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Compañeros de cuarto por Soffik

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Notas del fanfic:

Me presento, soy SoffiK y me voy a encargar de la traducción del fanfic en inglés "Roommates" de FastForward. Este fic es de mis favoritos y por esta razón me gustaría que aquellas personas que no lo conozcan o quienes no pueden leerlo por no tener pleno conocimiento del inglés, puedan leerlo. Pueden encontrar al fanfic original en [ https: //www. fanfiction. net/s/2863275/1/Roommates ] (Borrar los espacios sobrantes)

(por cierto, voy a colocar las notas de la autora, traducidas obviamente)

Notas del capitulo:

N/A (Nota de la Autora): Yo! ¿Qué onda, todos? Sólo voy a decir unas cuantas cosas que creo que debo mencionar antes de empezar.

Primero, no hablo japonés (triste, lo sé. Duele). Por lo tanto, he optado por no hacer el ridículo y escribir simplemente todo en inglés. Así que no va a haber sufijos en ningún nombre, y ciertas palabras han sido cambiadas a su equivalente en inglés.

Dobe – Perdedor
Usuratonkachi – Imbécil
Teme – Bastardo

Segundo, esto es un UA (universo alterno). Iba a hacer que se desarrolle en Estados Unidos, o incluso en Japón, pero como no conozco como son las universidades allí, ni tampoco sé que es lo que ellas ofrecen y eso, cedí y esto toma lugar en Canadá en una universidad que conozco (UBC). Ellos no van a entrar en temas muy patrióticos o cosas relacionadas de todas formas, así que realmente no importa, sólo pensé que deberían saberlo.

Tercero, me gustaría agradecer a mi demente, horripilante y aun así, increíble Musa, Frack. Ella ayuda a que me surjan ideas extrañas, y en cierto modo intenta engañarme para que la historia se moldee a su propio gusto, lo cual, algunas veces hago, hasta cierto punto. Odio decirte esto, pero, Frack, ¡Hayate está muerto y no va a volver! ¡Déjalo ir!
Ahora que dije todo esto, espero que disfruten la historia.

Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a K. Masashi. La única cosa que me pertenece es la trama. No estoy sacando ganancias de esta historia, así que no me demanden, porque no van a conseguir nada. Gracias.
Alertas de cosas que van a pasar. No ahora mismo, pero eventualmente:
- Yaoi. Si no te gusta, no lo leas.
- Groserías. Toneladas y toneladas de groserías. Kiba tiene una boca sucia.
- Auto-mutilación. Por esto, me refiero a intentos de suicidio y hambruna auto-infligida.
- Muerte. Tristemente, si, las personas mueren.
- OOC. Puede pasar algunas veces, y lo siento. Voy a tratar de no hacerlos muy OOC, pero estoy seguro que Sasuke va a estarlo algunas veces. Y Genma... MUY OOC... Me divertí mucho cuando lo escribía...

Perdón, esto fue muy largo. Disfruten.

"Aw, por dios, abuela." Naruto Uzumaki frotó la parte de atrás de su cabeza, mirando fijamente la carta que tenía en sus manos. "Lo hiciste a propósito."

 

Hitomi Uzumaki le sonrió a su nieto, con un aire de inocencia en ella, "¿A qué te refieres?"

 

"No digas eso, ¡sé que le pediste a Tsunade que haga esto!" Naruto la señaló con su dedo índice. La carta en sus manos se arrugó.

 

Hitomi simplemente continuó sonriendo. Después de todo, no era su culpa que Tsunade Sannin fuera la presidenta de la Universidad de Columbia Británica (UBC). El hecho de que ella considerase a Naruto como su propio nieto ciertamente tampoco era su culpa. Y— bien, quizá que las dos hayan tomado el té mientras discutían el hecho de que estaban preocupadas por Naruto fuera su culpa, ¡pero honestamente! Ella amaba a su nieto y quería que al menos una persona llegase a conocerlo antes de juzgarlo. Y si la única manera era consiguiéndole un compañero de habitación, entonces se lo conseguiría.

 

Naruto soltó un gruñido mientras que se frotaba furiosamente la cabeza con las dos manos. Había tenido suficientes problemas en la escuela, así que ahora esperaba poder tener su propia habitación para escapar de las miradas críticas. No le importaba ya como lo llamasen; eran las miradas las que no le gustaban. Parecía ser que la gente pensaba que observándolo fijamente lo harían desaparecer. Pero, también le daban otro tipo de miradas —las de adoración. Las de amor por el hombre que había sido su padre. 'Había sido' porque estaba muerto. Había muerto matando a un monstruo, salvando y destruyendo la vida de su hijo al mismo tiempo.

 

El padre de Naruto había sido el famoso forense, Arashi Uzumaki, considerado un salvador por la gente al atrapar y matar a una famosa asesina serial. La asesina serial terminó siendo su propia esposa, y se las tuvo que arreglar con dificultad para detenerla de matar a Naruto, antes de agarrarse a golpes con ella. Minako Uzumaki murió en el acto por una herida de bala en el pecho. Y Arashi murió de camino al hospital, apretando fuertemente a su hijo de dos años contra su pecho durante todo el camino.

 

Y entonces, la vida de Naruto fue salvada y destruida, todo al mismo tiempo. Esos que no lo amaban por ser el hijo de un héroe lo odiaban por ser el hijo de una asesina.

 

Y ahora, cuando fuera que Naruto necesitara alejarse para estar solo, no podría. Al regresar a su habitación alguien más se encontraría allí. ¡Tendría más posibilidades de estar solo yendo al baño!

 

"Ni siquiera quiero vivir en la residencia." Murmuró Naruto, arrugando la carta y tirándola hacia la papelera. Navegó sin problema por el aire, aterrizando exactamente en el centro de la papelera, consiguiendo que el rubio sonriera.

 

"Naruto, ya hablamos de esto." Hitomi se sentó con pesadez, apretando el puente de su nariz con el dedo pulgar y el índice. Se sentía muy mareada.

 

Naruto se dio la vuelta para discutir pero sus ojos se agrandaron al ver a su abuela, " ¡Lo siento! Lo siento, abuela." Naruto corrió hacia ella, agachándose frente a ella. "Perdón, no quería amargarte."

 

"Oh, chit. No voy a romperme." Hitomi insistió con una débil sonrisa.

 

Naruto se fue de su lado, apurando el paso en dirección al gabinete cercano a la puerta de la cocina. Lo abrió y sacó varios frascos con pastillas, cogiendo uno de ellos. Volvió al lado de su abuela con las pastillas y un vaso de agua, y se los entregó.

 

"Gracias, Naruto." Sonrió con gratitud mientras que tomaba las pastillas una por una.

 

"Vas a estar bien, ¿cierto?" Susurró Naruto, observándola de cerca, esperando notar algún mal sintoma para poder llamar al doctor. Hitomi agitó su, ahora, mano vacía mientras que terminaba el agua.

 

"Estoy bien, estoy bien." Colocó el vaso vacío en la mesa.

 

"Mira, es por esto que no quiero vivir en la residencia. Tú me necesitas aquí para-"

 

"Necesito que dejes de preocuparte." Hitomi puso sus manos sobre los hombros de Naruto, sacudiéndolo a la vez. "Necesito que te preocupes por ti mismo alguna vez. Toda tu vida se ha tratado de mí. Ahora es tiempo de que todo se trate de ti." Recorrió suavemente con su mano las cicatrices de sus mejillas, haciendo una mueca internamente cada vez que sus dedos se posaban en ellas. "Además," Continuó, animada, " Sólo estarás a dos horas de aquí. Realmente, sólo a una, por la manera en la que conduces." Bromeó. Naruto sonrió con suficiencia.

 

Era cierto. Desde Mission a la UBC, se hacían dos horas si el tráfico no estaba mal. Naruto conducía sumamente rápido, lo cual le permitía hacer el viaje de regreso a casa a la mitad del tiempo estimado, si era necesario, e incluso si no.

 

"Yo sólo..." Naruto calló, regresando a su conversación inicial. “No quiero que me observen todo el tiempo. No quiero que inclusive mi propia habitación esté sumida en un ambiente hostil."

 

Hitomi acarició su cabello y Naruto se abstuvo de seguir alejándose, pero le hizo saber de su desagrado al fruncir los ojos en su dirección.

 

"Eres un gran chico, Naruto." Hitomi insistió. "Es tiempo de que otros también lo noten." Naruto no dijo nada.

 

>Sn<

 

Sasuke Uchiha abrió la puerta de su habitación, mirando a su alrededor con enfado. Un compañero de habitación, pensó con enojo. ¿Por qué mierda tenía que tener un compañero de habitación? Era el pensamiento fijo que entraba en la cabeza de Sasuke cada vez que abría la puerta, aún cuando dicho compañero no llegaba todavía.

 

Sasuke se había mudado una semana antes debido a que él estaba de alguna manera emparentado con un profesor de la universidad, y aquello le daba ciertos privilegios especiales. Su entera mitad del cuarto estaba pulcramente organizada, pero aun así deseaba que lo hubieran dejado tener una habitación individual. Si no fuera por su 'episodio', probablemente hubiera conseguido un cuarto para él solo. De cualquier manera, desde que trató de cometer suicidio nuevamente hace tres meses, su tutor decidió que sería una buena idea conseguirle un compañero de cuarto. Era una manera indirecta de decirle "te estoy viendo."

 

Sasuke suspiró al mismo tiempo que tiraba sus llaves a un estante de pie y cerraba la puerta. Había considerado la idea de poner algún tipo de separador en la habitación, pero no valía la pena el esfuerzo. Tenía que esperar a su compañero para hacerlo. Pero con su hostilidad del tipo háblame-y-te-voy-a-matar, sospechaba que no le tomaría mucho tiempo.

 

¿Por qué la habitación no tenía algún tipo de separación? No lo sabía, pero definitivamente iba a quejarse sobre ello en cuanto llegara el sondeo de los acondicionamientos.

 

 

El celular de Sasuke sonó y pensó ignorarlo, pero sabía que no tenía sentido, ya que eso sólo ocasionaría que el hombre que lo llamaba viniera a ver como se encontraba personalmente. Entonces, suspirando, Sasuke sacó el odiado aparato tecnológico de su bolsillo, abriéndolo antes de pegarlo contra su oído.

 

"¿Cómo estás, Sasuke?" Su tutor le preguntó en su habitual tono de voz monótono.

 

"Bien." Fue la respuesta cortante de Sasuke.

 

"¿La habitación está bien?"

 

"Carece de privacidad." Refunfuñó Sasuke.

 

"Contigo la privacidad es peligrosa, Sasuke."

 

"Dije que no volvería a hacerlo." Replicó Sasuke de la misma manera. Se escuchó un suspiro.

 

"Sasuke, hace diez años que vienes diciendo eso. Ya no te creo más, y si no fuera porque vivimos demasiado lejos, hubiera preferido que te quedaras en casa. Pero como están las cosas, voy a tener que conformarme con que estemos en la misma manzana."

 

Kakashi Hatake era el tutor legal de Sasuke, y lo había sido por los últimos diez años, desde que su hermano mayor Itachi, todavía en libertad, mató a la familia de Sasuke. El primo de Sasuke, Obito había sido el mejor amigo de Kakashi y el padrino de Sasuke, y teniendo actualmente veintiocho años, Kakashi, tras la desafortunada muerte de Obito, obtuvo el privilegio de cuidar a Sasuke. Prácticamente había sido como de la familia para los Uchiha, y Sasuke tuvo la fortuna de que Kakashi fuera tan estimado, de otra forma, tendría que haberse ido con una familia adoptiva en vez de con Kakashi.

 

Por supuesto, no había sido fácil para Kakashi ganar la custodia de Sasuke, habiendo estado a tan sólo un mes de tener diecinueve años, cuando los tribunales habían comenzado a tomar una decisión, su cumpleaños pasó; el caso fue abandonado, y Sasuke se mudó con Kakashi.

 

El ser un chico genio había ayudado a Kakashi, porque él ya estaba en cuarto año de la universidad cuando consiguió la custodia de Sasuke, y un año después, ya era profesor de inglés en la misma universidad: UBC.

 

Durante el año, Kakashi viajaba diariamente a la UBC desde su casa en Victoria, pero eso era porque sus clases las daba desde las once hasta la siete, por lo tanto sí tenía tiempo. Con Sasuke comenzando las clases a las ocho, simplemente ya no era una opción, así que Kakashi había pedido alojamiento en el dormitorio de los profesores para quedarse cerca de Sasuke.

 

Entonces ahora, Sasuke estaba siendo acorralado por no sólo un compañero de cuarto, sino también por su sobreprotector tutor que estaba viviendo cerca de él.

 

"¿Puedo al menos tener mi propia habitación?" El agarre de Sasuke sobre su celular se intensificó.

 

"No, Sasuke. Me aseguré de que te asignaran un compañero que no te moleste mucho. Se supone que es una persona reservada, la mayor parte del tiempo. Se pone ansioso y feliz cuando está cerca de la gente, pero conociéndote, tu mirada amenazadora lo mantendrá lejos."

 

"Exactamente eso, así que... ¿por qué te molestas en darme un compañero si igual voy a ahuyentarlo?"

 

"Porque hace que me sienta más tranquilo." Fue la arrastrada respuesta.

 

"Hn." Sasuke caminó hacia su escritorio y prendió las luces. "¿Hemos terminado?"

 

"Sí, hemos terminado." Sasuke colgó sin decir nada más, prácticamente lanzando su teléfono a la estantería donde estaban sus llaves.

 

Con un grito encolerizado, se dio la vuelta y estrelló su puño en la pared de hormigón, haciendo muecas por el dolor que atravesó su brazo. Acunó su mano en el pecho, y observó los pequeños cortes que lentamente iban rebosando sangre.

 

"Te odio." Murmuró. En su mente apareció la imagen de su hermano. "Espero que estés vivito y coleando, porque voy a estar jodido si alguien te mata antes de que yo acabe contigo."

 

Decidiendo deleitarse con el silencio del dormitorio— el cual iba a a desaparecer el día siguiente— Sasuke agarró una toalla y sus llaves, dirigiéndose al baño a por una ducha.

 

>Sn<

 

"Naruto." Un gemido salió de una larga pila de mantas. "Naruto."

 

"Cinco minutos más." La pila de mantas se revolvió cuando el cuerpo envuelto se dio la vuelta.

 

"Naruto, Jiraiya vino con su furgoneta, y ya lo conoces. Si lo haces esperar mucho, pasará de ti." Naruto suspiró y comenzó a desenredarse de las mantas. Una vez que estuvo fuera de la cama se dirigió al baño, Hitomi cerró la puerta para ir a hacer el desayuno y, por suerte, Jiraiya decidió sobornado por tortitas y café esperarlo.

 

Naruto suspiró mientras se lavaba los dientes perezosamente, frotando sus ojos azules para quitarse el sueño. Iba a tomarse un tiempo extra en el baño hoy, independiente de que Jiraiya Sannin estuviera allí. El pervertido hermano mayor de Tsunade podía esperar muy bien mientras que aprovechaba de utilizar por última vez su propio baño. Empezando desde esa tarde, él compartiría el baño con otros veinte chicos más. Y no estaba emocionado por ello.

 

Después de ducharse y de hacer todas las otras tareas matutinas, sacó unos jeans y una camiseta naranja antes de dirigirse al piso de abajo, con el cabello empapado y goteando, se enmudeció el cuello de la camiseta.

 

"Oh, por el amor de dios, ¿cuántos años tienes?" Hitomi sacó un paño de cocina de la mesada y toscamente secó el cabello de Naruto mientras que éste se sentaba y gruñía como saludo a Jiraiya, quien estaba leyendo el periódico.

 

"Buenas, mocoso." Jiraiya sonrió, dejando el periódico en la mesa y tomando su taza de café. "Tsunade dijo que ella se asegurará de ponerte en mi laboratorio de anatomía."

 

"Qué alegría." Masculló Naruto, dándole un mordisco al desayuno.

 

"Yo— estaba esperando más entusiasmo." Admitió Jiraiya.

 

"Sigue enfadado por lo del compañero de habitación." Dijo Hitomi mientras que fruncia el ceño ante el cabello de Naruto, intentando alisar los húmedos rizos, los cuales parecían insistir en rebelarse y quedarse en el aire.

 

"Aw, vamos, niño. Será divertido." Naruto ignoró al hombre viejo frente a él, tomando mientras un sorbo de su jugo de naranja.

 

Jiraiya suspiró y agitó la cabeza. Tsunade y él conocían a Naruto de toda la vida. Jiraiya había sido el profesor favorito de su padre, y fue Jiraiya quien, en primer lugar, introdujo a Arashi a lo forense. Jiraiya consideraba a Naruto como su muy terco nieto— aunque prefería admitir que lo veía como a un hijo; lo hacía sentir menos viejo.

 

"¿Orochimaru está en mi programa?" Preguntó Naruto. Jiraiya hizo una mueca, maldiciendo a Tsunade por no habérselo dicho. Entonces de nuevo, ¿quién estaría dispuesto a ponerse en el punto de mira de la explosión que iba a acontecer?

 

Orochimaru Sannin era el último de los tres hermanos, y a diferencia de Tsunade y Jiraiya, él odiaba a Naruto. Sospechaban que era porque él había odiado a Arashi por ser tan exitoso como lo había sido cuando Orochimaru había fallado. Era una especie de estúpido rencor, aun así, el más joven de los tres no era reconocido por su inteligencia. Era ruín, injusto y generalmente desagradable de tener cerca, sin importar donde estuviera. Además, Naruto había escuchado una diferente versión del por qué Orochimaru odiaba a Arashi a través de Hitomi.

 

"¿Jiraiya?" El hombre de cabello blanco miró a Hitomi mientras ella lo observaba a él intencionalmente.

 

"Va a enseñarte química." Dijo apresuradamente entre sorbos.

 

"¿Qué?"

 

Incluso cuando los dos adultos habían estado preparados, hicieron una mueca ante el fuerte volumen de voz. Su jugo de naranja casi se vuelca al haber estrellado los puños contra la mesa. Pero se salvó al reequilibrarse por sí solo. El jarabe, de cualquier forma, no sobrevivió al asalto, y se derramó en distintas partes de la mesa. El líquido rebosó espesamente sobre el mantel.

 

"Es el mejor en su campo."

 

"¡Y va a reprobarme por cualquier motivo!" Naruto argumentó furioso.

 

"Tsunade no lo permitirá, cariño." Hitomi pasó sus manos suavemente de arriba abajo sobre los músculos del brazo de Naruto. "Ella va a asegurarse de que te traten justamente."

 

"¡Justamente mi culo!"

 

"La boca, Naruto." Hitomi siseó.

 

"Perdón." Murmuró Naruto.

 

"Todo va a estar bien, Naruto. Ya vas a ver." Hitomi acarició sus hombros suavemente antes de comenzar a limpiar el lío de jarabe que había hecho. Naruto miró su plato. De repente, ya no tenía hambre.

 

>Sn<

 

Sasuke no sabía si gritar, o dispararle a alguien directamente. Si la gente en el pasillo, hablaba tan sólo un poco más alto, desafiarian todas las leyes del sonido. Estaban gritando, dando portazos, gruñían, y se quejaban y gemían ¡y Sasuke iba a matarlos a todos! Cierto, nadie debería de estar en la residencia aún, ¡pero— eran las ocho de la mañana, por el amor de dios!

 

Sasuke se dio la vuelta y gritó cuando casi se cae de la cama. Refunfuñando maldiciones entre dientes, se desplazó hacia la pared para salvarse a sí mismo de las tres pulgadas que estaba a punto de caer al piso. Tener la cama en alto era útil, sí, porque le permitía refugiarse debajo de la cama, ¡pero era un peligro para su propia maldita seguridad! Sasuke podía imaginarse fácilmente cayéndose de la cama y partiéndose la cabeza.

 

Si lo pensaba bien, el azabache reflexionó mientras que se sentaba, no podría considerarse suicidio el morir por caerse de la cama. Sería un accidente peculiar, como mucho, pero no se les cruzaría por la cabeza que fuera un suicidio. Resopló, recordándose que Kakashi lo sabría. No obstante, ¿qué podría hacer el hombre de cabello plateado al respecto?

 

Quitándose las mantas, Sasuke se deslizó hasta el extremo de la cama y saltó al suelo. Tendió su cama apuradamente con una precisión que parecía militar, asegurándose de que cada esquina estuviera bien metida y que las sábanas no tuvieran ningún pliegue... Satisfecho con su trabajo, caminó perezosamente hacia su armario y sacó un par de jeans y una remera azúl. Poniéndose la ropa, cogió sus llaves, el celular y su billetera, guardando todo en sus bolsillos. Se miró a sí mismo en el espejo de detrás de la puerta, satisfecho con la manera en que su cabello se veía a pesar de haberse despertado recién. Usaba suficiente gel como para que conservara su forma por días, de cualquier forma.

 

Decidiendo que no quería estar allí cuando su compañero de habitación llegara, Sasuke abrió la puerta y salió del cuarto. Cerró con llave la puerta detrás de él, ignorando a las personas que lo saludaban, y caminó apurado por el pasillo, asegurándose de no rozar a nadie. Bajó las escaleras de dos en dos, esquivando a todas las personas que venían con cajas y atravesó la puerta de entrada.

 

"Oye, ¿me sostienes la puerta?" Ignoró al chico rubio que corría hacia él, alejándose del dormitorio, dejando la puerta cerrada detrás de él. "Muchas gracias, imbécil." El chico murmuró entre dientes, pero Sasuke siguió ignorándolo, mirándole con recelo. ¿Quién en su sano juicio vestía cosas de color naranja?

 

Metiendo sus manos en los bolsillos, dejó atrás a Robson—su dormitorio— y se fue rumbo a la calle, para dirigirse a donde Kakashi. No quería ver a ese hombre, de verdad, pero todo era mejor que quedarse allí con todo el lío de gente mudándose. Además, así podría conseguir un desayuno decente en el camino.

 

Le tomó menos de dos minutos presentarse a la puerta de su tutor, golpeándola fuertemente una vez que se aproximó a ella. Esperó treinta segundos antes de que un cansado Kakashi abriera la puerta, vistiendo nada más que un pantalón suelto y, por supuesto, su máscara.

 

"Sasuke. ¿Qué haces aquí?" Preguntó Kakashi, mirando adormilado su reloj. Sasuke estaba incluso sorprendido de que tuviera uno, basándose en la cantidad de veces que en realidad nunca llegaba a tiempo.

 

"La cafetería está cerrada y estoy hambriento." Sin esperar por una invitación, el chico de dieciocho años caminó fatigosamente hacia el interior del pequeño departamento parecido a una casa y pasó directamente a la cocina.

 

"Buenos días a ti también." Kakashi cerró la puerta y siguió por detrás al otro chico.

 

Se apoyó en el marco de la puerta, cruzando los brazos mientras observaba como Sasuke saqueaba su heladera antes de juntar todo lo que quería para hacer— lo que sea que estaba haciendo. Kakashi no lo entendía, honestamente.

 

"¿Por qué siempre usas la máscara, Kakashi?" Le preguntó Sasuke mientras que ponía algo de jamón en una sartén. Kakashi hizo una mueca ante el silbido que hacía esta. Él sabía que a Sasuke no le importaba, y probablemente sólo lo preguntaba para molestar a Kakashi.

 

"No es asunto de nadie como se ve mi rostro, Sasuke, ¿qué importa si me la pongo o no?" Inquirió.

 

"Así que usas una máscara para esconder el hecho de que te pareces a tu padre, pero muestras tu ojo."

 

"¿Qué hay de malo con mi ojo?" Kakashi frunció el ceño, no gustándole la dirección en la que la conversación estaba yendo, pero sabía que si se lo hacía saber a Sasuke, presionaría aún más el tema.

 

"Es repugnante." Fue la respuesta de Sasuke.

 

Kakashi nunca se había visto perturbado por su ojo izquierdo. Era algo de hace mucho tiempo. Aparentemente, cuando era un niño, un pedazo de vidrio cayó en su ojo arruinando el iris, poniéndolo de un color rojo sangre. Después de la cirugía que tuvo, le dejó una cicatriz bastante agradable. Su vista se recuperó lo mejor que pudo. Tenía que usar una lente de contacto para ese ojo, y así el enrojecimiento se reducía hasta alcanzar sólo el iris, pero no le importaba. Pensaba que se veía interesante con un ojo marrón y el otro rojo. No era una combinación que se viera a diario.

 

Mientras que su cara— eso era más complicado. No había nada de malo con la mitad inferior de su rostro. De hecho, la mayoría de la gente llamaría a Kakashi un hombre atractivo; o, al menos los pocos que habían visto su rostro. Sasuke lo había visto sólo unas cinco o seis veces, ¡y eso que había vivido con él por diez años! Era un tema delicado, y Sasuke normalmente evitaba tratar la razón detrás del porqué Kakashi usaba la máscara. Le había preguntado por qué todavía la usaba, pero nunca se inmiscuiría en el terreno peligroso de explicarle que era por una estúpida razón. Lo había hecho una vez, y Kakashi lo tuvo lloriqueando por horas. Por supuesto, Kakashi se había sentido culpable por eso, pero tenía que aclarárselo a Sasuke desde temprano o nunca terminarían hablando del tema.

 

La razón detrás de la máscara tenía que ver con su padre. Cuando Kakashi era un niño, no más de siete u ocho años, su padre abandonó a su madre. Ella estuvo bien por un tiempo, pero cuando Kakashi cumplió los nueve, volviendo a casa de la escuela la encontró ahorcada. Creció con una familia adoptiva, con la cual se seguía manteniendo en contacto inclusive ahora, pero no era lo mismo. Cuando tuvo dieciséis años, comenzó a usar la máscara. Lo enviaron a psiquiatras y doctores de casi toda Columbia Británica, pero ninguno pudo encontrar algo mal en él ni el por qué insistía en usar una máscara. Primero, habían asumido que la mitad inferior de su cara estaba estropeada de alguna manera, pero rápidamente se dieron cuenta de que no era nada físico. Era más que nada psicológico. Kakashi había comenzado a parecerse a su padre, y él odiaba a ese hombre por haber abandonado su madre y a él. Su hermana adoptiva había entrado al baño una vez mientras que intentaba cortar partes de su rostro. Después de serios consejos y otros tres intentos, Kakashi finalmente logró aceptar que se parecía a su padre. Pero tampoco tenía que hacerle gracia la idea, por lo cual aún continuaba usando la máscara. Únicamente se la quitaba para afeitarse, bañarse, y dormir. Odiaba quitársela porque cada segundo que pasaba corría el riesgo de verse a sí mismo en alguna superficie reflectante. Se afeitaba sin mirarse al espejo, y evitaba mirar cualquier parte que lo reflejara en el baño mientras se duchaba. No quería el recordatorio.

 

Kakashi volvió en sí cuando Sasuke acomodó dos platos en la mesa, se sentó en una silla vacía y empezó a comer. El profesor descruzó sus brazos y se dirigió hacia la mesa, cogiendo su plato.

 

"Gracias." Dijo, mientras que se volvía para salir.

 

"¿Seguro qué confías en mi aquí con todos estos objetos punzantes?" Sasuke bromeó con voz fría.

 

"No tendrías el tiempo suficiente para intentar nada estúpido." Kakashi insistió mientras que salía de la cocina para comer en privado, justo como lo llevaba haciendo en los últimos diez años.

 

>Sn<

 

Naruto miró el extremo opuesto de la habitación con el ceño fruncido. De ninguna forma. No había manera que esto le estuviera ocurriendo a él. Pero allí estaba la prueba, mirándolo justo en la cara. Él, Naruto Uzumaki, el más desordenado, torpe, y sucio- iba a compartir habitación con un maniático del orden.

 

"Tsunade me está castigando por algo, lo sé." Murmuró. Tal vez era por lo del globo de agua que le puse en su silla en navidad. Naruto hizo una mueca, completamente convencido de que nunca lo perdonaría por aquello.

 

Giró la cabeza en dirección a la puerta cuando escuchó como la cerradura giraba y se bajó de la cama, metiendo sus manos en los bolsillos. Había estado esperando todo el día por conocer a su compañero de cuarto y honestamente, ¡ya era hora! Era de noche, y se suponía que ellos tenían orientación a la mañana.

 

Naruto observó el movimiento de la puerta al abrirse y casi gritó. Genial. Estupendo. No sólo un maniático de la limpieza, sino un imbécil también.

 

Sasuke, parado en la entrada, miró al rubio de arriba abajo. Casi parecía como que tenía miedo de contraer el mal gusto por la moda de Naruto si se acercaba demasiado. Tenía que admitirlo, Naruto estaba un poco molesto de que la persona que se había negado a sostenerle la puerta hubiera resultado ser su compañero de cuarto. La ley de Murphy.

 

Los dos chicos parados desde donde estaban, se miraron el uno al otro con las manos en los bolsillos. Ninguno dijo ni una palabra. Usualmente, tendrían que haberse presentado, pero Naruto era muy terco como para presentarse después de haber sido tratado tan groseramente. Si había algo que Naruto podía guardar por siempre, era rencor. Al propio Sasuke no le importaba mucho si él y su compañero de habitación no se llevaban bien. Mientras que se mantuviera fuera de su camino, cada uno a lo suyo.

 

Sasuke finalmente entró al cuarto, caminó hacia su armario y lo abrió. Metió la mano en el primer cajón y sacó un par de pantalones de chándal, también agarró su cepillo y pasta de dientes antes de caminar hacia la puerta todavía abierta.

 

Naruto inhaló, molesto. Bien, pensó. Si así es como quiere jugar, me va muy bien. Mientras que el bastardo no se quede despierto toda la noche, y no se despierte muy temprano, nos llevaremos muy bien no llevándonos bien. Asintiendo para sí, se dirigió hacia su propio armario y sacó un par de pantalones de chándal. Como Sasuke estaba en el baño, se desvistió allí mismo y se quitó el jean y el boxer dejándolos en su cesta. Se sacó también la camiseta y la arrojó hacia la silla de su escritorio. Le gustaba esa camiseta, y no le importaba haberla llevado puesta todo el día. Podría sobrevivir muy bien otro día con ella.

 

Naruto fue a su computadora y abrió la página web para volver a comprobar sobre su grupo del día siguiente antes de desconectarse y trepar a su cama, apagando las luces de su lado del cuarto. Se revolvió sobre su costado dejando la espalda enfrentada al lado opuesto de la habitación y cerró los ojos, listo para dormir sin importarle si su compañero de habitación estaba o no.

 

Sasuke regresó segundos después de que Naruto se hubiera acomodado en su cama y observando como el otro daba la espalda, le clavó dagas con la mirada. Puede que Sasuke hubiera estado de mal humor en la mañana, pero eso no significaba que Naruto tuviera que ser tan grosero. Sasuke simplemente no había "encontrado" el momento indicado para presentarse. Tampoco es como si estuviera terriblemente preocupado por no llevarse bien con su compañero de cuarto... Si pasaba de él, tal vez captarían la indirecta y le darían una habitación individual para detener la tortura.

 

Tirando sus cosas a la cesta, el azabache caminó cruzando la habitación hacia su computadora, comprobando los horarios y las ubicaciones de nuevo para asegurase de saber a donde se dirigiría. Recordó su grupo, así que se desconectó y apagó su computadora. Se metió en su cama, abriendo los cobertores y se deslizó debajo de ellos. Apagando las luces, se dio la vuelta, dándole la espalda a su compañero de cuarto y cerrando los ojos para dormir.

 

La habitación se llenó de tensión hasta que los chicos se quedaron dormidos. 

 

Notas finales:

¡Nos vemos en la actualización!


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