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¡Feliz cumpleaños, senpai's! por Irinyan

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Notas del fanfic:

¡Hola! Bueno, es lo primero que escribo, es un oneshot, B26, ia tu sae' (?) iba a hacerlo más largo, pero cuando me di cuenta ya era de madrugada, y bueno, notarán que al final quedó algo como confuso y con muchos saltos, por favor sean gentiles conmigo. u.u

 

No hay lemmon.

 

¡Disfrútenlo!

Era una mañana muy tranquila para el escuadrón Varia, no tenían trabajos pendientes por realizar y podrían festejar, ya que era el cumpleaños del par psicópata. Sería más tranquilo, de no ser que ahora una persona irritante (No, no estamos hablando de Levi) se había hecho un clon, o más bien, llegó solo.

Así es, Rasiel, decidió por su cuenta entrar a Varia, cosa que el jefe no negó, ya que pudiera servir como doble o incluso remplazar a nuestro príncipe favorito por si le ocurría algo, con la diferencia de que éste era un ‘rey’.

¿A qué viene Rasiel relacionado con la poca tranquilidad? Peleas, peleas y más peleas. Desde que llegó a la mansión, ambos individuos de la realeza no dejaban de volver cada una de sus discusiones, por más pequeña que fuese, en una batalla a muerte. Peleaban por todo; por quién usaría el baño primero, quién comería el último bocado de un postre, quién molestaría a la rana estúpida, quién era el verdadero príncipe de la casa, quién era el favorito de Mamá Luss, entre otras cosas. Eran prácticamente inseparables, y no en el buen sentido.

Pero no era solo el hecho de tener ahora a su hermano viviendo bajo el mismo techo que él, sino que estaba profanando sus cosas. Como todos sabemos, nadie, absolutamente nadie, toca las pertenencias del príncipe. ¿Cuáles pertenencias? Nada más y nada menos que el miembro más joven de Varia, Fran.

----------DOS SEMANAS ANTES----------

Ya habían pasado varios días desde que Rasiel entró a Varia, no se llevaba realmente mal con ninguno, a excepción de su hermano, Bel. Algo llamaba la atención de éste último, y era que ese mismo día, la rana había comenzado a hablar más seguido con su hermano que con él mismo.

                >>Belphegor<<

<¿Qué ocurre con esa rana? Cambiarme así de la nada por ese idiota… obviamente yo soy mejor que él… ¿pero qué estoy pensando? ¿cambiarme? Como si realmente me importara cómo se lleven esos dos, pero…>

Obviamente no podía sacarlo de mi cabeza, no tenía ni la menor idea de lo que estaba rondando en mis pensamientos, el por qué me irrita verlos juntos sigue siendo un misterio, simplemente no me gusta. Es como si alguien tomara mis cosas, o el ver a mi hermano que tanto odio con algo que deseo… por supuesto, no es que yo desee a froggy, es solo un ejemplo.

 

                >>Fran<<

<El cumpleaños de senpai está cerca, y yo realmente quiero darle un regalo, muy dentro de mi siento como si fuese… necesario. Aunque es un poco difícil descifrar el regalo ideal para un príncipe autoproclamado psicópata, no es tan fácil entrar en sus pensamientos y resolverlos en un dos por tres, si quiero darle un regalo sin que me clave sus cuchillos por lo menos una vez, debo ser muy cuidadoso. No hay mejor manera que sabiendo más de él, y qué mejor que preguntarle a alguien de su familia.>

Fue entonces que me dirigí a Rasiel-senpai, a pesar de que no hable con él, o que yo no parezca agradarle en absoluto, sin embargo, debía hacerle muchas preguntas.

 

—Rasiel-senpai, ¿puedo hacerle unas preguntas? —dijo Froggy con su voz monótona y el inexpresivo rostro que acostumbraba.

—Llevas una, shesheshe… —respondió el rubio con un tono burlesco.

—En realidad, quería preguntarle algunas cosas sobre su hermano.

—Escúpelo…

 

<<>> 

Después de casi toda una entrevista sobre Bel, la rana no estaba del todo seguro si creerle a la copia de su senpai. Después de todo, ellos se odiaban, ¿por qué Rasiel lo ayudaría a hacer feliz a alguien a quien detestaba? Era ilógico, sin embargo, pasó por su mente que Rasiel y Belphegor son distintos, si seguía a Rasiel y descubría lo que no le gustaba, eso significaría que le gustaría a su senpai ¿no es así? ¡Pero por supuesto! Él sabía que no era un estúpido, por lo que trataría de llevarse mejor con el hermano mayor para que éste pudiese ayudarle.

 

Después de sentirse mareado por los pensamientos tan extraños que tuvo anteriormente, el príncipe decidió tomar un baño para relajarse. Por lo que se desvistió y se metió a la tina, comenzando a relajar la ira que llevaba por dentro, lo cual no duró mucho. A un poco de distancia logró captar la voz de su kohai, “Senpai” ¿lo estaba llamando? No, no era a Bel, él estaba con alguien más.

Su curiosidad lo hizo levantarse de la tina y asomarse por la alta ventanilla de la habitación de baño. Su sorpresa fue muy grande, al ver a su pequeño kohai siguiendo al idiota de su hermano inmortal y llamándole ‘Senpai’. ¿Por qué le llamaba así? Él era su senpai, no el otro idiota, no tenía derecho a ser llamado de esa manera, mucho menos proviniendo de las cosas ajenas. La furia de Belphegor aumentó tanto, haciendo que éste arrugara la nariz, lo cual no hacía mucho ya que podría perjudicar su preciosa y perfecta piel real. ¿Qué era lo que lo ponía así? Estaba cambiando, ese no era el verdadero ‘Prince the Ripper’ que todos conocen.

Se sintió tan agobiado y confundido, que pensó que lo mejor sería descansar un poco. Acto seguido se colocó unos bóxer, y sin secarse se recostó sobre la cama, que en ese momento se sentía tan acolchonada que no quería levantarse más.

Cuando despertó, pudo ver a través de sus cabellos una luz aperlada entrar por la ventana y reflejarse en el cristal. ¿Ya era de noche? Al parecer durmió bastante, incluso se perdió el almuerzo ¿cómo fue eso posible?, moría de hambre…

Entonces pudo escuchar como la puerta de su habitación se abría lentamente.—Bel-Chan~ la cena está lista, por favor baja a comer~— fue lo que salió de los labios de Mamá Luss mientras con sus ojos examinaba cada milímetro del cuerpo del príncipe, provocando que éste al sentir su penetrante mirada, lo recibiera con unas cuchillas.

—Deja de observarme de esa manera, pavorreal pervertido.— dijo para justo después levantarse de la cama, la cual estaba mojada por dormirse sin secarse, e ir a su armario para vestirse antes de que Lussuria comenzara con sus jotadas. (?) Bajó junto a Luss, obviamente no se negaría a comer, después de todo estaba hambriento, sin embargo, la escena con la que se encontró no fue para nada agradable desde su punto de vista.

 

Cuando Fran puso en marcha su plan, comenzó a seguir al rubio de cabello largo por toda la base de Varia. Lo seguía por los pasillos, lo ayudaba con lo que necesitara, lo seguía al jardín, a su habitación… ¡Vamos, incluso lo esperaba fuera del baño! ¿Eso es normal acaso?

—¡Deja de seguirme!

—Imposible, senpai.

—¿Qué quieres saber? Ya te dije todo lo que tenía.— exclamó su alteza para darse la vuelta y continuar su trayectoria hacia la cocina, aún con la rana a sus espaldas siguiéndole como un perro callejero recién alimentado.

—Quiero saber más sobre Bel-senpai, y para eso debo seguir a Rasiel-senpai. A ninguno le gusta ser acosado…— dijo el peliverde mientras caminaba detrás del rubio con una libreta en la mano, anotando sus investigaciones.

Rasiel podía sentir como un enorme y ridículo sombrero estaba detrás de él, era realmente molesto el que no lo dejara tener privacidad, pero, era agradable. El hecho de tener a alguien a su lado no le molestaba tanto, sobre todo cuando se supone que eran enemigos y no se tratan como tal. Al llegar al comedor se encontraron con Lussuria sirviendo la cena, por lo que aprovecharon para sentarse a disfrutarla. El rubio no pudo evitar molestarse al sentir la profunda e inexpresiva mirada de Fran, el cual parecía esperar que se revelara o se hiciera algo, con mucha paciencia.

—¡Ya basta! ¿qué quieres? Haré lo que sea si dejas de mirarme de esa manera tan extraña.

—¿Lo que sea?— dijo Fran con ahora los ojos ligeramente abiertos y brillantes, con el rostro no muy lejos de el del mayor, expresando cierta sorpresa y esperanza en éste. Justo en el acto se pudo ver como Belphegor y la madre de Varia abrían la puerta, observando la escena.

—Tsh… no deberían juntarse tanto con Lussuria, si estarán así, largo de mi vista.

Ninguno hizo caso a la “petición” del príncipe, toda la cena fue silenciosa, incluso aburrida. Nadie se atrevía a decir una sola palabra teniendo al par psicópata en una sola habitación. Sin embargo, se podía notar cierta gracia en el rostro de Rasiel.

Él se había dado cuenta, a su hermanito le molestaba verlos juntos. Decidido a sacar un poco de provecho a la situación, se acercó al oído de Fran, susurrándole lo que él quería saber, pero a medias, de ésta manera él seguiría detrás suyo, acto que hizo refunfuñar a Bel.

Pasaron los días, dos semanas, el gran día había llegado. Pero, a nadie le importaba, Squalo y Xanxus se encontraban en una misión, en la cual tendrían mucha, repito, MUCHA más privacidad. Lussuria estaba demasiado ocupado diseñando trajes navideños para todos, por lo cual olvidó lo que se festejaba ese día. Levi, estaba por ahí, a nadie le importa ese tipo con cara de pedófilo, probablemente en su cuarto o algo, no había mucha diferencia ya que nunca notaban su presencia. Aparentemente, el único al que realmente le interesaba el acontecimiento, era el chico con el enorme sombrero de rana y probablemente a Mammon, quien no había aparecido en unos días. ¿Qué? Si Vongola puede tener dos guardianes de la niebla, Varia también, incluso de la tormenta.

Ni siquiera los gemelos estaban interesados, ellos solo pensaban en dañarse el uno al otro. El día había comenzado de una manera no muy buena, pero vamos, Rasiel se atrevió a rodear a su kohai con su brazo, Bel no dejaría pasar una más. A pesar de que estaba siendo muy obvio con sus celos, Fran no lo notaba, estaba demasiado concentrado sin salir de la cocina, por lo cual no se percató de la pelea entre los cumpleañeros.

—Shishishi… tú… no me importa cuántas veces tenga que hacerlo. Te mataré.

—Shesheshe… inténtalo, no pudiste hacerlo antes ¿qué te hace pensar que podrás contra un rey ahora?

Una pelea en la cual volaban cuchillos, llamas de voluntad, cajas animales… era una versión más extrema que la primera pelea, en la cual se dedujo que Rasiel había sido asesinado por su hermano. Ésta vez, Bel esperaba que no fuese una simple deducción.

 

Fran había pasado toda la mañana en la cocina sin descansar, aun cuando pasó tanto tiempo con Rasiel, no logró elegir un regalo adecuado para su senpai, por lo que decidió preparar su comida favorita, sushi, y de paso un pastel, el cual también era para Rasiel en modo de agradecimiento durante esas dos semanas que pasaron tiempo juntos, aunque a su senpai no le guste compartir, menos con él. Todo iba perfecto, ya solo faltaba poner la mesa y traer a esas bestias a fuerzas.

De pronto se escuchó una explosión. Fran se dirigió a una ventana y pudo ver a ambos con heridas graves y parte del jardín incendiándose debido a la explosión anterior por el uso de sus cajas. El peliverde hizo una expresión de disgusto al ver aquello, pero se dirigió con toda la tranquilidad del mundo hacia donde se encontraban los gemelos.

 

Mientras los chicos de la realeza luchaban a muerte, su pelea, su rabia, fueron interrumpidas por una ilusión, la cual los hizo encontrarse en un hermoso jardín, con flores de todos tamaños y colores, árboles de cerezo, una laguna que reflejaba los rayos del sol, incluso sus heridas habían desaparecido.

—¿No es mejor así, no es bonito?—dijo el ilusionista con una voz totalmente relajada mientras tomaba a ambos y trataba de acercarlos más para hacerlos sentirse unidos por una vez—Al menos por éste día podrían dejar sus diferencias de lado y disfrutar.

Ambos rubios chocaron sus miradas para después dirigirlas a otro lado con una mueca de negación.

—Yo paso, shishishi…

—Mi honorable yo nunca se llevaría bien con un simple príncipe.

Claro, esas fueron sus palabras, pero no se habían dado cuenta de que ya estaban siguiendo de vuelta a la rana dentro de la base.

—¿Ah?~ ¿Pero qué les ha ocurrido, chicos?­~ Anda, vayan a asearse, no pueden estar así el día de hoy.—Mencionó Luss al verlos entrar con sus ropas rasgadas y las heridas en sus hermosos… ejem… en sus cuerpos.

Aprovechando que se encontraban arreglándose, Luss y Fran pusieron la mesa y colgaron algunos adornos de cumpleaños para tenerlo todo listo. Cuando el par volvió, Bel se sorprendió al ver lo que estaba sobre la mesa, por lo que aceleró un poco el paso para asegurarse de que su flequillo no le estaba haciendo alucinar. No, no estaba alucinando.

—¡Sushi! Nunca pensé que diría esto, pero… ¡eres increíble Lussuria!

—¡Oh! ¡No, no! Yo no he hecho nada— aclaró Lussuria mientras agitaba sus manos lado a lado.

—No me digas que… ¿Levi hizo algo bueno al fin? ¿Dónde está el grandote? Bueno, a quién le importa, shishishi...

—Realmente eres idiota, Belphegor, sheshe…—dijo Rasiel mientras le daba un leve empujón en la cabeza a su hermano—Quien ha preparado esto está justo delante de ti, idiota.

El príncipe alzó la cabeza para encontrarse con un Froggy algo apenado y con un leve rubor en sus mejillas, lo cual le hizo avergonzarse también, pero él no podría mostrar vergüenza, es un príncipe.

—¿Has sido tú? No me lo esperaba, shishishi, bueno, quien lo haya hecho, hay que disfrutar.~—mencionó Bel con tono burlón mientras tomaba un poco de lo que le habían preparado, siendo detenido por una mano suave y pálida.

—No todo es suyo, senpai, debe compartir con su hermano mayor, no sea egoísta.—dijo Froggy con el dedo índice levantado y un rostro de completa despreocupación.

Después de insistir, Bel compartió el sushi con los tres, sí, los tres, Levi podía ir y comerse algunas flores de por ahí, pero no dejaría que esas manos tocaran su preciada comida, menos si esa comida era hecha especialmente para él de parte de su kohai. Estaba feliz, poder comer algo preparado por Fran en su cumpleaños era un buen regalo, pero, no le duró del todo la felicidad al ver de nuevo lo que tanto odiaba. Fran le había servido una rebanada de pastel a Rasiel, ha utilizado un tenedor para tomar una fresa y colocársela encima, pero el mayor sostuvo su mano para llevar la fresa a su boca en vez de al pastel.

¿Por qué hacía eso? Realmente parecían una pareja. Un escalofrío recorrió su cuerpo y de pronto perdió el apetito, por lo que decidió volver a su cuarto para así, ya no presenciar la escena anterior. Tomó un plato de sushi y lo llevó con él por si le daba hambre más tarde.

—¿Senpai? ¿Qué ocurre?

—Nada, solo… me entró sueño, no me molesten.

Al llegar a su habitación simplemente dejó el plato sobre el buró al lado de su cama y se recostó observando el techo, pensando en por qué se sentía de esa manera, la sensación de antes, Rasiel y Froggy… todo era tan confuso, muchas imágenes merodeando por su cabeza, sentimientos que querían salir a la luz. Todo eso fue interrumpido por el sonido de la puerta de su habitación abriéndose lentamente, pero ni siquiera se movió o hizo algún ruido, simplemente decidió ignorarlo.

—Senpai, estás muy raro hoy, tú nunca olvidas poner el pasador.

—…

—¿Está dormido? Que grosería de su parte, preparé todo esto solo para ti y simplemente lo dejas atrás.

—¿Lo has hecho por mi o por Rasiel?—fue lo que salió de la boca del príncipe, como si hablara sin pensárselo.

Fran se sorprendió por la respuesta que le dio su senpai, pero todo le quedó claro, las peleas constantes entre los hermanos, las rabietas de Bel, él estaba celoso.

—Lo hice… pensando principalmente en ti.—respondió Froggy con un leve rubor en el rostro.

—Fran…—Bel se levantó de la cama para abrazar a su kohai y darle inconscientemente un suave y delicado ‘beso’ en los labios, que fue más bien un rose prolongado de éstos.—…gracias.—

Seguido esto, Fran se recostó al lado del príncipe aún algo avergonzado, para quedar profundamente dormido en su cama, entre sus brazos. Ninguno de los dos se dio cuenta que la puerta estaba entre abierta, dejando a la vista de un ‘rey’ lo recién ocurrido, lo cual le hacía sentir un crack dentro de su pecho.

 

“Donde hay dos corazones felices, hay un tercero roto.”


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