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LA ESPADA DE POSEIDÓN por desire nemesis

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Notas del fanfic:

 

ACLARACIÓN:

 

LOS PERSONAJES DE ESTE FANFIC FUERON CREADOS POR LOS AUTORES DE YU-GI-OH! Y DE VAMPIRE KNIGHT. YO LOS USO DE MODO RECREATIVO Y SIN FINES DE LUCRO.

 

LA HISTORIA ES MÍA Y ME HE ARROGADO CIERTOS DERECHOS POR LO TANTO.

 

EN ESTE FIC LAS PAREJAS PRINCIPALES SERAN LAS DE VAMPIRE KNIGHT SI BIEN LA DE YU-GI-OH! TENDRÁ SUS MOMENTOS. HE DECIDIDO LLENARLA DE SORPRESAS, DE VILLANOS INSOSPECHADOS Y HE CAMBIADO UN TANTO LAS PERSONALIDADES TÍPICAS Y LOS ROLES HABITUALES DE SUS PROTAGONISTAS, EXCEPTO EN LO QUE SE REFIERE A SEME Y UKE.

 

EN ESTA HISTORIA NO APARECERÁ EL AMOR PROPIAMENTE DICHO, SINO MÁS BIEN SERÁ UNA ENORME ATRACCIÓN QUE POR LO GENERAL ATRAERÁ PROBLEMAS Y CAUSARÁ DOLOR Y CONFUSIÓN. NO DIGO QUE NO PUEDA TENER UN FINAL FELIZ SINO QUE NO ESPEREN EL HABITUAL ROMANTICISMO SINO MAS BIEN UNA HISTORIA CRUDA AUNQUE PUEDE QUE HALLEN ROMANTICA LA FORMA EN QUE SE ATRAEN SIN PODER EVITARLO.

 

DIRE QUE ES UNA AVENTURA LLENA DE PERSONAJES MITOLÓGICOS QUE QUIZÁS CONOZCAN Y QUIZÁS NO. ESTA BASADA UN POCO EN PIRATAS DEL CARIBE AUNQUE SOLO UN POCO Y EN MI HABITUAL INCLINACIÓN POR LA MITOLOGÍA GRIEGA.

 

POR ÚLTIMO LES DARÉ SEXO, ACCIONES HEROICAS, SUPERPODERES E HISTORIAS DRAMÁTICAS QUE LES PONDRÁN AL FILO DE LAS LÁGRIMAS, EL DESCONCIERTO Y EL ASIENTO.

 

^^

AGRADEZCO A QUIENES ME ACOMPAÑEN EN ESTA HISTORIA.

 

SE LO DEDICO A YARE LOSERGE QUE ES UNA SEGUIDORA Y QUE PLANTÓ LA SEMILLA DE ESTE FIC EN MI CABEZA Y POR ÚLTIMO TAL VEZ… Y SOLO TAL VEZ MI ESPÍRITU CAMBIE Y LA VUELVA ROMÁNTICA AUNQUE AHORA NO ES MI VISION ESTA SUELE VIRAR EN MITAD DE LA RUTA.

 

JA NE Y GRACIAS.

                                              “¡AL ABORDAJE!”

 

 

 

 

Entró en aquel lugar donde Poseidón canalizaba todo su poder, donde solo había estado en dos ocasiones anteriormente. Estar ahí significaba que algo muy grave estaba aconteciendo. El rey de los mares no pediría su presencia de no ser así. Aquel estaba sentado en el trono con su larga cabellera dorada saliendo por los costados.

 

¡Te he llamado porque hay algo que merece nuestra atención! ¡Alguien ha robado la Emiratus! ¡Quiero que la recuperes! El equilibrio de poder está en peligro y esos plebeyos no deben acceder a esa clase de posesión. Es prioritario que la encuentres. Esa espada me pertenece y debe permanecer en mis dominios. ¡Esos humanos molestos deben ser puestos en su lugar y tú debes encargarte de eso!—dijo el rey a su hijo. La Emiratus era una de las armas sagradas de Poseidón, poderosa sin lugar a dudas y terrible de todas las maneras.

 

¡Como ordenes!—dijo el invitado inclinándose.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Está todo bien, capitán?—preguntó el inocente primer oficial del Kissara a su jefe al ver que miraba a los que estaban embarcando con el ceño fruncido.

 

¡No sé! Pero mantente alerta… Tengo un mal presentimiento—dijo Seto Kaiba observando a dos de los que subían a bordo desde el puente.

 

El primero tenía el pelo gris y los ojos violetas además de cierto porte engreído que él siempre veía en los aristócratas, luego venía un rubio de ojos mieles que prestaba atención a su alrededor como todo perro guardián. Estaba vigilando como un halcón a este ya que nada de confianza le inspiraba.

 

 

 

 

 

 

En la cubierta el fiel guardián del príncipe Kiryu vigilaba todo alrededor como siempre que su príncipe estaba al descubierto. Nadie debía saber de quien se trataba pues había acudido a una cita secreta con el gobernador de esas islas para tratar asuntos urgentes y delicados en beneficio de su reino, Asgar.

 

Kaien se percató de pronto que era objeto de vigilancia y sus ojos se encontraron con los del capitán de ojos azules que le miraba con insistencia. Sus miradas se encontraron midiéndose en el acto.

 

Después de un momento el otro miembro de la comitiva reclamó su atención.

 

¿Acaso pasa algo?—preguntó Zero algo molesto por tener que viajar en ese buque de cabotaje pero debía hacerlo, lo sabía aunque eso no le hacía grata la aventura.

 

¡Nada señor Zero!—le contestó el ojos mieles, habían acordado en dirigirse así el uno al otro pues nadie debía sospechar de sus verdaderas identidades.

 

¿Pretendes engañarme? Sé muy bien que algo llama tu atención. ¡Dime que es!—exigió el peligris.

 

El rubio miró hacia arriba y él siguió su mirada—Parece que hemos despertado la curiosidad del capitán—dijo su guardián.

 

¡Eso no es importante! Este viaje no es lo suficientemente largo como para que ese hombre se vuelva  un problema para nosotros—le dijo el ojiamatista dirigiendo su mirada al ojos mieles con cierto hastío por la eterna vigilancia de su subordinado.

 

Se volteó tal vez demasiado rápido chocando con otro pasajero.

 

¡Oye!—le reclamó el rubio con el que chocara--¿Acaso estás ciego? Cuida por donde andas—

 

¿Cómo te atreves a…?—preguntó el tenso Zero quien a esta altura tenía pocas pulgas.

 

Kaien intervino entonces disculpándose por su jefe—Mi señor lo siente—le dijo y Kiryu lo miró con ganas de petrificarlo aunque el otro se había puesto un poco más delante de él y no le veía mientras se inclinaba a modo de disculpa.

 

¿Qué pasa? ¿Es sordo o algo? ¿Por qué no se disculpa por si mismo?—preguntó el melado fastidiado con la forma con que el otro le miraba, de arriba abajo como si fuera un animal.

 

¿Qué está pasando? ¡No permitiré que estallen trifulcas en mi nave!—le dijo el ojos azules a todos acercándose con ese aire marcial que daba a notar a las claras que tenía toda la autoridad en su barco.

 

¡El tiene la culpa! Chocó conmigo y ni se precia de disculparse como cualquier hombre decente—dijo Joseph.

 

¿Es así?—preguntó Kaiba al duo.

 

Yo me…--trató de alegar Kaien.

 

¡Tu no pisas en esta historia! Él es quien me chocó y de él exijo una reparación—dijo el otro melado con gesto adusto señalando al peligris.

 

¡Tú! ¿Te atreves a exigirme una…?—preguntó el ojos amatistas profundamente turbado a causa de semejante humillación para alguien de su categoría.

 

¿Por qué no? ¿Quién te crees para rehusarte a…?—preguntaba Wheeler mientras el otro inspiraba profundo para calmarse al darse cuenta de su error pues ahora todos los miraban y él no podía dejar traslucir de que condición era.

 

¡Me disculpo!—dijo entre dientes el príncipe asombrando a su guardián que agradeció su sentido común.

 

¡No te oigo!—dijo Wheeler con ánimo combativo haciendo que Kaien diera un respingo pues sabía que eso alteraría a su alteza.

 

¡No te pases! Demasiado que ese cabeza dura te ha dado lo que quieres, no insistas. Buscar trifulca está prohibido—dijo el ojos azules al melado.

 

El joven de ojos mieles tuvo que darse por vencido pues había olvidado que no quería llamar mucho la atención—Está bien. Me voy—dijo antes de retirarse.

 

Y ustedes no se metan en más líos en mi nave—dijo el castaño apuntando a los dos pasajeros.

 

Insistes en llamar nave a este simple botecillo tienes demasiado orgullo capitán, no me olvidaré de esto—le indicó el ojiamatista mientras Kaien percibía el peligro.

 

Es mejor que aprenda a comportarse o insistiré en tirarlo por la borda. Yo tampoco olvidaré esto—dijo el capitán aparentemente calmo pero como un volcán por dentro. Los otros dos le miraron un momento antes de alejarse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tarde se presentaba hermosa. En el horizonte la luz rosada cubría todo el campo visual lo que daba al mar tonalidades confusas y bellas. Joseph apoyando la barbilla en la baranda de babor miraba hacia ella sonriente.

 

Parece que disfruta del mar—dijo una voz tras él y sin mirarlo, pues sabía que era el capitán, el melado contestó.

 

Esta vista es hermosa, calmaría a cualquiera—dijo el joven.

 

El otro mirando en su misma dirección debía coincidir aunque no lo diría.

 

Disculpe por lo de antes. Es que ese tipo… no sé quien se cree—dijo el rubio con algo de rencor aún.

 

El castaño lo miró con atención, no pensó que fuera del tipo que se disculpara fácilmente—Un aristócrata parece y el otro su guardián—

 

¿En serio?—preguntó el otro volteando al fin mientras se erguía--¿Cómo lo sabe?—

 

He visto muchos de esos tipejos que se creen importantes antes. Creen que están por encima del resto de los mortales—dijo el joven gobernador de ese barco.

 

¡Una pregunta! ¿Usted? ¿Cuántos años tiene?—preguntó Joseph y el otro lo miró sorprendido—Digo porque no parece mucho mayor que yo pero todos los capitanes que he conocido son un poco…--

 

¿Viejos?—preguntó Seto sorprendiendo al otro a su vez—Mi edad es cosa mía, solo le diré que tengo la suficiente experiencia para tener mi propio barco, espero que eso le tranquilice—

 

No es por estar más tranquilo, perdón si se vio así, es solo que… bueno… creí que era impresionante que a nuestra edad le tocara un puesto tan importante—dijo el rubio con sincera cortesía.

 

¡No es tan impresionante! Hay reyes y príncipes que aún son menores—dijo el capitán restándole importancia.

 

Pero ellos lo heredan, usted se lo ganó—dijo el Joey con una sonrisa cándida.

 

Se agradece—dijo algo cohibido el ojos azules.

 

¡Mi nombre es Joseph! No nos habíamos presentado formalmente capitán—dijo extendiéndole su mano el melado cosa que el castaño miró por un momento antes de apretarla.

 

Yo soy Seto Kaiba capitán del Kissara—anunció ceremoniosamente el ojos azules.

 

¡Lo recordaré!—dijo el joven con una sonrisota—Ahora, con su permiso, me retiro—dijo el rubio y el otro asintió, por lo que se alejó.

 

Sería un viaje corto por lo que no volverían a tener una conversación igual pero sería un recuerdo interesante, pensó el capitán antes de ocupar su cabeza de nuevo en las cosas del barco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La noche se cierne capitán—anunció el contramaestre.

 

El momento perfecto—dijo este mirando por su catalejo el pequeño barco  de transporte alejado de la costa europea aunque no por mucho tiempo, debía atacar ahora en que los barcos de la marina relajaban la vigilancia a causa del ocaso y la poca visibilidad que este les daba.

 

Se acercaron como se acerca un cocodrilo a una presa, silenciosos, atravesando el mar a una velocidad de crucero con las velas negras que no atraían la atención en la oscuridad. El capitán dirigía la embestida con su ojo de halcón en una muda demostración de poder entre una tripulación normalmente indisciplinada de 40 marineros.

 

Estuvieron a la par de la embarcación en unos momentos gracias al viento de cola que soplaba esa noche de estío, la luz apenas llevaba a divisar un cuarto de lo que había en derredor y fue tarde cuando el vigía del nido de cuervo avisó a su barco que otro estaba acercándose por estribor rápidamente.

 

¡Al abordaje!—gritó el capitán pirata cuando vio que los habían descubierto y sus hombres que hasta entonces habían contenido el aliento lanzaron entonces un poderoso grito de guerra.

 

La cubierta del Kissara tembló al sentir el impacto de los ganchos de abordaje que utilizaran los piratas para tomar el barco e impedir que este se alejara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto estaba en el puente en el momento del asalto y observó con desmesurada furia como esas ratas se atrevían a poner sus anzuelos sobre su comandada nave.

 

¡Defended el barco!—ordenó a los tripulantes mientras desenvainaba su espada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Mientras Kaien desde el camarote de su príncipe percibía el inminente peligro.

 

¿Qué sucede?—le preguntó Zero al ver como el otro se levantaba de golpe y se quedaba estático.

 

¡No sé qué pero algo malo está por pasar! Esos ruidos, no pueden ser amarras pues aún no deberíamos llegar a puerto—dijo el protector antes de que un grito de pelea y una confusión de pisadas se colaran por los tablones de la cubierta--¡Esto lo confirma! Estamos siendo abordados—indicó después.

 

¿Qué?—preguntó Kiryu e intentó tomar su arma pero de pronto recordó que estas eran confiscadas por el barco cuando los pasajeros arribaban y se las devolvían al bajar. No estarían desarmados de haber dado su estatus oficial, se dijo. Pero ahora eran inútiles las lamentaciones--¿Qué haremos?—preguntó a Cross.

 

Intentaré ir por ellas, alteza, o al menos traer algo con que defendernos si el contingente a bordo no puede con ellos—dijo el rubio.

 

¿Es un chiste? Claro que esos idiotas no podrían con piratas. Son marineros de cabotaje por dios. Solo pueden con borrachos y ladronzuelos—se indignó el otro.

 

No vale la pena discutir de eso ahora, alteza. ¡Quédese aquí y cierre bien! Cuando yo vuelva tocaré la puerta y…--le indicó el pelilargo.

 

¿Intentas tratarme como a una niña?—preguntó molesto Zero.

 

¡No intento eso, alteza! Lo trato como lo que es, un miembro de la familia imperial de Asgar y lo defenderé de usted mismo de ser necesario. No es momento de ser imprudente y menos temerario. No tenemos ninguna oportunidad contra un contingente de piratas en este barco si llegaran a tomarle prisionero así que…--dijo Kaien con disgusto pues el príncipe siempre era dado a los caprichos y berrinches cuando no se lo tenía como el de mayor rango en un lugar, por ello la negociación había casi fracasado en varias ocasiones.

 

¡Yo no necesito de una niñera!—dijo intentando pasar por su lado cosa que el otro no permitió como buen guardia que era.

 

¿Por qué tanto jaleo, amigos?—preguntó de pronto una voz desconocida a espaldas del guardián y este y el peligris miraron en su dirección.

 

Un hombre flaco y con una caravana grande de oro los apuntaba con un mosquete.

 

No tiene que pasar nada malo si os portáis bien—dijo el tipo sonriendo con los pocos dientes con los que contaba, apuntaba directo al más joven por lo que el mayor dudo de que hacer.

 

 

 

 

 

 

 


Si crees que puedes…--dijo el príncipe dando un par de pasos hacia el tirador y Kaien supo que era peligroso para su seguridad. El tipo se puso nervioso y Cross supo que debía actuar a favor de su defendido por lo que corrió al enemigo que sorprendido lo miró un momento antes de pretender enfocarse en él lo que no pudo lograr porque antes ya había llegado a él y derribado a este. El arma salió volando cuando lo hiciera pero el otro entonces se levantó esgrimiendo ahora su espada desenvainada.

 

Os metisteis con el tipo equivocado, varón—dijo el pirata lleno de cólera.

 

¡No! Tú lo has hecho—dijo despojándolo de su espada con un giro y  un tackleo de lo más sencillo el pelilargo, apuntó a su garganta mientras pedía—Le ruego que lo ate, señor Kiryu—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Joseph se vio sorprendido al ver lo que estaba aconteciendo en el barco. Tampoco tenía su espada lo que echó en falta en el momento. Cuando vio que uno de esos tipos se le acercaba decidió hacerle frente.

 

¿Acaso piensas que puedes conmigo niño?—dijo el pirata que se la acercaba.

 

Contigo y con veinte más, gusano—le dijo el rubio molesto porque le llamaran así.

 

Me agradan los ilusos. Son fáciles de matar—dijo el tipo mientras se acercaba con pasos pesados al muchacho que lo esperaba medio agazapado ideando la forma de atacarlo, entonces vio un escobillón a un lado y tomándolo lo blandió, el otro rió por su desesperada ocurrencia.

 

¡Yo no me reiría tanto de ser tu!—le advirtió el ojos mieles puesto en guardia y entonces se lanzó al ataque poniendo en peligro al tipo de pronto que estaba sorprendido de que el otro fuera tan bueno en el arte de la esgrima que con un palo de madera lograra ponerlo entre la espada y la pared.

 

Joey ya percibía el susto en el otro por lo que se regodeaba interiormente de poder ganarle al otro con un palo. Entonces todo se volvió negro.

 

Te la estaba poniendo difícil—dijo el tipo que acababa de desmayar a Joey de un manotazo en la cabeza ya que era un hombre extremadamente grande y había acudido al ver que su compañero estaba en aprietos.

 

¡No exageres! Ese tipo no puede conmigo—dijo el otro tirando un puntapié al caído.

 

Entonces apareció el capitán del Kissara y viendo al otro tirado, además de presuponiendo que había sido atacado por ambos, les gritó—¡Infames!—y se lanzó al ataque.

 

Uno de los cobardes arrió el cuerpo inerte del joven rubio y colocándole su espada en la garganta le dijo—Es mejor que te des por vencido capitansucho o esta vida se cargará a tu conciencia—

 

Seto hervía de furia pero no podía dejar que mataran a uno de sus pasajeros pues era su deber cuidar su seguridad, lanzó su espada al suelo.

 

Entonces un pirata salió anunciando fuego. Alguien había tirado una lámpara de aceite en una de las cubiertas inferiores y el barco se estaba convirtiendo en pasto de las llamas.

 

 

 

 

 

Kaien y su protegido salieron a la cubierta para ver la confusión y alarma que gobernaba el navío.

 

Es mejor buscar uno de los botes y alejarnos de este lugar antes de que se percaten de quien puede ser usted—indicó el mayor al joven príncipe quien no se sentía seguro de poder dejarse conducir cobardemente aunque no ansiaba quedar en manos de piratas.

 

Fue tras su empleado cruzando las vicisitudes del abordaje contando con su compañía—Necesito la “Bloody Rose”—le dijo en un momento refiriéndose a su arma imperial guardada en la armería del barco.

 

Sabe tan bien como yo que no podemos hacer tal cosa—le indicó el ojos mieles a su superior—llegar a la armería nos pondría en un peligro tremendo e innecesario—explicó.

 

Pero es un regalo…--dijo el joven algo agobiado por primera vez.

 

De su padre, ya lo sé pero es más importante salvar la vida ahora. Si estos hombres lo atrapan quien sabe cuando le liberarían después de pedir rescate. No debemos arriesgarnos—dijo Cross nada contento con aislar al joven de un recuerdo tan preciado para este pues su padre había muerto un año atrás, convirtiéndolo a él en príncipe.

 

Encontraron un bote bien tapado con una lona y el guardián, sin ayuda, empezó a librarlo mientras el peligris le miraba atentamente y es cuando de pronto alguien lo atrapó por atrás.

 

Pero mira, si he atrapado a un par de ratas que pretenden escapar—dijo el pirata barbudo que sostenía al joven, era como 20 centímetros más alto que el joven y sostenía una navaja sobre su cuello lo que dejó sin opciones al guardián.

 

Notas finales:

GRACIAS POR ESTAR

JA NE

^^


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