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SENSUALIDAD ESCARLATA por Demon Witch

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Notas del fanfic:

Hola a todos!!!! este oneshot va dirigido a todos los que leen la novela Rojo Escarlata, este oneshot esta basado en el capítulo: "La araña color dorado", así que si no has leído Rojo Escarlata, te invito a leerla y a la vez disfrutes, pero eso si debes saber que trata la novela para leer el oneshot.

Ya saben los personajes no me pertenecen, son de su autora Yana Toboso!!!

Y todos que leen Rojo Escarlata!!! les agradezco que comenten y la leean, gracias y sean pacientes el fin de semana debe de llegar pronto!!! xD

Y esto es un extra de lo que paso Ciel en el castillo de Sebby!!

Ya saben nos vemos el sábado y en la novela de Undertaker el miercoles la actualización!!!

Me despido y espero de verdad sea de su agrado este fic!!!

D.W...

Notas del capitulo:

Este oneshot está basado en la novela Rojo Escarlata; el capítulo la "Araña color dorado", es de Alois y Claude y muy poco habla de Sebby y Ciel, este fic es de ese tiempo que paso Ciel en el palacio de Sebby; y como se divirtio!!!

Disfrutenlo bastante por favor!!!

D.W...


Sensualidad  Escarlata:


Hoy es el segundo día que paso aquí,  es domingo y  ayer en la noche del sábado tuve una discusión con el demonio Sebastián, mi captor y el ser del cual creo estar enamorándome….


Todo el problema se debe a que no me deja irme de su castillo del terror; el cual de extraña manera me agrada estar aquí. Ahora mismo estoy en la cama de sábanas negras y almohadones rojos de Sebastián, duermo a su lado o eso intento; en cambio él está dormido de medio lado y me abraza de la cintura, puedo sentir su respiración en mis labios, estamos de frente ambos, acostados y bien abrigados por estas peculiares sábanas.


Amaneció tal vez hace no más de una hora,  pero en este lugar todo se ve tan oscuro que aún diría que es de noche. Observo su rostro es tan hermoso, me avergüenza admitirlo pero él es bastante apuesto, es más de lo que imaginaba, su rostro tiene unas facciones delicadas y perfectas, su cabello está todo despeinado y su intenso color azabache como la más oscura noche.


Toco con suavidad su rostro ya que mantenía mis manos alrededor de su cuello y ahora las deslizo con suavidad a sus hermosas mejillas planas, ah su piel marmórea es tan delicada y tan blanca como la nieve de un cruel invierno.


Me gusta estar aquí, es como si hubiera encontrado mi lugar, mi hogar, mi destino estaba firmado de estar aquí; pero en mi corazón se oprime de pensar en mis pobres damas rotas, ellas están quebradas, rotas, sus corazones dejaron de latir alegremente, para que latiera un desborde de tristeza y desdicha.


Pero aunque se sientan así, yo deseo más que nada quedarme con este demonio, aunque fuera solo para ser su esclavo sexual, lo aceptaría, no sé por qué, pero Sebastián me es tan familiar, es tan seductor, tan nostálgico; de un pasado que no puedo recordar.


Hasta desearía presentarlo con madre y decirle: “Madre conoce a mi amante, es un demonio de alto linaje; y por cierto es masculino y estoy enamorado de él y me iré con él al infierno a vivir mi amor de cuentos de hadas”, jamás le diría eso la mataría antes, con que supera que Sebastián  es un demonio seguro se moriría. Ya fue lo suficiente difícil decirle sobre mi orientación sexual confusa; decirle que me gustan los chicos pero también las niñas, me confundieron completamente, pero al lado de Sebastián averigüe que ninguno de esos dos me atrae, sino en realidad el único que necesito es de él, de mi seductor escarlata.


Abro despacio mis ojos de nuevo y veo una sonrisa ladina en sus labios, mientras duerme plácidamente, según Maggie la sierva demonio de Sebastián; ella dice que los demonios no duermen ya que no pueden soñar, pero si pueden darse el lujo de algo parecido de caer en una ensoñación, donde su subconsciente descansa, pero igual su consiente está alerta; los demonios son demasiados complicados para mí, pero este bastardo me estuvo seduciendo con sus ojos escarlatas en mis sueños.


Lo observo con toda claridad, esa sonrisa significa que algo trama, quién sabe que sea, ayer me hizo trampa seduciéndome, entonces supongo que debe ser un triunfo; detesto perder. Mis manos siguen acariciando con delicadeza su fino rostro y esa sonrisa se hace mucho más grande; siento como suavemente sus manos se riñen más en mi cintura, y ahí está de nuevo el caos de mi vida, sus encantadores y llenos de seducción infernal, esas malditas orbes que me llegan a enloquecer; ha abierto sus ojos y me mira con una dulce sonrisa; acerca su rostro de forma felina, mientras yo lo único que hago es sonrojarme, siento arder en llamas mis mejillas y ahí está un delicado beso en mis labios y está a punto de mencionar mi nombre lo sé.


-Ciel-dijo con su voz profunda, y ese terciopelo en cada letra que me está matando de un extraño sentimiento.-Buenos días mi Ciel-dijo de nuevo con esa sonrisa llena de dulzura que diría es la de un pastel de chocolate; ah un pastel de chocolate, eso sí que me caería bien  para desayunar.


Lo he ignorado y él sigue esperando mi respuesta, siento sus traviesas manos deslizarse por todo mi cuerpo de manera desvergonzada, no puede ser, debo reaccionar o caeré en su juego de seducción.


-Sebastián, ¿es qué jamás te cansas?-dije con un semblante molesto pero claro un suspiro al final de la frase a delatado que me gusto esa última caricia en mis piernas.


-Mmmm, lo primero qué le dices al demonio con qué hiciste el amor ayer de miles de forma es eso, vaya qué insensible eres; por cierto no me canso de tu cuerpo, nosotros los demonios nos regimos por la lujuria un pecado capital y los demás claro, así que pequeño mío qué tal si empezamos el día con un poco de ejercicio-dijo él con ese tono coqueto que cada palabra me sonrojaba demasiado, este maldito siempre encuentra como molestarme.


Comenzó a moverse sobre mí de nuevo y estaba a punto de tomar esa posición sobre mí para hacerme suyo; pero  no se lo iba a hacer tan fácil por hacerme trampa ayer. Me deslice con cuidado hasta el final de la cama y baje antes de que pudiese tomar mi pierna y jalarme de nuevo.


-Vaya, pequeño amante quiere jugar-dijo en son de burla, mientras una mirada lujuriosa se clavaba en  mi cuerpo desnudo, lo había olvidado.-Mmmm, este es un espectáculo mejor, que buena vista para ser tan temprano en la mañana-dijo ese maldito mientras como un felino se encaminaba hacia mí.


-Sebastián, vamos a desayunar ni te acerques tanto a mí idiota-dije molesto, estaba deslizándose sensualmente en la cama, podía ver ese perfecto cuerpo varonil, subir y bajar de las cobijas como si de donde estuviera pudiese tocarme.


Su cuerpo se estremecía solo en esa ancha cama, y yo tenía la mirada perdida, ¿qué era lo qué hacía ese demonio?


-¿Sebastián qué haces?-pregunte avergonzado y muy ruborizado; ya que unos sensuales gruñidos y suspiros salían de las sábanas negras; mientras yo desnudo al pie de la cama miraba todo con confusión.


-Bueno…..Cómo no quieres ayudarme hacer unos cuantos ejercicios, los haré solo…..AH CIEL-decía eso con picardía en cada palabra para que al final suspira fuerte mi nombre.-Ah Ciel-decía en cada gruñido, su voz aterciopelada sonaba bastante excitada, y yo estaba empezando a incomodarme.


No lo resistí más, sus gruñidos graves y esos suspiros con mi nombre estaban volviéndome loco; subí de nuevo a la cama y empecé a subir por la cobija negra, hasta un punto donde la descubrí toda;   y aquella imagen erótica fue demasiado para mí.


Sebastián estaba con su mano izquierda estrujando su miembro con fiereza, sus ojos estaban de ese color felino peligroso, aquel rosa fluorescente que brilla malévolamente. Y  su mirada estaba completamente perdida, mientras sus mechones negros tan traviesos se pegaban a su rostro de manera seductora por aquel sudor que caía sin darle tregua.


La imagen de ese demonio me dejo sin palabras; y el rubor de mis mejillas dejo de existir, ahora existía en todo mi rostro; y con extrema vergüenza tome su mano y la aleje de su protuberante miembro y empecé a besar su punta.


Sentí como su cuerpo se estremeció y su mano se colocó en mi cabeza dándole una suave caricia, y vi entonces sus maquiavélicos ojos seductores que habían conseguido lo que querían; ese maldito me había seducido para hacer eso. Pero me las pagaría, aunque jamás lo he hecho, se lo haría hasta que se corriera en mi boca y gritará  fuertemente mi nombre y le enseñaría quién es el amo.


Me miraba intrigado, mientras yo lo observaba fijamente, e inicie unas lamidas lentas por toda la extensión de la base hasta el final, donde sumergí mi cara en su entrepierna; podía sentir ese cuerpo varonil estremecerse ante mis lamidas lentas, como mi propio miembro deseaba de lo mismo. Y seguí con cautela, dando las primeras lamidas fuertes y deslizando mis dientes en su hombría de manera tortuosa; esos gruñidos fuertes eran una sinfonía de la cual no quería que se terminara, y aquellos suspiros desprevenidos cada vez que abría mi boca y fingía que lo tragaría, eso lo estaba torturando de sobremanera, lo sabía bien ya que sentía como presionaba mi cabeza con ambas manos para que así lo engullera, pero no se la iba hacer fácil.


-Ciel, por favor-decía entre un gruñido feroz y ejercía presión en mi cráneo.


Ese suplicante gruñido de enojo, me hizo sentirme superior, y levante mi vista; y lo que vi me dejo helado, mientras besaba lentamente su miembro para entreabrir mi boca.


Vi sus ojos de demonios lagrimosos, un hilo de saliva que caía de sus labios, y un leve pero muy imperceptible rubor en sus planas mejillas; fue una vista gloriosa, lo tenía derretido en mis manos y sentía el palpitar de mi propio miembro gritarme que acabará con eso para que fuese mi turno.


Y así con esa mirada de súplica lo trague de golpe aquel bestial falo que estaba tan hinchado y dejaba un pequeño delis de su esencia caer en la punta. Al engullirlo todo, mi lengua empezó a jugar y aunque me estuviera ahogando por aquel miembro tan grande, inicie con movimientos de arriba abajo; mi cabeza salía y entraba con lentitud, para después agarrar un ritmo a velocidad, ya que sus fuertes manos me imponían que acelerará más la felación.


Seguí con esos movimientos y de vez en cuando miraba aquellos ojos verme con esa sonrisa maliciosa que empezaba a enloquecerme.


-Ah Ciel, más por favor, más pequ….ño…..a….mante-decía su aterciopelada voz entrecortada y sus ojos se ponía en blanco y se iban hacia atrás; lo tenía en el delirio del placer a mi demonio; mientras mi cuerpo ya no resistía, pero no me daría por vencido lo haría mío, lo haría venirse en mí.


Seguí a toda velocidad, entraba y salía, y así seguía hasta que ya en lo último sentía un fuerte dolor en mi miembro de lo duro que estaba; cuando mordí con fuerza la punta de su pene, ya que no soportaba estar ahogándome con la felación y menos sus manos que imponían aquel ritmo bestial en mi boca. Lo mordí tan fuerte que puede y sentí su espalda arquearse; y un sonoro grito inundo la habitación.


-AH CIEL, CIEL, CIEL, CIEL-grito tantas veces mi nombre y un extraño gruñido animal al final de correrse enormemente en mi boca, que con mis pobres intentos tragar todo, me estaba ahogando con su eyaculación; está la trague por completo en mi boca, aunque parte de ella mancho mi rostro hasta dejarme completamente sucio.


Su cuerpo se estremecía de forma brutal con tanta fuerza y aquellos ojos demoníacos cambiaban de rojo escarlata a ese rosa purpureo brillantes, no se mantenían en un solo color sino en realidad estaban descontrolados; el sudor de su cuerpo se deslizaba cual agua de lluvia en una hoja. La mirada perdida de Sebastián y la saliva  que caía de su boca fue extremadamente sensual para mí.


Lo había hecho correrse y disfrutar de ese maravilloso orgasmo; aunque deseaba que me poseyera nuevamente a su forma maligna y pasional; quería causarle más placer que ahora.


Entonces me deslice con fiereza como un felino a su abdomen, y me senté en sus piernas sobre su miembro; mis manos traviesan se deslizaban con cuidado por su pecho. Mi labios tomaron los suyos con  firmeza, su cuerpo reacciono de nuevo sentía debajo de mi trasero como esa bestia volvía a ponerse duro.


-Mi Ciel, es una fiera-decía entre los fogosos beso que le daba.


-Tú te haces llamar mi dueño, me has hecho tuyo incontables veces, me has marcado Se-bas-tián-dije juguetón  y en un tono coqueto que lo sorprendió, pero a la vez lo hice sonreír, no sabía que pero adoraba esa maldita sonrisa maligna en su rostro.


-Ahora déjame, hacerte disfrutar mi amante escarlata-dije seductor mientras mordía sensualmente su labio inferior, hasta hacerlo sangrar.


Ese demonio no dijo nada, su endemoniada sonrisa fue lo único que necesitaba ver, aunque sabía perfectamente que ese juego que juaga era peligroso y bastante vergonzoso; ya que sentía arder más esas mejillas pero aun así lo continúe.


Baje  a besar su cuello, lo lamía de arriba abajo, e incrustaba mis dientes, como él solía hacerme hasta la clavícula. Después empecé a lamer esos pezones rosa que estaban empezando a ponerse erectos, los hacía en círculos y sentía estremecerse su cuerpo  debajo del mío, yo en cambio seguía con sus botones rosas, hasta que llegue a morderlos con fuerza hasta dejarles pequeñas mordidas que se volverían moradas después; mientras él lo único que hacía era gruñirme con fiereza.


Bajaba por su cuerpo dejando besos ensalivados en su enorme pecho y mordía cada parte de este con voracidad, le dejaba cada mordida como él a mí  cuando me hace el amor.


Pero claro este traicionero demonio esperaba más de lo que yo podía darle, y sin previo aviso sujeto mi trasero con ambas manos y con una separo las nalgas para introducirme unos de esos dedos de manera brutal y sin delicadeza. Me estremecí y miles de lágrimas salieron sin control.


-Oh, mi pobre e inocente amante, no puede soportar eso-dijo burlista con ese cinismo tan característico de él; y una sonrisa sádica en su rostro mientras su dedo se movía abruptamente en círculos en mi interior.


-No es cierto, sí puedo-dije decisivo y bastante altivo, a pesar que en mi interior sentía que me rompían todo el trasero.


Empecé a mover mis caderas con ritmo de ese dedo mientras tomabas sus labios en un beso pasional, pude sentir su otro dedo introducirse y cambiar a hacer unas tijeras en mi interior.


Aunque muchas lágrimas salían y mi rostro estaba adolorido pero a la vez sentía placer; necesitaba distraerme de esos molestos intrusos así que una mano mía se dirigió a donde estaban las dos manos de Sebastián y tome la que estaba libre la dirigí a donde estaba mi miembro; y empecé a moverla sobre mi pobre pene que se moría de atención desde hace rato.


La cara de sorpresa de Sebastián  fue todo un poema, pero cuando sus ojos escarlatas volvieron a tornarse demoníacos me asuste. Su mano empezó a masturbarme fuertemente, sentía demasiado delicioso en mi miembro que olvide aquellos intrusos; mientras él metía un tercero, yo mordía su cuello, clavícula y subía a esos labios para morderlos; en cambió él seguía con sus dedos ensanchado mi pequeña entrada, pero la forma en que estrujaba mi miembro me estaba enloqueciendo que en cualquier momento me iba a correr.


Así que me levante suavemente sobre la cama y sus dedos salieron de mi interior aunque su mano soltó mi miembro que estaba a punto de correrse sin aviso. Lo mire de lo alto y me senté sobre su miembro, poco a poco hasta que de un golpe me volví a levantar a menor altura sobre él; que me miraba confundido; y fue de golpe que me senté en su pene hasta introducirlo completamente en mi interior; sus ojos se habían vuelto hacer escarlatas pero después de mi salvaje forma de meterme su miembro, se tornaron de manera demoníaca y un fuerte grito de ambos inundo la habitación.


-CIEL/SEBASTIÁN-gritamos ambos después de esa entrada salvaje.


Me quede quieto ya que me dolía todo mi interior y pausaba mi respiración que subía y bajaba descontroladamente, era tanto el placer que sentía en mi cuerpo que mis pulmones no lo aguantarían de nuevo, que me parecía iba tener un ataque de asma.


-Ciel, eres un demonio de verdad, qué ideas pequeño amante, soy completamente tuyo, solo tuyo….Ciel, hazme sentirte solamente tuyo-dijo sensualmente mientras el sudor de su rostro caía y su pecho controlaba su respiración.


Sentí como beso con suavidad mis labios para pausarnos ambos, él debe verdad es………


-Sebastián, yo……-dije inconscientemente, pero me ruborice ya que estaba a punto de decirle que lo……….


En eso sentí como todo cambió de lugar ya no estaba arriba de él sino estaba abajo, mis ojos se abrieron como platos ya que observe esa mirada escarlata que se encontraba muy sorprendida para después tornarse se forma dulce; y un cálido beso, tan suave como una pluma surco en mis labios, sentí un mar de emociones de parte de ese beso que me dio, hasta que abrí mi boca y sentí como su lengua se deslizaba lujuriosa en mi boca. Y esta buscaba incitar a la mía a danzar juntas, en un baile que perdería; mi mente estaba en blanco, todo me daba vueltas en la cabeza; y en eso el beso se terminó uniéndonos en un puente de saliva de ambos.


-Ciel, mi precioso Ciel, sé mío por favor, sé solamente mío para la eternidad, en cuerpo, en mente, y en tu alma, sé mío completamente-dijo con esa voz de terciopelo que sonaba un tanto melancólica y a la vez seductora; era un suplica muy desesperada de amor que hizo mi corazón derramarse; jamás me habían amado de esa forma, ya había caído en el demonio otra vez, por sus bellas y venenosas palabras.


-Sebastián, soy tuyo, hazme sentirme tuyo de nuevo; seré tuyo de por vida, quiéreme- dije de forma tierna, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas había sentido un extraño sentimiento de nostalgia tan fuerte que hizo que mis ojos se volvieran acuosos.


-Eso lo sé, te necesito solo conmigo mi Ciel, déjame mostrarte como quieren los demonios-dijo de forma dulce mientras lamía las pequeñas lágrimas traviesas que salían de mi rostro.


En eso abrió de nuevo mis piernas y se introdujo de nuevo en mi interior mientras me rompía en dos otra vez; espero a que me tranquilizara y me besaba; cuando esa suaves y delicadas embestidas empezaron a darse.


Sus estocadas eran pausadas, mientras iniciaba a masturbar mi miembro de nuevo, solo gemidos salían de mi boca y esa sonrisa suya crecía de gran tamaño con cada gemido con su nombre.


-Ah Sebastián, más por favor, hazlo de verdad-le dije molesto de sus suaves embestidas que eran una tortura para mí.-Yes my Lord-dijo con sensualidad.


Y así empezó a embestirme con velocidad, mientras aumentaba el ritmo en sus estocadas, todo era tan sensual, tan erótico, tan demoníaco.


Y continuo así y ya no eran gemidos los que inundaban la habitación eran gritos de placer que daba ya que sus embestidas se volvieron salvajes, e inhumanas. Me estaba destrozando pero a la vez me moría en mi interior de placer, sus estocadas eran certeras y arqueaba mi espalda de manera brutal con cada vez que le daba al blanco en ese punto que me hacía delirar de placer.


Sus estocadas eran tan vertiginosas, fuertes y profundas, mientras sus ojos escarlatas se tornaban rosa fluorescente de forma felina; y en eso sus embestidas le  daban solamente a ese punto especial que me estaba matando del placer lujurioso mientras me masturbaba con fiereza, eran estocadas demoníacas.


Ninguno de los dos lo soporto y ambos nos venimos sin previo aviso. Me vine en nuestros abdómenes y en su mano; mientras su esencia caliente se venía en mi interior con un sonoro grito de nuestros nombres.


-CIEL/SEBASTIÁN-gritamos al unísono.


Y esa exquisita corriente eléctrica domino nuestros cuerpos sudorosos y viscosos en un abrazo total. Me beso con dulzura y correspondí gustoso, mientras nos mirábamos con cariño y me abrazo fuertemente, ya que tomaba la sábana negra y la deslizaba sobre nuestros cuerpos.


-¿Qué tal una siesta antes del desayuno?-dijo tiernamente, y me daba un dulce beso en los labios, después de salir de mi interior.


-Quiero pastel de chocolate para el desayuno-dije dificultosamente, aún estaba muy cansando de tanto ejercicio.


-No debería, pero lo prepararé, con té Earl Grey no es así Bocchan-dijo con dulzura mientras nos abrazábamos debajo de la sábana y entrecerraba sus ojos pesadamente.


Besé sus labios con delicadeza, parece que había cansado demasiado al demonio, ya que Sebastián no escucho mi contestación, pero no me importo ya que estaba embobado con esa dulce sonrisa maliciosa de satisfacción en su rostro. Así que no dije nada y cerré mis ojos dulcemente después de darle un beso en sus labios y decir:


-Quédate a mi lado siempre Sebastián-dije ya cayendo de nuevo en un sueño relajante.


-Yes, my Lord-dijo Sebastián con ese tono de firmeza mientras acurrucaba delicadamente a su niño en su regazo y lo abrigaba con la manta y su cuerpo sin dañarlo.


-Siempre estaré a su lado, aunque mi cuerpo desparezca, jamás me iré de su lado; ya que soy un demonio enamorado y esta vez no le dejaré irse tan fácilmente; siempre serás mío Ciel-dijo el demonio con una sonrisa mientras el escarlata color de sus ojos se tornaba demoníaco.


Aquel demonio había hecho una promesa, que cumpliría a toda costa, no dejaría que nadie le quitará lo qué más amaba en todo el universo, ni el infierno, el cielo o la Tierra se metería con su único amor….


¿Podrás escapar del escarlata color de sus ojos?


 


No puedes….Jamás escaparás………

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado y espero al menos un review para saber si fue de su agrado!!!

 

Y esperen  pronto mi nuevos proyectos de una serie llamada: "Las aventuras del País de las Maravillas" que subiré pronto sobre como los personajes de Kuroshitsuji, se divierten ahí; será una colección de oneshot!!!

 

Nos leemos la proxima!!!

 

D.W....


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