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WonKyu Fest 2014 / Día 24 por Whispers_Shippers

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Notas del fanfic:

Esperamos que disfrutéis de este evento y apreciéis el esfuerzo de las personas que lo han hecho posible, tanto el staff organizador como los escritores que han aportado sus textos.

Tendréis un nuevo fic cada día exceptuando los domingos, así que revisad la página si os interesa leerlos. Se añadirán como capítulos en este mismo post.

Hay escritores excelentes y desconocidos hasta la fecha entre ellos y escritores conocidísimos que no publican en estos lares, pero que merece la pena leerlos, así que la administración de WKShippers / Cho-i Team será los publicará en esta página, contando con todos los permisos de sus autores.

¡Criaturas del mundo, celebremos el mes del WonKyu como nuestra amada ship se merece! 

Notas del capitulo:

 

Autora: Rollercoaster

Título del fanfic: Sultry days

Parejas: WonKyu

Tipo: Yaoi - Hetero

Género: a/b/o au! (o dinámicas de alfa/beta/omega – ¡no es un fic de lobos!)

Advertencias: mpreg implícito

Comentario de la autora: Siento que este one-shot salió demasiado largo. Disculpen cualquier error pero esta persona no escribe hace un año. Espero haberle hecho justicia a este evento. Disfruten la lectura.

 

 

SULTRY DAYS

Los ruidos del dormitorio de al lado no dejan de sonar, cada vez más fuertes y seguidos. Si KyuHyun pudiera, lo primero que haría, sería levantarse de su cama, abrir la puerta de su propia alcoba e ir a la de su hermano menor y tirarle un buen golpe en el rostro. Pero KyuHyun es un omega, mientras que su hermanito es un alfa, como la mayoría de varones de su familia.

 

YiFan tiene dieciséis años. Seis años menos que KyuHyun. Hace un par de semanas habían celebrado su cumpleaños. La casa estaba hecha un caos, con la música apabullante, y sonrisas descontroladas. La familia estaba feliz. Finalmente el menor de los Cho-Wu había logrado la madurez. YiFan era todo un hombre. Aunque desde el punto de vista de KyuHyun, lo había sido tiempo atrás. Algo que se podía notar a primera vista, tan solo viendo el imponente metro noventa que tenía su hermanito adorado.

 

­—El día que deje de ver películas eróticas habrá realmente madurado para mí – murmuró KyuHyun entre dientes mientras buscaba sus audífonos en el primer cajón de su mesita de noche.

 

KyuHyun era el mayor de tres hermanos y el único Cho de la familia. Su madre, luego de la muerte de su padre, se había vuelto a casar con un hombre de la China, Wu Zhong, quien había sido como un padre para KyuHyun.

 

Su madre era una alfa. Una mujer alta, esbelta y muy hermosa. Su ahora padre, Wu Zhong, también era un alfa, y su familia se había caracterizado por siempre poseer una descendencia alfa. Sin embargo, KyuHyun, al cumplir los dieciséis años resultó ser un omega en contra a la creencia del resto.

 

A pesar de ser mayor que YiFan, KyuHyun era relativamente alto, y tenía una voz gruesa y cálida. Toda la familia lo creía un beta pues su aroma no era detectado por el resto. Sin embargo, días antes de su décimo sexto cumpleaños, se notó su evidente condición de omega. El aroma de KyuHyun era demasiado delicado, suave y níveo para ser el de un alfa.

 

Definitivamente un omega.

 

Muy a parte de las constantes bromas de su hermano Zen, quien también era un alfa; su hogar aceptó su condición con los brazos abiertos. Sin embargo, al ser un omega, la sobreprotección venía de todos lados. Después de todo estaba rodeado de alfas.

 

Ese aroma de un alfa era el que lo acompañaba cada noche, mientras dormía. Y esa noche, con los audífonos puestos, KyuHyun se quedó dormido. Su último pensamiento antes de caer en la inconsciencia fue mañana serás golpeado YiFan.

 

***

 

— ¡Ow! – Se quejó YiFan –, ¿por qué tan agresivo? – agregó mientras sobaba su brazo derecho.

 

— ¿Por qué será?, – respondió KyuHyun, con una ceja alzada-. Alguien estuvo viendo cosas indebidas anoche con el volumen muy alto.

 

YiFan se sonrojó, sus mejillas coloreadas escarlata. KyuHyun tan solo pudo sonreír al notar que su pequeño hermano no había pensado en ese detalle.

 

Ingenuo.

 

— No te preocupes que no se lo diré a mamá – comentó KyuHyun. YiFan suspiró aliviado –. Lo importante, es que anoche, mientras te divertías en tu dormitorio, llamó Zen. Al parecer, Yoona está esperando mellizos, así que no quiere dejarla sola. Eventualmente tendremos que turnarnos para visitarla. Sabes que siempre estuvo delicada de salud, y dos bebés en ella pueden ser de gran riesgo.

 

Cuando KyuHyun se enteró de la situación, la preocupación lo embargó. Yoona era una mujer adorable. La omega perfecta. KyuHyun había encontrada una amiga en ella, y toda la familia la adoraba. Era por ello que quería estar lo más involucrado posible en su bienestar.

 

— Zen no la debe estar pasando bien – dijo YiFan con molestia –. Haré lo posible por ayudar.

 

KyuHyun le sonrió a su hermano con la más amplia sonrisa. A pesar de que tan solo hace poco se había convertido en un alfa, su hermano no se había convertido en otra persona. Aún tenía sus hormonas y emociones bajo control. Aunque sabía que tarde o temprano encontraría a su pareja destinada. El reloj iba cada vez más rápida para él.

 

— Bien. Te avisaré en qué quedo con él. Hoy iré a visitarlos. Aunque si deseas puedes venir conmigo, o ¿tienes algo que hacer?

 

Su hermano se rascó la nuca y luego dijo con pereza – Chanyeol vendrá a casa. Tenemos que hacer un proyecto de ciencias. La escuela no es fácil cuando uno no es un genio como tú, Kyu.

 

— ¡Pobre Chanyeol que debe hacer trabajos contigo! – exclamó el mayor, mientras su hermano fruncía el ceño –. Pero, ahora que recuerdo, la próxima semana es su décimo sexto cumpleaños, ¿cierto?

 

YiFan asintió confundido. KyuHyun de pronto se estaba comportando muy preocupado.

 

— Mamá cree que Chanyeol será un omega – comentó KyuHyun. YiFan abrió sus ojos ampliamente al notar la situación –. Sabes que a diferencia de los alfa, la presencia de un omega aparece días o semanas antes de su cumpleaños dieciséis. Si Chanyeol realmente es un omega, entonces pronto tendrá su propio aroma; y tú YiFan eres un alfa recién madurado. No creo que sea una buena idea que estén juntos.

 

— Chanyeol es como un hermano para mí. Eso no sucederá. Igual tendré cuidado – terminó diciendo al ver el rostro de molestia de KyuHyun.

 

Cuando KyuHyun regresó esa noche luego de visitar a su hermano y su pareja, se sorprendió con el fuerte olor a copulación en la casa. Encontró a su madre sentada en la sala, con una copa de vino en la mano y una sonrisa en el rostro.

 

— ­YiFan y Chanyeol se han acoplado. Así que KyuHyun, es hora que comiences a tomarte en serio la búsqueda de una pareja o nosotros lo haremos por ti – su madre le dedicó una sonrisa ligera, y agregó –. No te quiero apresurar, cariño. Pero YiFan tan solo tiene dieciséis y ya tiene su otra parte, de lo cual estoy muy feliz. Sin embargo, tú sigues solo. Y pronto cumplirás veintitrés.

 

— ¡Madre! Sabes que esa no es mi culpa. Ni siquiera entro en celo y…

 

— Y es momento de que me hagas caso y vayamos a un médico para que te recete algo.

 

— No quiero consumir nada de ello. El doctor Khan dijo que simplemente florecería tarde. Sabes que sin celo no puedo tener una pareja porque no estoy preparado para la procreación.

 

— Está bien. Está bien, KyuHyun – dijo su madre, mientras le acariciaba los cabellos, y le daba un suave gesto en la mejilla –. Haz lo que creas conveniente. Confío en ti, hijo. Espero que mañana felicites a YiFan.

 

KyuHyun asintió. YiFan, su pequeño hermanito, había logrado vincularse con el dulce e ingenuo Chanyeol.

 

— ¡Ah! Kyu, hoy no duermas en tu dormitorio. Mejor en el de huéspedes. YiFan está muy posesivo en estos momentos. Es así los primeros días, y tu dormitorio es al lado suyo. Además no creo que puedas dormir bien.

 

Mierda.

 

***

 

Las puertas del tren se abrieron. Eran las cuatro de la tarde. La primera persona que salió del quintó vagón lo hizo de prisa, acomodándose rápidamente la maleta que llevaba cruzada por el pecho.

 

La clase de formulación de proyectos había tomado más tiempo de lo que había pensado, por ello KyuHyun no pensó en llamar a Zen para avisarle que se demoraría. Ese día, jueves, había acordado que iría a cuidar a Yoona. Sin embargo los planes habían sido cambiados. Ahora, tan solo corría por llegar a tiempo. Zen le había llamado treinta minutos antes pidiéndole que se apurara. Su hermano, a pesar de ser cuatro años menor, ya estaba trabajando junto a su padre en la compañía farmacéutica y además estudiaba.

 

YiFan había quedado fuera del horario. Su conexión con Chanyeol era lo más importante para él; así que KyuHyun era la única persona disponible para cuidar de Yoona y de los mellizos que llevaba en su vientre por ya cinco meses.

 

KyuHyun quitó el cabello lacio y castaño que caía sobre su rostro al llegar a la residencia donde vivía su hermano junto a su esposa. Específicamente, el tercer piso. Con fluidez, se acercó al ascensor y esperó.

 

Lo siento Zen, la clase duró más lo que pensaba y…

 

Las puertas del ascensor se abrieron. No había nadie en el interior. Ingresó a la caja rápidamente y presionó el botón que indicaba el piso tres.

 

Llegó rápidamente al departamento 307, y tocó el timbre. Volvió a acomodar el maletín mientras esperaba que su hermano le abriera la puerta.

 

Sin embargo, cuando la puerta se abrió, lo que vio no fue a un chico de cabellos rojizos y mirada nerviosa; sino que a un hombre mayor que él, que le resultaba extrañamente familiar.

 

—Lo siento. Creo que me equivoqué de departamento – respondió rápidamente mientras se daba la vuelta. Realmente estaba tan despistado que se había dirigido al departamento incorrecto.

 

—Espera – dijo el hombre que le había abierto la puerta–. Tú eres KyuHyun, ¿cierto? El hermano mayor de Zen.

 

KyuHyun volvió a encarar al extraño y movió su cabeza en afirmación. El hombre le sonrió. Ahora que le veía mejor tenía un rostro muy amigable y amable, con un par de hoyuelos cada uno decorando cada mejilla. KyuHyun se encontró sonriendo de vuelta.

 

—Yo soy Choi Siwon – continuó –, soy  el esposo de la hermana mayor de Yoona.

 

Por supuesto.

 

— ¿Te acuerdas de mí? Estoy casi seguro que fuiste a mi boda diez años atrás.

 

—Claro. Usted se casó con Gabrielle noona.

 

Y luego decidió cuidar de la familia Im. Luego de que Gabrielle noona muriera. Tan o más delicada de lo que es Yoona ahora.

 

—Has crecido mucho desde la última vez que te vi. ¿Cuántos años tenías en esos momentos? ¿Diez?

 

—Trece. Tenía trece – respondió rápidamente, sintiendo sus mejillas arder. Cuando todavía era un púber todo el mundo lo creía un niño.

 

—Lo siento – dijo el mayor mientras suprimía una risa.

 

— ¿Oppa? – se escuchó una voz dentro del departamento. Segundos después, Yoona apareció detrás de Siwon. Llevaba puesto un vestido color rosa que le llegaba por encima de las rodillas. Su cabello castaño estaba suelto, y llevaba un lazo de color rojo atado en el lado izquierdo.

 

>> Kyu. Llegaste. ¿Por qué aún no entras? – preguntó Yoona, con una suave sonrisa en el rostro.

 

—Esa es culpa mía – respondió el mayor, Siwon–. Nos demoramos un poco reconociéndonos. Hace mucho que no nos vemos— continuó.

 

—Las introducciones las podemos hacer luego – comentó Yoona, mientras cogía el brazo de KyuHyun y le hacía ingresar al apartamento. KyuHyun se dejó llevar deliberadamente, sintiendo a Siwon justo detrás de él. – Kyu, tienes que probar el pastel que trajo Siwon oppa. Está delicioso.

 

—Lo está. Lo eligió, Nana – respondió Siwon. – Mi hermana se muere de ganas de visitarte, pero ahora está muy ocupada con el desfile de su última línea de ropa.

 

—Dile que no se preocupe por ello– comentó Yoona mientras se dirigía a la cocina, dejando a un KyuHyun sentado en el sofá–. Lo importante es que todo salga bien en su proyecto. Realmente le deseo lo mejor.

 

—Se lo diré– dijo Siwon en voz alta, pues Yoona ya había desaparecido completamente.

 

Siwon se sentó al lado de KyuHyun y le volvió a sonreír. KyuHyun sintió sus mejillas arder. Desde hace mucho tiempo que no estaba cerca de un alfa que no fuera de su familia, puesto que en todo lugar estaba rodeando de betas. Además Siwon era muy atractivo, y KyuHyun era un omega de veintidós años, a víspera de cumplir veintitrés, que nunca en su vida había tenido sexo, ni una pareja; y especialmente no había pasado por el celo.

 

— ¿Cuántos años tienes, KyuHyun? – preguntó Siwon, con la mirada fija en el rostro del menor.

 

¡Dios! ¿Cuál es la necesidad de mirarme fijamente?      

 

—Veintidós.

 

— ¿En serio? – preguntó Siwon aunque no parecía sorprendido–. Disculpa la intromisión pero, ¿tienes pareja? — KyuHyun se sonrojó, con las mejillas escarlata–. Lo siento mucho. No fue mi intención incomodarte – agregó el mayor cuando notó la incomodidad del menor.

 

— No se preocupe. Esto es algo de lo cual mi mamá me habla todos los días. Y sí, aún no tengo pareja. Digamos que soy un omega defectuoso.

 

—O entonces sí eres un omega– murmuró Siwon. KyuHyun notó que el mayor se estaba hablando a sí mismo. Por ello cuando se dio cuenta de sus palabras, sus ojos se ampliaron. KyuHyun no pudo evitar soltar una risita con el gesto–. Lo siento. Solo… no estuve seguro si eras un omega… es decir hueles a omega pero… el hecho que estés solo… entonces…

 

Cuando Yoona regresó de la cocina con una rebanada de pastel, KyuHyun no paraba de reír. Siwon, sin ser consciente, hacía gestos demasiado divertidos, y la forma en la que sus manos se movían para expresarse no tenía precio.

 

­—Bueno, al parecer ambos se llevaron bien— concluyó Yoona.

 

***

 

Gabrielle era una mujer hermosa. KyuHyun la recordaba muy bien. Tenía el cabello rubio ceniza, largo y ensortijado. Siempre tenía una sonrisa en el rostro, pero cuando se molestaba las cosas iban en su contra. A diferencia de Yoona, Gabrielle podía convertirse en una bruja cuando se lo proponía.

 

El día de su casamiento, KyuHyun había estado en la segundo fila, justo al lado de su madre. La familia de Gabrielle y la suya siempre habían sido cercanas. Recordaba como su madre lo había apurado para llegar a la boda a tiempo.

 

Gabrielle se veía hermosa. El hombre que la acompañaba era igual de brillante que ella. Vestía un terno color azul, con una camisa blanca debajo del saco. Llevaba una sonrisa permanente en el rostro, acompañado de dos hoyuelos.

 

Esa noche había sido divertida. KyuHyun había jugado con Yoona y Zen en el jardín mientras todos celebraban en el interior de la mansión.

 

Luego, cuando había regresado a casa, se había quedado dormido apenas tocó la cama.

 

Sin embargo, no muchos meses después, Gabrielle, su noona favorita, había enfermado. No volvió a ver los rizos rubios nunca más. Y tampoco a la sonrisa con hoyuelos.

 

Hasta ese día.

 

***

 

Yoona estaba emocionada, moviéndose de un lado hacia otro en el centro comercial. Iba a tener dos niñas. Eso era lo que había dicho el último ultrasonido.

 

Todos los pequeños trajes de bebés eran preciosos y de diversos colores. Azules, rosados, amarillos y blancos.

 

Por supuesto, Yoona los quería todos.

 

Por ello KyuHyun estaba allí; para detenerla de sus compras impulsivas. Además del cuidado personalizado que debía darle. Esa tarde se habían puesto de acuerdo con Siwon para salir. Sin embargo, el mayor aún no llegaba.

 

—Yoona, ¿no crees que deberíamos terminar con las compras y sentarnos? Recuerda que el doctor dijo que no pases mucho tiempo en pie– remarcó KyuHyun. Yoona lo miró con tristeza y un puchero en sus labios, pero KyuHyun tan solo le lanzó esa mirada fría que Yoona conocía muy bien.

 

Sabes que eso no funciona conmigo.

 

Terminaron sentados en una cafetería. KyuHyun había pedido un caramel macchiato mientras que Yoona bebía un jugo de limón. Habían unas galletas de chocolate horneadas en medio de la mesa, y en las sillas de al lado, bolsas llenas de ropa de bebé.

 

—Oppa, dice que ya está en el centro comercial – comentó Yoona, mientras revisaba su Samsung Galaxy 5 –. Me pregunto que lo habrá demorado tanto. Normalmente es muy puntual.

 

KyuHyun sólo se encogió de hombros; al fin y al cabo no conocía muy bien a Siwon. Sólo habían logrado interactuar en una ocasión.

 

Siwon llegó cinco minutos después. Estaba vestido con una camiseta celeste y pantalones oscuros. Era evidente que antes de alcanzarlos en la cafetería había pasado por su casa a cambiarse. No había forma que hubiera ido a su empresa automovilística de esa forma.

 

—Siento mucho la demora. Bugsy se enfermó y tuve que llevarlo rápidamente al veterinario. Pero ya está mejor – agregó rápidamente al ver la expresión de preocupación de Yoona.

 

—Debes cuidarlo bien – dijo Yoona. Cuando Siwon se sentó a su lado, la más joven le dio un pequeño golpe al mayor en el brazo. KyuHyun rió suave.

 

Conversaron sobre Bugsy, que era el pequeño perro de Siwon; también sobre las dos pequeñas de Yoona, y sobre la nueva colección de Nana.

 

No había pasado una hora cuando Yoona comenzó a sentirse cansada. Sabiendo la condición de la embarazada, no dudaron en dejar el centro comercial y llevarla a casa. Siwon, quien llevaba su auto, se encargó de llevarlos al apartamento en Gangnam.

 

—Ya se quedó dormida – comentó KyuHyun. El omega estaba sentado al lado de Siwon. Yoona se encontraba en el asiento trasero, completamente inconsciente de su alrededor –. Realmente recorrimos muchas tiendas hoy. Lo mejor será no despertarla. Espero que esto no afecte su salud.

 

—No lo creo — respondió Siwon. KyuHyun supuso que el mayor tan solo intentaba calmarlo –. Yoona es mucho más fuerte que Gabrielle aunque no lo parece. Además, después de la muerte de Gab, Yoona se cuidó mucho más. Zen nunca se olvidaría de darle sus vitaminas.

 

KyuHyun miró al mayor de soslayo. Cuando hablaba de su esposa había una concomitante de melancolía y felicidad.

 

Debe extrañarla tanto.

 

— ¿Cómo supo que Gabrielle noona era la adecuada para usted? Es decir, todos siempre me han dicho que tu espíritu lo decide, pero… me parece tan extraño. Debe haber algo más  – comentó KyuHyun. Sabía que debía sonar muy ingenuo, pero esa realmente era su disyuntiva desde hace muchos años. A pesar de que se había sentido muy apenado de preguntárselo a su propia madre, sentía que con Siwon podía tomarse esa confianza.

 

Extrañamente cómodo.

 

—Es obviamente más que el destino, KyuHyun  – respondió Siwon. El mayor se volteó hacia KyuHyun cuando el semáforo se puso en rojo, y lo miró a los ojos –, es amor.

 

Las mejillas de KyuHyun quemaron, y evitó la mirada del mayor. Sintió su corazón brincar dentro de su pecho.

 

Amor.

 

—Creerás que soy un viejo romántico, pero creo que eso es lo que sucede. Si no amas a la persona con la cual se supone estás destinada, la relación terminará rompiéndose.

 

—Entonces – dijo KyuHyun con voz baja –¸ entonces, ¿usted cree que volverá a enamorarse?

 

El mayor se quedó callado. Sus manos cogían con fuerza el volante.

 

—Llegamos – respondió. KyuHyun prefirió no tocar el tema.

 

Al final, Siwon fue el que tomó a Yoona en sus brazos, llevándola hacia su dormitorio. Era evidente que su joven cuñada estaba muy cansada. No se despertó en ningún momento, lo cual fue un alivio para KyuHyun.

 

—Esta es la hora de su siesta. Debemos levantarla a las siete. A esa hora debe tomar sus vitaminas y suplementos para su embarazo –comentó KyuHyun, mientras se quitaba la casaca que llevaba puesta y la dejaba en el sillón.

 

—Gracias por cuidar de Yoona. En serio, todos estamos muy agradecidos por ello.

 

—No hay nada que agradecer. Lo hago porque Yoona me importa. La he conocido toda su vida. Hemos crecido juntos, y ahora es la pareja de mi hermano. Es lo menos que puedo hacer por ella. Además no es como si eso estuviera interrumpiendo mi vida. No hago nada interesante.

 

—Hey, no deberías decir eso – le dijo Siwon–. Eres muy joven. Y no tiene nada de malo que aún no hayas encontrado una pareja. Muchos omegas florecen tarde. Tú eres uno de ellos. En algún momento encontrarás a tu otra parte. Ya lo verás.

 

Siwon le sonrió y le acarició con suavidad los cabellos. KyuHyun sintió su corazón estallar, y antes de hacer cualquier cosa estúpida, se dio la vuelta y miró la cocina.

 

—Prepararé algo de cenar para Yoona. Espero que cuando Zen vuelva, pueda calentarlo.

 

—Te ayudo – se ofreció Siwon rápidamente.

 

—No se preocupe. Yo puedo solo. ¿Por qué no se acomoda y trata de ver algo en la televisión?

 

Siwon terminó asintiendo, y KyuHyun se dirigió a la cocina.

 

A pesar de que sabía que era malísimo cocinando, había algo que sabía hacer bien y eso era ramen. Tomó el mandil amarillo que probablemente usaba Yoona. Cogió fideos de un gabinete, y comenzó a preparar el platillo.

 

Se concentró lo más que pudo. No quería ocasionarle un dolor de estómago a Yoona, así que trabajó entre las ollas y las hornillas.

 

—Algo huele muy bien– escuchó detrás de él. Cuando volteó observó lo cercano que estaba Siwon de sí. Tan cerca que podía sentir el calor de su pecho contra su espalda.

 

— ¡Qué bueno que la sopa huela bien! – se dignó a responder KyuHyun, volteando su rostro, y escondiendo sus mejillas rosadas del mayor.

 

Siguió moviendo la sopa con el cucharón, esperando que el mayor se alejara eventualmente de él. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. En un instante, sintió los labios del mayor pegados a su nuca, y su nariz hundida en su cuello.

 

—Hueles muy bien, KyuHyun – comentó Siwon, mientras envolvía sus brazos alrededor de la cintura del menor.

 

KyuHyun saltó en su lugar, dejó que el cucharón se hundiera en la sopa, y trató de alejarse lo más que pudo del mayor. Al parecer su nerviosismo y acciones precipitadas, sacaron a Siwon de su ensueño, pues se alejó del omega en un instante.

 

— ¡Lo siento! No sé qué pasó por mi cabeza. Lo siento mucho, KyuHyun.

 

KyuHyun no tuvo tiempo de responder, porque en el siguiente momento, Siwon había desaparecido de la cocina, en dirección al cuarto de baño.

 

Bueno, al parecer mi olor finalmente se está intensificando. Quizá logre florecer.

 

Se mordió los labios mientras intentaba terminar con el platillo. Aún sentía los labios de Siwon contra su piel, y eso le ocasionaba escalofríos así como un intenso dolor en el pecho.

 

Esperaba no enfermarse.

 

Cuando Siwon salió del cuarto de baño, Zen ya estaba en la sala. Su hermano menor estaba sentado en el sofá, devorándose el ramen que KyuHyun había terminado de preparar minutos antes. KyuHyun, por su parte, tan solo lo veía comer, sentado a su lado.

 

— ¡Hyung! ¿Cómo estás? – expresó Zen, mientras dejaba el plato de sopa sobre la pequeña mesa de vidrio que se encontraba en el centro de la sala.

 

Zen se levantó de su asiento, y le dio un fuerte abrazo a Siwon. O quizá fue al revés. KyuHyun observó a los dos alfas con ternura y sorpresa. Pocas veces podía observar a su hermano tan afectuoso. Generalmente solo lo era con Yoona y su madre.

 

—Muy bien – respondió Siwon cuando se separaron–. Pasé un rato con Yoona y KyuHyun en el centro comercial–, a pesar de que fue muy sutil, KyuHyun pudo sentir la pesadez en su propio nombre cuando Siwon lo pronunció.

 

—Sí. Yoona me lo comentó anoche. Estaba muy emocionada por salir de la casa.

 

En segundos, los dos tomaron asiento y comenzaron a conversar. KyuHyun se sintió tan fuera de lugar que decidió mantenerse callado, observando como las manijas del reloj avanzaban.

 

Cuando el reloj marcó las seis y media decidió que había sido suficiente. Se levantó de su asiento, y forzó una sonrisa.

 

—Zen, ya debo irme– murmuró despacio. Su hermano no demoró en mostrar un gesto de molestia–. Mañana tengo una prueba importante en la universidad. Debo estudiar si no quiero reprobar–mintió.

 

—Pero, Kyu… tú eres muy inteligente. Nunca te ha ido mal en un examen. Además sabes que Yoona se molestará cuando sepa que no te despediste de ella.

 

—Zen, realmente debo irme–sentenció con el ceño fruncido, sabía que Yoona se molestaría; sin embargo, no podía soportar la incomodidad.

 

—Está bien –agregó su hermano resignado–. ¿Podrás ir solo a casa? El tren aún está disponible.

 

—Sí, no hay problema– respondió–. Te aviso cuando llegue a casa.

 

Sin pensarlo mucho, se acercó a su hermano y le dio un abrazo de despedida. Cuando se soltaron, y miró a Siwon no supo exactamente qué hacer. Sabía que debía despedirse, se vería muy descortés si no lo hiciera; además Zen estaba justo a su lado.

 

Con pasos lentos y dubitativos, se acercó al mayor y le dejó un corto beso en la mejilla.

 

Buenas noches.

 

 

***

 

 

KyuHyun se levantó completamente adolorido. Estaba completamente seguro que le daría la gripe. Poniendo de su parte, abrió sus ojos y se levantó de la cama. Eran las seis de la mañana.

 

Se metió a la ducha, dejando que el agua caliente relajara sus adoloridos músculos. Luego, tomó una camisa blanca y jeans oscuros mientras cantaba un tono cualquiera. Tenía tiempo más que suficiente para tomar un buen desayuno y pasar por la farmacia a pedir un descongestionante. Lo necesitaría si quería sobrevivir al largo día que pasaría.

 

Cuando bajó al comedor, no había nadie. La única persona que lo saludo fue la señora Jung, la persona encargada de cocinar. KyuHyun le sonrió lo más honesto posible.

 

Su desayuno desapareció en minutos, a pesar de sentirse adolorido, tenía hambre. Se despidió de la señora Jung, se acomodó el maletín y salió de la casa.

 

Siempre había sido pésimo manejando por ello prefería tomar el tren, o un taxi. Ese día no sería la excepción. Caminó por la residencial, con una dirección fija. Debía comprar los benditos descongestionantes y unos analgésicos.

 

La señorita que lo atendió era una beta, quienes no distinguían los olores además que tampoco poseían uno. Le entregó las patillas en unos segundos, y KyuHyun se las tomó al instante.

 

Cuando llegó a la estación de tren, no demoró en encontrar un vagón vacío. Al fin y al cabo ese día se había levantado temprano. Cogió el asiento ubicado en la esquina y descansó su cabeza sobre la pared. Respiró profundamente, y el olor de un alfa llenó sus fosas nasales. Con los ojos entrecerrados, dirigió su dirección hacía donde parecía venir el olor; observando a un joven que definitivamente tenía la edad de YiFan concentrado en un libro.

 

Desde cuando puedo oler a un alfa tan bien.

 

Rebuscó en su maletín, y se puso los audífonos, escuchando suavemente a Ed Sheeran mientras cantaba Thinking out loud.

 

La canción se repitió una y otra vez. KyuHyun se perdió entre las oraciones de la canción. Era tan delicada y suave. Terminó tarareando la canción murmurando las palabras para sí mismo.

 

Kiss me under the light of a thousand stars…

 

El tren se detuvo. KyuHyun abrió sus ojos. Esa era su parada.

 

 

***

 

El efecto de las pastillas nunca llegó. Tuvo que soportar el entumecimiento de sus músculos durante todas sus clases.

 

Lo peor de todo era que el aire acondicionado en la universidad estaba más fuerte que nunca. Estaba en el período de celo. Los omegas que asistían a la universidad siempre tomaban sus represores, pero la universidad debía tomar sus precauciones.

 

Cuando salió de su facultad, maldijo entre dientes. Estaba lloviendo. El día no podía ser peor.

 

Desganado, y con ganas de lanzarse a los rieles del tren, caminó bajo la lluvia. Las gotas de agua mojaron sus cabellos y prendas completamente en cuestión de segundos. A pesar de ello, siguió caminando lentamente.

 

—Hey, KyuHyun – escuchó justo cuando se disponía a cruzar el estacionamiento de la universidad. Levantó su rostro, y se percató del familiar automóvil rojo.

 

Siwon.

 

—Vamos KyuHyun. Entra.

 

Sin pensárselo dos veces. El joven omega abrió la puerta del auto y se acomodó en el asiento de copiloto. No era como si tuviera otra opción.

 

— ¿Realmente pensabas ir hacia la estación de tren bajo la lluvia? Podrías enfermarte – le reprendió, mientras arrancaba. KyuHyun sintió sus músculos adormecerse mucho más. Realmente se enfermaría.

 

—Lo siento – se limitó a decir, mientras dejaba que su cuerpo descansara en el asiento.

 

Cerró sus ojos, perdiendo la consciencia poco a poco. Sus ropas húmedas lo incomodaban, pero el cansancio podía más. Estuvo a punto de quedarse dormido cuando sintió la mano fresca de Siwon sobre su frente.

 

— ¡Dios! KyuHyun, estás hirviendo en fiebre.

 

— ¿En serio? – murmuró inconscientemente. Quizá la mano de Siwon no estaba fresca, era KyuHyun el que estaba demasiado caliente.

 

—No puedo llevarte así a tu casa, debes ponerte mejor…

 

KyuHyun estaba seguro que Siwon siguió reprendiéndolo; pero lo que dijo, nunca lo supo porque segundos después, todo fue oscuro.

 

***

 

Sus ojos se abrieron al instante que se sentó en la cama. Tan pronto como salió de sus sueños, la angustia había cruzado el pecho de KyuHyun y había hecho que se levantara desesperado.

 

Tocó su frente con el dorso de su mano y la sintió fría. Al parecer, ya estaba mejor. Sonrío tranquilo y respiró con más tranquilidad mientras veía a su alrededor. Definitivamente nunca había estado en ese lugar.

 

Unas sábanas azul marino cubrían sus piernas. KyuHyun pasó la yema de sus dedos sobre ellas, y sintió la textura suave del terciopelo. Segundos después, cuando comenzó a notar mejor su entorno fue cuando notó el fuerte olor que lo rodeaba. KyuHyun cerró sus ojos, y se dejó embriagar por el aroma.

 

Nunca antes había sentido algo tan fuerte. Inhaló una vez más, y siento su estómago retorcerse. Exhaló frustrado, y se echó en la cama, tratando de encontrar conforte. Sin embargo, se vio rodeado de todo lo contrario, el aroma se hizo más intenso. Sintió encenderse.

 

— ¿Dónde estoy exactamente? – se preguntó mientras escondía su rostro en sus manos.

 

Y como si las respuestas llegaran por sí solas. La puerta del dormitorio donde se encontraba se abrió. KyuHyun alejó sus palmas de su rostro, y se fijó en Siwon. El mayor estaba con un bivirí negro, y pantalones holgados.

 

—Despertaste, finalmente – dijo el mayor mientras se acercaba a KyuHyun, y se sentaba en la cama –. Sabes – comenzó Siwon –, no sé si eres consciente de tu situación, KyuHyun.

 

El omega lo miró confuso. Escondió sus manos bajo las sábanas y las enredó apretando fuerte. De pronto se sentía muy angustiado.

 

—Mi doctor familiar vino a revisarte. Luego de que te desmayaste en el auto pensé que era lo más conveniente – continuó. KyuHyun finalmente comenzaba a entender lo sucedido –.

 

>>KyuHyun, tu cuerpo se está acomodando para entrar en celo. El doctor te ha inyectado algunos represores considerando que eres un omega que se ha demorado en florecer, y hay una gran probabilidad que tu primer celo sea muy intenso.

 

KyuHyun sintió sus mejillas arder cuando vio el rostro de seriedad del mayor. Además… finalmente sería un omega completamente maduro. Después de tantos años…

 

—Inclusive me dio unos desestimulantes para no reaccionar ante tus hormonas – comentó Siwon con una sonrisa en el rostro – aunque siéndote sincero no están funcionando muy bien.

 

—Yo…

 

—No tienes nada de qué preocuparte... No es tu culpa. Es parte de tu metabolismo. Por ahora creo que deberías quedarte aquí. Con tu situación no creo prudente que vuelvas a tu casa a estas horas de la noche. Hablé con Zen y él ya le comunicó a tu familia. Mañana vendrán a recogerte.

 

—Gracias – terminó murmurando.

 

—No hay nada qué agradecer. Ahora, te dejaré dormir.

 

Sin embargo, Siwon se quedó en su lugar. KyuHyun lo observó detenidamente. Era evidente que el mayor pensaba en qué manera despedirse. Parecía que se impulsaría a dejarle un beso en la mejilla. Pero al final se decidió por darle unas palmadillas a las piernas de KyuHyun protegidas por las sábanas.

 

Al quedarse solo en su dormitorio, el aroma de Siwon lo siguió invadiendo. Se percató que justamente era ello lo que le hacía retorcerse. Cansado, terminó recostándose en su lado derecho, apoyando su cabeza sobre sus palmas.

 

Siwon lo despertó unas horas más tarde. Lo forzó a sentarse en la cama, y estirar su brazo. Era hora de inyectarle los represores. KyuHyun no tenía problema con las agujas, pero desconfiaba un poco de la capacidad de Siwon de colocar uno.

 

Pero el mayor sabía muy bien lo que hacía. KyuHyun no sintió mucha molestia. Luego de ello, Siwon le dejó descansar otra vez.

 

Su madre llegó a recogerlo al mediodía. Todo era borroso para KyuHyun. Su cuerpo ardía pero no era doloroso. Salió con pasos sin dirección de la casa de Siwon. No recordaba muy bien la despedida, pero si tenía grabado en su mente y su piel, como el aroma de Siwon dejó de envolverlo. De pronto, se sintió desolado.

 

***

 

Personalmente, a KyuHyun no le molestaba enfermarse. Podía sobrellevar la situación. Sin embargo, su madre se agitaba cuando su pequeño omega sufría. Al fin y al cabo su madre era una alfa, y por lo tanto sobre-protectora.

 

Ya había pasado una semana desde que había comenzado su celo. A pesar de que le habían colocado los represores, el cuerpo de KyuHyun se obligaba a cooperar. Sus temperaturas subían y bajaban sin previo aviso.

 

Chanyeol, el pequeño omega, tendía a quedarse en su dormitorio, cuidándolo. Al ser el otro único omega dentro de la casa (pues se había mudado luego de conectarse con YiFan), lo entendía muy bien. Era el que generalmente hacía sentir mejor a KyuHyun. Si fuera por él, encerraría a Chanyeol en su dormitorio todo el día, pero sabía que su hermanito menor lo mataría si eso sucediera.

 

Después de días con represores, y cambio de medicación. El médico había dado la sorpresiva noticia de que KyuHyun se había conectado con un alfa, y por eso su cuerpo buscaba con mayor intensidad desfogarse.

 

Su madre lloró ese día.

 

Encontrar la otra parte de KyuHyun parecía un imposible. Su hermano Zen no entendía cómo el alfa que se había enlazado con su hermano no había notado la conexión.

 

—Lo más probable es que ni siquiera haya notado mi presencia. Sabes que mi aroma no es tan fuerte – le dijo KyuHyun a Zen en una de sus visitas.

 

—No lo era, querrás decir. A pesar de que soy tu hermano, puedo oler tu aroma más fuerte que nunca – le respondió Zen. KyuHyun rio –. Yoona está muy preocupada.

 

KyuHyun se sintió empalidecer. Lo que menos quería era estresar a su mejor amiga.

 

—No es solo por ti – le comentó Zen inmediatamente – no te estreses –, KyuHyun asintió sin pensarlo-.

 

>>Siwon hyung está muy raro últimamente. Hace unos días explotó en su empresa, y despidió a su secretaria. Yoona piensa que quizá deberían conversar. Ustedes dos.

 

KyuHyun frunció el ceño. Estaba preocupado por la situación de Siwon, y confundido por la actitud de Yoona. ¿Por qué debería hablar con Siwon?

 

—Sé que quizá te suene ridículo, pero Yoona piensa que Siwon y tú están entrelazados–. KyuHyun abrió sus ojos ampliamente, nunca se había puesto a pensar en aquello–. Siwon está actuando como un alfa posesivo, algo que nunca ha sido propio de él. Además, es muy probable que no haya notado que ya estaba emparejado contigo porque creyó que después de Gabrielle no habría nadie más.

 

—No lo creo, Zen. Es imposible.

 

—No perdemos nada intentándolo ¿cierto? – le cortó su hermano. Ahora que KyuHyun lo observaba bien podía notar como Zen también estaba muy preocupado por su situación. Sintió su corazón estrujarse con fuerza–. Por favor, KyuHyun. Deja que Siwon hyung hable contigo. Solo una vez. Veamos qué sucede.

 

KyuHyun miró a su hermano menor, y notó su súplica. Le gustaba Siwon. Eso era algo que no podía negar. El mayor siempre le hacía sentir cómodo y cálido. Pero, ¿era eso suficiente? Tenía miedo de ilusionarse en vano. Los nervios volvieron a invadirlo.

 

Sin pensarlo mucho, asintió con la cabeza, y sintió el abrazo de Zen.

 

—Es la mejor decisión que has podido tomar. Detesto verte así KyuHyun. Te ves tan débil y lastimado. Quiero que te pongas mejor.

 

—Lo haré – respondió KyuHyun apenado.

 

Zen se despidió con un beso y una promesa en los labios.

 

Te pondrás mejor.

 

***

 

Siwon llegó a las seis de la tarde. KyuHyun podía escuchar su voz en la sala. Fuerte y pesada. Las palmas de sus manos se humedecieron por el sudor. Estaba ansioso.

 

Cuando el mayor entró a su dormitorio. El corazón de KyuHyun le golpeaba fuertemente. Su pecho no demoraría en estallar. ¿Acaso así fue como su madre se sintió cuando finalmente descubrió que su padre era el adecuado? ¿Y Zen y Yoona? ¿YiFan y el pequeño Chanyeol?

 

Siwon estaba con una camisa negra y un pantalón de vestir. Se veía atractivo como siempre, todo lo contrario a KyuHyun. Y sus ojos… sus ojos estaban tan oscuros e intensos. KyuHyun se derretía frente a su presencia.

 

—Hey, me contaron que aún no te mejoras.

 

Su respiración se agitaba cada vez que Siwon daba un paso más cercano hacía su posición.

 

No te acerques más.

 

—Yo tampoco me he sentido muy bien – le confesó el mayor, mientras tomaba asiento en la orilla de la cama –. Nada bien, KyuHyun. Y me siento tan idiota y cobarde.

 

Siwon le acarició los cabellos con su mano derecha, quitándolos de su frente. Su corazón latía fuerte y constante. Realmente necesitaba ser apaciguado. Solo necesitaba algo más.

 

—No entiendo cómo no pude darme cuenta lo importante que eres para mí, KyuHyun.

 

Siwon tomó el rostro de KyuHyun entre sus manos, y acarició sus mejillas con sus pulgares. El omega no pudo evitar sentirse mareado cuando sus labios se juntaron.

 

                                                                                          ***        

 

JoonMyun corría por el jardín con el pequeño SeHun tras él. KyuHyun suspiró cansado mientras los veía jugar. Ya habían pasado dos horas y los niños no parecían cansarse, pero era lo mínimo que KyuHyun podía hacer.

 

JoonMyun tenía seis años. A pesar de su corta edad era un niño muy maduro. KyuHyun lo adoraba con todo su ser. Al fin y al cabo, era su hijo. JoonMyun había obtenido las facciones de Siwon, y solo la piel pálida de KyuHyun. De eso, KyuHyun estaba muy satisfecho.

 

SeHun, por otro lado, era muy travieso. A sus tres años, era un niño relativamente alto, solo unos cuantos centímetros más bajo de que JoonMyun. Sin embargo, eso era algo que se esperaba, considerando que sus padres, Chanyeol y YiFan, eran muy altos.

 

Ese día, KyuHyun se había encargado de cuidar de los pequeños pues era el aniversario de casamiento de su hermanito menor. Y KyuHyun pensó que lo más correcto sería cuidar del pequeño SeHun para que los otros disfrutaran de su día.

 

—Hola – escuchó detrás de sí, justo cuando unos brazos envolvieron su cintura. KyuHyun se dio la vuelta, y le dio un corto beso en los labios a Siwon – ¿cómo se están comportando?

 

—Hasta ahora muy bien. En un rato los llamaré para que almuercen. Chanyeollie dejó un almuerzo para ellos.

 

—Eso es bueno – respondió Siwon, mientras escondía su rostro en el cuello de su pareja–. ¿Y Lu Han?

 

—Durmiendo – respondió KyuHyun. No habían pasado más de dos semanas desde que ambos decidieron adoptar al pequeño Lu Han. Una pareja de amigos de Siwon habían fallecido en un accidente automovilístico. Su pequeño hijo de siete meses se había quedado solo en el mundo. KyuHyun no dudo en recibirlo con los brazos abiertos.

 

—Eso también es muy bueno – agregó Siwon–. Para nuestro aniversario deberíamos mandar a nuestros hijos a la casa de YiFan, o a la de Yoona, estoy seguro que las gemelas adorarán jugar con los pequeños. ¿No crees?

 

—Estoy de acuerdo – respondió KyuHyun con una sonrisa en el rostro–, pero ahora creo que deberías ir a jugar con ellos – dijo refiriéndose a los niños-. Estoy seguro que a JoonMyun le encantará.

 

Siwon se alejó de KyuHyun pesadamente, pero terminó accediendo. Fue hacia donde se encontraban los pequeños, y cargo a SeHun entre sus brazos para luego lanzarlo al aire, mientras JoonMyun cogía una de sus piernas. KyuHyun sonrió.

 

Era un día cálido y feliz.

 

Notas finales:

Den de comer a los autores con sus reviews!


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