-¡Misaki!-canturreó Usami Akihiko con su voz profunda desde su habitación.
-¿Sí? ¿Usagi-san? -él muchacho de cabello castaño se asomó por la puerta y descubrió al escritor totalmente sumido en la oscuridad. Su rostro se ensombreció al entrar.- ¿Qué sucede?
Usami sonrió con lujuria. Misaki se acercó a los pies de la cama de su pareja y se inclinó
-¿Usagi-san?
Usami tiró de la muñeca de Misaki y el muchacho cayó sobre el escritor.
-¡Usagi-san!-se quejó Misaki por la brusquedad. Y sintió una oleada de calor cuando el escritor metió sus manos bajo su camisa.
Misaki jadeó.
-D-detente, U-Usagi san.-el muchacho intentaba liberarse mientras Usami recorría su abdomen.
-¿Por qué debería detenerme? Quiero a Misaki.-le susurró.
-Waaah, U-Usagi-san.-Misaki seguía retorciéndose.-d-debo hacer cosas...
-Claro que debes. Debes ayudarme Misaki, ayudarme a recargar.
-¡No digas eso pervertido!-él joven enrojeció.
-Yo digo lo que quiero.-dijo el hombre abrazando al pobre muchacho.
Usami sentó a Misaki sobre él y apoyó su cabeza en el cuello del joven universitario, que se estremeció. Alargó su brazo y metió su mano dentro del pantalón de Misaki, guiándose hasta su miembro.
-Mmh.-el muchacho jadeó y apretó los ojos.-p-por favor detente Usagi-san...
-¿Detenerme? Es imposible, si eres tú.
Le dio la vuelta al muchacho y lo besó, sin preocuparse de los preliminares- sólo un beso suave y después irse a lo salvaje- No. Usami Akihiko atacó enseguida, enfrascando al muchacho en sus dulces caricias y ensueños. Misaki cayó enseguida en la emboscada del escritor.
Besó apasionadamente a Misaki, Haciendo buen uso de su lengua. Por supuesto que él joven ya había dejado de quejarse. Ahora solo correspondía el beso con las mejillas encendidas, como buen uke que era.
Usagi cayó sobre Misaki y comenzó a lamer su cuello, provocando que él adolescente, casi adulto, se estremeciera. Metió su mano hasta llegar a su intimidad y comenzó a acariciarlo. El miembro de Misaki se encendió.
-Aaaah.-suspiró con anhelo. Quería experimentar nuevamente ese placer que Usagi-san le daba cuando estaba en contra y cuando no. Y esta vez no lo estaba. Él adulto se deshizo de la camisa del joven.
-Misaki.-susurró Usami. Y se sentó sobre su abdomen. Se inclinó y comenzó a lamer los pezones del muchacho, que se estremecía. Misaki dio una sacudida cuando el escritor empezó a mordisquear con placer los rosados botones, y sonreía exaltado.
Entrelazó sus manos con las del joven. Besó su cuello y su frente. Le dijo que lo amaba. Misaki enrojeció y cerró los ojos, intentando ocultar su vergüenza.
-No hagas eso.-le pidió Akihiko, en vano. Sonrió por la ternura del muchacho. Su nerviosismo y timidez lo alentaba.
Bajó lentamente hasta sus pantalones - mientras besaba su cuerpo- y se los quitó cuidadosamente. Él miembro del muchacho estaba erecto, y caliente. Usami de deshizo de la ropa interior del muchacho y comenzó a acariciar su trasero. Misaki jadeó aún más cuando él escritor besó su intimidad y se la llevó a la boca.
Comenzó a chupar energéticamente, lamiendo por todo lugar. Él muchacho dio una sacudida de placer y se mordió el labio. Abrió un poco los ojos -lo suficiente para ver a la persona que mas amaba- y jadeó. Sentía las ganas de venirse. Usagi-san conseguía que esa sensación lo invadiera rápidamente.
-U-u-u-usagi-san-jadeó él muchacho.-c-creo que...me vengo.-decía de manera entrecortada, ahogando gemidos.
-Pues entonces, adelante.-le replicó el escritor, aún chupando.
-P-pero...
Misaki no resistió. La sustancia blanca salió de su intimidad y el escritor la trago, sin dejar escapar una gota. Sonrió y se relamió los labios.
-¡U-Usagi-san!-chilló él muchacho.
Akihiko -que estaba solo en ropa interior y camisa, con una corbata negra suelta- se llevó un dedo a la boca, y lo remojó con su saliva. Humedeció el agujero del muchacho e hizo que este se llevara las piernas al pecho. Misaki sabía lo que venía, así que se preparó mentalmente para la sensación que estaba a punto de experimentar. Después de tanto tiempo haciendo eso, había dejado de doler, un poco. Y las oleadas y sacudidas de placer le hacían ignorar el dolor.
Usami penetró al joven y comenzaron las embestidas. Apretó los ojos y le dio con todo a su muchacho, excitado. Y es que solo Misaki lo calentaba de tal manera. La sensación no era suficiente. Quería más, mucho más. Aumentó la velocidad y el ritmo. Los gemidos podrían haber despertado a media ciudad, si no fuese por las excelentes paredes que rodeaban a los amantes.
-Hmmm.-jadeó Misaki, entrelazando sus manos con las del escritor, agarrándolo con fuerza. Un líquido pegajoso bajó por sus piernas. Akihiko se había corrido.
Salió del muchacho, y este, por el sentimiento del momento, se acercó a miembro de Usagi-san y lo lamió, sujetándolo con las manos. Estaba recostado en la cama y Usami arrodillado, disfrutando de la vista que Misaki le dedicaba. Usami ahogó un gemido y Misaki cerró los ojos, chupando con lentitud. Usagi lo alentó moviéndole un poco la cabeza, para aumentar la velocidad.
Delicioso.
Cuando el muchacho se dio un respiro, bajó la cabeza con vergüenza. Usagi lo tomó de la barbilla y le sonrió. Acto seguido lo agarró de las axilas y lo recostó en la cama, cayendo sobre él. Lo besó con fuerza y Misaki le rodeó el cuello, acercándolo más a él.
-Te amo.-le susurró Usagi, y lo besó con más fuerza.
Misaki se sonrojó pero no respondió nada. Su pecho se agitaba con fuerza, su corazón se aceleraba. Se quedó dormido en los brazos de Usagi-san.
A la mañana siguiente, Misaki despertó con un poco de nausea. Usagi-san no estaba, y supuso que se había levantado temprano para terminar su manuscrito. Recordó todo lo que había sucedido y sus mejillas se encendieron. Miró su cuerpo desnudo y sollozó. Se levantó y se vistió con lentitud, algo cansado. El cuerpo le dolía, y eso le extrañó. Hace algún tiempo su cuerpo se había acostumbrado a la nueva normalidad que vivía entre semana.
Bajó y fue hasta la cocina. Su estómago dolía por el hambre, aún así no evitaba sentir una sensación de asco solo por pensar en comida. Se decidió a preparar una sopa instantánea, y tomó un poco de agua. Mientras estaba en eso, sintió como unos fuertes y delgados brazos le rodeaban el cuello.
-Buenos días, Misaki.
Era Usami Akihiko.
Él chico enrojeció. Giró la cabeza y quedó de frente al escritor.
-Bu-buenos...
Usagi lo calló con un apasionado beso de buenos días.
Él universitario sintió como él hombre introducía su lengua en su boca. Y le gustaba. Pero pronto comenzó a sentir asfixia, el aire se le acababa. Empujó a Usagi-san muy a su pesar y se concentró en retomar la respiración.
-¿Misaki?
Él seme se encontraba realmente preocupado. Misaki estaba pálido.
-No es nada...
-No digas idioteces. Es tu salud. Vamos ahora mismo al hospital.
-No es necesario, solo sería una molestia.-replicó él chico.
Usami suspiró. Tomó al débil muchacho y se lo echó a la espalda.
-U-Usagi-san...
-¿Ves? Ni si quiera tienes fuerza para reclamar.
Misaki resopló y cerró los ojos.
No sintió nada hasta que fue dejado con delicadeza sobre la silla delantera del auto del escritor, y era reclinado.
Usami sintió unas increíbles ganas de besar al muchacho. Pero no. Debía resistir.
Misaki lentamente se fue quedando dormido. Por alguna razón se sentía extrañamente débil. ¿Acaso algún virus lo había infectado? ¿ Le había caído mal la cena que había preparado la pasada noche? ¿Había cogido un resfriado de mayor grado? Pensando en las posibilidades, y en la remota posibilidad de ver a su hermano -que se encontraba con su esposa en un viaje al extranjero- terminó dormido.
Despertó con el gélido aroma de hospital. Y se revolvió entre las suaves sábanas de la camilla en la que estaba postrado. Sacudió su cabeza y vio a Usagi-san, que estaba en una silla observándolo, con un cigarrillo entre los dientes, más aún así sin encender.
-¿Usagi-san?
-¿Takahashi-san? -Misaki escuchó la voz profunda de un hombre. Al parecer era doctor. Se le notaba algo incómodo.-Soy Mitsuki Akira, su doctor.
-Un...un gusto señor Mitsuki.
-Tenemos que comunicarle una noticia...sorprendente.
Usagi estaba impaciente. Movía su pierna en señal de nerviosismo. Si encontraban algo en Misaki haría lo imposible para curarlo.
-Esto... ¿Qué es usted del joven?-Le preguntó el hombre a Usagi-san.
-Soy su pareja.-respondió cortante. Las mejillas de Misaki se ruborizaron.
-Vaya, ahora todo tiene más sentido.-murmuró para sí.
-¿Qué es lo qué tiene sentido?-preguntó Misaki.
-Joven Takahashi...-el doctor tomó aire.-está usted embarazado.
El corazón de Misaki se detuvo. A Usagi-san se le cayó el cigarrillo de la boca.
-¡¿Qué?!-Ladró el muchacho.
Usagi no podía decir nada. La impresión era demasiada.
-Déjeme decirle que es un caso extremadamente raro.
-¡¿Cómo demonios?
-Verá-Mitsuki se llevó una mano a su frente, intentó ser calmo.-al parecer usted liberaba demasiadas hormonas para atraer al sexo masculino. Y su cuerpo terminó creando un ovulo.
-No puede ser.-dijo para sí mismo Misaki. Sabía que no atraía a tantas chicas, si. Pero, ¿Llegaba a tal extremo? se llevó una mano a su estómago. ¿Ahí dentro suyo se estaba formando un...bebé?
-Es mucha la impresión, demasiada. El cuerpo normal femenino reaccionaría a las semanas. Como su cuerpo no está diseñado para experimentar algo así terminó de esta manera.
-Misaki.-murmuró Akihiko.
-Lo más recomendable sería abortar, podemos empezar ahora...
-No.-le cortó Misaki.
¿Acaso le estaba sugiriendo terminar con una vida? ¿Con la hermosa vida de su hijo?
-Pero...
-¡Es mi decisión! ¿Usagi-san?
El doctor estaba impactado.
-Es nuestro hijo.-terminó diciendo el escritor. Luego miró a Misaki y le sonrió.-Misaki...serás... ¡Madre! -Se le tiró encima y lo abrazó con fuerza.
Mitsuki no lo podía creer. Al parecer era una pareja de enfermos.