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Alas de mi corazón por desileo

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Notas del capitulo:

Primero que nada ¡GOMENASAI! ya sé que me desarecí hace milenios, y que tendría que poner la segunda parte de Jingoku shonen, pero han pasado tantas cosas en la vida real (entre las cuales me abandonó mi musa al primer problema una muy larga historia) pero en mi larga ausencia se me ocurrió una nueva historia que espero les guste. 

Aunque también habla sobre el infierno, no está relacionado con el otro fanfic. Tampoco voy a poder actulizar tan seguido como me gustaría así que tenganme paciencia.

Ya saben, ninguno de los personajes me pertece. Son de Nakamura y Fujisaki.

Que disfruten.

Desde tiempos inmemoriales, se ha hablado del cielo, infierno y purgatorio. Los humanos en algún momento han contado historias de ellos, formando diferentes versiones de cada uno.

Sin embargo, no solo los humanos han creado versiones. Los ángeles y los demonios han creado sus propias versiones, ya que ni ellos mismos tienen la certeza de los hechos ocurridos en su mundo.

Esta es la versión que se ha aceptado en ambos mundos.

En el origen de todo, un ser sumamente poderoso decidió crear a otros seres, puesto que él se encontraba solo.

Comenzó formando un lugar lleno de luz, calidez y amor. Lo situó en lo más alto del lugar para que pudiera iluminar todo el lugar. Recibió el nombre de cielo.

En él, creó entes amables y bondadosos, representados por alas blancas; los ángeles los cuales, curiosamente, eran entes masculinos, por lo que no podían concebir nuevos seres. Para remediar esto, creó un árbol del cual podían nacer los ángeles, además de concederles la inmortalidad.

 Su primer habitante fue un ángel con mayor poder que los otros habitantes, tanto así que podía iluminar cualquier parte por su cuenta. Este fue llamado Lucifel.

En cuanto la luz fue creada, también lo fue la oscuridad. Por lo tanto, tuvo que ser creado un lugar lleno de oscuridad, miedo y odio. Lo colocó en lo más hondo del lugar para evitar que esta se expandiera. Recibió el nombre de infierno.

En este también creó criaturas totalmente opuestas a los ángeles. Eran entes despiadados y vengativos, representados con alas negras; los demonios, al igual que los ángeles, eran todos entes masculinos, por lo que también creó un árbol capaz de crearlos y el don de la inmortalidad.

Su primer habitante fue un ser  que irradiaba oscuridad y con tan solo verlo causaba terror. Su nombre fue Satán.

Habiendo tanto espacio entre los mundos creó un tramo sin habitantes, llevando tanto luz como oscuridad. Fue llamado purgatorio.     

Queriendo expandir el campo de acción de ambos mundos, creó un universo totalmente distinto, carente de cualquier signo de magia.

Creó diversas especies, en su mayoría carentes de almas. Solamente una especie contenía un alma; los humanos.

Estos no tenían nada de poder pero, a diferencia de los ángeles y demonios, estos si tenían entes femeninos, siendo capaces de hacer prosperar a los de su especie pero con un alto precio; la mortalidad.

Cuando terminó su creación, desapareció. Nadie ha sabido por el momento su paradero por lo que sus creaciones vagaron a su suerte.

Los ángeles prosperaron en su paraíso, haciéndolo un lugar realmente hermoso y lleno de vida. Como su naturaleza era la creación, decidieron llenar de vida a toda la tierra. Nunca pudieron alcanzar la grandeza de su creador, por lo que sólo podían crear seres sin alma.

Los demonios crecieron de manera diferente. Su hogar se llenó de muerte y destrucción, haciéndolo un lugar tenebroso y triste. Al ser su naturaleza la destrucción,  llegaron a la tierra para destruir toda la creación existente en ella sin compasión, ganándose el título de seres con corazones oscuros.

Los ángeles intentaron por todos los medios pacíficos llegar a un acuerdo con ellos en vano. Todo parecía un círculo vicioso, los ángeles creando y los demonios destruyendo. Parecía que todo seguiría así.

Hasta que llegó un evento fatídico.

Lucifel, el líder del cielo comenzó a actuar extraño. Empezó a descuidar sus deberes y se perdía en su mente fácilmente. Esta actitud continuó hasta que un día desapareció. Pasaron los meses, los ángeles buscaban con desesperación a su líder, hasta que un día lo encontraron en el purgatorio, pero ya no era el mismo. Ese Lucifel estaba lleno de rencor e ira dirigidos hacia sus congéneres.

En un acto completamente inesperado, comenzó a atacarlos. Cuando mató a la mayoría del grupo, se lanzó hacia el abismo del lugar que daba a un único destino: el infierno.

Este acto en un tiempo futuro sería conocido como la caída de Lucifel.

El cielo entró en caos, ya que su principal diligente había caído hacia la oscuridad. Al ver todo esto Miguel, el segundo ángel de la creación, tomó las riendas del cielo. Sabiendo que la culpa de la caída de Lucifel era de los demonios,  para vengarse, decidió declarar la guerra al infierno.

Al ser seres inmortales no podían morir, por lo que ambas partes se dieron a la tarea de encontrar la forma de asesinar al contrincante. Después de mucha investigación encontraron la respuesta: espadas.

A pesar de ser armas comunes contenían aquello que podría asesinar a los seres inmortales. Contenían la esencia del otro, haciendo que al entrar en contacto con el contrincante, este se viera contaminado y muriera sin remedio. A esto se le llamó corrupción y era notado con mucha facilidad. Las alas del ser que se veía contaminado comenzaban a perder plumas y al morir estás desaparecían completamente. El único inconveniente era que las espadas sólo podían ser portadas por sus dueños ya que cada ente contenía diferentes grados de poder.

Con esto encendieron la mecha de la guerra que duró varios siglos. A partir de entonces, el purgatorio se volvió el principal escenario de todo ese acto.

Un lugar neutro lo convirtieron en un lugar lleno de sangre y odio, en el cual las probabilidades de sobrevivir eran casi nulas.

La guerra  tuvo tres elementos importantes a lo largo de su desarrollo: la primera fue de parte de los demonios, restregándoles en la cara el inicio de la guerra. Justo en frente de su batallón se encontraba el que una vez fue el líder de los ángeles, Lucifel. En aquella batalla dejó en claro sus lealtades al mencionar su nuevo nombre; Lucifer*.

 Los ángeles sufrieron grandes bajas en esa ocasión, pero lo que más les dolió fue que su antiguo líder, el que destellaba tanta luz, cayera ante la oscuridad.     

 La segunda  fue del lado de los ángeles al aparecer un nuevo integrante. Nadie sabe a ciencia cierta de su origen, pero lo que tenían seguro es que tenía un inmenso poder, mucho mayor que cualquier ángel o demonio.

 Este apareció un día en medio del campo de batalla cubierto completamente de una armadura, protegiendo su identidad. Se hizo llamar Metatrón, mensajero del creador.

Con esto pudo igualar la guerra, haciendo que los demonios retrocedieran en sus ataques.

Y la tercera fue hecha después de mucho tiempo: el final de la guerra. Esta se consiguió al ver que realmente luchaban una batalla perdida. El objetivo principal era exterminar totalmente al contrincante pero a causa de que cada vez que era asesinado algún combatiente, los árboles de ambos mundos hacían nacer nuevos ángeles y demonios.

Se plantearon entrar en ambos lugares para aniquilar al árbol del otro pero era imposible. Las puertas del cielo no podían ser abiertas a entes con intenciones malignas mientras que todo aquél que pisara el infierno terminaba muerto.

A regañadientes firmaron la paz al encontrar punto muerto en el asunto. En dicho acuerdo se comprometían a nunca interferir con los asuntos del otro, incluyendo los asuntos en la tierra, la cual tenían estrictamente prohibido mostrar su verdadera forma. Cada vez que se vieran en el purgatorio evitarían la pelea y al ver la última situación de la guerra se prohibía estrictamente entrar en el mundo del otro. Cualquier infracción por parte del otro tendrían que reunirse ambos grupos para ver el destino del infractor o infractores.

En caso de no llegar a un acuerdo se desataría la guerra inmediatamente      

Sin embargo, los ángeles no confiaban en los demonios como para dejar caer la guardia tan fácilmente. Pusieron a un custodio en el árbol, el cual se encargaría de vigilar y proteger al árbol, así como a los nuevo seres que nacían de este.

Se escogió a un ángel que había sobrevivido a la guerra desde la llegada de Metatrón, ya que este había mostrado fortaleza y rectitud, además de contar con un don que pocos ángeles tenía; el aura de tranquilidad y protección, similar al de las madres humanas. Esta sólo podía ser sentida por los seres carentes de alma y los niños, tanto ángeles como humanos.  

Su nombre, Yokozawa Takafumi. Algunas veces confundía a sus compañeros que tuviera dos nombres pero la razón era bastante simple.

Por lo general, los ángeles nacían con un nombre pero al tener un don obtenía el derecho de adquirir un segundo nombre. Esto con la creencia que su poder era demasiado fuerte para que un solo nombre pudiera describir todo su potencial. Este nombre era dado por Miguel, el cual dependiendo de su don era el nombre que otorgaría.

Así, los ángeles con dones podían manifestar el grado de confianza que tenían con los demás. A los seres por las que no tenía ninguna empatía en particular pedían ser llamados por sus nombres otorgados, mientras que aquéllos a los que podrían confiarles hasta su vida permitían utilizar su nombre de creación.

Con esto marcó el inicio de una vida pacifica por ambos mundos.

 Los ángeles arrepentidos de haber destruido el purgatorio, comenzaron a reconstruirlo, creando tierra, árboles, agua y pasto para que adquiriera más vida.

Los demonios siempre procuraron nunca cruzarse en el camino de los ángeles, viéndolos desde las sombras. Nunca dejaron de crear caos y destrucción pero esta vez lo hacían con un poco más de moderación para no llamar la atención.

Toda esta situación siguió por alrededor de cien años y se llegó a pensar que esa paz perduraría por el resto de la eternidad.

Pero algo tan frágil como la paz no puede perdurar para siempre, en especial cuando todavía perdura el odio entre los dos bandos.

La pregunta es, ¿Ese odio está en todos los integrantes o hay alguien que es capaz de ver más allá de todos los prejuicios?

Notas finales:

* Todos los nombres terminados en "el" son de origen angelical. Al cambiar esta terminología Lucifer niega ser un ángel. 


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