Love trouble.
Capítulo 1: Sociedad
POV’s Yoochun.
Un nuevo año comenzaba, las clases volvían y la misma rutina debía repetirse, qué molesto… mi sueño era hacer una carrera en la universidad y convertirme en un importante empresario, pero para ello debía estudiar mucho, por suerte ese sería mi último año en aquel aburrido lugar. No es como si odiara por completo la preparatoria, a veces tenía sus buenos momentos.
Ahora, en algún lugar
alguien está sufriendo solo,
pasando la noche sin poder dormir
–¡Yoochun, amigo! –Yunho llegó hasta mí y me abrazó por los hombros, dedicándome una amigable sonrisa. – ¿emocionado por el nuevo año?
–Ah… –me encogí de hombros –lo bueno será que este es el último año.
–Vamos –me sacudió divertido –debes ser más positivo, amigo.
–Sí, sí, lo que digas…
–¿Ya fuiste a reclamar tu itinerario para este año?
–No.
–Vamos, te acompañaré. –Invitó.
Seguimos caminando.
–Pero cuando acabemos, invítame a algo de comer, ¡eh! –Exclamé.
–¡Oye! ¿Qué no respetas a nadie? –Fingió indignación –debes tratarme con respeto y llamarme hyung, ¡hyung! –Repitió con insistencia.
Yunho era mi mejor amigo, era solo cuatro meses mayor que yo pero siempre insistía en que debía llamarlo hyung. Era el líder del club de baile y era además un chico amigable y cálido con todos. Él era una de las pocas razones por las que ir a la preparatoria no era tan tedioso.
Reclamamos el dichoso itinerario de mi año, obviamente sin demasiado entusiasmo de mi parte, y nos dirigíamos a la cafetería cuando una vocecilla llamó nuestra atención. Hacia nosotros venía corriendo un chico bajito de cabellos rojizos, dulce sonrisa y mirada bondadosa.
Hasta que una luz brille en su corazón,
nosotros entrelazaremos esas oraciones,
como una melodía y una armonía enamoradas.
–Hyung… –Exclamó al llegar junto a nosotros.
–Junsu –Yunho le sonrió – ¿Cómo estás?
–Bastante bien –sonrió de vuelta –este año también estamos en la misma clase –me miró inquisitivo sin deshacerse de su hermosa sonrisa – ¿no crees que es genial, Yoochun hyung?
Por un momento me congelé. Ese chico, Kim Junsu, era sin duda la mayor razón por la cual estudiar en la preparatoria era agradable… sí, sí, lo reconozco… estaba loco por ese pelirrojo de voz aguda. Su apariencia tan inocente, su determinación, su dulce voz, incluso su innegablemente llamativo trasero… me estoy desviando del tema, el caso es que ese chico me gustaba, y me gustaba mucho.
Por el bien de alguien estamos aquí,
y aunque solo podemos lograr cosas pequeñas,
por solo un segundo,
queremos detener las lágrimas del mundo
y convertirlas en sonrisas.
Yunho me dio un codazo para que despertara.
–Sí, sí, por supuesto que es genial, Junsu –contesté al fin.
Sus ojos sonrientes casi me derriten, ¡Dios! ¿Cómo podía ser alguien tan adorable y guapo? Ese chico noble definitivamente era especial. ¿Cuándo comenzó a gustarme? No lo recordaba… solo sabía que desde hacía mucho tiempo me gustaba observarlo en secreto y me sentía feliz cada vez que llegaba a mí con esa dulce sonrisa suya.
–Espero que al igual que este año podamos pasar más tiempo juntos que el año pasado –prosiguió Junsu – ¡Es el último juntos y tenemos que disfrutarlo!
Sin más, el pelirrojo salió corriendo a toda prisa, dejándome ido los segundos siguientes. Él era mi primer amor, nunca nadie me había gustado tanto. Él era como almohadones blancos, perfumados con un dulce y encantador aroma…
Yunho se quedó mirándome, y sonrió burlón, dándome un codazo, esta vez más fuerte.
–¡Oye! –me quejé.
–De verdad que te quedas como zombi cada vez que Kim Junsu te habla –sentí mi cara arder ante sus palabras, pero no me atreví a refutar, era cierto y lo sabía –anda –me abrazó por los hombros una vez más –vámonos al salón ya.
–Creo que iré primero al retrete –me detuve, por lo que se detuvo conmigo, mirándome algo confundido.
–Oh… bien, entonces me adelantaré.
Asentí con la cabeza y empecé a avanzar con dirección al baño. De repente, sentí que choqué con algo que me detuvo de inmediato y algo mojaba parte de mi bléiser colegial. Y entonces lo vi… frente a mí estaba un chico rubio, algo más bajo que yo, con mirada penetrante y un gesto agresivo y lleno de desdén.
Amando y caminando,
creyendo que podemos expresar estos sentimientos
incluso antes de nacer, sabíamos que nos conoceríamos
y que buscaríamos nuestros sueños juntos.
Entonces escuché cómo los otros estudiantes que presenciaban la escena comenzaban a hablar en murmullos.
–No puede ser, –escuché a uno –Park Yoochun ha entrado en conflicto con Kim Jaejoong…
–¡Esto se va a poner bueno! –Exclamó otro.
Y así siguieron hasta que no les presté atención porque la persona frente a mí dio un grito furioso que me estremeció:
–¡Oye, estúpido… fíjate por dónde vas!
–Lo siento –me disculpé de inmediato –es que no te vi…
–¡¿Acaso soy un insecto para que no me vas?!
–N-no… no fue eso lo que quise decir –me retracté.
En ese momento me di cuenta de que hasta ese momento, el chico había sostenido una bebida, y al chocar conmigo se la había derramado encima.
–Lo compensaré, lo prometo –retomé –te compraré otra bebida igual y pagaré los gastos de la tintorería.
–¡Olvídalo! –Me dio un fuerte empujón para apartarme de su lado – ¡odio a los idiotas!
Y sin más, tal y como había aparecido, desapareció rápidamente, dejándome en aquel pasillo mientras los rumores seguían corriendo a manos de mis compañeros, quienes siempre estaban buscando alguna situación para crear un gran drama de televisión en el que pudieran comentar y agregarle más picante, como en toda preparatoria...
Con que ese era el famoso Kim Jaejoong del que a veces había escuchado hablar. En la preparatoria se decía que ese chico siempre estaba involucrado en peleas, que era un gánster luchador. Yo, con solo haber interactuado con él unos segundos, ya sabía que tenía un temperamento difícil, una fuerza impactante y muy poca paciencia.
Sabes que somos como una mamá y un papá,
peleas desvanecidas entre tú y yo,
prefiero la esperanza, más que hacerte triste y llorar,
lo que quiero decir es...
mantén la fe, la fe nunca nos fallará
puede tenernos, aunque hay muchos caminos diferentes...
Llegué al fin al aula que me correspondería para ese año, y Yunho ya me estaba esperando, había separado un pupitre para mí, y nos sentamos cerca.
Debí verme espantado o nervioso por lo que acababa de suceder con Kim Jaejoong, porque mi amigo me miró expectante.
–¿Sucede algo, Chun?
–¿Huh? –Regresé a la realidad.
–Te ves algo pálido.
–Ah… ¿es así? –Reí algo nerviosamente –estoy bien, no te preocupes.
–Bien. Si tú lo dices…
Asentí con la cabeza.
Entonces… mi pulso se aceleró cuando a lo lejos escuché la voz de Kim Junsu, y su voz se hacía cada vez más cercana. Sí, su voz era tan hermosa… podría escucharlo hablar por horas y horas, y eso no me era difícil, ya que ese chico hablaba mucho. Siempre tan inquieto y hablador… me hacía sonreír con el más simple de sus gestos, era tan guapo y adorable, en serio lo era…
En una parte renovada del sueño, enciende la luz,
brilla, apágalo y envíanoslo,
en el movimiento de las lagrimas muestra cómo somos,
libres como un ave que cruza el cielo.
¿Por qué no armamos un árbol de navidad esta noche?
En ese instante ingresó al salón, y para mí, todo se iluminó. Sin embargo, no venía solo, tras él estaba… ¿Kim Jaejoong?
–Así que ahora pasamos a las finales –le decía Junsu a un Jaejoong inexpresivo mientras se sentaban en otros asientos vacíos – ¡y es tan emocionante! Juno hyung me está ayudando a practicar, dice que avanzo rápido.
–Suerte para ti –habló al fin el rubio –tener un hermano mayor en las ligas mayores de fútbol, eso es increíble.
Fruncí el ceño mientras la conversación avanzaba. De repente, Yunho se puso de pie y pasó a mi lado, no entendí lo que hacía, y mi confusión aumentó cuando vi que se acercó hasta los lugares de Junsu y Jaejoong, ¿Qué intentaba…? Era seguro que si acababa haciendo enojar al rubio, estaría muerto y ahí sí, me quedaría sin mejor amigo.
–Kim Jaejoong –pronunció su nombre, llamando la atención de los dos Kim.
–Oh, hola, Yunho hyung –sorprendentemente Jaejoong parecía respectar al castaño, ¿de dónde se conocerían?
–Yunho hyung –intervino Junsu –este año Jaejoong está en nuestra clase.
–Oh, ¿es así? –Jung sonrió –pues bienvenido.
–Gra-gracias…
No sé si fueron ideas mías, pero me pareció que Jaejoong se sonrojó después de que Yunho lo saludara. Sin embargo, aquello fue algo que decidí no mencionarle a nadie.
Y durante todas las clases que precedieron, solo pude ver –disimuladamente, claro–, cómo Junsu y Jaejoong hablaban como si fueran demasiado cercanos, y… bueno, no lo negaré, me sentí celoso. ¿Quién era ese chico Kim Jaejoong en la vida de MI JUNSU? Sí, porque aunque el pelirrojo no lo supiera, era mío, ¡mío!
En el momento que podamos componer un sonido destellante,
podremos olvidar las tristezas,
melodía y armonía siempre han estado con nosotros,
dándonos coraje y esperanza.
Aún así, al momento del receso, no dudé en asaltar con preguntas a Jung Yunho, ese tonto me las debía…
–¿De dónde conoces a Kim Jaejoong?
–Ah… –sonrió –hace algunos años estuvimos también en la misma clase, pero por alguna razón él se retiró durante dos años, casi tres… regresó el año pasado, pero fue enviado a la clase 3C. Ahora está nuevamente con nosotros.
Puse un gesto suspicaz.
–¿Tienes idea de cuál es su relación con Kim Junsu?
Primero me miró como confundido, luego suspicaz y luego burlonamente, y al final se echó a reír a carcajadas.
–¿Qué? –No entendí su repentino entusiasmo – ¿Qué pasa?
–No sabía que eras del tipo celoso.
–¡¿Qué?! ¿Celoso yo? ¡Por supuesto que no!
Al final, sí me costaba aceptar frente a mi amigo que estaba celoso.
–No estarán salido –retomé – ¿o sí…?
Volvió a reír.
–Por supuesto que no –contestó al fin.
–¿Cómo estás tan seguro?
–¡Porque son primos!
Casi me desmayo, ¿había oído bien?
–¿E-en… en serio?
–¡Claro! ¿Por qué te mentiría?
Suspiré, algo más aliviado esta vez, aunque no me cabía en la cabeza cómo podían ser primos esos dos, si es que eran tan increíblemente distintos.
Gracias, eternamente gracias,
esos brillantes sentimientos son regalos para nosotros,
nos enseñaron a cuidarnos mutuamente,
cuidarnos mutuamente...
y sé que no estoy solo.
La última clase de ese día fue sistemas, pero por las prisas, ni Yunho ni yo habíamos regresado al salón por nuestros morrales.
–Iré yo –le dije a mi amigo –espérame un poco, no me tardaré.
–Bien, estaré esperando entonces.
Asentí con la cabeza y me dirigí en silencio hasta nuestro salón. Abrí la puerta, y me encontré con un Jaejoong que parecía estar nervioso, y por alguna razón estaba parado junto al pupitre de Yunho y el mío. Me pregunté qué estaría haciendo, pero obviamente no le dije nada.
Me acerqué a los pupitres y él ignoró por completo mi mirada. Tomé ambos morrales, y justo cuando estaba por irme, me detuvo de improviso.
–¡Espera!
Me giré para mirarle.
–¿Sucede algo?
Se acercó lentamente a mí y ladeó la cabeza, como examinando mejor los morrales que yo sostenía.
–Este morral es el de Yunho hyung, ¿verdad? –Señaló uno de los dos.
–No, ese es el mío, el de Yunho es éste –le enseñé el de mi mano izquierda.
En ese momento abrió los ojos como platos y pareció asustado, desesperado.
–¡No puede ser! –Exclamó a todo pulmón – ¡Dame eso!
De repente, empezó a jalonear mi morral con la intención de quitármelo, ¿Qué demonios le estaba sucediendo a ese chico?
El amor fluye en la melodía
queremos transmitirlo siempre y eternamente.
–¿Qué haces?
–¡Quiero que me lo des!
–¡No! ¡Es mío!
–¡Que me lo des! –Exclamó, totalmente histérico.
–¿Qué te pasa? –Fruncí el ceño – ¿para qué quieres mi maleta?
En el mismo instante en el que pronuncié tales palabras, el morral cayó al piso, y como en medio de nuestro forcejeo habíamos terminado abriendo la cremallera, varias de mis cosas cayeron al piso. Puso cara de sorpresa. Y entonces me di cuenta de que allí había algo que definitivamente yo no había dejado en mi maleta, se trataba de un sobre azul celeste.
Mi música es mi vida,
por ti y por tu sonrisa
porque tenemos fuertes vínculos,
mi vida es maravillosa,
siempre, por siempre
desde ahora
–¿Qué es eso?
–Ay no… –Le escuché decir entre dientes.
Me hinqué y tomé el sobre: “De Kim Jaejoong Para Jung Yunho” se podía leer al respaldo del sobre.
–¿Qué…?
–¡Sí! –Me interrumpió con un grito que sonó agudo –es una carta de amor para Yunho hyung.
–¿Qué?
–¡Me gusta! ¿Está bien?
Lo miré con incredulidad.
–¿Esto es una carta de amor?
Me miró sorprendido.
–¿No lo sabías?
–No se me ocurrió lo que pudiera ser –fui sincero.
Un violento sonrojo lo atacó. Un sonrojo que en ese instante lo hizo ver más que adorable, pero eso era algo en lo que yo definitivamente no debía pensar, mucho menos en un momento tan confuso y extraño como ese.
Entonces lo comprendí todo. Había escrito una carta para confesarle sus sentimientos a Yunho, pero como seguramente no tenía el valor para entregársela por sí mismo, había decidido dejarla en su morral, pero la puso en el equivocado.
Amando y caminando
creyendo que podemos expresas estos sentimientos.
Gracias, eternamente gracias
esos brillantes sentimientos son regalos para nosotros
–¡Eres un idiota! –Exclamó de la nada –Todo esto es tu culpa –dijo con un tono de reproche –si hubieses llegado pronto por tu maleta, nada de esto hubiese ocurrido.
–¿Qué? ¡¿Mi culpa?! ¡Qué descarado eres! Fuiste tú quien se equivocó de morral.
Apretó los labios y frunció el ceño, se notaba furioso pero avergonzado a la vez.
–Tienes razón soy un idiota –se rindió –ni siquiera puedo decirle de frente lo que siento.
–Oh, vamos, no tienes por qué sentirte así, al menos tú tuviste el valor por escribir una carta, yo ni siquiera me he atrevido a confesarle mis sentimientos a Junsu y eso que hemos estudiado tantos años juntos… –Reflexioné, desviando la mirada.
–Espera, ¿Qué dijiste?
–¿Eh?
–¿Dijiste ‘Junsu’?
Mierda. Acababa de revelar mi secreto más grande, del cual solo Yunho era conocedor, y lo pero era que a quien se lo había confesado era a…
–¡¿Te gusta mi primo?!
–¿Qué? Bueno… este…
Agudizó la mirada y apretó los labios.
–Idiota… –Musitó.
–¿Qué? ¡Oye, deja de insultarme!
–No te insulto, te llamo por lo que eres –refutó con tranquilidad. Chico descarado… – ¡Oye! –exclamó de la nada, entonces me di cuenta de que ese chico siempre exclamaba repentinamente, sobresaltando a los demás. –tengo una idea…
–¿Qué idea?
–¿No lo has pensado?
–¿Qué cosa? –Seguía confundido.
–Debí suponerlo, un idiota como tú no puede idear algo complejo.
–¡Oye! –Me quejé.
–En fin… escucha, esto es lo que pienso: a mí me gusta tu mejor amigo y a ti te gusta mi primo, ¿Qué te parece si unimos fuerzas para ayudar al otro a alcanzar su objetivo?
–¿Qué? ¿hablas en serio?
–Sí, ¿por qué no? –se encogió de hombros – ¿Hay trato entonces?
Lo medité unos segundos, era obvio que si uníamos fuerzas podríamos alcanzar fácilmente nuestros objetivos, pero aun así la idea no me parecía del todo conveniente. Sin embargo, era también cierto que había pasado mucho tiempo y yo aun no me confesaba, como un idiota.
El amor acumulado fluye en la melodía,
queremos transmitirlo siempre y eternamente.
–Está bien –acepté al fin.
–De acuerdo, pondremos en marcha el plan a partir de mañana.
–Bien.
Asintió con la cabeza y dio media vuelta.
–Nos vemos, Yoochun…
–Bien, adiós.
Me quedé quieto, y tarde reaccioné al caer en cuenta de que me acababa de llamar por mi nombre, por primera vez lo hacía.
A partir del día siguiente mi “sociedad” con Kim Jaejoong iniciaría, jamás me pude imaginar cuánto cambiaría mi vida con algo tan simple e incluso infantil.
Hasta que una luz brille en su corazón,
nosotros entrelazaremos esas oraciones
como una melodía y una armonía enamoradas
Jaejoong & Yoochun –Melody and Harmony