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Un regalo muy especial por Misaki Heartfilia

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto-sensei ya que si fueran míos, Sasu y Naru estarían juntos y ya hubiera matado a la plasta molesta de Sakura xD ok, no ¬¬U

Notas del capitulo:

Misa: bueno, sé que estoy atrasada pero me pasaron muchas cosas que me impidieron publicar antes jeje espero que lo disfruten ^^

¡A leer se ha dicho!

Un regalo muy especial

 

Miércoles 16 de julio:

En las empresas Uchiha Corp. los empleados corrían para tener todo perfecto debido a que ese día, su jefe, Sasuke Uchiha, podría cerrar un importante trato para su empresa.

Su secretaria, Sakura Haruno, una mujer de cabellos rosas y ojos jade, apuntaba lo más rápido posible en su libreta, todo lo que su jefe le decía, ella ya estaba acostumbrada a esa labor. Cuando Sasuke, un hombre de cabellos azabaches y ojos negros terminó de dictarle a ella lo que tenía que hacer, se fue a su oficina a esperar a que llegaran los Hyuga, quienes eran con los que haría el trato si todo salía bien.

En cuanto Sakura perdió de vista a su jefe, se dirigió de inmediato a un lugar apartado para coger su celular y marcar un número.

—Sakura —se escuchó la voz alegre detrás de la otra línea— ¿Qué tal va todo?

—Eh, bueno, ya sabe, lo de siempre, además hoy está más nervioso por lo del contrato —puso la voz más dulce que pudo.

—Ah, entonces mejor. Por cierto ¿ya le preguntaste a mi cuñado lo de la fiesta? Digo, él tiene que saberlo, después de todo, vamos a usar su casa.

—No, no se lo he dicho —puso una mala cara—, por eso preferiría que fuera usted el que se lo dijera, ya sabe que no le caigo muy bien “ni a mí él” —pensó esto último con fastidio.

—Oh, tienes razón, entonces con Deidara iremos ahora mismo, solo espero que esté de acuerdo. Nos vemos.

—Sí, hasta luego —colgó.

Bien, suponía que el idiota del esposo de Sasuke estaría de acuerdo, si hubiera ido ella, claramente le diría un rotundo no, pero como iban a ir Itachi, el hermano mayor de Sasuke y su esposo Deidara, era imposible que el doncel se negara, y lo que era mejor, le demostraría a Sasuke que ella era mucho mejor elección que Naruto. Aquella fiesta de cumpleaños, sería su pasaporte para sus metas.

Un doncel rubio, de ojos azules y con tres marquitas como bigotitos en cada mejilla, venia saliendo de la consulta del doctor con una boba sonrisa de felicidad adornando su rostro.

Aun no lo podía creer, pero el doctor se lo había asegurado: estaba esperando un bebé de Sasuke. Sabía que cuando se lo contara a su marido, éste se pondría feliz, ya que hace unos meses, le había manifestado su interés en ser padre. Ahora, tenía que buscar la forma y el momento ideal para poder decírselo. La próxima semana seria su cumpleaños, y que mejor regalo saber que en unos meses tendría a un mini Uchiha. Bien, ya lo tenía todo planeado en su cabeza, el 23, esperaría a que Sasuke llegara del trabajo para recibirlo con una cena romántica y ahí le daría la noticia por lo que ahora, se iría a comprar un bello kimono —tenía que verse bien— y otras cosas así que en cuanto Naruto vio un taxi, lo tomó para irse al centro.

Unas horas tarde, Naruto venía llegando a su casa-mansión con unas bolsas de compras cuando apareció su sirvienta, una pelinegra de nombre Shizune quien le informó que su cuñado y su esposo, habían llegado hace un rato y que lo esperaban en el salón a lo que Naruto le pasó las bolsas a la sirvienta y se dirigió de inmediato a saludarlos.

—Itachi, Deidara ¿Cómo están?

—Muy bien —contestó Itachi.

— ¿Y a qué se debe su visita? —preguntó algo extrañado.

—Bueno verás, el próximo miércoles es el cumpleaños de Sasuke y pues… —vaciló unos momentos.

—Queríamos celebrárselo —finalizó Deidara.

—¿Celebrarlo?, ¿Cómo? —preguntó Naruto confuso.

—Pues… organizando una gran fiesta —expuso Itachi con alegría, pero cambió la expresión al ver el rostro confundido de Naruto—. A lo que me refiero, celebrar un cumpleaños a lo grande aquí en la casa con todos los amigos y familiares.

—Tú no tendrías que preocuparte por nada, solo en dar tu autorización, Sakura, Itachi y yo nos haríamos cargo de todo —continuó Deidara.

—¿Qué tiene que ver Sakura Haruno en esto? —preguntó Naruto frunciendo el ceño ya que la sola mención de esa mujer hacía que se molestara en sobremanera.

—Eh… —Deidara sabía que la mención de Sakura no le gustaría a Naruto, pero era necesario— es que ella fue la de la idea, y nos la consultó y estuvimos de acuerdo.

—¿Y por qué a mí no me dijo nada?

—Por eso estamos aquí, sabemos que ella no te agrada así que… —Deidara se detuvo al ver la expresión de fastidio de Naruto.

Esa maldita mujer se quería ganar a Itachi y a Deidara mediante trucos sucios. Él sabía el interés que ella tenía en su marido y cuando se lo había hecho saber a Sasuke, éste le había dicho que no tenía nada de qué preocuparse, que lo amaba y que nunca lo cambiaría por una mujer como Sakura pero es que ni Sasuke ni nadie entendía el cómo se sentía él cuando esa mujer estaba cerca, además, él ya había hecho planes para ese día y si accedía a lo de la fiesta, no podría hacer la cena romántica que había planeado en su totalidad, todo se vendría abajo, aun así, no podía decirles que no a Itachi y Deidara, ellos parecían muy entusiasmados con la idea y él no quería ser un aguafiestas y amargado.

—Entonces ¿Qué dices? —preguntó Itachi mostrando una clara ansiedad.

—Está bien, supongo ya que no sé si a Sasuke le agrade la idea.

—Él no tiene por qué saberlo, será una fiesta sorpresa. —aclaró Itachi.

—Ya veo.

—Entonces no hay ningún problema, nosotros nos encargamos de todo. Tú solo ocúpate de mantenerlo distraído esta semana ¿ok? —le dijo Itachi sonriendo al igual que Deidara.

—Sí… bueno.

—¡Perfecto! Te estaremos llamando —ambos esposos se pusieron de pie—. Nos estamos viendo.

—Claro, nos vemos —se despidió Naruto acompañándolos a la salida para después cerrar la puerta—. Todo se vino abajo-ttebayo —suspiró y se fue a su cuarto a pensar en otra manera de decirle a Sasuke lo del embarazo.

En la noche, cuando Sasuke llegó, Naruto lo vio muy feliz y Sasuke le había explicado que se debía a que había podido cerrar con éxito el trato con los Hyuga.

—Eso está muy bien, felicidades-ttebayo —le felicitó Naruto con una sonrisa que encandiló a Sasuke.

—Sabes, espero algo mejor que unas felicitaciones —se acercó y le susurró algo al oído que lo hizo sonrojarse para posteriormente, ambos subir a la habitación.

Los días pasaron y en la casa de Sasuke y Naruto, todo era un caos, Itachi y Deidara venían cada tantos, con un grupo de catering primero, luego otro de música y así, por lo que no había ningún momento de paz, aunque claro, todo esto pasaba mientras Sasuke estaba en el trabajo. Para más colmo, Sakura había ido en una ocasión y se había tomado el atrevimiento de decirle a Naruto que no se entrometiera en nada, que lo tenían todo perfectamente preparado, pero no solo era eso lo que le había molestado a Naruto, sino el tono de superioridad con el que se lo había dicho.

Por fin había llegado el tan esperado 23 de julio. Ya en la casa Uchiha-Namikaze, estaba todo listo y dispuesto para recibir al festejado.

Naruto estaba en su cuarto ya listo cuando Deidara le tocó la puerta diciendo que Sakura había avisado que Sasuke iba para allá y que estaría en unos 15 minutos así que ambos rubios bajaron las escaleras hasta el primer piso en donde se encontraba un montón de gente, gente que a la mayoría Naruto no conocía por lo que prefirió quedarse en un lugar apartado a esperar.

Sasuke iba conduciendo su auto hasta su hogar. Estaba estresado, se la había pasado todo el santo día recibiendo felicitaciones de parte de sus empleados por su cumpleaños 25 ¿era necesario que se lo recordaran? Para él, aquel día era uno más del año, nada especial, claro, hasta que apareció Naruto en su vida dándole más alegría e importancia a ese día. Ahora, lo único que quería era llegar a casa y pasar un buen rato con su amado esposo, ese era un muy buen regalo.

Sakura llegó toda apresurada a la mansión y dio el aviso de que Sasuke estaba por entrar. Se notaba el esmero que le había puesto a todo, ya que iba muy elegantemente vestida con un vestido de coctel color rosa pálido y un muy —diría Naruto— excesivo maquillaje.

De pronto la puerta se abrió dejando ver entrar a un Sasuke cansado hasta que de repente, las luces se prendieron y se escuchó un “sorpresa” de parte de los invitados.

Sasuke se había quedado estático en su lugar ¿Qué demonios estaba pasando? Se preguntó mentalmente viendo a un gran número de personas, algunas extrañas que nunca había visto en su vida. Su mirada recorrió el lugar intentando encontrar a su esposo y lo encontró, o más bien, divisó la cabellera rubia muy atrás de toda esa gente. De repente, se acercó su hermano Itachi a él al ver que no se movía.

—Vamos ototo, no te quedes ahí parado, aquí hay mucha gente que quiere saludarte —lo agarró de un brazo y lo hizo avanzar.

— ¿Qué significa todo esto? —le preguntó bien bajito solo para que Itachi lo escuchará.

—¿Qué, no lo estás viendo? Es una fiesta organizada por tu cumpleaños número 25 —le contestó alegre y muy, pero muy animado.

—¿De quién fue la idea?

—Fue mía —apareció de la nada Sakura poniendo la sonrisa más radiante y dulce de su repertorio.

—Y Dei y yo le ayudamos, a nosotros nos pareció una gran idea.

—Ya veo, gracias… supongo ¿Dónde está Naruto? —preguntó extrañado de que en ningún momento se hiciera mención de su esposo en lo de la fiesta.

—Está más allá con Dei… —apuntó Itachi cuando vio que varias personas se le acercaban a Sasuke para saludarle.

Más tarde, Sasuke por fin se había librado de toda esa gente y fue en busca de su rubio. Lo encontró sentado en la cocina mirando hacia la nada cosa muy extraña.

—Naruto —el mencionado lo volteó a ver.

—Ah, Sasuke, lo siento, debería de estar allá con todos.

—No te preocupes, además, son algo asfixiantes —comentó con una sonrisa— ¿tú… también tuviste algo que ver en esto?

—No. Yo solo di mi consentimiento, Itachi, Deidara y… Sakura se encargaron de todo.

—Entonces no queda de otra que aguantarlo. Vamos —le extiende la mano y Naruto se la toma—, tratemos de que acabe pronto.

Naruto solo sonrió, sabía que a Sasuke no le gustaban para nada ese tipo de cosas, pero como había visto tan entusiasmados a Itachi y a Deidara con eso, había accedido, y Sasuke claro, también aceptaría por su hermano.

El tiempo pasó y al final, Sasuke y Naruto terminaron por separarse. Cuando Naruto fue a buscar un bocadillo, vio que su empleada Shizune, por accidente tiró una copa de champaña al tropezar y que alcanzó a salpicar un poco a un invitado.

—Lo siento, mucho —se disculpaba la mujer apenada dando varias reverencias con la cabeza.

—No se preocupe, no fue mucho —le dijo el hombre.

—Pero…

—¿Qué ocurre? —de repente apareció Sakura frunciendo el ceño— ¿le tiraste una copa encima al señor?

—Fue un accidente señorita, se lo juro —dijo Shizune.

—Oh, por dios, ¿es que acaso no puedes ser más estúpida?

Naruto en cuanto escuchó eso, decidió intervenir, no iba a dejar que la engreída de Sakura tratara así a Shizune.

—Eres una inútil… —decía Sakura.

—Sakura, detente.

—¿Cómo?

—No voy a dejar que trates así a Shizune, fue un accidente y ella ya se disculpó, a todos nos puede pasar.

—Solo a ella, porque los demás lo están haciendo perfecto. —contestó.

—Ella no está acostumbrada a este tipo de trabajos, además, que yo sepa, tú contrataste a un catering para que se haga cargo, no entiendo que es lo que hace Shizune cumpliendo una labor que no le corresponde.

—Porque es una empleada, y como tal debe atender a la gente.

—Pero es mi empleada y debiste consultarme primero si querías ponerla de camarera.

Varios se voltearon a ver la discusión y a cuchichear acerca de la mala educación del esposo del festejado. Sakura al ver esto, sonrió para sus adentros y decidió dejar peor a Naruto, después de todo, la mayoría de esa gente era muy esnob.

—Pues, sigue siendo una empleada que debe atender a la gente y eso nada lo va a cambiar —aseguró mostrando una expresión de superioridad.

—¡No te voy a permitir que hables como si fuera menos persona! —gritó Naruto llamando la atención de Sasuke quien de inmediato se acercó a su esposo mientras escuchaba como la gente decía que era un desubicado.

—Naruto ¿Qué está pasando? —le preguntó preocupado, pero antes de que el pudiera contestar, Sakura lo hizo.

—No es nada importante, lo que pasa es que Naruto-kun exageró un poco.

—No es cierto, tú trataste mal a Shizune. —rebatió Naruto.

—Shizune, retírate —le indicó Sasuke y ella así lo hizo—. Naruto, vamos a otra parte —lo sacó de un brazo de la sala—. Te pido que por favor no armes un escándalo ¿quieres?

—No es mi culpa, ella empezó —se defendió—, no iba a dejar que tratara mal a Shizune.

—Naruto, de seguro no fue tan grave…

—¿Cómo qué no? —Naruto estaba molesto, Sasuke se estaba poniendo del lado de Sakura en vez del suyo—. No puedo creer que le creas más a ella que a mí.

—No es así, pero estas dando una pésima impresión.

—Pues entonces me largo —Naruto se soltó bruscamente del agarre de Sasuke y se dirigió hacia las escaleras, furioso, cuando sintió un dolor en su vientre, pensó que no sería nada, pero cuando iba a subir el primer escalón, se retorció del dolor— ¡Auch! Me duele —se quejó y Sasuke de inmediato corrió a su lado.

—Naruto ¿Qué ocurre? —preguntó preocupado y vio como Naruto dirigía su vista hacia sus piernas, ambos identificando una pequeña mancha de sangre— ¡Por Dios, estas sangrando! —gritó y lo cargó entre sus brazos. Itachi y varios al escuchar el grito de Sasuke fueron a ver qué pasaba—. Itachi, Naruto está sangrando, debo llevarlo al hospital.

—Está bien, te acompañamos. Sakura, por favor hazte cargo del resto —ésta asintió con la cabeza y los tres, Itachi, Deidara y Sasuke, cargando a un Naruto semi-inconsciente corrieron al auto para ir al hospital.

Una hora después, Sasuke daba vueltas en el pasillo del hospital como león enjaulado, hacía más de 45 minutos que habían ingresado a Naruto a una sala y no sabían nada de él. Por suerte, a los minutos, salió el doctor Yakushi, quien era el que atendió a Naruto a decirles su estado por lo que Itachi y Deidara se levantaron de sus asientos mientras Sasuke corría hacia el doctor.

—¿Cómo está? ¿Qué fue lo que le pasó? —preguntaba desesperado.

—Su esposo ya está bien, por suerte lo trajeron a tiempo y pudimos detener la hemorragia —Sasuke soltó un suspiro de alivio al igual que los demás—. Por ahora, deberá quedarse por lo menos hasta mañana, tenemos que asegurarnos que el feto esté bien.

¿Feto?, ¿de qué demonios estaba hablando el doctor? Se preguntó Sasuke.

—Disculpe… ¿Qué quiere decir?

—Eh… —el doctor lo miró fijamente— ¿no lo sabe? Su esposo tiene dos meses de embarazo.

—¿Cómo?

—Es más, estuvo aquí hace una semana cuando yo le di la noticia —afirmó.

—Un bebé, Naruto está esperando un hijo mío. ¿escuchaste eso Itachi? ¡Voy a ser padre! —exclamó con alegría Sasuke.

—¡Felicidades ototo! Voy a ser tío.

—Pero dígame, ¿mi hijo estará bien?

—Tal parece que sí, debemos dejar a su esposo en observación y si no hay peligro, mañana podrá llevárselo, aunque eso sí, procure que no haga muchas fuerzas y que no pase disgustos, ya que uno de esos dos factores fue el que provocó esto.

—Sí, entiendo —dijo Sasuke sintiendo mucha culpa ya que como su pelea con Naruto había provocado que por poco ambos perdieran a su hijo no nato— ¿puedo verlo?

—Por supuesto, pero solo unos minutos, sígame.

El doctor comenzó a caminar y Sasuke le siguió hasta una habitación en donde yacía su Naruto recostado en una cama. Se acercó y le tomó la mano sentándose en la orilla de la cama y Naruto abrió los ojos mirándole algo cansado.

—Lo siento, te desperté.

—No, llevo un rato despierto.

Se hizo un incómodo silencio que Sasuke decidió romper.

—Lo siento Naru, por mi culpa casi pierdes al bebé.

—No, no es tu culpa, además, yo debí decírtelo en cuanto me enteré, pero con todo esto de la fiesta no pude, había planeado desde un principio decírtelo el día de tu cumpleaños porque sabía que te gustaría la idea —notó como Sasuke lo escuchaba atentamente—, pero después vinieron Itachi y Deidara con esa propuesta y no pude decirles que no, así que pensé en decírtelo cuando acabara la fiesta. Yo… no quería que te enteraras de esta forma, solo quería poder darte una bonita sorpresa —sus ojos se comenzaron a aguar derramando unas pequeñas lágrimas que Sasuke quitó con besos repartidos por todo su rostro.

—No te preocupes, sea como sea la forma de enterarme, lo que importa es que esperas un hijo mío, que me convertirás en padre y ese es el mejor regalo que me pudieron dar hoy.

—¿De verdad?

—Claro que sí, te amo y juro que te voy a proteger para que ese niño nazca bien, ya no más peleas tontas.

—Todo es culpa de la Sakura esa, sabes que no la soporto porque hace cualquier cosa con tal de quedar bien contigo, lo de hoy es un ejemplo, se esforzó en dejarme mal y lo peor es que tú le seguiste el juego —hizo un mohín en señal de estar molesto.

—Naru, el doctor dijo que no tuvieras disgustos.

—Esa mujer es un disgusto.

Sasuke suspiró, sabía que la única manera de que Naruto estuviese tranquilo era manteniendo a Sakura bien lejos, y eso era lo que haría, la alejaría de ambos, podría ser muy buena en su trabajo, pero la paz de Naruto y su hijo estaban primero.

—Entonces ya no más Sakura.

—¿En serio? —preguntó ilusionado.

—Sí —lo besó y tras charlar un rato, o más bien, ser interrumpidos por Itachi y Deidara quienes habían escuchado todo, se separaron para que ambos esposos se disculparan.

—Lo sentimos, no nos dimos cuenta de las intenciones de Sakura. Era obvio que esto era un plan para ganarse a todo el mundo —dijo Itachi apenado.

—Era cosa de ver cómo se las daba de anfitriona hoy, actuaba como si fuera ella la esposa de Sasuke y señora de la casa cuando no es así —Deidara le sonrió a Naruto y todos estuvieron de acuerdo.

Al otro día por la tarde al ver que no había ningún riesgo alguno, Naruto fue dado de alta y Sasuke se encargó de decirle a Sakura que sería transferida a lo que la mujer protestó diciendo que ella era una buena empleada, pero Sasuke le replicó diciendo que era cierto pero que, si perturbaba a Naruto y a su hijo, era mejor que se alejara. Sakura al escuchar la palabra hijo, no le quedó de otra más que resignarse e irse, estaba claro que, con un hijo en camino, ella ya no tenía oportunidad alguna con Sasuke.

Siete meses después, Naruto dio a luz a un pequeño varón azabache de ojos azules al que llamaron Shun, quien fue, un regalo muy especial y la alegría para ambos.

 

FIN

Notas finales:

Misa: este fic fue medio cursi pero a mí me gustó como quedó n.n y lo mejor fue que Sakura no se salió con la suya ¡viva!

Bueno, nos estamos viendo con la conty de Amor en el tiempo que espero, traerla esta semana, estén atentos

Bye bye


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