Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El mejor Regalo por Gaib

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Saludos a todos.

Es la primera vez que escribo un cuento tan corto, pero queria intentar hacer algo especial para Navidad. Intente hacerlo lo mejor que pude.

Ya saben... Digimon y sus personajes no me pertenecen, esta historia no tiene fins lucrativos.

Disfruten.

 

Notas del capitulo:

:D

Era el día de Navidad ya en la cuidad. Todas las personas deberían encontrarse felices en sus casas, ya saben: Abriendo regalos, compartiendo con su familia y comiendo comida deliciosa. Incluso el clima hubiera hecho mágico el momento de cualquier persona este 25 de diciembre, grandes capas de nieve cubrían la cotidianidad de la ciudad, convirtiendo este día en lo que cualquiera llamaría una blanca Navidad.

 

Aunque digamos que todos deberían estar felices en este día, está claro que existen personas que no disfrutan tanto este momento de felicidad y amor. Por muchas razones muy diferentes… pero el cuento que nos toca hoy lo podríamos considerar como algo fuera de lo común. Y no lo digo porque tenga magia y esas cosas, sino por el valor que puede tener una simple acción.

 

Entre tanta felicidad y alegría, tuve que poner mis ojos en un pequeño niño rubio. El cual caminaba con la cabeza agachada, intentando abrigarse del frio con sus delgados brazos y sobre todo, era el único que no parecía feliz. Caminaba lento y torpe entre la nieve acumulada  mientras yo me preguntaba que hacia un niño tan pequeño, triste y solo en la calle un día como hoy.

 

Lo seguí preocupado, dejando todo atrás por un segundo; Centrándome en aquel pequeño que simplemente no entendía. Finalmente se detuvo en medio de un pequeño parque, no muy concurrido. La gente caminaba por los límites rápidamente mientras que el pequeño simplemente se sentó en una de las frías bancas mientras intentaba tontamente acabar con el frio que lo invadía.

 

No dude más y me acerque. Colocando mi abrigo rojo en sus brazos me senté junto a él para brindarle una sonrisa ante su carita de incredulidad. Tenía los ojos azules como el cielo, y una mirada muy seria y terca… lo leía en su postura. No pensó mucho para colocarse el abrigo sobre su espalda mientras intentaba calentar sus manitas con la gruesa tela. De verdad tenia frio, era un milagro que no hubiera pescado un resfriado.

 

-¿Cómo te llamas pequeño? –Pregunte sonriéndole.

 

- Yamato – Respondió sin dejar de mirar al frente seriamente. Como si esperara que alguien pasara por el frente de aquella tienda de chocolates.

 

-MMM Que me bonito nombre. Y dime Yamato ¿A quién esperas? – Pregunte sobándome la barba.

 

- A nadie – Dijo secamente – Solo me gusta ver esa tienda –

 

-OHh Entiendo – Respondí algo confundido. Me pregunto ¿Qué le pasa por la mente a este pequeño? – Yamato ¿Por qué estás en este lugar? No deberías estar en tu casa, compartiendo con tu familia, mira que es Navidad –

 

-En mi casa no celebran la Navidad, mi papa nunca está en casa por estos días – Respondió sin demostrar emociones – Por eso da igual-

 

- Pero ¿Y tu madre? –

 

-Mi mama se fue con mi hermano a vivir a otro lado, apenas si los veo – Bajo la cabeza.

 

-OHH Lo siento – Me disculpe, debe ser difícil pasar este día solo, y más si te recuerdan que tu madre y tu hermano viven separados de ti – Y dime Yamato ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué no traías abrigo? –

 

- No encontré mi abrigo y no quería llegar tarde – Hizo una pausa – Ya le dije… - Me miro enojado -… Me gusta ver esa tienda – Y siguió mirando la tienda de chocolates.

 

-Ya veo – Sonreí y mire la tienda un momento- ¿Te gustan los chocolates? –

 

-No me gustan – respondió rápidamente –

 

- Ya veo… Entonces te traeré uno – Me levante decidido - ¿Cuál quieres?  - No respondió ni me miro – Esta bien, te traeré el que yo quiera – Sonreí y camine hacia la tienda.

 

Entre, salude, desee feliz Navidad, compre el más bonito que pude ver, y Salí de la tienda sonriendo. No me importaba gastar dinero hoy, después de todo lo tendría que gastar después en cualquier tontería de la vida. Además, Yamato no me dice algo… puesssss no me dice muchas cosas. Pero sé que esconde algo importante. ¿Qué? Corro a la silla, donde yace mi abrigo rojo pero sin niño ¿A dónde se fue este pequeño? Giro mi cabeza desesperadamente buscándolo, rogando para que no se haya ido así con este frio.

 

Lo veo… No tan lejos, lo veo caminando hacia mí con cara de desilusión. Cuando llega, se sienta y se vuelve a cobijar con mi abrigo.

 

-No era – Dijo antes de esconder la cara debajo del abrigo.

 

- ¿No era quién? – Pregunte – AAHH Estas esperando a alguien ¿Cierto? – Note sorpresa pues me miro algo triste.

 

- Sí. Pero tengo miedo de que no venga –

 

-¿Él sabe que lo estas esperando? – Pregunte mientras me sentaba junto a el –

 

- No –

 

-¿Entonces no sabes si vendrá o no? – Pregunte algo preocupado – Pero no te puedes quedar aquí así, te enfermaras. Toma – Le entregue el chocolate que le compre.

 

- El vendrá, siempre viene a comprar aquí… le gustan mucho los chocolates – Hablo esperanzado – Siempre me obliga a comer uno, pero a mí no me gustan jaja – Era la primera vez que sonreía desde que lo vi. Definitivamente las personas se ven mejor cuando sonríen, sobre todo los niños.

 

-Entonces estas esperando que venga a comprar chocolates mmm – Deduje acomodándome mi gorro - ¿Por qué lo esperas? ¿Se le olvido algo? –

 

-No – Respondió con voz baja – A mí se me olvido darle su regalo de Navidad ayer – Su cara de tristeza me hacía indicios de que estaba a punto de soltar lágrimas. WOWW ¿De verdad estaba triste porque no le había dado su regalo a esa persona? que niño tan leal y fiel… No hay muchos como él.

 

-¿Supongo que él es muy importante para ti? – Dije sonriendo abiertamente.

 

-Si – Sonrió abriendo la boca – Es alguien muy especial para mí, es único, fuerte y me gusta estar con el – Había saltado sobre la banca, mientras me describía lo maravilloso que era su amigo. Yo solo sonreía al ver al pequeño irradiar tanta felicidad.

 

- Entonces ¿Porque no vamos y le compramos un regalo? – Dije poniéndome de pie – ¿De seguro sabes de algo que le gustara mucho no?- Lo mire emocionado aunque no él lo estaba tanto.

 

- No tengo dinero para comprarle nada y mi papa no me dio dinero la última vez que lo vi – Se deprimió de repente.

 

-No te preocupes, para eso estoy yo ¿No crees? – Dije con seguridad, el solo me miraba algo raro… - Es mi trabajo hacer felices a los niños y tú también mereces ser feliz, y mucho más cuando te preocupas por dar que por recibir – Lo agarre de la mano y lo puse de pie con mi abrigo aun puesto - ¡Vamos!! Dime algo que quieras regalarle a tu amigo. Lo que sea –

 

- MMM Siempre quise darle una caja de chocolates – Dijo alegre cogiéndome de la mano – Decía que algún día me los regalaría pero quería sorprenderlo…-

 

-Si tú se los das a él. Que buena idea Yamato – Respondí animadamente – ¡Vamos! – Le grite con euforia casi que corriendo hacia la tienda que estaba justo al frente de nosotros.

 

- ¡Esos! – Señalo el pequeño al entrar por la puerta. Pose mis ojos ante una pequeña caja color rojo que tenía una bonita T en el medio. Sin pensarlo mucho pregunte por el valor de la caja y la compre casi al instante. La cara de Yamato desbordaba de felicidad, y juro que lo vi soltar una lagrima cuando la puse en sus manos.

 

-Amiguito ¿Quieres que te la envuelva? – Pregunto la señorita que nos estaba atendiendo-

 

- ¡No! – Negó el rubio –Me gustaría dársela así – Sonrió para salir de la tienda.

 

-Señor su cambio – Me saco de sus pensamientos –

 

- EEHH Gracias – Agradecí y salí del lugar, justo para encontrarme a ese niño esperando de nuevo en la banca. Expectante y curioso, no apartaba la vista del lugar donde estaba parado, no le quitaba la vista a la entrada de la tienda. Era raro… muy raro jaja pero también muy tierno.

 

-¿Cómo se llama? –Le pregunte mientras me sentaba otra vez junto a el –

 

-No sé – Dijo serio –

 

- ¿No sabes? – Repetí muy confundido – Supongo que debe ser alguien… -

 

-SSHHH – Me callo de repente- ¡OOYEEEEEEE! – Grito de forma espeluznante llamando la atención de todos - ¡TTUUUUUUU! – Que escandalo hace. ¿Sera que siempre hace lo mismo cuando lo ve? De pronto se sentó haciendo un puchero algo gracioso – No era el – Refunfuño para cruzarse de brazos.

 

- No te preocupes. Ya aparecerá – Dije intentando animarlo – Si me dices como es, te ayudare a buscar ¿Te parece? – Lo mire sonriendo. El pequeño solo me miro algo desconfiado, pero después…

 

- Pues es un niño… casi de mi edad, como así de alto –Intentaba describirlo… pero no lo hacía muy bien – Tiene un cabello café y tiene cara de tonto jajaja – Se rio tiernamente de lo que acababa de decir – Es una buena persona – Pude notar que sus mejillas se ruborizaban un poco.

 

- Parece que sientes mucho por él. Debe ser algo del… -

 

-Ahí esta – Señalo a un niño entre la multitud. Era castaño, de piel morena y acababa de entrar a la tienda de chocolates. El rubio espero a que saliera para correr y darle una sorpresa pero el castaño salió llorando de la tienda.

 

- Está llorando Yamato – Le dije al rubio que había salido corriendo en dirección a su amigo. Sin pensarlo corrí hacia ese par.

 

-Oye ¿Qué te paso? ¿Por qué lloras? – Le pregunto al castaño que sollozaba mientras escondía sus lágrimas.

 

-Es que… ¡YAMAAATOOOO! – Si yo me asuste, no me imagino la cara del rubio al ver como el castaño le lanza un abrazo tirándolo sobre la nieve –

 

-Muévete, me aplastas –

 

-Ohh Lo siento – Se puso de pie el castaño – Es que me emocione de verte jaja – Saco la lengua riendo.

 

-Yo también me siento feliz de verte –Sonrió Yamato desde la nieve. Me acerque por detrás, lo cogí de la espalda y lo puse de pie halándolo –Gracias – Me miro lleno de brillo – ¿Por qué llorabas? – Pregunto preocupado.

 

-Es que alguien compro la caja que quería –Respondió deprimido – Además se supone que sería tu regalo de Navidad – Estaba al borde del llanto –

 

-¿Cómo te llamas pequeño? – Interrumpí.

 

-Soy Taichi… mmmm – Me analizo detenidamente – Siento que lo conozco – Hablo pensativo.

 

- Mira Taichi – Le mostré la caja que habíamos comprado – Este es el regalo que Yamato te compro de Navidad –El castaño me miraba sorprendido – Lleva toda la mañana esperándote para dártelo – Dije entregándoselo.

 

-EHH En realidad… No tenía dinero para comprar nada – Menciono el rubio cabizbajo– Este señor lo ha comprado. Yo estaba aquí pues quería darte lo más preciado que tengo –Saco una pequeña armónica de su pantalón – Ayer no la tenía, y quería dártela hoy… porque te quiero mucho – Ahora si estaba claro, el rubio estaba sonrojado mucho.

 

-Sabes Yamato, yo también quería darte algo hoy – Respondió Taichi – Por eso vine a comprar lo que te prometí que te daría – Me entrego la caja de chocolates – Pero el mejor regalo que tuve hoy, fue verte y poder hacer esto… - El castaño abrazo al pequeño rubio fuertemente.

 

El valor de la amistad había sido reflejado en estos dos pequeños, que dejando de lado lo material se dieron cuenta que lo mejor de este día no es lo regalos… sino la intención de hacer feliz a alguien más.

 

-Gracias – Dijo Yamato sonriendo. Vi una lágrima caer por su mejilla, pero el viento hizo que desapareciera en segundos.

 

-Dime ¿Quieres ir a mi casa a comer? – Hablo Taichi inquieto – Te mostrare mis trofeos –

 

-Si quiero… Amigo – Respondió el rubio sonrojado tomando la mano de Taichi. Me miro de repente – Gracias Señor, por todo –

 

- ¿Tú no eres ese que reparte regalos a los niños? – Pregunto el castaño mientras me ponía el abrigo rojo que Yamato había dejado en el piso.

 

-EEEHHH ¿Tu eres Santa? – Señalo Sorprendido Yamato – Pero Santa es mucho más gordo que usted  - JAJAJA

 

-Cierto jaja Usted no podría ser el real – Menciono Taichi – Además… ni siquiera tiene la barba blanca –

 

- No soy santa jaja – Respondí rascándome la cabeza – Pero debo volver al trabajo, sino me puede ir mal –

 

-Adiós señor –

 

-SSIII Gracias de nuevo – Grito el pequeño rubio antes de empezar a correr cogido de la mano con su amigo, perdiéndose de mi vista.

 

-Adiós niños, Feliz Navidad – Sonreí mientras voleaba mi mano, pues en la otra tenía la caja de chocolates. – JAJAJA ¿Yo Santa Claus? JAJAJA Ni que fuera tan viejo como mi padre.

 

De repente una gran ventisca oculto mi presencia y seguido borro mis huellas. Hasta donde sé, no tengo permitido vagar sin rumbo este día… pero algo me decía que tenía que hacerlo. Tenía que caminar y ver esta situación… Tenía que sentir esta sensación entre estos dos pequeños para creer de verdad… que no todo está perdido frente a lo que de verdad significa esta época “Navidad”.

Notas finales:

Gracias por su lectura ;D

Les deseo a todos una Feliz Navidad y que el proximo año solo les traiga cosas buenas; Cuidense mucho y nos veremos luego

Lo prometo...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).