-Se feliz. Me lo prometiste… tu que siempre presumes de cumplir tus promesas- Me dijo mientras trataba de contener las lágrimas. Sonreí al notar el gesto… espero que nunca cambie.
-Siempre encuentras la forma de reprocharme algo… no cambies.- Respondí. Recuerdo la forma en la que lo sostenía de las caderas pese a estar en público y me sonrojo. En ese momento, para mí, no había nadie allí más que él y yo.
-Por supuesto que no. No lo hare si tu no lo haces. –Tan vanidoso como siempre...
-Quiero besarte.- ¿Cuánto tiempo estuvimos ahí parados?
-Ahora ya nada importa, así que por favor, hazlo. – Procurare nunca olvidar aquellas palabras… fue tan valiente. Y ese tan deseado beso fue tan excitante. Sentía mis orejas quemar y mis nervios a flor de piel, pero aun así no podría dejar de besarlo. Lo amaba tanto… lo amo tanto aún.
-Los pasajeros del vuelo con destino a New York, por favor…- El peso en mi pecho creció hasta casi asfixiarme.
-No… no te vayas.- Me pidió. Ya no contenía sus lágrimas. Sus gemidos eran audibles y me desgarraban el corazón, aumentando el peso en mi pecho. Oh, Dios, el peor día de toda mi vida. Sé cuánto le costó eso, él jamás dijo algo tan vergonzoso.
-Quiero besarte por siempre.- Fue lo único que salió de mis labios. Lo único que deje salir. De demostrar mi dolor se encargaron mis ojos, derramando esas modestas gotas.
-Vas a matarme.- ¿Sera que puedo escapar del destino y huir con él? ¿Estoy loco o podremos vivir de nuestro amor? Definitivamente estoy loco.
-Debo irme. Por favor… no me olvides. Regresaré, es una promesa.- ¿Me esperarías?
-Es de esas promesas que ninguno de los dos espera que sea real, ¿cierto? No juegos conmigo.- Estas equivocado. Jamás jugaría contigo.
-Espérame y volveré, lo prometo.- Besé sus labios superficialmente. De haberlo hecho como quería no acabaría yéndome nunca. Solté su cuerpo y sentí un vacío llenar mi ser. Estábamos separados por unos centímetros, pero lo extrañaba con todo el corazón.
-Te esperaría aunque no quisiera, lo sabes.- Sé que pensó que no lo escuche, pero lo hice, y mierda que fui tan feliz con sus palabras… las recuerdo hasta el día de hoy.
Recordar esto me entristecía demasiado hasta hacerme llorar. Pero hoy… hoy es diferente. Estoy tan feliz, el lugar que antes fue motivo de despedida, hoy es un reencuentro. Es una promesa que se cumplió. Ahora también lloro recordando, pero justo ahora, estas lágrimas tienen motivo de felicidad. No dejo de preguntarme ¿Sigue amándome con la misma intensidad? ¿Cuánto habrá cambiado? ¿Le llego mi carta? Sé que no le di noticias mías en todo este tiempo que estuve fuera, pero simplemente sentí que si lo hacía moriría. Solo recordarlo hacia falta para desear morir a su lado. No podía comunicarme con él si no era para decirle que volvía.
¿Habrá llegado? ¿Cómo lo reconozco? ¿Él… él podrá reconocerme?
-“Te espero en el lugar de la despedida mañana a las 3 de la tarde… no faltes.” Pensé que ese mañana no llegaría nunca. – Esa voz…
-Estas aquí…- ¿De verdad no es otro sueño? No quiero despertar nunca…
-No, en realidad estoy durmiendo en mi casa.- No ha cambiado nada…- Di algo…-
-Te he amado durante todo este tiempo.- ¿Es esta mi voz?
-Entonces bésame, mal novio.- ¿Esto es real?- No sólo te quedes ahí parado luego de confesarte.-
¿Quién dio el primer paso?
¿Hubo primer paso?
Sería justo decir que nos fuimos acercando ambos. Siento vulgar decir que fue un beso, yo lo sentí como mil palabras que no hacía falta decir. Una conexión. Nos dijimos mucho sin decir nada. No había nada que decir.
-Tu… pensé que jamás regresarías… maldito imbécil.- No me permitiría perderte. – Te he extrañado como no tienes idea y tú… simplemente te alejas y un día cuando se te da la gana me dices que vuelves… ¿Por quién me tomas? No sabes… no tienes idea de lo mucho que sufrí… muérete, idiota.
-Si me muriera no podría volver a hacerte el amor… no dejaría que eso pasara. – Ya habrá tiempo para las explicaciones, ahora sólo quiero besarte. Déjame besarte por siempre. –Si te sonrojas así no te soltare nunca más y lo hare aquí mismo.
-Suéltame, idiota. Estoy diciéndote cosas serias y me sales con eso, ¿es que no has madurado?-
-Te he extrañado más de lo que piensas.- La frase es muy simple como para expresar mis sentimientos, pero ahora no importa.-No llores, por favor no lo hagas.- Harás que llore también…
-Te amo.- Lo sé.
-Y yo a ti…- Lo sabes.
Ese día, sentí el alma volverme al cuerpo, será porque así es como sucedió. Mi alma volvió contigo, donde siempre estuvo.