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Inocente por hideky

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Notas del fanfic:

 

Me siento muy extraña,creo que soy la primera en publicar algo sobre el manga de TG.

Probablemente contenga spolier del manga asique el que no leyo el manga no me mate, es libre de no leer el fic.

 

 

Notas del capitulo:

 

La segunda parte ya esta peeero no la e corregido asi que voy a tratar de darme tiempo para hacerlo, el próximo jueves les doy la entrega de la segunda parte.

 

Los personajes pertenecen a Shu Ishida.

 

Nota:

Narukami: Quinque que en la ctualidad usa Arima en el manga ya que su anterior quinque la posee Haise.

Yukimura: Se ha visto usar a Arima usar esta Quinque en TG JOKER pero ahora la usa Haise.

Arima suspiro con pesadez, el director de la CCG le había dejado a cargo al ghoul de nivel  S "cientipede", de hecho ni le había hecho gracia el plan de lavarle el cerebro y colocarlo en las filas del CCG sobre todo para desarrollar sus habilidades y destinarlo a ser su reemplazo.

 

Lanzó otro suspiro ahogado colocando su saco en el perchero, ingreso a la sala y se dirigió a un pasillo anexo al sótano, se detuvo frente a una puerta con recubiertas de quinque y tecleo en una pantalla táctil una contraseña, la pantalla pito y la puerta de deslizó.

 

El muchacho se encontraba con vendas en los ojos, producto del tratamiento para que sus ojos se regeneraran correctamente, sus cabellos negros, blancos y plomos en tres capas respectivas, piel blanca y cuerpo pequeño fino con músculos marcados levemente, su respiración acompasada era señal de que aún dormía.

 

El joven se removió incomodo por el chaleco que llevaba, era un chaleco especial con quinque, en caso de que quisiera escapar le daría tiempo para extender a Yukimura.

 

Hmn…Arima-san … okaeri — saludó con voz adormilada, increíblemente el ghoul no resultó tan malo, era agradable, ya le parecía extraño que antes de dejarle inhabilitado había declamado poesía, algo que nunca  pasó en su larga trayectoria.

 

Hola, hoy he tenido reunión con el director, en vista de que has colaborado estos dos meses se decidió retirar el chaleco y dejarte unos días más a prueba para decidir si puedo dejarte libre en casa o poder llevarte conmigo para entrenar— informó analizando al chico, el joven parecía meditar, luego asintió y sonrió.

 

No tengo ningún problema — comentó serenamente con una tímida sonrisa.

 

Arima se acercó sentándose al lado del chico, saco una pequeña llave y comenzó a quitar muchas correas y seguros, el joven permanecía inmóvil, finalmente cuando el joven estuvo  libre se estiró sintiendo sus músculos adoloridos.

 

¿Quieres intentar hoy quitar las vendas? — sugirió el mayor.

 

Creo que hoy si — musito jugando con sus manos.

 

El mayor se colocó frente al menor con suma delicadeza fue retirando las vendas del menor, una vez después de haberlas quitado le indicó que abriera los ojos lentamente.

 

El ghoul obedeció, lentamente dejo ver unas preciosas orbes plata, parpadeo un poco y sonrió con dulzura al visualizar a Arima, era alto, con músculos definidos,  poseía sedosos cabellos blancos, piel nacarada, rostro maduro e inexpresivo, enmarcado por orbes azabaches cálidas.

 

Puedo ver correctamente, muchas gracias Arima-san! — exclamó abrazando con euforia al mayor.

 

Arima se sorprendió y luego correspondió el abrazo con menos intensidad, definitivamente era un ghoul diferente, era dulce, tierno y… no, no debería pensar así.

 

¿Has recordado tu nombre ya? — inquirió acariciando los cabellos del menor.

 

El chico se alejó y sonrió — no quiero tener el nombre de mi yo pasado, estoy seguro que cometí muchos errores por eso he decidido crear una nueva vida en la CCG, con Arima-san siendo mi tutor — respondió rascando su mejilla nervioso.

 

¿Cómo deseas llamarte? — preguntó mirando el tierno sonrojo del menor.

 

No lo he pensado pero Haise sería una buena idea — soltó finalmente — es un pequeño juego de palabras que me gustó significa en alemán "Ser llamado" y se pronuncia Heisse, lo pensé cuando descubrí que  yo no pertenezco a los humanos ni a los ghoul, quisiera poder ser llamado por alguien que necesite de mí,  que desee que lo ayude… así que supongo que está bien —

 

Sasaki te caería bien — río Arima ante tal juego muy retorcido con lo que acababa de agregar a su parecer.

 

Haise asintió encantado.

 

Arima sonrió levemente — de acuerdo — aceptó, de alguna manera, saber que el menor quería olvidar su anterior vida y quedarse con él le tranquilizaba. — Vamos a la sala, celebremos tus avances con un café — añadió, Haise le miro sorprendido.

 

Pero Arima-san… podría ponerlo en problemas — opino preocupado, no se perdonaría si el director del CCG reclamará al mayor por su culpa.

 

Está bien, no se enteraran… además confío en ti — comentó serenamente, Haise sonrió y asintió.

 

Ambos se dirigieron al salón, Haise con un poco de emoción por ver nuevamente algo más que esa habitación, apresuró el paso y no advirtió la claridad del lugar por lo que se mareo levemente siendo sostenido a tiempo por el mayor quién le ayudó a sentarse en uno de los maullidos muebles de cuero blanco.

 

Poco a poco Haise fue acostumbrándose a la luz — ¿mucho mejor? — cuestionó Arima.

 

Gracias. — asintió el menor, Arima se dirigió a un pequeño mini bar donde preparó el café añadiendo un pequeño cubo, que se le hizo familiar a Haise.

 

Sacudió su cabeza levemente alejando esas ideas, observó un poco la estancia, la cocina se encontraba más adelante del mini bar, el salón era compartido con la sala de estar, el diseño de interiores se basaba en colores neutros por lo que el ambiente era iluminado, los muebles de estilo otomano le daban un toque rústico al lugar, un televisor LED curvo se encontraba frente a él.

 

Arima-san ¿puedo ver la programación? — preguntó tímido tratando de no incomodar al mayor.

 

Eres libre de hacerlo — respondió concentrado en su labor.

 

Haise tomó el mando y comenzó a hacer zapping de todos los canales, Arima se le unió y al final decidieron por una película de suspenso.

 

Deseas que consiga un libro para ti mañana — comentó apartando su vista de la pantalla.

 

El "Híbrido " de Kafka  si no es mucha molestia — pidió tímido.

 

El torcido humor de Kafka eh… acabo de terminarlo, te lo traeré de mi oficina — comentó, ambos volvieron su atención a la película.

 

Arima apago la Tv, iba a despertar a Haise pero al ver que este ya se encontraba dormido apoyado en su hombro, optó por cargarlo en brazos, era ligero y pequeño así que no tuvo problema alguno, se dirigió a una habitación contigua a la suya y con cuidado depósito y arropó al bello chico.

 

Buenas noches Sasaki  — deseo saliendo de la habitación, mañana sería un día diferente.

 

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Hey                                                                    Hey

                                       Hey

                  Hey                                        Hey

 

Haise, déjate devorar por mí

Devuélvemelo…

Devuélveme lo que es mío

      Haise…

Tu fuerza es patética

       Haise …

 

Tip          Tip                Tip                          Tip

          Tip                                          Tip

Tip                  Tip                   Tip                      Tip

 

Haise se reincorporó de golpe agradeciendo a la alarma en su mesa de noche, sus cabellos empapados se adherían en la frente, con calma, comenzó a tratar de relajar su agitada respiración, cubrió su rostro con ambas manos y se sorprendió al encontrarse llorando.

 

¿Hmn? ¿Por qué? ¿Qué me ocurre? — se preguntó entre hipidos, en su pecho sentía un gran cúmulo de sentimientos reprimidos, ignorando esta vez la manía de aparentar indiferencia, explotó en sollozos, tratando de amainar la culpa y tristeza de su antiguo yo.

 

Aquella mañana finalmente quedó dormido nuevamente tras desahogarse.

 

Unas horas después Arima ingreso a la habitación del chico, extrañado al no encontrarlo despierto puesto que la habitación seguía a oscuras, con pasos sigilosos llego a la cama del menor quien dormía en posición fetal abrazando una almohada, Arima pudo reconocer el llanto del menor por la hinchazón y rastro de lágrimas secas, con suavidad acarició lo hoyuelos de Haise.

 

El menor se removió enfocando su vista en el reloj. — ¡cielos que tarde es! — exclamó parándose de golpe sin notar al mayor por lo que ambos cayeron al suelo, Haise sobre Arima.

 

Lo siento mucho Arima-san — se disculpó sonrojado por la posición, el mayor al llevar sólo una camisa con los tres primeros botones sin abrochar, producto de la caída había provocado que el menor se aferrara a la prenda dejando al descubierto el pecho fornido del mayor, Haise tenía un fuerte sonrojo por tal cosa; ver al mayor así, hacía que su corazón latiera con fuerza.

 

Arima no se encontraba mejor que el menor, la tentadora visión de ver al pequeño con aquellos apetitosos labios, hacía querer que los tan buenos modales por lo que era conocido se fueran a la borda, mentalizo sus características para espantar aquel deseo, era culto, educado y…

 

A-Arima-san — llamó Haise al ver que el mayor se posicionaba sobre él, si seguían así él …— ¿A-Arim…—

 

Se caracterizaba por ser directo por lo que sentía.

 

Por otra parte el menor no pudo seguir ya que el mayor le beso con dulzura, el menor entreabrió sus labios dándole paso al mayor, Haise rodeo el cuello del mayor y Arima le apresó la cintura siguieron así por un rato hasta que sus pulmones exigieron descanso.

 

Arima-san yo…— el cegador le silencio, apenado por las profundas gemas azabaches desvío su mirada.

 

Soy Kishô solo para ti — declaró atrayendo por la barbilla al menor — eres mío Haise —

 

Haise se sonrojo hasta las orejas, con una pequeña sonrisa asintió — te quiero mucho Ki-Kishô… — correspondió tímido.

 

Ambos se besaron esta vez con cariño, en un pequeño roce.

 

Se levantaron del suelo y se dirigieron a la cocina — ¿puedo hacer hoy el desayuno? — Preguntó tímido al mayor — vi una receta y quería saber si podía hacerla — añadió.

 

Arima asintió y se sentó en uno de los muebles de la sala de estar, disimuladamente veía al menor en delantal.

 

Sorprendentemente Haise tenía una gran habilidad en la cocina, el delicioso olor de café inundaba la estancia, Arima se situó tras el menor y le abrazó de improviso, haciéndolo sobresaltar.

 

¿Qué preparas? — cuestionó ante el delicioso aroma.

 

Takoyaki ¿puedes probarlos por mí?— pidió girándose levemente con el aperitivo sujeto por los palillos.

 

Arima mordió un poco y sintió un agradable sabor en su paladar — están deliciosos Haise  — alago.

 

Ambos desayunaron amenamente, Haise hacía conversación y el mayor participaba de vez en cuando.

 

Finalmente llegó la hora de partir para el mayor, Haise se encontraba en la entrada despidiéndole — ¿vendrás tarde hoy? — inquirió curioso.

 

No, llegaré a la misma hora — respondió el pelo blanco, tomo por el mentón al menor y le plantó un dulce beso — regreso pronto Haise — se despidió.

 

El menor se sonrojó pero sonrió — que te vaya bien — deseo.

 

La puerta del departamento se cerró y Haise suspiro tratando de controlar su ritmo cardíaco — Kishô  — susurro tocando sus labios, se sentó en el salón de estar y se percató de uno de los abrigos del mayor, lo tomó y se acurrucó con la prenda sintiendo el perfume de su amante.

 

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Arima por su parte no había podido concentrarse, sólo pensaba en su hermoso oji plata.

 

Hey, Arima ¿estás bien? — inquirió curioso uno de sus amigos.

 

Muy bien Taishi — respondió forzadamente con su típica inexpresividad,  separándose del muro con el que había estrellado.

 

Taishi río discretamente, nunca había visto a su frio amigo en aquella situación.

 

Bien, yo he terminado, llevaré mi flojo trasero a casa, suerte en tu turno Arima  — deseo con pereza.

 

El vocabulario Taishi — reprendió, su amigo paso de largo lo dicho y se arrastró fuera.

 

Esa actitud vaga nunca podría mejorar pensó negando con diversión, mucho más centrado, ingresó a su oficina y reviso los documentos pendientes.

 

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Haise se levantó al oír que la puerta era abierta, extrañado ante la hora de llegada del mayor se dispuso a recibirlo, acomodo nuevamente el abrigo en su sitio y se dirigió a la entrada.

 

Bienvenido a casa Ari…— se detuvo de golpe al ver a un desconocido.

 

Oh… siento decepcionarte y antes de que pienses en atacarme soy amigo del demonio — aclaro rápidamente el mayor.

 

Haise se relajó y sonrió — mucho gusto soy Sasaki Haise — se presentó realizando una pequeña reverencia.

 

Fura Taishi para servirte lindura — le guiño el ojo besando el dorso de la mano derecha del menor.

 

Haise se sonrojo levemente intimidado, dejo pasar al mayor a la sala de estar y él se quedó preparando una taza de café y galletas en la cocina.

 

¿Te ha tratado bien? — preguntó despreocupado tomando el control de la Tv para poner noticias.

 

Hmn… al principio parecía odiarme, pero con el tiempo hemos aprendido a convivir — respondió con voz débil.

 

Haise tomó ambas bandejas y la llevó hasta la mesa de centro, repartió una taza y aperitivos al mayor antes de tomar asiento.

 

Wow, que suertudo es Arima cocinas delicioso ¿no quieres convertirte en mi hijo adoptivo?  Estoy seguro que Aki quedará encantada — comentó con una gran sonrisa.

 

¿Aki?—

 

Mi esposa — sonrió el mayor — serias nuestro hijo ¿Qué dices? — ofreció con una sonrisa.

Notas finales:

 

Muchas gracias por leer.


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