Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El misterioso caso de Tōō por samuesselmo

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 Muy buenas a todos! Hace meses que no escribo nada de nada. Primero que nada mi portatil está en coma, (hace meses) pero supuestamente el tecnico me dijo que le llegaron la pantalla nueva que necesita mi lap (porque ya es un dinosaurio y las partes son dificiles de encontrar)  En fin. No tengo mis archivos y estoy usando una portatil temporal que apenas y tiene una pequeña carpeta con mi nombre. TRISTEZA FOREVAH. 

 Aquí les traigo un nuevo fanfic, recién sacado del horno, después de miles de años... Va a ser corto porque como ya dije, no tengo mi portatil y no me gusta la idea de guardar YAOI en la lap de mi mamá .__. 

 Es un pequeño fanfic que tengo en mente desde hace no mucho en mi cabeza. Será, basicamente, suspenso, porque lo que dudo que haya lemon (y me alegra porque no soy muy buena en eso) y porque no me gustaría que mi mamá revise mis cosas y se encontre con cosas raras :/ 

 Va a ser AOKISE, y sé que hay muchas fanáticas de esta pareja.

Espero les guste, estoy un poco oxidada en la escritura, así que tenganme paciencia hasta que me vuelva a acostumbrar. Depende los RR voy a actualizar tarde o temprano, porque ahora tengo mucho tiempo ._./

Saludos a todos y gracia a los que le den una oportunidad

 By Selmo 

Notas del capitulo:

LEER NOTAS DEL FANFIC ARRIBA. 

GRACIAS. 

 BY SELMO

 Dormía como de costumbre sobre el techo de la escuela, saltándose las clases y los reproches de los maestros. No había nada, más reconfortante, que el sentir el calor del sol y disfrutar de una buena y larga siesta. Aomine Daiki era de esas personas que adoraban relajarse, alejándose de las molestias que le causaban los mayores. Era paz, hasta que una extraña sensación invadió su mente y un escalofrío le hizo temblar. Abrió los ojos de inmediato al sentir una sombra cerca de él, pero apenas vio un par de ojos amarronados a punto de llorar, logró respirar tranquilo.

-¡Ryo! ¡No me asustes así! –Exclamó llevándose las manos a la cara para espabilarse, mientras escuchaba un sollozo gemido proveniente del castaño.

-Lo-lo siento mucho, Aomine-kun –Se disculpó muchas veces Sakurai agachando la cabeza infinidad de veces –E-el capitán me mandó a buscar…

-Qué fastidio –Chistó molesto volviendo a acostarse cerrando los ojos –Tal vez mañana asista a la práctica…

Ryo atinó a suspirar derrotado y volvió al gimnasio para que el equipo comenzara el entrenamiento. Pero no fue hasta la hora del almuerzo que Daiki se dignó a apareció. Le bastó asomar la cabeza para ganarse un reproche de Momoi, pero el moreno pasó de esta y ojeando interesado el bento de Sakurai no esperó a empezar a robar la comida ajena.

-Aomine-idiota –Masculló Wakamatsu al ver cómo se aprovechaba del más bajo del equipo, quién no hacía nada al respecto y se limitaba a bajar la cabeza.

-Por favor, no empiecen a pelear… -Resopló Imayoshi acomodándose los lentes -¿Escucharon acerca de ese extraño rumor? –Empezó a hablar serio mirando a sus compañeros que simplemente negaron con la cabeza. Excepto Aomine, él continuaba comiendo sin prestar mucha atención.

-¿Qué clase de rumor? –Preguntó un poco nerviosa Satsuki. En ese momento se mantuvieron callados, mirando atento a su capitán.

-Aparentemente, un chico de tercero fue encontrado muerto. Tal parece que se dirigía a su casa y en el camino alguien lo mató.

-¿Nadie vio nada? –Preguntó extrañado Aomine mientras se limpiaba la boca con la manga de su saco.

-Fue ayer por la noche, pero sólo se sabe que fue asesinado, no hay pruebas –Respondió el de lentes sin dejar de lado una seria expresión.

-¿Por-por qué alguien haría algo así? –Preguntó temblando Sakurai achicando su cuerpo en su lugar.

-También escuché que lo extraño de fue que habían cortado algunos dedos de su cuerpo –Continuó, pero al ver que sus compañeros lo miraban horrorizado, agregó –Aunque bueno, eso pudo ser inventado ¿verdad?

-Sólo es un enfermo que pasaba por ahí, no es para tanto –Dijo Daiki poniéndose de pie para salir de allí.

 Todos se miraban entre ellos con algo de espanto, pero Momoi decidió ir con Aomine, no iba a dejar que holgazaneara todo el día. Aunque después de molestarlo todo el día logró convencerlo de asistir a clases. Para Daiki la vida escolar era muy aburrida. Sin embargo, todo tenía sus cosas buenas y si había algo que caracterizara al moreno era la forma de salirse con la suya y hacer lo que quería.

 Apenas sonó la campana, Aomine y Momoi entraron al gimnasio. Por supuesto ya estaba vacio y era casi de noche. De vez en cuando a Daiki le venía bien un polvo, y mientras tuviese un par de grandes senos enfrente él era feliz. Aquellos dos no eran pareja ni amantes, simplemente amigos con beneficios. Al moreno le gustaba Kise desde secundaria pero nunca se atrevió a declararse debido a que el rubio siempre estaba rodeado de mujeres. Pero eso no quitaba el amor que le tenía Aomine a los grandes pechos, no quejaba mucho.

 Estaban a segundos de pasar a lo importante, pero antes de que estuvieran en condiciones para poder revolcarse, un ruido, no muy lejos de ellos, los alertó. Momoi no tardó mucho en volver a vestirse, sintiendo un nudo en garganta del miedo. Era inevitable recordar la historia de Imayoshi y temblar del miendo.

-¿Y si es el asesino? –Preguntó casi con lágrimas en los ojos la pelirrosa, aferrándose con fuerza al brazo del moreno.

-¿Aquí? ¿En la escuela? –Preguntó incrédulo tomando sus cosas para irse –Será mejor irnos –Murmuró mirando entre la penumbra, hacia el lugar donde le pareció que provino el ruido. Estaba seguro de que también había escuchado pasos. Tal vez era algún maestro, pero no iban a arriesgarse ¿no?

 

 No fue hasta el día siguiente de que se enteraron de algo demasiado extraño y morboso. Otro chico, esta vez de segundo, había sido asesinado. Sin embargo, el crimen fue dentro de la escuela. La policía rodeaba la escuela y no dejaban pasar a nadie. Según escucharon de las autoridades, el cuerpo del joven fue encontrado en el baño de hombres de la planta baja. Pero las pruebas no podían culpar a nadie, no había huellas otra vez.

-Qué miedo –Dijo en voz baja Momoi mirando a Aomine. Puesto que ambos habían escuchado algo esa noche.

-N-no quiero morir –Sollozó Sakurai limpiándose las lágrimas. En eso Wakamatsu lo abraza por los hombros para consolar al castaño.

-No seas ridículo, nadie va a matarte –Dijo intentando sonar seguro, pero su voz tembló un poco, provocando un nuevo llanto.

-¿Y si alguno de los maestros es el asesino? –Preguntó Imayoshi con un tono sombrío, haciendo temblar a Momoi y a Sakurai.

-Todos los profesores están en la comisaría –Agregó Yoshinori con el fin de que eso calmara las cosas.

-También podría ser un alumno –Dijo en voz alta para sí mismo el moreno, pero sólo se ganó una cara de espanto de parte de su equipo –Bueno, es una probabilidad… ¡No pongan esas caras!

Al final los alumnos de Too tuvieron que volver a sus casas. Por otro lado, Daiki se despidió de Satsuki y caminó hasta llegar a la preparatoria Kaijo. Ingresó hasta ir al gimnasio, allí estaba Kise y su equipo entrenando. Cuando el rubio lo vio se acercó emocionado hacia el moreno y lo saludó con una sonrisa.

-Es raro verte a esta hora, Aominecchi –Comentó extrañado y preocupado -¡Te escapaste de la escuela!

-No grites idioteces –Masculló molesto al ver que había gente que volteaba a verlos –Creo que están pasando cosas extrañas en Too.

-¿De verdad? –Preguntó curioso Ryouta –En unos minutos termina la práctica y hablamos.

 Daiki simplemente asintió y se sentó en una de las bancas a esperar a su amigo. Cuando sonó el silbato del entrenador Kise no tardó en sentarse a su lado con una botella de agua en la mano. Aomine sólo se quedó mirando, tenía a escasos centímetros a Ryouta, sudado y al terminar de beber el agua dejó salir un profundo jadeo que le puso los pelos de punta al moreno.

-Entonces, ¿qué cosas pasan en Too? –Preguntó de repente, sacando del sueño a Aomine que atinó a espabilarse moviendo la cabeza.

-Alguien asesinó ayer a un chico de segundo y anteayer a uno de tercero –Respondió directamente mirando la expresión seria de Kise.

-¿En la escuela? ¿Quién haría algo así?

-Bueno, el de tercero murió camino a su casa, pero hoy encontraron al de segundo en uno de los baños.

-Eso es horrible –Susurró con un poco de miedo el rubio mirando al suelo -¿Los conocías?

-Sólo sé que el de tercero era compañero de mi senpai –Respondió desganado mirando los ojos dorados de Kise –Iré a dar una vuelta, te pasaré a buscar para acompañarte a casa más tarde.

 No dejó que el rubio opinara, sólo se levantó y se fue levantando la mano en forma de saludo. Y tal como lo dijo, lo cumplió. Cuando el sol empezaba a ocultarse, lo esperaba Daiki con cara de pocos amigos. Kise corrió saludando a sus compañeros y así comenzar a caminar junto con su amigo de secundaria.

-No entiendo por qué me quisiste acompañar a casa, Aominecchi –Por supuesto que en el camino hubo largos momentos de silencio, aunque no eran para nada incómodos. Normalmente, el rubio era efusivo y no para de parlotear sobre su vida, pero al parecer podía comprender que Aomine no estaba muy tranquilo debido a lo que ocurría en su instituto.

-¿Eres idiota? –Habló sin ser delicado el moreno –Podría haber algún loco suelto que mata al primero que se le cruza por la ciudad, no iba a dejarte irte solo a tu casa.

-Eres muy amable, Aominecchi –Rió Ryouta, parando el paso y mirando los penetrantes ojos de Daiki –Bueno, ya llegamos. Muchas gracias por acompañarme.

-No fue… -No pudo continuar hablando porque apenas sintió los finos labios de Kise besar su mejilla su corazón parecía haberse detenido –De nada.

-Nos vemos, Aominecchi –Se despidió sonrojado, para luego entrar a su casa.

 Ya el cielo estaba completamente oscuro cuando Daiki estaba a una calle de su hogar. Pero aquella sensación de que alguien lo estaba observando lo obligó a detenerse. Dio media vuelta con lentitud, pero no se podía apreciar nada, todo estaba en penumbras. Las luces de la calle no alumbraban lo suficiente. Estuvo mirando la oscuridad, pero simplemente lo único que se escuchaba allí eran los grillos. Un extraño escalofrió pasó por su columna, y fue en ese momento que decidió que la mejor idea era volver a casa.

-¡Daiki, estaba asustada al ver que no venías! –Exclamó su madre al verlo entrar por la puerta principal –No debes venir tan tarde, ya viste lo que ocurre alrededor de Too…

 Si, sin dudas había alguien, o tal vez algo que merodeaba por el barrio. Era muy probable que la vida “aburrida” de Aomine cambiara de alguna forma. Aunque no era seguro si sería para bien o para mal…   


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).