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Irreal por TokiitaNaruLoveBK

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Notas del capitulo:

Este fic será actualizado todos los miércoles. 

 

Espero que de verdad les guste, a mí me ha encantado escribirlo y espero que pueda crear las mismas sensaciones que sentí al escribirlo. 

 

IMPORTANTE:

Todos los capitulos iniciaran con letra en cursiva señalando los pensamientos de Naruto. 

Los dialogos estan en negrita. 

Se actualizara solo los miércoles.

Cualquier duda preguntenme por RW o por la mi página oficial. 

www.facebook.com/UchihaNaruYaoi

 

Sin más, disfruten el capitulo. 

Irreal
UchihaNaru

 

Buscar la explicación a algo que no existe, es tan complicado como amarte.

 

Capitulo. 1

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La lluvia caía como una cortina de agua sobre sus cuerpos, los dos caminaban tranquilamente sobre las tumbas descuidadas y las nieblas que cubrían el cementerio, aquellos dos seres se miraron a los ojos y compartieron un brillo singular; habían logrado escapar. La oscuridad de la noche y la lluvia torrencial lograron ocultar sus cuerpos en su totalidad, evitando ser vistos por alguien a lo lejos. 

 

Eran una mujer de rojos cabellos y un hombre de deslumbrantes ojos azules aparentemente normales, entre los brazos de la mujer se encontraba un pequeño bulto, sus cuerpos se encontraban lo suficientemente juntos como para proteger aquel pequeño ser de la gotas de lluvia hasta llegar y posarse bajo las alas de un ángel de mármol que coronaba un monumento a mitad del cementerio, la pelirroja tomó la mano del hombre y juntos miraron con amor al ser que descansaba tranquilamente en los brazos de su protectora.

 

-Nadie puede saber su verdadera naturaleza, a los ojos de demonios y ángeles él tiene que ser un simple mortal, un ser humano común y corriente... -

 

-Nuestro deber es protegerlo, alejarlo de las sombras y, cuando sea lo suficientemente capaz de asimilar su verdad, dejar que decida por sí mismo a qué mundo salvar -

 

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Las luces estaban apagadas, no podía ver nada a mí alrededor y mucho menos podía mover mi cuerpo, algo me sujetaba contra una silla, cuerdas o una especie de cinta, no lo sabía y tampoco tenía muchas ganas de averiguarlo. No estaba asustado, tampoco tranquilo, sabía que todo era parte de un sueño, pero por momentos sentía que todo era real.

 

Yo… No quería dudar, pero el miedo que comenzaba a sentir estaba haciéndome titubear entre lo que era falso y lo que era real. Quise moverme, pero era imposible, cada vez que lo intentaba sentía que las cuerdas que amarraban a mis manos detrás de la silla lastimaban mis muñecas con cada roce.

 

-Esto es un sueño – Mi voz me lastimaba la garganta, hablar me costaba demasiado, si esto era un sueño, se sentía demasiado real -¡Esto es un sueño! – Inevitablemente sentí como mi garganta ardía y en ese instante moví mis manos con furia, sacando más de un quejido de dolor de mis labios… Por más que estuviera convencido, había una parte de mí que ya no estaba tan seguro de lo que yo mismo había gritado y, como consecuencia, no podía escapar de esta pesadilla.

 

-Eres un chiquillo escandaloso –La piel se me erizó, una voz escalofriante se escuchó a un lado de mi oreja, estaba demasiado cerca de mí, mis fosas nasales pudieron oler su aliento notando un hedor a alcohol -¿Sera bueno cortarte la lengua para que no grites más? – Sus palabras hicieron eco en mi mente, el miedo me hizo perder la cordura, las lágrimas se apoderaron de mí, aquel sujeto puso su mano en mi hombro y con su mano libre escuche como tomaba algo metálico, haciendo que empezara a sudar frío.

 

-Aleja tus sucias manos de él –Una segunda voz se escuchó, casi inmediatamente supe de quien se trataba. Esa personahabía ido de nuevo a salvarme –Si le haces daño, yo mismo me encargare de exterminarte –Su amenaza contra el sujeto que quería hacerme daño me hacía sentir una oleada de tranquilidad, pero también me provocaba inquietud, pronto me pregunté cómo es que no podía verlo, me pregunté cómo había entrado y del porque yo no había sentido su presencia hasta ese momento; me pregunte por qué nada tenía sentido.

 

De nuevo, mi mente comenzó a razonar, tratando de controlar las cosas a mi alrededor, desee que hubiera luz en la habitación y logré que una lámpara se prendiera tenuemente, sabía que podía hacerlo porque nada de lo que estaba pasando era cierto, la luz parpadeaba y solo iluminaba menos de 2 metros a su alrededor, logré que se encendiera por lo menos por 3 segundos, fue muy poco tiempo… Pero fue suficiente para poder captar una silueta, SU silueta.

 

Frente a mí, un hombre alto se encontraba firme, pude ver que su cuerpo era perfecto, digno de un guerrero, alcancé a mirar su cabello negro, mis ojos se cruzaron con los suyos antes de que la luz se desvaneciera, eran negros y tenían una profundidad que me hacía sentir escalofríos, su persona en sí, no fue lo que me inquietó, más bien, lo que provocó que soltara un quejido, fue ver dos enormes y hermosas alas negras detrás de él.

 

-No de nuevo… - Mi voz dejó escapar un susurro, una vez más la presencia de aquel sujeto me había quitado el aliento y  había hecho que mi corazón comenzara a latir con rapidez, sin embargo, ahora era consciente de que no estaba en peligro no solo porque él estaba ahí, sino porque nada era real, porque estaba seguro de que lo que estaba pasando a mi alrededor era producto de mi imaginación.

 

Todo era… Un maldito sueño.

 

 

 

-¡Ah! – Su cuerpo se sentía raro, cuando sus ojos se abrieron su respiración era demasiado irregular, su cuerpo se sentía pegajoso por el sudor y un punzante dolor atacaba su cabeza; con un tirón, alejó las sábanas de él y se incorporó quedando sentado en el borde de la cama, sus ojos azules buscaron entre la oscuridad la lámpara que había sobre el taburete que se encontraba al lado de la cama, su mano se movió esperando chocar con el mueble de madera y una vez que lo encontró, buscó la lámpara y la encendió.

 

Sus ojos azules, parecidos al azul de un zafiro y tan hermosos como la misma joya, buscaron con la mirada algo que pudiera decirle que ya no estaba atrapado dentro de sus sueños, al ver la foto de su padre mientras lo cargaba en brazos como cuando él era un bebe hizo que una sonrisa se posara en sus labios, definitivamente estaba en el mundo real.

 

El chico pasó una mano por su cabello rubio, pretendiendo que esto lo calmara, miró su reloj de pared y supo que era momento de ir a la escuela, con lentitud decidió pararse de la cama para caminar a un lado de la puerta en donde había un interruptor de luz, al apretarlo la habitación se iluminó y, como una rutina diaria, se sentó frente a su escritorio dispuesto a dibujar lo que había soñado antes de que se borrara por completo de su mente.

 

Sus dedos tomaron un lápiz de un grafito suave, los trazos fueron rápidos pero precisos, con los dedos difuminaba las partes que lo necesitaban, el rubio solo se tardó unos minutos en terminar el dibujo y una vez listo, lo miró con atención. Había dibujado la luz tenue al fondo y la silueta de la persona que se había colado más de una vez en sus sueños.  

 

No era la primera vez que soñaba con ese sujeto, tampoco sería la última, todas las noches el sueño cambiaba, pero esa persona aparecía una y otra vez, con enojo, pateó el escritorio y se odió así mismo como lo hacía todas las mañanas. 

 

Ojeó su cuaderno de dibujos, solo le quedaban dos hojas más, tenía que comprar otro lo antes posible; sin nada más que hacer, cerró el cuaderno y lo dejó a un lado de una pila de otros cuadernos, cada uno llenos desde la primera hasta la última hoja con la imagen de una sola persona, una que no era real, no solo porque no la conocía, sino porque las alas que salían de su cuerpo eran la evidencia de su suposición.

 

Era increíble pensar que estaba obsesionado con él, su cuerpo sentía un hormigueo cada vez que miraba aquellos dibujos, en sus sueños la cosa era peor, se quedaba paralizado, su corazón latía a mil por hora, mirarlo directamente a los ojos le provocaba un calor inexplicable y al escuchar su voz cerca de él, sus mejillas se acaloraban.

 

Sentía una atracción inexplicable hacía esa persona y lo peor de todo era que esa persona solo era producto de su imaginación. El solo pensar en eso lo hacía sentir un tonto, caminó con desgano hacía el baño que había en su habitación, quería dejar de pensar en eso y sabía que el agua lo ayudaría a refrescar la mente, minutos después salió del baño con una toalla amarrada a su cintura, gotas de agua aun recorrían su cuerpo de tez acanelada y algunas otras caían de su cabello rubio, el menor se miró por un momento en el espejo y frunció un poco el ceño, no le gustaba mucho tener aquellas caderas algo pronunciadas, pero aunque él no lo notara, era uno de sus más grandes encantos, su cuerpo estaba bien cuidado, no tenía los músculos marcados, pero se podía ver el hecho de que hacía ejercicio, en ese momento el agua que caía por su pecho le daba un aura sensual, cosa que él no veía por ningún lado; sin más, suspiró con cansancio, caminó hasta su ropero y sacó su uniforme escolar.

 

Sus siguientes acciones eran las mismas de todos los días, su vida no era demasiado interesante, guardó las cosas que necesitaría en su mochila, desayunó algo ligero y caminó hasta la escuela, como siempre, muchos lo miraron con indiferencia, otros se reían de él, solo algunos pocos preferían simplemente ignorarlo, ya nada le importaba, después de un tiempo ya se había acostumbrado a todo eso.

 

Caminó hasta su salón, su asiento era al frente, faltaban solo unos minutos para que las clases comenzaran, así que algunos alumnos ya estaban ahí, no le sorprendió mucho sentir a los pocos segundos de haberse sentado bolitas de papel pegar contra su cuerpo, las risas de sus compañeros de clase llegaron a sus oídos, pero él simplemente sacó una libreta de su mochila y comenzó a dibujar ignorando todo a su alrededor.

 

Su concentración había sido tanta que no sintió el tiempo pasar, de nuevo se encontraba dibujando el rostro de aquel que estaba seguro era una persona irreal, estaba a punto de escribir en un espacio que había dejado Ángel Guardián, término que él le había dado al no saber su nombre, aunque en realidad dudaba que tuviera uno,cuando el sonido de la puerta al abrirse lo sacó de sus pensamientos 

 

-Buenos días a todos, siéntense por favor – Era Iruka-san, el profesor de matemáticas, su caminar era tranquilo y una vez que dejó sus cosas en su escritorio le dio la espalda al alumnado que poco a poco se fue acomodando y guardando silencio, el rubio observó con atención como su profesor escribía con los kanjis correctos el nombre de un desconocido. Uchiha Sasuke. –Jóvenes, denle la bienvenida a su nuevo compañero. Sasuke-kun, adelante por favor – La mirada azulina, al igual que otras curiosas se dirigieron a la puerta, la cual se abrió lentamente, dejando ver a un chico de tez pálida entrar –Él es Uchiha Sasuke, sean amables con él – Los ojos negros de ese nuevo alumno eran profundos y tenebrosos, miraban con intensidad al rubio que, al verlo, se había quedado petrificado, su tez morena había dado lugar a un pálido aterrador, su mirada bajó con miedo hasta encontrarse con el dibujo que había hecho hace solo unos minutos y con asombro, dejó salir un jadeo de impresión audible solo para él.

 

Su dibujo era el retrato de aquella persona que se proyectaba ante él, lo cual era imposible porque estaba seguro que esa mañana se había despertado, estaba seguro que estaba en el mundo real y que eso no era un sueño, miró de reojo a sus costados y con disimulo miró hacia atrás, estaba seguro que todos podían ver aquel chico de cabellos negros, aquello no era su imaginación, ese chico era real, tan real como lo era él.

 

-Naruto ¡Naruto! – La voz de Iruka lo espantó haciendo que se pusiera de pie de un salto, en ese momento todos se rieron a sus espaldas y el profesor solo suspiró, Naruto no tenía remedio – Sasuke-kun, él es Namikaze Naruto, él se encargara de mostrarte la escuela ¿De acuerdo? – Naruto solo pudo asentir pero sabía perfectamente que todos en el salón estaban disgustados por la decisión de Iruka, la voz de Sakura Haruno, una de las chicas que más odiaban su existencia, reclamó, queriendo ser ella la primera amistad del Uchiha, sin embargo Iruka la mandó a callar, diciendo que ya había tomado una decisión –Sasuke, toma asiento por favor –El Uchiha se encaminó a la única silla sin ocupar, la cual se situaba en la cuarta fila al lado de la venta, desde ahí podía ver casi todo el salón, menos la parte de atrás, sus ojos negros se posaron en la chica que hace unos minutos había sido callada por Iruka y quien casualmente se sentaba detrás del Namikaze.

 

Sakura miraba amenazadoramente a Naruto, cuando Iruka se volteó hacía el pizarrón para poner el trabajo que harían ese día, la chica aprovechó para lanzarle una bolita de papel, Naruto al haberse sumergido en su mente de nuevo, dio un pequeño respingo en cuanto sintió el toque de aquel pedazo de papel contra su cuerpo, todos rieron por lo bajo y él suspiró sin hacer o decir nada, Sasuke miró esto con seriedad.

 

Por otro lado, el rubio sentía una mirada profunda clavándole la espalda, sabía que era la mirada de ese chico nuevo. Se dijo así mismo que era imposible que fueran la misma persona, tal vez todo era casualidad. Cuando Sasuke había pasado a su lado, él miró de reojo su espalda, no había alas, por supuesto, después de todo, Sasuke era una persona común y corriente ¿verdad?

 

La clase siguió su rumbo, el tiempo pasó y Naruto no pudo concentrarse ni una sola vez, sentía aquella mirada fría que asustaba su tranquilidad, al sonar el timbre que anunciaba el recreo sintió un gran alivio dentro de él, se paró sin escuchar las últimas indicaciones de Iruka y mientras los demás salían del salón, él buscaba sus audífonos en su mochila, tenía planeado sentarse debajo de la sombra de un árbol mientras dibujaba en su libreta personal como siempre, pero repentinamente alguien lo jaló del hombro, obligándolo a girarse para encontrar esos ojos negros que habían comenzado a inducirle miedo y confusión.

 

-¿Acaso no vas a enseñarme la escuela? – Su voz hizo estremecer a Naruto, definitivamente era la misma voz de sus sueños, de solo recordarlo Naruto imploró que si estaba dormido, su mente se apiadara de él y lo dejara despertar. Sin embargo eso no paso, estaba en el mundo real y estaba comenzando a creer que se estaba volviendo loco.

 

-Lo siento-ttebayo, pero no creo que eso sea lo mejor –Los ojos azules miraron la puerta, en donde Sakura esperaba que Sasuke cruzara para poder pegársele y dejar atrás a Naruto –No sería bueno que te vieran conmigo, es mejor que le pidas a Sakura-chan que te enseñe la escuela –Sasuke frunció el ceño y miró a la chica de cabello chicloso, quien al escuchar a Naruto sonrió con superioridad.

 

-Por primera vez Naruto, estoy de acuerdo contigo – Sakura se acercó a Naruto y con un solo movimiento tiró las cosas que traía en brazos al suelo, Naruto simplemente guardó silencio y comenzó a recoger lo que la chica le había tirado, Sasuke miró como la chica le sonreía, pero él se mantuvo serio –Sasuke-kun, soy Haruno Sakura, un gusto en conocerte, yo te enseñare la escuela, no te molestes en prestarle atención a este pobre, solo sirve para robar el oxigeno -  Sakura enredó su brazo con el de Sasuke y lo alejó de Naruto, el Uchiha lo miraba de reojo, esperando que dijera o hiciera algo, pero nada paso, el chico simplemente recogió sus cosas y siguió con lo que estaba haciendo antes de que fuera a hablar con él, buscar algo en su mochila, y una vez que salió del salón ya no pudo verlo más.

 

Por otro lado, Naruto encontró lo que buscaba, sus audífonos, pero en vez de salir del salón se preguntó si sería mejor quedarse ahí, su mente aun seguía confundida, incapaz de creer nada de lo que hasta el momento había pasado, ese chico no podía ser real, pero lo era. Abrió su cuaderno y lo abrió en una hoja cualquiera, encontrándose con un dibujo que había hecho dos días atrás, era Sasuke recargado en un farol que iluminaba la noche, las alas se encontraban cerradas y sus ojos estaban escondidos por su cabello, en ese dibujo Sasuke era un ángel.

 

-Esto es una estupidez-ttebayo –Naruto colocó los audífonos en sus orejas, los conectó a su reproductor mp3 y subió el volumen al máximo, quería callar sus pensamientos mientras Audience of one de Rice Againts se reproducía, se sentó de nuevo en su lugar y decidió dibujar algo que pocas veces se animaba a retratar, a su padre, Minato Namikaze.

 

Aquel hombre de rubios cabellos era el hombre que más había querido en toda su vida, nunca había conocido a su madre, ella lo había abandonado en cuanto le dio a luz, su padre se hizo cargo de él y por muchos años agradeció a Kami-sama de que las cosas acabaran así, sin embargo hace dos años su padre había muerto, aquel día llovía horrible, los truenos y relámpagos iluminaban la noche y rugían provocándole escalofríos por todo el cuerpo, su padre aun no llegaba del trabajo y se suponía que debería de estar en casa hace más de dos horas, a media noche la policía lo llamó diciéndole que su padre se había salido de la carretera, el auto había caído en una pendiente, haciendo que diera vueltas hasta chocar contra un árbol frondoso que lo detuvo, cuando la ambulancia llegó, ya había sido demasiado tarde, su padre había muerto y nadie pudo hacer nada al respecto.

 

Después de eso, su abuela, madre de Minato, al ser el único familiar reconocido, tuvo su custodia, por petición de Naruto, él siguió viviendo en la casa en donde pasó momentos inolvidables con su padre, por lo menos ahí se sentía a salvo del exterior, de todas esas personas que le hacían daño, su abuela Tsunade lo iba a visitar ocasionalmente, sin embargo no se quedaba por mucho tiempo, después de todo, no era la personas más indicada para sostener una plática con otro ser humano. Extrañaba a su padre, ese tiempo sin él había sido difícil, aquella noche, cuando recibió la noticia de que su padre había fallecido, no había podido dormir, pero en cuanto sus ojos se cerraron, cansados de torturarlo esa noche, la imagen de un ángel apareció y desde entonces, el dormir, era algo que intentaba evitar.

 

-¿Quién es él? – La canción que había puesto se había acabado, estaba a punto de volver a ponerla antes de que comenzara la siguiente cuando una voz lo asustó, su mirada captó un cuerpo a su lado y al subirla pudo encontrarse con el rostro de Sasuke, aun le impresionaba verlo, aun no encontraba una lógica a todo lo que sus ojos veían ese día, sin embargo, dejó eso de lado en cuando se dio cuenta que los ojos negros miraban con interés el dibujo que había hecho de su padre, rápidamente cerró la libreta y la guardó en su mochila.

 

-Nadie, ¿No deberías estar con Sakura-chan? – Naruto habló con rapidez, después de todo no estaba acostumbrado a hablar con las personas, mucho menos con alguien que antes de conocerlo había estado en sus sueños.

 

-Me escape de ella hace unos minutos, quería preguntarte ¿Por qué no hiciste nada para defenderte? – Naruto suspiró con resignación, quería irse a casa y refugiarse en las sábanas de la cama de su padre, sentir aquel olor entrar por sus fosas nasales mientras un aura de protección lo rodeaba, a pesar de los años agradecía que ese aroma siguiera en cada rincón de aquella casa, en especial en aquella habitación en la cual solo entraba cuando estaba o muy deprimido o muy confundido, como en ese día.

 

-Porque ya me he acostumbrado, después de dos años aguantando las burlas de cada alumno de esta escuela, ¿No crees que sería un desperdicio de tiempo levantar la voz ahora-ttebayo? –Sasuke no dijo nada, Naruto se preguntó internamente si Shizune-san, la enfermera escolar y vieja amiga de su abuela, lo dejaría quedarse ahí el resto del día, decidido a intentarlo, se paró de su asiento y se puso la mochila en el hombro derecho, iba a irse pero el impulsó de preguntar algo lo detuvo, miró a Sasuke a los ojos y este hizo lo mismo -¿Eres real, no? –

 

-¿Estoy parado frente a ti, no? – Naruto sonrió con resignación  ¿Qué esperaba que le contestara? ¿Qué no era real y todo eso era un sueño? Se había despertado esa mañana, no estaba dormido, se había pellizcado unas doce veces durante las primeras clases y efectivamente se encontraba despierto.  

 

-¿Puedo preguntarte algo fuera de lo normal? –Naruto estaba tentando a seguir hablando con Sasuke, cuestionarle cosas que posiblemente solo el ángel de sus sueños sería capaz de responderle, quería convencerse a sí mismo que el que Sasuke se pareciera al sujeto que aparecía en sus sueños solo era una coincidencia.  

 

- No hagas preguntas, si no estás seguro de soportar las respuestas – Naruto se quedó callado, ¿A qué se refería Sasuke con eso? Ahora estaba más confundido que en un principió, sin embargo la duda se quedaría con él hasta tener la suficiente confianza como para hablar de nuevo con ese chico puesto que Sasuke había pasado a un lado de él y se había ido, dejándolo solo de nuevo en el salón.

 

Naruto suspiró, definitivamente tenía que irse a casa por ese día, no le importaba si su abuela se enteraba o si después le reprendería por ello, simplemente salió del salón, caminó por el patio ignorando las miradas que lo seguían, rodeó el edificio hasta un punto ciego y miró la barda que se extendía frente a él, lanzó su mochila del otro lado, ya había escapado antes de esa manera, el rubio comenzó a escalar el árbol que había aun lado de la barda, caminó por una rama segura y saltó hacia el otro lado de la barda cayendo de cuclillas al suelo, tomó su mochila y se dirigió a su casa.

 

Una vez estando ahí, se encerró en su habitación, aquel día se la pasó mirando cada uno de los dibujos que tenía de su ángel, incluso sacó los primeros dibujos que solo eran sombras en el suelo o en una pared, a Naruto le gustaba dibujar mucho y cuando se dio cuenta de la presencia de esa sombra en sus sueños repetidas veces, decidió que sería buena idea dibujarlo, pero nunca pensó que se volviera una rutina diaria hasta el punto de que ya no eran solo sombras, sino el rostro y el cuerpo entero de aquel ser divino.

 

Era imposible, pero era la realidad, no había duda de que el Sasuke que apenas había conocido ese día, era el mismo que había dibujado a lo largo de esos dos años, estar consciente de esto le causaba una gran inquietud, estaba confundido y mientras intentaba encontrar una respuesta a todas sus preguntas el tiempo pasó volando, la noche había caído y sus parpados no podían estar abiertos ni un momento más, con grandes esfuerzos se paró de la silla en la cual había estado y se aventó a su cama, durmiéndose casi al instante.

 

Y sin darse cuenta de que alguien lo veía dormir desde el balcón que había en su recamara.

 

Continuara…  

Notas finales:

Espero que les gustara, mientras espero los RW iré a cenar XD Los amo :) 


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