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Hechizo de Hallowen. por anon_kagamine

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Notas del fanfic:

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Notas del capitulo:

Hola, este es un hermoso shot que subiré hoy, son tres, y a raíz de la falta de tiempo mañana subiré otros tres xD

En fin, disfruten~

Aclaración: Los personajes no son míos, es obvio. Excepto una.

El chico de castaños cabellos estaba echado, o más bien tirado encima de su sofá completamente exhausto. Aquel día había sido una de los más pesados que había tenido en su trabajo, a pesar de que estuvieran en el principio del conocido ciclo del grupo Doncella.

–Ah… El estúpido de Takano-san no nos deja ni siquiera un día como éste libre… –Susurró Ritsu a la vez que pasaba su mano por su cara, pero luego se le escapó una traviesa sonrisa con la cual se levantó energético del sofá en el cual parecía un cadáver antes – ¡Wah!~ ¡It’s Hallowen! –Dijo ahora el castaño a la vez que se estiraba y sonreía como lo haría cualquier niño en aquel día.

Ritsu realmente amaba Hallowen, creía que los personajes de libros famosos eran los que cobraban vida aquella noche y eran los que iban a pedir dulces. Aunque sabía perfectamente que los niños eran los que se disfrazaban, se emocionaba de todas formas. Y aquel gusto y emoción no creía que se lo demostraría a nadie nunca, CREÍA.

–Vamos a leer Drácula~ –Se animó a si mismo Ritsu a la vez que se ponía las manos en la cintura, aquella celebración lo cargaba de energía. Pero justamente en aquel momento un pequeño golpe en la ventana lo detuvo y alertó –Bien… Es la noche de los muertos, deja de engañarte Ritsu –Se dijo así mismo el chico, pero luego siguió un segundo, tercer y hasta cuarto golpe –Bien… No te estás engañando… – Pensó ahora Ritsu a la vez que tragaba saliva, debía de admitir que tenía algo de miedo, pero no lo haría.

El pulso de Ritsu se aceleró, pero a pesar de eso su curiosidad creció y con ello comenzó a caminar hacia su ventana, la cual estaba cubierta por la cortina. Con un pequeño temblor en sus manos tomó la cortina y, de manera veloz, la corrió, encontrándose con lo que se esperaba; Nada. Suspiró entonces ante su pensar –Claro que no había nada, idiota –Sonrió de manera casi imperceptible a la vez que su pulso se normalizaba –Aunque es mejor prevenir que lamentar –Pensó luego y abrió la ventana para ver hacia fuera. Giró su cabeza de derecha a izquierda buscando algún indicio sobre el ruido, pero no encontró nada –Bueeeeno~ Será –Se respondió así mismo, pero se quedó un momento ahí, apreciando a unos pequeños disfrazados de princesas, caballeros y mounstros que iban preparándose para pedir dulces. Sonrió por inercia, llevándose una de sus manos a su mejilla –Pequeños~ Como amaba hacer lo que ustedes… –Susurró y entonces cerró la ventana cerrando a su los ojos y suspirando, actualmente no caería en la humillación de disfrazarse y salir a pedir dulces con los niños pequeños, o eso creía.

El castaño entonces, cometió el error de darse media vuelta sin abrir sus ojos.

– ¡Ricchan!~ –Escuchó la voz de una mujer, al parecer muy pequeña, por lo cual se alteró y abrió los ojos, llevándose con eso una gran sorpresa.

– ¡Wah! –Gritó Ritsu echándose para atrás, y si no fuese por el ventanal que había allí, se hubiese caído de trasero – ¿¡Qui-Qui-Quién eres tú!? –Preguntó Ritsu mientras iba cayendo lentamente a la vez que se deslizaba por la pared. Ahí, justamente frente a él, se encontraba lo que parecía una inocente niña de pelo rojizo y ojos dorados, claro, si no estuviese flotando en una escoba ni llevara puesta una túnica carmín con una capa negra encima.

La chica ante la reacción del castaño río – ¿Es en serio? –Preguntaba entre risas, y una vez que se calmó, respondió –Soy caperucita roja~ –Entonces Ritsu entró en más confusión, cosa que hizo reír más a la pequeña. Se tomaba el estómago y estaba roja de tanta risa. No se esperaba una pregunta tan tonta por parte del ‘listo’ castaño.

Mientras tanto, Ritsu seguía atónito, es decir, había una ‘niña’ de al parecer 8 o 9 años en su sala, flotando en una escoba, ¡Y ni siquiera sabía quién era! Puesto que era obvio inclusive para él en esa situación de que ella no era ‘caperucita roja’.

–Bien, Ricchan… Jeje~ –La rojiza intentaba calmarse, y una vez que lo hizo, bajó de su escoba –Es cierto, no soy caperucita roja –Respondió con toda seguridad lo que estaba pensando Ritsu.

¿Le-Leyó mi mente? –Pensó Ritsu ahora con más asombro que antes, abriendo sus ojos como platos –No, no, es imposible, eso no se puede –Se negó luego ‘tranquilizándose’, a lo que la chiquilla respondió mal.

– ¡Eh! ¿Cómo que es imposible? Para tu información, para brujas hechiceras y magas el leer mentes no es más que una simple habilidad –Hizo saber con enojo la pequeña brujita, quien había posado sus manos en su cintura y ahora tenía sus mejillas rojas.

– ¿Eh? ¿Brujas, hechiceras, magas? ¡Jajaja! ¡Eso no es más que fantasía! –Dijo Ritsu, parándose bruscamente del suelo donde se hallaba y encarando a la supuesta bruja. Se notaba que el castaño no entendía su posición.

– ¿Así que fantasía, eh? –Preguntó con malicia la pelirroja, cruzando sus brazos por encima de su pecho –Sería una pena que… Eh… ¡Esto! –La bruja como no sabía qué hacer, tiró algo de humo, y cuando éste se esparció había cambiado de forma.

– ¿Pero qué diablos? –Musitó Ritsu tosiendo un poco y tratando de disipar el humo. Y, cuando por fin el espeso humo hijo de puta se fue, el castaño quedó sorprendido – ¿Ta-Takano-san? –Preguntó boquiabierto.

– ¡Wah! ¡Tenía razón, no era una mujer! –Gritó emocionada la rojiza, dando pequeños saltitos y entonces Ritsu comprendió que el ‘Takano-san’ que había visto, en realidad era la pequeña brujita.

¿Y qué sacas con convertirte en mi jefe? –Preguntó Ritsu, tratando de disimular su asombro y cruzándose de brazos. El orgullo por delante.

–Yo no me convertí en tu ‘jefe’~ –Reconoció con malicia la pequeña bruja, a la vez que volvía a su forma natural con sólo chispear sus dedos.

–Entonces, ¿En quién? –Preguntó el castaño perdiendo su compostura, pero había sido una pregunta que hizo por inercia y curiosidad.

–Me convertí en la persona a la cual actualmente amas~ –Informó la chica muy orgullosa, a la vez que movía de un lado a otro su dedo. Entonces Ritsu quedó completamente rojo.

– ¡N-No me jodas! De todas formas ¿Cu-Cuál es tu nombre? –El chico entró en un nerviosismo increíble al escuchar lo que dijo la brujita, pero nunca aceptaría eso. O al menos eso creía.

–Ya lo sabrás~ –Dijo con una sonrisa de oreja a oreja la pelirroja –Esa sinceridad suya va a traer muchos problemas… –Pensó la pelirroja, y entonces se le ocurrió algo – ¡Bom bom bun, hoy sincero serás tú, por la palabra de Dakota~ru! –Gritó Dakota a la vez que agitaba una de sus manos, la cual apuntaba a Ritsu.

– ¿Pero qué…? –Musitó Ritsu antes de caer contra la pared nuevamente y marearse. Quedó ciego momentáneamente, pero en menos de dos segundos ya estaba recompuesto, aunque tenía una puntada en la cabeza –Dakota, ¿Qué hicis…? –En el momento en que Ritsu abrió los ojos se encontró una agria sorpresa. La brujilla pelirroja llamada Dakota ya no estaba presente, y en su sustito se hallaba una nota –Que miedo… –Susurró Ritsu y tomó la nota, pero al leer su interior quedó más sorprendido –El efecto dura doce horas… –Ritsu no lograba comprender a qué se refería, pero lo pasaría por alto, ahora tenía unas enormes ganas de salir a pedir dulces.

Así que el chico de castaños cabellos tomó una capa que había en su sofá y unos colmillos e improvisó un disfraz de vampiro ¿Quién había dejado eso allí? Lo más probable que Dakota, pero no le importó, sólo se los colocó y salió corriendo de su departamento con una enorme sonrisa en su rostro. Subió al elevador y de lo animado que estaba, comenzó a saltar en él como lo haría un niño pequeño. Pero, al llegar al primer piso, se encontró con quien menos esperaba.

– ¡Takano-san! –Exclamó sorprendido Ritsu, pero más sorprendido estaba el nombrado.

– ¿Onodera? ¿Qué haces? –Preguntó el pelinegro, quien sólo cargaba un pequeño bolso del trabajo. Eso alegró mucho a Ritsu, tanto así, que hizo que sonriera de oreja a oreja.

– ¡Ven conmigo! –Dijo Ritsu y tomó la mano libre de Takano, a quien comenzó a arrastrar hasta la recepción, le quitó su bolso y se lo pasó a la recepcionista – ¡Guárdelo a nombre de Takano Masamune! –Pidió ahora Ritsu y comenzó a correr de la mano con Takano que no entendía nada de lo que pasaba.

– ¡O-Onodera! ¿Qué pasa, por qué tanta prisa? ¿Y ese disfraz? –Bombardeaba de preguntas el pelinegro al pequeño castaño, pero entonces, sintió como lo silenciaban con un MUY repentino beso, obviamente de parte del castaño.

– ¡Senpai, senpai! ¡Acompáñeme a buscar dulces! –Fue lo que dijo Ritsu cuando se separó del repentino beso que le había dado al pelinegro.

–Ritsu… Qué te pa… No, nada, ¡Seguro te acompaño! –Respondió riendo levemente el mayor, con algo de curiosidad al ver a su pequeño tan… Así.

– ¡Por eso amo a Senpai! –Fue lo que gritó Ritsu, dejando a Takano boquiabierto y en shock, más tuvo que reaccionar rápido, pues el castaño se movía de una manera impresionante. En un parpadeo Ritsu se había juntado a un grupo de niños y niñas que iban pidiendo dulces y Takano tuvo que correr tras él.

– ¡Ritsu! –Lo llamó – ¿Qué acabas de decir? –Preguntó Takano, tenía que comprobar que lo que había oído no era una simple confusión de palabras.

– ¿Eh? ¿El que amo a Senpai? –Preguntó algo confundido el castaño siguiendo al grupo de chicos, entonces Takano de verdad ya no lo creía.

–… ¿Estás seguro de que no tomaste ninguna droga? ¿Ni de que tienes fiebre? Primero que nada, ¿Te sientes bien? –Preguntó sin salir de su asombro Takano, siempre ambos peleaban para que el castaño confesara sus sentimientos, y ahora de la nada le decía que lo amaba.

–Estoy muy, muy seguro, ¿Acaso hay algo de malo con lo que dije? –Preguntó preocupado Ritsu, deteniéndose y encarando de cara a cara al pelinegro.

–No, no, nada de eso, sólo que… Es… ¿Raro? –Respondió  Takano frunciendo el entrecejo, pero luego se relajó, le gustaba que su pequeño fuese sincero.

– ¿Qué hay de malo en amar a Senpai? ¡Es mi primer y único amor! –Confesó Ritsu sonriendo sinceramente, para luego acercarse a Takano, posar su mano en su mejilla y besarle tiernamente.

Si quiere provocarme, ¡Lo hace muy bien! –Pensó Takano, pero rápidamente Ritsu se separó e iba a ir en busca de dulces. Fue ahí cuando Takano tomó la mano del chico y lo detuvo.

¿Eh? ¿Senpai? –El castaño no esperaba que su ‘Senpai’ le detuviese.

–Y si… En vez de ir a buscar dulces… ¿Hacemos travesuras? –Preguntó con notorias dobles intenciones el mayor, notorias dobles intenciones que el menor no notó.

– ¡Jaja! ¡Venía preparado para eso! –Respondió con total inocencia el castaño, y de la bolsa que tenía para recoger dulces sacó huevos.

¿¡De dónde carajos sacó eso!? –Se preguntó Takano con una expresión de desentendimiento, preocupándose también de a qué o a quién tiraría aquellos huevos – ¿Y eso es para…? –Preguntó ahora en voz alta el pelinegro.

– ¡Ven! –Respondió Ritsu tomando nuevamente de la mano a Takano y corriendo por las calles, al parecer, en busca de un objetivo. Y cuando encontraron dicho objetivo, Takano no podía creerse QUIÉN era el objetivo –Siempre me hace sentir celos él… –Susurró el castaño, entonces buscó un escondite en donde se posicionó y apuntó al peli azul –Allá… ¡Va! –Gritó y entonces lanzó el huevo, que llegó de lleno a la cabeza del objetivo.

– ¡Pero qué mierda! –Gritó Yokosawa a la vez que tocaba la viscosa clara de huevo que ahora se hallaba en su cabeza – ¡Estos vándalos que andan tirando huevos a las personas! –Gritó colérico el peli azul, a la vez que Ritsu comenzó a reír y a correr lejos de allí, con Takano persiguiéndolo.

– ¿Vi-Viste su cara? ¡Jajaja, pero qué divertido! –Gritaba Ritsu mientras corría y llegaba a llorar de la risa, hasta que sus costillas comenzaron a doler y paró. Tenía la respiración agitada, el pelo desordenado y el rostro húmedo y rojo. Aquella expresión de alegría y relajo que tenía ahora el castaño se podía ver muy pocas veces, y eran de las cosas que Takano apreciaba.

–Sí… Si lo… Si lo vi jajaja –Takano poco a poco se contagió de la risa de Ritsu, ya ambos reían de una manera muy amena. El pelinegro nunca esperó que eso pasara, lo deseaba, sí, pero nunca pensó que en la realidad, en su realidad, pasara. Entonces de pronto Ritsu dejó de reír, alarmando a Takano.

–Senpai… –Susurró de repente en seco Ritsu, captando la atención de su amado –Tenga… –Allí pescó uno de los huevos de la bolsa, y con suma precaución para no ser descubierto, de la nada lo sacó – ¡Cuidado! –Gritó y acto seguido le tiró el huevo a Takano, a quien le llegó desprevenido en el torso – ¡Buajajajaja! –Río raramente Ritsu y entonces comenzó a correr de nuevo, pero esta vez del ‘enfurecido’ Takano, quien lo perseguía riendo.

–Jajaja, ¡Vuelve! ¡De todas formas te atraparé! –Gritaba Takano ya muy cerca de Ritsu. Ambos reían, ambos lo disfrutaban, ambos se amaban y no existía nadie más que su amado en ese momento, los dulces ya se podía ir bien a la mierda.

–No… No… ¡No lo harás! –Gritó divertido Ritsu, cuando sintió como la cálida mano de Takano tomaba la suya y lo detenía. Entonces las risas cesaron y sólo eran ellos dos en su mundo, un mundo rosa y claro.

–Te atrapé~ –Susurró Takano, y entonces tomó de la cintura al castaño, atrayéndolo a él y atrapándolo con su mirada. Ritsu sólo le sostenía la mirada con un leve rubor. Los rostros de ambos estaban muy cerca y sus alientos se rozaban, mientras que Takano esperaba algún indicio de que lo que quería hacer no estaría errado, indicio que llegó.

–Bésame… –Pidió Ritsu sin separarse del pelinegro, de hecho, cómo había dicho, quería estar más cerca de su ‘Senpai’, y esa fue la carta de triunfo de Takano, quien sin negarse ante tal petición fundió sus labios con los del menor en un muy tierno beso, el cual pasó a ser un poco más demandante por parte de ambos. Se besaban sin control ni pudor, y si no hubiese sido por el tan anhelado aire, hubiesen seguido en aquel magnifico beso.

– ¿Tú departamento o en el mío? –Preguntó Takano a penas se separó de Ritsu, y éste, entendió completamente a qué se refería su amado.

–El mío~ –Respondió Ritsu y entonces abrazó por el cuello al mayor y le proporcionó otro beso, esta vez suave, para luego comenzar a caminar con él de la mano en dirección a sus viviendas.

Apenas la joven pareja llegó y retiró el bolso del mayor, subió rápidamente al departamento del menor, donde apenas entraron se deshicieron de todo. Pantalón, chaleco, capa, zapatos, colmillos y poleras volaron en la entrada, pues la apasionada pareja arrasaba con todo lo que pillaba.

Aquella noche, gracias al hechizo de la pequeña bruja Dakota, la sinceridad de Ritsu salió a flote, al igual que sus sentimientos. Aquella noche, fue una en las que Ritsu pocas veces ha aceptado sus sentimientos. Aquella noche, fue una de las que mejores en aquel departamento que se llenó de gemidos, jadeos, sudor y placer. Pero a la mañana siguiente…

Eran las doce en punto de la tarde cuando cierto castaño recién se dignaba a despertar, inundado de pereza y un dolor en la espalda. Y eso no fue todo, se dio cuenta de que estaba completamente desnudo y que a su lado yacía nada más y nada menos que ¡Takano-san! Entonces, cuando iba a entrar en pánico, vio una nota en la cómoda al lado de su cama, la cual tomó con brusquedad y la leyó.

“Ayer sí que lo pasaste bien haciendo travesuras~

Pero no te preocupes por los dulces, ¡En la mesa te dejé los tuyos!

No te olvides de decirle a Takano que lo amas al despertar.

Dakota~ru!

Pd: Como la buena bruja de 60 y algo años que soy, te dejé variedad de dulces ¡Disfrútalos!”

 

Ritsu entonces arrugó la nota con una fuerza brutal en sus manos. Tenía el entrecejo fruncido y estaba rojo, pero se puso más rojo cuando imágenes de la noche anterior pasaban por su cabeza, tales como cuando besó a Takano, cuando le tiró un huevo a Yokosawa, cuando provocó a Takano y cuando lo hicieron en aquella misma cama en la que ahora estaba sentado. Parecía un tomate.

–Oh, Ritsu, buenos días… –Dijo en un bostezo Takano recién despertando, pero Ritsu ni siquiera se giró a mirarlo, sólo se planteó una pregunta.

–… ¿¡QUÉ CARAJOS PASÓ AYER!? –Gritó exasperado el castaño, y aquel grito, se pudo oír incluso en la cuadra de al lado.

Notas finales:

¡Digan qué les pareció! Por favor, no les cuesta nada xD Y si quieren sigan a los demás (?)

Bueno, ¡Feliz Hallowen!

Anon, fuera~


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