Bakura (lado oscuro)
Marik piensa que estoy lejos de él, pero volveré…
Mientras estoy en el rompecabezas del milenio, buscaré una forma de saber lo que pasa en el exterior, necesito saber si el faraón encontrará la manera de recuperar su memoria; claro, me conviene, pero…
¿Marik estará bien? Ahh que importa, puede cuidarse solo, además, se quedó en la mente de Tea, así que no ha desaparecido, puedo sentirlo.
¡Argh! Y ahora un fuerte dolor en el pecho… ¿qué significa? Tendré que ver lo que piensa el faraón: tiene un duelo contra el lado oscuro de Marik, ¡y lo está usando para recibir el daño!, ¡cómo puede permitirlo este supuesto faraón!
No, tengo que ver cómo termina esto.
Bien, ya terminó y pudo salvar a Marik, eliminando su maldad, esto me conviene, al mostrarle el escrito en su espalda descifró lo que debe saber para recuperar su memoria. ¡Y así tendré mi venganza! Que gracioso, Marik terminó sirviéndome a mí, ahora debo confrontarlo antes de que el faraón llegue a Egipto, sobre todo al haber recuperado mi sortija del milenio:
Llegué temprano a Egipto con la finalidad de esperar al faraón, pero antes debo hacerle un par de preguntas a Marik, no fue muy difícil encontrarlo, sobre todo sabiendo en dónde guardaban la piedra con los grabados del faraón.
Esperé a que oscureciera para verlo caminar en el pasillo, al fin doy la vuelta y me encuentro con él cara a cara; se ve sorprendido pero a la vez sonríe, puede que esté feliz de verme, qué tierno. Pero, aunque no lo quiera admitir, también me da gusto verlo.
— ¡Ah! ¡Bakura! No esperaba verte aquí.
—Sí, pero a mí me sorprende que hayas ayudado al faraón al final, renunciando al duelo, lo sé porque pude observarlos de cerca.
—Soy un guarda-tumbas y siempre lo seré, jamás debí renegar mi herencia, y no me arrepiento de haber corregido el error que cometí.
—Te has ablandado mucho, Marik. ¿Y tus planes de dominar al mundo con el poder de los artículos del Milenio? ¿Qué me dices del poder del faraón?
—Ese poder no me pertenece, ahora debo servir al faraón como antes debí hacerlo, y eso involucra detener cualquier plan que tengas para hacerle daño.
-Ajá… ¿y cómo sabes que estoy aquí para eso? —Hizo una cara de sorpresa muy graciosa, pero respondió de inmediato:
—Y si no, ¿para qué estás aquí?
No supe responder, la verdad no había mucha información que pudiera sacarle, ya sabía todo lo que necesitaba por haber oído al faraón directamente, por lo que Marik tenía razón, ¿para qué estaba ahí?
—Como no eres una amenaza, te diré mis planes: entraré con el faraón a sus recuerdos, lo que involucra un viaje en el tiempo, y así podré vengarme por lo que pasó en mi aldea.
—No vas a ganar nada con eso, la venganza no tiene sentido, no va a regresarte lo que perdiste ni te hará sentir mejor. —Expresó, mirándome con sus hermosos ojos violetas.
“¡Hermosos ojos! ¿Qué estoy pensando? ¿Por qué me siento así?” pensé. Es como si sus palabras entraran en mí.
—Marik, merezco vengarme y tener algo de poder. ¡Es todo lo que importa!
Y entonces me miró con aquellos ojos que tanto… ¡no, que es esto! Él, su mirada, sus ojos, me trae nuevas sensaciones, algo que jamás había sentido; llevaba milenios guardando odio y rencor y de repente llega este mortal de 19 años y me hace ver las cosas diferentes, pero no, no es posible y es algo que no puedo permitir.
—Bakura, lo siento pero debo detenerte.
—Inténtalo. —Respondí, aceptando el desafío.
Me sorprendió su rapidez, apenas pude alzar los brazos para detener el impacto que produjo su embestida, caímos al suelo y se apoyó sobre mí, inmovilizándome; se quedó quieto un momento y luego se acercó un poco, podía ver el brillo de sus ojos llorosos mientras me oprimía con fuerza; me quedé atontado con esa mirada, pero recapacité y logré empujarlo con las piernas, él perdió el equilibrio y yo lo arrojé lejos de mí.
Recuperé el aliento y estuve a punto de invocar un demonio (carta) cuando sentí que trataba de quitarme mi sortija del milenio.
-Marik, maldita sea, ¡suéltala!
-Claro que no, piensa, la venganza es todo lo que importa?
Bajó las manos y estuvimos frente a frente, tan cerca el uno del otro como para poder sentir su respiración y ver sus lágrimas caer de sus ojos violeta, deslizándose por su dorada piel; me temblaron las piernas y sentí que esta sensación tan novedosa se apoderaba de mí, y antes de poderlo evitar, me di cuenta de que nada me importaba más que evitarle dolor a Marik. Extraño pero cierto.
Él me miró con rabia, bajó la vista y me soltó las manos, limpiándose las lágrimas.
—Bakura, yo te… odio.
— ¿Sabes algo? Creo que dejaré pasar esta oportunidad contra el faraón, creo que aquí tengo asuntos más importantes —Me quité la sortija del milenio y me aproximé para observarlo más de cerca, antes de que pudiera decir algo le puse un dedo en los labios y le dije en voz muy baja, casi en un murmullo:
—Marik, te “odio”.
—Bakura, yo…
Claro que no lo dejé hablar, no pude más, algo me empujó hacia él, me hizo tomarlo entre mis brazos por un inmenso tiempo, en el cual lo sostuve con un extraño cariño mientras él posaba su cabeza contra la mía; luego se retiró un poco y me sostuvo la mirada por un breve tiempo, ambos nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios hicieron contacto.
Y fue otra sensación, un cálido sentimiento de bienestar me hizo olvidar todos mis absurdos planes de venganza, y con tal de estar con él, es lo que haré, olvidar.