Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El camino del Guerrero por Yumiko Kaneki

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

DISCLAIMER: Los personajes de “NARUTO” no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo en esta historia —que si es mía—, para mi entretenimiento y el de las personas que lean esto.

Notas del capitulo:

*Un ronin (literalmente "hombre ola", un hombre errante como una ola en el mar) era un samurái sin amo durante el período feudal de Japón, entre 1185 y 1868.

.


El camino del Guerrero


.



“Una vez el guerrero está preparado para el hecho de morir, vive su vida sin la preocupación de morir, y escoge sus acciones basado en un principio, no en el miedo."


—Extracto del libro “Hagakure “, de Yamamoto Tsunetomo—



.


I


Ayudando a un ronin*


.


Se despertó con los rayos del sol en su rostro y el sonido del agua cayendo, como hacía semanas. Pero ese día era distinto. Iba a hacer su último día de entrenamiento antes de regresar a la aldea.  Nunca le había gustado estar solo, por lo que pasar un mes aislado era su límite. Se desperezo antes de ponerse de pie  y contemplar la enorme cascada.


No le agradaba lo que iba a hacer, pero le ayudaría para despertarse y para descontracturar su pobre cuerpo que estaba cansado de dormir a la intemperie.


Se sacó la yukata y respiro hondo antes de retroceder unos cuantos pasos… y correr, dar un salto y meterse al agua, hundiéndose y perdiéndose de vista por unos largos momentos antes de emerger, escupiendo agua.


—¡AH! —Soltó un cómico, y para nada masculino, grito—. ¡Está helada-ttebayo!  


Hasta que su cuerpo se adaptó al brusco cambio de temperatura Naruto maldijo; y cuando al fin la sintió fría, pero tolerable, nado hasta la cascada. Se posiciono bajo el enorme chorro de agua. El aire se le escapo un poco cuando esa poderosa agua en movimiento choco contra su cabeza y hombros, pero gradualmente sus músculos se relajaron.


Luego de ese refrescante despertar, volvió a colocarse su vestimenta y se encamino al pueblo, caminando sin ver al frente sino al cielo despejado. Silbando, avanzaba con paso lento.


Y entonces capto el sonido de otros pasos.


Encontrarse con alguien en ese camino no era extraño por lo que siguió avanzando hasta que, irremediablemente, la distancia que existía entre él y la otra persona se vio reducida al punto que pudieron verse con claridad el uno al otro; Naruto vio a un muchacho que, estimaba, rondaba su misma edad.


Y que portaba una katana.


“¡Maldición! Espero que no sea uno de esos que buscan oponentes”.


Ninguno detuvo su andar, pero ambos entrecerraron sus ojos, analizándose con la mirada, llenos de desconfianza. Además, estaban tensos, podía sentirse la brusca y aplastante tensión en el aire.


El azabache porque no quería ser reconocido. El rubio porque sentía la extraña atmósfera alrededor del otro. No era una sensación de peligro, sino más bien de advertencia. Un “no te atrevas a mirarme, a hablarme”. Era una sensación que él mismo había transmitido alguna vez.


Cuando huía y se escondía.


Pero ese sujeto… ¿por qué lo haría?


Naruto suprimió su curiosidad. Lo mejor sería ignorarlo. En la actualidad estaba disfrutando de un momento de paz y siempre que se entrometía donde no lo llamaban su vida pacifica se iba por el caño y se llenaba de problemas.


Llegados a un punto del camino se cruzaron, pasaron uno al lado del otro. El moreno no se detuvo y Naruto tampoco, por unos pocos pasos. ¿Había sido su imaginación o tenía una mancha de sangre en su ropa? Volteo, y un segundo más tarde escucho el sonido de una espada al ser desenfundada. Aunque se sorprendió por la repentina agresividad y la velocidad de la acción, no lo demostró, solo soltó un pequeño suspiro de resignación ante su propia actitud curiosa y entrometida.


Lentamente, el rubio puso las manos arriba, exponiendo las palmas; una clara indicación de que no quería luchar. Abrió la boca, dispuesto a iniciar un dialogo pacifico, pero él otro hablo primero.    


—¿Quién eres?


Su voz, suave pero que amenazaba con subyugarte, hizo que un ligero escalofrío recorriera la espina dorsal de Naruto.


—¡Oe! ¡Tranquilo!


Hablo extremadamente bajo, algo inusual por su personalidad, pero ¡Por Dios! Tenía la punta de una espada apoyada en su cuello. Un milímetro más, un movimiento en falso, y su garganta seria abierta con un limpio corte, desangrándole y matándole en unos pocos segundos. Y ese sujeto no titubearía en asesinar, Naruto se deba cuenta que ya lo había hecho antes. La carga de matar a alguien no pasaba desapercibida para él. Mejor dicho, la experiencia estaba en los ojos del desconocido, pues no parecía que matar a otra persona (o varias) le causara pesar o remordimiento.


Conteniendo el aliento, bajo la mirada hacia esa oscura mancha roja.


—Solo me preguntaba si sabías que sangrabas.


El rostro del azabache continuo imperturbable, pero, sin perder el firme agarre en la empuñadura, fijo sus ojos en aquello que había capturado su atención.


Aprovechando la oportunidad, Naruto, en un fluido y sigiloso movimiento, se apartó de la amenazante espada, dio un giro y golpeo certeramente en la nuca al otro, cuyo cuerpo cayó como un saco de papas hacia delante, su mano soltando la espada; su caída siendo atajada por el rubio, quien lo sujeto por la cintura.


El sonido de la espada al impactar contra el suelo espanto a unos pájaros que había en los árboles, agitando sus ramas cuando alzaron vuelo, asustados por el sorpresivo ruido en medio de tanta tranquilidad.


Al verlos alejarse, volando libres por el cielo, Naruto tuvo un extraño pensamiento: Él no podía alejarse tan fácil de lo que lo incomodara.


SXNXS


Le dolía el cuello y la cabeza, su cuerpo estaba sin fuerzas y, a pesar de eso, se sentía más relajado que hacía días. 


Abrió los ojos y tardo unos minutos en ser consciente de que se hallaba acostado en un futón. Cuando lo hizo se sorprendió al hallarse desnudo de la cintura para arriba. Además, su herida estaba… ¿Vendada?


¿Qué le había sucedido?


Imágenes difusas vinieron a su mente.


La pelea. Su descuido. El corte. Ir hacia Konoha. Ojos azules. Cabello rubio. Charla. Oscuridad.


Los recuerdos de antes de desmayarse… No, de perder el conocimiento a causa del golpe que le dio ese sujeto rubio con extrañas marcas en las mejillas...


Sus ojos se ampliaron.


Lo había dejado inconsciente de un solo golpe. No podía creerlo.


Ese rubio no se veía fuera de lo normal.  Ni siquiera le transmitía un aura de lucha. Parecía un enclenque que se paseaba con una espada que ni siquiera sabría usar.


Y aun así lo había dejado inconsciente de un solo golpe…


Había estado demasiado débil. Eso era. Demasiado débil para actuar con pleno uso de sus facultades.  


Convenciéndose a sí mismo con su propio razonamiento —su orgullo ante todo—, se sentó y estudio su entorno. Parpadeo, asombrado al descubrir que su espada estaba junto a él, a su completa disposición.


Escucho pasos. Pasos que se acercaban hacia donde se encontraba. “Más de una persona”. Tomo la espada, aparto la manta que lo acobijaba y se puso de cuclillas, su mano en el mango.


—No sé qui-…


La persona que hablaba se quedó muda cuando, al abrir la puerta, lo vio despierto y con espada en  mano.


—Oh… —Fue todo lo que pudo decir.


Un segundo después, otra persona entro en la habitación, colocándose junto a la primera en aparecer.


Los analizo. Aparentemente de la misma edad que él. Uno era el rubio con el que se cruzó en el camino; la otra era una joven de cabello rosado y ojos verdes que —resistió el impulso de rodar los ojos— lo contemplaba embelesada. Ser atractivo tenía sus pros y sus contras. Mayormente porque le era un fastidio tener pesadas miradas sobre él todo el tiempo.


Esa observación babosa se acabó cuando noto que sujetaba su arma. Frunció el ceño y él detecto un atisbo de incertidumbre.


—¿Por qué le has dejado la espada? —interrogo a su acompañante.


—Ni qué lo hubiese secuestrado —espeto el rubio. Parecía entre avergonzado y ofendido—. Además, no me parece correcto quitarle la espada.


“Porque la espada de un samurái es una extensión de su cuerpo”. Ese era el mensaje oculto en aquella vana explicación. El moreno pudo entenderlo y sus hombros se relajaron ante sus palabras. Ese tipo aparentaba ser un idiota al no quitarle su arma, pero entendía el motivo.


Parecía que la chiquilla que lo acompañaba no lo comprendía, mirándolo como si fuera estúpido. Luego su atención se centró en su persona, e hizo el amago de aproximársele. En respuesta, él amago con sacar la espada.


Ante la amenaza, el cuerpo del rubio actuó para proteger a su amiga. Se colocó delante de ella, con el ceño fruncido.


—¡Oye! —exclamo—. Sé más agradecido. Sakura-chan curó tu herida.   


“Yo no pedí ayuda a nadie”. Eso es lo quería decir, pero se abstuvo. Se limitó a mantener su postura.


—Si no curo tu herida todos los días se podría infectar.


La pelirrosa trato de convencerlo, pero desistió de inmediato cuando le dedico una fría y penetrante mirada.


El rubio suspiro, con resignación y cansancio.


—Déjalo, Sakura-chan. Ya lo curó yo-ttebayo. —Ante la mirada que le dirigió, de “atrévete y veras”, recibió una igual en respuesta—. ¡Quita esa cara! ¿Quién crees que te curo y vendo esa herida?


Chasqueo la lengua, disgustado.


—De nada. —Sarcasmo obvio, pero no reacciono, como ese rubio no parecía reaccionar ante su mirar—. Parece que te cortaron la lengua o algo por el estilo.


Mantuvo su silencio y, durante un largo momento, nadie hablo. Después concluyo que no eran una amenaza y que, aunque le pesara, debía descansar. Realizo sus acciones previas de manera inversa: Abandono esa actitud defensiva, dejo su katana en el tatami y volvió a recostarse en el futón, dándoles la espalda.


Pareciendo entender que no estaba de humor para platicar, y que había renunciado a huir, ambos se fueron, dejándolo solo.  


SXNXS


El blondo había acompañado a la muchacha hasta la bifurcación del camino. Normalmente la acompañaría hasta su casa, que no quedaba muy lejos, pero Naruto no podía dejar a su huésped mucho tiempo solo. Tácitamente, habían llegado a la misma conclusión.


—Muchas gracias, Sakura-chan.


Sakura negó suavemente con la cabeza, restándole importancia al asunto.


—No es nada. Creo que lo que hiciste es mucho más significativo. —Ante la actitud desentendida de su amigo  bufo de manera audible—. Vas a dejarlo quedar en tu casa, ¿no?


—¿Cómo…?


La chica rió.


—Te conozco lo suficiente para saber cómo actuaras en ciertas situaciones, y tú, definitivamente, no dejaras a su suerte a alguien tan herido —explico. Luego, con un poco de resignación y preocupación, agregó—: Aunque sea un desconocido, o peor, una persona a la que tú quieras y te haya lastimado.


Lo que acababa de decir…


Por un instante la conducta siempre alegre de Naruto se esfumo y sus ojos adquirieron cierto brillo, una emoción extraña en él. Una desconocida que ella no había visto nunca que sintiera.


—¡Nos vemos, Sakura-chan!


La nombrada se sobresaltó al ser sacada de su contemplación con esa alegre voz. Recién entonces se percató de que Naruto se había alejado varios pasos, emprendiendo el camino de regreso a su hogar, agitando la mano en forma de despedida.


Solo un segundo más tarde ella pudo reaccionar.


—…Hasta luego —susurro, imitando su gesto por reflejo.


Vio a Naruto alejarse, pero su propio cuerpo no se movió.


Su mente aun procesando ese brillo peligroso en unos, antes conocidos, ojos azules.   


.


[Continuara…]


.

Notas finales:

¡Hola! Primero que nada: gracias por leer. Este es el primer fic de Naruto que publico, aunque tengo varios escritos. Me decidi a publicar porque, como ya sabran, el final del manga desamino a muchas fans de la pareja "Sasuke y Naruto". Yo no quiero que está pareja desaparezca, así que contribuyo publicando mis fics para animar a fans de esta pareja.

Dudas, comentarios, sugerencias... Dejen reviews, que con gusto contesto. Además de que se los agradecería porque siempre me alegran.

¡Besos! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).