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Olvídate de mí por AhLula

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fanfic, es Jongkey y 2min. La historia es mía. Los personajes pertenecen a SM Ent.

Los rayos de la tortuosa luz solar se filtraban por el cristal de la ventana, quizá Jonghyun había olvidado protegerse al no cubrirla con la cortina color verde militar, el día había iniciado exactamente como cualquier otro… “como cualquier otro” sí, claro.

 

Se removió entre las sabanas tratando de ignorar su maldición de siempre despertar al sentir la luz del Sol, trató de resistirse lo más que pudo, pero ya era demasiado tarde.

 

–…Buenos días– susurró para sí mismo. Realmente se sentía frustrado, en verdad tenía sueño, ¿Por qué rayos no podía seguir dormido? Desde muy pequeño Jonghyun tenía serios problemas para dormir y éstos básicamente eran: no poder dormir por las noches y, despertar con la más mínima señal de un nuevo día.

 

Se levantó con pesadez, la blanca habitación parecía cobrar más brillo con cada minuto, casi imitando a un zombie se dirigió a la venta, se restregó los parpados con ambas manos al asomarse a su vecindario, un lindo, tranquilo, pacífico y aburrido vecindario, soltó un largo bostezo.

 

–Buenos días mundo– su voz era ronca, rastro de su recién despertar, y sin más cerró las cortinas de una buena vez.

 

 Este se suponía sería un día diferente, forzosamente tendría que serlo. O al menos Jonghyun se obligaba a creer que cada primer día de escuela debía de ser especial, talvez era algo que creía gracias a su padre, quien siempre le dijo eso. Puede que su mente haya jugado con él, de seguro hizo que se le olvidara cerrar las cortinas por la noche para despertarse a primera hora de la mañana, cosa que precisamente hoy no quería hacer. Vaya, a veces su cerebro era muy ruin consigo mismo.

 

Decidió ir a llenar la tina del baño y tomar la ducha más larga de su vida, hasta que Minho, su carismático compañero de departamento, despertara y lo obligara a salir de ahí casi llegando a los golpes.

 

Así es, Choi Minho, el chico más popular, con más admiradoras y acosadoras de toda la Universidad SM vivía felizmente con el vago desobligado de Kim Jonghyun. Eran los roomies más populares de todas las facultades de la tan prestigiosa USM. 

 

Mientras Jonghyun se relajaba con su ducha, que más bien parecía una mini sesión de spa ya que llevaba alrededor de dos horas ahí, Minho sufría con la pesadilla que tenía en cada regreso a clases, pesadilla que revivía el momento más doloroso de su vida, así que no era de extrañar que se despertara de golpe, con una ligera capa de sudor en la frente y la respiración un tanto acelerada.

 

A diferencia de Jonghyun, que era un joven de estatura “promedio”, llegando a medir 1.73, Minho era un chico alto, orgulloso de llegar al 1.81, regularmente le gastaba un par de bromas al día a Jonghyun por su diferencia de estaturas. La tez de Minho era clara, aunque algo bronceada gracias a las largas horas en las que pasaba jugando futbol soccer, su deporte favorito. Jonghyun era moreno claro, ambos eran de complexión delgada y algo musculosa, Minho por todos los deportes que practicaba y Jonghyun por su gran vanidad que lo llevaban a pasar tantas horas en el gimnasio.

 

Aunque por sólo un par de meses Minho era menor que Jonghyun y éste siempre utilizaba su edad para darse a respetar con su amada frase “respeta a tus mayores”.

 

Cuando Minho logró tranquilizarse se sentó en su cama, cerró los parpados y fue capaz de escuchar a su joven compañero y amigo cantar despreocupadamente, supo de inmediato que se encontraba en el baño, que se había levantado mucho más temprano y que le había ganado el agua caliente.

 

– ¡Yah, Hobbit! – Gritó a todo pulmón con el ceño fruncido, se puso de pie y salió corriendo de su habitación dirigiéndose al baño que había aceptado compartir – ¡Hobbit! – volvió a gritar al tiempo que llamaba frenéticamente a la puerta, pues había descubierto que Jonghyun tenía puesto el seguro.

 

– ¿Qué quieres rana amorfa? – después de un par de minutos Jonghyun respondió ante los gritos del más alto, a pesar de haberse tenido que despertar en contra de su propia voluntad le resultaba aún más refrescante el molestar a su amigo que la misma ducha.

 

– ¡Sal de ahí, ahora! – Minho escuchó la risa de Jonghyun.

 

– Yah, ve haciendo el desayuno, ya salgo – contestó Jonghyun saliendo de la tina y colocándose una toalla en la cintura. Al inicio Minho le extrañó que su pelea matutina no se diera como regularmente sucede, entonces recordó que hoy era el primer día, que hoy sus vacaciones habían formalmente finalizado y que tenían que volver a las aulas. Recordó que casi no pelean en el primer día, que en realidad nunca están de humor para hacerlo… en el primer odioso día.

 

– No te vayas a acostumbrar Hobbit – la amenaza de Minho no pareció como tal, por lo que Jonghyun pensó en que mañana podría pedirle de nuevo que le preparara el desayuno. Minho caminó hasta la cocina y comenzó a prepararse para cocinar aunque aún no sabía bien qué hacer.

 

Jonghyun salió del baño mucho más relajado y alegre que como había entrado, al entrar a su cuarto se vistió con lo primero que llegó a sus manos, acomodó lo poco que había desordenado de su habitación, una de las cosas que compartía con Minho era su amor por el orden. Al salir y dirigirse a la cocina pensó en que hoy también sería un día difícil para su amigo.

 

– ¿Cómo estuvo el amanecer? – preguntó Minho. A lo largo de tantos años de amistad que tenía con Jonghyun y otros tantos que tenían de vivir juntos, era algo obvio que supiera de los desórdenes de sueño que padecía el de menor estatura.

 

– Igual de melancólico al no encontrarte a mi lado, amor mío – sonrío burlesco el mayor, hacía exactamente un año que una exnovia de Jonghyun había esparcido por toda la universidad de que él y Minho en realidad eran pareja desde hacía años y que trataban de ocultarlo. Desde entonces un extraño grupo de chicas comenzaron a emparejarlos y a gritar, increíblemente aún más que antes, al verlos juntos. Al inicio les causo varios conflictos junto con un par de peleas, nada que no se pudo solucionar con un poco de tiempo y humor.

 

 –Ya cállate Jonghyun– bufó Minho mientras terminaba de servir el desayuno, unas prácticas, sencillas y rápidas tortas de huevo.

 

Como siempre ocurría en el primer día de clases, no hablaron, se limitaron a atender sus asuntos sin interrumpir al otro. Cada uno lavó su plato y sin decir absolutamente nada Jonghyun comenzó a limpiar la mesa, por lo que Minho pudo tomar su ducha.

 

A pesar de asistir a facultades distintas, que al final de cuentas solo quedaban a un par de manzanas de distancia, ambos tenían casi el mismo horario, un feliz horario vespertino, por lo que casi todos los días partían juntos a la universidad, unos 20 o 30 minutos era el tiempo que hacían de camino, ninguno de los dos se quejaba, pues a ambos les agradaba caminar.

 

Minho se dirigió a la facultad de Arte y Cine, mientras que Jonghyun caminó un poco más hasta llegar a la de Música.

 

Como era de esperar, y de manera un tanto rara, Minho llegó más que puntual a su primera clase, Jonghyun llegó tarde 10 minutos en su primer día. En realidad ninguno de los dos en verdad creía que sería un buen día, no pensaban en que habría algo especial, se toparían con los mismos compañeros, incluso con los mismos maestros, en realidad no estaban preparados, en realidad nunca se habían preparado para lo que iba a venir. Sin contar que aún no terminaban de cicatrizar sus viejas heridas.

 

“Mi nombre es Kim Kibum, pero me dicen Key, soy de comunicación”, Jonghyun en verdad no se esperaba escuchar las palabras de su nuevo compañero de Psicología de la música. ¿Un comunicólogo entre jóvenes apasionados por la música? Algo no estaba bien. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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