino era algo arrogante pero tenía un noble corazón.
Sebastián dio un suspiro mientras se perdía en los recuerdos de ese bellísimo azulino, hace tiempo atrás cuando el azulino tenía 14 años y él tenía 21 años vivieron un tórrido romance que fue descubierto por el rey este para salvaguardar el honor de la casa real envió al azulino lejos de Inglaterra, Sebastián no supo nada del azulino. Hasta ese momento…
-¡Sebastián! ¡Sebastián!- grito Claude, Claude faustus era su cómplice y mejor amigo, un pelinegro de ojos color dorado, de un año mayor que el
-Claude ¿Qué paso?- pregunto molesto por la forma en que lo saco de sus pensamientos
-otra vez en la nubes- Claude le lanzo una mirada algo recelosa, Sebastián solo frunció su ceño tomando un arco que había cerca
-¿Qué quieres?- dijo de mala gana Sebastián
-tenemos que partir… - dijo mientras le veía, Sebastián parecía no escucharlo- creo que te enteraste ¿verdad?
-mmm ¿de qué?- pregunto con aire desinteresado
- de que el sobrino de su majestad- hizo un énfasis enorme en la palabra majestad- regreso de Francia, al parecer ya es todo un jovencito de 17 años, ya no es el mocoso que conocí de 14 años- Claude rio al ver la cara de muerte que le dedicaba Sebastián
-cállate Claude y ensilla los caballos- lo dijo en tono de orden
-si tanto quieres verlo ¿Por qué no vas?- le pregunto mientras desataba dos caballos de un árbol
-¿Qué quieres que le diga cuando lo vea? Algo así: hey ciel ha pasado tanto tiempo pero quiero que sepas que te sigo amando, ven huye conmigo- lo dijo de manera sarcástica, haciendo que Claude arqueara la ceja
-¿Por qué no?- pregunto el de ojos dorados mientras le pasaba su caballo que era de color negro
-vamos Claude no seas ilógico, de seguro él ya me olvido- lo dijo en tono más melancólico, Claude ya no replico nada…
En un bello palacio de Inglaterra, un azulino de 17 años dormía como todo un ángel, sus cabellos azulinos caían de una manera encantadora en su frente y almohada, aunque ya era hora para que empezara su rutina, decidió quedarse unos cinco minutos en la cama…
-¡vamos! Es hora de despertar- una voz chillona perturbo su sueños
-grell ahora no- le aventó una almohada a su ‘nana’
-rápido, si no quieres que tu tío se enoje contigo- replico grell, grell sutcliff era el cuidador a cargo de ciel, un pelirrojo de actitud infantil, sus ojos tenían un hermoso color verde amarillento, le gustaba vestir como dama y muchas personas de verdad pensaban que era una dama.
-voy, voy- ciel hizo un ligero mohín mientras se levantaba perezosamente de la cama
-toma tu desayuno- le dio una charola, ciel tomo la taza de té para darle un sorbo con desgano
-supongo que hoy mis únicos deberes son quedarme en el palacio, estudiando- decía ciel fastidiado de su rutina
-la verdad…- de repente el sonido de la puerta abriéndose interrumpió su matinal platica, ya que un rubio inquieto entro en la habitación
-¡ciel! Vamos a jugar- decía con una hiperactividad digna de un niño, su cabello rubio y un par de ojos grandes de un color celeste resaltaban su bella apariencia de un joven de 18 años. Alois trancy un primo lejano de ciel, el también perdió a sus padres y fue adoptado por el rey, su actitud era un tanto impredecible.
-alois ¿Cuántas veces te he dicho que no entres sin tocar?- regaño el pelirrojo
-pero ciel se tarda demasiado- mientras el rubio y el pelirrojo peleaban, ciel se puso su ropa tomo rápido su desayuno para salir de la habitación.
Empezó a caminar por los largos pasillos del palacio, si cuerpo estaba ahí pero su mente divagaba en unos profundos ojos carmesí. Como extrañaba esos ojos que lo miraban con ternura y amor, esos labios que lo hacían perderse, ciel suspiro.
-¿aún lo extrañas?- pregunto alois por detrás sobresaltando a ciel
-no lo sé, eh oído rumores que dicen que se casó con una dama de la más alta sociedad, quizá para el siempre fui un juguete- decía ciel con los ojos cristalinos pero sabía bien como disimular las lagrimas
-pero ciel…- alguien interrumpió a alois
-mis lindos sobrinos ¿Qué tanto hacen?- el rey Ash Lander. El tío de ciel y alois, un peliblanco de ojos color magenta y se ve demasiado joven para su edad, ciel estimaba a su tío pero no sabía cómo era realmente, un demonio disfrazado de ángel
-nada tío – dijo ciel secándose discretamente las lagrimas
-¿pero que veo ahí…?- ash se acercó a ciel peligrosamente mirándolo fijamente, alois se mantenía al margen de la situación- lagrimas…- ciel cerró los ojos para darle la espalda- ¿Por qué mi sobrino consentido está llorando?
-no es nada…- lo excuso alois, pues sabía muy bien que ciel no le gustaba que la gente lo viera llorar
-no me digas que aun recuerdas a ese ladrón…- ciel abrió los ojos como platos ante la mirada incrédula de alois
-no es eso, es solo que ver el retrato de mis padres me hizo poner nostálgico- agradeció a la nada que hubiera un retrato de sus padres cerca
-así que es eso, bien mis dos lindos sobrinos vayan a la biblioteca- ash termino por restarle importancia, alois y ciel asintieron con la cabeza.
Ambos caminaban sumidos en sus pensamientos
-¿ladrón? Eso jamás me lo contaste- reprocho alois ya que se consideraba el confidente de ciel
-no era tan importante- ciel desvió la mirada preguntándose que estaría haciendo Sebastián…
En una mansión donde se escuchaban los gritos de una dama y un caballero, Sebastián y Claude saqueaban aquella mansión, de repente Sebastián estornudo
-Sebastián espero que no te resfríes- le dijo a modo sarcástico mientras se ponía una capucha, Sebastián también se colocó la capucha mientras escuchaba el sonido de un carruaje
-al parecer Scott yard llego, vámonos Claude- puso a andar su caballo, ambos pelinegros huían con la fortuna de una familia entera, ¿Qué hacían ellos con todo esa fortuna?, se dirigían a los barrios más pobres de Inglaterra.
Al llegar la gente los recibió con calidez, Sebastián y Claude bajaron de sus caballos y empezaron a repartir la fortuna que robaron, todos emocionados recibieron el dinero y a los pelinegros.
Esta costumbre de robarles a los demás para darle a los que más lo necesitaban empezó cuando Sebastián y Claude eran unos adolescentes, sus padres eran demasiado pobres así que ellos para mantenerse robaban. Poco tiempo después sus padres murieron en un accidente, Sebastián y Claude se quedaron solos pero supieron mantenerse con vida.
El negocio de robar traía muchos enemigos y uno de ellos era el rey que todos odiaban por ser demasiado injusto y cruel, Sebastián odiaba a el rey por muchas razones una de ellas es haberlo separado del azulino que tanto amaba.
Después de darles el dinero a los pobres regresaron al bosque que había cerca del palacio que era su hogar, su refugio. Ahí se mantenían alejados de todo y de todos.
Ciel estaba tratando de leer un libro, pero sus pensamientos lo distraían que tenía que releer las líneas, alois se dio cuenta de que ciel estaba más que distraído
-ciel, oye ¿Qué te parece si nos escapamos?- le dijo alois, sacando a ciel de sus pensamientos
-estás loco ¿A dónde iríamos?- pregunto ciel
-podríamos ir al centro de la ciudad-decía alois quitándole el libro a ciel
-para salir tenemos que burlar a los guardias de la entrada, cruzar el puente que también tiene guardias- dijo ciel mientras volvía a leer el libro
-podemos ir al bosque- propuso de nuevo alois.
Ciel se quedó quieto y sonrió tontamente recordó como hace algunos años cuando él tenía 14 años se había escapado al bosque…
¿Cuáles son los recuerdos de ciel en aquel bosque?