Un día normal y corriente en Marukawa shoten, o eso era para los departamentos normales por que en esmeralda…
-¡APURATE ONODERA!- Takano-san gritaba por todas partes, casi al borde de la desesperación, faltaban 5 horas para la entrega de los manuscritos y solo tenían uno, el de Yoshino (y esto gracias a serias amenazas por parte de Hattori), pero el sabia de quien era la culpa, era de ese ojiverde que lo había mantenido despierto toda la noche, y no precisamente haciendo lo que mas le gustaba era de pura frustración sexual , cada vez que intentaba acercarse el castaño salía corriendo, cuando lograba acorralarlo siempre llegaba alguien a molestar, ya no podía mas, pero algo era seguro el iba a darle ese esperado ´´te quiero ´´ fuera como fuese.
- Takano-san – ese era Mino- los de la imprenta dicen que ya vienen en camino, que hacemos!??
-Diles lo que quieras, probablemente solo nos corran y ya –colapso-.
5 Horas después…
Milagrosamente habían logrado entregar todo, Takano ni siquiera recordaba como carajos le habían hecho, pero lo peor ya había pasado ahora solo quedaba la difícil tarea de reunir fuerzas, pararse e irse cada quien a su casa, Kisa era el primero ya casi llegaba al ascensor, los demás seguían en la lucha mientras que solo quedaban en la oficina Ritsu y el, así que decidió aprovechar la ocasión.
Espera- le dijo tomándolo del brazo- tu te vas conmigo- y sin decir mas solo lo arrastro el resto del camino hasta el estacionamiento, lo metió al auto con un poco de demasiada fuerza y a pesar de las constantes protestas de Onodera, así lo llevo hasta su departamento- ahora si que no te vas a escapar, pretendes decirme que te pasa o tendré que sacártelo a la fuerza?
-Pues no se de que hablas- Ritsu estaba altamente irritado, primero se la pasaba persiguiéndolo, luego gritándole en el trabajo y ahora solo lo arrastraba al departamento, que se creía, su dueño o que?- no tengo nada que hablar contigo, con permiso me voy- trato de salir pero unos fuertes brazos lo levantaron del suelo y lo tiraron a la cama- que crees que haces suéltame!!!
-Me vas a decir quieras o no- empezó a besarlo con algo de rudeza, mientras que Ritsu ya estaba empezando a asustarse, y forcejeaba con el pelinegro, Takano se dio cuenta demasiado tarde que se había pasado, al ver al castaño con lagrimas en sus bonitos ojos esmeralda,
-¡ya basta que te pasa!!!, No puedo seguir así! Es que acaso no confías en mi?- pregunto Takano ya dolido, empezaba a tener un no muy buen presentimiento no le gustaban esas lagrimas- si no me dices, como esperas que pueda ayudarte, te amo Ritsu, a pesar de mis idioteces se que lo sabes - el castaño no sabia que decir, tenia que contarle algún día, era inevitable lo sabia pero aun no estaba listo, las lagrimas del mas puro sufrimiento salían de sus ojos
-Lo siento, lo siento- susurro quedito aunque Masamune lo escucho perfecto,
Fue uniendo sus labios muy lentamente con miedo de asustar a su uke, con todo su amor fue quitando a punta de besos esas lagrimas eliminándolas por completo del hermoso rostro de su amor, todavía mas despacio lo recostó en la cama, a este punto Onodera ya no ponía resistencia, lo amaba como nunca iba a amar a alguien incluso en la secundaria, mas precisamente en sus tiempos de acosador, supo que lo amaría con todas sus fuerzas hasta el ultimo día de su vida aunque no le correspondiera, cuando empezaron a salir casi se sintió morir de la felicidad y con lo que acababa de hacer… consolarlo de esa manera tan tierna a pesar de ser tan frio con los demás termino de confirmar algo que ya sabia… nunca se enamoraría de nadie mas…
Masamune estaba claramente sorprendido Ritsu correspondía a sus caricias con pasión y timidez, tal vez, solo tal vez esa noche su sueño se cumpliría realidad, no perdió mas tiempo y desnudo con cariño el frágil cuerpo de su amante, este soltaba de vez en cuando placenteros suspiros y en su pequeño lapsus de pasión ayudo a Masamune en su labor, cuándo estuvieron como sus mamás los trajeron al mundo, Takano repartió suaves besos en la sensible piel, subiendo poco a poco hasta el cuello donde succiono fuerte dejando una marca rojiza, señal inequívoca de posesión, alejaría a cualquiera de su Ritsu, bajando un poquito llego a su ombligo primero mordiéndolo, luego simulando penetraciones, volviendo a subir poso sus labios en los deseables del menor, el castaño estaba muy excitado, el mayor viendo el estado de su pareja comenzó a lamer esos pequeños botoncitos rosados que tanto le fascinaban, mientras otra traviesa mano tomo posesión del despierto miembro empezando a estimularlo a un ritmo irregular primero lento, después rápido, el uke apenas si podía respirar- n-no pu-edo mas- dijo súper sonrojado, el mayor solo esbozo una tierna sonrisa acerco tres dedos a la boca de Ritsu, este entendiendo la seña empezó a humedecerlos, cuando estuvieron listos el mayor los llevo a su entradita, un dedo, dos dedos, tres dedos, el menor gemía bajito arañando la espalda de su seme, el susodicho no aguanto mas y lo penetró de una, el castaño soltó un grito de dolor-placer, luego de unos momentos las estocas comenzaron primero lento y suave, después la cama chirriaba por las fuertes envestidas, los nombres de ambos saliendo de sus bocas en jadeos irregulares, luego de unos momentos llegaron juntos al clímax, permanecieron inmóviles un rato contemplándose.
En un susurro audible Onodera dijo las palabras que ambos deseaban escuchar…
-Te amo…