─Ryou… ¿te sientes bien? ─ la voz preocupada de Yugi llamo la atención tanto del mencionado como la de Malik quienes iban a su lado.
El albino en cuestión llevaba la cabeza gacha, su cabello un tanto desordenado le caía en su mayoría por los lados de la cara y su piel se notaba más pálida que de costumbre -lo cual era decir mucho- y de ánimos se notaba un tanto decaído.
Afortunadamente el resto de la pandilla iba delante de ellos, enfrascados en una conversación de vete tú a saber que, por lo que no se enteraron de nada, mientras todos se dirigían a la salida de la escuela dado que el profesor de la ultima hora no se había presentado.
─Estoy bien chicos, solo tengo un poco de frio, eso es todo ─respondió calmadamente con una débil sonrisa mientras acomodaba su bufanda para luego frotar sus brazos intentando generar un poco de calor.
Y es que no era para menos, el invierno empezaba a cobrar fuerzas, estaban a comienzos de diciembre y el viento frío soplaba constantemente. Los árboles, cuyas ramas estaban totalmente descubiertas se agitaban ante las regias brisas, la nieve aun no caía, pero era obvio que no tardaría en llegar. Seguramente tendrían una blanca navidad.
Malik frunció un poco el ceño y coloco su palma en la mejilla de su amigo, su piel estaba bastante fría, aun para la temperatura del día ─Estas helado ─aseguró preocupado, retirando su mano.
Yugi entonces se acercó y se puso en puntillas para juntar su frente con la del albino ─Malik tiene razón, estas a nada de igualar un cubo de hielo… ¿seguro que estas bien?
─Lo único que siento es frio.
─Bueno, desde luego fiebre no tienes ─aseguró Yugi.
─A lo mejor me pase de tiempo bajo el agua esta mañana ─dijo para calmarlos un poco.
─Deberías arroparte bien y dormir un poco ahora que llegues para entrar en calor ─propusó el egipcio.
─Malik tiene razón, vamos a comparte algo caliente para beber.
─No se preocupen, tengo chocolate para preparar en casa ─respondió un poco más animado gracias a la preocupación de sus amigos.
─Ven aquí ─dijo Malik al momento que le pasaba un brazo por los hombros para acercarlo a su cuerpo ─será mejor que nos apresuremos, te acompañaremos a tu casa, nee Yugi?
─Por supuesto.
Finalmente llegaron al punto donde se separaban de los demás.
─Oye, Yugi ¿quieres que te acompañe a casa? ─preguntaba una sonriente Tea. Yugi frunció ligeramente el ceño, lo único que Tea quería era ver a su yami y él lo sabía.
─Hoy no Tea, vamos a acompañar a Ryou a su casa, ¿cierto chicos? ─Malik y Ryou asintieron rápidamente, sabían lo poco que le gustaba a Yugi estar solo con Tea pues la castaña lo único que hacia es intentar atraer la atención de Atem y dejar al menor de lado.
─Hummm… bien, otro día será ─se despidió con una falsa sonrisa. (N/A: Maldit* p*rra hipócrita ¬¬*)
─ ¿Te ocurre algo Ryou? ─preguntó Tristán.
─Solo tengo un poco de frío, no es nada.
─Si tú lo dices… bueno chicos, nos vemos ─ se despidió Joey.
Luego de separarse del resto de la pandilla, los tres hikaris caminaban con dirección a la casa de Ryou, iban muy juntos, prendidos de brazos dejando al albino en medio, recibiendo agradecido la tibieza de los cuerpos de sus mejores amigos, dado que Bakura, igual que los otros dos yamis, ‘caminaban’ en su forma intangible -para evitar el frío- unos cuantos pasos atrás.
─Gracias por acompañarme chicos, seguramente estaría caminando a paso tortuga yo solo con este frío ─ atrás Bakura gruño disimuladamente.
─No hay de que amigo, no te preocupes ─ respondió Yugi con una dulce sonrisa entrelazando algunos dedos con los del albino provocando que, atrás, Yami frunciera el ceño.
─Cierto, lo mejor será que te des un baño caliente antes de dormir ─sugirió el egipcio. Ryou ahogó un gemido dejando caer la cabeza ligeramente hacia atrás, aunque deseaba entrar en calor, un cambio brusco temperatura no le atraía para nada ─Lo necesitas y lo sabes ─siguió Malik, pasando un brazo por la cintura del albino, haciendo que Marik se molestara un poco ─Yo te lo preparo mientras tú buscas otra manta para tu cama ─Ryou no pudo más que asentir resignado.
Pronto llegaron a la casa de los albinos.
─Prepararé el chocolate caliente ─Yugi había insistido en que Ryou necesitaba beber algo caliente, y a decir verdad tanto a él como a Malik no les caería nada mal.
El tricolor menor se dirigió a la cocina, con el mayor tras él materializándose igual que los otros yamis quienes seguían a Ryou y Malik escaleras arriba, a la habitación del primero.
Yugi saco la caja de chocolates de la nevera y puso a calentar la leche justo antes de que Yami le rodeara con los brazos, atrayéndolo a su pecho, compartiendo su calor.
─El frío es cada vez más intenso, seguro nevará pronto ─comentó el menor abrazado a su otro yo.
Yami sonrió ─ mira el lado bueno ─ Yugi le vio curioso ─así podemos acurrúcanos más en la noche aibou.
En respuesta Yugi le sonrió un tanto sonrojado antes de besarlo.
Un par de minutos después
Yugi subía las escaleras con una bandeja en manos donde había 6 vasos humeantes.
─Déjame ayudarte─ pedía el ex-faraón abriendo la puerta de la habitación para que su hikari pasará.
─Yo puedo solo Yami… ¿quién quiere chocolate? ─canturreó al ver a Ryou sentado en su cama cubierto por una manta con Bakura a su lado rodeándole con sus brazos manteniendo un semblante preocupado.
Yugi dejó la bandeja en una mesita y le tendió un vaso a su yami, para luego tomar dos más y acercarse a la cama ─aquí tienes Ryou ─el mencionado recibió sonriente la taza y le agradeció ─Este es para ti Bakura ─dijo amablemente.
─Eh… gracias chibi ─había dejado de llamarle enano pues Ryou se disgustaba con él, así que ese era su nuevo apodo.
─ ¿Dónde está Malik? ─pregunto a Marik cuando le entrego su vaso -quien estaba sentado en el escritorio de la habitación-
─Está en el baño, preparándole la ducha a Ryou ─respondió antes de torcer la boca ─no sé por qué no me dejo entrar a ayudarlo ─se quejó molesto, pero más parecía un niño caprichoso.
Bakura bufó ─Eso es porque a veces Malik es sensato, no va a dejar que le hagas ‘cosas’ aquí y menos con Ryou sintiéndose mal ─ expresó sin nada tacto.
Marik bufó también ─eres un aburrido.
Ryou y Yugi se sonrojaron ante el rumbo de la conversación por lo que el tricolor decidió escaparse, toco la puerta del baño ─Malik, ¿puedo entrar? ─pidió con voz suave.
─Claro Yugi, ya casi termino ─ el tricolor abrió la puerta y entro para ofrecerle la bebida al moreno, quien la recibió gustoso.
La habitación de baño ya estaba tibia y con algo de vapor empañando los vidrios de los espejos y de la división entre la ducha y la tina, que estaba casi llana.
Ambos salieron una vez cerrada la llave del agua y Yugi bebió su propio chocolate.
─Será mejor que nos vayamos ─habló momentos más tarde el egipcio menor viendo como Ryou se acurrucaba cada vez más y más en el pecho de Bakura ─tu baño está listo Ryou, espero que te mejores ─él y Yugi se acercaron para abrazar a su amigo y desearle mejoría ─ además, yo también quiero llegar a casa y dormir ─bostezo ─Andando Marik ─dijo jalando el brazo de su yami quien se bajó de la mesa con una sonrisa.
─Malik tiene razón, vámonos Yami ─siguió Yugi, tomando la mano de su par.
─Bakura, acompáñalos a la puerta ─pidió el albino menor con una pequeña sonrisa, Bakura le miro apunto de negarse ─por favor, te prometo que te espero aquí sin moverme.
Bakura solo suspiró resignadamente ante los ojos de cachorro perdido de su hikari por lo que se separó de él para seguir a las dos parejas escaleras abajo.
─ No dejé que el agua se calentará tanto para que el cambio brusco de temperatura no le diera malestar, así que procura que pase al menos media hora en el agua tibia ─indicó Malik antes de salir, Bakura asintió ─y que no se moje el pelo.
─Y si empieza a sentirse mal que nos llame enseguida ─añadió Yugi preocupado.
─ ¿Qué… qué pudo ponerlo así? Anoche estaba bien y antes de ir a clases también ─pregunto al albino preocupado por la salud de su par.
─ ¿Se lavó el cabello esta mañana? ─quiso saber Malik.
─Sí
─A lo mejor no se lo seco bien y al salir con el pelo húmedo le entro frio más y muy rápido ─propuso Yugi, Malik asintió.
─Nee, Bakura ─ llamó Marik ─ la mejor manera de reponer la temperatura de alguien es el propio calor corporal ─sugirió con una mirada picara.
─Idiota ─murmuro el yami albino con un imperceptible sonrojo en su rostro.
Malik suspiró mirando de mala manera a su yami ─Aun así Marik tiene razón, en casos de hipotermia se recomienda compartir el calor corporal ─se sonrojo ─sin prendas de por medio ─murmuró apenado pero siendo apoyado por Yugi -en las mismas condiciones- Marik sonrió pervertidamente ─como sea, cuida bien a nuestro amigo. Nos vemos Bakura.
Malik abrió la puerta principal, inmediatamente una fría ráfaga les heló, ambos hikaris tomaron sus bufandas del perchero mientras sus yamis regresaban a ser intangibles y salieron.
Yugi y Malik caminaron juntos un par de cuadras antes de despedirse
─Si Ryou te llama porque se siente mal, me avisas de inmediato ¿sí? ─pidió Yugi, Malik asintió ─yo haré lo mismo.
─Bueno, en ese caso nos vemos Yugi ─Malik se inclinó a frotar su mejilla junto a la de su amiguito en señal de despedida -y también para calentar sus rostros un poco- y ambas parejas tomar camino a sus respectivos hogares.
De regreso en casa de los albinos…
Bakura se aseguró de cerrar bien la puerta antes de subir las escaleras hacia su luz, estaba realmente preocupado por su salud, Malik y Yugi habían asegurado que no era un resfriado ni nada parecido, entonces ¿por qué se sentía tan mal?
Cuando entró de nuevo en la habitación encontró a Ryou sentado en el mismo lugar, tal como se lo había prometido, estaba envuelto en la manta mientras se tomaba lo último de su chocolate. Al verle temblar por un escalofrío se apresuró a cerrar la puerta e ir a su lado para rodearle con sus brazos tratando de brindarle algo de calor.
─Será mejor que le hagas caso a Malik y te des ese baño caliente ─Ryou volvió a ahogar un gemido, ahora mismo lo único que quería era dormir acurrucado en los brazos de Bakura, su yami alcanzo a captar ese pensamiento ─te prometo que iremos a dormir una vez que te hayas bañado.
Ryou se sonrojó un poco al pensar lo siguiente que quería pedirle -aunque el leve calor en sus mejillas fue bien recibido- e hiso el intento ─Bakura tu… es decir, yo… quiero que…mmmm, podrías… ─frustrado por no poder hablar correctamente desvió la mirada apenado dejando que su vínculo le trasmitiera lo que quería.
─ ¿Quieres que me bañe contigo? ─pregunto suavemente, este no era momento de sus jugueteos o insinuación -y hasta Bakura lo sabía-
─Sí.
La realidad era que ambos eran muy conscientes de lo que sentían el uno por el otro, pero no se habían dicho expresamente un “te amo”, aun así tenían sus ‘momentos’ en que jugaban, se besaban, se mimaban y acariciaban -mayormente por encima de la ropa- (casi siempre iniciados por Bakura, aunque Ryou parecía contagiarse de a poco de la espontaneidad de su yami en ese tipo de situaciones) pero no habían llegado a nada más, principalmente por la vergüenza y el temor del menor… pero Bakura (sorprendentemente) respetaba eso y esperaba a que su yadonushi se sintiera listo a ‘subir de nivel’.
─Si eso quieres, con mucho gusto te acompañare.
Sin decir nada Bakura se levantó para ir al armario de la habitación y sacar un par de toallas, grandes y esponjosas, además de buscar ropa cómoda y abrigada de él y Ryou para cambiarse y dormir después. Tomo todo en un solo brazo y se dirigió a la cama para tenderle una mano a Ryou.
El chico la tomo con una dulce sonrisa, se retiró la manta y se apresuró a ir a acurrucarse al costado de su yami en lo que llegaban al baño. Este le recibió gustoso rodeando la cintura de su hikari con su brazo libre.
Así entraron en el cuarto de baño recibiendo de buen agrado la calidez del vapor que emanaba del lugar.
Ryou inhaló profundamente ─ ¡que agradable! Malik fue muy dulce al preparar la tina ─dijo con una dulce sonrisa logrando que Bakura frunciera el ceño ante el cumplido al moreno. Dejo su carga en una mesita que había cerca de la tina.
Sin decirle nada Bakura se acercó a Ryou para retirarle la chaqueta azul -pues únicamente se había quitado la bufanda- y empezar a desabotonar la camisa celeste que llevaba debajo luego de sacarse el sweater negro que él mismo traía. Ryou se sonrojó un poco.
─Espera… Bakura yo… ─Ryou tomo las manos de su yami en cuanto termino de desabrochar la camisa, pero no dijo más nada. Bakura sin embargo indago con su enlace que era lo que perturbaba a su niño.
─Podemos bañarnos en bóxers si es eso lo que te apena ─propuso el mayor al darse cuenta que lo que su hikari sentía era vergüenza de que ambos quedaran desnudos.
Ryou asintió y se acercó a darle un beso en la mejilla a su par ─gracias por entenderme Bakura ─expresó cariñosamente.
Bakura solo de dio una sonrisa algo ladeada, de esas que a Ryou le encantaban, y dejo a su yadonushi terminar de desvestirse por su cuenta, mientras se retiraba sus propios pantalones grises.
Ryou termino de sacarse la camisa, se desabrochó y bajó los pantalones azules del uniforme lo más rápido que pudo cuando Bakura fue a dejar su ropa en el cesto para lavar, quedando así en una bóxer gris claro. Se dio la vuelta para quedar de frente a la tina, aun sin atraerle mucho la idea del brusco cambio de temperatura.
Bakura, ahora en bóxer negro (muy sexy, hay que decirlo todo) se le acerco, envolviéndolo en brazos desde atrás, para evitar la tentación de mirar -y tocar- la incitante retaguardia de su luz.
─ ¿Entramos o qué? ─Ryou solo torció el gesto ─Malik aseguro que no había dejado calentar demasiado el agua para que no te sintieras mal ─aun así el menor solo suspiro. Bakura le miro unos instantes antes de decir ─si no entras tú, te meto yo ─advirtió serio.
Ryou arqueo las cejas sin decir nada. Bakura pasó un brazo por la espalda de Ryou y luego se inclinó para pasar el otro tras sus rodillas y así cargarlo.
─ ¿Pe-pe-pero qué estás haciendo? ─exclamó entre aterrado y divertido aferrándose al cuello de él con ambas manos.
─Te lo advertí yadonushi ─con una envidiable facilidad Bakura los introdujo a ambos en la bañera de agua cálida, a Ryou lo dejo en la mitad y él se sentó detrás suyo, dejando que el menor apoyara la espalda en su pecho en cuanto percibió un fuerte escalofrió de su parte, cuidando también de que el cabello de ambos no se mojara ─Malik también dijo que no te debes mojar el pelo.
Ryou estiro una mano hasta otra mesita que había a un costado, cerca suyo y tomo dos broches para el pelo, enrollo su cabello y lo sujeto con uno de ellos, luego le dio el otro a Bakura para que hiciera lo mismo, este obedeció.
Ryou se dejó mimar por su yami, quien, luego de volverlo a recostar en su pecho, empezó a tomar agua en sus manos para dejarla caer por el cuello, los hombros y el pecho del menor, deseando que recuperara su temperatura normal lo más pronto posible, mientras tanto el cuerpo de Ryou empezaba a calentarse, aunque por una causa diferente.
A decir verdad, a Ryou le encantaban las sesiones de besos y caricias que normalmente Bakura empezaba, aunque a veces le daba algo de pena cuando las cosas iban subiendo de intensidad, se sentía realmente cómodo entre sus brazos, sentía que realmente tenía un hogar y que este era a su lado, le pertenecía a Bakura sin cabida a dudas. El calor y el cariño en sus caricias, el respeto a sus límites, la firme actitud dominante y los jugueteos que usaba para incitarle. Todo eso y más le encantaban de su otro yo, le atraían hacia él como una mariposa hacia el néctar y él caía en sus redes encantado. A veces temía que Bakura se cansará de su negación a llegar más allá o no ser suficiente para él, por eso de vez en cuando intentaba incitarlo, invitarlo a ‘jugar’ con él, asegurarse que era atractivo para Bakura, de que era suficiente para su yami o más bien que lo fuera su cuerpo. Mantuvo estos pensamientos en privado.
Pasaron unos segundos en silencio, Bakura bañando a Ryou y este dejándose mimar hasta que el menor tomo valor para decir algo.
─Nee, Bakura? ─llamó con un tono notablemente indeciso.
─ ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?
─Noooo, no es eso ─negó rápidamente moviendo sus manos de forma nerviosa ─es solo… qui-quiero intentar algo ¿ci-cierras los ojos un momento? ─Bakura arqueo una ceja intrigado ─por favor ─suplicó con una adorable carita a la que Bakura no se pudo resistir.
─De acuerdo ─dicho y hecho el yami cerró los ojos a las espera de lo que su hikari quisiera hacer, confiando plenamente en él, algo que jamás haría con nadie más.
Ryou suspiro para tomar valor, entonces llevo sus manos hacia atrás, a los costados de Bakura, en la superficie de la bañera. Cuando se aseguró de tener un buen apoyo que le impidiera resbalar, procedió a afirmarse con los pies para elevar el cuerpo, se inclinó hacia atrás de modo que sus glúteos se alinearan sobre el regazo de Bakura y se dejó caer un poco, antes de hacer contacto con él giro la cabeza para depositar un tierno beso en los labios del mayor, Bakura cumplió su promesa y mantuvo cerrados sus ojos, sin embargo respondió al beso con pasión y cariño.
Manteniendo sus labios unidos para evitar perder la valentía que había reunido se decidió y dejo caer suavemente su cuerpo sobre el de Bakura, cuando ambos hicieron contacto un gemido de deleite abandono ambas bocas simultáneamente, Ryou volvió la cabeza al frente para no tener que ver a su otro yo cuando abriera los ojos. El menor empezó entonces a mecerse sobre la zona intima de su yami mientras se mordía los labios para poder escuchar los gemidos de su par.
Bakura gruño ─Ry-Ryou… ¿qué diablos estás haciendo? ¡Ah! ─preguntó abriendo apenas los ojos.
Ryou bajo el ritmo de su vaivén ─ ¿Te-te gus-ta? ─preguntó con la voz entrecortaba por los jadeos.
─ ¡Joder Ryou! ─exclamó el mayor llevando las manos a las caderas de su par indicándole que acelerará un poco el ritmo haciéndolos gemir a ambos, deleitándose con el exquisito roce aun sobre la tela de sus prendas íntimas.
Luego de unos segundos Ryou volvió a bajar el ritmo de sus movimientos, dado que la postura que mantenía no le era precisamente cómoda, Bakura se dio cuenta de esto y le hizo detenerse haciendo presión con sus manos en las caderas del menor.
─ ¿Qu-qué pasa… Bakura? ¿Acaso no te gusta? ¿Te molesto? ─preguntó nervioso.
─ ¿Molestarme? ─repitió incrédulo, tomó con su mano el mentón de Ryou para girarle el rostro y que le viera a los ojos, el chico estaba sonrojado y jadeaba, igual que él ─ Mi pequeño, me estas volviendo loco. Solo quiero que te acomodes mejor ─explico.
Bakura lo obligó a sentarse de nuevo en la tina y lo hizo girar para quedar ambos de frente, tomo sus piernas para ponerlas a sus costados y luego lo tomo por la cintura para impulsarlo sobre su regazo, de manera que Ryou quedará a horcajadas encima suyo. Solo entonces Bakura recostó su espalda en el borde de la bañera dejando sus manos de manera floja devuelta en las caderas de su luz, dejando que este le hiciera lo que quisiera.
─Adelante yadonushi, enséñame eso que querías intentar ─luego sonrió de manera ladina con una mirada seductora ─soy todo tuyo.
Ryou se sonrojo ante lo dicho, pero le tomó la palabra, entonces llevo sus manos a los hombros de Bakura para tener algo más de apoyo y volvió a mecerse sobre él.
─ ¡Ahhhhh! ¡Yadonushi! ─se notaba que Bakura disfrutaba de las ‘atenciones’ de su luz, normalmente era él quien llevaba el mando, pero que Ryou se atreviera a llevar la voz cantante en esta ocasión le encendía completamente.
Cuando los suaves roces fueron insuficientes para ambos Ryou acelero sus movimientos, pasando a ser firmes y certeros, logrando que espasmos de placer les hicieran temblar y retorcerse ante tales sensaciones, Bakura comenzó a acompañar a su niño empujando sus caderas contra las del menor, multiplicando el placer de sus actos.
─ ¡Ah! ¡Ah! Ahhhh ¡¡Bakura!! ─era notorio que Ryou está disfrutando aquello tanto como su yami, quien pronto se incorporó para empezar a besar el cuello de Ryou en caricias expertas.
Bakura apretó el agarre de sus manos indicándole a Ryou el ritmo que sus cuerpos tanto necesitaban, ambos miembros se tensaban contra la tela de sus bóxers, resultándole ya incomodos, anhelando la liberación.
…Y así fue, unos segundos más tarde ambos profirieron un fuerte grito-gemido con el nombre del otro al llegar al clímax y que sus esencias se mesclaran y dispersaran en el agua de la tina.
Ryou se hizo un poco hacia atrás para evitar un nuevo roce al sentirse tan sensible y apoyo su mentón en la cabeza de Bakura cuando este hizo lo propio en su pecho mientras intentaban recordar como respirar correctamente.
─Eso… eso fue… increíble ─pensó en voz alta el menor.
Bakura soltó unas risitas antes de levantar la cabeza para besar a Ryou ─tu eres exquisito mi Ryou.
Ryou le sonrió un tanto sonrojado, luego abrió la llave del agua caliente, mientras, con su pie, retiraba el tapón del drenaje de la tina para cambiar el agua, Bakura solo le observaba dejando el cuerpo relajarse al sentir como el agua a su alrededor volvía a entibiarse.
─Será mejor que nos enjuaguemos para salir e ir a dormir ─ahogó un bostezo -adorable a ojos de Bakura-
─Como tú lo desees, hikari no tenshi ─Ryou se sonrojo ante el término.
Luego de que terminaran de bañarse Bakura salió de la tina para tomar las toallas, con una se secó y se la envolvió en la cadera para retirarse el bóxer húmedo, después tomo la otra para envolver a Ryou quien ya había drenado el agua de la bañera y lo saco para sentarlo en el borde de la tina, con suavidad y cariño le seco el cuerpo y luego le dejo para que se quitara su prenda y le paso su ropa, él se alejó unos paso para cambiarse, dándole la espalda, dándole privacidad. Ryou sonrió ante ese pequeño detalle y se apresuró a cambiarse, se colocó un nuevo bóxer, unos holgados pantalones negros y una camiseta blanca de manga hasta los codos, colgó la toalla en la división de la ducha y se volteo a ver a su yami quien llevaba un conjunto parecido pero con los colores invertidos. Bakura colgó su toalla al lado de la de Ryou para envolverlo en brazos. El yami ya tenía su blanca cabellera suelta por lo que llevo una mano al broche que sostenía el pelo del menor para soltarlo.
─ ¿Vamos a la cama? ─preguntó al ver como Ryou bostezaba otra vez.
─Sí.
Cuando abrieron la puerta el cambio no era tan fuerte pero si era notorio por lo que Bakura tomo en brazos al menor de nuevo para que este se acurrucara en su pecho y sintiera el menor frío posible y así lo deposito en la cama arropándolo rápidamente, luego fue a apagar las luces para acostarse a su lado dejando que Ryou se abrazara a él para compartir su calor.
─Que descanses Ryou.
─Tú también Bakura.
¿Continuará?