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The 100 Rules por lilycha10

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Notas del fanfic:

Sinceramente, escribi este fic a la carrera y no preocupe mucho por los detalles. Simplemente algo que escribi por diversion y que queria compartir con ustedes.

 

Después del susto de muerte, Bellamy no sabía si sentirse amenazado por la facilidad de Wells para desarmarlo o acallar las ansias que tenía por agradecerle el hecho de que le salvara la vida. No sabía ni cómo explicar el  hecho de que su corazón se detuvo cuando no pudo sentir la pistola junto a él, ni la extraña sensación que lo recorrió cuando vio que su vida estaba en manos de alguien más.

Había una primera vez para todo y Clerk no fue la única que comenzó a ver al moreno con nuevos ojos.

Odio. Agradecimiento. Vergüenza. Humillación.

Bellamy no sabía cuál de ellas sentía.

Mientras llevaba el cadáver de la pantera sobre su espalda, no le quito los ojos de encima. También noto que Clerk le prestaba un poco más de atención al chico, pero no la suficiente como para que Wells se sintiera satisfecho.

-¡Oye héroe! –Grito molesto, para llamar su atención- ¿Por qué no le quitas los ojos del culo a Clerk y me ayudas a cargar con esto?

La rubia no mostro signos de sentirse ofendida o avergonzada. Simplemente dejo al moreno tras ella y continúo con su camino junto a Finn.

El moreno se sintió tentado a darle la espalda al hijo de puta que se autoproclamaba su líder; pero lo que llevaba en su espalda era la única comida que habían conseguido en días, así que no tenía la opción de ignorarlo.

Se acercó a él con la cabeza en alto. Gesto que a Bellamy le recordaba al rector del ARCA. Gesto que odiaba y admiraba a partes iguales.

No tenía razones para odiar al chico, pero eso no quitaba el hecho de que fuera una amenaza. Sobre todo porque sabía que muchas de las cosas que proclamaba tenían sentido y no pasaría mucho tiempo para que el resto de los muchachos comenzaran a escuchar lo que tenía que decir.

-¡Quítate Murphy!- Wells tomo la cuerda que sostenía a la pantera y se la coloco en el hombro.

-Imbécil- fue lo que murmuro este, mientras se adelantaba al dúo.

Por un buen rato el silencio fue lo único que acompañó sus pasos y dado que Wells era el último de la comitiva, se sentía algo paranoico con la idea de ser atacado por la espalda. Cada paso que daba era cauteloso y todos sus sentidos estaban atentos a cualquier cambio de paisaje o sonido que hacia el bosque.

-¿Qué diría tu padre si te viera temblar así?- Bellamy encontraba entretenido, jugar con la mente de las personas.

-Tú no sabes nada de él, así que mejor mantente calladito.

Lentamente, sus compañeros los habían dejado atrás y ahora se guiaban por su sentido de la orientación. Afortunadamente, Wells presto atención a sus clases de geografía.

-Sé que el muy bastardo no lo pensó dos veces antes de mandarte con el resto de estos delincuentes. ¿Qué padre hace eso?

-¡Te dije que te callaras, Bellamy! –gruñó.

-Sabes que tengo razón –siguió provocándolo con una sonrisa cruel, aun dándole la espalda-. El ARCA se ha corrompido y en lugar de salvar a la humanidad, se deshacen de los pocos jóvenes que quedan para continuar la especie. ¿O acaso crees que te hará un hermanito?

-No espero que alguien como tú entienda lo que es ser un líder –dijo como si nada-. El solo intenta protegernos y tú solo lo estas arruinando.

Bellamy no se caracterizaba por su paciencia y mucho menos para encarar las críticas con espíritu deportivo. Dejo caer el saco con un golpe seco y antes de que el chico pudiera reaccionar, ya tenía un cuchillo sobre el cuello.

-¿Te crees muy gallito solo porque no tengo una pistola? –Le respiraba sobre la cara- Puedo deshacerme de ti en cualquier momento, aun si no tengo una comitiva apoyándome. ¡Que no se olvide!

-¡Arg! De no ser por mí, estarías muerto- le susurro sobre la boca, sin ser consciente ello.

El mayor sintió como un golpe de electricidad viajaba desde ese punto, hasta el centro de su placer. La reacción de su entrepierna fue instantánea y el deseo de encajarla en el cuerpo de Wells, se hizo casi irresistible.

-Debiste quedarte en casa, niño –pego su cuerpo al del moreno, para que notara que parte de su anatomía realmente lo amenazaba en esos momento-. Esto se ha convertido en una guerra y solo estando de mi lado, podrás sobrevivir.

Sus respiraciones se mezclaban y cada uno podía adivinar el olor y sabor de su oponente.

-¿Qué demonios…?- Wells se asustó al sentir la erección del hombre- ¿Qué estas…?

-Sin mí no duraras mucho tiempo, Wells- se apoyó completamente en él.

-¿Qué es lo que quieres? –intento darle pelea, pero el cuchillo aun presionaba una vena importante de su cuello.

-Un poco de obediencia por tu parte, no estaría mal –murmuro solo para él.

Wells no sabía cómo las cosas habían tomado una naturaleza tan retorcida, pero definitivamente, obediencia no era lo que Bellamy iba a recibir. Pero antes de darle al mayor una respuesta que probablemente le costaría la vida, alguien le ahorro el problema.

-¡Suéltalo! –Grito Clerk, corriendo hacia ellos- ¡He dicho que lo dejes!

Entre la princesa amazona y Finn, consiguieron quitar a Bellamy de encima de su compañero. Ninguno de los testigos había notado  la verdadera naturaleza de esa postura, pero Wells ya se sentía bastante avergonzado como para decir la verdad.

-¿Te encuentras bien? –La rubia se veía preocupada.

-S…si- miro a Bellamy de reojo y este simplemente le sonrió con la misma arrogancia de siempre.

-¿Qué demonios pasa contigo?- Finn empujo al hombre agresivamente- ¡Ya estamos en suficientes problemas, como para empezar a matarnos entre nosotros!

-Es el mismo sistema que tienen en el ARCA- dijo bufón-. La única diferencia es que aquí las leyes –miro a Wells insinuantemente-, las hacemos nosotros.

Al moreno lo recorrió un escalofrio, al saber lo que Bellamy tenía en mente. La amenaza era tan aterradora, como el hecho de que ese sujeto tenía el poder para cumplirla. Tenía una armada que obedecía cada una de sus órdenes y la sangre fría para ordenar su muerte de ser necesario.

El poder se le había entregado a la persona equivocada y él se había convertido en el objetivo. No sentía miedo, pero tampoco se sentía seguro.

Finn tomo a Wells del hombro y lo insto a caminar con ellos, dejando atrás al líder y a su mano izquierda.  Clerk no perdió la oportunidad de amenazarlo con los ojos, pero era mejor no gastar energía con ese sujeto en particular.

 

Cuando llegaron al campamento, el corazón se les estrujo dolorosamente. Era difícil ver un sitio como aquel, como un hogar en el cual sentirse seguros. Quitarse el brazalete era lo mismo que morir, pero era mejor estar muertos para el ARCA, que morir de hambre.

Uno por uno se fue deshaciendo de su manilla, con el fin de obtener un pedazo de carne. El dolor que recibían en el proceso valía la pena, solo por sobrevivir un día más en la dictadura de un sujeto que apenas conocían y en el que muchos, no confiaban.

Para recibir su ración, debían desnudar sus muñecas para demostrar que estaban oficialmente “muertos”. Todo eso, frente a un grupo de adolescentes que vitoreaban la acción más estúpida de sus cortas vidas.

-¿A dónde crees que vas?- Murphy detuvo a Wells, cuando este intento acercarse a la hoguera.

-Yo la mate y por otro lado, ya no tengo el jodido brazalete –hizo amago de esquivarlo-. ¡Quítate!

-Tú vienes con nosotros.

Nadie se metió. Nadie lo defendió y mucho menos se sorprendió, cuando la armada de Bellamy se lo llevo a rastras del escenario.

-¡Esto es lo que pasa a los que no obedecen!- Grito su líder para ser escuchado- ¡Si quieren comer harán lo que se les mande y a quien intente pasarse de listo, pasara el resto de su vida en tierra, comiendo yerba!

Los miro a los ojos, pero ninguno le devolvió el gesto.

-¡Si alguno de ustedes tiene algo en contra –saco su pistola-, que dé un paso al frente!

Ninguno se atrevió a obedecer esa orden.

-Ya no tienes balas- le susurro Murphy una vez que el grupo se dispersó.

La primera reacción de Bellamy, fue agarrarlo del cuello con la suficiente fuerza para enterrarle las uñas en la nuca.

-Y si te atreves a decírselo a alguien, será mi cuchillo el que atraviese tu cuello de lado a lado. ¿Entendiste?

Murphy asintió como pudo.

-¿Dónde lo llevaron? –lo soltó groseramente.

-Está dentro de la nave –se acarició el cuello adolorido-. En la cabina de arriba.

-Buen chico.

 

En el tiempo que Bellamy tardo en visitar a su primer prisionero, se enfrentó al motín de Clerk y su novio, amenazo a su hermana con encerrarla si volvía a verla con Aton y a este, lo colgó del árbol más alto que pudo encontrar.

Si al día siguiente lo encontraba muerto por hipotermia, no lloraría sobre su tumba ni perdería el sueño. Protegería a su única familia, aun si debía ganarse su odio.

Espero a que todos estuvieran dormidos, antes de ir a ver a su prisionero favorito. Subió a la cabina superior con un palo repleto de carne y se deleitó con el sufrimiento del chico. Lo habían colgado de las manos en el medio de la habitación. Imposibilitando que se sentara o descansara de alguna forma.

Cerró la trampilla tras él y se acercó a Wells.

-¿Por qué haces esto?- le escupió el chico.

-Necesito cortar toda resistencia por la raíz –puso la carne frente a su nariz para torturarlo y después le dio un mordisco-. No puedo permitirme un motín ahora y mucho menos tener a alguien como tu respirándome sobre el cuello.

Comenzó a rodearlo lentamente.

-¿A qué te refieres?

-¿Cómo me quitaste el arma sin que yo lo notara? –le susurró al oído.

-¿Te sientes amenazado?- se burló.

-No lo sé –se pegó a su espalda y acaricio su trasero superficialmente-. ¿Tú te sientes amenazado?

-¿Qué haces?- comenzó a luchar contra las cadenas- ¡Suéltame!

-¡Grita todo lo que quieras! Nadie te va a escuchar aquí dentro y a nadie le importa si simplemente desapareces.

Wells no pudo contradecirlo. Su padre debía creer que él estaba muerto y Clerk lo odiaba por lo sucedido con su padre. Era el más vulnerable de todo el grupo.

-Eso puede cambiar, Wells- volvió a susurrar-. No tendrás que estar solo nunca más, si simplemente haces lo que te digo.

-¿Por qué crees que te necesito?

Bellamy le mostro la carne humeante, nuevamente. Las tripas del moreno de quejaron por la provocación.

-Porque nadie sobrevive solo –le acerco la comida a la boca, mientras aumentaba las caricias en su trasero-. Porque nadie te va a facilitar la comida, si yo les digo que no lo hagan. Te quitaran la única ropa que tienes y te dejaran morir de frio, si yo lo ordeno. Tu destino cayó en mis manos, en el momento en que tu padre te dio la espalda.

-¡Cállate!

-Eres mío, Wells.

-¡Yo escogí venir aquí!

-¿Para qué?- se burló- ¿Para cuidar de alguien que ni siquiera te mira y que probablemente se está revolcando con Finn en algún rincón del bosque? Eres patético.

Dejo la carne encima de una de las sillas y dedico ambas manos a acariciar el cuerpo del chico.

-¡Para!

Bellamy acaricio sus costados expuestos. Bajo desde sus costillas hasta su ingle  y muy a su pesar, Wells sintió placer por ese gesto.

De ese punto, el mayor comenzó a acariciar su pecho, abdomen y piernas con gula; ignorando los gritos de Wells e inútiles patadas.

-¿Qué me vas hacer?

-La pregunta es: ¿Qué vas a hacer tú, para ganarte la cena de hoy y de todos los días en adelante?

-Prefiero morir de hambre, que convertirme en la puta de un delincuente.

-No lo dices en serio.

Empujo sus caderas hacia atrás, para poder acariciar la entrada de Wells por encima de la ropa.

-¡Ah!- gimió.

-¿Te gusta eso?

-¡Suéltame!

-Mala respuesta.

Con un único movimiento, consiguió desnudar la parte inferior del moreno; dejando a la vista una piel carente vellos, una polla semi-erecta y un agujero que nunca antes había sido tocado. Sin mucho preámbulo, llevo dos de sus dedos a la entrada y comenzó a frotarla de arriba abajo y en círculos.

-Voy a meter mi polla en este lugar y te voy a hacer gritar de placer y dolor Wells.

El chico intentaba alejarse, pero las horas que había pasado en esa posición le habían drenado sus fuerzas y parte de su voluntad.

-Por favor…, no lo hagas. No así.

-¿No así?- se burló- ¿Querías que tu primera vez fuera algo romántico?

-Nunca he hecho esto. Por favor.

Wells creyó que el hombre había cambiando de idea, en el momento en que lo sintió alejarse de él; pero cuando escucho el sonido de sus pantalones escurrirse por las piernas Bellamy, supo que no podría salvarse de ese castigo.

Su líder ya estaba empalmado y tomando su polla con una mano y la cadera del moreno con la otra, la acerco a su entrada. Aún estaba seco por dentro y por esa razón, utilizo el pre semen de su glande para lubricarlo y que de esta forma, la intromisión no fuera tan dolorosa para ninguno de los dos.

-Te está empezando a gustar- aseguro cuando tomo la polla del chico en su mano-. Tú mismo te llamaste puta hace un momento.

La respiración de Wells se había disparado y para su vergüenza, su entrada palpitaba con deseo. Incluso llego a ondular sus caderas contra el pene de Bellamy y le gusto la sensación de esa embestida.

-No tienes que avergonzarte de nada. No eres el primero ni el último en hacer esto.

-¡Basta!

Bellamy lo hizo callar, enterrando su polla en el culo de Wells sin previo aviso. El grito del menor se atoro en su garganta cuando sintió que el mayor lo embestía sin darle tiempo a acostumbrarse.

-¡Ah!- Gemía el mayor- ¡Diablos, Wells! ¡Ahh!

-Ah- gritaba Wells- AH. ¡Para! ¡Bell… para!

Los golpes contra sus caderas eran difíciles de seguir, aun si el mayor dejaba salir su pene por completo para que el menor notara su extensión con cada estocada. Era doloroso, pero a la vez era jodidamente placentero y las oscilaciones de su pene en el aire le dolían una barbaridad. Esta chocaba contra su abdomen, su pierna derecha y aun así no conseguía estimularla lo suficiente para correrse.

Las cadenas que lo sostenían al techo escandalizaban la escena aún más y el hecho de no poder apoyarse en nada, lo estaba volviendo loco. Pensando que ya no podía sentirse más sucio y humillado, dejo que su cuerpo se apoyara al de Bellamy y así poder soportar el placer que lo embargaba con más facilidad.

-¡AH! ¡Bellamy! Ah, hijo… de puta. ¡DETENTE!

-Joderte el culo es lo mejor de este mundo- jadeaba sobre su cuello-. Tu interior es suave y húmedo. Se contrae cada vez que salgo y se abre para dejarme entrar. Grmmm. Es como si… quisieras ser cogido una y otra y otra vez.

Mordió el cuello del chico con fuerzas, mientras seguía embistiéndolo y enterrándose en el cada vez más; deleitándose con sus gritos; los cuales ya no eran de dolor.

-Ah. ¡Quiero correrme!

-Córrete- le dijo como si nada.

-No puedo- gimoteo-. ¡Bellamy, no puedo! ¡Ah! Arg.

Un rastro de saliva bajaba por su mentón y sus ojos estaban blancos por el orgasmo que sentía en la punta de polla, pero que era  incapaz de alcanzar.

-¿Qué quieres que haga?- Apretó sus costados con  rabia.

-Ah, ¡Tócame!

-Jajaj- rio bajito y le mordió el lóbulo de la oreja- ¿Dónde?

No recibió respuesta.

-¿Dónde quieres que te toque?

-La polla. ¡Cógeme la polla, animal! Ahh.

Bellamy agarro el pene del moreno y empezó a bombearlo bruscamente, concentrándose en el glande.

-Ahh, sí. –Wells dejo caer su cabeza hacia atrás  y la coloco sobre el hombro de su violador.

-¡Me voy a correr! –Susurro- Grrrr. Me voy a correr dentro de ti.

-¡No! ¡No! –se ahogó con su propia saliva.

-Trágatela toda, Willie.

Cinco, seis, siete u ocho estocadas más, y Wells sintió como sus entrañas se llenaban con una sustancia caliente y cremosa.

-Ahhh siii~ Ahhh.

El moreno se corrió sobre el suelo de la cabina y para su jodida mala suerte, era el mejor orgasmo que había tenido nunca.

-AHHH~

Con el mismo cuidado con el que había entrado, Bellamy salió de su interior y cogió uno de los glúteos de Wells para ver como de este goteaba parte de su semilla.

-No estuvo nada mal- observo como la entrada del chico aun palpitaba y de su polla aun salían chorritos de semen -. Tendremos que repetir en otra ocasión.

Soltó el agarre de las cadenas  y dejo que el cuerpo del chico se estrellara contra el suelo. Seguidamente recompuso sus ropas y puso la carne junto a su cuerpo, para que no tuviera que esforzarse tanto para alcanzarla.

-Me acabo de follar al hijo del rector del ARCA- le susurro como despedida y lo escucho sollozar-. ¿Lloras por la vergüenza o porque después de todo, gozaste ser jodido por un delincuente?

-Voy a matarte- musito sin fuerzas.

Bellamy ignoro la amenaza.

-Sera mejor que te acostumbres, Wells –aconsejo con algo de simpatía-. A partir de hoy, esta será la única forma de ganarte el pan.

-¡No me voy a convertir en la puta de nadie!

-Ya te convertiste en la mía.

Con esas palabras, Bellamy abandono la cabina y una vez llego al piso de abajo, les ordeno a los chicos que la custodiaban que se retiraran. La culpabilidad era un sentimiento que lo seguía a todas partes, pero era algo que no se permitía demostrar.

No era su intención llevar las cosas tan lejos, pero mentiría si dijera que no disfruto de lo que Wells provoco en él. Por otro lado, romper la voluntad del chico sería el primer paso para hacerse con todo el control del grupo de prisioneros.

Ya más tarde, buscaría la forma de deshacerse de Clerk.

Notas finales:

Espero que les haya gustado el fic y todo review sera bienvenido.

Gracias por leer, Llilycha10

 

 


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