Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ayúdame a olvidar por Fullbuster

[Reviews - 217]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que disfrutéis leyendo

Notas del capitulo:

 Portada (Click para ver imágen)

 

Saga I: El pasado de Gray


Total: 28 capítulos.

Gray  Fullbuster

Caminaba sólo y triste por las calles. Apenas tenía ocho años y ya había visto a un demonio destruir mi ciudad, matar a mi familia y ver como mi maestra se transformaba en hielo para salvarme sin poder hacer nada por ayudar ¡Había matado a mi maestra! ¡Era mi culpa! Y no podía dejar de llorar. Lyon me había acusado de romper sus sueños e ilusiones, me acusó de la muerte de Ur y tenía razón, me sentía la peor persona del mundo y aquí estaba, caminando sólo y triste por el mundo, buscando algo, buscando una solución para salvar a Ur.

Ella había dicho que había magos mucho más fuertes al este y me había dispuesto a buscarlos.

Cuando levanté la vista por un segundo, descubrí que estaba nevando y por primera vez, me derrumbé en el frío suelo de uno de los callejones de la ciudad. Nevaba como nunca, reflejando la magia de mi maestra, como si estuviera ahí para hacerme sentir más culpable por mis actos, recordándome que yo la maté. Estaba tan absorto en mis pensamientos, que no me di cuenta cuando una mano se cerró entorno a mi nariz y mi boca. Olía a algo fuerte, tanto, que pese al forcejeo, mis ojos se cerraron en segundos viendo por última vez aquellos blancos y débiles copos caer frente a mí.

Me desperté en una celda de piedra. Apenas había iluminación y escuchaba gritos, había mucho ruido fuera, gente que hablaba, gente que brindaba por algo. Mentiría si dijera que no estaba asustado, pero mi carácter frío y altanero me impedía demostrarlo, aunque realmente sólo quería irme de allí. Me acerqué a la puerta de madera para descubrir que estaba cerrada, ¡Incluso la zarandeé unas cuantas veces con un presente cabreo intentando abrirla! Pero lo único que sucedió, fue escuchar una voz al otro lado diciendo que por fin había despertado.

Unos ojos aparecieron por una rendija de la puerta y me asusté echando un par de pasos hacia atrás. Había por lo menos tres personas al otro lado de la puerta y se turnaban para mirar, yo puse mi cara de enojo, esa que utilizaba con Ur cuando me regañaba y trataba de hacerla sentir a ella más culpable, pero pareció hacerles más gracia que otra cosa. La puerta se abrió entonces dejando entrar a los tres individuos y permitiéndome ver fuera lo que parecía un gremio, por lo menos, había mucha gente sentada bebiendo.

Mira lo que hemos encontrado vagando por las calles de nuestra ciudad – dijo uno de los hombres de cabello oscuro mirándome fijamente, rodeándome como si fuera un buitre dispuesto a lanzarse sobre mí.

El tipo al pasar por mi espalda me dio una palmada en el trasero y yo cabreado, me giré cogiendo su mano y congelándola al momento. El hombre gritó y se alejó unos pasos de mí mientras otro de los allí presentes, esta vez uno rubio, se quitaba el cinturón del pantalón enrollándolo en su mano para venir hacia mí.

Yo te enseñaré a obedecer niño – me dijo el rubio dando el primer latigazo en mi cara.

Caí al suelo con un grito y me toqué la mejilla descubriendo que me había cortado, no pude recuperarme cuando vino el segundo y el tercer golpe, cuando quise darme cuenta, había más de un cinturón golpeándome. Sólo podía acurrucarme en el suelo mientras gritaba y las lágrimas se escapaban de mis ojos aunque intentaba detenerlas. ¡Dolor! Sólo tenía dolor. Entre todos, me cogieron, me ataron las manos y vi como empezaban a desnudarme. Ya no era dolor, era miedo lo que sentía en ese preciso instante.

Grité lo más alto que pude creyendo que los del gremio me ayudarían, pero nadie vino en mi ayuda. Insultos, groserías y guarradas era lo que escuchaba salir de sus labios mientras me tocaban el torso ahora adolorido por los golpes del cinturón.

Parad – fue lo único que podía decir, era lo único que salía de mi boca, “parad”, deteneos”, “por favor” y “no”

Llegué a rogarles, a suplicarles que me dejasen y me daba cuenta lo bajo que estaba cayendo para tener que suplicar mientras lloraba, yo siempre me había considerado fuerte, hasta el punto de ir solo a enfrentar a Deliora, y ahora, me sentía como un muñeco de trapo en sus manos, débil y manipulable.

Se deshicieron de toda mi ropa esparciéndola sin cuidado por la celda, incluso pude ver entrar una cuarta persona que se quedó en la puerta mirando y animando al resto. Intenté utilizar magia y una fuerte patada golpeó mi muñeca. El intenso dolor regresó y supe que me la habían roto. Me mordí el labio por el dolor tras el grito, no podía moverme, eran dos tipos sujetándome con rudeza mientras otro ya estaba desabrochando su cinturón. Abrí los ojos “no quería esto” “quería salir de aquí” “Quería ayuda” pero nadie vino.

Ni siquiera se molestaron en prepararme, el hombre rubio entró en mí sin cuidado alguno y lloré, lloré y grité como nunca en mi vida ¡El dolor me estaba matando! Creí que incluso perdería la conciencia, pero ni siquiera eso podía, seguía despierto sintiendo sus caricias nada agradables, sus envites una y otra vez, como salía y entraba de mí excitándose más cuanto más lloraba, viendo como mordía mi labio hasta provocarme sangre. Tras él, siguieron los demás y cuando llegaron al último de los tres, ya no tenía fuerzas para seguir forcejeando con ellos ¡Me sentí sucio! Tanto, que empecé a odiar que me tocasen.

 

Me desperté de golpe ante aquella pesadilla y encendí la luz con rapidez comprobando que estaba en mi habitación en lugar de en aquella celda de piedra. Me miré las muñecas, no estaban atadas ni rotas y hasta que no me miré en el espejo del fondo, no pude verme tal cual estaba ahora, con diecinueve años. Ya no era un niño al que podían lastimar ¡Sólo era un recuerdo! ¡Solo era una pesadilla! Me intentaba mentalizar yo mismo, pero aún así, las lágrimas salieron e intenté detenerlas. Por primera vez, me alegraba de no decirle a nadie donde vivía, así nadie podía entrar en mi casa como hacía Natsu en la de Lucy.

- Natsu – susurré aún llorando.

Pensé en él y lloré aún más. Supongo que callarme mis sentimientos por él, era lo mejor. En primer lugaar porque no creía que él pudiera sentir algo más por mí que la relación de amistad y peleas que teníamos y en segundo, porque ¿quién iba a quererme a mí con este pasado? Maté a mis padres, a mi maestra… fui secuestrado, golpeado y violado hasta que por fin llegué a Fairy Tail. Sólo aquí todos me habían tratado como a uno más de la familia y aún así, aunque por fin las cosas iban bien… las pesadillas habían regresado después de años, ¿Por qué habían vuelto las pesadillas?.

Eran las cinco de la mañana y no tenía nada que hacer tras haberme desvelado, así que me vestí y caminé hacia el gremio, cuando llegué, descubrí que estaba cerrado ¡Normal, eran las cinco y media de la mañana! Ni siquiera había gente por la calle y hacía frío, algo que yo agradecía. Seguí caminando por la ciudad sin un rumbo fijo y cuando llegué al río, me di cuenta que había estado tan absorto en mis pensamientos, que había salido de la ciudad para llegar a la zona de pesca de Natsu. Tantas veces le había seguido en secreto, que supongo, me parecía el lugar más seguro del mundo. Me quedé de pie mirando el agua correr, viendo como algún pez saltaba de vez en cuando del agua y entonces, unas voces a mi espalda se escucharon, era Happy y venía con Natsu. Ya no me daba tiempo a marcharme antes de que me encontrasen aquí, pero me sequé las pocas lágrimas que quedaban en mis ojos antes de que llegasen hasta mí.

~ ¿Por qué me haces madrugar para ir a pescar? – se quejaba Natsu que venía bostezando.

~ Ya te lo he dicho, tengo hambre – decía Happy.

~ ¿Eh? – exclamó Natsu al verme - ¿Gray? ¿Qué haces aquí?

Intenté sonreír y me giré para verle, como siempre, con su actitud inocente y risueña, como la de un niño que contagia a todos los demás con su alegría ¡Así era Natsu! No pude evitar pensar que me gustaba, me encantaba estar con él y me hacía sentir seguro, porque Natsu sí era verdaderamente fuerte y no como yo, pero tampoco podía evitar pensar que todo lo que yo tocaba se marchitaba, como la vida de Ur, de mis padres, la de Lyon, yo sólo causaba problemas a los demás, así que era mejor para él si mantenía las distancias conmigo.

~ Paseaba – le dije – no sé ni cómo he acabado aquí – le dije sonriendo – Lo siento, ya me marcho, podéis pescar tranquilos.

~ ¿Te pasa algo, Gray? – me preguntó Natsu deteniendo mi brazo cuando pasé a su lado y casi empecé a llorar otra vez, pero me contuve.

~ Nada en especial, te veré en el gremio.

Seguí caminando por el bosque en dirección a la ciudad, Natsu y Happy hablaban, hablaban sobre mí, creían que me pasaba algo y lo supe por el tono lastimero que utilizaba Happy. Había caminado casi diez minutos cuando escuché a alguien venir corriendo a mi espalda, me giré sobresaltado pensando lo peor, creyendo que venían a por mí, para mi sorpresa, Natsu salió de entre los árboles y sin darle tiempo a frenar al verme, se chocó contra mí cayendo ambos y resbalando por la hierba.

Estaba en el suelo, tumbado boca arriba y tenía a Natsu encima, pero lo peor ¡Me dolía la nariz! Creo que el bruto me había dado un cabezazo. Volvió a salir mi carácter de siempre movido por el dolor.

~ Podrías mirar por dónde vas, cabeza de llama – le grité cabreado.

~ Eres tú el que siempre está en medio, calzoncillos – me recriminó.

~ ¿Por qué venias corriendo detrás de mí? – le pregunté.

~ Happy estaba preocupado por ti, quería ver si estabas bien – dijo, pero se calló al levantar la cabeza y verme – estás… estás sangrando – me dijo señalando mi cara.

No sé que me pasó, pero al ver la mano con la que había tocado mi nariz llena de sangre y notar a Natsu encima de mí, hizo que los recuerdos volvieran. Una lágrima resbaló por mi mejilla y me dí cuenta al ver como Natsu se había quedado mirando fijamente aquella lágrima resbalando por mis pálidas mejillas. Se había paralizado encima de mí, estaba absorto mirándome y quería que dejase de hacerlo, quería que no me mirase así, que no viera al chico débil que era capaz de derramar lágrimas frente a él, quería que dejase de verme como si fuera un niño pequeño.

~ ¿Gray? – fue lo único que se escapó de su boca cuando me vio llorar, porque ahora caía otra lágrima - ¿Estás llorando?.

~ No estoy llorando – le dije imitando el sonido de la última vez que se lo dije, en la isla Galuna, con Deliora.

~ Si es por el golpe, lo siento Gray, yo no quería, sabes que soy un poco bruto – sonrió a la vez que se rascaba la cabeza.

¡Recupérate Gray, recupérate! Era lo único en lo que pensaba para dejar de llorar, no podía parecer así de débil frente a nadie, pero menos frente a Natsu. Lo peor de todo, es que Natsu aún no se había movido de encima mío y había cierta parte que empezaba a emocionarse ¡Tenía miedo de que lo notase!

~ Vale Natsu – le dije – No pasa nada pero… ¿Puedes levantarte? Quiero lavarme la sangre.

Natsu se levantó disculpándose por la tardanza y una vez se quedó a mi lado, me ayudó a incorporarme, quedando ambos sentados en el césped. No sé por qué, pero mi compañero no dejaba de mirarme y me limpié la lágrima con el brazo.

~ Golpeas cada vez más fuerte – le dije con una sonrisa para que no se preocupase, él sonrió pero seguía mirándome. - ¿Por qué me miras tanto, ojos puntiagudos? – le pregunté.

~ Es que… siempre te ves tan fuerte que no creí… - se calló dejando la frase a la mitad. Supuse que iba a decir “débil”.

Bajé la cabeza hacia el suelo, mirando el césped que ahora tenía alguna gota de sangre que caía de mi nariz, no podía verle, ¡Me había puesto rojo al verle tan cerca! Tenía que disimular para que no lo viera. Noté un escalofrío cuando unos dedos se colocaron en mi barbilla y me obligaron a levantar el rostro. Veía a Natsu, sus ojos, sus labios, esos labios que tantas veces había deseado besar, aún con mayor ímpetu desde los juegos mágicos.

Su mano acabó abriéndose para acariciarme la mejilla, limpiando con el pulgar los restos de la lágrima que había derramado. No entendía que estaba pasando, pero por primera vez, sentir sus caricias en mi piel no me pareció tan malo, era muy cálido y muy amable. Cerré los ojos con fuerza, quería recordar este momento, grabarlo por si no volvía a tener una oportunidad con él, por si volvíamos de nuevo sólo a nuestras peleas. Quería poder recordar su calidez y su dulzura, esas que nunca veía.

Algo había tocado mis labios, los abría con suavidad alejando mi labio superior del inferior. Abrí los ojos un segundo sólo para ver a Natsu pegado a mí, con los ojos cerrados y manteniendo su mano en mi mejilla, rozando con las extremidades de sus dedos la nuca para acercarme a él. Sus labios eran suaves, sensuales, perfectos. Me invadía seguridad y no soportaba esa ternura con que estaba besando ¡Jamás me habían besado! Justo cuando estaba disfrutando su espectacular beso, se apartó con rapidez.

~ Lo… lo siento, Gray – escuché de su voz temblando – Dios, lo siento – me repitió levantándose y apartándose de mí – no sé que me ha pasado.

Justo lo que yo esperaba que pasase si me declaraba, que me mirase como un bicho raro, que se alejase de mí, que nuestra relación cambiase, que dejase de formar equipo conmigo en las misiones, que se alejase.

~ Natsu, no pasa nada – le dije.

~ No, sí que pasa, te he besado, te he visto tan… - se calló de nuevo.

~ ¿Tan débil? ¿Tan vulnerable? – le pregunté – Déjame solo, Natsu.

~ Lo siento Gray, no quería decir eso, no eres débil sólo que… es que eres un chico.

~ Así que era eso – le dije sonriendo – sólo me has besado porque me veía vulnerable, supongo que ha sido asqueroso tener que besar a un chico – Natsu no supo que contestarme así que supuse que era eso - MÁRCHATE – le grité – no necesito tu compasión.

~  Gray – me llamó con un tono serio – yo…

~ Lárgate, no sabes nada de mí, no necesito que me consuelen de nada, guarda tus besos para las chicas – casi le grité, aunque me sentí celoso tras decirlo.

¡No podía creer que aquellos besos tan dulces que era capaz de dar Natsu, fuera a dárselos a otra persona! Natsu se marchó un poco descompuesto, sin saber que decirme, sin saber qué hacer para arreglar las cosas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).