CAPÍTULO 1
La vida siempre le dio todo, todo, lo tenía prácticamente todo, una familia unida y feliz, muy adinerada, sus padres eran escritores, les iba muy bien el su trabajo, tenía un hermano menor que era muy parecido a él, su actitud era bastante similar, pero por más que tuviera todo eso, la familia perfecta y una buena reputación, le faltaba algo, no sabía que era ese algo pero su corazón aún no estaba completo, le hacía falta rellenar ese gran espacio en su corazón.
Era joven apenas había cumplido 13 años, su cabello era largo de color verdoso parecía brillar, se veía suave, su piel blanca y fina, ojos violáceos, definitivamente un joven elegante y fino, era un ángel, por su cabello largo y su apariencia muchos lo confundían con una chica, y eso era gracioso para muchos, pero no para él. Su personalidad era fría y seria, bastante reservado, pero a la vez muy inteligente,
Como las apariencias engañan, y en este caso así era, este chico por dentro tenía un corazón cálido, lleno de dudas, tristeza, y si, de soledad. Su hermano era menor que él también de actitud muy similar, tan solo de 11 años, su cabello largo hasta las caderas de color azul verdoso, sus ojo de un azul tan brillante como el cielo con estrellas, su piel blanca rostro fino y delicado, muy parecido a su hermano mayor, ambos de gran inteligencia, razón por la cual sus padres sentían orgullo, pero no todo en la vida es color de rosa.
Degel era muy humanitario, los fines de semana iba a un barrio pobre para llevar donativos a los niños de un orfanato, los niños se alegraban mucho cuando el iba a visitarlos, ahí era donde Degel mostraba otra faceta, era dulce, amoroso, y alegre. Aunque en el fondo no este feliz, lo hacía para transmitirles a aquellos niños que todo está bien, y que deben sonreír.
Al regresar a casa el camino se le hacía muy difícil, ya que ese era un barrio muy pobre, entonces, los autos no pueden ingresar, por falta de una pista, y por los escombros acumulados del camino, había gente muy amable, pero también gente mala, al pasar por el callejón los hombres que estaban allí, siempre que iba le gritaban de todo, y le decían cosas asquerosas y pervertidas, eran demasiadas cosas para un niño, así que se apresuraba para retirarse rápido.
Pero aquel día, ocurrió algo que jamás espero, ese día estaba lleno de muchas cosas que cambiaron su vida para siempre.
El camino a casa se le hizo muy largo, por alguna extraña razón quería llegar rápido, aquel día no tenía ganas de caminar, pero por desgracia había dejado su teléfono y no podía llamar al chofer, su familia era adinerada y tenía movilidad privada pero a él le gustaba mucho caminar. Cuando llego a casa, al estar en frente de la gran puerta, su corazón le decía que algo no andaba bien.
_Albert! Albert! , donde estas, Albert, donde…,_no pudo continuar porque se dio cuenta que la puerta estaba abierta, le pareció extraño que Albert dejara la puerta abierta, el no descuidaba su trabajo así, temerosamente empujo la puerta, el aire estaba tenso parecía que estuviera vacío.
Se apresuró y entro rápido a la casa, al estar dentro pudo notar como todo estaba destruido, los cuadros no estaba en su lugar, estaban en el suelo los jarrones rotos, todo estaba desordenado. Asustado miró a todos lados Pero pronto cayó en cuenta.
_Camus!... Papá, mamá, donde están…, por favor, donde están,_ no había nadie ,subió rápido las escaleras y se dirigió al cuarto de su hermano, al entrar se asustó mucho, todo estaba fuera de lugar, _Camus donde estas hermano...donde… estas… no puede ser…donde están…_ decía mientras salía lentamente, salió corriendo y se dirigió al cuarto de sus padres, mientras corría pudo notar que toda la casa estaba destrozada, pensó que talvez unos ladrones habían entrado y ellos habían ido a la comisaria, eso quería pensar, tratando de tranquilizarse el mismo, no quiso pensar en algo peor, cuando llegó al cuarto, la puerta estaba cerrado no podía abrirla, trato de empujarla pero no era muy fuerte.
_diablos,..! mamá ... estas aquí …responde,.. ¡Keyla, Marín!... donde están…_ llamó desesperado a las empleadas, miró a todos lados sin saber qué hacer, entonces pensó, ¿dónde están todos?, ¿a donde fueron?, ¿qué les pasó?, ¿porque no hay nadie?
Se dirigió a la sala presuroso, tomo el teléfono pero la línea no funcionaba, definitivamente algo no andaba bien, entonces se dirigió al comedor, pero al entrar se detuvo en seco.
Las lágrimas empezaron a salir, por la sorpresa no pudo articular palabra alguna, solo mantenía los ojos abiertos, sus manos temblaban, el escenario era macabro.
Lo que vio era una horrible escena, ver a las personas que trabajaron en su casa en ese estado, todos muertos, masacrados, quien haría algo tan horrible, torturar a las personas.
Cuando levanto los ojos pudo notar que del refrigerador escurría sangre, lentamente se levantó, se quedó quieto unos instantes, camino despacio hacia el lugar, habían cuchillos por el suelo todos llenos de sangre, había vidrio, y más sangre, al llegar tuvo miedo, se detuvo unos instantes, pero aun así, levanto el brozo y abrió muy despacio, no pudo contenerse, cubrió su boca no pudo gritar, solo lloraba, cayo de rodillas, sin poder asimilar lo que estaba viendo.
Estaba allí, ella que fue como su segunda madre la que le brindo tanto amor, la que lo cuido junto a su madre cuando era un bebe, a él y a su hermano, estaba en pedazos, no pudo distinguir mucho, la reconoció porque la mano que se encontraba al frente entre el montón de carne despedazada tenía la pulsera que él le había dado, aquella pulsera que su hermano y el habían hecho con tanto amor, sintió que su corazón se desgarraba por dentro, la mujer que yacía muerta en aquel lugar se llamaba Alis, la nana que los había cuidado desde que nacieron
Algo le decía que no era todo, se quedó unos instantes observando la pulsera luego se levantó rápidamente aun llorando, busco entre los cajones las llaves de repuesto, sus manos temblaron al tenerlas, después de respirar se dirigió rápidamente hasta el segundo piso, durante el trayecto pidió que su familia se encuentre bien y estén a salvo, su corazón latía muy fuerte, cayó al suelo varias veces y aun así siguió levantándose a pesar de todo el dolor que sentía…
Continuara…