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Bad Luck (불행) por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Traigo un pequeño One-Shot 2min que espero les guste.

Esta cosa debió ser fanfic xD Pero nimodo, ya lo hice one-shot, y así se va a quedar :P

 

Notas del capitulo:

(불행), como verán en el título se pronuncia Bulhaeng y significa mala suerte, infelicidad, tristeza, misfortunio, misería, aflicción, étc :B

 

 

-Ven aquí pequeño.- Key tomó el gato de Taemin y lo colocó en su regazo. El gato se dejó mimar, solía ser de esos gatos que no pedía nada, sólo se dejaba tocar y después despreciaba a la gente que le mimaba.

 

-Hyung, ¿quiere café o té?- Taemin preguntó desde la cocina. Hoy, era uno de esos días en los que la lluvia de afuera causaba la sensación de depresión en cualquiera.

 

-Té, por favor.- Key contestó, mientras rascaba las orejas del gato que ronroneaba placido. -¿Te gusta gatito? ¿Eres un mimado?- Le sonrió a la mascota de su amigo.

 

-Aquí está hyung.- Taemin dejó el té sobre la mesa y de inmediato el gato brincó del regazo de su amigo, a su regazo. -¡Hey!- Susurró. –Me extrañaste.

 

-Ese gato es precioso.- Key halagó al gato que miraba con aires de grandeza a los humanos.

 

-Lo dice porque tiene los ojos como usted.- Taemin seguía susurrando, con una taza de café en mano y la otra ocupada en el cuello del gato. –Pero de igual manera, sé que es hermoso.

 

-Ese gato es más que hermoso, es tan...- Key no supo cómo describir la sensación que causaba un simple gato negro.

 

-A mí también me gusta.- Taemin acarició al gato dejando que el animalito se moviera con libertada, era una sensación algo placentera para un día tan deprimente.

 

-Eso lo dices porque es tan escurridizo como tú.- Key reviró lo que antes el menor había dicho.

 

-Tal vez...- Dejó el café de lado y abrazó al gato. –Es lo único que me queda.

 

-Vamos, Tae. No dejes que un día malo te ponga así.

 

-No puedo hyung.- Taemin suspiró. –Hoy es otro de esos días en los que quiero dejar todo.- Acarició su mejilla contra la cabeza del gatito. –Mis padres viven muy lejos, así que simplemente no puedo volver y decirles que me rindo, que ya no quiero nada más.

 

Key frunció la boca, ese tipo de días hacían que Taemin pensará más de lo debido, pero sobre todo que las cosas que pensaran no tuvieran sentido.

 

-Aigoo, ¿Pero qué dices?

 

-Sé que aquí no estoy solo. Están usted y Onew hyung, pero cada quién tiene su propia vida, no puedo estar agobiándoles con mis problemas todo el tiempo.- Tomó un gran suspiro. –Bad Luck es lo único que me queda.

 

-Suena tan fatal.- Key quiso mejorar el ambiente, había ido al llamado de Taemin, pero no esperaba encontrarlo así de deprimido.

 

-Lo sé...Y aunque, sea lo único que tengo, tampoco lo tengo.- Taemin dejó ir al gato. –Cuando se cansa de mí, se va.

 

-Pero siempre vuelve.- Key cruzó una pierna sobre la otra, su amigo en realidad tenía uno de esos días malos.

 

-Tal vez...- Taemin le dio un sorbo a su café. –Quizás si me quiere.

 

-Nunca le has puesto collar, vuelve porque te quiere.

 

-Ponerle collar a un gato no me parece bonito.- Taemin frunció el ceño. –De seguro ha de tener algún otro dueño por ahí, que le cuida como yo.

 

-Tal vez deberías ser como Bad Luck, buscarte a alguien que te cuide como cuidas de él, y cuando te sientas mejor, irte, a seguir con tu vida, volver cuando sea necesario, o cuando te encariñes.- Key propuso, lo que fuese, con tal de hacer sonreír a su amigo.

 

-No lo sé, hyung...- Taemin sonrió a medias. –Bad Luck es especial, yo tan sólo...

 

-Eres una de las mejores personas en este mundo.- Key le dio palmaditas en el hombro, confortándolo. –Vaya, Tae, este clima no te sienta para nada.

 

Taemin dejó escapar una risilla. Ese clima era el peor de todos, era hermoso, pero le hacía sentir tan mal.

 

-Sabes, Tae, le pusiste Bad Luck a tu gato porque es de color negro, y lo encontraste bajo la lluvia; y aun así, dices que él es lo único que te queda. Es irónico, uno jamás se quedaría con la mala suerte.

 

-Bad Luck no es de mala suerte...Él es la esperanza que a mi falta.

 

Key aplaudió.

 

-Bueno, hemos progresado en la sesión de hoy.- Se burló. –Promete que te quitarás esas ideas pesimistas de la cabeza.

 

-Claro, hyung.- Taemin sonrió. –Sólo espere a que salga el sol.

 

-El sol siempre está pintado en la esquina.- Key contestó.

 

~.:*:.~

 

Taemin llegó a su departamento, el día había sido malo, pero no pésimo. Lo primero que hizo fue meter la cabeza en el refrigerado, llenarse la boca de carne y después se tumbó en el sofá.

 

Entonces notó el silencio.

 

-¿Bad Luck?- Taemin tragó su comida y después llamó al gato por segunda vez. -¿Bad Luck? ¿Dónde estás?- Se puso en pie y buscó por el departamento, inclusive debajo de los muebles.

 

El gato le había abandonado una vez más.

 

Taemin dejó escapar un resoplido. Ese gato que le hacía compañía también le había dejado en la soledad. Suspiró cansado, se arrastró a su cama y metido debajo de las sabanas se dispuso a dormir. Tres horas después, un ruido de algo cayéndose despertó a Taemin. Taemin se puso en pie y caminó hasta la cocina, de donde venía el ruido. La ventana estaba abierta. Taemin la cerró y recogió el jarrón roto que había en el lavabo. Adiós a su último jarrón, de cualquier modo, ya no pensaba comprar flores, inclusive ellas le deprimían. Se giró.

 

Justo en la mesa, lamiendo su cabello, Bad Luck le miraba, majestuoso, atento a sus movimientos, demostrando lo que un regio tiene de grandeza.

 

-Vamos, bonito, vamos a dormir.- Taemin tomó al gato y lo llevó a su cama. Entró en las mantas que le habían acogido y se sentó con el gato en su regazo. -¿Qué es esto?- Taemin notó algo en cuello de su gato.

 

“불행” Taemin leyó en el medallón dorado que colgaba en el cuello de su gato callejero.

 

-¿Infelicidad?- Taemin rio amargamente, vaya nombre para un gato, aunque no tenía nada que decir, él le había puesto Bad Luck al mismo gato. –Sí, eres un infeliz, me engañas con otro, ¿no es así? ¿O acaso...me engañas con alguna noona bonita? Eres un cualquiera.- Taemin rio algo dolido por darse cuenta que en realidad su adorada mascota callejera tenía otro hogar.

 

Meow” El gato maulló, como si estuviera excusándose, pidiendo disculpas.

 

-¡Oh! No me mires así, si no te adopté fue porque seguías huyendo de casa.- Explicó. –Aun así, siempre vuelves.

 

Meow”

 

-Vamos a dormir, Bad Luck.- Taemin apagó la luz de la lámpara y se acomodó en la cama, con Bad Luck haciéndole compañía.

 

A la mañana siguiente, Bad Luck se había ido de nuevo.

 

~.:*:.~

 

-Hyung, me siento fatal.- Taemin hablaba por teléfono mientras conducía en las calles de Seúl.

 

-Tal vez deberías volver. Tae, te extrañamos.

 

-Créeme, hyung, no tienes ideas de cuánto he contemplado la idea de volver.- Giró a la derecha.

 

-Es normal fallar a la primera, si vuelves tendrás más experiencia para la próxima.

 

-¡Jonghyun! Ese es el punto, no quiero una próxima, esta iba a ser mi definitiva.

 

-No seas el rey del drama, vuelve a casa, ¿quieres?

 

Taemin suspiró, Jonghyun tenía razón. En realidad los extrañaba, a todos, pero si regresaba no sabría que hacer de su vida.

 

-Hyung, me tengo que ir.- Taemin sopesó la idea. –Dale un beso a Yoona de mi parte.

 

-Claro, Tae. Cuídate.

 

-Te amo, hermano.

 

-Y yo a ti, Taemin.

 

Colgó la llamada. Que frustrante día. Hablar con su hermano no había servido de ayuda, le hacía sentirse pequeño de nuevo. Estacionó el auto y llamó al timbre de los departamentos para que le dejaran pasar. Una vez en frente de la puerta, volvió a tocar.

 

-¿Diga?- Onew abrió la puerta. –Oh, Tae.

 

-Perdóneme, hyung...- Taemin se veía afligido.

 

-Pero estás realmente desesperado.- Onew rio. –Tranquilo, sé lo nervioso que se está con tu primer gran caso.

 

-¿Me ayudará?- Taemin se tranquilizó un poco.

 

-Neh, pasa...- Onew le invitó a pasar. –Cuéntame, ¿cuáles son tus pruebas?...

 

~.:*:.~

 

¡Genial! La batería de su auto había muerto, su celular en casa de Onew, estaba lloviendo de nuevo, y Taemin se encontraba a mitad de carretera. Gritó a los cielos. Qué difícil era la vida.

 

Empezó a caminar bajo la lluvia, no estaba pasando ningún auto, no valía la pena quedarse junto al suyo, y ciertamente, no quería dormir en la carretera. Pero qué mala suerte. Caminó dos kilómetros y sintió como la lluvia se hacía más fuerte, a lo lejos un par de rayos iluminaban la noche. Iba a llorar, era la peor racha de mala suerte que tenía desde los catorce años. Ya no podía, se sentía derrotado por aquella lluvia que le calaba los huesos.

 

Atrás de sí, unas luces le iluminaron el camino, se giró para ver los faroles de un carro que se aproximaba demasiado rápido. Se detuvo un segundo antes de atropellar al chico.

 

-¡Dios!- Un chico se bajó del auto y miró a Taemin, empapado en lluvia y lágrimas. –Perdón, ¿estás bien?- Preguntó alarmado al ver la condición del muy mojado.

 

-Neh...- Taemin susurró, asintiendo con la cabeza. No tenía ánimos, ni de exigir.

 

-Perdón...- Se disculpó de nuevo. -¿En serio estás bien?- Aún intranquilo, preguntó de nuevo. -¿Qué hacías a mitad de carretera?

 

-Mi auto murió. No traigo mi celular y no pensaba quedarme a esperar que un loco pasase por aquí.- Taemin sonó hastiado.

 

-Disculpa...- El joven observó aquella triste escena.

 

-No, está bien. No ha pasado nada.- Taemin exhaló cansado.

 

-Disculpa.- Agachó un rostro. –Estás mojado, ¿quieres que te lleve?- Preguntó amable.

 

Amabilidad, algo que Taemin necesitaba con urgencia. Asintió frenéticamente, sentía el frío de la lluvia lastimarle. Entró al auto negro que momentos antes casi le lastimaba y se quitó la chaqueta, de igual color, empapada.

 

-Me llamo Choi Min Ho.- El responsable del auto le sonrió. -¿Cómo te llamas?

 

-Lee Tae Min.- Taemin no dudaba en darle su nombre a un extraño. Estaba cansado. –Gracias por dejarme subir a tu auto.

 

-No iba a dejarte bajo la lluvia, no después de que casi...- Minho se calló. –Además, ¿hasta dónde ibas a caminar?

 

-Hasta Guri...- Entonces Taemin se dio cuenta que lo que había decidido era una locura.

 

-¿Guri? ¿Sabes qué tan lejos queda eso?- Minho se sorprendió. –Son siete kilómetros en auto, a una velocidad alta.

 

-Lo sé.- Taemin se hizo pequeño en el asiento. Quería dormir. –No estaba...- Taemin estornudó.

 

-Sabes, mi casa está más cerca que Guri, tal vez podría prestarte ropa seca.- Minho puso en marcha el auto, son importarle si Taemin le había dicho sí o no.

 

Al llegar, Minho dejó pasar primero al muchacho empapado, no lo había notado en la oscuridad de la carretera, pero ahora podía ver que era algo menor que él. Buscó algunas toallas y se las ofreció.

 

Taemin agradeció por aquel gesto. No debió, pero el gesto amable le hacía sentir bien.

 

-Gracias...- Taemin susurró con su usual tono cansado de voz.

 

-Tal vez si debería prestarte ropa seca, la que llevas está hecha un desastre.- Minho se levantó del sofá y fue por ropa que le quedara al chico. Ese era otro detalle. Taemin parecía estar hecho de papel, no por su color de piel, que de por sí era bastante blanco, sino por su delgadez. Consiguió una camisa que ya no se ponía y unos shorts bastante viejos que ya no le quedaban.

 

-Toma, si no te cambias cogerás un resfriado.- Minho ordenó, Taemin tenía una expresión bastante rara, tristeza y resignación. Se preguntó el porqué de aquella mirada.

 

Taemin entró al baño y se cambió. Ciertamente, la ropa le quedaba grande, pero al menos estaba seca. Suspiró, en realidad estaba agradecido con aquel hombre que le había recogido de la carretera.

 

-Choi Min Ho, gracias...- Taemin salió y de inmediato agradeció. –No debió.

 

-Estabas bajo la lluvia, en una carretera.- Minho le miró. Taemin se veía triste. –Perdón, podría sonar algo atrevido de mi parte, pero ¿por qué su mirada es triste?

 

Taemin echó el rostro hacia un lado. No quería que le vieran.

 

-Estoy cansado, debería irme a mi casa. ¿Sabe de algún lugar donde manden taxis?

 

Minho se puso de pie y le volvió a mirar. Era muy evidente que alguien así de mal no debía estar solo.

 

-No, no suelo usar taxis. Disculpa.- Se disculpó. –Es algo tarde, tal vez deberías quedarte aquí.

 

-No quiero ser molestia, ya ha hecho bastante por mí. Además, mañana tengo que levantarme temprano para reportar mi auto.

 

-Mañana yo te llevo a tu casa, está lloviendo ahora, casi pasa algo malo en la carretera.- Refiriéndose a su incidente. –No es bueno volver a ella con toda esta lluvia.

 

-Gracias.- Taemin se apenó. Esto era ser demasiado atento hacia su persona, no sabía cómo reaccionar.

 

-Ya sé, siéntate, prepararé sopa, para que no te enfermes.- Minho le invitó a quedarse un poco más, ya que Taemin no había dicho si se iría o no.

 

Taemin se sentó en el sillón, mirando extrañado al chico que se dirigía a la cocina. Era excesivamente amable. Sonrió. Tal vez su racha mala suerte se estaba yendo.

 

Al cabo de una media hora, Minho volvió con dos platos de sopa. Le dio uno a Taemin y se sentó a su lado. Le sonrió, buscando quitar ese triste mirar del otro chico.

 

Comieron en silenció, Taemin en realidad no sabía que hacer o decir, se sentía raro. Minho simplemente le observaba. Taemin tenía cabello largo, recogido en una coleta, mientras uno mechones se le escapaba, cubriendo sus mejillas. Se podía notar que aún estaba mojado por la manera en que se pegaba a su rostro y cuello.

 

-Gracias por la comida.- Taemin terminó por agradecer y sonrió, por primera vez le sonreía a aquel desconocido.

 

-N-no es nada.- Minho tartamudeó embobado con aquella sonrisa. -¿Puedo llevarme tu plato?- Minho tomó el plato del menor y el suyo y los llevó a la cocina. -¿Aflicción? ¿Aflicción?- Empezó a repetir esa palabra.

 

-¿Disculpa?- Taemin se extrañó con aquello.

 

-¡Oh! Llamo a mi gato.- Minho le sonrió. –Al parecer no ha regresado de su vida como salvaje.

 

-¿Tienes un gato?- Taemin se puso en pie y se acercó a la cocina, donde Minho empezaba a lavar los platos sucios. –Yo también tengo un gato.

 

-¿En serio? Tu gato ha de ser mejor que el mío. Últimamente anda muy rejego, como si me desconociese.

 

-Mi gato hace lo que quiere, puede irse por semanas, pero siempre vuelve.- Taemin sonrió. –Es muy orgulloso, adora que lo alaben, se podría decir que es el rey de mi casa.

 

-Já, vaya, mi gato nunca ha sido así, pero se manda sólo.- Minho se burló de ese hecho.

 

Taemin también rio, estirándose, tenía sueño. Se sentó en la barra desayunadora y se apoyó sobre sus codos. Minho en realidad había sido muy amable con él.

 

-Hyung, ¿qué edad tiene?- Taemin hablaba con un tono diferente.

 

-Veintisiete, ¿y tú, Taemin ah?- Minho se giró y le miró.

 

-Acabo de cumplir los veinticinco.- Sonrió algo adormilado. –Gracias hyung...

 

Minho observó como Taemin se quedó dormido sobre sus manos.  Sonrió, el chico se vio bastante tierno al hacer eso.

 

-Hey...- Le habló bajito. –Vaya, en realidad te quedaste dormido.- Le tomó por la cintura y le puso en pie. –No creo que quieras dormir en la cocina no es cómodo.

 

Taemin se despertó algo asustado, había tenido un sueño bastante raro. Miró hacia los lados, no sabía dónde estaba. Tardó en recordar lo que había pasado la noche anterior. Se rascó la cabeza desconcertado, no recordaba haberse dormido. De hecho, estaba dormido en una cama ¿cómo había llegado ahí? Se puso en pie y salió cuidadosamente de la habitación. Asomó su cabeza por el pasillo, cuidadoso de no hacer ningún ruido. En el sillón de la sala había una almohada y sabanas dobladas, pero no aquel hyung que le había ayudado la noche pasada. Frunció la boca, ¿dónde se había metido?

 

La puerta de la cocina se abrió, Minho entró y le sonrió al chico que se escondía tras un muro.

 

-Ya despertaste.- Minho le sonrió. –Toma, tu ropa está seca.- Le tendió su ropa perfectamente doblada.

 

-G-gracias.- Taemin hizo media reverencia y sonrió de regreso.

 

-¿Te llevo a tu casa?- Minho ofreció rápidamente, Taemin se veía bonito con el cabello algo despeinado.

 

-¿No es mucha molestia?- Taemin se mordió los labios, no quería ser un parásito.

 

Minho rio por la pena del joven, se veía muy diferente al triste de anoche. Negó con la cabeza y le indicó que se fuera a cambiar de ropa.

 

Taemin miraba algo distraído por la ventana del auto, Minho le hacía preguntas de por qué vivía tan lejos de donde trabajaba. Taemin contestaba, se había mudado de Dokdo por la plaza que tenía como abogado. Por cuestiones de economía vivía en Guri y no en Seúl, le gustaba el departamento que tenía, pero definitivamente se mudaría a una casa cuando su solvencia le permitiese.

 

Minho miró una vez más al chico. Se veía muy bonito sonriente; le recordó bajo la lluvia, empapado, con lágrimas en los ojos. Esa tristeza que tenía en los ojos. También se veía bonito así, desgarradoramente triste y bonito.

 

Al bajarse del auto, Taemin hizo una reverencia y volvió a agradecer al mayor por su amabilidad. Minho estiró su mano y sostuvo a Taemin un segundo.

 

-Taemin ah...- No supo que decir. –Que te vaya bien.

 

-Igual a usted, hyung.- Taemin le sonrió y despareció en el edificio.

 

Minho miró ese lugar, el edificio se había tragado a una cosa hermosa. ¡Era hermoso! Por donde le vieran, Taemin se veía hermoso, triste, o feliz. Minho pudo adivinar que se veía hermoso también enojado. Arrugó la nariz pensativo, quería volver a ver al muchacho.

 

~.:*:.~

 

Taemin entró a la oficina desesperado. No recordaba exactamente donde había dejado los papeles llenos de nombres y direcciones que podían servirle. Corrió a su cubículo y masculló entre dientes. Nada, simplemente se habían esfumado. Odiaba su mala suerte.

 

-¡Hey!- Jinki revolvió el cabello de Taemin, ese día, lo llevaba suelto. -¿Tan temprano y de mala gana?

 

-No soy yo, es el universo. Conspira en mi contra.- Taemin puso los ojos en blanco.

 

-Eres un dramático.- Onew rio. –Me supuse que estabas buscando esto y que lo necesitas.- Extendió la carpeta con papeles que Taemin tanto buscaba.

 

-¡Oh! Hyung. Creo que voy a llorar.- Taemin abrazó la carpeta como si de un tesoro se tratara. –No te escapes de mí, de nuevo.- Le habló al sobre inanimado.

 

-Tú no tienes mala suerte, eres un despistado.- La típica sonrisa de Onew hizo reír a Taemin. –Venga, que no todo te puede salir mal.

 

-Hyung, voy de mal en peor.- Taemin gimoteó. –Por ahora, lo único que quiero es dejar en claro la postura de mi cliente y regresar a casa a refugiarme en un tarro de helado.

 

-Mmm, no creo que este clima y el helado combinen.- Onew recalcó, mientras tomaba lugar en frente de la computadora. –A ver, dame los datos, yo los ingreso al servicio.

 

-Neh...- Taemin abrió la carpeta y sacó un par de hojas con números inexplicables. –Son los siguientes...

 

El edificio donde trabajan no era el más grande del mundo, de hecho, sólo constaba de dos pisos. Era la cede más pequeña que tenían, en las afueras de Seúl. Si no fuera por el gran renombre de la empresa, no mucha gente iría a investigar que era ese pequeño edificio. En la entrada había una pequeña recepción, donde los que llegaban anunciaban su nombre y les decían a cuál sección debían dirigirse. Esas oficinas eran meramente para hacer contratos verbales. No mucho papeleo, simples oficinas.

 

El elevador se abrió y varias personas bajaron de él.

 

-Disculpe, estoy buscando a...- Minho se detuvo al ver al chico bonito enfrente. Así que este era su trabajo.

 

Taemin alzó la mirada al escuchar aquella voz. Era el hyung, el bendito hyung que le había rescatado de la lluvia. Le miró curioso, ¿qué hacía ahí?

 

-Tae, ¿le conoces?- Onew le susurró por lo bajo, había notado como Taemin no despegado la mirada del desconocido.

 

-Lo conocí anoche...-Susurró, mientras lento se giraba y miraba a su mayor. Onew ya le veía con la misma mirada desaprobatoria que Key le daba cuando no hacía las cosas bien. –Me quedé varado bajo la lluvia.- Agregó.

 

-Disculpa, ¿Taemin ah?- Minho se acercó, algo dudoso, no quería interrumpir.

 

-¿Neh?

 

-¿Me podrías decir dónde está Kim Jong-Woon?- Le sonrió, estaba grato de volver a ver al chico bonito.

 

-Claro, se encuentra por allá.- Taemin señaló un pasillo que llevaba a otra ala, no podía evitar morderse el labio, un tic que a veces le daba.

 

-Gracias.- Minho le miró y sonrió alegre, después se fue.

 

Taemin miró al pasillo. Que extraño, vaya coincidencia, el hyung de cualquier modo iba a conocerlo, sin necesidad de pasar por la penosa escena bajo la lluvia. Exhaló, en definitiva, la escena de la noche pasada había sido penosa. Por lo menos, su auto ya estaba en el taller.

 

-Taemin.- Onew le canturreó. –Despierta, ¿quieres? Sigues en el trabajo.

 

Taemin agitó la cabeza, saliendo de sus pensamientos. –Ya, estoy concentrado, lo juro.- Trató de regresar al trabajo. –Como le decía, el nombre es Oh Mi Jae...

 

Minho cruzó el pasillo y llegó al ala en donde estaban más oficinas. Nunca le importó menos saber dónde estaba. Giró su rostro y checó el pasillo por donde había venido. Taemin estaba ahí. Sabía dónde trabajaba, y de cierto modo, donde vivía. Sonrió, a pesar de que sus pensamientos sonaran algo acosadores. Pero es que, en realidad le había creído algo tan bello, como si no hubiese pensado en él desde que le dejó en su departamento, ahora Minho no podía dejar de pensar en que ya sabía cómo contactar a Taemin. Dio un pequeño brinco de felicidad.

 

Entre tanto brinco, se encontró con el hyung que buscaba.

 

-Oh, Minho ah, veo que si has venido.- Yesung salía de su oficina cuando miró a aquel sonriente Minho. -¿Vas a seguir mi consejo?

 

-Neh, hyung.- Minho seguía en su humor de teletubbie.

 

-No pareces muy serio al respecto.- Yesung enarcó una ceja. -¿Pasó algo desde la última vez que nos vimos?

 

-Oh, hyung, pasaron muchas cosas.- Minho trató de tranquilizarse. –Hyung vine, porque su solución me pareció la más adecuada. Le ruego que me ayude.- Minho se puso serio e hizo una reverencia; tuvo que dejar de lado el tema ‘Taemin’ por un rato.

 

Tras salir de la oficina de su amigo, Minho caminó de regreso por el pasillo. Sonreía como idiota. Era increíble lo mucho que le había gustado alguien en una noche. Una noche donde no había pasado nada de nada. Taemin había conquistado a Minho con el simple hecho de respirar. Era tan bello que podía imaginarle haciendo monerías. Ahogó una risa en su garganta. Taemin...


              
Al llegar al ala principal se tomó su tiempo, caminó lo más placible posible. Pudo ver que Taemin corría de un lado para otro con papeles en las manos. Le hizo gracia. Luego Taemin se detuvo, se despedía de aquel chico con el que estaba cuando Minho llegó. Minho entrecerró los ojos. Taemin era muy cortés.

 

Suspiró. Decidido, caminó un poco más antes de acercarse al chico bonito.

 

-Eh...Taemin ah.- Minho se detuvo a su lado. Taemin sólo se giró a verle un momento, después siguió con sus interminables tareas. -¿Estás muy ocupado?- Minho miró su reloj, ciertamente había pasado mucho tiempo en la oficina de Yesung, ya era media tarde.

 

-Algo así...- Taemin hablaba sin darle importancia. Después se detuvo en seco y se giró para ver al mayor. -¿Sí?

 

-Quisiera saber si no quieres ir a tomar un café conmigo.- Minho trató de sonar la más tranquilo posible.

 

-Claro.- Por su parte, Taemin sí estaba tranquilo, más que tranquilo, su trabajo pendía de unas cartas que había perdido y ahora estaba en ese estado de shock que te hace sentir tranquilo e invulnerable a las balas, justo antes de hacerte sentir una miseria.

 

-Genial.- Minho sonrió para sus adentros.

 

Ambos chicos salieron a la cafetería más cercana, en donde Taemin podía ver el edificio desde aquel gran ventanal que daba a la calle. Trataba de hacer memoria de donde había puesto esas cartas.

 

-Es grato verte de nuevo.- Minho empezó, tratando de no sonar el ser más raro del mundo.

 

-¿Lo es?- Taemin echó la cabeza hacia un lado. Le gustaba ser tratado así. –Gracias. También me alegro de verle de nuevo. Siento que no le he agradecido lo suficiente por lo de aquella noche.- Taemin hizo una reverencia con su cabeza. –En realidad era un desastre esa noche...Bueno, casi siempre soy un desastre.- Rio algo cansado.

 

Minho le miró con ternura, veía algo triste al muchacho, pero podía notar que no era siempre así. Sintió un vuelco en el corazón, debía cuidarle, necesitaba hacer eso.

 

~.:*:.~

 

Los días pasaron, lentos, con una lluvia que hacía a Taemin de color azul. Eso no evitó que estos dos chicos empezaran a frecuentarse. A Taemin le gustaba como le trataba Minho, le hacía sentirse bien, siempre.

 

Una vez más había salido. Minho acompañaba a Taemin a hacer compras. No podía evitarlo, si el menor se lo pedía, él sería capaz de tirarse al cráter de un volcán.

 

-Hyung, estoy cansado.- Taemin hizo un mohín, ajeno a lo que provocaba en el mayor.

 

-Deberíamos ir a comer.- Propuso, pasando un brazo sobre los hombros del menor. -¿Te parece?

 

-Neh...- Taemin sonrió mientras parpadeaba lentamente, dejando ver sus largas y negras pestañas.

 

Minho se atontó, no podía, simplemente Taemin era algo que le gustaba tanto.  Sonrió, le gustaba sonreír para que Taemin le sonriera de regreso.

 

Se dirigieron a un restaurante pequeño, donde no había mucha gente. Taemin dejó las pocas bolsas que llevaba a un lado y tomó asiento en una mesa pegada justo en la ventana. Amaba ver por las ventanas. Minho se sentó enfrente del muchacho. En realidad no tenían mucho tiempo de conocerse, pero habían salido varias veces ya, Taemin le consideraba su amigo, entonces ¿no sonaría raro si le decía que le quería? Se mordió el interior de la mejilla. Taemin parecía muy distraído en sí mismo, con sus pensamientos en una sola cosa: trabajo.

 

-Taemin ah...- Minho acarició el reverso de la mano de chico, llamando su atención. –Quisiera decirte algo.

 

-Claro, hyung.- Taemin se apoyó sobre su otra mano, mirando fijamente al mayor, poniéndole nervioso.

 

Minho suspiró, hace rato no se le había hecho descabellada la idea de decirle que le quería, ahora sentía un nudo en la boca del estómago que no le dejaba hablar.

 

-Hyung, ¿qué pasa?- Taemin echó la cabeza hacia un lado, mirándole desconcertado. –Tal vez no era importante, ¿no?- Le sonrió y volvió a distraerse, sin importarle lo que Minho quería decirle.

 

Minho dejó escapar un suspiro por lo bajo, Taemin no pensaba mucho en quien le acompañaba. Tomó la carta del menú y se dispuso a pedir algo, tal vez después le diría al menor que le quería.

 

Tras comer en silencio, Taemin miró por la ventana dejando un largo suspiro escapar de sus labios era un día bastante nublado. Por suerte, Minho le hacía reír a cada rato, sino, ya hubiese empezado a sentir aquella tristeza que le albergaba en el alma.

 

-Hyung, estoy triste.- Taemin volvió a apoyarse sobre sus codos. –Mi gato, Bad Luck, no ha regresado a casa desde hace días. Temo que ya no me quiere.

 

-No digas eso, Taemin ah.- Minho se acomodó de la misma manera que el menor, mirándole a los ojos. –Lo más seguro es que ahora te esté esperando en casa.

 

-Sí ese fuera el caso, entonces le ha de odiar, hyung. No le gusta que las personas que le miman estén pasando el tiempo en otra cosa, o con otra persona.- Sonrió.

 

Minho trató de respirar lo más profundo posible. ¿Qué había sido eso? Taemin pasa tiempo con él...Sí, pero ¿era bueno? ¿No? No quiso pensar más, armó valor de nuevo.

 

-Taemin ah, saran...- Minho no pudo terminar de hablar. Taemin se había quedado mirando por la ventana, distraído.

 

-¡Qué mala suerte!- Exclamó. –Ha empezado a llover.- Hizo un mohín.

 

Minho rio, era una pena no poder decirle a Taemin lo que sentía, pero tampoco podía contra la forma natural de ser del menor. Le miró morderse el labio. Ese gesto le gustaba tanto, Taemin lo hacía cuando se sentía inseguro.

 

-De seguro llueve por mi culpa.- Taemin aflojó el labio que se mordía. Ese clima no le agradaba para nada, lo decía y lo seguiría diciendo por el resto de su vida.

 

-Lo dices porque nunca te has parado bajo la lluvia con una sonrisa y alguien que te haga reír.- Minho tomó al menor de la mano y le obligó a ponerse en pie. Tomaron sus cosas y caminaron directo a la lluvia. –Sonríe, Taemin ah, no te vas a derretir.- Le animó.

 

Taemin hizo el mayor esfuerzo de su vida. Sonrió. Al hacer eso sintió como Minho le abrazaba por los hombros, cubriéndole de la lluvia.

 

-Ves, no te cuesta nada.- Minho le habló al oído, asegurándose de susurrar con un tono bajo y sensual lo que le decía. –Me gusta cuando sonríes.

 

Taemin se giró, quedando de frente al hyung que le hacía apreciar un poco más la lluvia. Le sonrió. Ese hyung en definitiva le hacía sentir bien, sin importar qué.     

                                                                                               

~.:*:.~

 

Taemin regresó a casa y tomó un baño caliente. No le importó que sus cosas estuvieran mojadas, las había dejado sobre la mesa, después revisaría los daños. Salió de la ducha, secaba sus cabellos con una toalla. Entró a su cuarto a tomar la ropa mojada, encontrándose con un gato negro. Si no fuera porque Taemin sabía que era un gato, podría decir que estaba enojado. Taemin sonrió.

 

-Hey, gatito.- Se puso en cuclillas y extendió sus brazos, esperando a que Bad Luck se dignara a darle algo de afecto. –Gatito, gatito, gatito.- Le llamaba dulcemente. Amaba a ese gato, tenía la necesidad de amarlo y cuidarlo.

 

Bad Luck caminó lentamente, decidiendo si subir a los brazos de su dueño o no. En realidad parecía estar enojado. Tras bufar un poco, subió a los brazos de Taemin y ronroneó.

 

-Gatito tonto.- Taemin sonrió hasta que se le achicaron los ojos. -¿Estás enojado? ¿Por qué?- Tomó su ropa mojada y se dirigió a la lavandería, donde la puso en la secadora. –Eres un lindo gatito.- Taemin caminó a la sala y se arrellanó en un sillón, acariciando y rascando la cabeza del gato que ronroneaba complacido. –Te haces el digno, pero sigues volviendo.- Taemin se detuvo y le miró. –No lo sé, me gustas tanto, desde aquel día. Eres tan bonito.- Rascó a lo largo del lomo del minino. –Aunque tengas otro dueño, yo sé que me quieres.- Le tomó alto y le miró de frente. –Sería muy cruel de tu parte que jugaras conmigo.- Rio al ver que el gato rascaba su oreja derecha con su patita, desinteresado a lo que Taemin decía

 

~.:*:.~

 

Taemin salió de las oficinas y volteó su rostro al cielo. Estaba hermosamente soleado. Sin un rasgo de nubes. Eso le hizo sentir feliz.

 

Amaba el sol, al venir de una isla como Dokdo, la gente amaba el sol. En Dokdo, casi todos tenían la piel amarillenta, como las mandarinas, por el sol constante. La familia de Taemin sólo lleva tres generaciones ahí, así que por ningún motivo Taemin se parecía a sus amigos. Su piel pálida nunca soportó un bronceado como los demás. Y sin embargo, amaba el sol.

 

~.:*:.~

 

Minho abrió la puerta de su casa y había un desastre. Más bien, la tierra de todas las plantas estaba fuera de su maceta. Taemin ahogó una risilla al ver eso, era un desastre de verdad.

 

-¡Claro! Ven a casa cuando no estoy.- Minho puso los ojos en blanco, sabía quién había sido. –Disculpa el desorden, Taemin ah. Ya sabes cómo son las mascotas.

 

-Neh, lo sé, por eso ya no tengo plantas.- Esta vez sí rio.

 

-Aflicción no solía ser así, no sé por qué ha cambiado tanto últimamente. Es como si hubiese envejecido un par de años.- Minho terminó de recoger algo de tierra y la regresó a su lugar. Taemin sonrió y se dispuso a ayudarlo.

 

-Hyung, ¿por qué le puso ese nombre? ¿Por qué Aflicción?- Se sentía curioso de ese nombre.

 

-Cuando lo encontré, era un gato demasiado pequeño.- Minho sonrió. –Estaba en una caja, abandonado en la calle. Se encontraba llorando, supongo que por su madre. Se veía tan afligido...- Suspiró. –No lo sé, me gustó lo afligido que estaba. Lo adopté y le puse Aflicción como nombre.- Al recoger la tierra, su mano rozó la de Taemin. Subió la mirada y se encontró con los ojos del chico. –Era un gato tan dulce, cohibido de todo. Luego creció, pero hasta ahora ha mostrado un comportamiento así.- Taemin le sonrió.

 

Qué romántico, pensó Taemin.

 

-Ya veo...- Parpadeó lentamente, algo apenado por la mirada de Minho.

 

-Tae, yo...- Minho no entendía porque se envalentonaba y después sus fuerzas se iban. Le quería decir a Taemin que le gustaba, que le quería, que quisiera ser su novio. Pero Taemin simplemente no miraba más allá de los gestos de amabilidad que le hacía. –Quisiera hablar contigo.

 

-Creí que eso estábamos haciendo...- Taemin cubrió su boca y rio bajito. –Neh, hyung, puede decirme lo que sea.

 

Minho suspiró, después rio. Esas cosas eran las que le hacía darse cuenta que la mala suerte de Taemin en realidad eran lo muy despistado y distraído que era.

 

-Sé que no ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos, pero, en realidad es muy divertido pasarla contigo.- Rio algo nervioso.

 

-Sí, me gusta pasar tiempo con usted, hyung.- Taemin sacudió sus manos de tierra y se puso en pie. –Hyung, tengo hambre.- Lo dijo, sin importarle lo que Minho le decía.

 

-Claro...- Minho puso los ojos en blanco y dejó escapar una sonrisa. Que mimado. –¿Quieres que cocine?

 

-¡Neh!- Taemin brincó en su lugar y después abrazó a Minho. –Hyung es genial.

 

-¿Eso crees, Taemin ah?

 

-Por supuesto.- Taemin aplaudió. –Hyung ha cuidado de mí desde aquel día. Usted es genial. Sé que no suelo prestar mucha atención, pero le agradezco lo que ha hecho.

 

Minho sintió que se derretía al escuchar esas palabras. Tal vez no tenían el mismo significado, pero no importaba, lo decía en serio, lo decía con esa sonrisa hermosa que tenía. A Minho le bastaba para ser feliz con eso.

 

~.:*:.~

 

Taemin abrió la puerta de su departamento y dejó pasar a su hyung. Era la primera vez que Minho entraba ahí, Taemin sentía algo raro en la boca del estómago, perecido a nervios, pero más extraño.

 

-Hyung, ¿quiere beber algo?- Taemin preguntó amablemente.

 

-No, gracias, Tae.- Minho tomó al menor por la mano y lo sentó a su lado. –Mejor platiquemos.

 

-A usted le gusta mucho platicar.- Taemin rio.

 

-Sólo contigo.- Esas palabra de Minho hicieron que Taemin se pusiera algo rojo de las mejillas.

 

-Hyung, ¿a usted le gusta pasar tiempo conmigo?- Preguntó, sin saber exactamente por qué hacía la pregunta, sólo quería una respuesta.

 

-Por supuesto.- Minho rio, atrapando al menor entre sus brazos. –Eres muy adorable.

 

Taemin volvió a ponerse rojo. Estuvieron de esa manera, abrazados y platicando por un rato, después Taemin se puso en pie y fue a hacer otras cosas, como si le hubiera dejado de importar que Minho estuviese ahí. Aunque, ese no fuera el caso.

 

Al volver, pudo ver que Minho observaba sus recuadros, los que estaban enmarcados sobre una repisa. Se paró al lado del mayor y hundió su barbilla sobre el hombro de su hyung.

 

-¿Es tu familia?- Minho preguntó, todas esas personas se veían sonrientes bajo el sol.

 

-Neh.- Taemin tomó la foto de sus padres. –Abeoji y Eommeoni.- Sonrió.

 

-¿Y ellos?- Minho apuntó a la foto donde una chica y un chico sonreían al lado de Taemin.

 

-Mis hermanos...- Taemin suspiró. –Los extraño mucho.

 

-Son mayores que tú, tú estás aquí, lejos de ellos. Es obvio que los extrañes.- Minho revolvió el cabello del menor. -¿Y ellos?

 

Taemin rio.

 

-No, ellos no. Ellos son mis amigos.- Taemin había reído porque en realidad eran muchos en esa foto, toda una generación, todos amigos suyos. –A ellos también los extraño.

 

-Puedo comprenderlo.- Minho le dio una breve mirada al chico, su rostro se había entristecido levemente.

 

-Aun así, aquí estoy bien.- Taemin recuperó la sonrisa, era fácil hacerlo cuando Minho estaba cerca.

 

~.:*:.~

 

Taemin terminaba de limpiar la cocina, se sentía cansado, quizás algo sudoroso para llevar un suéter tan ancho como el que llevaba puesto. Se dejó caer en el suelo de la sala y quitó su fleco de su rostro.

 

-¡Pero qué calor! Clima bipolar, hasta ayer, hacía un frío endemoniado.- Taemin se quejó, dudando la idea de quitarse el suéter o no.

 

El sonido de varias cosas cayéndose y un ronroneo hizo que dejara de quejarse.

 

-Ven aquí, Bad Luck.- Taemin llamó a su gatito dulcemente. -¿Cómo has estado, eh? Hacía mucho que no regresabas a casa.- Taemin cogió a su gato y se sentó. –Eres, en realidad, un infeliz, me haces sufrir cuando no estás.- Rio.

 

El gato estaba quieto, mirándoles, hizo un movimiento de nariz y después se rascó con su patita, sin importarle mucho lo que Taemin le decía.

 

-Sabes, tengo un hyung que también tiene un gato...- Taemin miró el cuello del minino. -¿Huh? ¿Llevas otra vez ese collar raro?- Se preguntó al notar la medalla con el nombre de Infelicidad.

 

불행”

 

Infelicidad. ¿Dónde más había escuchado esa palabra? No es que no la escuchara a diario, con el trabajo que tenía, pero especialmente ahora se le hacía familiar esa palabra, escrita precisamente con en ese hangul. Hizo una mueca.

 

-¿Qué persona te pondría un nombre así...- Taemin se calló al recordar la historia que Minho le había contado sobre su gato. -¡Tú! Vaya, en realidad eres un desgraciado.

 

Taemin tomó al gato y le miró directo a los ojos, haciendo un puchero.

 

-Me equivoqué de contexto...- Admitió. –Tu nombre no es Infelicidad...Te llamas Aflicción.

 

Meow” El maullido del gato fue un perfecto ya lo sé que se burlaba de Taemin.

 

-¿Has estado jugando a ser un necesitado cuando ya tienes un hogar?- Le reclamó, como si el gato fuese consciente de lo que hacía. –Mira que tienes a Minho hyung muy preocupado, y yo aquí mimándote como si fueras un sin hogar. ¡Avorazado! Gato tonto.- Taemin rio tontamente. -¿Sabes? Gracias a ti, ahora sé lo que tengo que hacer.- Abrazó al gatito mientras este se dejó, después se liberó de los brazos de su segundo amo y le miró tan regio como siempre.

 

El teléfono timbró, haciendo que Taemin se pusiera de pie de un brinco. Cogió su celular y revisó de quién era. Minho.

 

-¿Yuh-ba-sae-yo?

 

La voz de Taemin se escuchó al otro lado de la línea, poniendo a Minho tan nervioso como momentos antes de decidirse a llamarle.

 

-Taemin ah, soy yo...Minho.- Se mordió los labios, la voz de Taemin era dulce.

 

-¡Minho hyung!- Exclamó alegre.

 

-Taemin, yo...me preguntaba sí...¿quí...¿t-te gustaría salir a pasear?- Minho echó un vistazo por la ventaba, hacía un sol hermoso, Taemin estaría de muy buen humor.

 

-Neh...- Se escuchó un coqueto de la otra voz.

 

-¡Daebak! ¿Te parece hoy?

 

-Neh...- Taemin murmuró algo que no se entendió a través del teléfono. –Hyung, nos vemos más al rato.- Y colgó.

 

A Minho no le importó no saber a dónde rayos irían, estaba que brincaba de felicidad, iba a salir con Taemin, tal vez no en una cita, pero saldría con él, eso era lo que importaba.

 

Rato después, Taemin y Minho paseaban por las calles de los suburbios, donde no había tantos carros, pero los lugares para visitar eran muchos. Minho miró a Taemin, llevaba puesta una gabardina tan larga, que casi le cubría la mitad de las piernas. Esas piernas largas y sensuales.

 

Sacudió su cabeza, despejándose de sus fantasías. Taemin se había quedado pegado al vidrio de un aparador.

 

-¿Qué pasa, Tae?- Minho se acercó al menor y observó aquel rostro iluminado por la felicidad.

 

-Amo las esclavas, solía tener muchas con mi nombre gravado en ellas.- Taemin miraba los brazaletes de una joyería. –Mi madre me las compraba, aunque yo siempre las perdía.- Eso último lo agregó con algo de tristeza.

 

-¿Cómo no a va a ser posible? Mira que muñecas tan pequeñas tienes, y tus manos no ayudan, son muy finas.- Minho trato de decir lo que pensaba del cuerpo del menor. –Estás terriblemente delgado.

 

-Disculpe.- Taemin agachó el rostro, sin saber cómo reaccionar, ¿eso había sido algo bueno? ¿O algo malo?

 

-No tienes que disculparte por ser como eres.- Minho le obligó a levantar su mirada. –Te ves perfecto.

 

-Claro...Pero de cualquier modo, no las puedo comprar.- Taemin regresó la vista al aparador. –Ya me visto muy extravagante para el empleo que tengo, si llevo brazaletes así, me terminaran por despedir por falta de profesionalismo.- Se rio. Una risa contagiosa, que hacía flotar a Minho.

 

-Yo creo que así estás perfecto, como te vistes y todo lo que haces.- Fue sincero.

 

-Gracias hyung...- Taemin se apenó. –Mejor continuemos, estar aquí duele como mil navajas en mi pecho.- Taemin exageró, provocando que el mayor riera. A Taemin le parecía que las horas volaban cuando estaba con Minho.

 

~.:*:.~

 

Taemin miró al gato y se cruzó de brazos. ¿Qué iba a hacer? No se lo podía quedar, no podía irse tampoco. Ese gato era suyo...Claro, tan suyo como lo era de Minho. Suspiró. Su hyung. Él había estado el último mes haciéndole compañía. Siempre.

 

-Hyung me ha de querer mucho...- Sonrió. Lo decía de la manera más inocente. Después entendió. –Hyung me quiere...- Sintió su corazón latir rápidamente. Ese chico de voz grabe que le procuraba a todas horas, eso era lo que había tratado de decir desde hacía tiempo. Sonrió hasta achicar los ojos. -¡Escuchaste Bulhaeng! ¡Minho hyung me quiere!- Taemin brincó en su lugar, era lindo sentirse querido de esa manera.

 

Se dejó caer en sofá y volvió a hablar con su mascota. -¿Por qué? ¿Cómo sabías que nos íbamos a conocer?- Alzó la mirada, observando los ojos verdes de su mascota. –O, tal vez no lo sabías. Vaya, pero que suerte.- Taemin hizo un puchero adorable. –Ven aquí, Bulheang.- Llamó al gato. –Gato bonito.- Rascó sus orejas. –Creo que me enamoré de Minho hyung. Ahora sé que él me quiere. ¿Eddeokhae? Además, está la cuestión de ti, mi estimado gatito.- Taemin rio. –Tal vez debería decirle primero que tú has estado viviendo conmigo por todo este tiempo. ¿Sabes? Minho hyung está preocupado, piensa que te has vuelto anciano. Pero eso no es cierto.- Se giró sobre su vientre y miró al gato, haciéndole caras.

 

 –Eres muy joven aún. Me pregunto, ¿por qué regresas a mi casa? ¿Eh? Dime, gato tonto.- Le arrugó la nariz.

 

Meow” Bad Luck se limitó a contestar. Tenía un tono de voz algo molesto, inconforme.

 

-¿Pero qué dices?- Taemin rio. -¿Meow?

 

Meow” Se volvió a escuchar.

 

-Yah, que tampoco te estoy regañando.- Le abrazó. –Te amo tanto, gato tonto. Fuiste mi más grande consuelo cuando me sentí solo, no te dejaré ir, aunque Minho hyung no me permita verte.

 

Meow” Se repitió.

 

-Tampoco creo que se enoje.- Puso mirada pensativa. –Yo no me enojé, y hyung es muy comprensible. Se reirá.

 

Tras otros minutos hablando con su gato, Taemin se puso en pie y tomó el celular, tenía que llamarle a Minho, quería verle.

 

~.:*:.~

 

-¡Hyung!- Taemin saludó a Minho con un abrazo, en vez de su típica sonrisa. –Pase, por favor.

 

Minho estaba totalmente ido, Taemin le había abrazado. No se dio cuenta lo que contestó cuando el menor le preguntó si quería algo de beber, y menos cuando le preguntó por su día. Él estaba feliz de haber recibido una llamada de Taemin donde le decía que quería verlo.

 

-Hyung, quiero presentarle a alguien.- Taemin le sonrió y entonces Minho se puso nervioso.

 

¿Presentarle a alguien? ¿Quién? ¿Taemin tenía un novio? Si así era el caso, ¿por qué no se lo había dicho antes? No, Taemin no tenía novio, era imposible, el chico tenía una vida tan estresada, que no se daba el tiempo para salir con nadie. Pero salía con Minho. Frunció el ceño al ver que el hecho de que tal vez Taemin sólo le veía como un hyung.

 

Taemin no volvía, y eso ponía más nervioso a Minho. ¿A quién iba a presentarle?

 

-Mire hyung,...-Taemin salía de su cuarto. -...Yo lo llamo Bad Luck, ha vivido conmigo desde una semana después de que me mudé aquí.- Taemin traía un gato entre sus brazos. –Ahora sé que ese no es su verdadero nombre.- Taemin se sentó a un lado de Minho y sonrió.

 

Minho abrió los ojos por completo, sorprendido.

 

-Es Aflicción...- Alcanzó a decir. Taemin simplemente asentía con la cabeza.

 

-La noche que, según yo, lo rescate, era una de lluvia, una tormenta de primavera. Estuve a punto de atropellarlo, no lo había visto por ser de este impresionante color negro.- Taemin rio. –Lo llevé a casa y cuidé de él.- Seguía riendo, de cierto modo podía comparase con Bad Luck, él había sido rescatado por Minho.

 

-¿Así lo conociste?- Minho le miró sorprendido, su historia...- Aflicción no solía salir muy a menudo, de un tiempo a la fecha lo ha hecho.

 

-Sí, ha estado jugando con ambos.- Acarició el lomo del gato. –Es un consentido, de mi parte, y con usted lo tiene todo. No creo que quisiese renunciar a eso. Gato tonto.

 

Minho rio, era cierto, nadie perdería esa oportunidad.

 

-¿Sabe? Agradezco mucho haberme quedado varado bajo la lluvia aquella noche.- Taemin acariciaba al gato, perdido en sus pensamientos. – Ese fue uno de mis peores días.

 

-¿Cómo puedes agradecer un mal día?- Minho le miró atento, Taemin estaba concentrado en el gato. Minho sintió celos de su pseudo-mascota.

 

-Ese día había hablado con mi hermano, en general había estado hablando con él toda la semana. Me pedía que volviera y yo consideraba seriamente en hacerle caso.- Taemin hablaba tan monótono.

 

Minho se quedó sin palabras, ¿Taemin iba a regresar a Dokdo? ¡No! No quería.

 

-Taemin ah...- Minho en realidad no quería que el menor regresase.

 

-Esa noche, yo estaba cansado, mi caso iba muy mal, me sentía deprimido por la lluvía; já,...- dejó escapar un bufido de sus pulmones. -...en realidad la lluvia me deprime mucho. Bad Luck tenía una semana sin venirme a ver. Total, me sentía mal.

 

-Pero...- Minho ahora entendía el porqué de esa mirada triste de aquella noche.

 

-Si no se hubiese detenido a tiempo, y aunque lo hubiera hecho, si no me hubiera invitado a subir a su auto, lo más seguro es que ya estuviera en Dokdo.- Taemin sonrió amargo.

 

-¿Te vas a Dokdo?- Minho preguntó, tenía que saber, o si no le dolería en el alma no poder haberle dicho a Taemin sus sentimientos.

 

-No puedo...- Taemin negó con el rostro. –Me prometí ser fuerte, yo tomé la decisión de mudarme aquí. Aunque mi familia y la mayor parte de mis amigos estén allá, yo sé que ya no debo de volver. Además, si regresara, quisiera llevarme a Bad Luck, y ahora sé que no puedo hacer eso.- Hizo una mueca con los labios.

 

Minho frunció el ceño, si por Taemin fuera, Aflicción tendría un premio nobel a la inteligencia. Sintió celos del gato, Taemin sólo hablaba de cosas que tuvieran que ver con el gato, no con la noche en que se conocieron.

 

-Por otro lado, Bad Luck también me hizo darme cuenta de algo.- Esto lo dijo con un tono de voz coqueto. –No me puedo ir, porque me gusta su dueño.

 

Minho se quedó estoico, ¿qué había escuchado? No pudo reaccionar hasta sentir los labios del menor contra los suyos. Eran tan suaves. Tomó el rostro de Taemin entre sus manos y pegó un poco más sus bocas, se sentía tan bien.

 

-Hyung, ¿yo le gusto?- Taemin preguntó al separarse. Tenía la sonrisa más hermosa que Minho hubiese visto jamás.

 

-Me gustaste desde aquel día de lluvia.- Le dijo tan suave, susurrando las palabras. Taemin se puso rojo de la pena.

 

-Hyung...yo...- Taemin no terminó de hablar, el gato había brincado de la mesa a su regazo, separándolos.

 

-Ahora entiendo.- Minho le tomó, algo más brusco que como Taemin lo hacía.- Estás tan rejego, porque también estás enamorado de Taemin.

 

El gato sacó su lengua y se lamió la punta de la nariz, no prestaba atención a su más antiguo dueño.

 

-Ven aquí bonito.- Taemin le llamó y el gato peleó contra Minho para ser soltado. –Mira, que es la primera muestra de afecto que me das.- Rio- Tenían que ser celos.

 

-No me importa si está celoso, tendrá que compartirte conmigo.- Minho besó a Taemin en la mejilla, recibiendo un zarpazo del gato encelado. Taemin rio.

 

-Hyung, ¿qué vamos a hacer con Bad Luck...digo, Afflición?- En realidad se había encariñado con ese gato negro que le hacía compañía.

 

-¿Qué podemos hacer? Él va y viene, a tu casa y a la mía.- Minho acarició al gato por detrás de las orejas. –No creo que hay que desacostumbrarlo a eso, además, si vas a ser mi novio, entonces no pasará nada si él se queda contigo de vez en cuando.

 

Taemin rio una vez más, su voz era muy dulce.

 

-¿Su novio? Más bien seré el novio de este gatito, ya que no le agrada nada cuando me besa.- Taemin acarició con su mejilla la cabeza de Aflicción.

 

-Eso sí que no, él no tiene derecho a quitarme a Taemin ah.- Minho también demostró sus celos.

 

-Pero él me conoce desde antes que usted.

 

-Taemin ah, yo seré tu novio, ya lo he dicho.- Le besó brevemente. –Aunque Aflicción esté de acuerdo, o no, con esto.

 

-No me ha preguntado a mi si estoy de acuerdo.- Le miró coqueto.

 

-Taemin ah, ¿quisieras ser mi novio?- Minho preguntó tan feliz que no cabía dentro de su propio cuerpo. En la mañana hubiera imaginado que al hacer esa pregunta estaría nervioso. Pero no lo estaba.

 

-Neh, Minho hyung. Quiero ser su novio. – Taemin le miró con esa mirada que derretía a Minho. Era como un baño de miel caliente.

  

-Taemin ah, saranghae.- Besó una vez más al chico bonito, recibiendo otro zarpazo del gato. –Yah, gato, déjame en paz.

 

Taemin rio.

 

-Vamos, gatito bonito, también te quiero.- Taemin acarició el lomo del gato negro y le hizo ronronear. –Eres el gato más bonito, te quiero tanto.

 

-¿Y a mí?- Minho preguntó, necesitado de esas palabras.

 

-A usted también, hyung.- Taemin rio. –Usted no se preocupe.- Taemin besó a Minho esta vez, provocando que el pobre gato lloriqueara con el corazón roto. –Vaya, para ser un gato eres demasiado celoso.- Taemin le hizo una cara graciosa al minino. -¿Qué vamos a hacer contigo?

 

-Déjalo, que llore.- Minho se divertía. –Ya está muy mimado por ti.

 

-Hyung, no pienso hacer eso.- Taemin abrazó a Bulhaeng. –Amo a Bulhaeng.

 

-Ya me di cuenta.- Minho rodó los ojos. –Ni modo, ganaste Aflicción, Taemin está más interesado en ti, que en mí.- Minho rascó el cuello del gato.

 

Taemin volvió a reír.

 

-Hyung también está celoso.- Acarició la mejilla de Minho de la misma forma en que acariciaba a Bad Luck. –No esté celoso. Es tonto que esté celoso de un gatito.

 

-Si vieras las cosas desde mi perspectiva.- Minho puso los ojos en blanco y después rio. Claro, tendría una gran competencia con ese gato, por el cariño de Taemin, no pensaba rendirse, pero sabía que no ganaría del todo. –Prefiero que le digas que le quieres, pero que me quieres más a mí.

 

-¿Escuchaste, Bad Luck? ¿Será cierto lo que Minho-hyung dijo?- Taemin se propuso poner más celoso a Minho. Le gustaba así. –Yo no creo, sino, no te dejaría dormir en mi cama, o seguirme a todos lados.

 

-Taemin...- Minho carraspeó su voz.

 

-Sí, de cierta forma, tú eres mejor, no haces tanto escándalo como un novio celoso haría.

 

-Basta Taemin, deja al gato y mírame.- Minho rogó.

 

Meow” Se escuchó descaradamente en la sala, provocando que Taemin riera.

 

-Bad Luck, ¿me das permiso de salir con Minho hyung?- Taemin le preguntó al gato, quien movía su cola lentamente de un lado a otro.

 

Meow”

 

-¿Escuchó hyung?- Alzó la mirada para encontrarse con un Minho celoso, tiernamente celoso.

 

¡Celoso de un gato! ¡Su gato!

 

-¿Qué te dijo?- Preguntó molesto.

 

-Que lo pensaría.- Taemin rio, después dejó ir al minino para poder brincar sobre el cuerpo de su nuevo novio y besarle desesperadamente. Se divertía mucho haciendo enojar al mayor, con eso podía ver lo mucho que le quería. Minho le quería, y eso era lo que Taemin necesitaba. Minho pasó sus brazos por las caderas del menor, abrazándole fuerte. Amaba a Taemin, quería cuidarle y consentirle, era una necesidad. Se besaron como si no fueran a volver a ver, sabiendo que de ahora en adelante se verían más que a diario.

 

FIN.

Notas finales:

Aajksjsdhldkjksasjdsfdd ¿Les gustó? :B

Si no entendieron, sólo comparen lo que Taemin hace y dice cuando está con el gato, con lo que Minho hace y dice cuando está con Taemin x3

Este one-shot surgió en un momento de inspiración bien depresiva :V Pero me tardé en escribirlo, así que dejó de ser depresivo u.u xDDD

Gracias por leer ^-^

Besos .3.


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