Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Buscando a Sid por lilycha10

[Reviews - 94]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es la primera vez que escribo de ellos dos y trate de respetar la personalidad de cada uno.

Notas del capitulo:

Espero que les guste

Para los nuevos inquilinos, enfrentarse a aquel clima tan ambiguo de la isla, era toda una odisea. Por muy cambiante y caprichosa que fuera la madre naturaleza, no se adaptaban a la idea de vivir en un sitio; que se dividía entre el invierno y el verano.

Para divertimento de los Mamuts adolescentes, cerca de ellos había una zona que los proveía de hielo constantemente. De esa forma, no se veían obligados a cambiar sus actividades más comunes -como lo era el deslizarse por una canal de hielo- y gracias a que la mayoría de los adultos procuraban evitar esa zona, nadie les aguaba la fiesta.

Por otro lado, tenían la zona “tropical”. Frutas de diferentes colores y sabores, altas palmeras que los protegía del sol y arena en abundancia. Un pequeño paraíso para los herbívoros y un infierno para los escasos carnívoros que compartían la isla con ellos.

No era de extrañar, que estos fueran constantemente señalados y acusados, cada vez que uno de sus compañeros desaparecía; pero afortunadamente, los que supuestamente eran devorados, regresaban al final del día sin un rasguño.

Apenas era mediodía y como siempre, dos tigres dientes de sable regresaban a hurtadillas a la zona de su manada. Como cada día, debían escaparse a escondidas si deseaban cazar un animal salvaje que no fueran a extrañar; pero la situación apenas les dejaba digerir sus alimentos a tiempo.

-Diego, aun tienes sangre en la mandíbula- advirtió Shira.

El macho no la escucho y siguió caminando a paso lento y constante, aparentemente concentrado en las piedrecitas que se tropezaban en su camino. La joven noto su comportamiento, pero ya empezaba a hartarse de que el pelirrojo actuara de esa forma.

De forma juguetona, dejo que su cuerpo chocara con el del mayor, para llamar su atención.

-¿Qué sucede?- Pregunto una vez que hubo reaccionado.

-¿Qué te sucede a ti?- Shira le seguía el paso, con curiosidad- Sé que eres callado, pero normalmente no me ignoras.

Diego sacudió la cabeza, tratando de excusarse.

-No te estoy ignorando, Shira- explico-. Es solo que tengo muchas cosas en la cabeza.

-¿Qué tipo de cosas?- la joven se detuvo para beber de un pequeño arroyo.

Diego siguió su ejemplo, para quitarse las manchas de sangre de la barbilla.

-Es por la manada- explico-. Estoy preocupado por mis compañeros.

La joven se mostró sorprendida, ofendida y a la vez, herida.

-¿Por qué no hablas de eso conmigo?- exigió tímida- Pensé que yo también formaba parte de la manada.

Diego sonrió levemente, captando las emociones de la chica.

-No te estoy excluyendo, Shira- se detuvo para mirarla-. Pero son problemas que tu tal vez no comprendas.

-¡Inténtalo!- Demando.

Diego suspiro resignado.

-Está bien. Es Sid, quien me preocupa.

-¿Qué pasa con él?- Lo miro intrigada.

El dúo retomo el camino.

-Que es un tonto, un irresponsable, incorregible, incompetente…

A la gata le bajo una gota por la cabeza.

-Déjame rectificar- dijo ella, tras callar a Diego con un zarpazo-. ¿Por qué estas preocupado por él?

El tigre suspiro.

-Últimamente, no se está comportante como suele hacerlo.

Shiro se carcajeo de su respuesta.

-¿Eso es bueno o malo?- Pregunto, al recordar las características antes mencionadas.

-No lo sé- confeso Diego-. Puede que entre Manny y yo lo subestimemos constantemente o que incluso nos burlemos de él; pero la verdad es que Sid es quien nos ha arrastrado todo el camino.

La joven inclino la cabeza, con curiosidad.

-Todas esas aventuras que te hemos contado – observo a la joven-, las ha protagonizado ese Perezoso.

Se detuvieron junto a un acantilado, desde el cual podían ver a sus amigos jugar con la nieve.

-No nos habríamos hecho amigos, sino fuera por su terquedad- continuo el mayor-. Manny y Ellie nunca se habrían conocido, no habríamos sido capaces de prever que el hielo se derretía y yo no habría sobrevivido a la inundación, si ese idiota no me hubiera forzado a aprender a nadar.

-¿Sabes nadar?- Shira exclamo por la sorpresa- ¡Los tigres no nadamos!

Diego se carcajeo bajito.

-Si~-dijo mientras recordaba-. Me entere de eso demasiado tarde. Ahora ya no hay vuelta atrás.

-¿Cómo te enseno a nadar?

La joven busco a Sid con los ojos y lo encontró un poco alejado de Morita y Luis, quienes se lanzaban nieve de forma infantil.

-Tocándome el orgullo, por supuesto- el observaba lo mismo que Shira-. ¡Lo vez! ¡A eso me refiero!

Sid no parecía interesado en jugar, pese a que Manny y Ellie intentaban animarlo.

-¿En qué universo paralelo, Sid no estaría jugando con más ímpetu que una Mamut mitad zarigüeya?

-En este universo, al parecer- dijo divertida-. ¡Tal vez solo está madurando!

Diego enarco una ceja, escéptico.

-Sid es el que nos ha mantenido unidos hasta ahora, Shira- indico-. Si él se cae, te aseguro que todo caeremos con él. ¡Para Sid está prohibido madurar!

Como si quisieran reafirmar sus palabras, Morita y Luis se acercaron a Sid; aparentemente aburridos de jugar sin él. Se sentaron a su lado y para sorpresa de todos, el Perezoso se alejó del resto de la manada.

-Ya veo a que te refieres- asintió la tigresa-. Lo conoces bien.

-Han sido muchos años juntos- bajaban por una pendiente-. Incluso lo vi parir tres dinosaurios; así que comprenderás que he visto hasta su faceta maternal.

 

Mientras Sid se alejaba de su familia debido a sus problemas existenciales, Diego aun intentaba comprender el motivo de esa actitud. El perezoso se mostraba esquivo, distraído, deprimido y callado. Incluso Ellie dormía con él en ocasiones, alegando que no lo dejaría solo, hasta que regresara a la normalidad.

El y Manny tampoco podían hacer mucho por él, ya que Sid parecía estar reclamando su espacio personal y eso era algo que los ponía nerviosos a los dos. Al pequeño siempre le habían gustado los abrazos y apapachos, pero ahora rehuía de ellos.

El mayor suspiro.

-Los suspiros son besos perdidos, que en alas del viento se van- escucho que recitaban-. Incluso los tigres pasan por eso, ¿eh?

-Supongo- volvió a suspirar sin levantar la cabeza-. Pero hasta ahora no me había pasado a mí.

Ellie se recostó a su lado y espero pacientemente.

-Aun no llega- dijo la más joven-. Ya está oscureciendo y la última vez que lo vi, se había adentrado al bosque.

-La isla es grande, pero solo hay cinco o seis depredadores que apenas se están reproduciendo- entrecerró los ojos-. Ninguno de ellos se atrevería a ponerle una pata encima a Sid.

Gruñó bajito.

-¿Por qué lo dices?

-Porque ellos tienen su propia manada y Shira es su Alfa- explico-. Ella los mantiene controlados y así nadie puede tocar a uno de los nuestros.

-Eso me deja más tranquila, pero, ¿Qué tal si se pierde?

-Hay comida de sobra en el bosque- suspiro-. Sobrevivirá mientras lo encontramos.

Ellie sonrió.

-¡Tienes razón!- Escucharon.

En ese momento Manny se unió a ellos.

-Ese perezoso duro dos días en un mundo lleno de dinosaurios, sin sus guardaespaldas- se acostó junto a su esposa-. Podrá durar una noche sin nosotros.

-Lo que me preocupa es su actitud- murmuro el tigre-. Nunca había actuado así, antes.

Los mamuts intercambiaron una mirada de comprensión.

-No te preocupes –Ellie agacho la mirada para observarlo-. Incluso Sid tiene derecho a rebelarse un poco.

La broma no resulto como ella quería y antes de que pudieran reaccionar, Diego ya se había echado a correr con dirección al bosque.

-¿Diego?- Grito Manny.

-¡Espera!- Los dos lo siguieron tan rápido como pudieron.

Lo habían perdido de vista, pero cuando llegaron a la zona nevada, lo vieron frente a unos árboles; caminando como gato enjaulado.

-Diego ¿qué tienes?- pregunto el mamut.

El felino se detuvo para observarlos y los mayores pudieron ver la desesperación en sus ojos.

-No puedo seguir con esto, chicos- admitió-. Ya no aguanto la ansiedad y menos la necesidad.

-¿A qué te refieres?- Ellie avanzo tentativamente.

Diego estallo.

-¡Es como la abstinencia de quien no ha comido nada en semanas! ¿Entiendes?- Grito- Sin embargo no es hambre, sino un deseo muy parecido al que siento cuando tengo ganas de cazar o peor aún…, de matar.

De imprevisto, poso sus ojos verdes sobre sus compañeros. Estos tenían un brillo peligroso y amenazador, pero el dúo no se dejó intimidar.

El corazón de Diego latía desenfrenadamente.

-Lo que siento, hace que me duelan los colmillos y las garras se hundan en la tierra de forma inconsciente. Que cada día que pasa, me sienta más molesto y frustrado; como si estuviera perdiendo una a una, las vidas que me quedan.

Daba vueltas en círculos, intentado explicarse.

-Pero cuando llega la noche- suspiro y sus músculos se relajaron repentinamente-, es maravilloso. Porque por las noches nunca está lejos de mí y lo puedo ver de cerca, sin que se dé cuenta. ¡Por esa razón debo salir de aquí!

Manny enarco una ceja, intrigado.

-¿De que estas hablando, gato?- Pregunto de sopetón, ganándose un trompazo de su esposa.

-¡Déjalo terminar!

Diego se irguió sin ánimos y observo a su familia.

-Ellie. Manny. ¿Les puedo confesar algo, sin que se suban a los arboles por la impresión?- Miro a la mujer, en específico.

-Adelante- lo animo la joven.

-Yo…- dudo y clavo las garras en la nieve- yo encontré a mi pareja.

La pareja se observó de reojo

-Ya lo sabemos- dijeron al unísono, como si fuera obvio.

El tigre no se sorprendió ni se asustó, porque ya había previsto esa respuesta. En consecuencia, suspiro hastiado.

-Shira no es mi pareja- dijo mordaz-. Ni siquiera se acerca.

Manny y su esposa lo observaron, sorprendidos por la noticia.

-¿Cómo que no es tu pareja?- Pregunto la mujer incrédula- Pero todos creíamos que…

-¡Se lo que todos creían!- La corto- Ciertamente, quise intentarlo con ella; pero antes de conseguir algún progreso, encontré a quien amaba en verdad.

-¡¿Por qué no dijiste nada?!- Manfred se veía sumamente molesto.

-Porque Shira era mi última oportunidad de encontrar una pareja adecuada- bajo la cabeza-. No quería parecer un perdedor frente a mi familia, así que deje que siguieran creyendo una mentira.

Ellie se acercó a él y coloco su trompa sobre el lomo del tigre.

-¿Quién es tu pareja, Diego?

El depredador se removió incómodo y decidió alejarse de la joven.

-En realidad no somos pareja- se encogió de hombros-. No me atrevo a decírselo.

Manfred se acercó a él, a gran velocidad y de forma agresiva. Ellie apenas tuvo tiempo de interceptarlo, antes de que arremetiera contra el tigre.

-¡Déjalo en paz, Manny!

-¡A mi si me vas a decir de quien se trata! - Grito el Mamut exasperado- ¡Entre tú y Sid, ya me tienen hasta la punta del colmillo!

Diego miro a su compañero a los ojos y decidió confesarse.

-No es un tigre- admitió avergonzado.

La pareja ya había intuido algo parecido, pero no era algo que les fuera a quietar el sueño. Manny se forzó a relajarse.

-Eso no tiene importancia- dijo solemnemente-. ¡Es algo que se ve muy a menudo, en estos días!

Sonrió orgulloso.

Contra todo pronóstico, el hecho de que su querida hija fuera pareja de un topo; molesto más a Ellie, que a Manny. La mujer apreciaba a Luis de todo corazón, pero temia que su hija no fuera capaz de crear su propia familia; debido a esa relación.

Manfred por otro lado, apreciaba que el chico era valiente y que era capaz de todo por su hija. Además, estaba el pequeño detalle de que al ser demasiado jóvenes, ninguno de los dos sabría cómo consumar su relación forma adecuada. ¡Un topo y un mamut!

Sonrió en su interior.

Su hija permanecería virgen, hasta que las neuronas evolucionaran a la par de las hormonas de los chicos.

-Ya lo sé- siguió Diego y de paso, agrego otro dato-. Pero mi pareja es… un macho.

El dúo casi se cae de trompa, al escucharlo.

-Esto parece un deja vu- le susurro la mujer a su esposo.

-¿A qué te refieres?- Diego alcanzo a escucharla.

-Si la conversación sigue por buen camino- atajo Manfred-, te lo vamos a explicar.

-No parece que el hecho de que sea gay, los sorprenda –enarco una ceja.

-¡Claro que nos sorprende de ti! –Exclamo la zarigüeya de 9 kilos- Pero no es la primera vez que nos dicen algo como esto y ya tenemos algo de práctica.

-Si te gusta un macho de otra especie, es cosa tuya, hermano. Nosotros no vamos a intervenir en eso- asintió Manny-. ¡Ahora! Eres parte de nuestra manada y eso nos da el derecho, de reclamar el nombre de esa persona.

Diego bajo la cabeza como si temiera un trompazo por parte del grandulón y ni aun así, les quitaba los ojos de encima.

-Es Sid- dijo simplemente-. Estoy enamorado de Sid.

A falta de quijadas, dos tropas golpearon el suelo a causa de la impresión. Gracias a la similitud en su apariencia, tanto Manny como Ellie compartían las mismas reacciones y sus pequeños ojos, ahora se veían muy abiertos y asombrados.

-¿Tu…y Sid?

Manfred se tambaleo levemente, al imaginarse una escena en la que Diego cortejaba a Sid y este por su parte, le hacía cariñitos al tigre. Su trasero se dio de plano, contra el suelo; causando un pequeño terremoto.

Ellie por otra parte, aun no podía creerse el nombre que su amigo había pronunciado, ni lo que este implicaba para Diego. Una sonrisa se abrió paso en su rostro, después de reaccionar ante la noticia.

-Oh, Diego- suspiro emocionada-. ¡Felicidades!

Antes de que el gato pudiera escapar, la trompa de su amiga ya lo tenía fuertemente agarrado y lo abrazaba con todas sus fuerzas.

-Ellie, suéltame- se quejaba, porque apenas podía respirar y sus huesos estaban tronando-. ¡Manny, ayúdame!

Manfred acudió en su ayuda y con toda gentileza, desenrosco la trompa de su pareja.

-Lo vas a asfixiar, amor- al parecer ya había superado la noticia.

Ellie sonrió apenada y se carcajeo infantilmente.

-Perdona, Diego.

-Des…descuida~

En lo que el felino recuperaba el aire, Manny le palmeaba el lomo.

-No sé si sentirme feliz por ti –hizo una pausa llena de burla- o compadecerme de tu elección.

Diego inhalo profundo.

-Yo mejor que nadie se, que Sid no es una joyita con olor a yerba fresca- los tres sonrieron-. Pero de alguna forma me atrae y me siento más a gusto con él, que con cualquiera de ustedes.

La pareja sonrió satisfecha.

-Se siente increíble estar cerca de él y ahora que no sé dónde está, me pongo muy ansioso- confeso.

El dúo se observó de reojo.

-¿Cuándo planeas decirle lo que sientes?- Pregunto su amigo.

-De aquí a cinco cataclismos más y yo haya agotado las vidas que me quedan- dijo sarcástico.

Ellie se carcajeo, pero replico ante su anuncio.

-Tienes que decírselo, Diego- aconsejo-. A Sid le gusta mucho que lo cuiden y lo mimen. Saber que alguien lo ama de esa forma, lo hará muy feliz.

-Últimamente no deja que me acerque a él ¿y tú dices que estará feliz?- Pregunto receloso.

-No deja que nadie se acerque a el- corrigió Manfred-. Pero a lo mejor su humor cambie, cuando sepa que tú también lo amas.

-No estoy seguro de…-Iba a negarse, cuando capto una palabra muy interesante-, ¿A qué te refieres con “también”?

La pareja se observó divertida.

-¡Sid también está enamorado de ti, Diego!- anuncio la mujer, feliz.

El gato quedo en shock, ante la información.

-Eso es imposible- negó incrédulo-. ¡No jueguen con eso!

-No te estamos tomando el pelo, gatito- Manfred se acercó a el-. El mismo nos lo confeso.

-Curiosamente- agrego Ellie-, lo hizo en este mismo lugar.

-La única diferencia, es que Sid no tiene tacto alguno- se quejó su esposo.

 

Flash Back

Manny y Ellie se habían reunido frente al bosque invernal y esperaron a que Sid se uniera a ellos.

-¿Qué sucede Sid?- cuestiono Manfred- ¿Por qué nos hiciste venir hasta aquí?

Sid se acercó a ellos rápidamente, moviendo sus patas y cola de forma graciosa e inocente.

-¡Qué bueno que están aquí!- abrió sus “manos” emocionado- ¡Tengo una noticia maravillosa que darles!

-¿De qué se trata pequeñín?- Pregunto Ellie, con aquel tono maternal y tiernito.

-¡Encontré alguien que me gusta!- anuncio para sorpresa de sus compañeros.

Manny fue el primero en reaccionar.

-¿Quién es la desafortunada?- Se burló, ganándose un fuerte regano por parte de Ellie.

-¡No te rías de los sentimientos ajenos, Manfred!- Si había un momento en el cual debía temerle a su esposa, era cuando lo llamaba por su nombre completo.

Ellie se volteo para confirmar, que la ilusión no había abandonado los ojos de su pequeño amigo.

-¿Vas a decirnos quién es?- Pregunto picara.

Sid asintió efusivamente con la cabeza y ante la expectativa de sus amigos, confeso.

-¡Se trata de Diego!

Fin Flash Back

 

-Después de eso- narro Ellie- Manny y yo caímos al suelo de la impresión y para cuando despertamos, ya Sid se había ido.

Las orejas de Diego estaban agazapadas a su cabeza y tenía el rabo entre las piernas.

-¿De verdad él dijo eso?- Sus patas comenzaron a temblar visiblemente.

La pareja se preocupó.

-Tranquilo amigo- lo sostuvo Manny-. Respira y tómalo con calma. No te alteres.

-¿No estas contento de que eres correspondido?- Pregunto la mujer, dudosa.

Diego asintió como pudo y su cuerpo colapso contra el suelo. La noticia lo había sacudido, desde los bigotes al rabo.

-Inhala, exhala. Inhala, exhala –cantaba Manfred, pero Diego apenas podía escucharlo.

-¡Por el amor al marfil, no está pariendo Manny!- Grito Ellie.

Notas finales:

Si creen que merece la pena dejenme saber. Estoy abierta a criticas.

Reviews please XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).