Gemidos por hideky

Rido Kuran siempre gozaba del sufrimiento de sus víctimas, de sus dulces y estridentes gemidos, primero de dolor,otros de placer , siempre, sin duda alguna, sin embargo ¿hace cuanto se había vuelto adicto a un único gemido? Un gemido que podía sacar toda su maldad, su lujuria, su pasión.
 
El taheño sonrió de forma cínica ante aquel pensamiento, se negaba, el sólo se divertía. Miro con diversión la puerta frente el, tras ella, se encontraba lo más preciado que pudo haber arrebatado de la familia Kuran. — he vuelto, Zero — anunció esquivando un dardo directo a su frente. Si frente a él, un hermoso ángel albino, fruncía el ceño.
 
¡Eres un idiota! ¡¿Cuántas veces a de repetir que primero debes tocar?! — recordó furico el joven peli plata, quien sólo vestía una bata en la cintura.
 
Vamos, vamos …no es para tanto — tranquilizó Rido dejando su gabardina y bufanda en el perchero; se encontraban en invierno,los copos de nieve cayendo se podían apreciar través de la venta — además, e logrado observar y grabar cada detalle, no hay nada que ocultar — comentó con una sonrisa coqueta cargada de sensualidad.
 
Zero le observó fieramente, mostrando sus colmillos gruñendo en reproche,
 
Rido entrecerro los ojos soltando una risa burda.— aún no me has recibido como se debe — recordó atrayendo de forma algo brusca al menor, le tomó por la cintura y se deleitó con el olor de esencias cítricas del menor, Zero era simplemente seductor, irradiaba sensualidad y sus labios color rosa pálido cómo los pétalos de Sakura, lucían tan frágiles aun cuando eran realmente peligrosos.
 
Mañana pienso ir al pueblo — Zero le observó con determinación apartando con ligereza el contacto — me marchare a primera hora — anunció alejándose. — tenga buenas noches Rido-Sama — dicho esto se disponía a cambiarse pero fue tirado con fuerza a la amplia cama, Zero observó las peculiares orbes bicolores del mayor, suspiro — ¿qué? — inquirió frunciendo el seño, odiaba tanto tener que informar al mayor de sus movimientos, se sentía como una estúpida princesa.
 
Nada en particular, ¿acaso te sientes amenazado en esta posición? — inquirió juguetón.
 
Eah …para nada — respondió este tranquilo soltando un pequeño suspiro cerca de los labios del bicolor sin ser consciente. — solo … hnmp~— no alcanzo a terminar ya que sintió los colmillos del mayor penetrar su piel.— agh… déjame ya chupasangre— forcejeo, mandando un zarpazo a la mejilla del mayor, la cual se cerró con rapidez.
 
Rido sonrió rasgando uno de sus dedos para atar a su fiera presa, arrancando su ropa con ayuda de sus filosas garras, sin preparación y sin delicadeza penetro a Zero, quien por simple reflejo clavo sus garras en la carne de Rido.
 
Rido lo miró hambriento para atraer y comenzar a acariciar el sexo de Zero, presionando con fuerza, pellizcando la punta, cada que daba una brutal estocada, Zero mordía sus labios sangrantes, era increíble que no pudiera desmayarse del dolor, pero ahí estaba reprimiendo sus gemidos mientras sus mejillas se tintaban.
 
Uhg… —
 
Zero forcejeo para tratar de liberarse, su cuerpo reaccionaba y una oleada de placer comenzaba a abrirse paso aunado al exquisito escozor, que hormigueaba en sus zona baja.
 
Aghhh…! — soltó una especie de gritillo cuando Rido tocó algo dentro, el mayor río ronco maniobrando sus extensiones para cambiar de posición.
 
Zero abrió los ojos en par al sentir como el maldito vampiro de sonrisa sádica introducía un fino tuvo por su uretra.
 
maldito … — farfullo masticando las palabras con desazón.
 
Cállate ya — susurro mientras llevaba el ritmo a un nivel inhumano.
 
Ahh!! — gimió al sentir descargas de placer constantes, arqueo su cuerpo dejando su cuello descubierto cosa que el mayor aprovecho enterrando su colmillos tomando grandes sorbos.
 
No te atrevas maldito chupasangre — advirtió con voz ronca y ojos carmín el pelo plata al entender las intenciones del contrario.
 
Rido soltó una risa, sosteniendo su enigmática mirada bicolor — demasiado tarde — profirió rasgando su cuello para tomar por el cabello al menor y acercarlo, Zero respiro errático, el maldito había jugado bien sus cartas y tras despabilarse, era demasiado tarde ya, pudo hacer sentir como un hilo carmín bajaba por una de sus comisuras, se maldijo mentalmente, ya no había vuelta atrás, el lazo se había formado.
 
Su consuelo era que al menos su vida sería interesante de algún modo a partir de esa noche.
 
Extra:Couvade
 
Zero se despertó por la luz solar, abrió sus ojos al sentir unos fornidos brazos en su cintura, el rostro del taheño se veía apacible, relajado. — hng~—un pequeño gemido salio de sus labios al percatarse que el amiguito de Rido aun no salía de el.
 
Un pequeño sonrojó coloreo sus oyuelos al sentir como el semen del mayor se escurria de su interior— que buena sensación — susurro la voz ronca del mayor.
 
Sal ya me duelen las caderas y quiero bañarme — indicó Zero tratando de no gemir al sentir como la hombría del mayor se expandia en su interior.
 
Aguanta un poco más — comentó sensualmente dando una estocada haciendo gemir al menor.
 
Rido sonrió y subió a Zero sobre el, para que le montara.
 
Zero comenzó a montar a Rido de forma suave y con ayuda del mayor gradualmente subió el ritmo de las autopenetraciones.
 
Fuh…— gimió llegando al climax, Zero reaccionó finalmente y arañó el rostro del mayor.— ups que pena — comentó alejándonose del mayor para reincorporarse y caminar al cuarto de baño.
 
Rido sonrió burlón tomando un poco de su sangre en su llemas para luego lamerlas.
 
Tras 20 minutos Zero salió del baño, con un camisón y una toalla secando sus cabellos. — ¿qué es eso? — preguntó torciendo una mueca al oler algo dulzón mezclado con…¿que era ese olor?
 
Ojos — respondió el mayor comiéndose un globo ocular humano bañado en chocolate.
 
Zero hizo un esfuerzo por no regresar al baño y vomitar, los vellos de la nuca se le crisparon al oír un leve plop… producto del ocular reventado.
 
Ok — profirió en un murmullo dedicándose a observar al mayor, lo que Rido hizo acontinuación le dejo azul de las náuseas, el mayor al parecer había decidido desayunar en la habitación, cogió a una joven inconsciente y desgarro su yugular para colocar un vaso grande llenándolo con el líquido carmín, luego prosiguió a llenarlo con chocolate a baño maría lo mezcló y comenzó a tomarlo.
 
Pero eso no acaba ahí señores, Rido Kuran comenzó a cortar los dedos de la joven y tras haberlos sumergido en aquella extraña mezcla los devoraba sin problemas, triturando con gran facilidad los huesos, que Zero escuchaba crujir.
 
Joder - pensaba el menor, al ver las extrañas mezclas ¿quién rayos comía fruta picada, mezclada con ojos, todo esto bañado en sangre? al parecer Rido nunca terminaría de sorprenderle.
 
¿Sucede algo? — inquirió con sorna Rido al observar al menor sujetar su cabeza mientras se tambaleaba.
 
No…yo — repentinamente todo se volvió oscuro.
 
Rido cargo a Zero y lo acomodo en la cama matrimonial que compartían, lo cubrió y salio de la habitación, llamaría al doctor que siempre atendía a Zero tras el agotamiento de sus exhaustivos ejercicios.
 
Cuando Zero despertó sintió algo frio posarse en su vientre, abrió los ojos fijandolos en el ser frente el y se encontró con un pelo verde muy conocido.
 
Oh… Zero — saludó retirando el estetoscopio para colocarlo en sus hombros — que bien que despiertas, necesito unas respuestas — comentó sentándose en un mueble al lado de él.
 
Zero se reincorporó tocando levemente su cien — ¿Cómo cuales? —
 
¿Has sentido náuseas, vómitos? ¿O algún antojo extraño? — interrogó alisando su libreta.
 
No, no… lo último creo que es parte del chupasangre — respondió con burla.
 
Alto…que — interrumpió el pelo verde.
 
Si hoy fue realmente desagradable verlo comer — afirmó con un leve estremecimiento.
 
El pelo verde pareció meditar un segundo antes de hablar — necesito que agregues un poco de tu sangre en una pequeña tabletita que te daré, colócala en el pequeño agujero — indicó extiendo lo antes mencionado.
 
Zero gruño y tomo dichoso adefesio obedeciendo a regañadientes al mayor.
 
Una vez lista, el doctor la colocó sobre la mesa de noche y espero — ¿así que gustos raros? ¿Cómo cuales? — preguntó curioso.
 
Zero bufó — dedos, chocolate, sangre, ojos…—
 
Ok, Ok… suficiente — detuvo torciendo una mueca, tomó la pequeña barrita y tras agudizar un poco la vista palidecio.
 
¿Qué salió? — preguntó Zero ocultando muy bien su inquietud.
 
¿conoces el síndrome de Couvade? Zero — inquirió pasando saliva con un poco de dificultad.
 
Si ¿qué tiene que ver eso? — presionó un poco irritado.
 
Pues mucho, ya tenemos respuesta a tu repentino desmayo y el comportamiento inusual de Rido-Sama — puntuó vacilando un poco al continuar — estas embarazado, probablemente de tres meses — concluyó.
 
Zero le miro como si fuera un tipo de broma antes de desvanecerse nuevamente.
 
Vaya que Rido nunca lo dejaba de sorprender.