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Rosshel & Kathe por FOxLive

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Notas del capitulo:

Saludos al que decidio leer mi historia, se que no soy de lo mejor escribiendo, pero me entretiene bastante escribir esta historia, espero que me den sus comentarios y criticas :B

Su existencia únicamente fastidiaba la mía, observe desde la sala como Kathe, mi nueva hermanastra, mantenía una animada y ruidosa charla con sus dos mejores amigas.


Ahora ni siquiera era capaz de ver la televisión tranquila en mi propia casa.


Una de las chicas volvió a reírse fuerte, cómo si estuviera en su propio hogar, ignorando el hecho de que estaba yo a unos quince metros de la cocina.


-Mierda.- Murmure entre dientes, tomando el control remoto.


Sin pensarlo demasiado, comencé a subir el volumen, del 15% paso al 35%


La diferencia era notoria, tanto que por fin había opacado por completo el timbre chillón que tenia una de las chicas.


Con satisfacción mal ocultada la mire a ella, quien ya se encontraba mirándome, mientras que las otras


dos amigas chismoseaban entre ellas, seguramente sobre mi reciente actuación.


Sonreí victoriosa y ella ladeo los ojos, volviendo a mirar a sus amigas, la ignore y me concentre en las imágenes que pasaban en la televisión.


En cuestión de segundos, tal vez un minuto, escuche como la puerta era abierta y luego cerrada para ver como las dos mujeres se habían marchado y Kathe pasaba de mi, para ir directo al segundo piso.


-Pf...- Resople, molesta de que sólo esa acción logrará fastidiarme.


Los minutos habían pasado, una hora con cuarenta minutos, cuando volví a escuchar unos pasos provenientes de la escalera, y el dulce perfume de Kathe.


Llego hasta la sala y trague saliva, al ver su cambio de look, estaba ya bañada con un ajustado vestido color piel con pequeños bolados en un lado del tirante, junto a unos tacones negros, haciendo juego con el vestido.


-Que miras.- Dijo y me percaté que me había quedado mirándola.


-Nada, solo pensaba que es muy temprano.- Hice una pausa para observar el reloj que tenia en la muñeca.- Para que vayas a trabajar en la esquina.- Finalice sonriendo de lado.


Ella inmediatamente frunció el ceño al entender mi chiste.


-Ya madura, ¿puedes?- Contesto, pasando a un lado mio, para sentarse en el sofá restante.


El silencio entre nosotras fue instantáneo, solo se oía las voces provenientes del televisor que ya había vuelto a su volumen normal.


Con disimulo la mire, estaba distraída, contestando seguro algún mensaje en su celular.


El timbre de la casa se activo, y ella rápidamente se levantó de donde estaba pero antes de irse me miró y yo igual, deseando que me diga donde y con quien iba estar.


- Si llama mi padre, dile que salí con las chicas, por favor.- Dijo esto último de mala gana.


-Claro, y si pregunta donde fuiste, ¿le diré que estas en la esquina?


-Idiota.- Murmuró.- Estaré en bambuddha.- Contesto, nombrando un antro muy conocido.


Ya no dije nada, solo apoye mi codo sobre el reposadero del sofá, para dejar descansar mi mentón en la palma de mi mano, fingiendo que ya no la veía.


Pude sentir como aun me miraba, hasta que por fin se dio la vuelta para dirigirse a la salida.


La voz de un hombre se escuchó y me levante sin pensarlo, antes de que Kathe logrará cerrar la puerta, la detuve, para luego tomar su brazo y acercarla a mi.


- No vayas a llegar tarde.- Dije bajo, lo suficiente para que ella logrará escucharme.


Frunció el ceño y con fuerza se soltó de mi agarre, ignore eso, para luego mirar al chico que tenia mi misma altura, uno con setenta y ocho.


Su indiferencia fue igual a la mía, Kathe rápidamente agarro la mano de el y a paso rápido se alejo.


Cuando los perdí de vista, volví a entrar a la casa para dirigirme de vuelta al sofá y apagar el televisor, me quede observando la pantalla negra de este unos segundos y tome la Laptop que descansaba sobre la mesa.


Un viernes de noche, y yo en mi casa con un cómodo short blanco de chico y una camisa negra de tirantes, siempre buscando la comodidad antes que la vanidad.


Ya había cumplido mis diecisiete años pero nunca había sido aquella clase de chica que sale cada fin de semana o que ya está planeando que hacer la próxima semana.


La computadora había arrancado correctamente, ingrese mi nombre y luego mi contraseña para terminar dando en 'conectar'.


Hacia un mes que en esta casa había pasado de dos integrantes a cuatro, aun no me acostumbraba y a pesar de que me llevaba muy bien con el padre de Kathe, no podía evitar chocar siempre con ella.


Mensaje: ¿Que tanto hacías?


'Nada, solo esperaba que se fuera la distracción' Conteste a mi compañero de juegos.


Mensaje: ¿Tanto te distrae? Eso significa que esta muy bien tu hermanita.


'No empieces' - Avise.


Mensaje: Oh, Oh.- Se rió.- Hermana celosa.


Sin más, cerré la ventana de conversación pero nuevamente se abrió cuando mando otro mensaje.


Mensaje: Esta bien, esta bien, por cierto, ya viste el nuevo Skin de Morgana.


La conversación por fin había tomado otro rumbo, hasta que comenzamos con una partida que terminaron en otras tres más.


La madrugada rápidamente había llegado, la Laptop descansaba nuevamente sobre la mesa, y yo lentamente me iba quedando dormida.


.

.

Abrí de golpe los ojos, sintiéndome desorientada al ver que no me encontraba en mi habitación, las risas provenientes de afuera, me pusieron en alerta.


Mire mi pequeño reloj, frunciendo el ceño al ver que eran las cuatro AM.


Me levante del sofá, caminando hasta la puerta, abriéndola antes de que la nueva integrante de la familia pudiera hacerlo.


- Rosshel... Ross...- Escuche mi nombre y mire el estado de Kathe que estaba siendo sostenida por el mismo muchacho.


- Que demonios, ¿siempre tienes que emborracharte?- Dije con un verdadero fastidio.


-Dejala, solo se estaba divirtiendo.- Contesto el chico por ella pero lo único que preste atención fue su asqueroso aliento a alcohol.


- Si...- Respondió a duras penas, Kathe, que parecía que se iba quedando dormida.- Vamos Charles.-


Comenzó a acercarse a mi, que me encontraba en medio de la puerta, y pude sentir como un tic nervioso se adueñó de mi ojo izquierdo.


¿En serio? ¿Acaso planeaba meter al chico dentro de mi casa? Sin poder evitarlo, esboce una sonrisa que contenía más rabia, que alegría.


-Te daré un minuto.- Dije y ambos se detuvieron, al llegar frente a mi.- Para que te vayas retirando de la entrada de mi casa.- Fulmine con la mirada al chico.- Cómo sea que te llames.


- ¿Que?- Dijo Kathe, rapidamente.- El...- Hizo una pausa al enredarse con las palabras.- No se irá a ningún lado.


- Si lo hará.- Conteste con seguridad.


De un segundo a otro tome a Kathe de la cintura, atrayendola a mi.


- Y lo hará en 30 segundos, o sino habrá un borracho menos en el mundo.


- Hablas demasiado.- Se río el y lo ignore, para sujetar más fuerte a Kathe, que trataba de soltarse.


-¿Sí?- Pregunte, pero fue más una contestación.- Entonces por que no lo hacemos más simples.- Sonreí, metiendo a Kathe dentro de la casa, para luego cerrar deprisa la puerta.


Me voltee, y mi sonrisa se hizo aun mayor cuando vi que el se estaba sacando su abrigo.


-Esto será nuevo para mi, pelear con un borracho.-


Pero antes de que el pudiera contestar a eso, impacte la cara de mi codo en su mandíbula, escuchando un sonido feo.


Dio un giro brusco con el impacto para luego retroceder varios pasos, tambaleándose al mismo tiempo.


-Demonios.- Me reí.- Es como golpear un saco de arena.


Antes de que logrará recuperarse del golpe me decidí por terminar con el, un sencillo pero certero golpe de pie bajo su brazo.


Sabia que no sentiría nada ahora, pero al menos ese golpe lo haría perder oxígeno, lo único que lo haría pensar dos veces.


La puerta se abrió, y Kathe casi se tropieza, pero la sostuve.


-¡Eres una idiota!- Me grito, empujandome, para tratar de ir junto al chico pero la detuve.


-Entra a la casa, Kathe.- Pedí con un tono más suave.


-¡No! Tu no puedes... no puedes simplemente darme ordenes y golpear a la gente que no te cae.- Me grito.


- Maldición.- Me queje.- Eres tu quien no puede hacer lo que te de la gana.- Grité también.- ¡No permitiré que te estés acostando con este cretino!


Trague saliva al darme cuenta que estaba sintiendo celos, pero ella estaba borracha, no se daría cuenta, ¿No?


-¡Es mi cuerpo!- Respondió, tratando de golpearme pero estaba débil.


-¡Como sea! ¡Mientras sea lejos de mi casa!- Respondí con fuerza, casi pegando mi frente a la suya si no fuera por nuestra diferencia de altura.- No querrás que un padre bien conservador como el tuyo, sepa


que su hijita de dieciséis años ya no es virgen desde quien sabe cuando.- Termine.


Abrió grande los ojos y pude notar que eso si la había hecho reaccionar, sin mirar al chico tirado en el suelo, volvió a meterse a la casa, cerrando de un portazo la puerta.


-Mocosa...- Dije con una molestia latente.


Voltee a mirar al chico por unos minutos hasta que comenzó a vomitar todo el alcohol que había ingerido, con asco deje de mirar eso y entre a la casa.


Frote mis ojos con cansancio para luego mirar la hora.


-Las 5, genial.- Dije para mi misma, pasando por la sala para detenerme al ver a Kathe.


-¿Kathe?- No recibí respuesta.


Lentamente me fui acercando, para poder ver su rostro con la poca luz que entraba por la ventana.


"Se durmió..."

.

.


Solté un suspiro para luego tragar saliva, con cuidado pase un brazo bajo sus piernas desnudas a causa del revelador vestido.


Con mi otro brazo, detrás de su espalda y con un poco de esfuezo la levante, pegandola a mi cuerpo.


Su respiración chocaba contra mi cuello, y podía sentir el fuerte aliento a alcohol que tenia.


"Cual era el chiste de tomar"


Comencé a subir escalón por escalón, sintiendo cómo su cuerpo emanaba un calor tan agradable.


"Mierda" Trague saliva, no debía pensar en eso, no debía mirar a esta niña odiosa de aquella manera.


-Ross...hel...- La mire cuando me llamo pero sus ojos estaban cerrados.-Idiota...-


Me detuve frunciendo el ceño, en que demonios estaba soñando esta mocosa.

 


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