Leyes gitanas.
No juzgues sin conocer.
Gitano,…con la sola mención de la palabra nos hacen parecer personas peligrosas, difíciles de “domesticar y de controlar” como he oído que dicen, por favor, ¿domesticar?, ¿Acaso no somos personas?, ¿Qué nos hace diferente?, los prejuicios, solo eso.
Durante años se ha creído que la palabra es sinónimo de ladrón, de trasnochado e infinidad de cosas negativas, nuestra cultura se cree vulgar, no se respeta ni mucho menos se valora, pero puedo apostar que todos aquellos que hablan mal de nosotros, los gitanos, es porque se han dejado llevar por los prejuicios.
No somos diferentes a los demás, tenemos valores, ¿robar? Eso es solo un prejuicio, quizás alguna persona calló en eso pero por las injusticias y los malos tratos con los que vivimos, la falta de trabajos, y no, no trato de justificarlos pero es injusto que se nos trate mal, no somos ladrones, no somos personas que buscan dañar a los demás.
En 1499, “gracias” a una ley, a los gitanos se les dieron 60 días para irse del país en el que estaban o para adaptarse a la cultura de ese mismo país, renunciando a ser ellos mismos, a su cultura, a su origen, 60 días…pasados los días si se le llegaba a ver( a un gitano) sin algún señor al que sirvieran 100 azotes recibiría y que los desterraran del reino, si por alguna razón era la segunda vez que te veían les cortaban las orejas y 60 días en cadenas, si era la tercera vez serias cautivo de aquel que te capturó para toda la vida.
Discriminación tras discriminación hemos sufrido, y me incluyo porque aunque hable de una ley de hace cientos de años, hasta el día de hoy existe la discriminación, quizás podamos vivir en algún país pero eso no significa que podamos convivir libremente sin que nos tengan miedo, nos ofendan o cualquier cosa que se les ocurra.
Trataron de someternos y esclavizarnos, pero lo resistimos, carecimos de trabajo, de educación y de una vida tranquila. Lo único que agradezco es que hoy en día se pueda estudiar, aunque aplica la ley del más fuerte, porque aun en las escuelas hay discriminación, y me pregunto yo ¿Quiénes son los malos ante quienes, nosotros que luchamos por nuestros derechos y defendemos lo que somos, o ellos que sin conocernos nos juzgan y tratan de amedrentar? La respuesta es clara si ves los dos lados de la moneda y no te dejas llevar, no juzgues sin conocer.
¿A qué le temes? Me preguntaron cuando pequeño y aun con mis 7 años de edad sabía que no le temía a nada excepto a una cosa: ocultar lo que soy y quien soy, perderme a mí mismo.
Soy un gitano, valiente, audaz y sobretodo fuerte de espíritu y de mente, también tengo muy en claro lo que no soy, no soy un ladrón, no soy una persona vulgar, no soy lo que creen que soy, soy lo que no dicen que soy, alegre, carismático, una persona con derechos y valores, normas y reglas, porque sí, tenemos nuestras reglas y normas y esas son:
• El respeto a la familia .
• El cuidado de los hijos y de los ancianos
• La hospitalidad y la máxima atención.
• Tener honor: cumplir tu palabra.
• El ser libre y ver por tu familia
• El ser solidario y ayudar sin esperar nada acambio.
• El cumplimiento de nuestras leyes, aunque las tomen los ancianos, debemos cumplirlas
Admito que hay cosas que no me gustan, pero no por eso merecemos ser discriminados, no importa cuánto nos esforcemos siguen tratándonos mal, pero no me rendiré y seguiré luchando, siempre, aunque mi madre y padre ya no estén conmigo seguiré siempre adelante, defendiendo lo que soy y lo que tengo, mi cultura y mi origen.
Hoy es día de salir a bailar, me gusta mucho la danza, se bailar árabe y también danza gitana, los movimientos son sutiles y suaves, agradable ante los ojos que se dignan a vernos sin repudio, pues aunque pocos hay personas que nos tratan bien, les valoro mucho y cuido de ellas.
- ¡Kavi!...llevo tiempo hablándote, ¿en qué piensas?
-Oh, lo siento, pensaba en mí. ¿Ya vamos a empezar?
-Sí, si algo te preocupa házmelo saber ¿vale?
-Sí.
Litzi se veía entusiasmada, solo como ella sabe estarlo, desde que la conocí me lleve muy bien con ella y al parecer yo también le caí bien, no es prejuiciosa, y me trata bien, tuve suerte de conocerla.
Mi complexión es delgada, mi estatura es baja, mi cabello es de color negro y me lo deje largo hasta la cadera, mis ojos son color miel y mi piel es un poco morena-clara.
Como ya dije me gusta mucho la danza, pero no puedo bailar libremente como gitano, no oculto lo que soy pero en estos momentos si que me gusta vestir de mujer y hacer libremente lo que me apasiona.
-Kavi, sigues siendo tan delgado, puedo jurar que tienes más caderas que yo, además con un poco de relleno y pareces mujer.
-¿Es eso una especie de alago, Litzi?
-Sí que lo es.
Reí ante su comentario, baya ocurrencia.
-Mira por esta vez llevaras el pantalón holgado y el top azul, diversas pulseras, y no olvidemos el velo.
-¿Qué bailaremos?
-Danza árabe.
-Bien, ya me cambio.
En cuanto Litzi salió me puse lo que me dio, el top ya traía el relleno por lo cual al ponérmelo aparentaba mi supuesto “busto”, solté mi cabello y suspire, será una tarde espectacular.
Las demás chicas que ya conocía ya estaban en la sala de baile, hoy bailaríamos en un restaurante pero solo para personas de mucho dinero, la verdad eso no me importa, soy un alma libre.
Cuando me puse delante de todas, al lado de Litzi la música comenzó y mi cuerpo se movía solo, la música fluye por mi sangre y mis movimientos son prueba de ellos, la danza es sutil y placentera, lleve mis manos a mis costados y con ellas recorrí mis costados sonriendo levemente, coloque mis manos por encima de mi cabeza y continúe con la danza del vientre, después coloque los brazos en L e hice varios golpes de cadera hacia el frente, realmente disfruto esto, el bailar libremente, el hacer lo que me gusta, de nuevo cambie la pose y manteniendo los brazos en L volví hacer la danza del vientre más rápida y cruzando los brazos cambie de lugar ahora mirando hacia la derecha donde estaba Litzi colocando de nuevo mis brazos en L levante una pierna y continúe moviéndome al ritmo de la música,1,2,3,…1,2,3…1,2,3…el final de la canción estaba cerca así que para terminar comencé a bascular mi propio peso de lado a lado e hice 8 de cadera colocando mis brazos por encima de mi cabeza y pegando palma contra palma, gire y quedando de frente volvi hacer la danza del vientre terminando cuando la música acabo, los aplausos inundaron el lugar pero antes de que alguien se acercara a mi Salí de ahí y me fui hasta un cuarto donde nos cambiábamos, tarde fue que vi a alguien siguiéndome, en cuanto entre y trate de cerrar alguien empujó la puerta con más fuerza y entró.
-¿Qué hace usted aquí?
-Me has visto y preferiste ignorarme.
El sujeto delante de mi es más alto creo que por 30cm pues la diferencia es muy notoria, se sentó en el sillón blanco y comenzó a fumar como si yo no estuviera, lucia elegante con ese traje negro y el cabello negro pulcramente peinado, ¿será alguno de los sujetos para los cuales bailaron las demás? Porque si, que ellos me vieran no significa que baile para ellos.
-Eso no contesta mi pregunta.
-No estoy interesado en contestarla.
¿Quién se ha creído? ¿Me toma por su juego o qué?
-Entonces le ruego salga de aquí pues me voy a cambiar.
-No te lo estoy impidiendo, es más hazlo no me molestaría.
-¡Pero a mí sí!
Luce enojado, no me interesa saber porque pero si colma mi paciencia me conocerá enojado.
-¿Por qué me has estado ignorando?
¿Qué?¿De qué habla? ah ya se, de seguro ya me había visto en algún otro baile y es de esos sujetos que no les gusta ser ignorados cuando suelen ser el centro de atención.
-Es la primera vez que le veo, ¿Cómo podría ignorarle?
Se levantó y avanzó hasta mi pero sin intimidarme cruce los brazos delante de mi pecho y alcé la cabeza.
-Quizás es la primera vez que me vez, pero yo a ti te ya te había visto.
-Eso no implica que yo le preste la misma atención.
-¿Por qué no?
-No me interesa.
¿Qué diría si se entera que está hablando con un chico gitano? No puedo decírselo por más que quiera pues si no Litzi perderá su trabajo.
-Tengo mejores cosas que hacer, es decir, muchas personas me ven cuando bailo, no puedo prestarle atención a todos los rostros, no podría concentrarme, no lo tome personal pero ni siquiera lo noté y no sabía que era tan observa…da.
-No suelo pasar desapercibido, mucho menos por las chicas.
-Bueno, siempre hai una primera vez.
¿Quién se cree que es?
-¡Kav…
Justo en ese momento entró Adil, un niño de 6 años que conocí hace 3 meses, es muy simpático y alegre ,perdió a sus padres por eso cuido de el desde entonces y le quiero como a un hermano, también es gitano.
Lo que no vi venir fue que el sujeto que antes se encontraba delante de mi se acercara a Adil y le alzara la voz.
-¡¿No te enseñaron a tocar la puerta?!
Me enoje tanto, con paso firme me acerque a Adil y abrase con cuidado, acogiéndolo entre mis brazos,.
-Usted no tiene ningún derecho de gritarle, ¿ qué le ha hecho para que le hable de tal forma?
-No tengo porque rebajarme y hablarle con parsimonia un gitano.
-¡¿Qué tiene de malo ser gitano?!
-Su sangre, son ladrones…
-¡¿Conoce algún gitano?! ¿Ha hablado o tratado con uno?, No juzgue sin conocer.
-¡No te permito que me grites! Suficiente con que tengas a un ladrón entre tus brazos, basta con tener que estar ante la presencia de uno, quien sabe que cosas se habrá robado antes de venir aquí.
-¡FUERA! Los gitanos no son como los pintan, son honestos, amables y demás. Lo único malo es que ustedes se dejan llevar por los prejuicios y no dan oportunidad para conocerlos. Jamás, jamás quiero volver a verle porque si lo hago me conocerá enojado. Y nunca en su vida vuelva a hablar sin conocer, los gitanos no son ningunos ladrones y Adil no hizo nada malo para que le hable así.
Tome entre mis manos el pomo de la perta y lo abrí saliendo de ahí con Adil entre mis brazos, lloraba sin consuelo, lloraba con amargura, yo le prometí que cuidaría de él y eso voy hacer, no dejare que le hagan sentirse menos o que lo humillen, no dejare que se sienta solo, no como yo me sentí.