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Master por midori_bs

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Notas del fanfic:

ESTE FIC EXISTE PORQUE ESTE FANART EXISTE 

(y porque sekai + vampiros = mi versión del cielo)

 

Notas del capitulo:

Es bastante corto pero necesitaba sacármelo de la cabeza uvu

También publicado acá

Los gritos de la mujer son como un millón de agujas clavándose en la piel. Y agujas es lo que ella siente en principio, y luego dolor puro y desgarrador. 

Su cuerpo cae con un golpe sordo sobre el piso de mármol. Sehun se encuentra en el proceso de limpiarse las manos con uno de sus pañuelos caros, cuando un grito masculino retumba en las paredes del castillo. Ah, Jongin debe estar por terminar también. Espera que recuerde limpiar el desastre que genere, porque el neófito puede ser extremadamente descuidado y Sehun se regodea en la perfección de su castillo. 

Hacerse cargo de Jongin es todo un trabajo para Sehun, que de por sí no tiene demasiada paciencia. Pero, técnicamente, cuidar del neófito era más sencillo que dejarlo libre y sin guía, viendo que quien lo hubiese convertido no había venido a buscarlo nunca. Un vampiro suelto por los alrededores, confuso y sediento, rápidamente generaría muertes en masa que tarde o temprano le traerían problemas a Sehun, que conoce las ventajas de mantener un perfil bajo en un mundo donde los humanos representan una amenaza creciente.

Hace una mueca mientras se deshace del cuerpo de su almuerzo, para llamarlo de alguna forma, una herida apenas perceptible en su garganta de la que no cae ni una gota de sangre. Tantos años le dieron a Sehun la habilidad de alimentarse con gracia, una habilidad de la que se muestra orgulloso.

Resuenan pasos desde la escalera principal, una belleza arquitectónica de más de cincuenta escalones, recubierta de una alfombra roja (es un color práctico considerando los hábitos de sus dueños) y Sehun sabe instantáneamente que es Jongin. ¿Quién más, de todos modos? El castillo está deshabitado desde hace centenarios, cuando Sehun lo hizo construir con el dinero que le robó a un Lord de las tierras del Norte, antes de beberse su sangre. Y mientras los pueblos parecen alejarse más y más de estos terrenos, Sehun disfruta de una privacidad notable.

—¿Ya acabaste? —pregunta, aunque la respuesta es bastante obvia, viendo los manchones de sangre que decoran la garganta y el cuello de la camisa del neófito. Sacude la cabeza, siempre tan desastroso a la hora de comer…

Jongin no responde, pero se acerca con pasos silenciosos hacia Sehun. Jongin no habla mucho, realmente, y Sehun se cansa de intentar arrancarle palabras de la boca con rapidez.

—¿Qué quieres? —bufa, apenas sorprendido cuando Jongin sostiene una de las solapas de su chaqueta para inclinarlo hacia adelante y poder devorar su boca con la suya. Sehun comprende al instante a dónde va todo esto: Jongin tiene la tendencia a excitarse luego de alimentarse bien. Usualmente la víctima de su libido termina siendo Sehun, que tampoco considera un enorme sacrificio enterrarse en el cuerpo invitante de Jongin.

El neófito está a un segundo de rasgar la camisa blanca de Sehun cuando el vampiro mayor le sujeta la muñeca, deteniéndolo al instante, y lo obliga a recostar la espalda en el duro suelo de mármol.

—Quédate ahí —ordena con voz firme, y Jongin obedece. Jongin siempre obedece, como si Sehun fuera su creador, su maestro. Traza con un dedo pálido y largo las líneas del pecho del neófito, piel manchada con gotas viajeras de sangre que manchan su camisa abierta. El neófito le observa con ojos salvajes, el único punto expresivo de su rostro plácido. Sehun lo acaricia sobre sus pantalones de cuero oscuro, desgarrando la prenda segundos después con la fuerza de aquellos que poseen la inmortalidad.

Jongin no se molesta en usar ropa interior, un detalle conveniente cuando se encuentra tan frenético,  por lo que en lo que Sehun tarda en deshacerse de sus pantalones, el neófito se muestra listo para él. El vampiro mayor lo penetra en una sola embestida rápida, y lo ve soltar una única exhalación. El cuerpo de Jongin es fuerte, fortalecido por su paso a la inmortalidad, y fuente de placer inagotable para su nuevo amo.

La sangre nueva corre por el organismo de Jongin y lo vuelve más sensible, casi hirviendo con energía. Sus piernas van a enredarse a la cintura de Sehun para obligarlo a acercarse más, hasta que no queda casi un espacio entre ellos.

Sehun establece un ritmo rápido, preciso, y Jongin se deja follar en el piso porque sabe que, en el fondo, es él quien está usando a Sehun, que pasó centenarios sin la necesidad de establecer relaciones carnales con nadie. Su amo es bueno, sin embargo, y contesta a todos los caprichos de Jongin, que aún es un neófito con poco control de sus impulsos  y poco conocimiento de su propio cuerpo.

Jongin sabe los básicos: es un vampiro, necesita sangre para seguir viviendo (¿es correcto llamarle vida a esto?) y la sangre nueva reemplaza a la vieja. Es como una máquina de energía.

Es… es como ser humano pero sin serlo. Es dejar todo atrás o ver morir uno a uno a todos los que te importan. Jongin es demasiado peligroso para verlos, de todas formas, y el confinamiento en el castillo de Sehun es la opción más segura para ellos y para él mismo.

Sehun. Sehun siempre se encarga de él. Le trae comida y le explica que el sol lo debilita, que si deja de alimentarse solo logrará volverse loco y salir a masacrar el pueblo más próximo, que con los años será capaz de controlarse a la perfección y que hay muchos como él en el mundo… Sehun es quien lo mantiene cuerdo, y Jongin piensa que su apego al vampiro mayor bordará en la locura si pasa muchos más años con él, pero no le importa ya lo ha perdido todo.

Todo. Menos a su amo.

Sus dientes se clavan en la piel del hombro de Sehun cuando éste lo embiste particularmente fuerte. El placer le embota los sentidos y luego los hace estallar, Jongin siente que le crecen los colmillos y no puede evitar morderlo. Realmente, su tendencia a morderlo durante sus relaciones sexuales no sorprende más a Sehun, que sólo suelta un gruñido, sintiendo a Jongin succionar con entusiasmo, y retomando su ritmo con un nuevo frenesí. A Jongin no es al único al que le excita, al fin y al cabo, y pronto se encuentra jadeando, la combinación de los dientes de Jongin en su hombro y estreches de su interior dejándolo sin aliento. Jongin gime mientras continúa con su festín, sus uñas dejando marcas en forma de media luna por la espalda del vampiro mayor. Sehun sabe que no va a durar mucho más, por lo que sujeta a Jongin del cabello para hacerlo detenerse e inserta sus colmillos afilados cerca de su cuello, disfrutando de su sabor único y embistiéndolo en la forma que sabe que es suficiente para hacerlo correrse.  Jongin arquea la espalda en cuanto siente a Sehun comenzar a beber de él, sus instintos le dicen que esto es peligroso, pero su cuerpo se relaja y centros nerviosos captan solo placer. Su amo no lo mataría de esta forma, de todos modos, no cuando secretamente está cansado de vagar por el mundo en eterna soledad.

La forma en que llega a su orgasmo es casi violenta, y Sehun deja ir su cuello en ese momento, concentrándose en penetrarlo una y otra vez para llegar a su clímax. Jongin siente que sus huesos se vuelven líquidos por esos momentos, cierra los ojos para permitir que las sensaciones se multipliquen por mil y apenas hace un pequeño sonido cuando Sehun se corre dentro de él.

El vampiro mayor no tarda mucho en incorporarse, sin molestarse volverse a vestir antes de ordenarle a Jongin que suba a lavarse.

—No puedo permitir que vayas por mi casa con esas pintas —Sehun hace una mueca y lo escolta personalmente al baño, aunque sabe que Jongin raramente desobedece una orden suya.

“Tampoco es que hubiera alguien para verme” piensa el neófito, pero se calla porque el vampiro mayor puede ser algo extraño, pero le debe demasiado para empezar a ponerse quisquilloso por tonterías como esa.

Una vez en la bañera, una estructura circular de madera que Sehun puede permitirse, un lujo realmente, Jongin se relaja dentro del agua tibia. Un baño de este tipo no era algo que pudiera permitirse cuando era humano, su familia apenas podía contar como clase media. Había seguido a aquel hombre con promesas de un buen empleo, más dinero y un futuro mejor para todos ellos… Y había acabado en el suelo del bosque, confundido y asustado porque su cuerpo no se sentía como su cuerpo.

Sehun lo saca de sus pensamientos cuando comienza a lavarlo. El vampiro mayor debe estar de buen humor, supone, y Jongin disfruta de las atenciones que recibe de su maestro porque sabe que, aunque lo llame así, ambos son partes esenciales de sus existencias. El agua corre desde su cabello hasta sus brazos, y cuando su antes clara superficie comienza a cambiar, Sehun se ocupa de sí mismo con rapidez y los saca de la bañera.

Jongin deja que Sehun le seque el cabello, que le cae oscuro y espeso sobre los ojos. El vampiro mayor le da un par de pantalones y una camisa nueva y lo envía a dormir, porque comienza a amanecer y aunque el castillo está completamente protegido, el horario diurno los vuelve considerablemente más débiles y es tonto gastar energía valiosa.

La habitación principal se encuentra en un subsuelo porque Sehun es una criatura particularmente paranoica, descubre Jongin, y la cama en el centro (¿quién inventó lo de dormir en ataúdes? Que sea un vampiro no significa que no tenga clase, piensa Sehun con indignación) es lo suficientemente grande para que quepan ambos y alguien más, con telas a los lados y un pequeño techo. Una exageración, desde el punto de vista de un mucho más simple Jongin, pero parte del encanto de su amo, tal vez.

La temperatura no es un problema para ellos, no puede matarlos ni afectarlo, por lo que Sehun ni siquiera le da uso a las sábanas de seda, ni tampoco se digna a usar algo similar a los ridículos pijamas de los Lords (¡Qué ridiculez!) por lo que desperdicia ropa perfectamente cara, y obliga a su compañero a hacer lo mismo. Jongin lo obedece porque la ropa que lleva ni siquiera es suya, y la comodidad es la última de sus prioridades. En lo único que se permite ser caprichoso es la forma en que se duerme. Sehun lo rodea con brazos y Jongin deja que su flequillo le haga cosquillas en el cuello, dejando que la sensación de seguridad actúe como una nana. El vampiro mayor pretende que esto es todo un sacrificio para él, clamando que no es sencillo dejar ir su espacio personal después de tantos años solo, pero Jongin sabe que desea el contacto tan desesperadamente como él. A veces, cuando cree que Jongin ya está inconsciente, Sehun lo abraza con más fuerza, acariciando la parte superior de su cabeza con la punta de su nariz y murmurando frases que Jongin apenas llega a descifrar.

No te vayas es la única que comprende cada vez, y es suficiente para seguir adelante en el caos que es su (no)vida. Quizás esté perdiendo la sanidad poco a poco, quizás no abandone jamás las paredes de este castillo, quizás se olvide de quien es… Pero mientras Sehun lo necesite, tiene un motivo para continuar. 

Notas finales:

Vampire!au son los mejores au ;; Espero que les haya gustarlo leelo tanto como yo disfruté escribiéndolo ♥

Como siempre, apreciaría mucho que se tomaran el tiempo de dejarme lo que pensaron leyéndolo en un comentario c: Y aún así, gracias por leer.

Mucho amor Sekai/Kaihun para ustedes~~

¡Saludos!

@mrfanfantastic


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