Ya habían pasado un mes desde que Carlos y Oliver se casaron, fue el evento del año. Todos pensaban que el japonés tenía una relación con Steve, Oliver les dijo que dejo de amarle y que encontró alguien mejor. Steve no dijo nada todavía estaba enojado por la humillación recibida (mira que a nadie le importa).
Como era de esperarse los amigos de Oliver se enteraron de todo, no estaban muy contentos por lo que hizo Steve a Oliver inclusive más de uno fue a la casa del tigre y le dio una buena tanda de puños. Por petición de Oliver, trataron de llevar la fiesta en paz.
Oliver tuvo que dejar los entrenamientos debido a su embarazo y como era de esperarse no estuvo muy de acuerdo ya que adora el futbol, pero le explicaron que era por su bien y la del bebe. Carlos le pedía permiso al entrenador Eduardo de llegar algo tarde a los entrenamientos y dejarlo salir temprano, este no se lo prohibió inclusive si algún día necesitaba faltar que se lo dijera, ellos lo iban a comprender. Todos sabían que podía ser muy molesto para Oliver los primeros meses por sus náuseas y quien mejor que su pareja para ayudarle a pasar el mal trago; además a medida que pasara el tiempo Oliver estaría más cansado y aunque Jessica se propuso cuidarlo cuando fuera necesario, Carlos desistió ya que quería pasar todo el proceso de gestación con su pequeño. Y da la casualidad que uno de esos sucesos sucedía en la casa de la familia Santana-Atom (obvio que ya sabíamos quién era el marido y quien la esposa digo esposo).
Oliver: mmmm que bien dormí – decía mientras se desperezaba y se levanta – donde estará Carlos – se preguntaba. En eso mismo instante un carioca entraba en el cuarto con una bandeja con abundante comida y una sonrisa.
Carlos: buenos días mi pequeño koi como amaneciste… - pero las palabras murieron en cuanto su pequeño salió corriendo hacia el baño – supongo que no fue buena idea hacer huevos rancheros – dijo mientras dejaba la bandeja en la mesa de noche y seguía a su moreno.
Lo encontró abrazándose a la taza del servicio, dejando lo que tenía y no tenía en el estómago. Busco un vaso con agua y un pañuelo, los dejo en el lavado. Se agacho al lado de su pequeño y le daba pequeños masajes a su espalda, para que por lo menos disminuyera un poco el dolor causado, pues por la cara puesta por el menor le dolía.
Después de unos minutos Oliver levanto su rostro, Carlos tomo el vaso con agua y se lo dio para que se enjuagara la boca, cuando termino se la limpio con el pañuelo. Lo tomo en brazos y lo llevo de nuevo al cuarto. Carlos tomo los huevos rancheros y se los llevo a la cocina. Como este suceso, sucedía todas las mañanas ya tenía preparado un té que su abuela le había enseñado para los mareos y nauseas. Tomo una taza y la llevo al cuarto.
Carlos: lo siento pequeño debí suponer que el olor de los huevos fritos te haría daño – dijo apenado, mientras le entregaba el té.
Oliver: no te preocupes, además acuérdate que fui yo quien quería comerlos, pero al parecer nuestro pequeño no quería- dijo con una sonrisa, mientras se bebía el té.
Carlos: bueno bebe que te parece una ensalada de frutas, un yogurt de fresas, unas tostadas con mantequilla y un jugo de naranja – dijo el mayor. Probando así que su pequeño no saldría al baño de nuevo a vomitar.
Oliver: al parecer eso si lo quiere, pues inclusive se me levanto el hambre – dijo con una sonrisa. Carlos sonrió también, tomo la bandeja y la coloco en al frente de ambos y desayunaron juntos a base de mimos y caricias.
Ya después de un desayuno delicioso y, los platos y cubiertos limpios ambos se dirigieron a bañar.
Carlos no permitía que Oliver se agachara mucho, así que él se dedicó a quitarle la ropa. Ya dentro de la ducha se abrazaban, mientras se enjabonaban juntos.
Oliver: Carlos quiero que me hagas tuyo – dijo entre jadeos.
Carlos: está bien mi amor, yo también lo deseo – dijo mientras pegaba a Oliver a la pared del baño. Con una de sus manos enjabonadas introduce el primer dedo a la cavidad de su koi, el cual entra sin dificultades, no tarde el segundo y tercero en llegar. Los mueve simulando penetraciones y de vez en cuando toca el punto sensible del menor.
Oliver: amor entra ya en mí no lo resisto – dijo muy agitado.
Carlos: está bien mi pequeño – dijo mientras sacaba sus dedos de esa cálida cavidad y la remplazaba con su hombría. Entro de una sola estocada, su pequeño estaba demasiado dilatado y excitado y esto último lo compartían. No espero mucho empezó con las embestidas, primero suaves, pero profundas tocando el punto G del menor.
Carlos cambio de posiciones y coloco su espalda contra la pared y con sus manos libre acariciaba toda la extensión de piel que tenía expuesto su koi. Agarro los pezones y los estimulaba, masajeaba con la yema de sus dedos, los tiraba un poco provocando un sonoro gemido por parte del moreno menor. Todo esto lo hacía sin dejar de embestirlo.
Besaba, mordisqueaba y lamia su delicioso cuello blanco, dejándole marcas visibles y demostrarles al mundo que este moreno tenía dueño.
Aumento las embestidas, ya que la cavidad de su pequeño se contraía y aprisionaba su miembro, con una mano agarraba la cadera del menor y con la otra masturbaba el miembro de su koi a velocidades imaginables. Ambos gritan el nombre del otro, mientras se derraman. Oliver en la mano de Carlos y este en su interior.
Ambos se terminan de bañar salen y se visten. Como es costumbre Carlos tiene que dirigiese al campo de entrenamiento, mientras dejara solo a su pequeño en casa.
Carlos: Oliver si necesitas algo, no dudes en avisar, mantén tu celular contigo cerca y… - pero fue interrumpido.
Oliver: no haga esfuerzos innecesarios y que regresaras temprano, ya lo sé todos los días me lo dices. Tranquilo si estaremos bien hasta que regreses, además Jessi vendrá a visitarnos. No te preocupes – dijo con una sonrisa para tranquilizar al mayor.
Carlos: ok, pero recuérdalas siempre me preocupas, me preocupan dejarlos solos – dijo mientras se acercaba y depositaba un beso apasionado y lleno de amor en los labios del japonés – regresare, cuídense - Termino de decir mientras salía de la casa.
Oliver: te estaremos esperando, y lo haremos – dijo mientras se despedía desde la puerta – salúdame a los chicos y al entrenador.
Carlos llego con media hora de retraso, todos ya estaban calentando. Al verlo todos se detienen y le preguntan…
Gonzales: como te fue con nuestro polluelo – pregunto burlón, que aunque Carlos tratara de disimularlo se notaba cansado.
Clemente: que fue hoy mareos, mal humor o nauseas – pregunto el castaño con una sonrisa burlona.
Carlos: la última – dijo con un suspiro.
Rivaul: deberías dejar que Jessica te ayude un poco. Sabes que ella podría reemplazarte en algunos momentos del día y tú podrías descansar un poco.
E. Eduardo: si sigues ese ritmo, él que acabara en un hospital serás tú y no Oliver – dijo de forma burlona, pero serio al mismo tiempo.
Carlos: ya lo sé, pero… - fue interrumpido.
Jessica: déjenlo en paz. Saben que quiere pasar al lado de Oliver esta etapa – dijo con voz seria – saben muy bien que Carlos fue abandonado cuando era apenas un bebé. Quiere evitar que algo, como eso le suceda a su bebé. Aunque todavía no lo comprendo del todo, pero respeto tu decisión. Además todos ustedes bolas de testosterona, deberían tomar el ejemplo de Carlos cuando alguno, si es que llegan a conseguir alguien que les aguante, tenga a su bebé – regaño la morena.
Clemente: oye Rivaul, Jessica no está embaraza, que carácter se está jactando hoy – dijo en susurro pero fue escuchado por la chica y buen zape le dio por su comentario.
Jessica: en vez de hablar tonterías y molestar a Carlos pónganse a practicar, ¡AHORA! – grito esto último.
Rivaul: sabes querida sería bueno que te hagas la prueba porque lo empiezo a creer – pero este recibió una mirada fría por parte de la chica.
Carlos: mejor nos vamos, porque si sigues así terminaras durmiendo en el sofá hoy – dijo el carioca menor.
La práctica estuvo agotadora hoy a la hora del almuerzo Jessica les dijo que iría a ver a Oliver. Carlos le pidió que lo viera comer bien y no que tantas cosas…
Jessica: Carlos voy todos los días desde que Oliver salió del hospital a verlo y siempre le doy un buen almuerzo cálmate. Sabes deberías tomar una licencia por unos meses para que te relajes y cuides de Oliver – dijo la morena, ya que esta estaba algo preocupada por el carioca. No fuera que su primo quedara viudo tan pronto y su sobrino huérfano de padre antes de nacer (huy tan grave así, na no soy tan mala para dejarlos sin Carlitos =P)
Carlos: lo siento, pero no puedo dejar de preocuparme – dijo algo apenado – bueno salúdalos de mi parte y que regresare pronto – termino de decir con una sonrisa.
Jessica se dirigió hacia la casa de su primo. Cuando llego llamo, pero nadie contestaba, se le hacía raro que no estuviera ya que los únicos días que salía era el fin de semanas que tenían libres. No lo pensó dos veces y entro. Lo busco por la sala, cocina, estudio, cuartos con sus baños y nada. Cuando ya iba a buscarlo por los alrededores ve un cuerpo tirado al lado de los árboles del jardín, es Oliver.
No lo dudo y bajo corriendo al jardín. Llego donde estaba y lo acomodo.
Jessica: “gracias al cielo que tome cursos de enfermería en el colegio” –dijo mientras lo reanimaba.
Oliver: mmm que me paso – dijo algo aturdido.
Jessica: eso lo debería preguntar yo – dijo la morena.
Oliver: Jessica que haces aquí, ya es la hora del almuerzo – pregunto todavía algo aturdido.
Jessica: si ya es la hora del almuerzo, mejor vamos adentro y me cuentas que paso – dijo mientras lo ayudaba a levantarse. Ya dentro de la cocina la morena pregunto - ¿Qué fue lo que paso? ¿Cómo quedaste haya fuera desmayado?
Oliver: pues veras sabes que Carlos creo una carpa con varias sillas, sillones y hamacas para pasar los días de verano y primavera ahí – dijo mientras la chica asentía – pues quería tomar algo de aire fresco me aburro dentro de la casa y a veces siento que las paredes se me viene encima así que decidí salir, cuando ya iba llegando sentí que el piso se me movía y todo volvió negro, después desperté contigo a mi lado – conto el menor.
Jessica: -suspiro- bueno por lo menos no paso a mayores, debes tener más cuidado cuando no hay nadie contigo que pasa si hubiera sido peor la caída – dijo algo preocupada – mejor olvidaremos lo que paso siempre y cuando te cuides más. Carlos es capaz, de que si antes no podías hacer nada, ahora te dejara amarrado a la cama por los 7 meses que te faltan – Sentencio la chica.
Oliver: vale, estoy de acuerdo. Con tal de no pasarme acostado por 7 meses en una cama hecho – dijo resignándose a las órdenes de su prima o era eso o eran las órdenes de su esposo.
Todo lo que resto de la tarde se la pasaron hablando del nuevo entrenamiento que están pasando los chicos y el calendario de los partidos. Sin que se dirán cuenta ya estaba anocheciendo, y los dos cariocas llegaron a la casa…
Rivaul: ¿Cómo estas Oliver? ¿Cómo estuvo tu día? – dijo mientras le abrazaba le soltó y le dio un beso a su morena
Oliver: estoy bien, y mi día fue bastante aburrido, hasta que llego Jessi y me lo animo un poco – dijo mientras recibía a su carioca.
Jessica: bueno cariño nosotros vamos sobrando aquí no crees – dijo la morena mientras se levantaba y se llevaba al su águila.
Rivaul: si estoy de acuerdo no vemos mañana Carlos. Oliver recuerda que mañana vamos a la plaza a comprarte el helado que te prometimos – término de decir mientras se iban.
Carlos: así que tu día estuvo aburrido ¿eh? – Dijo de forma picarona – que tal si te recompenso, con un baño caliente y una sesión de sexo.
Oliver: >.< ¡CARLOS! – grito sonrojado. Este lo tomaba en brazos y se dirigían a su alcoba.
La noche fue bastante larga y movida. A la mañana siguiente se despertaron…
Carlos: buenos días mi… - sus palabras murieron ya que su japonés corrió hacia el baño – imagino que ahora las náuseas serán al levantarse – dijo mientras se colocaba una bata y baja a la cocina para prepararle el té a sus amores para que se sintieran mejor.