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Gracias a una noche de lluvia por Orenjiyuu

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Notas del fanfic:

Los personajes y la trama original no me pertenecen y son propiedad de Hino Matsuri.

La historia sucede en un mundo alternativo... nada que ver con la academia Cross y hay lemmon pero no creo que este tan bonito como para ponerle que es para mayores de 18 años....

Gracias a una noche de lluvia

La lluvia caía con fuerza golpeando el cristal que separaba el salón de su pequeño balcón, inundando el aire del espacioso departamento con el aroma típico a humedad.

No se sentía el frio, pues el calor de la estufa era suficiente para calentar el lugar por completo.

El ruido de la televisión encendida, el sabor de las palomitas de maíz que saboreaba en su boca, junto a una película que no llamaba en lo más mínimo su atención, pero que aun así veía con gusto, sintiendo la ira recorrer su ser al escuchar el sonido que le desconectó por completo de la trama que recién estaba por entender.

Trató de ignorar aquel sonido que venía desde la entrada, le parecía que nadie podría llegar a esas alturas de la noche y en medio de esta lluvia hasta su apartamento. Quiso dejar que sonara hasta que el inoportuno se aburriera y largase, pero por su mente en un momento se cruzó la posibilidad de  que podría ser su hermano que volvía antes, pero descartó esa idea al recordar que si ese fuera el caso, su gemelo tenia llaves que podía usar para abrir la puerta.

Aun así el sonido persistía y parecía que nada le haría desistir. Rendido se levantó de su cómoda posición y se dirigió hasta la entrada, un bostezo acompañaba sus gestos lentos y desganados mientras que su mano se dirigía hasta la perilla de la puerta. Se esperaba cualquier cosa, pero no le interesaba quien fuese la o él aturdido que se aparecía a medianoche por su departamento.

Al dejar que su vista se acostumbrara a la nueva imagen que le invadía una nueva figura apareció ante él. Era un joven totalmente empapado, vestido con una delgada chaqueta que escurría el agua hasta sus pies. Temblaba y tenía la vista baja, pero que a pesar de que parecía un vago, no parecía importarle y eso a él, le molestaba por completo.

Lo miró de arriba abajo analizando a aquel extraño que estaba parado frente a su morada antes de soltar un suspiro cansado. Esas situaciones le superaban.

-Tsk… idiota- murmuró por lo bajo mientras caminaba nuevamente hasta el sillón que le esperaba.

Dejó la puerta abierta, una señal directa para el intruso permitiéndole la entrada, pues él no pensaba decirle que le siguiera. No, ya estaba aburrido de eso.

Pensó en hacer como si aquel chico que comenzó a seguirle lentamente por el pasillo no estuviera ahí junto a él y seguir con la noche que había planeado sin cambio alguno, pero terminó desviándose inconscientemente de su camino y avanzando hasta la cocina, cuando ya se había dado cuenta el agua estaba en la tetera esperando a hervir.

Sin el menor cambio en su rostro salió de la cocina esperando encontrar la sala vacía, pero lamentablemente ese no era el caso.

-Si te quedas con esas ropas y ensucias el piso te mataré- amenazó sin mirar al chico que estaba estático en medio de su sala y sin hacer el menor gesto ¿era retardado acaso? Pues si así era su puño tenía ganas de ponerle en su lugar.

Caminó nuevamente en frente del intruso sin notar ningún tipo de reacción, le dejó pasar, pues como siempre no se quejaría, le dejaría hacer y no preguntaría, pero él ya sabía de memoria aquella rutina que pasaba más seguido de lo que le gustaría.

Como siempre, se hacía el duro, no le decía nada y le trataba con hostilidad, pero en contra de toda esa actitud que deseaba tomar, iba hasta al baño a preparar el agua caliente, buscar una muda de ropa y preparar un lugar para que el pudiera descansar… bueno, tampoco es que le tomara mucho tiempo.

Volvió a la cocina cuando sintió el agua hervir, al menos cuando volvió a pasar por la sala le vio ya sin esa chaqueta empapada y sentado en una de las sillas del comedor, ya no temblaba y él, como anfitrión, no tardo en traer un poco de té para que el cuerpo de aquel hombre entrara en calor.

Se sentó a su lado y le miró hasta que se bebió todo el contenido humeante de la taza que había traído, en silencio y mirando hasta un punto vacío, la verdad era que ninguno de los dos quería hablar, pero el silencio era tan incómodo que hacía falta la intervención de alguien.

-Si no quieres morir de pulmonía anda a darte un baño- le gruñó de mal humor una vez que vio que había terminado, arrancándole el tazón de una sola manotada y yéndose, una vez más, a la cocina.

-Los vampiros no morimos de pulmonía- le escuchó decir con cierta noción de alegría… podía imaginárselo con una sonrisa patética de medio lado, y aun así le pareció tierno.

-¿Quieres ser el primero?- le rebatió ahora reapareciendo en la habitación, el intruso ya estaba de pie y parecía un poco más reanimado.

-No serías capaz- levantó la vista ya más recuperado, le estaba provocando el muy mal nacido, esperando hasta que él se acercara hasta su fría presencia, quedando frente a frente cada uno con su pose defensiva y toda la actitud para pelear.

Él se acercó más hasta quedar más cerca aun del intruso, la verdad era que ese rubiecito era unos dos centímetros más alto que él y eso le sacaba de quicio, odiaba que ese tipo fuera tan alto, pero aun así le escrutó con la mirada fría y molesta que parecía más propia de él en aquellos días.

-Date una ducha- volvió a decir mientras tomaba con la punta de sus dedos el cuello húmedo de la camiseta del contrario zanjando el tema.

No esperó a que le respondiera antes de voltearse y darle la espalda, caminó hasta la ventana que daba hasta el balcón, la abrió con lentitud y esperó hasta escuchar el sonido de la regadera en uso para dejar que su mano se internara en los bolsillos del pantalón y sacar su cajetilla de cigarros.

Tomó uno de los cigarrillos entre sus dedos y lo observó. El sonido del agua corriendo del baño era lo único que podía diferenciar entre la lluvia torrencial que caía en su oído contrario. Encendió el objeto entre sus dedos y lo acercó hasta sus labios, dejó que la nicotina invadiera sus pulmones de la forma más lenta posible. Sabía que Takuma odiaba el olor a cigarrillo, por eso siempre esperaba hasta que el tomara un baño para fumar como él deseaba.

Ahora que todo volvía a estar en silencio se dio el tiempo necesario para pensar junto a la brisa fría que le entumía la nariz, pensar en lo que necesitaba y en lo que no también, pues ya había perdido la cuenta de las veces que esta situación se había repetido.

Él tenía el papel de confidente… el hombro en el cual llorar, la sombra que aguantaba todas las penas de ese estúpido tipo. Podía asegurar que nadie más era tan masoquista como ese Ichijou Takuma, y podía asegúralo porque esta era la tercera vez que venía en el mes a su departamento por las causas que se imaginaba.

Siempre aparecía por ahí cuando las cosas iban mal, podía ser el pequeño Shiki que volvía con Rima y no le tomaba en cuenta, dejándolo como el segundón,  o peor aún, podía ser porque se había peleado otra vez con la caprichosa de Sara, pues con ella sí que peleaban, fuera por el aniversario que olvidaron o por el anillo que no le compraron, ella era la mujer más superficial que conocía.

Y quizás, más que eso lo que más le dolía era que a él le tocaba aguantar al  rubio cada vez que quisiera llorar por una relación rota, actuando como si de un amigo se tratara, pero ¿es vampiro nunca se había detenido a pensar en cómo se sentía él? ¡Él también le quería! ¡Él le amaba! Y estaba tan molesto de que a pesar de que no había dicho nunca sus sentimientos, Takuma jamás le hubiera dicho algo bonito o le tratara la mitad de como trataba a esos dos que solo lo hacían sufrir… ni siquiera sabía ya a quien quería más Takuma, no sabía si quería más al chico que le rechazó o a la chica que le trataba como un banco.

Sabía que podía intentar hablar con él, toda la noche si fuera necesario prometiendo mil y un verdades que hacían faltas, pero al día siguiente cuando volviese a despertar en ese apartamento vacío, le tocaría recordar la soledad que era su hogar y sabiendo que todo lo hablado en la noche se desvanecía con el viento como la lluvia que se perdía en el pavimento, como si nunca hubiera existido.

Nunca tuvo una caricia o un beso de los que le daba a diario a esos que no le valoraban, sino que debía mantener silencio y velar por su bienestar ¿era lógico no? Tratarlo de la forma que lo trataba era su única forma de vengarse de aquel trato injusto, que le destruía siempre un poco más.

Se sentía como un ser despreciable en todo sentido, se odiaba más y más a cada minuto que pasaba con él…

Cansado de todo eso, dio la última calada a su cigarrillo dejó que sus pulmones se intoxicaran con aquel humo que le distraía. Desechó la colilla y volvió a entrar a su hogar, vio la televisión aun encendida mostrando los créditos de la película que no terminó de entender, miró las palomitas ya incomestibles y con un suspiro las llevó hasta el bote de basura, de verdad que quería comerse esas palomitas.

Escuchó una vez más la caída del agua en el baño, imaginando el cuerpo desnudo y fuerte del que no era más que su amigo, antes de caminar en dirección a su habitación, dejar la cama lista para cuando el terminara, y por si acaso, también sacó el futón hasta la sala de estar en caso de que quisiera dormir ahí y no en su cuarto, no tenía ánimos ni de preguntarle, por su parte se metió tal cual andaba en la cama de su hermano, que gracias a las cosas de la vida no estaba ahí ese fin de semana.

Solo sintió su cabeza caer sobre la almohada y las sábanas que entibiaban su piel antes de que el cansancio le venciera y cayera completamente dormido

….***….

Se levantó de golpe esquivando la pesadilla que había tenido, terminando sentado sobre el colchón, tratando de regular su respiración, calmándose y cerrando los parpados para lograrlo con mayor facilidad, y luego abrirlos para observar su alrededor percatándose de las sutiles diferencias entre esa habitación y la propia.

Luego de volver a su respiración normal, se ubicó mucho mejor en el espacio tiempo al cual pertenecía, miró hacia un lado topándose con la fría muralla y luego hacia el otro con la clara intención de ir a por un vaso de agua que demasiada falta le hacía.

Se quedó paralizado.

Contra todo pronóstico y algo descolocado vio como a su lado dormía el estúpido intruso que se coló en su casa, su corazón se detuvo por un minuto ante aquella imagen y sus pulmones parecieron olvidar como capturar oxígeno para su organismo, el rubio descansaba como hace tanto no le veía dormir, estuvo tentado a besarle en aquel momento, pero claro, su orgullo no se lo perdonaría.

Dio un suspiro pensando en por que a él le pasaban ese tipo de cosas, pues aun no entendía como aquella tentación se aparecía junto a la cama de su hermano de forma tan despreocupada y ya rendido se destapó, pasando con cuidado sobre el rubio que obstruía su pasada con la suficiente delicadeza como para no despertarle y poner verdadera atención a su rostro en descanso para ir hacia la cocina a por un vaso de agua.

Aprovechó aquellos minutos para despejar su mente y volver a la habitación de su hermano, no entendía por qué Takuma había ido hasta el cuarto de Zero, si él había preparado ya el propio y el futón de la sala para que durmiera el muy gilipollas, aun así fingiría que no había visto nada hasta la mañana siguiente cuando lo más probable era que no vería a ese rubio entrometido en su territorio y despertaría solo en esa cama.

Llegó hasta la habitación y repitiendo el proceso quiso pasar por sobre el chico que aun dormía para volver a su lugar, siendo detenido en medio de su acto, cayendo sentado con una pierna a cada lado de la cadera del rubio que sostenía la suya con ambas manos y le miraba con firmeza. Ahora no podría hacer como si no hubiera visto nada.

-¿Dónde andabas?- preguntó el rubio escrutándole con aquel par de ojos verdes que tanto le gustaban ¿ese maldito que derechos se estaba otorgando? Pensó de forma venenosa.

-No tengo que contestarte- respondió con su semblante más normal  escondiendo su vergüenza y cruzando los brazos sobre su pecho a pesar de que su cuerpo temblaba ante la posición en la que estaban en este momento, su cuerpo temblaba por aquella sensación sobre su piel.

-¿Por qué me dejaste solo?- ¿Qué?

-Se supone que debías estar en mi cama o en el futon- rebatió evadiendo su pregunta.

-No quiero estar solo.

Y ahí iban de nuevo, cada vez que parecía que podía tener algún tipo de esperanza, él le decía cualquier palabra que echaba por la borda todas sus ideas, sabía que si se quedaban así nada bueno terminaría ocurriendo y pensando que la huida en ese caso sería la mejor opción, a regañadientes se soltó del agarre del mayor para salir de la habitación.

-Si quieres dormir aquí no me importa- dijo nada más salir del cuarto ignorándolo por completo.

Fue a la sala, pero al ver el futon no quiso dormir en él y terminó recostándose en el sofá dispuesto a descansar por el resto de la noche, o eso pretendía hasta que sintió como unos brazos rodeaban su abdomen y le otorgaban el calor que llegara a hacerle falta.

-¡¿Qué estás haciendo?!- exclamó completamente molesto por lo que estaba pasando, mirando al rubio que también se había levantado para aferrarse a su espalda, trato de zafarse del abrazo de Takuma pero aunque no quisiera, el rubio tenía más fuerza él- ¡Vete al futon!

-No quiero- respondió con tranquilidad mientras estrechaba más el contacto entre ambos, haciendo que cada fibra de su espalda se fundiera con el pecho contrario, poniéndole a mil en cosa de segundos.

Maldijo por lo bajo, siendo consciente de que aun así lo más probable es que haya sido escuchado y haciendo trabajar sus neuronas como locas decidió apartarle de un empujón y bajarse del sillón, para dormir en el futon. Debía evadirlo como fuese y aunque ya no estaba cansado, tenía que mantener las apariencias de que así era.

Se cubrió con la manta y preparó nuevamente para conciliar el sueño, pero en el mismo momento en que estaba comenzando a lograrlo, sintió nuevamente como su ser era acunado en esos brazos tan fuertes que deseaba con todas sus fuerzas.

No entendía por qué Takuma era tan injusto con él, porque le hacía sufrir de esa forma tan dolorosa, buscándole para darle esperanzas sin sentido. Quiso golpearlo por eso, por ser tan insensible, por no pensar un poco en su persona, pues aunque no lo aparentaba él también era humano, sufría igual que todos aunque lo escondiera y pasara lo que pasara seguiría siendo así siempre.

Sin ánimos de querer continuar con aquella pelea estúpida, y sin intenciones de cumplir los caprichos del oji verde se despegó nuevamente de aquellos brazos que se ofrecían para acunarlo y levantarse para irse a encerrar a algún cuarto y terminar de una vez con todo ese embrollo producido por los sentimientos rotos del intruso.

-No te vayas- suplicó el rubio esta vez pescándole de un brazo y devolviéndole hasta él, haciendo que el peli plata quedara sentado a horcajadas sobre el nuevamente.

-Suéltame- ordenó sin siquiera mirarle, sus fuerzas estaban flaqueando, pero mantenía una expresión bastante agria, una expresión que era la pantalla para esconder su dolido corazón.

-¿Por qué no quieres quedarte conmigo?

-¡Y encima lo preguntas!- explotó ya harto de toda esa comedia que estaban llevando tratando de soltarse sin resultado alguno- ¡cómo puedes ser tan insensible idiota!- fuera de control comenzó a decir todo lo que estaba pensando-  ¡Vienes cada vez que te votan a ahogar tus penas aquí! Sin que nadie te lo ofrezca, sin pedir permiso a nadie, ¡te apareces en medio de la noche y desapareces a la mañana siguiente como si nada! ¡Me entrometes en tus estúpidos asuntos y me molestas sin que pueda quejarme!

El rubio le miró en silencio con expresión seria sentándose sobre el futon con el aun encima y mirándole fijamente, escrutándole con la mirada, esperando a que se desahogara por completo para volver a intervenir.

-Te odio… eres tan egoísta- sollozó ya rendido el más joven, rendido, roto, harto de lo que llegara a pasar- solo… déjame en paz.

-No quiero- contestó atrayéndole a si para rozar con suavidad aquel par de labios ajenos que normalmente se le mostraban con una mueca de reclamo, fruncidos y enojados, pero completamente sabrosos.

En un movimiento lento y sin cerrar sus verdes ojos, preparado para el rechazo que nunca obtuvo cerró cualquier espacio que les separara y le beso, probando el sabor del cazador que le envolvía de a poco, pero se negaba a corresponder. Una lágrima cayo desde la mejilla de Ichiru, el cual más molesto que en un principio se separó bruscamente de aquel contacto que le había hecho tan feliz por un breve instante y en movimiento rápido abofeteo el rostro de su intruso que le miró con la misma expresión apagada que le veía siempre que se aparecía por ahí.

-Lo siento- susurró cubriendo la zona golpeada y desviando la mirada apenado por su acto impulsivo

-Me gustas- dijo convencido de querer zanjar el tema tomando desprevenido al chico que aún estaba bajo él. Le miró con el ceño fruncido y le habló con el mismo tono despectivo que siempre usaba para referirse a él, que estuviera diciendo algo tan importante no quitaba el hecho de lo molesto que estaba- me gustas más que como amigo…- soltó asombrado por la firmeza en sus palabras - pero primero que todo eso soy tu amigo, y siempre estarán las puertas abiertas para cuando necesites un techo en el cual estar, sin embargo, eso no significa que te dejare hacer lo que quieras conmigo porque te botaron de nuevo.

-Ichiru… yo

-Tu no sientes lo mismo- le cortó aun con la mirada altiva y decidida- tu solo me vez como la salida a tus pesares por esta noche. Pero yo no estoy dispuesto a ser el sustituto de Sara o de Shiki, no voy a ser tu remplazo, ni quiero hacer algo de lo que te arrepentirás mañana.

Se levantó de nuevo sin importar lo que llegara a decirle el rubio, y con todo el orgullo que aún le quedaba se fue hasta su pieza, decidido a excluirse ahí, hasta que su hermano y Kuran volvieran de su cita de fin de semana.

Solo necesitaba que las horas pasaran con rapidez.

Iba a cerrar la puerta cuando sintió como le empujaban y arrinconaban contra la pared. Maldijo nuevamente al rubio y se dio la vuelta quedando frío con lo que veía, nunca le había visto de esa forma, era una expresión completamente distinta y que no sabía cómo asimilar, era un brillo en sus ojos que nunca antes había visto y temía con todas sus fuerzas que fuera lujuria.

No pudo esconder su expresión de pánico.

-No te dejare huir- exclamó tomándole posesivamente de su brazo izquierdo, lastimándolo fuertemente y sacándole un grito del escozor.

Aun así, le miró con la furia que tenía contenida durante toda su semana, tuvieran que ver con ese rubio o no, ya solo quería expresarle el odio que tenía y que así le dejara en paz de una buena vez. Dejó de forcejear, dándose por vencido con ese tipo de estrategia, y por el contrario intentaría usar la lógica para que le soltaran de una buena vez.

Hoy si le sacaba a patadas de su casa.

-¿Qué piensas hacer?- preguntó con la voz menos cargada de rencor que pudo pronunciar.

-Quiero hacerlo- ¡Qué diablos pasa por tu cabeza!

-No.

-¿Por qué?-  miró aquel par de esmeraldas que parecían estar pegadas a su rostro evaluándole por cada segundo y no pudo evitar concentrarse en la mirada seria y decidida que le estaba dando ¿Cómo podía ser tan desconsiderado? ¿Acaso no se daba cuenta de lo que estaba pidiendo?

-Porque no quiero ser tu amigo de cama- le respondió de la forma más simple y menos hiriente que pudo formular.

-Dijiste que te gustaba.

-Pero eso no significa que me abriré de piernas por ti, estúpido- le riñó aun con su rostro enojado.

Por un momento vio un brillo de furia en la mirada del vampiro, pero no pudo hacer nada más, pues de un solo empujón, Takuma,  le hizo caer sobre su cama posicionándose sobre si para evitar su escape.

No hacía falta imaginarse lo que vendría, lo sabía de sobra, pero no había visto nunca a Takuma con esa expresión tan decidida y seria, parecía un animal salvaje que le destruiría si intentaba oponerse, no le gustaba eso, pero no era tonto como para no ver que no tenía escapatoria.

Sintió el peso del contrario sobre el suyo, sus labios apresar los propios, le sintió acariciar su torso, pero todo aquello le pareció tan vacío… tan amargo y tan despreciable en contraste con todas las veces que había imaginado aquel momento en la que no solo fuera sexo, sino que algo mucho más profundo… un algo que no tendría.

Esa lengua anexa, invadió su cavidad recorriéndola y marcándola con su esencia, quitándole el aire y dejándole los labios completamente hinchados y adoloridos.

-Ichiru…- susurró su nombre en su oído, haciéndole perder el aire en cosas de segundos, quería que eso terminara pronto, porque aunque su cuerpo reaccionaba a cada roce de sus cuerpos su corazón se deshacía en miles de pedazos que ya no podría juntar.

No lo quería, no así, quería empujarlo y huir lejos, pero no sabía cómo.

Iba a decir algo, pero en su lugar un gemido escapó de sus labios al sentir aquella lengua recorrer su lóbulo, lamiéndolo y mordiéndolo, haciéndole cosquillas.

Su camiseta había desaparecido en el proceso y su pantalón estaba a medio desabrochar, su cuerpo, respondía con descargas eléctricas para todo su sistema nervioso, por cada caricia que recibía por sobre la ropa o su pecho desnudo. Aquella boca ahora atacaba su cuello marcándola con esos colmillos que no querían penetrar su piel para detenerse en su clavícula, morderle hasta dejarle adolorido y seguir su recorrido, aquellas manos que recorrían su espalda, delineando sus músculos no tan sobresalientes y reconociendo cada uno de ellos.

-Ichiru…- ¿Qué mierda quería ahora? Cómo podía ser tan cabezota de no darse cuenta que apenas podía mantenerse cuerdo y el seguía llamándole por estupideces, intento abrir sus ojos llorosos, pero no malentiendan, no eran lágrimas de alegría o dolor, sino que la impotencia que sentía no sabía por dónde salir e intentar mantener su atención fija en él. Necesitaba que todo eso fuese rápido, pero solo sintió como él tomaba sus temblorosas manos y las dirigía hasta su entrepierna, asustándole por lo que podía palpar en aquellos momentos- tócame tú también.

Un nuevo jadeo escapó de sus labios, sintiendo aquel palpitante trozo de carne que le pedía atención y que instintivamente comenzaba a estimular, mientras que el rubio terminaba de retirar toda su ropa sin ningún tipo de dificultad. Su mente no pensaba, no razonaba, solo se dejaba sentir.

Se sentía estúpido por como todo eso estaba pasando, el no tenían ningún tipo de iniciativa, mientras que el contrario parecía tener claro qué lugar tocar para hacerle ver estrellas en un dos por tres.

Ya no era capaz de retener su voz, su orgullo había sido pisoteado por aquellas hábiles manos que le recorrían por completo y aquellos ojos que le miraban completamente extasiados y descontrolados.

Su mano seguía intentando estimular el miembro del rubio que a cada segundo parecía más grande y abultado, haciendo que el propio comenzara a despertar también.

Tenía la esperanza de que todo terminaría cuando Takuma llegara al final, que no culminarían todo aquello, y que algo de su amor propio quedaría intacto. Pero a pesar de que sintió el fuerte jadeo del rubio sobre su oído, el líquido viscoso que envolvía su muñeca y el peso del cuerpo laxo del mayor sobre el suyo, no podía dejar de temblar.

Pasaron unos minutos en los que se quedaron en absoluto silencio, en los que él se dedicó a jugar con esos mechones rubios perlados en sudor que seguía adorando tanto, la respiración agitada del mayor comenzó a calmarse de a poco, mientras que su vergüenza crecía por el hecho de estar completamente desnudo ante ese vampiro que solo tenía los pantalones a media pierna y la ropa completamente arrugada. Estaba furioso con él, pero no tenía fuerzas para recriminarle algo que deseaba… pero que de todos modos no disfrutó.

Y aun así el rubio luego de calmarse un poco volvió a levantarle, besarle con brusquedad y acariciar cada rincón de su cuerpo como si sus energías nunca se hubieran desvanecido invadiéndole nuevamente con ese miedo que le quitaba hasta el habla.

-Detente….- trató de implorar en medio de su respiración irregular, esperando de que alguna forma todo eso terminara de una vez y no le hiciera más daño.

-No quiero- respondió con tono imperativo mientras volvía a aprisionar sus labios adoloridos y creaba un nuevo juego con su lengua en un beso que fue incapaz de rechazar.

En el momento que logró recuperar el aire perdido aquellos fuertes brazos lograron voltearlo en un movimiento rápido, dejándolo de espaldas a él y antes de que lograra realizar algún tipo de movimiento, sintió como sus caderas fueron alzadas y un dolor enorme recorría toda su zona lumbar sacándole un grito de toda su agonía.

-¡Ah!- su espalda se arqueó por completo al sentir como su cuerpo era invadido sin consideración alguna, el dolor era horrible… no le había siquiera preparado, pero al menos no comenzó a embestirlo de inmediato- duele….- logro balbucear evitando que otra lágrima traicionera rodara por su mejilla mientras intentaba moverse lo menos posible para así mitigar el dolor.

Detente, detente, detente.

-Relájate- le dijo suavemente al oído, haciendo que diera un respingo que lamento, mientras se encargaba de acariciar su espalda para intentar calmarle- si sigues así de tenso dolerá mucho más.

La sangre comenzó a hervirle como un volcán al escuchar aquella frase, no sabía si sentirse avergonzado o colérico por el hecho de estarle dando a entender que no era la primera vez que hacia eso. Pero de todas formas, intento hacerle caso y comenzó a dominarse para relajar sus músculos y poder respirar con normalidad

Extrañamente una vez que estuvo completamente relajado sintió como aquella sensación de invasión comenzaba a agradarle e incluso a gustarle moviendo involuntariamente su cadera en busca de más contacto.

Una sonrisa suave recorrió el rostro del rubio, la cual no fue vista por él gracias al hecho de estar de espaldas mientras que comenzaba de forma lenta y pausada una serie de penetraciones.

Las manos del chico de ojos tanzanita se aferraron con fuerza a las sábanas mientras intentaba aguantar con toda su fuerza de voluntad los alaridos que necesitaba liberar, aquello le estaba volviendo loco, y sabía que no sería capaz de soportarlo por mucho tiempo.

Solo es sexo, solo es sexo… lo hiciste con alguien más antes, sabes que no duele.

-No… n-no… ahí no- trató de pedir al sentir como un punto extraño era tocado en cada estocada del rubio y la estimulación de su miembro iba en aumento, la temperatura empezaba a subir en medio de ambos y parecía que en cualquier momento llegaría a explotar.

-¿Se siente bien?- preguntó con esa risa juguetona que solo el sabia usar mientras besaba su espalda sin dejar desatendidas sus otros dos puntos de atención.

En medio de esa oleada de sentimientos y lujuria Ichiru no soporto más y en medio de la contrición de la mayor parte de sus músculos término en la mano de su amante espontaneo, cayendo rendido sobre el colchón que le pareció mucho más suave de lo normal.

-Ichiru….- escuchó en medio de la inconciencia que le invadía a ratos y fijando su mirada con la del contrario- aún no hemos terminado

-¡¡¡¿….?!!!- una exclamación muda escapó de sus labios mientras observaba el semblante del rubio que en aquellos momentos le pareció desconocido

Takuma le volteo con cariño y le volvió a sentar en medio de sus piernas, saliendo lentamente de su cuerpo y sentándose en el respaldo de la cama para poder estar más a su altura, solo en ese momento se había dado cuenta de que Takuma no había terminado en su interior y en una mirada rápida se dio cuenta de que la protuberante erección del rubio aún estaba presente.

Con una mano Takuma le rodeo la cintura y lo atrajo más a él, le besó de una forma mucho más dulce y tierna de lo que había hecho hasta ahora acariciando con su lengua la cavidad del menor y con la mano libre junto ambos miembros para comenzar a frotarlos entre sí.

Rendido ya por la falta de juicio que le quedaba en aquellos momentos no se preocupó de esconder sus gemidos que eran incapaces de quedarse en su garganta que era el lugar al que pertenecían, contagiado por la locura del momento se dejó besar sumisamente y movía su pelvis con la única intención de juntar más sus miembros y hacer crecer la nueva erección que sobresalía de sí. De un tirón rasgo la camisa de Takuma y la lanzó a algún lugar de la habitación para poder recorrer ese cuerpo que se le mostraba a su merced.

-Takuma… ah… ah… ya… ya… no lo soporto- logró pronunciar entre jadeos sintiendo que nuevamente terminaría en la mano del mayor.

El rubio le dio un beso rápido y le dedicó la mejor de sus sonrisas mientras volvía a levantar las caderas de Ichiru, el cual volvió a recibir el caliente miembro del mayor con menor incomodidad que en un principio.

Abrazándose por completo a su espalda y teniendo cuidado de no lastimarle por completo trato de seguir el ritmo de las embestidas que el rubio había puesto, dejando salir ambos una serie de exclamaciones, jadeos y gemidos que ya ninguno era capaz de aguantar.

Fundiéndose con el cuerpo ajeno y entregándose por completo entendió que no faltaba mucho para que llegara a terminar y luego de que las embestidas aumentaran su velocidad y alcance, tocando un punto de su interior que le hacía imposible estarse callado sintió como su cuerpo ya no soportaba tanto placer y dejaba que su esencia se derramara en los vientres de ambos y sintiendo como Takuma terminaba en su interior produciendo que un escalofrió delicioso recorriera su médula.

Esta vez ya no pudo más, el cansancio acumulado, más el esfuerzo físico que produjo toda aquella actividad se sintió gelatina y se dejó caer sobre el pecho del mayor que había quedado igual de agotado recostado sobre la cama.

-Eso fue…- intentó decir acariciando sus cabellos plateados llenos de sudor e intentando regular su respiración.

-Solo… no digas que fue un error- le interrumpió con el mismo tono que había usado toda esa noche- si lo dices juro que te mato.

Una risilla bajita escapo de los labios ajenos, mientras se encargaba de dejarle recostado sobre la cama y acercarse para besar suavemente sus labios antes de mirarle con una ternura que nunca había demostrado y rodear su cuerpo con delicadeza.

-Iba a decir me gustó mucho- ante la mirada fulminante que recibió por parte del peli plata continuó- que fue algo que solo los dos pudimos compartir

Eso ultimo no terminó de comprenderlo por completo, pero cuando iba a pedir una explicación más exacta le dio la espalda dejando así que las lágrimas de todo eso escaparan al fin de sus parpados y ambos cayeron rendidos ante el sueño que tanta falta le hacía. Con el sonido de la lluvia acompañando su sueño.

…***…

Ya no había lluvia afuera, la luz del sol se colaba por cada rincón que encontraba y el clima era agradable, pero la culpa de todo lo que dejó que pasara la noche anterior comenzaba a pesarle de repente.

Había sido bizarro… pero el dolor y miedo que sentía en aquellos momentos era más fuerte que cualquier otra cosa, la culpa y la incentivación de que algo estaba mal. Se sentía sucio, pero de una extraña forma feliz, completo al fin, aunque no hubiese sido como lo hubiera esperado. Simplemente no quería hacerse falsas ilusiones.

Ya se había hecho a la idea de que solo había sido sexo para Takuma, y que en aquel momento todo volvería a ser como antes, simples amigos y se sentía agradecido de no haber escuchado algún tipo de mentira por parte de él, pues así su corazón no se sentiría tan herido.

Podía sentir su cuerpo adolorido y sus labios hinchados de forma dolorosa, los ojos adoloridos y enrojecidos por el llanto, el dolor intenso que recorría su espalda baja, al igual que podía sentir como cada célula de su cuerpo vibraba recordando cada lugar que tocó el rubio y como su corazón aún se aceleraba al recordar las escenas que vivió la noche anterior, tenía pensado en almacenar aquel recuerdo como uno de los más significativos en su vida… pero no como una esperanza para su amor unilateral.

Estiró su cuerpo nostálgico de alguna forma por saberse solo a pesar de que no había mirado otra cosa que no fuera la ventana junto a su cama, pues tenía claro que como siempre… parecería que nada sucedió y volvería a un mundo donde esa noche nunca ocurrió.

-Mmnh….- sintió removerse en medio de las sábanas sin saber quién podría ser.

Nervioso e impactado desvió la mirada hasta el lugar que se había movido sorprendiéndose completamente con lo que encontró.

Con todas sus fuerzas quiso convencerse de que no era una mala jugada de su imaginación, que aquella imagen era tan verídica como su cuerpo deseaba. Tomó uno de los cabellos dorados para salir de su ensueño y asegurándose que era tan real como imaginaba, haciendo que los colores subieran a su rostro.

-Estúpido…- susurró lo suficientemente bajo como para saber que solo él podía escucharse, mientras una sonrisa recorría su rostro- ahora no podré decir que te odio.

El brazo que le rodeaba por la cintura junto a la imagen tan calmada de aquel chico durmiendo le hizo sentir muy feliz, aunque aún temía que todo fuera por un error del mayor, quería imaginar que estaba ahí por él y no por haberse quedado dormido. De lo contrario le terminaría por botar de la cama y le gritaría quien sabe que cosas.

-Terminé con Sara…- escuchó decir nuevamente de aquel chico medio dormido que murmuraba solo- Ichiru… “Quédate conmigo”

Es lo que creyó… o más bien lo que quiso escuchar, pues no había salido sonido alguno de aquel par de labios que habían vuelto a cerrarse. No sabía que decir, que pensar o que hacer y simplemente en medio de su confusión se limitó a volver a acomodarse entre las cobijas, pensando que tal vez no todo era doloroso… quizás una puerta hacia la felicidad se habría hacia él y la aceptación de sus sentimientos era escuchada… quiso pensar que todo podría mejorar o de lo contrario tendría el gusto de gritarle hasta quedar sin voz y se quedó así hasta volver a quedarse dormido.

Lo que no supo fue que apenas volvió a cerrar sus ojos el abrazo del rubio se estrechó mucho más para acunarlo en su pecho, mientras que un despierto vampiro le besaba suavemente la frente a modo de disculpa por lo cruel que hubiese llegado a ser en esa noche antes de volver a recostarse con una sonrisa sincera que hace tanto no esbozaba, sintiéndose mucho más lleno de lo que había querido imaginar con los amantes que buscó para poder olvidar a cierto peli plata que creyó jamás llegar a conquistar.

La lluvia caía con fuerza golpeando el cristal de su pequeño balcón, inundando el aire del espacioso departamento con un aroma típico a humedad. No se sentía el frio, pues el calor de la estufa era suficiente para calentar el lugar por completo.

El ruido de la televisión encendida, el sabor de las palomitas de maíz que llegaba hasta su boca, junto a una película que no llamaba su atención en lo más mínimo, pero que aun así veía con gusto sintiéndose molesto al momento de cuando recién estaba pescando el hilo de la trama un sonido comenzó a desconcertarle

Trato de ignorar aquel sonido que venía desde la entrada, le parecía que nadie podría llegar a esas alturas de la noche y en medio de esta lluvia hasta su apartamento. Pensó en dejar que sonara hasta que se aburriera y largase pero por un momento pensó en que podría ser su hermano que volvía antes, pero descarto esa idea al recordar que si fuera el caso, su gemelo tenia llaves que podía usar para abrir la puerta

Aun así el sonido persistía y parecía que nada le haría desistir. Rendido se levantó de su cómoda posición y se dirigió hasta la entrada, un bostezo acompañaba sus gestos lentos y desganados mientras que su mano se dirigía hasta la perilla de la puerta. Hubiera esperado cualquier cosa pero no le importaba lo que llegara a ser

Al dejar que su vista se acostumbrara a la nueva imagen que le invadía una nueva figura apareció ante él. Era un joven totalmente empapado, vestido con una delgada chaqueta que escurría el agua hasta sus pies. Temblaba y tenía la vista baja, pero que a pesar de que parecía un vago, a él no parecía importarle y eso le molestaba por completo

Lo miro de arriba abajo analizando a aquel extraño que estaba parado frente a su morada antes de soltar un suspiro cansado

-Tsk… idiota- murmuro por lo bajo mientras caminaba nuevamente hasta el sillón que le esperaba. Dejo la puerta abierta, una señal indirecta para el intruso diciéndole que podía entrar, pues él no pensaba decirle que le siguiera. No, ya estaba aburrido de eso

Pensó en hacer como si aquel chico que comenzó a seguirle lentamente no estuviera y seguir con la noche que había planeado sin cambio alguno, pero termino desviándose de su camino y avanzando hasta la cocina, cuando ya se había dado cuenta el agua estaba en la tetera esperando a hervir

Sin el menor cambio en su rostro salió de la cocina esperando encontrar alguna escena que llamara su atención, pero lamentablemente ese no era el caso

-Si te quedas con esas ropas y ensucias el piso te matare- amenazo sin mirar al chico que estaba estático en medio de su sala y sin hacer el menor gesto ¿era retardado acaso? Pues si así era su puño tenía ganas de ponerle en su lugar

Camino nuevamente en frente de el sin notar ningún tipo de reacción, lo dejo pasar, pues como siempre no se quejaría, le dejaría hacer y no preguntaría, pero él ya sabía de memoria aquella rutina que pasaba más seguido de lo que le gustaría. Como siempre se hacia el duro, no le decía nada y le trataba con hostilidad, y aun así, iba hasta al baño a preparar el agua caliente, buscar una muda de ropa y prepara un lugar para que el pudiera descansar… tampoco es que le tomara mucho tiempo

Volvió cuando sintió el agua hervir, al menos cuando volvió a pasar por la sala le vio ya sin esa chaqueta y sentado en una de las sillas del comedor, no tardo en traer un poco de té para que el cuerpo de aquel hombre agua entrara en calor

Se sentó a su lado y le miro hasta que se bebió todo el contenido de la taza que había traído, en silencio y mirando hasta un punto vacío, la verdad era que ninguno de los dos quería hablar, pero el silencio era tan incómodo que hacía falta la intervención de alguien

-Si no quieres morir de pulmonía anda a darte un baño- le gruño una vez que vio que había terminado, arrancándole el tazón de una sola manotada y yéndose a la cocina

-Los vampiros no morimos de pulmonía- le escucho decir con cierta noción de alegría… podía imaginárselo con una sonrisa patética de medio lado, y aun así le pareció tierno

-¿Quieres ser el primero?- le rebatió ahora reapareciendo en la habitación, él ya estaba de pie y parecía un poco más reanimado

-No serias capaz- le estaba provocando el muy mal nacido, esperando hasta que el llegara hasta el, y quedando frente a frente cada uno con su pose defensiva y toda la actitud para pelear

Él se acercó más hasta quedar más cerca aun de él, la verdad era que ese rubiecito era unos dos centímetros más alto que él y eso le sacaba de quicio, odiaba que ese tipo fuera tan alto, pero aun así le escruto con la mirada fría y molesta que parecía más propia de el en aquellos días

-Date una ducha- volvió a decir mientras tomaba con la punta de sus dedos el cuello húmedo de la camiseta del contrario

No espero a que le respondiera antes de voltearse y darle la espalda, camino hasta la ventana que daba hasta el balcón, la abrió con lentitud y espero hasta escuchar el sonido de la regadera en uso para dejar que su mano se internara en los bolsillos del pantalón y sacar su cajetilla de cigarros

Tomo uno de los cigarrillos entre sus dedos y lo observo. El sonido del agua corriendo del baño era lo único que podía diferenciar entre la lluvia torrencial que caía al lado contrario. Encendió el objeto entre sus dedos y lo acerco hasta sus labios, dejo que la nicotina invadiera sus pulmones de la forma más lenta posible. Sabía que Takuma odiaba el olor a cigarrillo, por eso siempre esperaba hasta que el tomara un baño para fumar como él deseaba

Ahora que todo volvía a estar en silencio se dio el tiempo necesario para pensar, pensar en lo que necesitaba y en lo que no también, pues ya había perdido la cuenta de las veces que esta situación se había repetido.

Él era el confidente… el hombro en el cual llorar, la sombra que aguantaba todas las penas de ese estúpido tipo. Podía asegurar que nadie más era tan masoquista como ese Ichijou Takuma, y podía asegúralo porque esta era la tercera vez que venía en el mes

Siempre aparecía por ahí cuando las cosas iban mal, podía ser el pequeño Shiki que hacia cualquier cosa y no le tomaba en cuenta o peor aún, podía ser por que se había peleado otra vez con la puta esa de Sara, pues con ella sí que peleaban

Y quizás eso era lo más hiriente de todo, a él le tocaba aguantar cada vez que el rubio quisiera llorar, actuando como si de un amigo se tratara, pero ¿nunca se había detenido a pensar cómo se sentía él? ¡Él también le quería! ¡Él le amaba! Y estaba tan molesto de que a pesar de que no había dicho nunca sus sentimientos, el jamás le hubiera dicho algo bonito o le tratara la mitad de como trataba a esos dos que solo lo hacían sufrir… ni siquiera sabía ya a quien quería mas Takuma, no sabía si quería más al chico que le rechazo o a la chica que le trataba como las pelotas

Sabía que podían hablar toda la noche prometiendo mil y un verdades que hacían faltas, pero al día siguiente cuando volvía a despertar en ese apartamento vacío, recordaba la soledad que era su hogar y sabiendo que todo lo hablado en la noche se desvanecía como si nunca hubiera existido

Nunca tuvo una caricia o un beso que daba a diario a esos que no le valoraban, sino que debía mantener silencio y velar por su bienestar ¿era lógico no? Tratarlo de la forma que lo trataba era su única forma de vengarse de aquel trato injusto, que le destruía siempre un poco más

Se sentía como un ser despreciable en todo sentido, se odiaba más y más a cada minuto que pasaba con el… y aun así dando la última calada a su cigarrillo dejo que sus pulmones se intoxicaran con aquel humo que le distraía. Desecho la colilla y volvió a entrar a su hogar, vio la televisión aun encendida mostrando los créditos de la película que no termino de entender, miro las palomitas ya incomestibles y con un suspiro las llevo hasta el bote de basura, el de verdad que quería comerse esa comida. Escucho una vez más la caída del agua del baño, imaginando el cuerpo desnudo y fuerte del que no era más que su amigo antes de caminar en dirección a su habitación, dejar la cama lista para cuando el terminara, también saco el futón hasta la sala de estar en caso de que quisiera dormir ahí y no en su cuarto, por su parte se metió tal cual andaba en la cama de su hermano, que gracias a las cosas de la vida no estaba ahí ese fin de semana

Solo sintió su cabeza caer sobre la almohada y las sábanas que entibiaban su piel antes de que el cansancio le venciera y cayera completamente dormido

….***….

Se levantó de golpe esquivando la pesadilla que había tenido, terminando sentado sobre el colchón, tratando de regular su respiración, miro su alrededor percatándose de las sutiles diferencias entre esta habitación y la propia

Luego de volver a su respiración normal, se ubicó mucho mejor en el espacio tiempo espacio al cual pertenecía, miró hacia un lado topándose con la fría muralla y luego hacia el otro con la clara intención de ir a por un vaso de agua que demasiada falta le hacia

Contra todo pronóstico vio como a su lado dormía el estúpido intruso que se coló en su casa, su corazón se detuvo por un minuto ante aquella imagen y sus pulmones parecieron olvidar como capturar oxígeno para su organismo, el rubio descansaba como hace tanto no le veía dormir e incluso estuvo tentado a besarle en aquel momento, pero claro, su orgullo no se lo perdonaría

Dio un suspiro pensando en por que a él le pasaban ese tipo de cosas, pues aun no entendía como aquella tentación se aparecía junto a su cama de forma tan despreocupada y rendido bajo pasando con cuidado sobre el rubio que obstruía su pasada con la suficiente delicadeza como para no despertarle e ir hacia la cocina a por un vaso de agua

Aprovecho aquellos minutos para despejar su mente y volver a la habitación de su hermano, no entendía por qué Takuma había ido hasta el cuarto de Zero, si él había preparado ya el propio y el futón de la sala para que durmiera, aun así fingiría que no había visto nada hasta la mañana siguiente cuando lo más probable era que no vería a ese rubio entrometido en su territorio

Llegó hasta la habitación y repitiendo el proceso quiso pasar por sobre el chico que aun dormía para volver a su lugar, siendo detenido en medio de su acto, cayendo sentado con una pierna a cada lado de la cadera del rubio que sostenía la suya con ambas manos y le miraba con firmeza. Ahora no podría hacer como si no hubiera visto nada

-¿Dónde andabas?- pregunto el rubio escrutándole con aquel par de ojos verdes que tanto le gustaban ¿ese maldito que derechos se estaba otorgando? Pensó de forma venenosa

-No tengo que contestarte- respondió con su semblante más normal  cruzando los brazos sobre su pecho a pesar de que su cuerpo temblaba ante la posición en la que estaban en este momento

-¿Por qué me dejaste solo?

-Se supone que debías estar en mi cama o en el futon- rebatió evadiendo su pregunta

-No quiero estar solo

Y ahí iban de nuevo, cada vez que parecía que podía tener algún tipo de esperanza, él le decía cualquier palabra que echaba por la borda todas sus ideas, sabía que si se quedaban así nada bueno terminaría ocurriendo y pensando que la huida en ese caso sería la mejor opción, a regañadientes se soltó del agarre del mayor para salir de la habitación

-Si quieres dormir aquí no me importa- dijo nada más salir del cuarto

Fue a la sala, pero no quiso dormir en el futon y termino recostándose en el sofá dispuesto a descansar por el resto de la noche, hasta que sintió como unos brazos rodeaban su abdomen y le otorgaban el calor que llegara a hacerle falta

-¿Qué estás haciendo?- exclamo completamente molesto por lo que estaba pasando, mirando al rubio que también se había levantado para aferrarse a su espalda, trato de zafarse del abrazo de Takuma pero aunque no quisiera, el rubio tenía más fuerza el- ¡Vete al futon!

-No quiero- respondió con tranquilidad mientras estrechaba más el contacto entre ambos, haciendo que cada fibra de su espalda se fundiera con el pecho contrario, poniéndole a mil en cosa de segundos

Maldijo por lo bajo, siendo consciente de que aun así lo más probable es que haya sido escuchado y haciendo trabajar sus neuronas a mil por hora decidió apartarle de un empujón y bajarse del sillón, para dormir en el futon. Ya no estaba cansado, pero tenía que mantener las apariencias de que así era

Se cubrió con la manta y preparo nuevamente para conciliar el sueño, pero en el mismo momento en que estaba comenzando a lograrlo, sintió nuevamente como su ser era acunado en esos brazos tan fuertes que deseaba con todas sus fuerzas

No entendía por qué Takuma era tan injusto con él, porque le hacía sufrir de esa forma tan dolorosa, buscándole para darle esperanzas sin sentido. Quiso golpearlo por eso, por ser tan insensible, por no pensar un poco en su persona, pues aunque no lo aparentaba él también era humano, sufría igual que todos aunque lo escondiera y pasara lo que pasara seguiría siendo así siempre

Sin ánimos de querer continuar con aquella pelea estúpida, y sin intenciones de cumplir los caprichos del oji verde se despegó nuevamente de aquellos brazos que se ofrecían para acunarlo y levantarse para irse a encerrar a algún cuarto y terminar de una vez con todo ese embrollo producido por los sentimientos rotos del intruso

-No te vayas- suplico el rubio esta vez pescándole de un brazo y devolviéndole hasta el, haciendo que el peli plata quedara sentado a horcajadas sobre el nuevamente

-Suéltame- ordeno sin siquiera mirarle, tenía una expresión bastante agria, una expresión que era la pantalla para esconder su dolido corazón

-¿Por qué no quieres quedarte conmigo?

-¡Y encima lo preguntas!- exploto ya harto de toda esa comedia que estaban llevando tratando de soltarse sin resultado alguno- ¡cómo puedes ser tan insensible idiota! ¡Vienes cada vez que te votan a ahogar tus penas aquí! Sin que nadie te lo ofrezca, sin pedir permiso a nadie, ¡te apareces en medio de la noche y desapareces a la mañana siguiente como si nada! ¡Me entrometes en tus estúpidos asuntos y me molestas sin que pueda quejarme!

El rubio le miro en silencio con expresión seria sentándose sobre el futon con el aun encima y mirándole fijamente, escrutándole con la mirada, esperando a que se desahogara por completo para volver a intervenir

-Te odio… eres tan egoísta- sollozo ya rendido el más joven, harto de lo que llegara a pasar- solo… déjame en paz

-No quiero- contesto atrayéndole a si para rozar con suavidad aquel par de labios ajenos que normalmente se le mostraban con una mueca de reclamo, fruncidos y enojados, pero completamente sabrosos

En un movimiento lento y sin cerrar sus verdes ojos, preparado para el rechazo que nunca obtuvo cerro cualquier espacio que les separara y le beso, probando el sabor del cazador que le envolvía de a poco, pero se negaba a corresponder. Una lágrima cayo desde la mejilla de Ichiru, el cual más molesto que en un principio se separó bruscamente de aquel contacto que le había hecho tan feliz por un breve instante y en movimiento rápido abofeteo el rostro de su intruso que le miro con la misma expresión apagada que le veía siempre que se aparecía por ahí

-Lo siento- susurro cubriendo la zona golpeada y desviando la mirada apenado por su acto impulsivo

-Me gustas- dijo de repente tomando desprevenido al chico que aún estaba bajo el. Le miró con el ceño fruncido y le hablo con el mismo tono despectivo que siempre usaba para referirse a él, que estuviera diciendo algo tan importante no quitaba el hecho de lo molesto que estaba- me gustas más que como amigo…- soltó asombrado por la firmeza en sus palabras - pero primero que todo eso soy tu amigo, y siempre estarán las puertas abiertas para cuando necesites un techo en el cual estar, sin embargo, eso no significa que te dejare hacer lo que quieras conmigo porque te botaron de nuevo

-Ichiru… yo

-Tu no sientes lo mismo- le cortó aun con la mirada altiva y decidida- tu solo me vez como la salida a tus pesares por esta noche. Pero yo no estoy dispuesto a ser el sustituto de la puta esa de Sara o de Shiki, no voy a ser tu remplazo

Se levantó de nuevo sin importar lo que llegara a decirle el rubio, y con todo el orgullo que aún le quedaba se fue hasta su pieza, decidido a excluirse ahí, hasta que su hermano y Kuran volvieran de su cita de fin de semana.

Iba a cerrar la puerta cuando sintió como una persona le empujaba y arrinconaba en la pared. Maldijo nuevamente al rubio y se dio la vuelta quedando frio con lo que veía, nunca le había visto de esa forma, era una expresión completamente distinta y que no sabía cómo asimilar, era un brillo en sus ojos que nunca antes había visto y temía con todas sus fuerzas que fuera lujuria

-No te dejare huir- exclamó tomándole posesivamente de su brazo izquierdo, lastimándolo fuertemente

Le miro con la furia contenida durante toda su semana, tuvieran que ver con ese rubio o no, ya solo quería expresarle el odio que tenía y que así le dejara en paz de una buena vez. Dejo de forcejear, dándose por vencido con ese tipo de estrategia, y por el contrario intentaría usar la lógica para que le soltaran de una buena vez

-¿Qué piensas hacer?- pregunto con la voz menos cargada de rencor que pudo pronunciar

-Quiero hacerlo- ¡Qué diablos pasa por tu cabeza!

-No

-¿Por qué?-  miro aquel par de esmeraldas que parecían estar pegadas a su rostro evaluándole por cada segundo y no pudo evitar concentrarse en la mirada seria y decidida que le estaba dando- ¿Cómo podía ser tan desconsiderado? ¿Acaso no se daba cuenta de lo que estaba pidiendo?

-Porque no quiero ser tu amigo de cama- le respondió de la forma más simple que pudo formular

-Dijiste que te gustaba

-Pero eso no significa que te dejare hacer lo que quieras, estúpido- le riño aun con su rostro enojado

Por un momento vio un brillo de furia en la mirada del vampiro, pero no pudo hacer nada más, pues de un solo empujón le hizo caer sobre su cama posicionándose sobre el para evitar su escape

No hacía falta imaginarse lo que vendría, lo sabía de sobra, pero no había visto nunca a Takuma con esa expresión tan decidida y seria, parecía un animal salvaje que le destruiría si intentaba oponerse, no le gustaba eso, pero no era tonto como para no ver que no tenía escapatoria

Sintió el peso del contrario sobre el suyo, sus labios apresar los propios, le sintió acariciar su torso, pero todo aquello le pareció tan vacío… tan amargo y tan despreciable en contraste con todas las veces que había imaginado aquel momento en la que no solo fuera sexo, sino que algo mucho más profundo… un algo que no tendría

Esa lengua anexa, invadió su cavidad recorriéndola y marcándola con su esencia, quitándole el aire y dejándole los labios completamente hinchados y adoloridos

-Ichiru…- susurro su nombre en su oído, haciéndole perder el aire en cosas de segundos, quería que eso terminara pronto, porque aunque su cuerpo reaccionaba a cada roce de sus cuerpos su corazón se deshacía en miles de pedazos que ya no podría juntar

Iba a decir algo, pero en su lugar un gemido escapo de sus labios al sentir aquella lengua recorrer su lóbulo, lamiéndolo y mordiéndolo, haciéndole cosquillas

Su camiseta había desaparecido en el proceso y su pantalón estaba a medio desabrochar, su cuerpo, respondía con descargas eléctricas para todo su sistema nervioso, por cada caricia que recibía por sobre la ropa o su pecho desnudo. Aquella boca ahora atacaba su cuello para detenerse en su clavícula, morderle hasta dejarle adolorido y seguir su recorrido, aquellas manos que recorrían su espalda, delineando sus músculos no tan sobresalientes y reconociendo cada uno de ellos

-Ichiru…- ¿Qué mierda quería ahora? Cómo podía ser tan cabezota de no darse cuenta que apenas podía mantenerse cuerdo y el seguía llamándole por estupideces, intento abrir sus ojos llorosos, pero no malentiendan, no eran lágrimas de alegría o dolor, sino que la impotencia que sentía no sabía por dónde salir e intentar mantener su atención fija en él. Pero solo sintió como él tomaba sus temblorosas manos y las dirigía hasta su entrepierna, asustándole por lo que podía palpar en aquellos momentos- tócame tú también

Un nuevo jadeo escapo de sus labios, sintiendo aquel palpitante trozo de carne que le pedía atención y que instintivamente comenzaba a estimular, mientras que el rubio terminaba de retirar toda su ropa sin ningún tipo de dificultad. Su mente no pensaba, no razonaba, solo se dejaba sentir

Se sentía estúpido por como todo eso estaba pasando, el no tenían ningún tipo de iniciativa, mientras que el contrario parecía tener claro qué lugar tocar para hacerle ver estrellas en un dos por tres

Ya no era capaz de retener su voz, su orgullo había sido pisoteado por aquellas hábiles manos que le recorrían por completo y aquellos ojos que le miraban completamente extasiados y descontrolados

Su mano seguía intentando estimular el miembro del rubio que a cada segundo parecía más grande y abultado, haciendo que el propio comenzara a despertar también

Tenía la esperanza de que todo terminara cuando Takuma llegara al final, que no culminarían todo aquello, y que algo de su amor propio quedaría intacto. Pero a pesar de que sintió el fuerte jadeo del rubio sobre su oído, el líquido viscoso que envolvía su muñeca y el peso del cuerpo laxo del mayor sobre el suyo, no podía dejar de temblar

Pasaron unos minutos en los que se quedaron en absoluto silencio, en los que él se dedicó a jugar con esos mechones rubios perlados en sudor que seguía adorando tanto, la respiración agitada del mayor comenzó a calmarse de a poco, mientras que su vergüenza crecía por el hecho de estar completamente desnudo ante ese vampiro que solo tenía los pantalones a media pierna y la ropa completamente arrugada

Y aun así el rubio luego de calmarse un poco volvió a levantarle, besarle con brusquedad y acariciar cada rincón de su cuerpo como si sus energías nunca se hubieran desvanecido

-Detente….- trato de implorar en medio de su respiración irregular, esperando de que alguna forma todo eso terminara de una vez

-No quiero- respondió con tono imperativo mientras volvía a aprisionar sus labios adoloridos y creaba un nuevo juego con su lengua en un beso que fue incapaz de rechazar

En el momento que logro recuperar el aire perdido aquellos fuertes brazos lograron voltearlo en un movimiento rápido, dejándolo de espaldas a él y antes de que lograra realizar algún tipo de movimiento, sintió como sus caderas fueron alzadas y un dolor enorme recorría toda su zona lumbar

-¡Ah!- su espalda se arqueo por completo al sentir como su cuerpo era invadido sin consideración alguna, el dolor era horrible… no le había siquiera preparado, pero al menos no comenzó a embestirlo de inmediato- duele….- logro balbucear evitando que otra lagrima traicionera rodara por su mejilla mientras intentaba moverse lo menos posible para así mitigar el dolor

-Relájate- le dijo suavemente al oído, mientras se encargaba de acariciar su espalda para intentar calmarle- si sigues así de tenso dolerá mucho mas

La sangre comenzó a hervirle como un volcán al escuchar aquella frase, no sabía si sentirse avergonzado o colérico por el hecho de estarle dando a entender que no era la primera vez que hacia eso. Pero de todas formas, intento hacerle caso y comenzó a dominarse para relajar sus músculos y poder respirar con normalidad

Extrañamente una vez que estuvo completamente relajado sintió como aquella sensación de invasión comenzaba a agradarle e incluso a gustarle moviendo involuntariamente su cadera en busca de más contacto

Una sonrisa suave recorrió el rostro del rubio, la cual no fue vista por el por el hecho de estar de espaldas mientras que comenzaba de forma lenta y pausada una serie de penetraciones

Las manos del chico de ojos tanzanita se aferraron con fuerza a las sabanas mientras intentaba aguantar con toda su fuerza de voluntad los alaridos que necesitaba liberar, aquello le estaba volviendo loco, y sabía que no sería capaz de soportarlo por mucho tiempo

-No… n-no… ahí no- trato de pedir al sentir como un punto extraño era tocado en cada estocada del rubio y la estimulación de su miembro iba en aumento, la temperatura empezaba a subir en medio de ambos y parecía que en cualquier momento llegaría a explotar

-¿Se siente bien?- pregunto con esa risa juguetona que solo el sabia usar mientras besaba su espalda sin dejar desatendidas sus otros dos puntos de atención

En medio de esa oleada de sentimientos y lujuria Ichiru no soporto más y en medio de la contrición de la mayor parte de sus músculos término en la mano de su amante espontaneo, cayendo rendido sobre el colchón que le pareció mucho más suave de lo normal

-Ichiru….- escucho en medio de la inconciencia que le invadía a ratos y fijando su mirada con la del contrario- aún no hemos terminado

-¡¡¡¿….?!!!- una exclamación muda escapo de sus labios mientras observaba el semblante del rubio que en aquellos momentos le pareció desconocido

Le volteo con cariño y le volvió a sentar en medio de sus piernas, saliendo lentamente de su cuerpo y sentándose en el respaldo de la cama para poder estar más a su altura, solo en ese momento se había dado cuenta de que Takuma no había terminado en su interior y en una mirada rápida se dio cuenta de que la protuberante erección del rubio aún estaba presente

Con una mano Takuma le rodeo la cintura y lo atrajo más a él, le beso de una forma mucho más dulce y tierna de lo que había hecho hasta ahora y con la mano libre junto ambos miembros para comenzar a frotarlos entre sí.

Rendido ya por la falta de juicio que le quedaba en aquellos momentos no se preocupó de esconder sus gemidos que eran incapaces de quedarse en su garganta que era el lugar al que pertenecían, contagiado por la locura del momento se dejó besar sumisamente y movía su pelvis con la única intención de juntar más sus miembros y hacer crecer la nueva erección que sobresalía de sí. De un tirón rasgo la camisa de Takuma y la lanzo a algún lugar de la habitación para poder recorrer ese cuerpo que se le mostraba a su merced

-Takuma… ah… ah… ya… ya… no lo soporto- logro pronunciar entre jadeos sintiendo que nuevamente terminaría en la mano del mayor

El rubio le dio un beso rápido y le dedico la mejor de sus sonrisas mientras volvía a levantar las caderas de Ichiru, el cual volvió a recibir el caliente miembro del mayor con menor incomodidad que en un principio

Abrazándose por completo a su espalda y teniendo cuidado de no lastimarle por completo trato de seguir el ritmo de las embestidas que el rubio había puesto, dejando salir ambos una serie de exclamaciones, jadeos y gemidos que ya ninguno era capaz de aguantar

Fundiéndose con el cuerpo ajeno y entregándose por completo entendió que no faltaba mucho para que llegara a terminar y luego de que las embestidas aumentaran su velocidad y alcance, tocando un punto de su interior que le hacía imposible estarse callado sintió como su cuerpo ya no soportaba tanto placer y dejaba que su esencia se derramara en los vientres de ambos y sintiendo como Takuma terminaba en su interior produciendo que un escalofrió delicioso recorriera su medula

Esta vez ya no pudo más, el cansancio acumulado, más el esfuerzo físico que produjo toda aquella actividad se sintió gelatina y se dejó caer sobre el pecho del mayor que había quedado igual de agotado recostado sobre la cama

-Eso fue…- intento decir acariciando sus cabellos plateados llenos de sudor e intentando regular su respiración

-Solo… no digas que fue un error- le interrumpió con el mismo tono que había usado toda esa noche- si lo dices juro que te mato

Una risilla bajita escapo de los labios ajenos, mientras se encargaba de dejarle recostado sobre la cama y acercarse para besar suavemente sus labios antes de mirarle con una ternura que nunca había demostrado y rodear su cuerpo con delicadeza

-Iba a decir me gustó mucho- ante la mirada fulminante que recibió por parte del peli plata continuo- que fue algo que solo los dos pudimos compartir

Eso ultimo no termino de comprenderlo por completo, pero cuando iba a pedir una explicación más exacta ambos cayeron rendidos ante el sueño que a ambos tanta falta le hacia

…***…

Ya no había lluvia afuera, la luz del sol se colaba por cada rincón que encontraba y el clima era agradable, pero la culpa de todo lo que dejo que pasara la noche anterior comenzaba a pesarle de repente

Había sido bizarro en un principio, pero a la vez perfecto, había sido hermoso… pero el dolor y miedo que sentía en aquellos momentos era más fuerte que cualquier otra cosa, la culpa y la incentivación de que algo estaba mal. Simplemente no quería hacerse falsas ilusiones

Ya se había hecho a la idea de que solo había sido sexo para él, y que en aquel momento todo volvería a ser como antes, simples amigos y se sentía agradecido de no haber escuchado algún tipo de mentira por parte de él, pues así su corazón no se sentiría tan herido

Podía sentir su cuerpo adolorido y sus labios hinchados de forma dolorosa, el dolor intenso que recorría su espalda baja, al igual que podía sentir como cada célula de su cuerpo vibraba recordando cada lugar que toco el rubio y como su corazón aún se aceleraba al recordar las escenas que vivió la noche anterior, tenía pensado en almacenar aquel recuerdo como uno de los más significativos en su vida… pero no como una esperanza para su amor unilateral

Estiro su cuerpo nostálgico de alguna forma por saberse solo a pesar de que no había mirado otra cosa que no fuera la ventana junto a su cama, pues tenía claro que como siempre… parecería que nada sucedió

-Mmnh….- sintió removerse en medio de las sabanas sin saber quién podría ser

Nervioso e impactado desvió la mirada hasta el lugar que se había movido sorprendiéndose completamente con lo que encontró

Con todas sus fuerzas quiso convencerse de que no era una mala jugada de su imaginación, que aquella imagen era tan verifica como su cuerpo deseaba. Tomo uno de los cabellos dorados para salir de su ensueño y asegurándose que era tan real como imaginaba, haciendo que los colores subieran a su rostro

-Estúpido…- susurro lo suficientemente bajo como para saber que solo él podía escucharse, mientras una sonrisa recorría su rostro

El brazo que le rodeaba por la cintura junto a la imagen tan calmada de aquel chico durmiendo le hizo sentir muy feliz, aunque aún temía que todo fuera por un error del mayor, quería imaginar que estaba ahí por él y no por haberse quedado dormido

-Terminé con Sara…- escucho decir nuevamente de aquel chico medio dormido que murmuraba solo- Ichiru… “Quédate conmigo”

Es lo que creyó… o más bien lo que quiso escuchar, pues no había salido sonido alguno de aquel par de labios que habían vuelto a cerrarse. No sabía que decir, que pensar o que hacer y simplemente en medio de su confusión se limitó a volver a acomodarse entre las cobijas, pensando que tal vez no todo era doloroso… quizás una puerta hacia la felicidad se habría hacia él y la aceptación de sus sentimientos era escuchada… quiso pensar que todo podría mejorar y se quedó así hasta volver a quedarse dormido

Lo que no supo fue que apenas volvió a cerrar sus ojos el abrazo del rubio se estrechó mucho más para acunarlo en su pecho, mientras que un despierto vampiro le besaba suavemente la frente antes de volver a recostarse con una sonrisa sincera que hace tanto no esbozaba, sintiéndose mucho más lleno de lo que había querido imaginar con los amantes que busco para poder olvidar a cierto peli plata que creyó jamás llegar a conquistar

Notas finales:

Es un capitulo unico que queria escribir hace mucho!! encuentro muy tierna a esta pareja... pero bueno, le quite las partes mas aburridas para que no se latearan tanto leyendo

Nos leemos en otra ocasion ;)

Cuidense y ojala les haya gustado


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