No se cuando empezó esto, ni como es que deje de verte solo como el demonio que comerá mi alma cuando cumpla mi venganza, ahora te veo como mucho mas que eso, te miro y no se como explicar lo que siento por ti, cuando alguien viene y trata de llamar tu atención, celos, se que eso es lo que siento cuando veo chicas, donceles y hasta chicos tratando de conquistarte y de apartarte de mi lado, pero no lo lograran, porque si es necesario… permanecer a mi lado será una orden.
Sebastian’s POV
Otro día mas, no comprendo que es lo que ocurre… al inicio todo era por diversión, devorar tu alma, esa que al tener tantos deseos de venganza y sentimientos de odio y puro rencor posee el mejor sabor de todos, un exquisito manjar si me lo preguntan, pero, en lugar de verte como solo un delicioso manjar, me encuentro en el dilema de que… ya no te veo igual, ahora solo puedo pensar en poseerte y protegerte, la ira que se apodera de mi al ver a quienes recibes en tu oficina, el pensar en que alguien te toque o te haga daño, solo logra enfurecerme. A fin de cuentas tras pensar por mucho tiempo me doy cuenta de que lo que siento por usted bocchan es… a lo que los humanos llaman amor.
Me dirigi a tu habitación, estabas en tu cama esperándome como siempre para que cambie tu ropa habitual por ropa de dormir, para ser sinceros esta es mi parte favorita del día aunque también la que mas odio. Puedo desvestirte y apreciar tu torzo desnudo por unos instantes, pero a la vez, odio este momento, ya que debo conformarme con la vista que me proporcionas para luego volver a vestirte, tan cerca pero tan lejos a la vez.
Me miras confuso, al parecer me quede sumido en mis pensamientos, nuevamente me acerco a ti y finalmente decides hablar.
- Sebastian, quiero preguntarte algo- te veias nervioso, estabas un poco sonrojado, un lado que nunca mostrabas, siempre estabas seguro de ti mismo y ahora te ves tan frágil.
- Que ocurre bocchan?- quería saber que es lo que te estaba atormentando de esa manera como para lograr esa actitud en ti.
- Tu… etto… sebastian…. A ti te gusta alguien?-estabas nervioso, tu rostro mostraba cierta ilusión, había un brillo peculiar en tu mirada, estabas atento esperando mi respuesta.
- En realidad si, Bocchan- dije mientras te veia a los ojos y todo brillo presente anteriormente había desaparecido y solo se encontraba una mirada opaca en su lugar, tus facciones se tornaron frias y duras de repente, estabas tan, tan, no se como describirlo solo se que te veias justamente como el dia que nos conocimos, cuando perdiste a tus padres y… vendiste tu alma a un demonio.
- Oh, ya veo, esta bien. No quería recurrir a esto pero… Sebastian… tómame- estaba oyendo bien? Bocchan me estaba pidiendo que lo tomara?- es… una… orden- sonreí ante eso.
Me acerque a su rostro y fundí nuestros labios en un tierno beso que se tornaba cada vez mas exigente, nos vimos obligados a separarnos por la falta de oxigeno y me acerque lentamente a su oído para susurrarle
- yes, my lord
Luego de susurrarle aquellas palabras nos besamos nuevamente. Lo que inicio como un beso inocente se torno un beso apasionado, lleno de deseo y de lujuria, delinee su labio inferior con la punta de mi lengua pidiendo permiso para introducirla en aquella humeda cavidad. Permiso que me fue otorgado rápidamente. Introduje mi lengua lentamente, encontrándome con la de mi bocchan, iniciando una sensual danza entre ellas, nos separamos por falta de aire, porque aunque yo no necesitara respirar mi joven amo si debía hacerlo.
Nos mirábamos fijamente a los ojos y no pude contenerme mas, después de todo, soy un demonio y es fácil caer ante la lujuria. Lo empuje suavemente haciéndolo caer sobre la cama y sostuve sus manos sobre su cabeza con mi mano izquierda, mientras que con mi mano derecha desabotonaba los botones de la camisa de mi bocchan. Cuando termine de quitarle aquella molesta prenda, dirigi una mirada hacia el humano que tenia debajo de mi y pude ver deseo en su mirada. Baje mi rostro hasta su cuello y comencé a dejar un camino de besos y alguna que otra marca para que todo aquel que las viera supiera que Ciel Phantomhive tiene dueño, segui mi camino hasta su pecho y me dirigi hacia uno de sus pezones, al cual estimule con mi boca, jugando con ellos, mientras que al otro le doy su merecida atención pellizcándolo con una mano, ciel soltaba gemidos que eran música para mis oídos. Solte tus manos y nos deshicimos de las molestas prendas que aun nos quedaban mientras nos besábamos apasionadamente, nunca crei que un humano puediese excitarme tanto, una vez desnudos me acomode entre tus piernas. Te enseñé dos dedos y entendiste el mensaje, los introdujiste en tu boca y los lamias de una manera tan sensual que me excitaba mas de lo que estaba, cuando lo crei conveniente saque los dedos de tu boca y los dirigí hacia tu entrada, introduje un dedo y soltaste un gemido de dolor mezclado con placer mientras lo movía simulando penetraciones, luego introduje el otro dedo y simule movimientos de tijeras, a pesar de que moria de ganas de hacerte mio, no quería lastimarte. Cuando te crei listo retire mis dedos de tu entrada y los remplace por mi miembro.
- Aaahh seb.. sebastian!- gemia mi joven amo al sentir como me introducía en el.
- Boc. Bocchan… usted es tan… estrecho- admiti con un deje de lujuria en la voz
- No… nh… no me di…gas boc..chan… di… dime … ciel – decía el pequeño bajo de mi.
- Ngh.. ciel!!- decía mientras aumentaba el vaivén de nuestros cuerpos
Comencé a darle la debida atención al miembro de mi amo asi podíamos terminar juntos. Aumente la velocidad y la profundidad de mis estocadas haciendo que mi miembro tocara el punto sensible que hacia a mi amo delirar del placer.
- Ah se… sebas…. Sebastiaaan… me … vengo- gimio muy excitado ciel , di unas estocadas mas en ese punto que hacia que mi joven amo arqueara la espalda y se corrió en mi mano gritando mi nombre. Al sentir aquella presión sobre mi miembro yo también me corri pronunciando el nombre de aquel niño que ahora poseía de cuerpo y alma. Sali de el, y me acoste a su lado nos miramos mutuamente y ciel cayo en brazos de morfeo, mientras yo le miraba dormir.
A la mañana siguiente el conde abrió sus ojos y se encontró con que su mayordomo aun estaba alado suyo. Se acerco a el y susurrro en su oído
- No me dejes Sebastian- dijo mirando al demonio que no salía de su asombro- es una orden
Sebastian sonrió y susurro sobre los labios del menor un claro y entendible Yes MY Lord mientras fundía sus labios en un calido y profundo beso sellando asi su pacto.