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El principe que se enamoro de otro principe. por Lady Nostalgia

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Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a Shingiku Nakamura.

Martes

---3:30 pm---

-Joder…ya…ya no siento las piernas-quejumbroso estaba el castaño, él ya hacía en una posición bastante incomoda desde hace varias horas, su manos estaban encadenadas pero podía moverlas, en completa oscuridad de la habitación jadeaba de terror, la tranquilidad para el ojiverde era una palabra que creía nunca volvería a tener sentido. Su rostro que era como porcelana parecía haberse perdido gracias a una marca de puñetazo en la cara, seguido del cuello lleno de mordidas demasiado profundas, el color rojo parecía tan intenso que cualquiera apostaría que con un simple roce aquel hombre gritaría de agonía.

Sentía que su cuerpo entero estaba sucio, su camisa blanca estaba manchada de mugre de aquel sótano, sus jean’s  que hace tiempo se veían de la mejor calidad, pues él usaba solo ropa de marcas prestigiosas, ahora estaba roto de muchas partes, el cabello un poco tieso debido al sudor, y en su rostro una expresión de inestabilidad.

-Creo que debo descansar un poco…tal vez ayude a sentirme mejor…después de todo ÉL no está- con pesadez empieza a cerrar sus ojos y a relajar los músculos de su cara, su respiración poco a poco se hacía tranquila para terminar cayendo en los brazos de Morfeo.

---8:15 pm---

Con algo de inquietud abrió los ojos, más opacos que nunca, ese verde esmeralda estaba perdiendo cada vez más su brillo, paso saliva por su seca garganta, estornudo debido al frio que empezaba a aparecer en la habitación, ahora si todo ya era absoluta oscuridad la vela que había antes se ha derretido por completo, el cuerpo le daba comezón, y él se retorcía encima del frio suelo; con claridad escucha unos paso que se acercan, ese era el ruido más siniestro que había escuchado en toda su vida, un rechinido del piso de madera indicaba más la cercanía de aquel monstruo, sí, porque para Onodera Ritsu esa persona era un monstruo, una abominación, algo de lo que siempre anhelaba escapar.

-Ya llegue, ¿Cómo estás? – tras haber cerrado con llave la puerta del sótano, ilumino la habitación con unas velas nuevas y caminaba hacia el indefenso hombre que yacía en el suelo amarrado de los pies de una manera brutal si no aflojaban un poco las sogas se le iba a cortar por completo la circulación, seguido del nudo había un lazo se aferraba a la pared, Ritsu se sentía como un perro que el dueño venía a ver cuando llegaba de trabajar, mas este perro nunca recibía de noble manera a su amo.

-Siempre tan cínico ¿no?- ¿cómo tenía los huevos como para preguntarle eso? se le hacía de lo más increíble la locura de aquel sujeto, este solo rio un poco y trato de acariciar la cabeza de Onodera, el cual en un intento de evitar cualquier contacto la ladeo-

-Y tú siempre tan frio… -el sujeto en cuestión giro su rostro observando detenidamente el lugar y a la víctima también- No comiste de nuevo… ¿Por qué eres así? ¡No debes descuidar tu alimentación! Mírate, cada vez más flaco ¿Acaso siempre tengo que vigilar que comas?- pronunciaba mientras acercaba la comida que había preparado para ese día, un espagueti, trato de darle de comer a el castaño pero este en un arranque de ira le escupió en la cara y grito sacando varias lagrimas

-¡Estás loco! ¡Eres un demente! ¿En serio planeas que coma? ¿En estas condiciones? ¡Maldito! Ya déjame ir…no sé cuánto tiempo llevo aquí, si no me sueltas no comeré nada, no pienso tragar lo que hayas preparado tu- el victimario solo se levantó de donde estaba sentado, con una servilleta limpio la comida que Ritsu le había arrojado al rostro, la quito con suma tranquilidad, eso era algo que a Onodera lo sacaba de quicio, el que esa persona mostrara una actitud tan tranquila

-Ha…Onodera solo llevas 2 días aquí no hagas rabietas de niño, sabes que solo te deje las manos libres para que pudieras comer así que debes hacerlo…si no comes…-el “monstruo” tomo el mentón de Ritsu haciendo que lo mirara, se notaba como aquel fino rostro ya había perdido calidad, beso con extrema delicadeza el moretón y apretó el agarre de sus manos- …le podría pasar algo a tu esposa, ella sigue comiendo y mis instrucciones para que tu estés bien, tu haz lo mismo por ella quieres…

Los ojos verdes sin brillo mostraban pánico y desesperación, no dejaría que le pasara nada a aquella mujer, la quería, eso era más que obvio y por eso él haría lo que fuera porque aquel monstruo no se atreviera a hacerle algo, daría su cuerpo si era necesario pero no permitiría que tocara a aquella que consideraba su mejor amiga.

-Deja a An en paz…-cerro los ojos y su cuerpo empezaba a titiretear, escurrieron de repente y cayeron en las manos del secuestrador 2 lagrimas-  No la lastimes…te lo ruego…de-déjala ir…ella no merece esto- el victimario entro en crisis tras ver las lágrimas y boto el rostro de Ritsu, su rostro expresaba furia, rompió con el pie el plato de espagueti.

- ¡¿Cómo es que lloras por ella?! ¡Tú no la amas! ¡Tú me amas a mí! Ella no merece tus lágrimas, ¿Por qué no lloraste por mí? –él enojado monstruo se empezaba a marchar de la habitación con rapidez, seguramente a descargar su ira contra aquella señorita de apellido Kohinata que se encontraba en alguna habitación cercana a la de Ritsu, el castaño ante la desesperación grito…

-¡No!…por favor…no me dejes….co-comeré…a-ayúdame a comer por favor, no tengo fuerza en mis brazos y no puedo- El sujeto detuvo su marcha se giró sobre sí mismo, y con una sonrisa de aquellas brillantes que solo él sabe lucir respondió.

-Está bien Ritsu…iré por algo…el espagueti ya no sirve, preparare sopa miso y un poco de carne, te ves muy  pálido y no quiero que dejes de ser guapo así que me daré prisa, después…-enfoco de una manera más sádica el cuerpo de Onodera y con voz aterciopelada dijo- Te ayudare a limpiarte…-cerro lentamente la puerta y tras de ella se escuchaba como se colocaba un seguro, Ritsu apenas saliendo del estado de crisis al pensar que su mejor amiga le podría pasar algo tomo una gran bocanada de aire, sollozaba sin moverse preguntándose cuando llegaría el momento en que los salvaran.

Después de media hora llego el secuestrador a la habitación, con la comida prometida, se acercó al hombre de 29 años –Ya es hora de cenar Onodera, déjame te ayudo- enfrió con su aliento la sopa y Ritsu de manera seca la aceptaba en la boca, su mirada estaba perdida, él sujeto se deleitaba observando como aquel chico comía, el poder mirarlo era algo que le llenaba hasta cierto punto, pero siempre quería más que eso, después de que terminar de comer ritsu estornudo lo que provoco preocupación al victimario- seguro que te me enfermas si sigues durmiendo en el suelo…siéntete libre de usar la cama-decía mientras sacaba de una bolsa de plástico una pijama y una venda- Te amo pero…apestas -se acercó al ojiverde y este ante eso empezó a temblar de miedo y a suplicar que no le hiciera nada- Cálmate…solo te llevare a la ducha…no te haré nada, lo prometo, hoy comiste así que te dejare bañarte tranquilo- deshizo los nudos y las cadenas, Ritsu no podía caminar mucho menos correr, su piernas estaba demasiado débiles todavía, entumidas por la posición en la que había estado, así que el sujeto lo tomo en brazos al estilo princesa y lo encamino a un pequeño baño que había en ese mismo cuarto, lo condujo hasta la tina, cuidadosamente lo dejo a un lado y se dispuso preparar el agua rápidamente, al terminar le indico al castaño que entrara al agua

-¿Podrías irte?…me gustaría privacidad para poder ducharme…-el secuestrador solo rio ante la petición del castaño.

-Vamos…¿te da pena que vea tu hermoso cuerpo?...ya lo he visto infinitas veces asi que no tienes por qué apenarte ¡Anda!- grito de forma más brusca- ¡empieza a bañarte!- Onodera ante tales palabras no le quedo opción más que comenzar con la orden, y temblando se despojó de su ropa para introducirse en el agua, aunque lo intentara no podría pelear en ese instante con ese hombre, estaba demasiado débil y no quería que ante el intento de huida su secuestrador le atacara así que mejor opto por continuar bañándose ante los ojos más intensos que podría a ver sentido en toda su vida, después de eso todo fue más rápido, termino y le ayudaron a vestirse y salieron del baño para que lo recostaran suavemente en la cama.

-No…¿No me vas a amarrar de nuevo…?-pregunto de forma tímida el ojiverde, ante esa pregunta el secuestrador solo le sonrió de manera suave y le negó con la cabeza, lo miro a los ojos enviando algún tipo de mensaje, algo que Onodera no entendía, algo que lo incitaba a pensar que quedaba un poco de cordura dentro de aquel hombre, fue besado ligeramente en la frente y encerrado de nuevo, dentro de aquella oscuridad haciéndose pequeño entre las sabanas esperando que ocurriera algún milagro y fuera liberado de tan horrible experiencia, rezando por la liberación suya y de su esposa.

El hombre que salió de la habitación caminaba hacia otra de esa grande casa, se había colocado un artefacto en la boca y una máscara que le cubría todo el rostro, con una vela en mano entro en una cuarto igual cuidado que el de Ritsu, cadenas, un baño y una cama, en la cual estaba una mujer de unos 28 años arrinconada en una esquina del mullido colchón, parecía como si estuviera rezando, y ante la intromisión del sujeto esta salto del susto.

-Kohinata-san…-La voz del secuestrador le ira indiferente a An, aquel artefacto podía cambiarle la voz a una más grave- Veo que usted si comió…buena chica- tomo con tranquilidad los trastes que había en suelo- mañana ya servirá la regadera de aquí…así que podrás darte una ducha y…

-¡¿Cómo esta?!...¡¿Cómo esta Ritchan?!- la chica de cabello castaño claro titireteaba de miedo y desesperación, su rostro estaba sucio, tenia la nariz y las mejillas rojas ya que estaba haciendo mucho frio pero no se animaba a tomar cobija alguna.

-Él está bien…ya comió como tú, si siguen portándose bien…tal vez tengas una recompensa, tapate bien…ya empezó el invierno, sería una molestia que te enfermaras…no querrás preocupar a Onodera- An…solo bajo la cabeza y se hundió un poco en la cama, ¿Cuándo llegaría el momento en que los sacaran de esa horrible oscuridad?-Sin duda sigues pareciendo una princesa a pesar de la apariencia que tienes ahora…¿siempre te ves bien no? pero lamento decirte…-El hombre se fue acercando lentamente a la chica de ojos miel la cual tenía un rostro distorsionado del miedo, la tomo del cabello de manera un poco brusca, mas ella no grito…sabía que eso no tenía caso

- No se necesita una princesa en esta historia.

 

---12:00 pm---

-Agh...que cansancio-un azabache frotaba su cien recostado en el sofá, preparo café y cuidadosamente se sentó en el suelo, con desgano agarro un manoescrito y se dispuso a trabajar, termino cerca de las 2 de la mañana, ya había terminado su trabajo y tomaba lo último que quedaba de café en su taza, prendió brevemente la televisión mientras, en un canal estaban repitiendo las noticias de ese día.

-Entre las noticias más destacadas de la semana, el secuestro del joven matrimonio Onodera sigue en investigación, no han podido hallar alguna pista, el resto de la familia de la edición Onodera esta devastada y no hayan consuelo en nada, los detectives a cargo de este caso irán a entrevistar gente del antiguo trabajo de Ritsu Onodera, En publicaciones Marokawa con la esperanza de encontrar alguna pista- la taza que el azabache sostenía con las manos temblaba, y de pronto solo se estrelló contra el suelo, esparciendo el café amargo sobre el suelo de madera.

-Ritsu…mi Ritsu…mi príncipe mimado…-tapo con la mano derecha su boca, no había expresión en su rostro, solo cubría su cara, sudo en frio e hizo tronar su dedos, la sala apestaba a café, licor y tabaco, Masamune tenía una apariencia dejada… el ciclo y “otros esfuerzos” le cobraba factura a su cuerpo, principalmente debajo de sus ojos, cargaba consigo grandes ojeras.  

-Debo limpiar esto…-rápidamente comenzó a recoger los pedazos de taza y se cortó levemente un dedo, no le dio mucha importancia y siguió con los trastes que tenía en el fregadero…parecían ser muchos para ser de una sola persona, poco después dejo la sala y se dirigió a su nueva habitación, hace poco más de 3 meses se había cambiado de casa, ya no vivía en aquel departamento que tantos recuerdos le traía, consiguió con sus ahorros una gran casa en una buena zona de Tokio.

Encogiéndose en las cobijas el editor en jefe de esmeralda fue quedando dormido, esperando estar renovado para el trabajo, en la mañana irían los investigadores a Marokawa y apostaba que le haría muchas preguntas, seguro se le irían encima al saber que él era el ex jefe de Ritsu, no quería lidiar con preguntas…él solo anhelaba estar siempre con su hermoso príncipe de ojos verdes.

Notas finales:

He aqui el primer cap :33 espero les guste ^^ subire conti tan pronto me llegue inspiracion XD


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