Posted on 1st enero 2013 in Hazme
Era increíble, Naruto nunca se lo hubiese imaginado; su padre estaba encima de el. El gran éxtasis que sentía el tener a su propio progenitor haciéndole el amor, sentir como entraba y salía de el. Pensar que cuando se lo dijo tuvo tanto miedo, quería creer que era una tonta broma -de mal gusto- de su papá.
Sintió un escalofrío cuando se lo dijo, era inevitable tan solo tenía catorce años y su padre se lo había confesado empujándolo contra la pared de su habitación y dándole un beso que al joven le había dolido tanto ese acto.
¡Era su propio padre quien lo besaba!
¡Su primer beso con alguien que nunca se lo hubiese imaginado!
Y lo peor de esto era que después de esa confesión el miedo que sentía y después los celos a su propia madre; ella que merecía un premio a la mejor madre y esposa, sí eso era lo que se merecía Ino.
—Naruto…— escuchó el en un gemido de Sasuke.
—Pa… perdón. Sasuke…— era cierto todavía no se acostumbraba a llamarlo como él se lo había pedido.
Él nunca se sintió el padre de Naruto sino todo lo contrario, desde que Naruto era un pequeño niño se había enamorado de él.
Sasuke lo miró a los ojos, con esa mirada tan penetrante que tenía él, sus ojos negros se conectaron con los azules de ese pequeño adolescente. A esa mirada Naruto la entendió, le pedía que al menos en ese momento se olvide de sus lazos y se deje llevar.
—Necesito que lo olvides…— dijo con voz roncca. Después de esa frase descendió al fino cuello del chico mientras acariciaba los pequeños botoncitos rozados de el, que con sus dedos lo podía cubrir por completo.
Naruto se aferraba con sus delgadas piernas a la cadera dno lo dejaban saber si todo esto era real o una fantasía. Sus pupilas estaban dilatadas, su cuerpo sudado, su respiración era dificultosa. Era cierto todo, no era una fantasía… todo era el amor que sentían ambos.
Los dos gemían el nombre de ambos, cada “te amo” que salía de los labios de Naruto. En esa gran habitación donde fue concebido Naruto, era la misma donde el se entregaba en cuerpo y alma a su padre. Naruto sintió algo en su interior y eso era la esencia de Sasuke, esa esencia que era proveniente de el. Cuando Naruto sintió eso su alma se fue dejando su cuerpo ahí a merced de su papá.
—Naruto…Naruto…— era lo único que podía salir de sus labios.
Quería expresar más pero no podía, su mente quedaba en blanco con el acto que estaba haciendo. Los dos se miraban mucho, querían decirse todo… desde lo mucho que se amaban hasta lo mucho que anhelaban que esto nunca se acabe. Querían poder
estar así de noche a día, querían poder amarse sin importar el mañana, el hoy o el pasado. Sólo importaba una cosa: su gran amor, que sin importar edad o lazos era lo más hermoso que tenían ambos.
Ya los dos sabían que no podían vivir el uno sin el otro, les importaba tan poco si todo estaba mal, si todo estaba bien, acá lo importante era que ambos se amaban y con eso bastaba.
— ¡Naruto, Sasuke! —se escuchó.
Esa voz la que ambos conocían. Esa voz era la de Ino; la madre del chico que estaba debajo del hombre quien era su esposo.
—Mamá… mamá — atinó a decir en un llanto. El amaba más que a nada a su madre y su madre a el.
— ¿¡Sasuke, cómo pudiste hacerle esto a nuestra hijo!? — esa pregunta le dolía a Ino. No tantopor lo de Sasuke sino por su hijo.