Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Recuérdame (Concluído) por Dashi Schwarzung

[Reviews - 98]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, primeramente, espero hacerlo bien, hace muchos años que dejé de escribir fanfics, y hasta hoy me he animado a hacerlo. 

Sé  que estoy oxidada, y aún así espero les guste ésta historia que se me ocurrió un día dibujando. 

Gracias por leer!

Notas del capitulo:

Los pensamientos los he puesto entre comillas, para mejor comprensión.

 

Había dormido plácidamente durante toda la noche, sintiendo la cálida y morena piel junto a él, unos rayos de luz escaparon por la ventana, dando justo sobre sus ojos los cuales pesadamente abrió, encontrando frente a él aquella cabellera azul que tanto le gustaba sentir entre sus dedos. Un bostezo escapó de su boca, mientras rodeaba con su brazo ese cuerpo que no se movió ante su toque.

 

-¿Qué hora es?- Se dijo a sí mismo, intentando vislumbrar el reloj que se encontraba colgado en un muro –Daiki…- trató de mover al otro, sin respuesta –Oi… Daiki, debes ir a trabajar – lo movió delicadamente, sin embargo, lo único que obtuvo como respuesta, fue un gruñido de molestia –Te levantas o te tiraré de la cama- dijo con un poco de molestia, al tener que lidiar todos los días con ese tipo testarudo que no se dignaba a dejar la cama por ningún motivo, mientras que él ya se estaba vistiendo

 

-¿Trabajar? Eso me pasa por casarme contigo, Taiga – Dijo el peliazul, por fin incorporándose de la cama, pero lo que recibió como respuesta fue una mirada de molestia –Aunque…- se levantó, para alcanzar al otro y rodearlo por la espalda – No había sido tan feliz como hasta ahora… - Sonrió, sabiendo de ante mano que el pelirrojo se había sonrojado ante sus palabras.

 

-¡Suéltame idiota!-  El más bajo de altura se soltó del agarre, para luego recoger la ropa de Aomine y aventársela en la cara –¡Vistete!¡ Es tarde, debes ir a trabajar!¿¡ En qué demonios estás pensando!?- Salió del cuarto, no sin antes dar un vistazo a Aomine, quien esbozaba una sonrisa triunfante.

 

Aomine se dio una ducha, mientras el otro preparaba el desayuno. El desayuno pasó tranquilo, Aomine disfrutaba de la comida que preparaba su ahora esposo… esa palabra, hacía tiempo que la venía diciendo y sin poder evitarlo, recordó cómo pasaron las cosas: Nunca pudo olvidar ese partido, en el que Seirin se enfrentó  a Touou, en el que ambos entraron a la zona. El moreno se había fijado en Kagami, en su forma de jugar, en la forma en la que animaba a sus compañeros y no se daba por vencido. Después de aquél Torneo en el que Seirin se alzó con la copa, el moreno buscó a Kagami, para hacerlo pagar por aquella derrota, era obvio que el pelirrojo fuera derrotado en un 1 contra 1, desde ese momento, se frecuentaron para jugar juntos, haciendo de esa, la actividad favorita de ambos.

 

Una Universidad prestigiada en Basquetbol los había reclutado a ambos, y sin pensarlo, asistieron a esa universidad, donde, de algún modo, se volvieron cada vez más cercanos. Aomine no sabía en qué momento empezó a sentir algo por el otro, sólo sabía que quería estar con él. Sonrió al saber que los sentimientos hacia el pelirrojo desde ese entonces, acrecentaban cada día. Hasta que..

 

-Daiki!! -  Escuchó aquélla llamada, enfocándose  en aquellos ojos rojos como el fuego –Estás bien? – Preguntó, enarcando una ceja

 

-Claro que estoy bien, porqué lo preguntas? – Tomó su vaso y dio un sorbo a su bebida

 

-Idiota, te estuve llamando  por varios segundos- Kagami lo miró fijamente, tratando de encontrar alguna respuesta en los ojos de su esposo, sin embargo, el moreno dejó el vaso en la mesa, sonrió y lentamente se le acercó y lo besó tiernamente, un beso que el pelirrojo no podía resistir, al contrario, lo tomó de la ropa y lo atrajo hacia él, convirtiendo el beso en algo apasionado. Una mano de Kagami recorría el cuello del otro, mientras que la otra se posaba en su pecho, sobre la típica ropa de oficial de policía que usaba su esposo, tratando de desabotonar su camisa.

 

-No… no podemos… - Aomine musitó, tratando de escapar del beso –Voy tarde… si no me apuro… volverán a reñirme – Ésta vez se apartaba del pelirrojo, quién sonrió al escuchar las palabras tan “maduras” de su esposo. –Irás con Kuroko y Kise? – preguntó, acomodándose la camisa, que segundos antes Kagami trataba de desabotonar.

 

-Sí… hoy es sábado y es mi día libre. Después de todo ellos me invitaron y… he tenido tantas ganas de jugar basquetbol… - Se acercó a Aomine, acomodando su corbata, para luego posar sus ojos en los del otro

 

-Demonios… porqué soy el único tonto que tiene que trabajar? – Dijo haciendo un puchero, al escuchar los planes de Kagami,  los cuales, obviamente, no lo incluían

 

-Te recompensaré en la noche… - el  pelirrojo se acercó al oído de su esposo y le susurró cautivadoramente – Te prometo que será mejor que jugar basquetbol- Después de una pequeña risa, Aomine volvió a besar a Kagami, ésta vez para retirarse al trabajo.

 

-Tendré que esperar  por ello… -Tomó sus llaves y se dirigió a la puerta –Te amo…- Dijo casi en un susurro, el cual el pelirrojo pudo escuchar perfectamente. Kagami le sonrió y fue a despedirlo a la puerta, mirando cómo el moreno se subía a su motocicleta y se despedía.

 

 

-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-

 

 

Pocas horas después, Kagami salió de la casa, caminaba tranquilamente al encuentro de sus dos amigos, se dirigía a la cancha de basquetbol callejera, esa misma cancha en donde había conocido a su esposo. Al llegar, notó a Kuroko y a Kise esperando, ellos se tomaban de la mano. Hace un par de años que ellos estaban saliendo juntos, así que no se sorprendió por la noticia, después de todo, él estaba en una situación igual con Aomine.

 

Debía admitir que después de la Winter Cup, se había hecho amigo de aquellos chicos de la “Generación Milagrosa” incluso de Akashi, aunque éste aún seguía dándole miedo después de su primera aparición con aquellas tijeras.

 

-Kagamicchi!!! – Kise fue el primero en saludarlo –Es genial que hayas podido venir!

 

-Hoy es mi día libre, así que no quise quedarme encerrado en casa – Dijo dejando su maleta sobre una banca del lugar

 

-Kagami-kun, no has perdido tu condición, o si?- El de cabello celeste lo miraba, con su rostro inexpresivo como siempre, tratando de hacer conversación

 

-Pero que tonterías dices, Kuroko?  Puedo ganarles a ti y a Kise juntos! – Puso ambas manos sobre su cintura

 

-Pero que malo eres, Kagamicchi!! Somos dos contra uno, tú no puedes ganar- El rubio tomó el balón, mirándolo retadoramente

 

-Veo que has vivido mucho tiempo con Aomine-kun, suenas igual a él- Se bufó el más pequeño.

 

-Cállate- Fue lo último que dijo el pelirrojo, antes de comenzar a jugar. Hacía mucho tiempo que Kagami no jugaba basquetbol, no porque no quisiera, sino porque su tiempo era muy escaso, siempre se la pasaba trabajando al igual que su siempre compañero de juego Aomine, sus vidas habían cambiado drásticamente, sin embargo, no podía negar que estaba feliz con su vida, feliz de estar casado, feliz de estar con Aomine Daiki.

 

Kise se estaba esforzando mucho, pensaba en tratar de estar a la altura del nunca olvidado as de Touou, sin embargo, sabía que Kagami y Aomine habían entrenado mucho más cuando dejaron la preparatoria, así que de alguna manera, ellos dos se escaparon de su alcance, pero eso no significaba que no iba a dar su mejor esfuerzo en este partido.

 

En un movimiento, Kagami saltó para hacer una clavada, pero fue interceptado por Kise, quien le arrebató el balón de la mano, el cual salió botando fuertemente en el piso.

 

-Buen bloqueo, Kise-kun- Kuroko estaba en su límite, muy a diferencia de los otros dos

 

-Vaya que has mejorado, Kise – El pelirrojo sonrió al saber que estaba jugando con todo su potencial y aun así Kise no se dejaba vencer.

 

-También he practicado, aunque ustedes están en un nivel muy diferente.- Dijo caminando hacia el balón que había salido de la cancha y había quedado del otro lado de la calle.

 

Kagami no dijo nada ante el comentario del rubio, simplemente caminó detrás de él, lentamente, a darle el encuentro. Sin embargo, al momento en el que el rubio cruzaba la calle, un auto dio la vuelta, sin que Kise se percatara de la presencia de ese auto. Lo único que el pelirrojo pudo hacer era correr hacia donde se encontraba su amigo y gritar su nombre, después de eso…  su mundo se apagó por un momento.

 

-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-

 

 

 

-Aomine-kun… yo… no puedo… lo siento mucho pero… es que… - Kuroko había marcado al celular del moreno, después de lo que había pasado, debía decírselo.

 

-Oi, Tetsu, cálmate, que demonios está pasando? No puedo entenderte – detonó una mirada de confusión ante las palabras del peliceleste, era muy extraño que éste le hablara de esa forma, puesto que él siempre había sido muy sereno e incluso inexpresivo.

 

-Daiki… - Aomine escuchó otra voz por el teléfono… era acaso.. Akashi? “Qué demonios está haciendo Akashi con ellos, se supone que Kagami sólo iba a jugar con Kise y Kuroko

 

-Akashi…  - Fue lo único que su boca pudo pronunciar, de alguna forma, todo eso le estaba causando un escalofrío, además de que tuvo un muy mal presentimiento en ese momento.

 

-Debes venir… Kagami tuvo un accidente, estamos en el Hospital  Aiiku, date prisa.

 

La mente de Aomine quedó en blanco al escuchar lo que Akashi había dicho “Kagami… en un hospital? Por qué?” no pudo pensar ni actuar por unos segundos, hasta que escuchó a su asistente llamarlo.

 

-Aomine-san… está bien? – Ella se veía muy preocupada, pues su jefe parecía petrificado

-Asaka… -Dirigió sus palabras a la joven que se encontraba a un lado de él –Hazte cargo de la jefatura por hoy.. – El moreno se dirigió a la salida, a pesar de las protestas de la chica que no entendía nada.

 

Aomine llegó en su motocicleta al hospital, aún no sabía cómo le había hecho para conducir en el estado mental en el que se encontraba. Entró rápidamente, y se dirigió a la recepción, en donde encontró un rostro familiar.

 

-Dai-chan- Momoi tenía los ojos rojos, señas de haber llorado, lo que hacía pensar cosas peores al moreno –Sígueme, te llevaré a donde se encuentra Kagami- la pelirrosa tomó del brazo al otro y caminaron por un corredor muy largo. El moreno vislumbró a Kuroko y a Kise, éste último con lágrimas en los ojos, y se abalanzó hacia él, tomándolo de la ropa.

 

-Qué demonios pasó!? Él estaba con ustedes! Porqué!? – miró el rostro totalmente consternado de Kise.

 

-Nosotros… -Habló el rubio evitando la mirada del moreno – Estabamos jugando… y… aquél auto… él… me salvó… yo… lo siento..

 

Con esas simples palabras, Aomine entendió lo que había pasado, no era mucho lo que Kise dijo, sin embargo, podía imaginar la situación.

 

-Daiki, contrólate, esperemos a que salga el doctor- Akashi señaló la puerta cerrada, en donde Kagami se encontraba – Será mejor que te calles o haré que te saquen….  – Aomine miró al más pequeño, sus palabras eran absolutas, después de todo, no ganaba nada gritándole a Kise, mientras recibía miradas de Kuroko.

 

Pasaron cerca de 40 minutos cuando el doctor salió de la habitación –Está bien, ha recuperado la conciencia – Todos suspiraron aliviados –Pueden pasar a verlo – Fue lo último que dijo el doctor, antes de hacerse a un lado y dejar que los demás entraran.

 

Kagami yacía en aquella cama, con algunas vendas en su cuerpo y un yeso en el brazo izquierdo. Kise fue el primero en aproximarse, aún con lágrimas en los ojos, mirando el estado en el que se encontraba su amigo –Perdóname Kagamicchi! – No paraba de disculparse a lo que Kagami sólo lo miraba con una ligera sonrisa en su rostro.

 

-Demonios… Taiga… - Aomine detonó frustración e impotencia al ver a su esposo de ese modo, no pudo soportar y se acercó a abrazarlo. Sin embargo, recibió una respuesta de molestia del otro, quien lo apartó de él, ante la mirada atónita de los demás. Aomine no pudo articular palabra ante esa acción.

 

-Hey no puedes tocarme así… - Kagami detonó un poco de frustración en sus palabras. Momoi, Kise, Kuroko y Akashi lo miraron sorprendido, porqué el pelirrojo se portaba de esa forma?

 

-Pasa algo… Kagami-kun? –Kuroko fue el primero en romper  el incómodo silencio que se había generado, refiriéndose al abrazo de Aomine.

 

-Él no puede tocarme así! – Señaló al moreno –Ni siquiera lo conozco… - Todos dejaron escapar un sonido de sorpresa –Quién demonios eres?

 

Aomine sintió que algo en su pecho se rompió… supo al ver esos ojos rojos que él no estaba jugando…  por qué de repente… él no lo recordaba?

 

 

 

 

Notas finales:

Sí, lo sé... es un tanto largo el capítulo, aunque tenía más ideas en mente para éste capi, pero ya era muy largo así que lo dejé así :) Gracias por leer! Espero me dejen reviews sobre qué les pareció el inicio del fic! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).