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Pésimo novio por Destroy_Rei

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Notas del fanfic:

Es corto, casi muy corto :3

Es como si todos se hubiesen desvanecido, los coches en la avenida se desplazaran más lento, los aromas ácidos fueran más dulces. El frío estaba mortal esa noche, las risas, los ruidos de la fiesta, se alejaban como una caravana que ahora se mueve en sentido contrario. Minho pagó con monedas que rebuscó en sus vaqueros, eran lo único que le quedaba de la mesada de Octubre, y recibió con una sonrisa cansada, un cono de papel lleno de papas fritas aceitosas, que parecían haber sido recalentadas toda la semana, pero que a Kibum le parecieron ‘una jodida delicia’ El joven de cabello negro y ojos felinos, cubrió las frituras con kétchup, mientras tarareaba una canción de Oasis que escuchaba en el único auricular bueno de los audífonos del más alto. Era hermoso. Hermoso con las mejillas llenas de esa salsa de tomates que los americanos echaban a todo. Hermoso mientras su lengua hacia esas imitaciones extrañas de las guitarras. Hermoso cuando se apoyó el hombro de Minho, suspirando contento, con el cono vacío, los ojos cerrados, diciéndole lo bien que lo había pasado.

 

-       yo también me lo pasé bien – sonríe Minho, junta lo más rápido que puede la valentía para rodear con sus brazos la figura delgada del otro, pero no alcanza, y el chico se aparta, levantándose de la cuneta para ir a buscar servilletas al pequeño local donde compraron. El alto suspira, un poco exasperado consigo mismo.

 

Es estúpido que no pueda simplemente darle un abrazo a su novio, ¿Por qué no puede simplemente hacerlo? Seguro que Kibum no se va a apartar a mirarle raro, que no le va a decir algo como ‘¿Qué mierda crees que haces?’ Ya tienen 17 años, han sido amigos los últimos dos, novios hace un mes, existe la confianza suficiente, ¿No debería ser así? Pero él no puede. Voltea a mirarle, mientras sufre por sus inseguridades. Kibum es hermoso bajo las luces nocturnas, limpiándose las mejillas, y se ve tierno con ese poleron de frases en inglés que no entiende, sus piernas se ven tan pequeñas bajo ese oversized, entubadas en unos jeans negros demasiado ajustados. Tiene una belleza hipnótica, es perfecto para Minho, su risa lo es, su personalidad lo es. Todo lo es.

 

-       Creo que es hora de irse a casa – El alto se sobresalta. El aliento del muchacho es cálido contra su cuello, sus rodillas huesudas están apoyadas contra su espalda. Debió estar muy ocupado pensando en lo estúpido que era, y no se dio cuenta cómo pasó el tiempo, cuando el mayor se sentó en cuclillas tras él- Deben ser ya las cuatro de la mañana – suspiró, sus brazos delgados le rodearon el cuello, y apoyó su rostro contra el cuello largo. Minho tragó nervioso, ordenando una y mil veces a su maldito corazón que dejara de latir tan fuerte, tan rápido - ¿vamos?

-       Si – asintió, con el ‘nooo, quedémonos así un poco’ atorándose en su garganta.

 

El frío de esa noche era demasiado, Minho no podía hacer nada contra él, solo llevaba una playera de algodón con el estampado de una banda que apenas había escuchado un par de veces, y una camisa de cuadrille abierta. Los sonidos de la noche se mezclaban con la voz animada de Kim y con una canción de Yeah yeah yeahs que chirriaba desde ese solitario auricular. Kibum decía que le gustaba la noche, que le ponía más vivo, que la noche era para los genios, para los creativos. Hablaba sobre este famoso no sé qué que trabajaba solo de noche, y decía que el mundo estaba obligado a hacer un espacio para los nocturnos, Minho se reía, el viento de primavera era tan gélido como el del invierno, Kibum estaba loco. Minho lo amaba. Quería decirlo, pero se le hacia difícil, lo abrazó por los hombros para consolarse a si mismo, el más bajo volteó en el abrazo, sonriéndole con sinceridad, con afecto. El menor vio un brillo hermoso en los ojos de gato, quiso decirle ‘Hey, estoy enamorado de ti’, besarle la nariz. Pero aún cuando fueran novios se le hacia imposible.

 

La casa de Kibum no era nada especial, su cuarto quedaba en un segundo piso, la escalera estaba llena de retratos familiares, pero el avanzaba rápido, entre risas, no dejaba que el alto se detuviera a mirar nada.

 

-       Estás en mi territorio – le advirtió cuando entraron y la puerta estaba bien cerrada

-       ¿Tú territorio? – alzó una ceja, dejándose caer en la cama

-       Mío – sus ojos se veían más fieros, al menor le encantaban – Tienes que acatar ordenes, ¿entendido?

-       Si, mi capitán – rió intentando guardar silencio

 

Kibum cerró la ventana, fue como si hubiera cambiado la pista de audio, ya no habían ruidos de los árboles, los autos, solo los sonidos de los muebles y los electrodomésticos. Se sentaron el uno junto al otro. Joder, era perfecto. La intimidad del instante, la cercanía del de cabello oscuro. Minho sabía que era ese momento o nunca, se volteó decidido.

 

-       Te amo

-       ¿eh?

 

Minho no alcanzó a preguntar nada más. Kibum había hablado primero. Su boca aún sabía a kétchup, pero a la vez era extrañamente dulce, era húmeda, caliente. Deliciosa. El alto lo aferró por el mentón, abrió la boca, y era el cielo. No sabia mucho de besos, pero la suavidad de sus labios encontrándose era el paraíso, y los suspiros apreciativos que abandonaban la boca acorazonada del mayor eran el mejor premio.

 

-       Te amo tanto –susurró con su boca húmeda, deslizando sus dedos preciosos por las mejillas delgadas del alto, que estaba embobado, asentía como un idiota. Kibum rió – Eres un estúpido, ¿lo sabes?

-       Lo soy – asintió, y se inclinó a besarlo más.

 

El techo del cuarto del más bajo era alto, estaba vacío en un blanco que parecía emular un día nublado, de esos fríos y que se hacían perfectos para estar todo el día acostado en pijama sin hacer nada. Minho abrazó a Kibum bajo las frazadas en la cama, sonriendo contra su cabello y era ridículo que le gustará si olía a humo y a fiesta.

 

Todo era ridículo desde que estaba enamorado de Kibum.

-       Te amo mucho – confesó un poco más seguro apretándolo bien contra si - ¿me vas a ayudar a ser un buen novio para ti?

-       Oyeeee – ronroneó, apegándose más a él, mirándole con una ceja alzada sobre su hombro – puedo ayudarte en lo que necesites, ¿bien? Pero no es tan difícil – se volteó por completo, dándole un beso demandante, con un poco, solo un poco de lengua, para empezar – solo necesitas decirme mucho que me amas, mantener esa cara y ese cuerpo bonitos y empezar a hacer más cariñitos

-       ¿Cariñitos? – le miró sorprendido

-       Cariñitos, bebé, cariñitos – sonrió con descaro, colocando las manos grandes del alto en su trasero

 

Minho tragó duro, seguro que podía hacer eso, ¿no? Le besó entre sonrisas, ser un buen novio para Kibum tampoco sería tan difícil, ni tan malo….

Notas finales:

Estoy haciendo cosas demasiado kawaii, ayuda.


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