Eran ya las 7:30am, los suaves rayos del sol se colaban por la ventana dando sobre el rosto del conde que se removía debajo de las sabanas tratando de ocultarse de esta molesta luz. Sebastian venia entrando con el carrito de te dispuesto a despertar a su amo
-Bochan, tiene que levantarse, hoy tiene una agenda muy apretada, y..., bochan- el darse cuenta de que el joven conde no le estaba haciendo el menor caso no le llamo la atención
-Déjame dormir 5 minutos mas- decía Ciel mientras se acomodaba bajo las sabanas
-Oh, así que bochan es un niño perezoso que no puede despertarse temprano para cumplir sus deberes como un adulto- no sabía por qué hacia esto, el conde en ocasiones le pedía mas tiempo y nunca fue un mayor problema para él, pero si sabia dos cosas: 1 con eso lograría que el conde se levantara y 2 amaba molestar al conde y ver como diferentes expresiones se apoderaban de su hermoso rostro, un momento ¿HERMOSO? no, claro que no, simple mente lo molestaba por pasar el rato, por nada mas, nada más.
Nada.
El conde no le dijo nada, no le respondió, ni le alego, ni le tiro algo, ni siquiera un bufido, nada.
Sebastian al darse cuenta de que el conde se había quedado nuevamente dormido lo despertó de nuevo
-Bochan, es hora de que se levante, para el día de hoy le he preparado un te hindú, regalo del señor Soma acompañado de un pie de limón y frutos rojos.
-Que hay para el día de hoy?- pregunto el conde fastidiado por el hecho de que no le dejaran dormir 5 minutos mas-
-De hecho hoy tiene que revisar y firmar unos documentos de la compañía que deje en su escritorio, luego tendrá clase de violín y de esgrima con su servidor y luego tendrá el resto de la tarde libre- decía sonriendo mientras su amo bebía el té
-Esa era mi ocupada agenda por la que tanto me alegabas?- pregunto Ciel molesto, dado que en cuanto su mayordomo llego lo primero que le menciono fue su apretada agenda
-Veo que bochan si me estaba escuchando- decía mientras comenzaba a vestir a su amo, “ver esa exquisita piel lechosa, blanca como el mármol y suave como la mejor seda, que le tentaba a caer en los más oscuros deseos, pero en qué rayos estaba pensando, diablos Michaelis, eres un demonio, no puedes comenzar a babear por un niño de 13 años que en principio no ha hecho nada para que lo hagas”, eso pensaba el mayordomo mientras terminaba de vestir al conde
-Aahhh!!!- grito Ciel en el momento que toco el piso, su espalda baja le dolía en demasía, cosa que demostró sobándose dichosa parte, sabía perfectamente por culpa de quien era…- Finny
-Dijo algo bochan?- pregunto Sebastian con curiosidad por la extraña reacción de su amo y el nombramiento del jardinero
-Dile a Finian que vaya a mi oficina en este preciso momento- ordeno Ciel caminando a su oficina mientras seguía sobándose la espalda baja
Sebastian como el buen mayordomo que era fue en ese instante a buscar al jardinero, no le extraño encontrarlo en el jardín, lo que si le extraño fue verle cortando los arbustos de rosas blancas, favoritas de su bochan, con tanta dedicación y esfuerzo, como si por accidente llegara a caerse un solo pétalo de una de las rosas fuera el peor pecado del mundo que tendría que pagar con su propia vida
-Finian, bochan te llama para que vayas a su oficina- dijo de forma cortes y suave para no sorprender al chico
-Seguro me alegara lo de anoche- pensó en voz alta el joven jardinero
-Que dijiste? – pregunto intrigado el mayordomo por la extraña situación que estaba pasando
-Nada- respondió nervioso el chico, cosa que extraño más aún al mayordomo
Cuando llegaron a la oficina del conde, Sebastian toco tres veces
-Adelante- se escucho desde dentro de la oficina
-Bochan, me llamaba?- pregunto nervioso Finny
-Si, Sebastian ya puede retirarte-
-Yes, my lord- respondió Sebastian con cortesía y se fuel del lugar, pero la intriga de saber que era lo que pasaba lo tenía loco, que era ese extraño dolor en la espalda baja de su bochan y la inesperada situación de Finny a su oficina, el extraño comportamiento de Finian y su nerviosismo, algo estaba pasando y necesitaba saber que era
Se acerco de nuevo a la oficina de su bochan y agudizo su sentido de audio, ser un demonio tenía sus ventajas, además, siendo un mayordomo de los Phantomehive como no podría hacer algo tan simple como espiar a su amo?, técnicamente al hacer eso estaba contradiciendo su estado de perfecto mayordomo, pero poco le importaba, necesitaba saberlo
-Todo esto es tu culpa Finny- era la inconfundible voz de su amo
-Perdón bochan, sé que mi fuerza no es la promedio, pero tampoco pensé que fuera tan delicado- escucho decir a Finny riendo, desde cuando tenía tanta confianza para hablarle así a su bochan?
-Por tu culpa ahora no puedo sentarme siquiera, si no hubieras sido tan brusco anoche conmigo esto un hubiera pasado- dijo molesto el conde
-Usted fue el que comenzó bochan, si usted no hubiera hecho eso todo estaría normal- a que se refería Finian con eso?
-Era muy tentador, aparte te devolví lo del otro día, que tu hayas reaccionado como lo hiciste es culpa tuya- el conde dio un mal paso y se cayó al suelo.
Sebastian al escuchar eso decidió entrar a ayudar a su amo (dedujo que se cayó por el hecho de que escucho un paso y luego un fuerte estruendo), pero al abrir la puerta se encontró con algo que jamás pensó que vería, su bochan estaba en el suelo al igual que Finny, ambos riendo, ninguno se dio cuenta de su presencia así que cerró la puerta nuevamente y se alejo de allí, al ver una sonrisa verdadera en el rostro, no como las que le dedicaba a Lady Elizabeth para que dejara de llorar o algo por el estilo, era una sonrisa sincera que lo hacían ver mas hermoso de lo que por si era, pero también sintió una fuerte punzada en su pecho al verlo reír de tal manera no junto a él, sino que junto al rubio, además que esa charla que tuvo su amo con el jardinero no le daba buena espina…