POV SUGA
Comencé a escuchar unos ruidos que me hicieron despertar de mi cama, parpadeé un par de veces y me tallé los ojos con mis manos mire hacia la ventana y vi el sol, me estire un poco antes de levantarme y me senté en la cama y busque mis zapatos, otro día nuevo para trabajar; Mi nombre es Suga y vivo en un pequeño pueblo minero llamado Shor’s Stone perteneciente a Riften, la región más pobre de todo Skyrim, soy hijo de un Minero llamado Leetuk y mi madre Kang Sora se encargaba de la casa, en realidad todas mujeres se dedicaban al hogar ya que no había muchos trabajos disponibles para ellas
– ¡Suga! – Mi madre me saco de mis pensamientos
– Ya voy madre – Terminé de ponerme mi ropa y bajé las escaleras para llegar a la cocina mientras mi madre terminaba de preparar el desayuno, me senté en la silla y ella puso un plato con 2 huevos y un pan, me sirvió un vaso con agua y yo le agradecí, comencé a devorar los alimentos
–Suga, tu padre salió hace rato, ya es tarde, tu también ya deberías de estar en el campo
– Lo sé me quedé dormido, no tardo en comer – Le dije aún con un pedazo de pan en la boca, tomé rápido el agua y me levanté, le dí un beso en la mejilla y me despedí
–No llegues tarde para la cena V ya salió también
– Ok
Tomé mi morral y me lo pasé por el hombro agarré mi libreta y la metí, por fin salí y miré hacia el cielo, noté que no había ninguna nube visible, suspiré ante aquello “hoy hará mucho calor” pensé y comencé a caminar por el camino de tierra hasta mi lugar de trabajo. Yo era recolector y a veces ayudaba a mi amigo V quien era granjero; después de caminar durante unos 10 minutos por fin llegué a lo que eran las Granjas del pueblo, afuera estaba V ordeñando a una vaca, en cuanto me vio levanto su mano para saludarme, también hice lo mismo y llegué con mi jefe el Señor TonyAhn
– Buenas Noches Suga
– Buenos Días Tony lamento la tardanza – le dije mientras rápidamente me ponía los guantes y guardaba mi morral
– Hoy hay bastante cosecha Suga, es mejor que te apures
–Claro en estos momentos salgo – Ya no esperé a que me dijera algo, salí disparado hacia el huerto y tome una canasta, comencé a retirar las papas, luego seguiría con los tomates… No me di cuenta que ya habían pasado varias hojas hasta que V fue por mí para recordarme que era la hora de comida, dejé lo que estaba haciendo y me reuní con el
– Vayamos a la ciudad Suga
– Esta bien – y nos dirigimos a Riften.
Llegamos a la posada y saludamos al dueño del lugar, nos sentamos en una mesa cerca de una ventana y pedimos habas frescas con caldo
– ¿Y qué tal de trabajo V? – V sonrió
–Por fin la oveja se alivio, el cordero está bien
– Me da gusto –La señora trajo nuestra comida,
– ¿Y tu Suga has encontrado plantas extrañas? – Me reí un poco
Ultimamente me había dado por buscar flora y fauna exótica para hacer brebajes, el día que mi abuelo murió me dejo como legado su libreta de recetas y muchos ingredientes, posiblemente eran brebajes medicinales así que desde ahí había optado por seguir su hobbie, aunque gente como V lo tomaba como burla, no se les hacía nada interésate estar en el piso buscando hojas o insectos para guardarlos en botellas
– Esta bien V – Solo me limite a decirle; de repente entraron dos señores estrepitosamente
–¿Suga, Suga está aquí?
Me levante con intriga – Soy yo –al juzgar sus estados sucios, provenían de las Minas
–Es tu padre Suga
–¿Que ocurre? –
Mostrando preocupación –Se desmayo y ahora esta en casa con mucha fiebre, tienes que ir ahora mismo, dicen que está realmente enfermo, que… – cayo unos segundos –Se contagio de la enfermedad de Talos
Yo abrí mi ojos, ¿La enfermedad de Talos? Y luego recordé una vez que alguien del pueblo había adquirido esa temible enfermedad y había muerto a los pocos días al no haber cura. V me vio con una cara asustada
–Ve Suga yo le digo a Tony –asentí y seguí a los dos mineros; llegué a mi casa y estaba mi padre acostado en su cama con mi madre a un lado pasándole una trapo con agua por su frente
– Gracias – les decía mi mama, supongo que ella fue quien me mando llamar, ellos se retiraron y entre a la habitación
–¿Que tiene? Ellos me dijeron que tiene la enfermedad de Talos ¿Es cierto? – Le dije mientras me hincaba y tomaba la mano de mi padre
–Aun no lo sabemos puede ser estrés, ya que ha trabajado mucho estos días, pero desde hace días que no come bien y me dijeron sus compañeros que tenía dolores de cabeza consecutivos –Me dijo mi madre seriamente.
Ella era una persona muy fuerte por fuera, al menos así intentaba mostrarse delante de mí; mientras veía a mi padre recordé un brebaje que había hecho recientemente habían sido con unos ingredientes que tenía mi abuelo, me levante de rayo y corrí a mi habitación, busque en el mueble que tenia y abrí el cajón, por fin encontré la botella y me dirigí hacia mi madre, esta vez había llegado el jefe de mi padre el señor Choi, en cuanto me vio me saludo yo también lo saludé y fui con mi padre, lo mire con un poco de miedo, jamás había usado mis brebajes para la gente, usualmente los hacía y dejaba en mi cajón
– Padre mira tengo un medicamento que necesito que tomes –
Mi madre me miro con confusión – ¿Suga qué es eso?
– ¿Esto? Es un poción que hice con algunos ingredientes que me había dejado mi abuelo
– ¿Y al menos sabes para qué sirve? – Me preguntó el señor, yo me mordí el labio y mire al suelo
– ¿Sora vas a dejar a este niño darle a Leetuk algo que ni siquiera sabe que es? El médico no debe de tardar, ya lo mandamos llamar, si tiene la enfermedad de Talos no habrá nada que podamos hacer como quiera –
Mi madre me miro un momento –Vamos a esperar a que llegue el doctor Suga –
Yo la mire suplicando pero ella negó con la cabeza, yo solo obedecí y me senté en un banco junto con ellos, después de unas horas por fin llego el doctor, yo que me estaba quedando dormido, me despertó la voz de V que también había llegado, el doctor Lee comenzó a inspeccionar a mi padre, mi madre estaba de pie juntando sus manos cerca de su pecho, el señor Choi estaba con sus brazos cruzados, V levantaba su cabeza tratando de ver lo que hacia el doctor, después de unos minutos por fin termino de guardar sus cosas y nos pidió salir de la habitación, bajamos hasta la cocina y nos hizo sentarnos
–Voy a ser franco señora, su esposo efectivamente tiene la enfermedad de Talos – Ella puso sus manos en su boca, yo solo la mire, el señor Choi chasqueo su lengua en tono de molestia
– ¿Pero como no nos dimos cuenta doctor?– Decía ella mientras trataba de aguantar sus lagrimas
–Probablemente tiene los síntomas desde hace una semana pero no se había hecho notar tan agudo como ahorita
– Es por eso que tiene que estar al pendiente de su esposo –Esta vez hablo el jefe de mi padre, ella comenzó a llorar un poco
–Basta ella siempre está al pendiente de nosotros – Me levante y la tome de los hombros
– ¿Tiene Cura? – Pregunto V
–Lamentablemente no hijo – Negó con la cabeza el doctor – Les sugiero que estén con él estos últimos momentos, probablemente no le quede mucho tiempo, yo les recomiendo que se despidan
Al escuchar eso mi madre soltó un sollozo, yo la abrace fuerte
–Bueno me retiro – Dijo el doctor tomando su maletín y saliendo por la puerta
– ¿Qué vamos a hacer Suga? – Decía mi madre, yo mire a todos lados y recordé mi poción
–Madre por favor te lo ruego deja que beba mi brebaje
El señor Choi rió ante aquello –No lo escuchaste niño, no existe cura para esa enfermedad, te recomiendo que mejor estés con el en vez de envenenarlo y matarlo más rápido
Yo lo mire de forma asesina, él solo abrió sus ojos y levantó sus manos como si lo estuviera acusando
–…Esta bien – Dijo mi madre limpiándose las lagrimas
Choi se levanto de golpe – ¿Estás loca Sora?
Ella me volvió a mirar –Hazlo Suga, yo confío en ti
Trague saliva y la abrace –Gracias – le sonreí y subí.
Llegue a la habitación y mi padre estaba sentado mirando la ventana –Papa ¿Despertaste?
El me miró y sonrió – ¿Así que me voy a morir verdad?
Casi lloro al escuchar eso –No padre, claro que no, mira tengo un medicamento el doctor me lo dio para que te lo tomes, esto te pondrá mejor ya verás – le enseñe la botella, él la miro y me sonrió sabia que eso lo había hecho yo
–Muy bien Suga lo beberé – abrió la botella y se bebió todo – Está un poco amarga – rio un poco
Yo al verlo sonreír solo me entristecía mas
– No te preocupes Suga confío en ti, ven aquí y llama a tu madre – Yo asentí y salí de la habitación en busca de mi madre, ella aun seguía con el señor Choi y V, le hice un ademan para que subiera conmigo, ella despidió a Choi y V me vio despidiéndose también, “me despides de tu papa” Pude leerle los labios, yo asentí y agradecí.
Termine todos los quehaceres que quedaban pendientes, ya era tarde, el sol se había ocultado, subí a la habitación y mi madre estaba sentada en una silla leyéndole un cuento a mi padre, en cuanto me vio él hizo sentarme a su lado, me recosté junto con él y escuchamos la historia que contaba mi madre
– Los amo mucho – Mi madre y yo comenzamos a llorar al escuchar eso – ¿Sora podrías continuar la historia? Es realmente interesante– Ella dijo que sí y con aun lágrimas siguió leyendo el libro hasta que mis ojos comenzaron a cerrarse…